Control natural en cafetales: Nuestros amigos los enemigos naturales

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Los cafetales bajo sombra albergan una biodiversidad muy
alta de animales y plantas, muchas veces comparable a los
sistemas naturales. Aunque ciertos organismos se alimentan
de plantas cultivadas, llegando a causar pérdidas para los
productores, la inmensa mayoría son benéficos, pues
contribuyen polinizando a las plantas o degradando la
materia orgánica, y en el caso de los enemigos naturales,
depredando a los organismos que comen plantas (fitófagos).
Por ello, es muy importante proteger la biodiversidad para
conservar a los enemigos naturales, gracias a los cuales se
tienen menos plagas. Así, el principio del Manejo Integrado
de Plagas debe ser “Conservar a los enemigos naturales
para prevenir plagas en los cultivos”.
Para mayor información acuda a:
El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR)
Carretera Antiguo Aeropuerto km 2.5
Tapachula, Chiapas, México. Tel. (962) 62-898-00 Ext. 5410
Correo electrónico: [email protected]
Fundación Produce Chiapas, A.C. y ECOSUR financiaron
este folleto a través del proyecto “Bioecología y Manejo de
Plagas del Café del Soconusco y Sierra de Chiapas”.
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Proyecto Manejo Integrado de Plagas
Folleto Técnico Número 13
Enero de 2006
En los cafetales bajo sombra, las poblaciones de los seres
vivos rara vez se incrementan hasta el infinito o disminuyen
hasta desaparecer, más bien, fluctúan y se mantienen
dentro de ciertos límites superiores e inferiores. La razón
para que esto ocurra se debe al control natural, es decir, a
la acción conjunta de factores bióticos (enemigos naturales,
alimento, refugio, etc.) y abióticos (temperatura, humedad,
luz, etc.). Así por ejemplo, la población de un organismo
como la broca, el minador o el chacuatete, se incrementará
si las condiciones del clima le favorecen, si tiene suficiente
alimento y refugio y si los enemigos naturales son escasos.
Por el contrario, la población disminuirá si cualquiera, o
varios de estos factores, ejercen una presión negativa
(excesivo calor o frío, hambre o depredación). En los
cafetales del Soconusco (Chiapas), los enemigos naturales
son parte muy importante del control natural al regular las
poblaciones de organismos indeseables; por ello se les
debe conocer y conservar.
Control biológico se aplica al uso de organismos vivos
(enemigos naturales) como agentes para el control de
plagas. “Organismos vivos” incluye a diversas plantas,
hongos, animales y virus, pero se excluyen los genes o
fragmentos de genes y los compuestos obtenidos sin los
organismos que los producen. El control biológico se aplica
de tres formas: conservando o protegiendo a los enemigos
naturales existentes en un área o región; introduciendo
enemigos naturales desde sus áreas de origen a otras
donde no existen de manera natural; y criándolos,
multiplicándolos y liberándolos en pequeñas (inoculación) o
grandes cantidades (inundación). Cuando funciona, el
control biológico tiene estas ventajas: poco o ningún efecto
nocivo colateral; casos raros de resistencia; control de largo
plazo; elimina por completo o sustancialmente el uso de
insecticidas; relación costo/ beneficio muy favorable; evita
plagas secundarias; no provoca intoxicaciones; se puede
usar dentro del Manejo Integrado de Plagas.
Todos los seres vivos están sujetos al Control Natural
Ejemplo de control biológico: cría rural de parasitoides
de broca del café
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Son aquellos que consumen varios organismos durante su
vida, y activamente buscan su alimento. El organismo que
consume un depredador se denomina presa, y por lo
general es más pequeña que el depredador. Algunos
depredadores consumen un rango amplio de especies
(polífagos), otros un rango más estrecho (oligófagos), y
otros más son altamente específicos (monófagos). La
mayoría de los depredadores consumen el mismo tipo de
presa como inmaduros o adultos. Desde el punto de vista
del control biológico, los depredadores oligófagos y
monófagos son mejores como agentes de control, pero se
reconoce que la acción conjunta de los depredadores
generalistas es importante para regular las poblaciones de
muchos fitófagos. Las arañas y las hormigas se encuentran
entre los depredadores más importantes en cafetales del
Soconusco. Las mantis, crisopas, chinches redúvidas y
muchas especies de catarinitas, son ejemplos de
depredadores.
Son una clase especial de depredador de tamaño
aproximado al organismo que atacan, mismo que se conoce
como huésped u hospedero. Los parasitoides se
desarrollan dentro o sobre un huésped, que casi siempre
muere al ser atacado. A diferencia de los parasitoides, los
parásitos verdaderos (pulgas, garrapatas) raramente matan
a su hospedero. El estado larvario es parasítico, mientras
que los adultos son casi siempre de vida libre y muy activos
para buscar a los huéspedes que parasitan. Cada larva de
parasitoide se desarrolla a expensas de un solo huésped.
Hay parasitoides enteramente monófagos. Las llamadas
avispitas parasíticas son buenos ejemplos de parasitoides.
Los parasitoides más exitosos de la broca son originarios de
África y fueron introducidos a México. El minador de la hoja
tiene al menos 12 especies de parasitoides que han sido
reportados para el Soconusco, mientras que una avispita del
género Acmopolynema parasita al grillo indiano. En Siltepec
(Chiapas), se encontró a una mosca Tachinidae parasitando
al chacuatete.
Algunos depredadores en cafetales
Algunos parasitoides de plagas en café
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Son parásitos microscópicos (no se pueden ver a simple
vista) que reciben el nombre de entomopatógenos cuando
atacan a insectos. Los cadáveres de los huéspedes
infectados liberan millones de microbios individuales, que
son dispersados por el viento y la lluvia. Entran a los
insectos por la boca, ano, espiráculos, o perforando la
cutícula, y se multiplican en su interior ocasionando que se
enfermen y mueran. Debido a su rápida reproducción,
muchos patógenos son fáciles de producir masivamente y
pueden ser liberados contra las plagas usando aspersoras.
Varios tipos de microorganismos han sido usados en control
biológico, como las bacterias, virus, hongos y protozoarios;
los nematodos que atacan artrópodos se consideran dentro
de este grupo. La utilización de patógenos para el manejo
de las poblaciones de las plagas se llama control microbial
y es considerado como una subdivisión del control biológico.
Beauveria bassiana es uno de los hongos más eficaces para
plagas en cafetales, por ejemplo se utiliza contra la broca.
Algunos patógenos de plagas del café
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Son organismos que forman parte del control natural y que
viven alimentándose, parasitando o inhibiendo el desarrollo
de otros. Si éstos atacan plagas, se les denomina
organismos benéficos, y si son usados para combatirlas,
se les conoce como agentes de control biológico. Los
enemigos naturales se clasifican en depredadores (por
ejemplo caracoles, insectos, ácaros y vertebrados de varias
clases), parasitoides (la mayoría insectos) y patógenos
(virus, bacterias y sus toxinas, hongos, nemátodos y otros
microorganismos). Muchos enemigos naturales causan la
muerte del organismo que atacan, pero a veces operan de
otras formas, como los hongos antagonistas que inhiben el
desarrollo de microorganismos con sustancias que excretan
(antibióticos), o ciertos nemátodos que esterilizan a las
hembras de los organismos afectados, o como aquellos
insectos que reducen la capacidad reproductiva o
competitiva de las malezas. Los enemigos naturales que
causan altos niveles de mortalidad sobre algunas plagas en
condiciones de campo son buenos candidatos para ser
usados como agentes de control biológico.
Clases de enemigos naturales: depredador (izq.),
parasitoide (centro) y patógeno (der.)
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