Introducción al Estudio del Derecho

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Introducción al Estudio del Derecho
Fernando Trujillo
San Luis Potosí, S.L.P, México 2007
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INDICE
El concepto de derecho
…………………………………………………………………..5
Acepciones de la palabra derecho …………………………………………………………5
El problema de la definición del derecho………………………………………………….6
El derecho y otros órdenes normativos …………………………………………………..7
El iusnaturalismo …………………………………………………………………….………..8
El positivismo jurídico …………………………………………………………….………….9
El realismo jurídico …………………………………………………………………………..11
La norma jurídica ………………………………………………………………………….....13
Concepto de la norma jurídica …………………………………………………………….15
La estructura de las normas…………………………………………………….………….15
Los predicados de las normas jurídicas: validez y eficacia ………………………….18
Norma y proposición jurídica (lenguaje prescriptivo y lenguaje descriptivo)…….22
El ordenamiento jurídico ……………………………………………………………………23
Características de los órdenes jurídicos ……………………………………….…..……25
Pertenencia e individualización de los órdenes jurídicos ………………………..…..25
Validez y existencia del derecho ………………………………………………………….29
Coherencia y plenitud de los órdenes jurídicos ………………………………………..31
Las funciones del derecho …………………………………………………………………33
Concepto ………………………………………………………………………………...…….36
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Fuentes del derecho ……………………………………………….………………………..37
Las fuentes en el ordenamiento mexicano ……………………………………………..37
Algunos conceptos jurídicos fundamentales …………………………………………..38
El concepto de sanción ……………………………………………….…………….………40
El concepto de acto jurídico ……………………………………….………………………41
El concepto de responsabilidad …………………………………………………………..46
El concepto de deber jurídico ……………..………………………………………………49
El concepto de derecho subjetivo ……………………………………………….………..51
Capacidad jurídica y competencia ………………………………….……………….……61
El concepto de persona jurídica …………………………………………………….…….62
Bibliografía ……………………………………………………………………………….….. 65
Cuestionario …………………………………………………………………………………..66
Conclusiones………………………………………………………………………………….78
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INTODUCCIÓN
La antigüedad del Derecho hace de su riqueza conceptual un amplio campo; por ello es
difícil seleccionar temas y conceptos. Sin embargo, es indispensable para el estudiante
y su primer contacto con la disciplina y así facilitar la comprensión de los conceptos
fundamentales, es por ello que en este trabajo he ampliado un poco más aquellos que
me han parecido fundamentales para una explicación.
En la bibliografía jurídica mexicana hay trabajos importantes en materias de
introducción al estudio del derecho como son entre otras, tres obras clásicas: La de
García Maynéz, la de Recansés Fiches y la de Villoro Toranzo, todas ellas de
indiscutible valor. Hay otras de formato pequeño, pero no menos importantes, en los
que me he guiado y de acuerdo a la bibliografía que me fue otorgada para la realización
de este trabajo.
En el proceso de formación del derecho es casi paralelo a la historia del hombre sobre
todo a partir de que éste desarrolla una vida social. Por ello, la explicación del derecho
debe referirse a los grandes momentos de la humanidad y con ello estar en capacidad
de explicar y definir lo que debe entenderse por derecho, en el presente trabajo, nos
referiremos a algunos de los rasgos más relevantes del derecho y considerar los
elementos definitorios del derecho.
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OBJETIVOS
Con la elaboración de este trabajo se pretende que el estudiante
Asimile las características del Derecho a fin de que pueda distinguirlo con precisión de
otros órdenes que también regulan la conducta del individuo.
Valore la existencia del derecho como orden regulador de la conducta del individuo en
la sociedad.
Obtenga con los datos proporcionados su propia definición del derecho.
Comprenda porque se considera al Derecho como un producto social y la función del
mismo en la sociedad.
Maneje los diversos conceptos jurídicos fundamentales de carácter formal de los de
carácter real.
Asimile el porque una norma es obligatoria.
Maneje los conceptos de validez y eficacia relativos a las normas jurídicas.
Conozca los diversos grupos de normas que forman parte del derecho.
Asimile la problemática que encierra la aplicación de las normas jurídicas.
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CONCEPTO DE DERECHO:
De acuerdo con el Diccionario Marxista de Filosofía el derecho es el conjunto de
normas y reglas de conducta de los hombres que son establecidas por el Estado:
Voluntad de la clase dominante erigida en la ley.
Conforme a Rojina Villegas el derecho es un conjunto de normas bilaterales, externas,
generalmente, heterónomas y coercibles, que tienen por objeto regular la conducta
humana en su interferencia subjetiva.
Finalmente, Luis Recasens Siches señala que lo jurídico del derecho no radica en los
valores superiores que lo deben inspirar sino en la forma de su realización a través de
él.
La función del derecho es la seguridad y por tanto el derecho impone su cumplimiento
de manera inexorable por ejecución forzosa.
ACEPCIONES DE LA PALABRA DERECHO
La palabra derecho se presenta como un término ambiguo, es decir, que implica varias
acepciones o significados. En esta circunstancia, la de su ambigüedad, una de las
dificultades propias del derecho que complican su definición y su comprensión.
