- Revista Boliviana de Derecho

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL Plurinacional 1352/2015-s2
Sucre, 16 de diciembre de 2015
SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente:
11953-2015-24-AAC
Departamento:
Cochabamba
En revisión la Resolución 015/2015 de 28 de julio, cursante de fs. 1487 a 1496, pronunciada dentro de la acción
de amparo constitucional interpuesta por Milko Cárdenas Cabero en representación legal de José Jorge,
Elizabeth y María Elena, todos Araoz Andrade contra José Eddy Mejía Montaño y Jimmy Siles Melgar, Vocales
de la Sala Civil Segunda; Gualberto Terrazas Ibañez, Javier Celiz Ortuño y Lineth Marcela Borja Vargas, Vocales
de la Sala Civil Primera, del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba; Basilio Cruz Chilo, Juez
Séptimo de Partido en lo Civil y Comercial; y, Guilder Jhonny Ureña Espinoza, Juez Octavo de Partido en lo Civil
y Comercial en suplencia legal, del mismo departamento, y Galia Yolanda Arzabe Rivera, Defensora de Oficio.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Por memorial presentado el 27 de febrero de 2015, cursante de fs. 1311 a 1323 vta., los accionantes por medio
de su representante, expresaron lo siguiente:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Son herederos de José Araoz Rodríguez, quien fue demandado dentro del proceso civil ordinario de nulidad
de registro y reivindicación de derecho propietario, seguido por Augusto René Claros Álvarez, el cual culminó
con el desapoderamiento y despojo de la propiedad privada de un inmueble que fue adquirido legalmente
por su padre, proceso en el cual se incumplieron mandatos legales establecidos en la norma procesal civil y
de organización judicial.
Refiere que, dentro del mencionado proceso, se vulneró su derecho a la defensa y al debido proceso, al no
existir una citación válida con la demanda, pues fue practicada por edictos, con una falsa declaración de
desconocimiento de domicilio por parte del demandante, ya que José Araoz Rodríguez se enteró del referido
proceso cuando se pretendió ejecutar el mandamiento de desapoderamiento del inmueble objeto del litigio,
extremo que fue denunciado ante el Juez de la causa, toda vez que, su domicilio habitual se encontraba en la
ciudad de La Paz, resultando ineficaz la publicación de los edictos para que conozca de la causa en tiempo
oportuno, al tratarse de un medio de comunicación limitado, por lo que en virtud del principio pro actione,
debe prevalecer su derecho fundamental de defensa sobre cualquier ritualismo, como es la citación por
edictos, por lo que el Juez Séptimo de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Cochabamba, que
conoció la causa, debió solicitar la verificación domiciliaria ante la policía o la Dirección de Identificaciones, a
efectos de garantizar el debido proceso y el derecho a la defensa, así como su derecho propietario, conforme
lo ha establecido la amplia jurisprudencia constitucional.
En segundo lugar, denuncia la ineficacia de la defensa por nombramiento de defensor de oficio, toda vez que,
Galia Yolanda Arzabe Rivera actuó de manera negligente, convirtiéndose en un formalismo ineficaz, pues
interpuso excepciones sin fundamento, coherencia y carente de prueba, coadyuvando a la indefensión
señalada, por cuanto nunca presentó recurso de apelación contra la Sentencia dictada el 28 de junio de 2005,
la misma que fue ejecutoriada, lesionando también el debido proceso.
En ese orden de cosas, la restricción del derecho a la defensa, del debido proceso y la supresión del derecho
a la propiedad privada, se efectivizó en la Sentencia de 28 de junio de 2005, pronunciada por el Juez Séptimo
de Instrucción en lo Penal, autoridad demandada, razón por la que se interpuso incidente de nulidad, mismo
que fue rechazado por la autoridad referida, evitando deliberadamente pronunciarse sobre los aspectos de
fondo denunciados, el cual fue apelado ante la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia, que
mediante Auto de Vista de 3 de agosto de 2012, ratificó las violaciones a sus derechos constitucionales, en
especial al debido proceso en su componente de fundamentación y motivación, ya que se circunscribió
superfluamente a dos aspectos reclamados.
1
Asimismo, refiere que la Sentencia cuestionada falló ultra petita, toda vez que, no ordenó la cancelación de
partidas de anteriores propietarios, tampoco la cancelación del registro de la escritura pública de la
compraventa efectuada por el demandado; de igual manera, no dispuso la inscripción de la Sentencia en
Derechos Reales a nombre de Augusto René Claros, aspectos que en definitiva impiden la anulación del
registro propietario y por ende el desapoderamiento, extremo que fue reclamando mediante apelación
presentada el 16 de febrero de 2013. Es así que, los Vocales de la Sala Civil Primera, autoridades
codemandadas, confirmaron el Auto apelado mediante Auto de Vista de 25 de julio de 2014, que determinó
la inexistencia de agravio y que fue notificado el 27 de agosto del mismo año.
