Juzgado 5 CIVIL DEL CIRCUITO DE CUCUTA

Anuncio
Juzgado 5 CIVIL DEL CIRCUITO DE CUCUTA Proceso Ordinario
Demandante: SERGIO JARAMILLO
Demandado: CONAVI
QUINTERO
Fecha: 29 de abril de 2003
Radicado: 2001-0150
Peritos: Jorge Enrique Durán Camacho y Gabriel Ramírez Moros
DICTAMEN PERICIAL
 Prescinde de incorporar análisis con la UPAC por estar atada a la DTF e incluye
análisis en UVR, la cual contiene solamente el IPC, pese a que el crédito fue
pactado en UPAC.
 Se aplica la tasa de interés pactada por las partes.
 Para obtener el cálculo de intereses y saldos, toma como corrección monetaria el
IPC mensual, excluyendo del cálculo del UPAC la tasa DTF.
De acuerdo con la objeción presentada por el abogado de CONAVI, los peritos:
 Se ciñen casi en su totalidad a la metodología establecida por la Circular Externa 007
de 2000 de la Superintendencia Bancaria, excepto cuando hayan el alivio.
DOCTORA
MARTHA ISABEL GARCÍA SERRANO
JUEZ QUINTA CIVIL DEL CIRCUITO DE CUCUTA
E. S. D.
REF: Proceso ordinario 0150-2001
Demandante. SERGIO JARAMILLO QUINTERO
Demandado. CONAVI
JORGE ENRIQUE DURAN CAMACHO, Economista y Abogado en ejercicio, y GABRIEL RAMIREZ MOROS, Contador
identificados como aparece al pie de nuestras firmas, actuando dentro del presente proceso en calidad de Auxiliares de
la Justicia, procedemos a la presentación de un Dictamen Pericial, concerniente a la RELIQUIDACIÓN DE UN CRÉDITO
DE VIVIENDA dentro del proceso de la referencia, siguiendo las pautas establecidas por la Ley 546/1999, la Resolución
número 2896 del 29 de diciembre de 1999 del Ministerio de Hacienda y Crédito público y la Resolución Externa 007 del
27 de enero de 2000, de la Superintendencia Bancaria.
Para el caso concreto, se trata de establecer cual es el pago real realizado por el deudor del crédito de vivienda en UVR
y su equivalencia en PESOS, a partir del 1-01-93, hasta el 31-12-99, lo cual arrojará el monto del valor del “ALIVIO
PENDIENTE” a que se hace merecedor el deudor de la obligación 6199576.
Monto del Crédito: $13.596.391.76
Fecha: 1-01-1993
Valor inicial UVR: $ 31.3774
Total inicial UVR: 433.317.9856
El presente trabajo fue realizado teniendo como base los datos aportados por la Entidad CONAVI, respetando el interés
pactado entre las partes y amortizando al saldo el valor neto del abono después de deducir las partidas de Seguros y de
recalcular la cuota para esa fecha.
El valor de la (Unidad de Valore Real) UVR está tomado de la RESOLUCIÓN 2896 del 29 de diciembre de 1999 del
Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y es la base para los saldos presentados en el cuadro Anexo de Reliquidación.
CONCLUSIONES
1.
El valor del capital insoluto a la fecha de 31 de diciembre 1999 mostrado por CONAVI (folios 156-158) asciende
$25.099.890.06, mientras que el obtenido en la Reliquidación efectuada en éste Dictamen es de $24.692.222.17, la
diferencia existente es lo que denominaremos ALIVIO PENDIENTE PARA EL DEUDOR, el que para el caso
analizado es de CUATROCIENTOS SIETE MIL SEISCIENTOS SESENTA Y SIETE ($407.667.89) CON 89/100.
2.
En la columna (pagos UVR) puede notarse que hay igualdad en varias de las cifras mostradas por la corporación
CONAVI, con las que éste experticio determina, es decir, se aplicaron las equivalencias a los pagos en pesos con
los valores establecidos para esas fechas a las UVR acorde a lo estipulado legalmente.
3.
En la columna (Saldo $$) puede observarse que no hay igualdad matemática entre las cifras mostradas por
CONAVI, con las del Dictamen de los Suscritos pero si son bastante similares los resultados, lo cual en nuestro
criterio es lo que cuantifica un pequeño ALIVIO PENDIENTE PARA EL DEUDOR consistente en la suma de ($
407.667.89) al cual hacemos alusión en la conclusión No. 1 del presente Dictamen.
4.
La tasa de interés aplicada es del 9.5% tal como lo pactaron las partes.
5.
La entidad crediticia presenta un saldo a 31 de diciembre de 1999 de 242.595.3087 UVR equivalente a
$25.099.890.06, lo cual significa que la UVR fue liquidada por valor de $103.4640 cuando en realidad la cotización
de la UVR para ese día es de $103.3236 (según lo establecido en la Resolución 2896 del Minhacienda).
6.
El experticio rendido por los Suscritos presenta un saldo a 31 de diciembre de 1999 de 238.979.4990 UVR que
deben liquidarse a $103,3236 (según lo establece la Resolución 2896 del Minhacienda).
7.
En síntesis la obligación según lo expuesto y demostrado por los suscritos es la siguiente:
31-12-99: (298.979.4990 UVR) X ( $103.3236) = $24.692.222.17
luego:
valor crédito reliquidado por Conavi
$25.099.890.06
valor crédito reliquidado por Auxiliares de la Justicia
$24.692.222.17
valor del “ALIVIO PENDIENTE”
$
407.687.89
En el presente análisis LA RELIQUIDACIÓN DEL CRÉDITO se realizó cumpliendo estrictamente lo determina en la
reglamentación jurídica vigente.
ANEXO
Cuadro de la Reliquidación del crédito de vivienda. (cuatro (4) folios)
Atentamente
JORGE ENRIQUE DURAN CAMACHO
GABRIEL RAMIREZ MOROS
CC 19.066.105 de Bogotá
CC 13.473.750
T.P 6633 C.P. Nal Economía
T.P. 91525 C.S.J.
Señor
JUEZ JUZGADO 5º CIVIL DEL CIRCUITO DE CUCUTA
E. S. D.
REF. Proceso ordinario 150-2001
Demandante. SERGIO JARAMILLO QUINTERO
Demandado. CONAVI
JORGE ENRIQUE DURAN CAMACHO, Economista y Abogado en ejercicio, y GABRIEL RAMIREZ MOROS, Contador,
identificados como aparece al pie de nuestras correspondientes firmas, actuando dentro del proceso de la Referencia, en
calidad de Auxiliares de la Justicia, procedemos a CORREGIR, ACLARAR Y COMPLEMENTAR el Dictamen Pericial,
concerniente a la RELIQUIDACIÓN DEL CRÉDITO DE VIVIENDA presentado el 31 de octubre de 2002, (en el cual por
un error de procedimiento omitimos contabilizar los intereses moratorios)que ahora nos proponemos corregir.
Para TODO trabajo de reliquidación del Crédito Hipotecario que se encuentre comprendido entre el período 1 de enero
de 1993 y el 31 de diciembre de 1999, se debe actuar dentro de los parámetros establecidos por la Ley 546 de 1999;
la Circular Externa 007 del 23 de diciembre de 2000 de la Superintendencia Bancaria; la Resolución Externa 014 de 3
septiembre de 2000 de la Junta del Banco de la República; (la circular Externa 068 de septiembre 13 de 2000 y 069 de
mismo año de la Superintendencia Bancaria), y la Circular Externa 085 del 29 de diciembre de 2000 de la
Superintendencia, que para el efecto sustituye y deroga los temas contenidos dentro de las 068 y 069 previamente
citadas, pero especialmente con base e la Resolución 2896 del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, la cual fue
avaluada en su legalidad por el Consejo de Estado en sentencia proferida por la Sala Plena en octubre de 2002, en que
se señaló que estos valores de la UVR entre el 1º de enero de 1993 y el 31 de diciembre de 1999 son los que se deben
aplicar al efectuar las Reliquidaciones de los Créditos que nos ocupa. De igual forma nos sujetamos a lo ordenado en la
sentencia 700-1999.
Es absolutamente pertinente advertir que en el procedimiento de liquidación de los créditos colocados o concedidos por
las entidades financieras para Vivienda durante el período comprendido entre el 1-01-93 hasta el 31-12-99, era incluida
la DTF como ingrediente de la UPAC. Esto determinó la eliminación de la UPAC y en SUSTITUCIÓN apareció la UVR
con esta aclaración pretendemos evidenciar que al RELIQUIDAR un crédito, en nada incide, HOY la composición que
hubiese tenido la UPAC, puesto que ésta desaparece y en su reemplazo se creó la UVR (la cual solamente contiene el
IPC como originalmente fue concebida la UPAC) por ello prescindimos de incorporar el análisis con la UPAC.