La etimología de la palabra derecho no resuelve del todo este problema, aunque
aportan datos que hacen referencia, de manera preferente a su dimensión normativa,
Derecho proviene del latín director, a um, es decir ¨lo recto, lo que está en pie, que está
en línea recta, recto, derecho que en sentido figurado significa ¨lo que está conforme a
la regla, a la ley, a la norma¨ ¨lo que no se desvía a un lado ni a otro, lo que es recto
que se dirige sin oscilaciones a su propio fin¨.
Cabe mencionar que la palabra norma. Significa encuadrar, arreglar, ajustar, es claro
que la etimología de ¨ derecho ¨ alude a ¨ lo que norma ¨ es decir ¨ lo que mantiene
recto, encuadrado, ajustado. Luego entonces, la raíz latina hace referencia al derecho
como norma o conjunto de normas.
En otros idiomas, sobre todo en las lenguas romances que se originan, al igual que el
español, del latín, mantiene la palabra derecho su misma etimología y el mismo sentido
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de rectitud. En italiano, francés, rumano y portugués derecho, se dice, respectivamente:
Diritto, droit, dreptu, directo, idiomas solo con influencia latina pero que mantienen esa
idea son el alemán, Rect. Y el inglés right, Sin embargo en esta última lengua hay más
de una palabra para referirse a la palabra derecho, que sería law, lo cual indica que
derecho tiene más de insignificado, facilitándose así el conocimiento del carácter
multívoco de tal palabra, situación que no se da en español, donde un único término
sirve para referirse a todas sus acepciones.
Cuando utilizamos la palabra derecho y decimos ¨ El derecho mexicano otorga iguales
prerrogativas a los ciudadanos; “ El derecho mexicano reconoce y protege el derecho
que tengo de expresarme libremente”; ¨ No hay derecho…”; “Estudio derecho en la
Facultad de Derecho”. Intuimos que todas estas expresiones poseen algo en común
pero que, también, la palabra derecho, está siendo aplicada en distinto sentido y
efectivamente así es.
EL PROBLEMA DE LA DEFINICION DEL DERECHO
Definir el derecho, sin embargo, comporta singulares dificultades. Así piensan la
mayoría de los autores que han abordado este tema. Por ejemplo, García Maníes
señala: “¿Qué es el derecho? He aquí lo primero que el estudioso se pregunta, al
ahondar el umbral de la ciencia jurídica. El problema, lógicamente anterior de los demás
de la misma disciplina es, al propio tiempo, el más arduo de todos. Los autores que lo
abordan no han conseguido ponerse de acuerdo ni en el género próximo ni en la
diferencia específica del concepto, lo que explica el número increíble de definiciones y
la anarquía reinante en esta materia.
Otros juristas llegan incluso, a la conclusión de que es imposible definir el Derecho. En
efecto , la llamada tesis de la indefinición ha sido sostenida con base en la idea, antes
ya indicada por García Maníes, de que al modo aristotélico no es posible asignar al
derecho un género próximo ni una diferencia específica, sin embargo, esta postura no
puede mantenerse en pie porque parte del presupuesto de que solo existe un único
sistema para encontrar la definición de algo, ignorado- Como afirma Vallado Berrónque no todos los objetos del conocimiento y entre ellos el Derecho, pueden definirse por
igual procedimiento. Definir es tarea de las ciencias y al existir varios tipos, es lógico
que haya también formas diversas de alcanzar una definición.
Las dificultades especificas con las que se topan los juristas para definir el Derecho no
acaban aquí, Existe el extendido criterio de que así como hay un exclusivo sistema para
definir; hay también una definición única y universal del Derecho. Carlos S. Nino piensa
que dichas dificultades parten de la adhesión a una cierta concepción sobre la relación
que se da entre el lenguaje y la realidad, misma que impide contar con una idea sobre
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los presupuestos, las técnicas y consecuencias, que han de tenerse en consideración
cuando se define una expresión lingüística , en este caso la palabra Derecho.
Según Nino, sigue vigente en nuestros días la idea platónica de la relación entre
lenguaje y realidad, ésta porque presupone que si los conceptos no hacen más que
relejar la presunta esencia de las cosas, las palabras son únicamente el vehículo de los
conceptos, de donde la relación entre lenguaje y realidad no puede ser otra que
necesaria. Por tanto, al definir se reconoce una realidad, la cual no puede ni cambiarse
ni crearse, pues los conceptos solo detectan aspectos esenciales de esa realidad,
esencias que deben estar ineludiblemente contenidas en aquellos conceptos. De aquí
que este enfoque, también conocido como realismo verbal, sostenga que hay solo una
definición válida para una palabra, que se obtiene por intuición intelectual de la
naturaleza intrínseca de los fenómenos denotados en la expresión.