I.1.2. Derechos y principios supuestamente vulnerados
Los accionantes consideran que se lesionó sus derechos al debido proceso, en su componente de debida
fundamentación y motivación de resoluciones judiciales, a la tutela judicial efectiva, a la defensa, a la
p opiedad p ivada, así o o los p i ipios de segu idad ju ídi a legalidad, ita do al efe to los a ts.
.I
y II, 119.II, 178.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda tutela, disponiendo la nulidad de obrados hasta el vicio más antiguo, es decir, hasta que
se cite legalmente con la demanda, restableciendo los derechos vulnerados, ordenando al tercero interesado
Augusto René Claros, proceda a la restitución inmediata de la posesión del inmueble objeto de la litis, así
como el pago de costas, se asigne indicios de responsabilidad penal al Juez Basilio Cruz Chilo y de
responsabilidad civil a todas las autoridades demandadas.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 27 de julio de 2015, según consta en el acta cursante de fs. 1484 a 1486, se
produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
Los accionantes por intermedio de su abogado, ratificaron íntegramente el contenido del memorial de
demanda de acción de amparo constitucional.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
2
Javier Celiz Ortuño y Gualberto Terrazas Ibáñez, Vocales de la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental
de Justicia de Cochabamba, mediante informe presentado el 21 de julio de 2015, cursante de fs. 1395 a 1396,
manifestaron lo siguiente: a) Emergente de la apelación interpuesta contra el Auto de 7 de febrero de 2013,
emitido en ejecución de sentencia por el Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, dentro del proceso
ordinario de reivindicación de inmueble, como tribunal de alzada resolvió mediante Auto de Vista de 25 de
julio de 2014, el recurso planteado; b) En ese entendido y conforme los arts. 219 y 227 del Código de
Procedimiento Civil (CPC), se consideró que el recurso debió versar sobre el mandamiento de
desapoderamiento, con facultad de allanamiento y uso de la fuerza pública, y no otros, de situaciones ya
debatidas y definidas anteriormente; en consecuencia, ninguno de los aspectos cuestionados en el recurso
podían ser considerados por el Tribunal de alzada, al no formar parte de la Resolución impugnada, en función
de los principios de congruencia y pertinencia; c) Si bien los Tribunales y Jueces de alzada pueden revisar de
oficio y efectuar el saneamiento procesal, no es menos evidente que cuando la Resolución ha adquirido
calidad de cosa juzgada material mediante Auto de 30 de septiembre de 2005, no es posible su revisión ni
consideración, como en el caso presente; entonces, solo puede ser revisada por el recurso de revisión
extraordinaria de Sentencia, no pudiendo suspenderse su ejecución, de acuerdo a los arts. 514 y 517 del CPC;
y, d) La problemática planteada, tiene que ver con el mandamiento de desapoderamiento, y que justamente
para evitar abusos, se ordenó el auxilio de la fuerza pública, el cual no puede ser tachado de ilegal ni arbitrario,
por cuanto deviene autorizado de un precepto legal, no existiendo vulneración de ningún derecho
constitucional, por lo que, solicitan se deniegue la tutela impetrada.
Guilder Jhonny Ureña Espinoza, Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de
Cochabamba, según informe presentado el 28 de julio de 2015, cursante de fs. 1424 a 1425, expresó que: 1)
El proceso ordinario que motiva la presente acción de defensa, fue conocido ya en ejecución de sentencia; y,
2) Por Auto de 3 diciembre de 2012, se dispuso se expida mandamiento de desapoderamiento, en pleno apego
de lo previsto por el art. 517 del CPC, determinación que fue apelada y confirmada por la Sala Civil Primera
del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, no habiéndose conculcado los derechos de las partes
en conflicto, por lo que solicita se deniegue la acción de amparo constitucional.
Basilio Cruz Chilo, Juez Séptimo de Partido en lo Civil y Comercial de Cochabamba, por memorial presentado
el 23 de julio de 2015, cursante de fs. 1397 y 1398 vta., señaló que: i) Como lo reconoce la parte accionante,
con anterioridad formuló recursos de amparo constitucional, de acuerdo a los mismos hechos y argumentos,
que fueron atendidos por Tribunales de garantías constitucionales, mereciendo resoluciones como la 045/06
de 16 de octubre de 2006, que declaró improcedente el recurso y que en grado de revisión mereció la SC
0216/2010-R de 31 de mayo, que confirmó la Resolución denegando la tutela solicitada, por no existir mérito
alguno en su fundamentación y exposición de motivos; ii) Por consiguiente, cuando la ponencia ya ha sido
expresamente atendida, no se ha encontrado vulneración de derecho alguno; iii) Como efecto de una acción
penal promovida en su contra, se excusó de conocer el tema, por lo que no puede informar sobre supuestas
actuaciones posteriores que atenten a los derechos de la parte accionante, máxime si el desapoderamiento
no fue dispuesto por él en ningún momento; y, iv) Debe aclararse que la demanda no versa sobre un proceso
de reivindicación, como maliciosamente sostiene la parte accionante, sino de nulidad de registro con
restitución del inmueble, que fue declarada probada, por lo que corresponde rechazar in limine la presente
acción de defensa o en su caso se deniegue la tutela solicitada.