Aclarado lo anterior, para el caso que nos ocupa, se trata de establecer cual es el pago real realizado por el Deudor del
crédito de Vivienda en UVR y su equivalencia en PESOS, SISTEMA AL QUE SE DEBEN SOMETER LAS
CORPORACIONES QUE RELIQUIDEN CRÉDITOS DE VIVIENDA a partir del día 1-01-1993, hasta el 31-12-99, lo
cual arrojará el monto del valor que adeuda el cliente a la entidad.
El valor del “alivio” a que se hace acreedor el deudor del Crédito Hipotecario No. 6199576, consecuencialmente será la
diferencia entre el valor que registra en UPAC (sistema anterior) y el nuevo valor calculado en UVR.
Monto del Crédito: $13.596.391.76
Fecha del desembolso o conversión: 1º de enero del año 1993
Valor cotización de la UPAC en fecha del desembolso $4.480.24
Valor del Crédito en UPAC en la fecha de conversión 3.167.9544
Valor de la UVR al iniciar la reliquidación $ 31.3774
Valor del crédito en UVR 433.317.9856
Los valores individualizados por concepto de pago total, seguros, intereses moratorios, y pago Neto, aparecen el cuadro
ANEXO en el que se realizó nuevamente la reliquidación del crédito y que allegamos al expediente.
El presente trabajo fue realizado teniendo como base los datos aportados por la Entidad CONAVI, respetando el interés
pactado entre las partes y amortizando al saldo el valor neto del abono después de deducir las partidas de Seguros, los
intereses en mora, y de recalcular la cuota para esa fecha.
Ratificamos que el valor de la (Unidad de Valor Real) UVR está tomado de la Resolución 2896 del 29 de diciembre de
1999 del Ministerio de Hacienda y Crédito Público y está aplicada en concordancia con lo dispuesto y ordenado por las
normas, que rigen el procedimiento técnico y jurídico de ese procedimiento.
CONCLUSIONES
1.
El valor del capital insoluto (en pesos) a la fecha de 31 de diciembre de 1999 mostrado por la Entidad CONAVI
(folios 156-158) en su cuadro histórico de la Reliquidación asciende a $25.099.890.06 mientras que el obtenido en
la reliquidación efectuada en éste experticio es de $25.148.603.74, la diferencia existente de $48.713.68 está a
favor del deudor.
2.
La tasa de interés aplicada fue del 9.5% según lo pactado.
3.
EL ALIVIO al que se hace acreedor el Usuario de acuerdo con nuestro peritaje es como sigue: ($27.090.126.58) –
($25.148.603.74) = $1.941.522.84 UN MILLÓN NOVECIENTOS CUARENTA Y UN MIL QUINIENTOS VEINTIDÓS
PESOS CON 84 /100.
Recapitulando, CON BASE EN NUESTRO ANÁLISIS
Deuda al 31 de diciembre de 1999 en pesos: $ 25.148.603.74
Deuda al 31 de diciembre de 1999 en UVR: 243.396.5109
Valor del ALIVIO CORRESPONDIENTE al Deudor: $ 1.941.522.84
UN MILLÓN NOVECIENTOS Y UN MIL QUINIENTOS VEINTIDÓS PESOS CON 84 / 100.
4.
Respecto de los ingredientes de la UPAC y la tasa DTF y su incidencia (usada en el antiguo proceso de
liquidación de créditos por parte de la Entidades Financieras) dejamos constancia NUEVAMENTE de que en
nada incide dentro del trabajo realizado ni en análisis subsidiarios o complementarios del mismo, en razón de que el
procedimiento de Reliquidación del Crédito solamente tiene como parámetro la UVR y ésta a su vez, únicamente
tiene como ingrediente el IPC y ni la más mínima parte de la DTF como fue determina por parte del alto
Tribunal.
Atentamente,
JORGE ENRIQUE DURAN CAMACHO
GABRIEL RAMIREZ MOROS
CC 19.066.105 de Bogotá
CC 13.473.750 de Cúcuta.
T.P 6633 C.P. Nal. Economía
T.P. 91525 C.S.J.
SEÑORA
JUEZ QUINTA CIVIL DEL CIRCUITO DE CÚCUTA
PRESENTE.
Ref – Ordinario de Sergio Jaramillo contra Conavi – Rcdo. No. 150/01.
Dentro del término del traslado del dictamen rendido, respetuosamente, le solicito que los señores Peritos se sirvan
aclararlo en le siguiente sentido. En el experticio presentado el 29 de abril del año en curso, en la página 2 infra, ellos
dicen, que el alivio al que tiene derecho el deudor, acá demandante, es de $ 1.941.522.84, presentándose una diferencia
de $ 48.713.68, en relación con la reliquidación efectuada por CONAVI. Y que esta diferencia es a favor del deudor.
Lo cual no es cierto.
De la lectura del mismo se deduce que la diferencia presentada entre las dos reliquidaciones, la de Conavi y la de los
Peritos, es a favor de Conavi, presentándose la inconsistencia, ya que Conavi le reconoció alivio por reliquidación al
deudor de $ 1.990.236.52.
La aclaración solicitada es determinar a favor de quién realmente es la diferencia de $ 48.713.68.
Señora Juez,
RUTH APARICIO PRIETO
CC 41.614.145 de Bogotá
T.P. 16.433 del C.S. de la J.
Señores
Juzgado Quinto Civil del Circuito
Presente
Ref: Proceso ordinario No. 150/01 contra Conavi.
ESTELLA ROPERO SANCHEZ, mayor de edad, abogada en ejercicio en consideración al poder a mí otorgado me
permito proponer Objeción por error grave contra la liquidación presentada por los profesionales JORGE ENRIQUE
DURAN CAMACHO y GRABRIEL RAMIREZ MOROS.
HECHOS RELATIVOS A LA PRUEBA
Se observa dentro de la experticia que se traslada a mi representado, los siguientes hechos:
1.
Que en primer lugar los profesionales elaboran una experticia sin haberse llevado a cabo la inspección judicial, en lo
cual se solicitó su intervención a fin de que conocieran y solicitaran los documentos necesarios para su trabajo, más
aún, sin dar lugar a que se le ampliara o confirmara el cuestionario formulado.
2.
Que posteriormente presentaron una corrección, ampliación y complementación del trabajo, sin habérseles
solicitado por los apoderados o por el despacho, anticipándose.
3.
Que en tercer lugar no retiraron del expediente los documentos requeridos a la entidad y que se colocaron a su
disposición.
DE LOS FUNDAMENTOS DE LA PRUEBA
Establece el artículo 293 del C.P.C, que la peritación es un mecanismo procedente para verificar hechos que interesan al
proceso y requieren especiales conocimientos técnicos, científicos o artísticos.
Como excepción a que sobre un mismo punto no se puede decretar sino un solo peritazgo, la norma establece que en el
incidente de objeción al mismo puede decretarse otro.
La Corte Suprema de Justicia en auto de septiembre 8/93, expediente 3446, dijo que la misión del perito en el proceso
civil muestra una doble fase que permite clasificar en dos grandes categorías los experticios según sea el sentido
preponderante del trabajo encomendados. La primera de esas categorías es la de llevar al juez la materia sobre la cual
debe operar. Se trata en esta, en esencia, de comprobar hechos, sus causas y sus efectos que requieran conocimientos
especiales que superen el nivel medio de cultura general atribuible al común de los jueces. La segunda, es la de
señalarle los instrumentos idóneos para hacerlo, en la cual se trata de aportar reglas propias de la experiencia
especializada para aplicarlas a un determinado supuesto fáctico por cualquier medio de prueba de recibo, contribuyendo
a formar la certeza del Juez e ilustrándolo para que comprenda mejor ese supuesto y pueda deducir con exactitud las
causas, sus efectos, las calidades y los valores, como cuando se trata de establecer la cuantía de daños y perjuicios.
Así las cosas, se tiene que la experticia solicitada busca a través de la inspección judicial y del cuestionario formulado,
una comprobación de las operaciones matemáticas y financieras realizadas en el crédito en cuestión en el período 9399, que permita establecer los cobros facturados, los pagos realizados y su distribución, la cotización del desaparecido
sistema UPAC con un ingrediente de corrección monetaria del DTF y la realización de la misma operación con el IPC, la
diferencia de mayor valor de corrección monetaria cobrada y facturada, el comparativo de la tasa de interés realmente
cobradas y la tasa legal bancaria, entre otras. Operaciones que requieren conocimientos especiales, no atribuibles en
muchos casos al operador judicial. Es por ello que para un mayor entendimiento del fin de la prueba se le pidió al perito
pronunciarse sobre la liquidación allegada con la demanda.
DE LOS FUNDAMENTOS DE LA OBJECIÓN
Permite el Estatuto Procesal en su artículo 238 de la contradicción al dictamen, señalando unos reglas especiales, dentro
de las cuales se encuentra la objeción por error grave.