Evidentemente, el realismo verbal hace del trabajo definitorio una tarea de simple
reconocimiento de ciertos aspectos esenciales de la realidad. Pero ¿Cuáles? ¿Cómo
hacer de esta labor definitoria un ejercicio intelectual sumamente subjetivo? ¿Quién
posee el monopolio de la verdad para decirnos que una persona si captó y otra no, ese
aspecto esencial de la realidad? ¿Qué criterio objetivo se usará para distinguir lo
esencial de aquello que no lo es? Esta postura ha generado buena parte de las
dificultades para definir el Derecho porque indubitablemente cuál es la definición única
de lo jurídico.
Nino, en contra de tal postura realista, acepta el convencionalismo verbal, esto es, el
enfoque que postula que la relación entre el lenguaje y la realidad arbitrariamente
establecida por los seres humanos, aunque exista confusiones. Así al hacer frente a
una palabra como Derecho resulta útil darle un significado si lo que pretendemos es
describir los fenómenos implicados por tal expresión Igualmente, y sin perjuicio de
estipular un concepto original o más preciso de la palabra, debe investigarse el
significado de la misma en el lenguaje común, lo cual nos ayudará a descubrir
distinciones conceptuales importantes que se presuponen sin tener conciencia de ellas
y cuyo desprecio puede ocasionar pseudos cuestiones filosóficas.
Cabe sumar a las anteriores dificultades, dos más La primera tiene que ver con la
palabra misma derecho, la segunda, con que el enfoque científico y la posición teórica
adoptados por los distintos juristas o estudiosos en el fenómeno jurídico en general.
El DERECHO Y OTROS ÓRDENES NORMATIVOS
Como hemos señalado, el derecho es un conjunto de normas que imponen deberes y
de normas que confieren facultades, que establecen las bases de convivencia social y
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cuyo fin es dotar a todos los miembros de la sociedad de los mínimos de seguridad,
igualdad, libertad y justicia. Pero, ¿qué son las normas?
De acuerdo con García Máynes, el término norma se usa en dos sentidos: uno amplio y
otro estricto. En el primero, norma es “toda regla de comportamiento obligatoria o no”;
en sentido estricto, norma es la regla “que impone deberes o confiere derechos”. A las
reglas de conducta que son obligatorias o que conceden facultades se les llama
normas, mientras que a las reglas cuyo cumplimiento es potestativo se les conoce
como reglas técnicas. Tanto las normas como las reglas técnicas son reglas de
conducta. Las primeras conceden derechos o prescriben obligaciones; las segundas
establecen medios para alcanzar un fin. El cumplimiento de las reglas técnicas es
potestativo, vale decir, queda a voluntad del individuo cumplir o no con la regla. En
cambio, en las normas jurídicas, su cumplimiento es obligatorio.
La ley es una regla jurídica porque es creada por autoridad competente y es obligatoria
por la misma circunstancia. Pero no únicamente para algunos individuos, sino para
todos, es decir, que la ley es general y rige la conducta de los hombres en sociedad.
Así, la ley se define como Norma jurídica obligatoria y general dictada por legítimo
poder para regular la conducta de los hombres o para establecer los órganos
necesarios para el cumplimiento de sus fines.
En México, el organismo denominado Congreso de la Unión (órgano legislativo) es el
facultado por disposición de los arts. 50, 71 y 72 constitucionales para crear las leyes
(normas jurídicas de observancia general). Las leyes así creadas son aplicables en toda
la República. Por lo que hace al Distrito Federal, el órgano legislativo competente es el
propio Congreso de la Unión por disposición del art. 73 fraques. VI constitucional. En
cuanto a los estados, son sus propias constituciones las que establecen el
procedimiento de creación de las leyes locales.
EL IUSNATURALISMO
Cuando se alude al Derecho Natural que se dice anterior y superior al Derecho positivo,
nos enfrentamos al problema de la justificación última de las normas jurídicas, de los
mandatos que el poder político por medio de ellas, dirige a los hombres. En la realidad
social han sido los ciudadanos en sus luchas permanentes por la consecución y
reivindicación de sus derechos y creencias- y con ellos los estudiosos de las Ciencia
Jurídica, y en especial de la Filosofía del Derecho- quienes han puesto en tela de juicio
la obligatoriedad de cualquier clase de mandato estatal, sobre todo si este prescribe
comportamientos inmorales o injustos.
Por iusnaturalismo debe entenderse Norberto Bobbio ha establecido las siguientes
nociones: “por jusnaturalismo debe entenderse entiendo aquella corriente que admite la
distinción entre derecho natural y derecho positivo y sostiene la supremacía del primero
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sobre el segundo y entiendo la teoría de superioridad del derecho natural sobre el
derecho positivo. El jusnaturalismo es dualista.
El surgimiento del concepto del derecho natural se arraiga e la necesidad de producir
un contrapeso a la idea de un derecho positivo inmoral o injusto. De ahí que los
orígenes del iusnaturalismo los encontremos en la idea de Phycis, es decir, de
naturaleza, como concepción de un orden estable y permanente, al cual, lo contingente
y pasajero como el poder político y el Derecho positivo, por ejemplo- debe ceñirse. Esta
concepción, base de la idea de un orden jurídico estable, no se gestó, curiosamente en
una coyuntura histórica de tensión con el poder, sino en las reflexiones de la filosofía
natural presocrática que, según consideraban la forma más perfecta de vida en
comunidad.