Galia Yolanda Arzabe Rivera, abogada, mediante memorial presentado el 20 de julio de 2015, cursante a fs.
1427 y vta., expresó lo siguiente: a) Dentro del proceso ordinario de nulidad de registro de referencia, en
calidad de defensora de oficio interpuso una serie de incidentes el año 2003; b) La presente acción de amparo
constitucional fue formulada extemporáneamente, pues se refiere a hechos emergentes de la gestión 2005,
por lo que debió efectuarse en el plazo máximo de seis meses; y, c) Existe identidad de sujeto, objeto y causa
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con otra acción de amparo constitucional presentada anteriormente y que fue declarada improcedente,
denegando tutela, mediante SC 0216/2010-R, existiendo en consecuencia cosa juzgada constitucional.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
Augusto René Claros Álvarez por intermedio de su apoderado, presentó memorial de 28 de julio de 2015,
cursante de fs. 1481 a 1483, manifestando que: i) Es falso que se haya vulnerado el derecho a la defensa del
accionante, pues al no haberse ubicado el domicilio real del demandado, se procedió a la notificación por
edictos, mismos que cursan en obrados, para posteriormente designarle defensor de oficio, en cumplimiento
del art. 124 y ss. del CPC; ii) Una vez que, José Araoz Rodríguez se enteró de la existencia del proceso, en uso
de su derecho a la defensa y en la vía incidental, solicitó la nulidad de obrados hasta el vicio más antiguo, la
cual fue rechazada por el Juez de la causa, siendo apelada y confirmada posteriormente por la Sala Civil
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, Resolución que fue notificada el 23 de agosto
de 2012, por lo que, la presente acción de defensa fue presentada fuera del término de los seis meses, pues
data del 27 de febrero de 2015, resultando improcedente; iii) La parte accionante pretende, como si se tratara
de un recurso de casación, anular obrados hasta el vicio más antiguo, es decir, hasta la citación con la
demanda, luego de transcurridos doce años; y, iv) La misma ha consentido libre y expresamente la Resolución
que dispuso el desapoderamiento del inmueble, por lo que solicita se declare improcedente la presente
acción.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituido en Tribunal de
garantías, mediante Resolución 015/2015 de 28 de julio, cursante de fs. 1487 a 1496, denegó la tutela
solicitada, de acuerdo con los siguientes fundamentos: a) Corresponde advertir que la SCP 1010/2013 de 27
de junio, conoció los argumentos expuestos por la parte accionante en una anterior acción de amparo
constitucional, que en gran medida son los mismos que se repiten en la presente acción, en la que se denegó
la tutela pretendida por encontrarse pendiente de Resolución la apelación planteada contra el Auto de Vista
de 7 de febrero de 2013, mientras que en esta acción de defensa existe el Auto de Vista de 25 de julio de 2014,
pronunciado por la Sala Civil Primera que resolvió el mencionado recurso de apelación; b) Por otra parte,
consta el Auto de 22 de agosto de 2014, pronunciado por el Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial del
departamento de Cochabamba, que también fue apelado por la parte accionante y concedido en el efecto
devolutivo; c) En cuanto al primero, el Auto de Vista de 25 de julio de 2014, declaró improcedente el recurso
planteado, toda vez que, este debió versar sobre el mandamiento de desapoderamiento expedido contra la
parte demandada, por lo que ninguno de los aspectos cuestionados pueden ser considerados por el Tribunal
de alzada, al no formar parte de la Resolución impugnada, en función a los principios de congruencia y
pertinencia, máxime si se tiene una Resolución con calidad de cosa juzgada material, que impide la
sustanciación de un nuevo proceso sobre lo mismo, por lo que no es posible suspender su ejecución por
ningún recurso ordinario o extraordinario; d) En ese sentido, no se advierte que los Vocales demandados
hubiesen conculcado derechos fundamentales, mucho menos las demás autoridades demandadas, ya que no
dejaron de pronunciarse sobre los puntos apelados, pronunciando una Resolución sustentada en la ley con
una debida fundamentación, por lo que al no encontrarse lesión alguna al debido proceso, este Tribunal está
impedido de efectuar consideraciones valorativas sobre su contenido, al no ser la acción de amparo
constitucional un recurso supletorio casacional ordinario, conforme lo ha señalado ampliamente la
jurisprudencia constitucional; e) En cuanto a la interpretación de la legalidad ordinaria, se alega la existencia
de supuestos actos lesivos de normas sustantivas y procesales, debido a una incorrecta interpretación o
aplicación de las mismas, que de acuerdo a lo expresado no puede ser motivo de esta acción de defensa, con
mayor razón si en el presente caso, la parte accionante advirtió la existencia de un eventual fraude, pudo
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demandar esto dentro del plazo de un año de ejecutoriada la Sentencia, lo que sin embargo, tampoco hizo; y,
f) Lo expuesto adquiere mayor relevancia, ya que por Auto de 26 de septiembre de 2014, el Juez Octavo de
Partido en lo Civil y Comercial, concedió en efecto devolutivo ante el Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba, la apelación interpuesta por la parte accionante, por lo que no se emplearon previamente el
uso de las vías legales ordinarias, siendo aplicable el principio de subsidiaridad.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo siguiente:
II.1. El 19 de noviembre de 2002, Augusto René Claros Álvarez por intermedio de su apoderado, interpuso
demanda de nulidad de registro contra José Araoz Rodríguez y María Lola Araoz Rodríguez vda. de Vargas, la
misma que fue admitida por Basilio Cruz Chilo, Juez Séptimo de Partido en lo Civil y Comercial del
departamento de Cochabamba (fs. 26 a 27 vta.).
