Los ángeles de Charlie

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Los ángeles de Charlie
Por JON C. ALONSO
El pasado negro de aquella vieja España comenzaba a retomar el aliento. Nuevos vientos de
liberación corrÃ−an por las calles y los semblantes de nuestros ancestros se transformaban en melenas
coloreadas y Lois con patas de elefante. De la mano divina de un Dios llamado Charlie: tres criaturas
brillaban como diamantes en las protocajas catódicas de un system Pal protocolor. La nueva cita, tras
la manduca tardonocturna, eran los originales ángeles de Charlie. Todo el mundo se iba a la cama con
una sonrisa de oreja a oreja, obnubilados por el magnetismo de aquellos rostros angelicales. Pocas veces
se habÃ−a visto en la tele una combinación tan inusual de vitalidad femenina y sensualidad. La
década de los 70 fue toda una aventura para la sociedad occidental. Sin embargo, en España se
convirtió en un reto doble; la gente se acercaba por primera vez en muchos años a una urna y las
féminas, tÃ−midamente alzaban su voz, aunque no quieran reconocérselo gracias a mujeres como
estas tres ninfas: Sabrina, Jill y Kelly. La misoginia apretaba, empero las nuevas murallas de la palabra
libertad se hacÃ−an fuertes en la frágil piel de toro. La platea estaba sedienta de acción y
aventura.
Evidentemente, Los ángeles de Charlie marcaron un antes y un después, en la televisión. Primero, el
hecho de ubicar a tres mujeres como protagonistas—guapas y sexys—, independientes y carácteres dispares.
Y en segundo lugar, el golpe de efecto de un jefe, que era un interfono—antiguo armatoste— de voz sugerente
y, de algún modo, sexista (puesta por el actor John Forsythe). El resto de la tramoya delegaba en su
lugarteniente, el siempre eficaz, JohnBosley (interpretado por el actor, David Doyle). Los episodios
arrancaban con el encargo de una nueva y arriesgada misión del Sr. Charles Townsend a sus chicas.
Con el saludo inicial de: “Buenos dÃ−as, ángeles". “Buenos dÃ−as, Charlie”. La factorÃ−a
Spelling-Goldberg, que por aquel entonces parecÃ−a tener el monopolio del éxito en la pequeña
pantalla en los alocados 70, lo tuvieron claro el dÃ−a que entablaron conversaciones con la ABC.
Creadores de celebres policiacos y culebrones de clanes familiares. De Starsky y Hutch o S.W.A.T
en la década de los setenta a culebrones ochenteros, como DinastÃ−a o los Colby. Pese a esto, los
avispados productores contaron en este serial, un drama sobre tres mujeres —en un principio, todas ellas al
servicio del departamento de policÃ−a— que son contratadas por un hombre misterioso llamado Charlie
como detectives privados. à ste, propone arriesgadas misiones de todo tipo ya que su agencia es célebre
por la factura de los trabajos. A todo ello, se le unÃ−a el factor celebrity, es decir, la introducción de grandes
estrellas de la gran pantalla, Â haciendo sus cameos de buenos y malos: Barry Bostwick, Kim Cattrall,
ScatmanCrothers, Jamie Lee Curtis, Timothy Dalton, CaseyKasem, Tommy Lee Jones, Robert Englund,
Patrick Duffy, Sammy Davis Jr., Christopher Lee y un jovial Tom Selleck. Todo el mundo querÃ−a su minuto
de gloria en la serie policiaca más sexy y cool de la historia de la televisión. Los Óngeles de Charlie
pasarán a la posteridad por ser un halo de libertad femenina y confianza en la labor detectivesca. Steve
McQueen dejó de tener la patente de corso para hacer los mejores trompos del cine. Sabrina, Kelly y Jill
hacÃ−an rugir motores a todo gas.
No por ello, Los ángeles de Charlie estaban contaminados del maldito sambenito de mujeres objetos,
que se dejaba ver en sus personajes, según sus detractores. Fue atacada por la zafiedad de sus guiones
y la banalización del concepto femenino, donde sus estrellas correteaban sin ton ni son en unas
aventuras, envueltas de tics machistas. Los directivos de la ABC, que nunca creyeron en la idea inicial del
dueto S&G, se frotaban las manos con las audiencias del formato. El mismo que de la noche a la mañana se
convertirÃ−a en icono de deseo entre peluqueros, diseñadores fashion, revistas del corazón, feministas de
pro y sexistas de todo tipo, a la caza del cabello de FarrahFawcett-Majors. La misma estrella, que fue
demandada por la productora, ya que nada más acabar la primera temporada decidió la salida del show.
Apenas, pudimos disfrutar de sus bellos ojos enveintinueve capÃ−tulos de un total de ciento y diez episodios,
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que se emitieron de 1976 a 1981. Y eso que hubo casi tortas por su papel. Entre las muchas pretendientes
al puesto de este personaje, estaban nombres tan sugerentes como los de Kim Basinger o Michelle
Pfeiffer. Al final, la pobre Fawcett, entre matrimonios fallidos y elecciones erróneas en su carrera
cinematográfica, la vida le dio un duro revés; cuando un demoledor cáncer acabó con uno de los
rostros más bellos del Hollywood de aquellos locos 70/80. Los guionistas y productores optaron por
Cheryl Ladd, que interpretaba a Kris, su hermana pequeña, mientras ella se habÃ−a tomado una especie de
excedencia laboral para competir como piloto de carreras en el Grand Prix de Europa. Kate Jackson, se
mantuvo como la cerebral Sabrina Duncan. Al finalizar la tercera temporada, se marchó. Jacklyn Smith, la
siempre sumisa Kelly Garrettes, tuvo las cinco temporadas completas. Es más, a dÃ−a de hoy se le puede
ver por una de las entregas de CSI, haciendo de forense. En el año 2000, Drew Barrymore adquirió los
derechos cinematográficos de la serie, para llevarla a la gran pantalla. Una gran superproducción
protagonizada por la propia Barrymore, Cameron DÃ−az y Lucy Lu. El film tuvo suficiente éxito como
para generar una segunda parte tres años después. La respuesta de la crÃ−tica y público fue nefasta.
Obviamente, la entrega final de la trilogÃ−a quedó en algún cajón desastre. El canal ABC rescató el
formato televisivo nuevamente con D. Barrymore de productora. Jóvenes actrices, con muchas ganas, en
sus misiones por la ciudad de Miami. Empero, el resultado ha sido un gran fiasco y sólo se han emitido unos
ocho episodios de su primera entrega. Los Óngeles de Charlie originales están editados en DVD —V.O.—,
las cinco temporadas se pueden adquirir en Amazon
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