“Para la insipiente filosofía natural griega, -según Truyol y Serra- tal como fue
abriéndose camino en las ciudades de Jonia, el enigma radical brotaba del movimiento
del cambio del cuanto nos rodea. Los primeros pensadores buscaban, detrás de las
continuas mudanzas ha que se halla sometido el mundo sensible, un elemento
primordial, estable y unitario, una sustancia primaria de la que todas las demás surjan y
a las que todas vuelvan. A esta sustancia primigenia dieron el nombre de Phycis, de
naturaleza”
La importancia de esta reflexión filosófica centrada en la búsqueda característicamente
humana de lo no contingente, de algo permanente o eterno a lo cual asirse, radica en la
identificación de una idea que sirviese como parámetro, principio o referencia de validez
universal .Precisamente por ello. Al derecho que se atribuyen esas características de
parámetro permanente, principio, fuente de inspiración y guía o contrapeso del derecho
positivo, se le ha denominado Derecho natural.
El iusnaturalsmo es producto de una larga evolución histórica que sufre distintos
procesos y que pasó de la idea de un derecho derivado de la divinidad, a la de un
derecho deducido de la naturaleza humana cuyos postulados o principios pueden
obtenerse por métodos racionales. Este proceso evolutivo abarca varios siglos, desde
los inicios de la filosofía cosmológica griega hasta nuestros días y, como es de
suponerse, ha implicado a corrientes sumamente diversas.
EL POSITIVISMO JURIDICO
La expresión de derecho positivo contrariamente a la de derecho natural, la cual se
remonta hasta la antigüedad , se desarrolló solo hasta la Edad Media, La expresión
legem ponere, de la cual deriva ius positivum, surge en el siglo VI, y desde entonces es
frecuentemente usada.
La mención más antigua de ius posotivum de que disponemos se encuentra en
Abelardo (1079-1142) en un pasaje de su diálogo, El mismo define ius positivum:
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“Naturale quidem jus est… positivae… quod ab hominibus institutum… aut sola
consuetudine aut scripti nitittur autoritate” (“…el derecho es, así natural y… positivo…es
aquel que ha sido establecido por el hombre… y se basa bien sea solo en la costumbre
o en la autoridad de los textos”).
Es probable que la expresión haya sido usada por largo tiempo antes de Abelardo,
como quiera que sea la expresión ius posotivum es comúnmente empleada en el siglo
XIII. Santo Tomás usa la fórmula lex posita.
“Ius positivum” no necesita ser un acto de legislación, pero debe necesariamente ser
establecido por actos humanos: sentencias judiciales, hechos de la costumbre, etc.
Este puede decirse, es el sentido general del derecho positivo. En contraposición el
derecho natural generalmente significa derecho que no ha sido puesto.
El derecho positivo designa a los preceptos establecidos de un cierto modo. Su forma
de creación los distingue de cualquier otro sistema normativo de premisas metafísicas o
místicas; lo importante es que esta creación o modificación admite varios modelos y
sean resultado de hechos sociales públicamente observables.
Consistentemente con lo anterior los juristas usan la expresión derecho positivo, para
referirse a un derecho puesto o establecido por actos humanos en una determinada
comunidad. De esta forma el derecho positivo se opone a un derecho no puesto por
actos humanos; se contrapone a un derecho ideal, aspirado o supuesto.
Contrariamente a la idea del derecho natural, considerado atemporal y universal. El
derecho positivo es siempre el derecho de determinada comunidad histórica (Roma,
Bizancio, Inglaterra).
Por otro lado, la expresión derecho positivo significa derecho existente e implica que el
objeto al que se refiere realmente existe (como derecho), que opera, que es
efectivamente seguido por súbditos y aplicado por funcionarios. En este sentido, el
derecho positivo, se opone al derecho que no existe (que dejó de existir o que nunca
existió), se opone al derecho derogado, así como al derecho que deja de ser eficaz y
pierde validez (desaparece); en partícula, se contrapone al material legislado que es
sustituido por práctica o costumbre en contrario. Derecho positivo contrasta, en este
sentido con los textos que no son efectivamente seguidos o aplicados.
Derecho positivo por otro lado nombra el objeto de reflexión del positivismo jurídico y
una sola mención presupone un enfoque particular hacia el derecho. Este enfoque
concede importancia substancial al carácter fáctico del derecho en la identificación del
derecho.
El significado de derecho positivo se vio alterado con el advenimiento del positivismo.
Su aparición fue consecuencia natural de la evolución del pensamiento (surgimiento del
empirismo, decaimiento de la religiosidad, etc.), y la vulnerabilidad de la doctrina del
derecho natural. Esta había estado expuesta a críticas constantes en muchos de sus
aspectos. Particularmente vulnerable había sido el fundamento de su validez, cuando
solo el derecho positivo es realmente derecho. La innovación producida por el
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positivismo no fue producto de una amplia y detallada revisión del concepto de derecho
positivo. La innovación más bien consistió en la exclusión del derecho natural y la
restricción del campo de la ciencia jurídica únicamente al estudio del derecho positivo.