II.2. Mediante Sentencia de 28 de junio de 2005, el Juez Séptimo de Partido en lo Civil y Comercial, dentro del
proceso ordinario de nulidad de registro seguido por Augusto René Claros Álvarez contra José Araoz Rodríguez
y María Lola Araoz Rodríguez vda. de Vargas, declaró probada la demanda e improbadas las excepciones
opuestas por la Defensora de Oficio, ordenando la cancelación de la partida del inmueble, así como la
restitución y entrega del mismo por parte de los demandados a favor del demandante, dentro del tercer día
de ejecutoriada la Sentencia; asimismo, se declaró su ejecutoria en todas sus partes, mediante Auto de 30 de
septiembre de 2005 (fs. 147 a 148; fs. 156 vta.).
II.3. El 23 de octubre de 2007, José Araoz Rodríguez, formuló incidente de nulidad de obrados hasta el vicio
más antiguo, ante el Juez Séptimo de Partido en lo Civil y Comercial, dentro del proceso ordinario de nulidad
de registro, quien mediante Auto Interlocutorio de 30 de octubre de 2007, rechazó la nulidad de obrados
planteada por el accionante (fs. 228 a 231 vta.; fs. 235 y vta.).
II.4. Por memorial de 26 de noviembre de 2007, José Araoz Rodríguez, interpuso recurso de apelación contra
el Auto de 30 de octubre de 2007, señalado en el punto anterior, el cual fue resuelto por los Vocales
codemandados de la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, mediante
Auto de Vista el 3 de agosto de 2012, confirmando el Auto apelado, con costas (fs. 240 a 243 vta.; fs. 958 y
vta.).
II.5. El 7 de febrero de 2013, Guilder Ureña Espinoza, Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, autoridad
codemandada, mediante Resolución ordenó expedir mandamiento de desapoderamiento, con facultad de
allanamiento y ayuda de la fuerza pública e intervención de Notario de Fe Pública, el cual se emitió el 26 de
igual mes y año, llevándose a cabo el 6 de marzo de 2013, de acuerdo al acta de desapoderamiento (fs. 1242
vta.; fs. 1249 a 1253).
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II.6. José Araoz Rodríguez, interpuso recurso de apelación el 16 de febrero de 2013, contra la Resolución
mencionada en el punto anterior, que mereció el Auto de Vista de 25 de julio de 2014, pronunciado por los
Vocales demandados de la Sala Civil Primera, confirmando la Resolución apelada (fs. 1244 a 1246 vta.; fs. 1268
a 1270).
III.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
Los accionantes denuncian la lesión de su derecho al debido proceso, en su componente de deber
fundamentación y motivación de resoluciones judiciales, a la tutela judicial efectiva, a la defensa, a la
propiedad privada, así como los principios de seguridad jurídica y legalidad, argumentando en lo principal que
dentro del proceso civil ordinario seguido contra su padre, se desapoderó el inmueble adquirido legalmente
por este, no habiendo podido asumir defensa ya que fue notificado por edictos, desconociendo de la
existencia del proceso hasta que se pretendió ejecutar el mandamiento de desapoderamiento, habiéndosele
nombrado una Defensora de Oficio, que en los hechos fue ineficaz; motivo por el que interpuso incidente de
nulidad ante el Juez de la causa, que fue rechazado, apelando dicha determinación que fue ratificada por el
Tribunal de alzada sin la fundamentación y motivación requerida. Posteriormente, también recurrió el Auto
que ordenó el mandamiento de desapoderamiento que fue ejecutado, el cual fue confirmado.
En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder o
denegar la tutela solicitada.
III.1.
Efectos de la cosa juzgada
La “CP
/
de de ju io, señaló ue: La osa juzgada es lo esuelto e jui io o t adi to io,
ante un juez o tribunal, por resolución firme, contra la cual, no se admite recurso alguno de impugnación salvo
algunos casos excepcionales. Es la autoridad y la fuerza que la ley atribuye a los fallos ejecutoriados; la
autoridad se refiere a la característica de que lo fallado en ellos se considera como irrevocable e inmutable; y
la fuerza, consiste en el poder coactivo que dimana de la cosa juzgada, o sea que debe cumplirse lo que en
ella se ordena.