La jurisprudencia de la Corte Suprema, enseña, que si se objeta por error grave los reparos deben poner al descubierto
que la correspondiente experticia tiene base equivocas, de tal magnitud, que impone como consecuencia la repetición de
la prueba con la intervención de nuevos peritos.
EL ERROR GRAVE
Se configura en la experticia un error grave por que los peritos se apartan del objeto de la prueba al no resolver lo pedido
en el cuestionario, circunstancia que les fue reiterada por el despacho.
Existe error protuberante al conceptuar que para “TODO” trabajo de reliquidación se debe actuar dentro de los
parámetros establecidos por la ley de vivienda, que por ello conduce a una grave confusión entre el objeto de la
experticia y la reliquidación ordenada en la Ley 546/99, conllevando a despojar al usuario de su reclamación.
Probar o evidenciar, como lo dicen los peritos, que al reliquidar un crédito en nada incide hoy la composición de la UPAC
y que por ello prescinden del análisis del crédito bajo el desaparecido sistema UPAC, no es otra cosa sino la muestra
tangible de la realización de una experticia que no se ha solicitado y de la NO realización del trabajo encomendado; más
aún el adentrarse dentro de un concepto jurídico no contemplado en la prueba solicitada. La experticia rendida no es
puntual para el proceso aquí planteado por que no se ajusta a lo pedido.
No se encomendó a los peritos que establecer el pago real realizado por mi representado en UVR y su equivalencia en
pesos como lo textualiza el dictamen, por que el crédito no se pactó en dicha unidad; el crédito se pactó en UPAC, por lo
tanto lo que se les pidió fue realizar un estudio contable y financiero respecto a la ejecución del crédito bajo el sistema
UPAC, especialmente que mostrara el comportamiento que éste habría de tener al liquidarse con el DTF y
comparativamente con el IPC, determinando los rubros que resultaran cobrados en exceso. En este punto la experticia
muestra un claro desconocimiento del tema y un confuso entendimiento del objeto de la prueba.
No se pidió a los peritos que conceptuaran exclusivamente sobre el valor del alivio, ello puede obedecer más bien a un
aporte o una complementación que pueden realizar los profesionales, previo análisis del saldo facturado por la entidad a
31 de diciembre de 1999.
No se pude conceptuar sobre el alivio sin el examen del saldo vigente a 31 de diciembre de 1999, facturado por la
entidad, por que éste corresponde a uno de los extremos que sirve para hallar el alivio el cual se repite debe encontrarse
depurado de la DTF o ADECUADO conforme a las sentencias C-383/99, C-700/99, C-747/99 de la Corte Constitucional y
la sentencia de nulidad del 21 de mayo/99 proferida por el Consejo de Estado.
El proceso de reliquidación del crédito para adecuarlo a las sentencias o depurarlo de la DTF, es sustancialmente
diferente a la reliquidación del crédito en UVR para hallar el alivio.
Veamos:
El artículo 41 de la Ley 546/99 contiene varios aspectos.
En el inciso primero establece dos ordenes: La primera, que el abono se debe hacer sobre los saldos vigentes a 31
de diciembre /99 y la segunda la forma como se debe realizar el abono, lo cual explica en los numerales 1 a 3.
En el numeral 1º, ordena que la entidad tome el saldo a 31 de diciembre de 1999 y a su vez establece en su inciso
segundo la forma de hallar el saldo a 31 de diciembre de 1999.
En el numeral 2º ordena a las entidades financieras que reliquiden el crédito en UVR, estableciendo el período que se
deben reliquidar y el valor de la UVR que deben aplicar, en atención al decreto 856/99.
En el numeral 3º ordena al Gobierno Nacional realizar el abono indicándole la cuantía y la forma de entrega. Establece
este numeral que la cuantía del abono es EL MONTO TOTAL de la DIFERENCIA que ARROJE LA RELIQUIDACIÓN
enunciada en el numeral 2º y la forma de entrega se hará (valga la redundancia) mediante la entrega de títulos TES, de
que habla el parágrafo 4º del mismo.
En este punto surgen las siguientes preguntas y respuestas:
1. ¿Cómo se debe realizar la reliquidación de que habla de la ley 546-99?
2. ¿Cómo o a qué diferencia se refiere el numeral 3º del artículo 41?
3. ¿A que saldo se le debe restar el alivio o abono?
Para responder la primera pregunta relativa a ¿Cómo se debe realizar la reliquidación de que habla la Ley 546/99?, la
circular 007/00 en el numeral 4º, estableció que para el Proceso de Reliquidación se toma el saldo del crédito a 31 de
diciembre de 1992 o el monto desembolsado si este fuere posterior a dicha fecha y se convierte a pesos con base a la
cotización de la UPAC de esa fecha, que el resultado se divide por el valor en pesos de la UVR de ese día. Que el
número de UVR resultantes constituye el monto inicial del crédito. Que la reliquidación se hará a partir de dicho monto o
saldo y que de allí en adelante se tomaran los pagos realizados por el deudor tal como sí el crédito efectivamente desde
su inicio se hubiera denominado en UVR. La circular contempla la forma de registrar los abonos y el cobro de la tasa de
interés. Cabe anotar que en este punto la circular contempla la aplicación de la tasa compuesta que se hubiere pactado
en el crédito (“ejemplo si en un crédito se pactó corrección monetaria más 18 y posteriormente se redujo a corrección
monetaria más 16, estos puntos 18 y 16 se tendrán en cuenta …”).
Para responder la segunda pregunta relativa a ¿Cómo o a que diferencia se refiere el numeral 3º del artículo 41? La
circular 007/00 en el mismo numeral indicó: “Efectuada la reliquidación en la forma descrita, incluido el crédito de Fogafin
se establecerá la DIFERENCIA EN MONEDA LEGAL COLOMBIANA ENTRE EL SALDO REGISTRADO POR LA
ENTIDAD A 31 DE DICIEMBRE /99 y el que para esa misma fecha se HAYA OBTENIDO CON EL PROCESO DE
RELIQUIDACIÓN. La DIFERENCIA ENTRE UNO Y OTRO es el VALOR del ALIVIO que le corresponde a cada crédito
y que se aplicará a la deuda contraída con el establecimiento de crédito.
Además la Circular más adelante indica: “El valor del alivio se destinará a cancelar las cuotas pendientes de pago en
orden de antigüedad y por el valor exacto que aparezca en la facturación excluidos los intereses moratorios…”.
Para responder la tercera pregunta relativa a ¿A qué saldo se le debe restar el alivio o abono?, tenemos que la Ley
546/99 en su artículo 41, como se anotó anteriormente, ordenó “… el abono se debe hacer sobre los saldos vigentes
a 31 de diciembre/99”.
Planteadas así las cosas surgen entonces las siguientes preguntas, las más importantes para el caso que nos ocupa,
cuyas respuestas, entre otras, son el objeto de la experticia.
4. ¿Se refleja en el saldo vigente de la obligación a 31 de diciembre de 1999 al que se le debe aplicar el alivio, el
ingrediente DTF?
5. ¿Cumplió la entidad con la orden de la Corte Constitucional impartida en sus sentencias C-383/99 y C-700/99
ADECUANDO LA OBLIGACIÓN, como lo ordenan las sentencias, de tal forma que en las cuotas y saldos no se
refleje el DTF a partir de mayo de 1999?
6. ¿Con fundamento en lo anterior depuró la obligación de la DTF desde el inicio del crédito?
7. ¿Descontó el valor de los intereses moratorios del saldo vigente a 31 de diciembre de 1999, es decir los condonó
como lo ordena la Ley 546/99?
8. ¿Depuró la Entidad el crédito de la DTF, contenida inicialmente en le valor de la cotización de la UPAC, desde el
inicio de éste y a más tardar desde la entrada en vigencia del decreto 663/93 artículo 134, en atención a que la
Resolución 18 de junio 30/95 del Banco de la República fue declarada nula por el Consejo de Estado y por lo tanto
es inaplicable toda vez que se debe entender no haber existido jamás?
9. ¿Rectificó la Entidad los cobros realizados a partir de una UPAC que contiene el DTF realizando dicho cobro a partir
de una UPAC calculada con el IPC, todo ello desde el inicio del crédito y a más tardar desde 1993 en atención a
que las normas que le antecedieron a la Resolución 18/95 son igualmente inaplicables por inconstitucionales?
En este orden de ideas tenemos que el peritazgo que se trasladad a mi cliente se hizo sobre bases equivocas, que no
resuelve para nada el problema planteado toda vez que se realizó una reliquidación sustancialmente diferente a la
pedida, por tal motivo se hace necesario el nombramiento de nuevos peritos para la realización de la experticia.