El derecho positivo deviene así una expresión que se aplica a todo derecho existente, a
toda forma de derecho dad e la historia. El positivismo niega que un orden jurídico
históricamente existente pueda contener un precepto que hubiera sido creado mediante
una forma públicamente reconocida es decir, por una instancia de dicho orden.
El carácter histórico del derecho positivo se explica diciendo que la condición de
existencia de una norma de derecho positivo reside en que su carácter jurídico es
atribuido por un poder competente utilizando un procedimiento apto para la creación de
normas jurídicas, procedimiento que, en tanto tal, pertenece a la historia y constituye la
fuente formal de la norma en cuestión.
De esta forma, el derecho positivo es para el positivismo el conjunto de normas
jurídicas que pueden referirse, de alguna manera, a una fuente, es decir, que son
producidas por hechos normativos (Bobbio): un poder normativo creador, una potestad
creadora.
EL REALISMO JURIDICO
El realismo jurídico es una doctrina filosófica que identifica al derecho con la eficacia
normativa, con la fuerza estatal o con la probabilidad asociada a las decisiones
judiciales. Para los realistas jurídicos el derecho no está formado por enunciados con
contenido ideal acerca de lo que es obligatorio, sino por las reglas realmente
observadas por la sociedad o impuestas por la autoridad estatal.
El realismo jurídico se reconoce en la historia del derecho desde la década de los
setenta del siglo XX como una escuela crítica de las tradicionales concepciones
formalistas del derecho. Entre sus principales aportes, de los cuales se pretende hacer
énfasis en este trabajo como fundamento teórico, se encuentran la falsedad de la idea
de una total autonomía del derecho, la indeterminación de las normas jurídicas, su
posible manipulación política, la impotencia del derecho para alcanzar cambios
estructurales en la sociedad, así como su imposibilidad de aprehender la complejidad
social.
Se pueden distinguir al menos cuatro escuelas:
El realismo clásico de los sofistas griegos, La escuela del realismo jurídico
norteamericano, La escuela escandinava y El realismo de la interpretación jurídica del
francés Michel Troper.
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Destaca entre los primeros Trasímaco, para quien el derecho es la voluntad del más
fuerte. Como percursor de los realistas norteamericanos cabe mencionar a Oliver
Wendell Holmes Jr., quien consideraba que el derecho no es otra cosa que las
profecías de cómo los jueces resolverán los asuntos jurídicos. Axel Hägerström y Alf
Ross destacan entre los realistas escandinavos, para quienes la eficacia o vigencia real
de las normas jurídicas es la propiedad determinante, por encima de la validez
meramente formal y del contenido moral de las mismas. Finalmente, Michel Troper ha
desarrollado una teoría realista según la cual la interpretación no es un acto de
conocimiento de la ley, sino un acto de voluntad del juez.
El realismo jurídico norteamericano puede dividirse a su vez en dos vertientes: el
escepticismo ante las normas y los escépticos ante los hechos. Brillante exponente de
la primera es Karl Llewellyn y, de la segunda, Jerome Frank.
El escepticismo frente a las normas es una especie de reacción extrema contra una
actitud opuesta: el formalismo ante las normas y los conceptos jurídicos. En los países
del “derecho continental europeo” y la mayor parte de Ibero América, predomina entre
los juristas un pronunciado formalismo ante las normas. El hecho de contarse en estos
países con una amplia codificación del derecho dio pie para que los juristas asignaran a
esos sistemas y a las normas que los constituyen una serie de propiedades formales
que no siempre tienen: precisión, univocidad, coherencia, completitud, etc. La
asignación de estas propiedades se debe a ciertas hipótesis implícitas de la dogmática
jurídica continental sobre presuntas cualidades racionales del legislador. En cambio, los
juristas del llamado Common law no tienen frente a sí cuerpos codificados a los cuales
prestar una tal profesión de fe. La mayor parte de las normas que constituyen su
derecho están originadas no en el acto deliberado de un legislador, sino en los
fundamentos de las decisiones judiciales. Al no tener la obligación de someterse a los
códigos, los juristas de estos sistemas suelen considerar que las normas jurídicas están
lejos de tener las propiedades formales que se les suele asignar. Por el solo hecho de
que al formular las normas se debe recurrir al lenguaje natural, las normas adquieren la
imprecisión del lenguaje ordinario. Por más que el legislador se esfuerce en atenuar la
vaguedad de las palabras. Por otra parte, las normas jurídicas más importantes son
generales. Cuando se formula una norma general, se tienen en cuenta ciertas
propiedades relevantes de las situaciones consideradas como objeto de regulación.
Pero como los legisladores no son omniscientes no prevén todas las combinaciones
posibles que se pueden presentar en el futuro. De este modo, quedan casos sin regular
y casos en los que se le da una solución diferente de la que se le hubiera asignado de
haberlos tenido presentes. Estas observaciones han debilitado la confianza de muchos
juristas en la certeza que ofrecen las normas jurídicas abstractas. Pero una cuestión es
decir que el derecho esté integrado por las normas jurídicas que el formalismo jurídico
le asigna y otra muy diferente es que el derecho no contiene en absoluto normas
jurídicas. El realismo en términos generales, coloca a las predicciones sobre la
actividad de los jueces en el lugar de las desplazadas normas jurídicas.