…
De lo señalado se desprende que la cosa juzgada tiene dos facetas, una formal y otra material; la formal se
refiere a la imposibilidad de reabrir el debate en el mismo proceso donde se dictó la resolución, porque el
pronunciamiento quedó firme, ya sea porque las partes consintieron o porque se agotaron los recursos
ordinarios y extraordinarios viables al caso; no obstante ello, cabe aclarar que la cuestión puede reabrirse en
otro proceso, de ahí el ca á te fo al de la a ifesta ió de la osa juzgada , u la o eje plo o stitu e
los procesos ejecutivos, en los cuales, aún cuando se hubieren agotado las vías, producen únicamente una
eficacia meramente transitoria, porque eventualmente sus efectos pueden modificarse en un proceso
ordinario posterior; por supuesto que con las limitaciones establecidas en el art. 490 del CPC.
La cosa juzgada material en cambio, además de la inimpugnabilidad de la resolución, se agrega la
inmutabilidad del fallo. Es decir, la revisión es casi absoluta y sólo en el excepcionalísimo caso de la revisión
extraordinaria de sentencia, cuyos presupuestos y exigencias son muy difíciles de llenar, podría revertirla;
dentro de este ámbito se encuentran los procesos de cognición o de conocimiento, como es, un proceso
ordinario, porque suponen la improcedencia de todo recurso que lleva implícita la imposibilidad de modificar
la decisión. La cosa juzgada material otorga al contenido del fallo, las características de inmutabilidad así como
ejecutabilidad y coercibilidad, con efectos hacia el pasado y al futuro, por ende, las partes están obligadas a
acatar la decisión judicial sobre el caso dirimido.
Cuando el fallo adquiere la calidad de cosa juzgada formal y material, no procede en su contra ningún
proceso ordinario ni extraordinario de impugnación, ni otra instancia procesal, y se abre la última fase del
proceso como es la de ejecución, que implica el cumplimiento coercitivo de lo determinado en ella; y se lo
hará ante la autoridad que dictó la resolución en primer grado, dentro del mismo expediente, guardando una
unidad y continuidad procesal.
Co ela ió a ello, las o as p evistas po el a t.
del CPC, dispo e lo siguie te: Las se te ias pasadas
en autoridad de cosa juzgada se ejecutarán, sin alterar ni modificar su contenido, por los jueces de primera
i sta ia ue hu ie e o o ido el p o eso . P evisió o o da te o los a ts.
.II i .
del
Código Civil (CC).
No obstante lo afirmado, es necesario aclarar que no es posible sostener que un fallo o resolución alcanza la
calidad de cosa juzgada, si se la emitió vulnerando derechos fundamentales o garantías constitucionales; caso
e el ual, se ve ifi a ú i a e te u a osa juzgada apa e te las negrillas son nuestras).
6
III.2.
La revisión de la actividad jurisdiccional de otros Tribunales
La “CP
/
de
de o tu e, al espe to señaló ue: La ju isp ude ia del T i u al
Constitucional desde sus inicios ha sido categórica en afirmar que a la jurisdicción constitucional no le
corresponde juzgar el criterio jurídico empleado por otros tribunales para fundar su actividad jurisdiccional,
pues ello implicaría un actuar invasivo de las otras jurisdicciones (SC 1031/2000-R de 6 de noviembre), no
obstante, es indudable también que desde sus inicios este Tribunal determinó que sí procede la tutela
constitucional si en esa actividad interpretativa se lesionan derechos fundamentales y garantías
o stitu io ales, i luso a efe tos de evisa osa juzgada . De do de se puede o lui ue la ju isdi ió
constitucional respetando el margen de apreciación de las otras jurisdicciones precisó en la jurisprudencia
que la acción de amparo constitucional no se activa para reparar incorrectas interpretaciones o indebidas
aplicaciones del Derecho, pues no puede ser un medio para revisar todo un proceso judicial o administrativo,
revisando la actividad probatoria y hermenéutica de los tribunales, ya que se instituyó como garantía no
subsidiaria ni supletoria de otras jurisdicciones.
Más adelante y en ese mismo contexto jurisprudencial, el Tribunal Constitucional hace extensible la línea
jurisprudencial de revisión de la legalidad ordinaria a eventuales violaciones de los derechos y las garantías
constitucionales a la verificación de si en la interpretación, no se afectaron principios constitucionales
informadores del ordenamiento jurídico (así ver la SC 1846/2004-R de 30 de noviembre, que cita los principios
de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido proceso). De donde
determinó que un mecanismo de control de la actividad interpretativa de la jurisdicción ordinaria resulta que
ésta se so eta a eglas ad itidas po el De e ho “C
/
-R de 30 de noviembre), por ello planteó una
relación de causalidad entre el sometimiento de las autoridades a los estándares interpretativos y la vigencia
de derechos, garantías, principios y valores en la actividad hermenéutica, con la conclusión que la
interpretación de una norma no puede conducir a la creación de una norma distinta de la interpretada.