PRUEBAS
Solicito a su señoría el nombramiento de un nuevo perito para la elaboración de la experticia, al cual se le deberá poner
e conocimiento el cuestionario formulado, la reliquidación aportada con la demanda y los documentos que obran al
expediente tanto los allegados por el demandado como los allegados por el demandante. Adicionalmente solicitó que se
le ponga en conocimiento la experticia realizada por los peritos y el contenido de la presente objeción.
SOLICITUD
Allegó en el transcurso del término el depósito judicial para asegurar el pago de honorarios de peritos y a su vez solicito
se retengan estas sumas hasta tanto se defina el peritazgo, para lo cual su señoría aplicará, en cuanto al pago, las
regulaciones legales a que haya lugar. Sin otro particular, atentamente,
ESTELLA ROPERO SANCHEZ
CC 27.810.263 de Sálazar
T.P. 71.243 del C.S.J
SEÑOR
JUEZ QUINTO CIVIL DEL CIRCUITO DE CÚCUTA
PRESENTE
Ref – Ordinario de Sergio Jaramillo contra Conavi. Rcdo No. 150/01.
Dentro del término del traslado de la objeción al dictamen rendido, respetuosamente, le manifiesto que este fue rendido
dentro de los parámetros establecidos en la sentencias del H. Consejo de Estado 9280 del 21 de mayo de 1999; y C383/99, C-700/99 y C-747/99 de la H. Corte Constitucional.
Por cuanto los efectos de todas estas sentencias fueron ultractivos por disposición expresa de las mismas,
circunstancia que se deriva de las glosas pertinentes, así:
1. La sentencia del Consejo de Estado del 21 de mayo de 1999, al precisar los efectos de tal decisión y la
unidad con la parte resolutiva, advirtió: “… lo que significa que no puede tener aplicación alguna,
tanto en lo que respecta la liquidación, a partir de este fallo, de nuevas cuotas causadas por
créditos adquiridos con anterioridad y en lo que respecta a los créditos futuros, pues esta
sentencia es de “obligatorio cumplimiento para todas las autoridades y los particulares”. (subrayo
fuera de texto).
2. La H. Corte Constitucional en la sentencia C-383/99 en armonía con la sentencia 9280 del 21 de mayo de
1999 del H. Consejo de Estado, le ordenó al Banco de la República que expidiera una nueva Resolución
que, para fijar el valor de la UPAC, ésta fuera atada únicamente al IPC. Circunstancia que no sólo de
manera tácita sino expresa nos lleva al convencimiento del carácter ultractivo del fallo, sin la posibilidad
en términos generales de cualquier tipo de retrotraimiento.
3. En la sentencia C-700/ del 16 de septiembre de 1999, la H. corte Constitucional confrontó el
ordenamiento jurídico con las normas del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, determinando que las
normas atinentes a la actividad financiera debían ser expedidas a través de una Ley Marco por parte del
Congreso de la República y no como había sucedido, a través de un decreto extraordinario del Presidente
de la República, ya que esto vulneraba la funcionalidad orgánica del Estado. Declarando la
inconstitucionalidad de las mismas, debiéndose sustraer del ordenamiento jurídico todas las normas
atinentes a la adquisición de vivienda a largo plazo en el sistema UPAC del Estatuto Financiero, difiriendo
tal decisión hasta cuando el Congreso de la República expidiera la correspondiente LEY MARCO DE
VIVIENDA, dándole un plazo máximo hasta el 20 de junio de 2000, con el objeto de evitar un colapso al
sistema financiero. Sin embargo mantuvo los efectos de la sentencia C-383 de 1999 en lo relacionado con
la Resolución 010 del 1º de junio de 1999 (que la UPAC sólo podía ligarse al IPC a partir de esa fecha).
4. En la sentencia 747 de 1999, la H. Corte Constitucional declaró la inexequibilidad del numeral 3º del
artículo 21 del Decreto 663 de 1993 y de la expresión “… que contemplen la capitalización de
intereses…”, contenida en el numeral 1º del artículo en cita, pero únicamente en cuanto a los créditos de
vivienda a largo plazo, cuya inexequibilidad fue diferida hasta el 20 de junio de 2000, fecha límite que
tenía el Congreso de la República para expedir la Ley Marco correspondiente. Configurando el efecto
irrevocable de ultractividad del fallo, aplazando obviamente hacía el futuro su decisión.
De la observancia detallada del dictamen presentado se desprende que éste cumple con todas las exigencias
de las sentencias citadas.
El actor quiere darle una interpretación caprichosa y acomodada a sus intereses, otorgándole a las sentencias
referidas un efecto retroactivo de las mismas.
Señor Juez,
RUTH APARICIO PRIETO
CC 41.614.145 de Bogotá
T.P. 16.433 del C. S. de la J.
Señores
JUZGADO QUINTO CIVIL DEL CIRCUITO
CIUDAD
REF: PROCESO ORDINARIO RDO No. 0150-2001
DTE: SEGIO DE JESÚS JARAMILLO QUINTERO
DDO: CONAVI BANCO COMERCIAL S.A.
Respetado señor:
Me permito entregarle la reliquidación del crédito de acuerdo a las sentencias de la Corte Constitucional Nos. C-383, C700, C-747 de 1999, y las sentencias C-955, C-1140 y SU-846 y el fallo de nulidad del artículo 1º de la Resolución 18 del
30 de junio de 1995 del Banco de la República, Consejo de Estado en sentencia del 21 de mayo de 1999; ciñéndome a
las preguntas que ordena su Señoría.
1. Según el pagaré correspondiente a la obligación 6199-576, el crédito fue aprobado el día 26 de octubre de 1990,
por la cantidad de 3.561.0887 UPACS , que corresponden para esa fecha a $10.000.000, siendo por para ese día la
cotización de la UPAC de $2.808.13. el tiempo de duración de préstamo es de 180 cuotas consecutivas las que
incluyen intereses durante el plazo a la tasa del 9.5% efectivo anual.
Es de anotar que para este caso la reliquidación o recálculo de la obligación se hace desde el 1º de enero de 1993
hasta el 31 de diciembre de 1999.
Para responder las preguntas del cuestionario 2, 3, 4, 5, 8,9, se debe observar el ANEXO No. 1: MOVIMIENTO
HISTÓRICO DEL CRÉDITO, así:
2. el número de cuotas canceladas y su valor, durante la vigencia del crédito no se pudo determinar porque el Banco
Conavi no suministró el histórico completo; se determinaron las cuotas canceladas desde el 1º de enero de 1993
hasta el 31 de diciembre de 1999, las cuales pueden observar en la columna 16.
3. El valor de cada cuota lo tenemos en la columna 16 y totalizan $28.096.308.oo hasta el 31 de diciembre de 1999.
Lo cancelado desde el 26 de octubre de 1990 hasta el 31 de diciembre de 1992 no se determinó porque el Banco
no suministró esa información.
En cuanto a la distribución de pagos tenemos.
Columna 7: loa abonos a capital en pesos que suman en total $16.535.323.86
Columna 12: intereses facturados que suman $12.892.019.12
Columna 14: intereses de mora cobrados por el Banco $304.606.01
Columna 15: seguros facturados $2.230.891.oo
4. La tasa de interés remuneratoria cobrada en cada cuota es del 9.5% EA.
5. En la columna 7: Podemos observar las cifras que incrementaron el capital por efectos de la corrección monetaria
desde el 1 de enero de 1993 hasta el 31 de diciembre de 1999. el valor total que se incrementó el capital de la
deuda durante la vigencia del crédito es de $30.029.058.68.
6. El valor de la DTF, cobrada dentro de la Corrección Monetaria tanto para liquidar cuotas como para liquidar
intereses remuneratorios es:
Hasta septiembre 8 de 1994 es del 90% del costo promedio ponderado de las captaciones en cuentas de ahorros y
certificados de ahorro de valor constante.
Desde el 9 de septiembre hasta el 31 de mayo de 1994 el 74% del promedio móvil de la DTF de las cuatro semanas
anteriores a la fecha de cálculo.
7. La cotización de la UPAC en pesos en cada cuota cobrada y cancelada encontramos en la Columna 4.
8. En la columna 4: Encontramos el valor de la cotización en pesos de la unidad de Poder Adquisitivo Constante
liquidada con el 74% de la DTF, desde el inicio del crédito, hasta el 31 de diciembre de 1999.
9. Para resolver este punto tomo como valor inicial la UPAC del 31 de diciembre de 1992 y haciendo la proyección del
mismo con la tasa IPC, certificado por el DANE y aplicando las mismas formulas que el Banco de la República
utilizó para el cálculo de la UPAC con DTF, obtuvieron una nueva UPAC calculada con el índice de precios al
consumidor como lo indican las sentencias de la Corte Constitucional y el Consejo de Estado o sea sin tener en
cuenta la DTF.