Por otra parte, el escepticismo ante los hechos acepta el descrito escepticismo ante las
normas, pero añade que el análisis debe ir más allá, a los hechos mismos, que son la
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base de la decisión final del juez, y por ende, su elección de los hechos es arbitraria y
limitada.
Otras características del realismo jurídico

Indeterminación del derecho.- Los realistas suelen creer que el derecho positivo
(las leyes y los precedentes obligatorios) no determinan las verdaderas
soluciones a los caso. Jerome Frank afirmó que lo que el juez haya desayunado
puede determinar el sentido de su decisión.

Enfoque interdisciplinario.- Muchos realistas jurídicos se han interesado en los
estudios estadísticos (Holmes), sociológicos (Ross), antropológicos (Llewellyn y
su libro The Cheyenne Way), etcétera.

Enfoque instrumentalista.- Los realistas creen que el derecho sirve o debe servir
como instrumento para alcanzar propósitos sociales.
Posteridad del realismo jurídico
Aunque declinó su fuerza luego de la Segunda Guerra Mundial, la influencia del
realismo jurídico ha alcanzado a la corriente llamada "estudios críticos del derecho"
(Duncan Kennedy y Roberto Unger), a la teoría jurídica feminista y al análisis
económico del derecho (autores como Richard Posner y Richard Epstein).
LA NORMA JURIDICA
Noción general: Las normas jurídicas pueden caracterizarse como la formulación
lingüística por la cual se establece una modalidad jurídica a la conducta, esto es, es el
medio oral o escrito por el cual se señala que una conducta es permitida, obligada o
prohibida, además la norma jurídica es la unidad que sin exceso ni deficiencia,
compone los ordenes jurídicos, se considera también la existencia de normas
permisivas, es importante distinguir de otros conceptos los cuales son usados como
sinónimos.
El término norma es ambiguo, es decir, tiene más de un significado, esto se debe en
mucho a que el uso del término norma no es exclusivo de la teoría jurídica. Por el
contrario, el término norma se usa ampliamente en el lenguaje ordinario como en otros
lenguajes técnicos (sociología, lingüística, lógica, etc.) Por todo ello no debe
sorprendernos el hecho de que se pretenda explicar las normas jurídicas a partir de los
usos que tiene el término norma dentro del lenguaje ordinario o dentro de otros
lenguajes.
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En razón de que el término norma es usado dentro del leguaje ordinario, como sinónimo
de regla, entonces parece normal aplicar el término norma ahí donde funciona regla o
viceversa. Así por ejemplo, como el término regla significa algo general, lo contrario a lo
ocasional, etc. Entonces se considera a la norma jurídica como la expresión de un
comportamiento general, habitual o normal. Esto es, la norma jurídica no sería sino el
reflejo de una normalidad que solamente se destaca, sin embargo la explicación que
sostiene que regla significa sólo que un grupo de personas, o la mayor parte de ellas,
se comporta como regla, es decir generalmente, tiene que ser inmediatamente
abandonada.
Ciertamente las normas jurídicas son el resultado del comportamiento humano que
ocurre- hemos visto que las normas jurídicas son creadas a través de actos humanos
históricos- sin embargo podemos constatar que lo que ocurre puede no ser lo general,
usual o normal. Las normas jurídicas pueden ser creadas en virtud de un procedimiento
más o menos breve, ignorando, si este es el caso, el comportamiento habitual o incluso
contradiciéndolo.
Si las normas jurídicas fueran solo el resultado del comportamiento habitual, no sería
posible ni el cambio ni el progreso institucionales, al menos tal y como lo muestra la
historia institucional. La creación jurídica, paradójicamente, no tendrá más función que
la conservación o reproducción de un orden dado con anterioridad. Sin embargo
sucede que el comportamiento jurídico habitual puede ser súbitamente derogado.
Esta postura que identifica norma jurídica con normalidad o hace aquel resultado de
ésta, parece no ser consecuente con la historia institucional, puesto que los
procedimientos de creación que ignoran e comportamiento habitual (tales como la
revolución, la guerra, la secesión, la fundación de unos nuevos Estado etc.) se
encontrarían sin explicación. Es muy probable que esta doctrina solo encubra, la
mayoría de las veces una tendencia ideológica completamente conservadora: el
mantenimiento del orden establecido. Ahí se llevara esta tesis a sus últimas
consecuencias podría llegarse a absurdos como el siguiente: a un estado de guerra que
se prolongara por un tiempo relativamente largo ( la guerra de los 100 años) de tal
modo que se hiciera habitual o normal, no podría sucederle inmediatamente la paz, es
decir, un sistema de solución pacifica de conflictos, aunque se quisiera, puesto que la
normatividad solo podría reflejar o reproducir el estado habitual; la guerra, esto es el
estado de composición violenta de conflictos.