Sin embargo, posteriormente vía jurisprudencia se determinó que la errónea interpretación debe ser
invocada por el accionante a efectos de abrir la jurisdicción constitucional para la verificación de la actividad
interpretativa de la jurisdicción común, y más adelante se precisó que la parte procesal que se considera
agraviada con los resultados de la interpretación debe expresar de manera adecuada y precisar los
fundamentos jurídicos que sustenten su posición, en ese sentido se estableció que ante la ausencia de carga
argumentativa corresponde denegar la tutela solicitada. Esta línea se profundizó señalando que es atribución
del Tribunal Constitucional interpretar la Constitución, y de la jurisdicción común, interpretar el resto del
ordenamiento jurídico; o lo que es lo mismo, la legalidad infra constitucional u ordinaria, precisando que ello
no implica llegar a la conclusión tajante de que la labor interpretativa de la legalidad ordinaria no está sujeta
al control constitucional para verificar la vulneración de derechos y garantías de la Constitución, ante ello la
SC 0085/2006-R de 25 de enero, precisó que el accionante que pretende la revisión de la legalidad ordinaria
debe: 1) Explicar por qué la labor interpretativa impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria,
incongruente, absurda o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación
que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo; y; 2) Precise los derechos o garantías
constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y la
interpretación impugnada; dado que sólo de esta manera la problemática planteada por el recurrente, tendrá
relevancia constitucional, la SC 0194/2011-R de 11 de marzo, incorporó el tercer elemento que debe contener
la e posi ió señala do: Esta lez a el e o de ausalidad e t e la ause ia de otiva ió , a it a iedad u
otra situación absurda, por no aplicar la interpretación que considera debió efectuarse, y los derechos y/o
garantías que conforman el bloque de constitucionalidad, y que han sido lesionados con dicha interpretación,
explicando sí el resultado, cuál la relevancia constitu io al .
De todo lo mencionado, se tiene que la línea jurisprudencial relativa a la revisión de la actividad de otros
tribunales por parte de la justicia constitucional ha avanzado en términos evolutivos hasta consolidar la noción
que la interpretación de la legalidad infra constitucional le corresponde a los tribunales de justicia y no a la
justicia constitucional; sin embargo, ante la existencia de violación de derechos y garantías previstos en la
Norma Suprema, excepcionalmente la justicia constitucional puede ingresar a valorar la actividad desarrollada
en miras a brindar tutela. De lo referido, se deben precisar tres elementos de suma importancia: i) Las
autoridades de los otros sistemas de justicia (civil, penal, familiar, agroambiental, administrativa) en realidad
ejercen al igual que la justicia constitucional una actividad hermenéutica que parte de la Constitución e irradia
a todo el ordenamiento jurídico; por ello a la luz del Estado Constitucional de Derecho no es válido hablar de
legalidad o di a ia , pues todos los ó ga os de justi ia se e ue t a so etidos a la Co stitu ió su la o
i te p etativa pa te de la is a; ii La o ió de eglas ad itidas po el De e ho es ata do u a posi ió
teórica decimonónica no agota las posibilidades hermenéutico - argumentativas de las autoridades judiciales,
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por ende, si bien los métodos de interpretación formalistas, pueden resultar útiles en la obtención de un
resultado hermenéutico, no agotan todas las posibilidades que tiene la autoridad jurisdiccional en miras de
satisfacer los principios fines y valores que se encuentran en la Constitución; iii) La revisión de la actividad
interpretativa que realizan otras jurisdicciones que involucra el análisis de la motivación, congruencia,
adecuada valoración de los hechos (valoración de la prueba) y adecuada valoración del Derecho
(interpretación de las normas), no es la labor propia de la justicia constitucional, sin embargo, es insoslayable
que las autoridades jurisdiccionales no se encuentran habilitadas a vulnerar derechos fundamentales, y en
esa dimensión esta jurisdicción constitucional se encuentra facultada a vigilar que en todo fallo, providencia
o decisión judicial que las autoridades judiciales se sometan a la Constitución; y, iv) Para que la jurisdicción
constitucional analice la actividad interpretativa realizada por los tribunales de justicia, los accionantes deben
hacer una sucinta pero precisa relación de vinculación entre los derechos fundamentales invocados y la
actividad interpretativa - argumentativa desarrollada por la autoridad judicial. Demostrando ante esta justicia
constitucional que se abre su competencia en miras a revisar un actuado jurisdiccional, sin que ello involucre
que la instancia constitucional asuma un rol casacional, impugnaticio o supletorio de la actividad de los jueces.
De lo referido sólo resulta exigible sino una precisa presentación por parte de los accionantes que
muestre a la justicia constitucional de por qué la interpretación desarrollada por las autoridades, vulnera
derechos y garantías previstos por la Constitución, a saber en tres dimensiones distintas: a) Por vulneración
del derecho a un Resolución congruente y motivada que afecta materialmente al derecho al debido proceso
y a los derechos fundamentales que se comprometen en función de tal determinación; b) Por una valoración
probatoria que se aparta de los marcos de razonabilidad y equidad; y, c) Por una incorrecta aplicación del
ordenamiento jurídico, que más allá de las implicancias dentro del proceso judicial o administrativo lesiona
de e hos ga a tías o stitu io ales las eg illas os pe te e e .
III.3.