En la columna 2, del ANEXO No. 2: RELIQUIDACIÓN O RECALCULO DEL CRÉDITO EN UPAC CON IPC,
encontramos la UPAC con IPC del día correspondiente a cada pago o cancelación de su cuota mensual fijada por el
Banco.
10. Los saldos mensual en PESOS y en UPAC, liquidando la UPAC , con el 74% del DTF, los podemos observar en el
ANEXO No. 1: MOVIMIENTO HISTÓRICO DEL CRÉDITO, columna 10: NUEVO SALDO EN PESOS, el cual al 31
de diciembre de 1999 es de ($27.090.126.58), y en la columna 11: SALDO UPAC CON DTF, que es saldo en
UPAC al 31 de diciembre de 1999 es de (1.627.8020 UPACS).
En el ANEXO No. 2: RELIQUIDACIÓN EN UPAC CON IPC, en columna 7: NUEVO SALDO EN PESOS,
encontramos los saldos en pesos calculados con IPC, que al 31 de diciembre de 1999 es (-$2.284.766.63) y en la
columna 8: NUEVO SALDO UPAC CON IPC, encontramos los saldos mensuales en UPAC CON IPC, que al 31 de
diciembre de 1999 es (-428.8490 UPACS CON IPC).
11. Al analizar la reliquidación presentada con la demanda:
A - Como vemos en el ANEXO 1: RELIQUIDACIÓN CRÉDITO - COBRADO CORPORACIÓN, Columna 4 (Valor
UPAC), vemos la UPAC CON EL 74% DEL DTF utilizada por el Banco la cual tiene un mayor valor, que la UPAC CON
IPC que se calculó, la cual podemos observar en el ANEXO 2: RELIQUIDACIÓN CRÉDITO – RECÁLCULO CRÉDITO,
COLUMNA 2 (Valor UPAC con IPC).
B - Al comparar la tasa remuneratoria más corrección monetaria vemos que en el ANEXO No. 5: COMPARARTIVO DE
TASAS DE INTERESES, Columna 9, (Tasa de interés real cobrada), en la mayoría de los ítems es mayor que el Interés
Bancario Corriente.
C - Lo facturado por la parte demandada es:
SALDO DE LA DEUDA AL 31-12-99
$27.090.126.58
ABONOS A CAPITAL INDEXADO CON DTF
16.535.323.86
POR INTERESES CAUSADOS
12.892.019.12
POR POLIZAS DE SEGURO
2.230.891.oo
POR INTERESES DE MORA
304.606.01
TOTAL…
59.052.966.57
D - Corresponde a lo preguntado anteriormente en “C”.
E - Lo que justamente debe haberse causado en el período es:
SALDO DE LA DEUDA CON UPAC CON IPC
ABONO CAPITAL
-$2.284.766.63
16.535.323.86
POR INTERESES REMUNERATORIOS
4.064.839.55
POR POLIZASA DE SEGURO
2.230.891.oo
TOTAL......
$20.546.287.78
F - El saldo que justamente debía contabilizar la parte demandada al 31 de diciembre de 1999 es de -$2.284.766.63,
este valor es negativo o sea que está a favor del usuario del crédito, por lo tanto el crédito a 31 de diciembre de 1999
esta cancelado y el banco debe devolver al usuario del crédito esa suma, más los intereses corrientes cobrados de más
y los intereses de mora que deben ser condonados, así:
Saldo a favor del usuario del crédito al 31-12-99
$2.284.766.63
Intereses corrientes cobrados de más
$8.827.179.58
Intereses de mora que debben ser condonados
$ 304.606.01
SALDO A DEVOLVER AL USUARIO DEL CRÉDITO AL 31 DE DICIEMBRE DE 1999 $11.416.552.22
ADEMÁS DEBE REINTEGRARLE AL CLIENTE TODO LO CANCELADO DESDE EL 1º DE ENERO DEL 2000 HASTA
LA FECHA CON EL LUCRO CESANTE RESPECTIVO.
G - La reliquidación que se presenta con la demanda sí cumple todos los parámetros financieros y económicos,
establecidos por el Consejo de Estado en la sentencia de mayo 21/99 nulidad contra el artículo 1º (parcial) de la
Resolución 18 de la Junta Directiva del Banco de la República y también cumple con lo ordenado en las sentencias de la
Honorable Corte Constitucional C-383-99, C-700-99, C-747-99, SU-846-00, C-955-00 y C-1140-00, por lo tanto se
encuentra de acuerdo con la forma en que se deben liquidar los créditos.
12. Esta pregunta queda resuelta con el ANEXO No. 5, COMPARATIVO DE TASAS DE INTERÉS. En la columna 8
tenemos el interés realmente cobrado o sea la corrección monetaria más intereses corrientes y en la columna 9, la
tasa de interés realmente cobrada.
A continuación explicaremos los cuadros hechos para reliquidar el crédito, tomando como base los parámetros del
Consejo de Estado en su providencia del 21 de mayo de 1999 y de la Corte Constitucional en las sentencias Nos.
C-383, C-700, C-747 de 1999, C-955 y C-1140 del 2000 y determinar los cobros en exceso que hizo el Banco:
ANEXO No. 1: MOVIMIENTO HISTÓRICO DEL CRÉDITO
Columna 10: muestra el incremento de la deuda en octubre 26 de 1990 comenzó con $10.000.000.oo y al 31 de
diciembre de 1999 ascendió a $27.090.126.58.
Columna 16: detallamos los pagos efectuados desde enero de 1993 hasta el 31 de diciembre de 1999 y
ascendieron a $28.096.308.oo.
Columna 12: se relaciona me s ames el interés cobrado por el Banco a una tasa del 9.5% EA y ascendió a
diciembre de 1999 a $12.892.019.12.
Columnas 14 y 15: se relacionan los intereses de mora y seguros que cobró el Banco.
ANEXO 2: CÁLCULO DEL CRÉDITO CON BASE EN UPAC CON IPC
Tiene como objetivo mostrar el valor real de la deuda efectuando el cálculo del crédito para los intereses y saldos.
Para obtener las cifras correspondientes se tomó como corrección monetaria el IPC mensual, según la certificación
del DANE; excluyendo del cálculo del UPAC la tasa DTF y tomando como valor inicial para el cálculo el valor de la
UPAC a diciembre 31/92 y haciendo la proyección de lo mismo con la tasa de IPC durante la vigencia del crédito
como se muestra en la columna 2; para los intereses calculados columna 9, aplicamos la tasa pactada en el pagaré,
los intereses de mora y seguros columnas 10 y 11 se tomaron del valor facturado por el Banco.
En la columna 7 se presentan los nuevos saldos recalculados que al 31 de diciembre de 1999 es de -$2.284.766.63.
ANEXO No. 3: COMPARATIVO DE INTERESES COBRADOS POR LA CORPORACIÓN Y CALCULADOS CON
IPC
En este anexo se muestra la diferencia entre el valor del interés cobrado por la Corporación (columna 2) y el interés
calculado con IPC (columna 3); cuyas diferencias se muestran en la columna 4 y como resultado del interés que el
Banco cobró de más hasta el 31 de diciembre de 1999 asciende a $8.827.179.58, así:
TOTAL INTERESES COBRADOS BANCO
$12.892.019.12
TOTAL INTERESES CALCULADOS
$ 4.064.839.55
DIFERENCIA
$ 8.827.179.58
ANEXO 4: COMPARARTIVO DE SALDOS.
En este anexo mostramos los valores de saldo en pesos de la deuda que mes a mes presenta el Banco (columna 2)
y el saldo que calculamos mes a mes, como efecto del recalculo con incremento por corrección monetaria, tomando
como base el IPC mensual y no la DTF con la que liquidó el Banco (columna 3).
La diferencia entre el saldo calculado y el saldo del Banco asciende a $29.374.893.21 (columna 4) así:
SALDO BANCO
$27.090.126.58
SALDO CALCULADO
- 2.284.766.63
DIFERENCIA
$29.374.893.21
ANEXO 5: COMPARATIVO DE TASAS DE INTERÉS
En este anexo establecemos la tasa de interés que realmente cobró la Corporación, teniendo en cuenta los
dispuesto por la Ley 45/90 en su artículo 68 tomando como interés todo lo que el deudor cancela al acreedor como
contraprestación del crédito, esto es el interés facturado y la corrección monetaria que cobró la Corporación
columna 4, y la que efectivamente debía cobrar, según lo establecido en el anexo 2 columna 6, que se retoma para
este caso en la columna 5 y se totaliza en la columna 8 llamada total cobrado como intereses, cifra que con relación
al verdadero saldo de la obligación, que se retoma del cálculo explicado en el anexo 2 columna 7 y se detalla en la
columna 3 de este anexo, da una tasa de interés en algunos casos muy superior durante la vigencia del crédito a la
certificada por la Superintendencia Bancaria como interés bancarios corriente y que se pueden ver en las columnas
9 tasa de interés real cobrada y columna 10 tasa de interés bancario corriente.