No es a normalidad o el uso repetido del comportamiento el elemento determinante de
la creación normativa. El hecho de repetir habitualmente un comportamiento no basta
para que se reconozca como normativo, en el sentido que le da su hacedor. No es
suficiente con proponer, con mayor o menor insistencia, una cierta normatividad,
realzando en repetidas ocasiones un determinado comportamiento hasta hacerlo
habitual, sino que es necesario que este comportamiento habitual o no, adquiera el
carácter de
acto jurídico creador. Este carácter- hemos visto- se adquiere
convencionalmente. Por otro lado, para aceptar o seguir la normatividad propuesta, aún
cuando esta propuesta se efectúe en una sola y única ocasión.
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CONCEPTO DE NORMA JURIDICA
La norma jurídica es toda regla de conducta dirigida a los seres humanos en forma
obligatoria.
Las características de la norma jurídica son:




Bilateralidad: Característica esencial de la norma jurídica que consiste en otorgar
derechos e imponer obligaciones.
Exterioridad: Porque regulan la conducta objetiva, es decir, los hechos y actos
del ser humano y no sus pensamientos o ideas.
Heteronomía: Las normas emanan de un ente distinto (Poder Legislativo) al
destinatario que es el gobernado o particular.
Coercibilidad: Consiste en la posibilidad de que la norma deba ser cumplida aun
en contra de la voluntad del obligado.
LA ESTRUCTURA DE LAS NORMAS
CLASIFICACIÓN DE LAS NORMAS: ORDEN JURÍDICO, MORAL,
RELIGIOSO Y REGLAS DEL TRATO SOCIAL
Para que el ser humano pueda vivir en sociedad es necesario que su conducta sea
regulada. Pero su conducta no sólo es regulada por normas jurídicas, sino también por
normas morales, religiosas y por los llamados convencionalismos sociales.
Las normas enunciadas no tienen la misma naturaleza puesto que entre ellas existen
marcadas diferencias. En lo único en que coinciden es en el hecho de regular la
conducta de los individuos.
Normas jurídicas
Se dice que las normas jurídicas son reglas de conducta bilaterales o imperativo
atributivas, exteriores, coercibles y heterónomas. Que estas normas sean bilaterales
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significa que una obligación jurídica a cargo de determinada persona trae aparejado un
derecho en favor de otra persona para exigir el cumplimiento de la misma. Las
obligaciones jurídicas constituyen deudas, toda vez que su observancia puede ser
exigida en ejercicio de un derecho, por un sujeto distinto del obligado.
En virtud de su carácter bilateral, las normas jurídicas establecen relaciones entre
diversas personas. Al obligado se le denomina sujeto pasivo de la relación; a la persona
facultada para exigir de aquel el cumplimiento de la obligación se le llama sujeto activo,
facultado, derechohabiente o pretensor. Las normas jurídicas son exteriores, lo que
significa que exigen una conducta fundamentalmente externa (…) Sin embargo,
también es cierto que en muchos casos atribuyen consecuencias jurídicas a los
aspectos íntimos del comportamiento individual.
Es decir, las normas jurídicas primordialmente sancionan las conductas externas de los
individuos secundariamente, el aspecto íntimo o interno las mismas. Examinemos dos
breves ejemplos de cada caso. Si adeudo una determinada suma de dinero, la
conducta a que estoy obligado es a la del pago de esa cantidad de dinero, conducta
externa. En materia de contratos, el dolo que se equipara a la mala fe, puede ser causa
de invalidez de los mismos: dolo o mala fe, que hacen víctima de la injusta astucia a
uno de los contratantes es sancionado por la norma jurídica y se trata de una conducta
íntima o interna que, en última instancia, el juez debe declarar.
Se califica de coercibles a las normas jurídicas porque si no son cumplidas
voluntariamente por los obligados, puede el Estado exigir su cumplimiento incluso por la
fuerza. La coercibilidad es, pues, la posibilidad de la autoridad pública de recurrir a la
violencia para hacer cumplir un deber jurídico. Cabe aclarar que coercibilidad, en el
sentido en que se usa aquí el término no significa necesariamente la existencia de una
sanción, es decir, en su sentido tradicional. La norma jurídica instituye una sanción, la
cual puede consistir en que la autoridad nos obligue a su cumplimiento pero en la gran
mayoría de los casos, la sanción de la norma jurídica consiste en que su incumplimiento
no produce el efecto deseado. Por ejemplo, si no cumplo con lo establecido por el
Código Civil, no habrá compraventa, o no habrá testamento, o tampoco habrá
matrimonio.
La heteronomía de las normas jurídicas significa que el creador de la norma es un ente
distinto del destinatario de la misma, y ésta le obliga aun cuando no sea reconocida por
dicho destinatario.
Normas morales
Las normas morales son unilaterales o imperativas porque frente al sujeto a quien
obligan no hay otro autorizado para exigirle el cumplimiento de sus deberes; o sea que
las normas morales imponen deberes, pero no conceden derechos.
Las normas morales son internas, lo que significa que las mismas han de cumplirse por
el individuo únicamente con el propósito de acatar dichas normas. En este sentido, la
interioridad en estos preceptos constituye “una modalidad o atributo de la voluntad”.