El debido proceso, el deber de fundamentación y el principio de congruencia de las resoluciones
judiciales
La SC 1145/2010-‘ de de agosto, ha i di ado ue el de ido p o eso o siste e "…el de e ho de toda
persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones
jurídicas generales aplicables a todos aquellos ue se halle e u a situa ió si ila … o p e de el
conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan
defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos"
(SSCC 0418/2000-R, 1276/2001-R y 0119/2003-R, entre otras).
Asimismo, sobre la triple dimensión del debido proceso la SC 0702/2011-R de 16 de mayo, la que
ealiza do u a álisis a plio de esta ga a tía, p e isó: …E el á ito o ativo, el de ido p o eso se
manifiesta en una triple dimensión, pues por una parte, se encuentra reconocido como un derecho humano
por instrumentos internacionales en la materia como el Pacto de San José de Costa Rica (art. 8) y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 14), que conforme al art. 410.II de la CPE, forman parte del
bloque de constitucionalidad, y también se establece como un derecho en el art. 115 parágrafo II; al mismo
tie po, a ivel o stitu io al, se le e o o e o o de e ho fu da e tal o o ga a tía ju isdi io al, … .
En consonancia con los tratados internacionales citados, a través de la jurisprudencia constitucional se ha
establecido que los elementos que componen al debido proceso son el derecho a un proceso público; derecho
al juez natural; derecho a la igualdad procesal de las partes; derecho a no declarar contra sí mismo; garantía
de presunción de inocencia; derecho a la comunicación previa de la acusación; derecho a la defensa material
y técnica; concesión al inculpado del tiempo y los medios para su defensa; derecho a ser juzgado sin dilaciones
indebidas; derecho a la congruencia entre acusación y condena; el principio del non bis in idem; derecho a la
valo a ió azo a le de la p ue a; de e ho a la otiva ió
o g ue ia de las de isio es … ; si e a go,
esta lista en el marco del principio de progresividad no es limitativa, sino más bien enunciativa, pues a ella se
agregan otros elementos que hacen al debido proceso como garantía general y que derivan del desarrollo
doctrinal y jurisprudencial de éste como medio para asegurar la realización del valor justicia, en ese sentido
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999,
ha a ifestado: E opi ió de esta Co te, pa a ue e ista de ido p o eso legal es p e iso ue u justiciable
pueda hacer valer sus derechos y defender sus intereses en forma efectiva y en condiciones de igualdad
procesal con otros justiciables. Al efecto, es útil recordar que el proceso es un medio para asegurar, en la
mayor medida posible, la solución justa de u a o t ove sia… El esaltado es ag egado .
En ese entendido, el deber de fundamentación y motivación como elemento del debido proceso, se tiene
presente la comprensión jurisprudencial asumida por la SC 0405/2012 de 22 de junio, que reiterando
ju isp ude ia a te io , esta le ió: … el de e ho al de ido p o eso, e t e su á ito de p esupuestos e ige
que toda resolución sea debidamente fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una resolución
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debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que
suste ta la pa te dispositiva de la is a. … o se ue te e te ua do u juez o ite la otiva ió de u a
resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los hechos toma una decisión
de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer
cuáles son las razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi
que llevó al Juez a to a la de isió
las eg illas os o espo de .
Sobre la importancia de la fundamentación en el marco de un debido proceso, la SC 1537/2012
de
de septie
e, e ase a fallos a te io es, efi ió: …es o ve ie te recordar el razonamiento del
t atadista Edua do Coutu e ue e su t atado Fu da e tos del De e ho P o esal Civil señala: La otiva ió
del fallo constituye un deber administrativo del magistrado. La Ley se lo impone como una manera de fiscalizar
su actividad intelectual frente al caso, a los efectos de poderse comprobar que su decisión es un acto reflexivo,
emanado de un estudio de las circunstancias particulares, y no un acto discrecional de su voluntad autoritaria.
Una sentencia sin motivación priva a las partes del más elemental de sus poderes de fiscalización sobre los
p o esos efle ivos del agist ado .
En relación con el principio de congruencia de las decisiones judiciales, la SC 1494/2011-R de 11 de octubre,
reiterando fallos constitucionales a te io es, p e isó ue de la ese ia del de ido p o eso: …de iva a su vez
la congruencia como principio característico del debido proceso, entendida en el ámbito procesal como la
estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general,
no es limitativa de la coherencia que debe tener toda resolución, ya sea judicial o administrativa, y que implica
también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva: sino que además, debe mantenerse en
todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
razonamientos contenidos en la resolución. La concordancia de contenido de la resolución y su estricta
correspondencia entre lo pedido, lo considerado lo esuelto, … . E ase a esas o side a io es, es ue
uie ad i ist a justi ia, e iti á fallos otivados, o g ue tes pe ti e tes el esaltado es ag egado .
III.4.