RESULTADO
Con el nuevo cálculo del crédito efectuado, se determinan las siguientes diferencias:
DETALLE
COBRADO
CALCULADO
DIFERENCIAS
Saldos a cargo:
27.090.126.58
-(-2.284.766.63)
29.374.893.21
Intereses Ctes:
12.892.019.12
4.064.839.55
8.827.179.58
Intereses de mora:
Seguros:
TOTALES:
304.606.01
-0-
2.230.891.oo
230.891.oo
42.517.642.71
4.010.963.92
304.606.01
-038.506.678.80
Como se puede observar en el anexo No. 2, final de la columna 7, el saldo recalculado es un valor negativo de $2.284.766.63, lo que quiere decir que el crédito está cancelado y el usuario del crédito tiene un saldo a favor por
esa cantidad, y esta disminución del saldo se debe a que la UPAC está calculada con el índice de Precios al
Consumidor (IPC); además el Banco debe reintegrar al cliente el cobro excesivo de intereses corrientes
determinados en el ANEXO No. 3, final de la columna 4 por valor de $8.827.179.58, además debe condonar los
intereses moratorios que ascienden a $304.606.01; en total el Banco debe al usuario del crédito $11.416.522.22.
También se deben reintegrar todos los pagos efectuados a partir del 10 de enero de 2000 hasta la fecha.
El alivio el Banco debe reintegrarlo al estado según el Decreto 712-2000.
Atentamente,
PEDRO NEL ALVAREZ F.
CC 19.140.106 de Bogotá
Economista. T.P. 10132 CNPE
Universidad Nacional – Bogotá
Señores
JUZGADO QUINTO (5) CIVIL DEL CIRCUITO
E.
S.
D.
REFERENCIA: PROCESO ORDINARIO
DEMANDANTE: SERGIO DE JESÚS JARAMILLO QUINTERO
DEMANDADO: CONAVI
RADICADO: 0150-2001
RUTH APARICIO PRIETO, mayor de edad, Abogado en Ejercicio, portadora de la Tarjeta Profesional No. 16.433 del C.S
de la J., identificada con cédula de ciudadanía No. 41.614.145 de Bogotá, actuando en calidad de apoderara de CONAVI
en el proceso de la referencia y dentro de los términos de la Ley, me refiero a los dictámenes en los siguientes términos:
Como punto de partida se debe mencionar que a pesar de que se encuentra agotada la posibilidad de contradicción del
dictamen, pues el mismo ya fue objetado conforma al artículo 238 del Código de Procedimiento Civil, se harán algunas
observaciones en cuanto a los errores encontrados en el mismo. Posteriormente se solicitará al perito una aclaración y
complementación del dictamen, como oportunamente se enunciará.
Los trabajos realizados inicialmente se ciñen casi en su totalidad a la metodología establecida por la Circular Externa 007
de 2000, excepto cuando hallan el alivio, pues lo hacen estableciendo una comparación entre saldos en unidades UVR,
cuando verdaderamente el mismo se extrae de la comparación entre saldo UPAC y saldo UVR a 31 de diciembre de
1999. De esta menra, el Despacho podrá observar que las cifras enunciadas por los auxiliares son bastante semejantes
a las establecidas por el Banco.
De la lectura del dictamen resultado de la objeción tenemos que:
En cuanto al procedimiento utilizado por el perito para la reliquidación del crédito, acata casi totalmente la Ley 546 de
1999 y la Circular Externa 007 de 2000. Digo casi, pues a pesar de que en el Anexo 1 trabaja una reliquidación en UPAC
ajustada a la metodología, en el Anexo 2 se abstiene de realizar la reliquidación en UVR conforme lo ordena la
mencionada Circular así: “4) Proceso de reliquidación … i) si el crédito fue desembolsado con anterioridad al 1º de
enero de 1993, se toma el saldo en UPAC a 31 de diciembre de 1992 y se convierte a pesos con base en la cotización
de la UPAC en esa fecha. El resultado se divide por el valor en pesos de la UVR correspondiente al 1º de enero de
1993”). Por el contrario, trabaja una unidad UPAC inventada, pues la calculada con base en un porcentaje del IPC, lo
que está completamente errado, ya que lo que debería trabajar es el procedimiento de la reliquidación en unidades UVR
y desestimar lo contemplado en este anexo. Se debe tener en cuenta que el valor de la unidad UPAC fue fijado mes a
mes por el Banco de la República.
De la lectura del trabajo se deduce claramente que el perito dictamina que la liquidación efectuada al crédito número
6199-576 por el Banco es correcta y ajustada a las normas que reglamentan la metodología para dicho procedimiento,
entre ellas, la Circular Externa 007 de 2000 proferida por la Superintendencia Bancaria, declara válida en dos
oportunidades por el Consejo de Estado, en sentencias de fecha Veintisiete (27) de noviembre de dos mil dos (2002) y
Veintisiete (27) de febrero de dos mil tres (2003), por lo tanto de obligatorio acatamiento en el tema. (Adjunto textos de
las mencionadas normas).
Lo que solicita al perito, es que sirva aclarar por qué en el Anexo 3, liquida intereses sobre las sumas cobradas en
exceso, si dicho procedimiento daría como resultado la aplicación de un mayor alivio, que aquel que el monto reconocido
por el Gobierno, reconocido por el perito.
El perito debe tener en cuenta, que es el mismo proceso de reliquidación aplicado al crédito, el que período a período
reconoce intereses sobre ese mayor valor cobrado en ese período respectivo. A continuación y para consideración del
perito, transcribimos el aparte pertinente a un dictamen pericial rendido por el Doctor Alberto Antonio Álvarez Arango,
autor del libro Matemáticas Financieras de editorial Mc Graw Hill, en proceso ordinario en contra del Banco, que se
adelantó, en el Juzgado Quince Civil del Circuito de Medellín radicado 991176; respecto del tema, el Doctor Álvarez, se
pronuncia así:
“… Al practicar la RELIQUIDACIÓN del crédito en UVR período a período, lo que se esta haciendo no es más que
reconocer y abonar al saldo de capital insoluto en cada uno (sic) de las cuotas periódicas, unos valores que habían sido
cobrados en exceso cuando la LIQUIDACIÓN del crédito fue realizada mediante el sistema UPAC.
Ese valor cobrado en exceso en un período determinado y abonado en el mismo período al saldo de capital insoluto,
representa el valor del alivio para ese período de pago.
Por lo tanto, si los alivios se acumularan periódicamente y solo fuera abonado al saldo del capital insoluto en diciembre
31 de 1999.
En conclusión no hay a reconocimiento de intereses establecidos en el Anexo 3 sobre sumas pagadas en exceso, pues
estas fueron compensadas con el valor del alivio parcial en las fechas que se dieron…”.
Ahora bien, cuando el perito se refiere a $304.606.01 por concepto de intereses de mora que deben ser condonados, se
deben tener en cuenta los mismos, según la Circular Reglamentaria, se condonan siempre y cuando no se hubieren
pagado, pero una vez cancelados no se descuentan. En otras palabras, si el cliente hubiese estado en mora, se
simularía que estaba al día, y ahí surgiría la obligación de condonar tales intereses moratorios, de modo contrario, deben
ser asumidos por el cliente como el caso que nos ocupa.
En cuanto a la sentencia 9280 del 21 de mayo de 1999, analiza jurídicamente la legalidad de la Resolución Externa No.
18 de 1995 del Banco de la República en lo referente a los elementos que se emplean para el cálculo del valor de la
Unidad de Poder Adquisitivo Constante, para el cual, de acuerdo a tal acto administrativo se debían tener en cuenta en
primera instancia el 74% del promedio del DTF, siendo esto en consideración del alto tribunal contrario a la normatividad
vigente en vista de que para el cálculo de la UPAC el artículo 134 del Decreto 663 de 1993 establece que debe tenerse
en cuenta el índice de precios al consumidor IPC y no únicamente un precio, como lo sería el del dinero a que alude la
DTF, con independencia de los elementos que la conforman, pues se enfatiza, las tasas de interés constituyen un factor,
sin carácter obligatorio, dentro del cálculo de las UPAC, por lo que el acto administrativo demandado, al tomar
únicamente dicho factor para el cálculo en cuestión, vulneró la norma superior contenida en el citado artículo 134 del
Decreto 663 de 1993.
Esta interpretación condujo al Consejo a la conclusión que el artículo 1º de la Resolución 18 de 1995 era nula,
sustrayéndola de esta manera del ordenamiento jurídico y trayendo como efecto la necesidad de realizar un nuevo
cálculo del valor del UPAC.
