"Si Venezuela sigue por donde va, podrÃ

"Si Venezuela sigue por donde va, podrÃ-amos sufrir de hambruna en 30 años"
(13-09-2012 a las 16:24:53) - - Última actualización (13-09-2012 a las 16:45:57)
Las importaciones agroalimentarias en Venezuela se han incrementado en un 230% en los últimos 13 años. Hoy día,
cerca del 80% de lo que consumimos es importado
Roberto Torres Luzardo
Gutiérrez dice que tras 12 trimestres de caída del PIB agrícola, es imposible que haya aumentado la producción como
afirma el Gobierno. Foto: Archivo
Antes de la llegada del mágico chorro negro que transformó para siempre al país, el venezolano promedio se ganaba la
vida trabajando la tierra –día y noche– en las plantaciones de café y cacao. El sector agrario se echó a la
Venezuela de ese entonces sobre los hombros. 100 años y millardos de barriles de petróleo más tarde, la mitad del
plato de comida que degustan los ciudadanos ya no proviene de su propia tierra.
Para Wérner Gutiérrez, decano de la Facultad de Agronomía de LUZ, la escena agraria luce sombría, y lo dice con cifras
del Instituto Nacional de Estadísticas en la mano. “Las importaciones agroalimentarias en Venezuela, en los
últimos 13 años, se han incrementado en un 230%, mientras que las exportaciones se han disminuido alrededor de un
92%”, dice tajante.
La escena de enormes barcos cargados con arroz, café y maíz blanco que el país solía exportar hoy en día se ha
revertido, con importaciones agroalimentarias que ascienden a 5,8 millardos de dólares, según cifras oficiales de 2011.
Las estimaciones del sector agrario hablan de que se importa 80% de lo que en el país se consume.
Advertencia
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Generado:17 November, 2016, 20:34
Gutiérrez: “Se han expropiado unas 3 millones de hectáreas y 90% de esas fincas hoy no están
activas”. Foto: Silvia Salas
El decano de la Facultad de Agronomía lanza una severa advertencia, proyectando la posición económica actual hacia el
futuro, en 2 posibilidades. En caso de una crisis de precios petroleros, la economía venezolana –que percibe 96
dólares de cada 100 a través de la actividad petrolera– se verá sin los recursos para seguir comprando lo que no
produzca.
El segundo panorama tiene que ver con el fenómeno del calentamiento global, que ha producido una baja en las
cosechas mundiales y causa que los países dediquen su producción para autoabastecerse en vez de exportar.
“Podríamos quedarnos con los dólares en la mano sin tener dónde comprar. Si Venezuela sigue por donde va,
podríamos estar sufriendo una hambruna en 30 años”.
Con pesar, Gutiérrez comienza a enumerar los factores que han incidido en la baja de la producción agraria. Empieza
con lo que le roba el sueño a muchos productores del campo: el temor a la expropiación. “Al productor
venezolano no se le garantiza la seguridad jurídica de su tierra. Se han expropiado unas 3 millones de hectáreas y
cerca del 90% de esas fincas hoy no están activas. Se ve claramente en el caso de las fincas plataneras del sur del
lago, que hoy producen el 30% de su capacidad”.
Se suma otro temor a las noches en vela del campesinado, sobre todo a los de la zona fronteriza: las amenazas de
secuestro y extorsión por parte de grupos irregulares, cuya presencia ha sido un secreto a voces en estados como
Táchira, Mérida y Zulia. “Se ha incrementado el cobro de vacunas por parte de paramilitares y guerrillas. Se
calcula que un 60% de nuestros productores de la zona fronteriza se ven obligados a pagar vacunas”, precisa.
Mercado negro
3 de octubre de 2010. Aló Presidente transmitido desde el estado Guárico. “Se acabó el tiempo de Agroisleña.
Pasa a ser ahora propiedad popular”. Con estas palabras, el presidente Chávez confirmó la expropiación de la
empresa que, durante 50 años, distribuyó insumos como fertilizantes, semillas y plaguicidas a los productores del
campo. Sin embargo, según Gutiérrez, el tema de los suministros se considera “un grave problema”
entre el sector agrario.
“A raíz de la expropiación de Agroisleña -hoy Agropatria- se generó un mercado negro de insumos en el que se
quintuplicaron los precios. Es importante tener los insumos en el momento oportuno, porque de lo contrario el cultivo no
responde y lo grave es que están llegando insumos de contrabando desde Colombia, sin ningún tipo de controles,
como consecuencia de que Agropatria no está dando respuestas a nuestros agricultores”, explica.
Los ajustes tardíos de precios en rubros controlados –según han denunciado las federaciones agrarias del
país– impiden en muchos casos cubrir los costos de producción y producir un margen de ganancia suficiente para
permitir ampliar la producción.
“Hoy lo vemos con la producción del café venezolano. Los productores prácticamente han abandonado una
tradición familiar centenaria porque la actividad no cubre sus costos de producción”, dice el profesor.
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Generado:17 November, 2016, 20:34
Cifras reales
Gutiérrez no titubea al recordar las cifras que respaldan su discurso. Relaciones estrechas con el sector agrario del país
y 23 años de experiencia como ingeniero agrónomo le dan pie para señalar que las asociaciones agrarias y la academia
venezolana no confían en las cifras que ofrece el gobierno, sobre todo porque la última edición del anuario del Ministerio
de Agricultura y Tierras, que ofrecía información clave para la industria agropecuaria, fue editada en 2007.
Desmiente la aseveración de que 70% de los alimentos que se consumen en el país son producidos en Venezuela.
“Iban 12 trimestres seguidos de caída del PIB agrícola. En el último informe del BCV, se dice que hubo un
crecimiento de 2,2%, pero las asociaciones agrarias y la academia venezolana desconfían de esa cifra”. Para el
profesor, el sector agrícola del país está sujeto a directrices que se conciben con intereses políticos e ideológicos.
Competencia desleal
Una escena ilustra a la perfección la “competencia desleal” a la que –según el decano de la
Facultad de Agronomía de LUZ, Wérner Gutiérrez– están sometidos los productores nacionales. Gandolas
cargadas con arroz importado llegaron a la planta procesadora en Calabozo, estado Guárico, justo en el punto álgido
de la cosecha nacional de este rubro. A un precio mayor, el Estado compra en el exterior lo que ya se produce en suelo
venezolano.
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