Análisis del caso concreto
Del análisis de la problemática en estudio, se advierte que la parte accionante -en lo principalpretende una revisión de fondo del proceso civil ordinario de nulidad de registro seguido por Augusto René
Claros Álvarez contra José Araoz Rodríguez, progenitor de los ahora accionantes, el mismo que cuenta con
Sentencia ejecutoriada, de acuerdo al Auto de 30 de septiembre de 2005. En ese entendido, la jurisprudencia
constitucional ha sido clara, conforme se explicó en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, al señalar que el fallo que adquiere la calidad de cosa juzgada formal y material,
no puede ser revisado por ningún proceso ordinario o extraordinario de impugnación, ni otra instancia
procesal; sin embargo, también se ha establecido, como una medida excepcional, la revisión de la cosa juzgada
aparente, cuando el fallo o resolución ha sido emitida en franca vulneración de derechos fundamentales o
garantías constitucionales.
Ahora bien, de la revisión y análisis de los antecedentes del presente caso, se concluye que el fundamento
central formulado por la parte accionante, es la supuesta indefensión provocada por la notificación mediante
edictos de la demanda y el consiguiente nombramiento de defensor de oficio, argumentos que en el fondo
buscan una revisión de la interpretación de la legalidad infra constitucional y la valoración probatoria que
efectuaron el Juez de la causa y los Tribunales de apelación, de hechos relativos al domicilio del entonces
demandado, la actuación de la Defensora de Oficio y los requisitos exigibles para el proceso de reivindicación
del derecho propietario, aspectos que son en principio, competencia exclusiva de la jurisdicción ordinaria, ya
que de acuerdo a lo señalado en el Fundamento Jurídico III.2 del presente Fallo, la jurisdicción constitucional
y concretamente la acción de amparo constitucional, no es una instancia casacional, impugnaticia o supletoria
de la actividad de los jueces, por lo que en el presente caso no se evidencia, que la parte accionante haya
demostrado razonablemente ante la justicia constitucional que se abre su competencia para la revisión de la
Sentencia ejecutoriada, sin que ello involucre un rol impugnaticio, propio de la jurisdicción ordinaria.
No obstante lo anterior, se tiene que otro de los aspectos reclamados en la presente acción de defensa, es la
deficiente fundamentación y motivación de la Resolución que confirmó el incidente de nulidad interpuesto
por el entonces demandado, José Araoz Rodríguez, que no se refiere al fondo del asunto, sino a la obligación
de las autoridades jurisdiccionales de fundamentar razonablemente sus determinaciones, de acuerdo a lo
explicitado en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. Es así que,
una vez ejecutoriada la Sentencia cuestionada, el 23 de octubre de 2007, José Araoz Rodríguez, formuló
incidente de nulidad de obrados hasta el vicio más antiguo, el cual fue rechazado por el Juez de la causa,
motivo por el cual apeló dicha determinación, siendo confirmado por los Vocales codemandados de la Sala
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Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, mediante Auto de Vista el 3 de agosto
de 2012, que una vez notificada fue objeto de una acción de amparo constitucional, que en revisión ante este
Tribunal, pronunció la SCP 1010/2013 de 27 de junio, denegando la tutela solicitada, toda vez que, en ese
momento consideró que al encontrarse pendiente de Resolución, el recurso de apelación contra la orden
de desapoderamiento dictada por el Juez de la causa, era aplicable el principio de subsidiaridad, por lo que
no se ingresó al análisis del fondo de la problemática, extremo que habiendo sido superado, corresponde
verificar si dicho Auto de Vista, se encuentra debidamente fundamentado y motivado.
De la revisión y análisis del mencionado Auto de Vista el 3 de agosto de 2012, en primer término llama la
atención, que el mismo haya sido resuelto después de cinco años; más allá de ello, se advierte que los Vocales
codemandados de la Sala Civil Segunda, de forma escueta se limitan a efectuar una cita textual del art 124.I
del CPC y a señalar que fue correctamente aplicado al caso concreto, respecto a la notificación por edictos;
sin precisar o indicar los elementos probatorios que sustentan tal afirmación, así como el nexo de causalidad
entre estos y los preceptos jurídicos aplicados al caso concreto, de tal manera que se explique razonablemente
la conclusión a la que se ha arribado, máxime si se toma en cuenta que es el aspecto central de la solicitud
de nulidad y la consiguiente revisión de la cosa juzgada, de la cual depende otros aspectos reclamados en su
recurso de apelación, toda vez que, a criterio de la parte accionante, ello le generó una indefensión absoluta
y la posibilidad de efectuar las solicitudes e interposición de recursos a tiempo. En consecuencia, se concluye
que la Resolución cuestionada adolece en el aspecto descrito, de una debida fundamentación y motivación,
por lo que corresponde conceder en parte la tutela solicitada.
Por lo expuesto, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela solicitada, obró incorrectamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), en revisión, resuelve: REVOCAR la Resolución 015/2015 de 28 de julio, cursante de fs.
1487 a 1496, pronunciada por la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba; y
en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, dejando sin efecto el Auto de Vista el 3 de agosto de 2012,
ordenando que la Sala Civil Segunda del mismo Tribunal Departamental, pronuncie en el plazo máximo de
cinco días de notificada con el presente Fallo constitucional, una nueva Resolución debidamente
fundamentada y motivada del aspecto señalado en el análisis del caso concreto de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga MAGISTRADA
Fdo. Dr. Juan Oswaldo Valencia Alvarado MAGISTRADO
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