Ahora bies, es imprescindible analizar los efectos que produce dicha declaratoria de nulidad ya que ello es necesario
para saber a partir de que momento debe realizarse el recálculo del valor del UPAC, sí es desde el momento en que la
norma fue creada o desde su declaratoria de nulidad. Para llegar a una conclusión es necesario realizar un estudio de
los efectos de la declaratoria de nulidad:
Problema interesante en el derecho nacional se presenta sobre los efectos de la declaratoria de nulidad de un Acto
Administrativo. Sobre este aspecto vale la pena indicar que la jurisprudencia nacional no ha sido unívoca. Dos tipos de
efectos se le han otorgado a la nulidad de los actos administrativos de manera indistinta durante algunas épocas de
nuestra jurisprudencia. Una primera corriente sostiene que la declaratoria de nulidad del Acto Administrativo produce
efectos retroactivos a partir del momento en que el acto surgió a la vida jurídica. Se trata de una tesis que revive para el
derecho público nacional los efectos de la teoría clásica de la nulidad, que considera nulo el acto a partir de su
nacimiento. Consecuencia inevitable de esta tesis es la de que la totalidad de situaciones jurídicas emanadas del acto
declarado nulo depararía de existir. Una segunda tesis, en nuestra opinión aceptable y que propende por la protección
del ordenamiento jurídico y las situaciones individuales generadas a partir de un acto que ha sido declarado nulo,
sostiene que los efectos de la nulidad tan solo pueden ser hacía el futuro, esto es, a partir del momento en que la
providencia respectiva quede ene firme. Consideramos que esta es la opinión dominante en nuestra jurisprudencia. Se
trata de una tesis de avanzada jurídica, que no puede ser desconocida y que eventualmente protegería a todos aquellos
que de alguna manera obtuvieron derechos o situaciones jurídicas concretas durante el tiempo que estuvo vigente la
norma declarada nula.
Veamos como históricamente la jurisprudencia de la Corporación ha pretendido encausar en un buen número de
providencias la anterior interpretación.
Sentencia de mayo 27 de 1941. Consejo de Estado “…La nulidad es jurídicamente diferente de la situación que se
presenta cuando disposiciones jerárquicamente inferiores vienen a quedar sin eficacia o aplicación como consecuencia
de normas superiores dictadas con posterioridad. Un acto válido en el momento de su expedición, no esta afectado de
vicio o sanción de nulidad aunque luego resulte contrario a las leyes posteriores de superior obligatoriedad. Una cosa es
el fenómeno jurídico de la nulidad y otra la inaplicabilidad de un precepto…”
Respecto de actos individuales, es decir, aquellos producidos durante la vigencia de una norma que le ha servido de
fundamento, pero que crean situaciones jurídicas concretas, se individualizan de tal manera que no permanecen
dependientes de la norma superior en la medida en que han creado situaciones jurídicas específicas, en cabeza de un
sujeto determinado. En este sentido, la sentencia comentada consolida el fenómeno como de carácter autónomo,
impugnable independientemente de los vicios que puedan afectar al acto del cual se desprendió.
Sentencia de octubre 17 de 1969, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta, C.P. Hernando Gómez Mejía,
actor Cadenalco. “… En el campo civil la nulidad pronunciada en sentencia con fuerza de cosa juzgada, tiene efecto
retroactivo y da a las partes el derecho para ser establecidas al estado en que se hallarían, si no hubiese existido el acto
o contrato nulo. En el campo administrativo, la sentencia con efecto erga omnes sólo opera hacía el futuro…”.
La pretensión en el proceso civil involucra derechos similares a los de la llamada acción de reestablecimiento del
derecho en el proceso contencioso administrativo. Razón esta elemental para que los efectos sean los indicados en la
providencia comentada. La nulidad en el proceso contenciosos administrativo tiene unos efectos totalmente diferentes;
sólo busca que el orden jurídico del Estado sea reparado, por lo tanto involucra una pretensión general y no particular.
En este sentido, la pretensión no favorece aspiración individual alguna. Desde este punto de vista, el efecto de nulidad
debe respetar sin duda las situaciones que se han desprendido del acto nulo, constituyendo decisión independiente.
Sentencia de abril 26 de 1973, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera. “… La declaración de
inexequibilidad equivale a una declaración de nulidad. Así lo han admitido juristas como el Doctor Fernando Garavito, en
su célebre estudio citado por el señor fiscal y por el apoderado de la parte impugnadora y el doctor Miguel Moreno
Jaramillo quien no vacila, en su libro Sociedades, al expresar las diferencias que existen entre los conceptos de nulidad,
suspensión, revocación, inaplicabilidad. En la columna precedente nos trazamos un renglón especial para la palabra
inexequibilidad, porque en el fondo esta significa tanto como nulidad. La sentencia de inexequibilidad de una Ley,
decreto u ordenanza, por ser contrarios a la Constitución equivale a una declaración de nulidad del acto.
“Sí para que haya derogación se requiere otra Ley eficaz que extinga la primera, sí para que una Ley sea inexequible se
requiere una sentencia que declare que es contraria a la Constitución, la derogación y la inexequibilidad no pueden ser
conceptos jurídicos equivalentes, pues son actos que difieren por sus autores, por sus motivos y por sus fines. En
cambio, si tanto en derecho público como en derecho privado se dice que esta anulado un acto cuando por sentencia
definitiva se consideró afectado de vicio que le impidieron producir efectos (Moreno Jaramillo), la declaración de
inexequibilidad sí equivale a declaración de nulidad, pues no se hace cosa distinta a la de decir que la Ley estaba
afectada del vicio de inconstitucionalidad que le impidió producir efectos. Inexequible es lo que no produce efectos, lo
que no tiene vida, dice el doctor Fernando Garavito en su mencionado estudio, porque etimológicamente el vocablo
exequible quiere decir con efecto, con valor, que puede ejecutarse o cumplirse, quod effici potest (…). Pero a pesar de la
disparidad de criterios, coinciden las mismas providencias, en el señalamiento de los efectos de la sentencia de
inexequibilidad: no tiene efecto retroactivo, todo lo contrario, sus efectos son hacía el futuro y, por consiguiente, se
reconocen los actos y situaciones jurídicas nacidas durante la vigencia de la Ley, antes del pronunciamiento
jurisdiccional. Esto por una razón elemental de conveniencia: el mundo de las relaciones exige garantía de estabilidad
para las mismas, cuando no fueren concretadas bajo la forma que se presumía válida. Esa certidumbre comunica
seriedad y seguridad a los actos jurídicos, y también genera armonía social porque evita distorsión en el tratamiento de
los derechos ya individualizados en razón de la ley jurídicamente existente…”.
Se puede destacar de esta providencia, desde el punto de vista de su naturaleza, que tanto la inexequibilidad como la
nulidad se asimilan. Por lo tanto, los efectos de la primera son perfectamente aplicables a la segunda. Lo anterior nos
lleva a pensar, desde este punto de vista, que las situaciones jurídicas individuales, creadas a partir de un Acto
Administrativo general que posteriormente es declaro nulo, deben permanecer, produciendo efectos jurídicos por las
razones antes expuestas y hasta tanto una autoridad jurisdiccional no se pronuncie sobre su validez en el ordenamiento
jurídico.
Auto de noviembre 18 de 1988, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, C.P. Simón Rodríguez, actor
José María del Castillo Abella, exp., 950. “… Teniendo efectos erga omnes la decisión de la Corte Suprema, que destacó
la acción popular consagrada en el artículo 214 de la Constitución Nacional, la declaratoria de nulidad del artículo 141,
del Decreto 180 de 1980, deja sin efectos el texto que lo pretendió reglamentar (aparte del artículo 7º. Literal a) del
Decreto 2799), y les trasmite a éste los mismo vicios de inconstitucionalidad…”.
A través de este pronunciamiento la máxima Corporación de lo Contencioso Administrativo diferencia lo que son los
efectos de la sentencia de inexequibilidad frente a actos administrativos generales y particulares. Para el caso, se
pronuncia respecto de los generales, los cuales indubitablemente en el momento en que se producen continúan ligados
al acto principal, para el caso de la Ley a la que le deben su origen. El acto reglamentario es un acto general que
desarrolla aspectos de la Ley, resulta entonces lógico y necesario que por ser una prolongación de aquélla deban
transmitirse de manera inmediata los vicios que lleven a la declaratoria de nulidad del acto. Este planteamiento no es
válido en relación con actos individuales, tal y como se expresa a continuación.
Sentencia de marzo 9 de 1989. Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, C.P. Luis Antonio Alvarado,
actor Eternit Colombiana S.A., exp. 112. “… La corte Suprema de Justicia en algunas oportunidades se ha pronunciado
en torno a los efectos de su sentencia de inexequibilidad señalando en todo caso que sus efectos sólo rigen hacía el
futuro y con la obvia consecuencia de que las situaciones creadas durante la vigencia de la norma declarada
inconstitucional, son validas en defensa de la seguridad jurídica y de la buena fe de los gobernados. Puede decirse que
en este aspecto de las acciones de inexequibilidad de la leyes, desde el principio la Corte interpretó los alcances de los
efectos de estos fallos hacía el futuro, porque como lo dijo tiempo después de haberse erigido este valioso instrumento
en defensa de la constitucionalidad de las leyes en 1910, sí sus efectos fueran retroactivos y alcanzaran a anular las
leyes desde su origen, ningún derecho habría firme y la inseguridad social y la zozobra, sería permanentes y mayores
cada día. Así se sostuvo invariable la jurisprudencia hasta 1929, año en el cual se empleó el criterio anterior, que como
lo anota el Magistrado Gustavo Velásquez, en destacado estudio, en el que discrepa de la tesis tradicional de la Corte,
se permitió la nueva doctrina afectar asuntos pasados, al indicar que los tribunales, por los trámites comunes serían los
que decidieran las cuestiones particulares generadas, en la Ley declarada inconstitucional…”.
Si bien es cierto que el anterior planteamiento está referido a la sentencia de inexequibilidad, sobra decir que ya en fallos
anteriores el Consejo de Estado había indicado que el fallo de nulidad se puede asimilar al de inexequibilidad porque
naturalísticamente se trata del mismo fenómeno, la diferencia radica en el órgano jurisdiccional que resuelva el conflicto.
Conceptuado de noviembre 21 de 1989, Sala de Consulta y Servicio Civil, C.P. Humberto Mora Osejo. “… La
declaratoria de nulidad de la Ley 2ª de 1989, cualquiera que sea el efecto que se le dé a la mencionada sentencia de la
Corte Suprema de Justicia, ex nunc o ex tunc, pues, aunque fue expedido con fundamento en la Ley 2ª de 1989, es un
acto independiente de ésta que, por lo mismo, subsiste a pesar de haber sido declarada inconstitucional (…) Sin
embargo, la Sala observa que la declaratoria de inconstitucionalidad, de la Ley 2ª de 1989, que es la base del Decreto
583 del 22 de marzo de 1989, sería relevante de la valides de éste en el proceso que podría adelantarse para que se
declare inconstitucional…”.
En este concepto, el Consejo de Estado va mucho más allá de las anteriores expresiones. El principio de la seguridad
jurídica de los asociados se sobrepone independientemente del efecto que se le otorgue a la sentencia. Tratase de
efectos hacía el futuro. O hacía el pasado, el acto individual debe prevalecer hasta tanto no se le impugne
individualmente.
Sentencia de noviembre 28 de 1989, Sala de lo Contencioso Administrativo, C.P. Simón Rodríguez, actor Corporación
Colombiana de Ahorro y Vivienda – Davivienda, exp. A 051 “… El artículo 3º del Decreto 252 de 1980, fue declarado nulo
por la Corporación el 23 de noviembre de 1984 y las decisiones tomadas durante la vigencia del acto anulado son
válidas y obligatorias como en el caso del acto acusado…”.
Como lo indicamos en el fallo anterior, la similitud entre los efectos de los fallos de inexequibilidad y de nulidad son
obvias. La estabilidad jurídica del Estado no puede ponerse en duda cuando se han creado situaciones jurídicas
independientes durante la existencia plena de un acto que posteriormente es declarado nulo. En el proceso del cual
hemos trascrito de los anteriores notas, se observa con claridad cómo la jurisprudencia de la Sala Plena de la
Corporación, que dicho sea debe prevalecer sobre las diferentes secciones, adoptó la tesis de la sobrevivencia de los
actos individuales cuando la norma jurídica que le ha servido de fundamento desaparece del ordenamiento jurídico.
Sentencia de octubre 12 de 1990, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta, C.P. Consuelo Sarria Olcos,
actor Banco Central Hipotecario BCH, exp. 1846. “… Los efectos cumplidos con base en actos administrativos, en
normas declaradas inexequibles o nulas, y que no se hallen sujetas a controversia judicial, guardan su integridad, dado
que la declaratoria de nulidad cuando el fallo culmina en proceso, desatado en ejercicio de una acción pública de ese
tipo, no tiene, en principio, efectos retroactivos, y que la desaparición del precepto obra ex nunc o sea hacía el futuro, por
lo que adelante no puede tomarse decisión fundamental en el mismo, dada su inexistencia a partir de la fecha en que la
sentencia que lo declaró injurídico, adquiera firmeza (…) los actos administrativos dictados con base en el precepto
previamente a su anulación, conservan su presunción de legales y deben ser aplicados, salvo el derecho de quienes lo
hayan impugnado debidamente ante esta jurisdicción…”.
Reitera esta providencia la necesidad de preservar los actos individuales, frente a la desaparición con ocasión de una
declaratoria de inexequibilidad o nulidad de la norma general, que le sirvió de fundamento. Insiste en que el acto
individual subsiste, al de declaratoria de inexequibilidad, puede ser objeto de impugnación de manera independiente. De
no ser impugnado, conserva su presunción de legalidad, y surte efectos jurídicos plenamente.
Todo lo anterior nos lleva a la inexorable conclusión de que los efectos de la nulidad de la referida sentencia deben
entenderse a partir del 21 de mayo de 1999. Es decir, la UPAC se debe calcular con base en la DTF hasta ésta fecha, y
sólo posteriormente se calcula con base en el IPC.
Por otra parte debemos indicar que la noción de derecho adquirido ha sido ampliamente discutida por la ciencia jurídica,
a fin de distinguirla de las meras expectativas, pues mientras el primero no puede ser desconocido por las leyes
ulteriores, por el contrario las segundas no gozan de esta protección. Esta distinción se relaciona entonces con la
aplicación de la ley en el tiempo y la prohibición de retroactividad, pues en principio una norma posterior no puede
desconocer situaciones jurídicas consolidadas durante la vigencia de una regulación anterior, pero en cambio la ley
puede modificar discrecionalmente las meras probabilidades o esperanzas que se tienen de obtener algún día un
derecho. A su vez. Esta prohibición de la retroactividad es consustancial a la idea misma del derecho en una sociedad
democrática, pues la regulación social a través de normas jurídicas pretende dirigir la conducta de personas libres, por lo
cual es necesario que los individuos conozcan previamente las normas para que puedan adecuar sus comportamientos a
las mismas. Una aplicación retroactiva de una ley rompe entonces no sólo la confianza de las personas en el derecho,
con lo cual se afecta la buena fe, sino que, además, desconoce la libertad y autonomía de los destinatarios de las
normas, con lo cual se vulnera su dignidad.1
Por todo lo anterior, se solicita al perito que aclare y complemente el dictamen sujetándose a los siguientes aspectos:
1. Que reliquide el crédito de vivienda número 6199-576, para lo cual debe sujetarse a lo prescrito para ello a la Ley
546 de 1999 y su Circular Externa Reglamentaria 007 de 2000 expedida por la Superintendencia Bancaria, según
las cuales el procedimiento mismo consiste en la comparación de un saldo en UPAC a 31 de diciembre de 1999
convertido a pesos, con un saldo a la misma fecha en UVR convertido a pesos, para hallar el valor del abono a que
tiene derecho. De lo anterior tenemos que son tres las cifras en este procedimiento: saldo UPAC a 31 de diciembre
de 1999, saldo a UVR a 31 de diciembre de 1999 y valor del abono.
2. Que trabaje los valores de la UVR para el período comprendido entre el 1º de enero de 1993 y el 31 de diciembre
de 1999, conforme a lo estipulado por la Resolución 2896 de 1999, la cual fue declarada válida en sentencia del
Consejo de Estado del 3 de diciembre de 2003. (Adjunto texto de la sentencia).
1
Sentencia C-478/98.
3. Se solicita al señor perito se sirva complementar este dictamen y proceda a manifestar su posición respecto del
tema de la liquidación de nuevos intereses sobre las sumas cobradas en exceso, halladas como producto de la
reliquidación, dictaminando finalmente si procede o no dicha liquidación.
Así las cosas, respetuosamente pido se ordene al perito efectuar la aclaración solicitada.
Atentamente,
RUTH APARICIO PRIETO
T.P. 16.433 del C.S. de la J.
CC 41.614.145 DE BOGOTÁ
NOTA
En la parte escrita de este Dictamen Pericial se encuentran lo siguientes anexos:
1. Cuadro que contiene la reliquidación del crédito desde el 01-01-93 hasta el 31-12-99 en donde se establece que el
valor del alivio es de $1.990.236.52 realizada por los peritos Jorge Enrique Duran Camacho y Gabriel Ramírez
Moros.
2. Cuadro que contiene la aclaración del primer dictamen pericial con la correspondiente reliquidación del crédito
desde el 01-01-93 hasta el 31-12-99.
3. Cuadro que contiene la reliquidación del crédito desde el 01-01-93 hasta el 31-12-99 correspondiente al segundo
dictamen pericial debido a la objeción del primero por error grave.
Descargar