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Las normas morales son incoercibles porque su cumplimiento es espontáneo, es decir,
estos preceptos no admiten el empleo de la fuerza para el logro de su cumplimiento.
Dice Recasén Siches
La moral no queda cumplida con que sucedan de facto en el mundo los hechos
externos por ella prescritos, sino para que quede cumplida es de todo punto necesario
que sus normas sean realizadas por el sujeto libremente, libre de toda coacción
irresistible, como actos plenariamente suyos.
Las normas morales son autónomas porque tanto el obligado como el creador de
dichas normas es la misma persona. Así, la autonomía significa auto legislación,
reconocimiento espontáneo de un imperativo creado por la propia conciencia. Requiere
el apoyo y la guía de entes superiores a él, tales como Dios.
Según la doctrina cristiana, si el ser humano se comportara de acuerdo con sus
postulados recibiría como premio la vida eterna. Para alcanzar esta, el medio idóneo
sería precisamente el cumplimiento de los postulados mencionados a través de las
normas religiosas, las cuales son inspiradas por la idea suprema de Dios, y tienen por
principal objeto ayudar al hombre a lograr un fin último en una vida que no es la terrena.
Consideran la conducta del hombre no sólo en sus relaciones con sus semejantes,
como el derecho, sino en sus actos para con Dios y para consigo mismo…
O sea que las normas religiosas auxiliarían al individuo para acercarse a Dios y de esta
manera alcanzar la vida eterna, aunque quien cumpliera con ellas, tendría un buen
comportamiento social, sería una persona justa, caritativa. Estas son manifestaciones
externas, producto de una decisión individual y de un cumplimiento espontáneo.
Reglas del trato social
Las reglas del trato social; por ejemplo, las reglas de cortesía, de etiqueta, también
llamadas convencionalismos sociales. Estos nos permiten desarrollar una vida social
más amena y cordial (cortesía) o bien, conducirnos conforme a ciertas reglas
establecidas para circunstancias y momentos determinados de preferencia a las damas,
no interrumpir la conversación de que más. etc. Si no respetamos estas reglas
tendremos una sanción que la sociedad nos margine, pero esta sanción no tiene las
características señaladas en el caso de las normas jurídicas, por eso se ha dicho que
los convencionalismos sociales son reglas de conducta exterior, incoercibles,
heterónomas y unilaterales.
ANALOGÍA Y DISTINCIÓN
De la exposición anterior podemos desprender las diversas semejanzas y distinciones
que existen entre las normas jurídicas, morales y sociales. Las normas jurídicas se
distinguen de las morales en que las primeras son bilaterales o imperativo atributivas,
exteriores, coercibles y heterónomas; y las segundas, unilaterales, internas,
incoercibles y autónomas.
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Las normas morales se asemejan a los convencionalismos sociales en que ambas son
unilaterales e incoercibles; y se distinguen en que las primeras son internas y las
segundas, externas. Las normas jurídicas se asemejan a las reglas del trato social en
que ambas son exteriores y heterónomas; y se distinguen en que, unas son bilaterales
y coercibles y otras, unilaterales e incoercibles.
LOS PREDICADOS DE LAS NORMAS JURIDICAS; VALIDEZ Y
EFICACIA
Norma jurídica
Cuando mencionamos al derecho en términos generales dijimos que está formado por
un conjunto de normas jurídicas que establecen las reglas básicas de convivencia
social. También señalamos que el objetivo de esas normas jurídicas es ser útiles a la
sociedad propiciando conductas que posibiliten la convivencia social y, al mismo
tiempo, impidiendo las conductas que vayan en contra de ese fin. Nos corresponde
ahora analizar varias cuestiones relacionadas: ¿quién decide la obligatoriedad de las
normas?, ¿de qué manera éstas propician cierto tipo de conductas e impiden otro?
Aunque la respuesta última a estas interrogantes es tarea de la teoría general del
derecho, a continuación daremos las respuestas que consideramos relevantes para
explicar el concepto de norma jurídica.
Ya hemos destacado el carácter social del derecho, la forma en que se relaciona, en
tanto ciencia social, con el comportamiento o la conducta de individuos que forman
parte de una sociedad en un momento dado. El derecho no es más que producto de
hechos sociales, por ejemplo, en una sociedad primitiva, en algún momento de su
historia se dio un acuerdo entre los individuos para decidir quién o quiénes serian los
que dictaran las normas que debían regir las conductas o los comportamientos dentro
de esa sociedad. O bien, en una sociedad moderna, cómo uno o varios grupos
revolucionarios, derogando el antiguo orden establecido, mediante acuerdos y
compromisos, pueden decidir las normas a partir de las cuales se define qué personas,
qué órganos o qué instituciones serán las que emitan las nuevas normas para esa
sociedad. En ambos casos - mediante un acuerdo o a través de un proceso
revolucionario - estamos en presencia de dos hechos sociales - entre muchos otros que son el origen y la base del derecho.
Así, tenemos una o varias normas, producto de uno o varios hechos sociales que
constituyen el punto de partida para el desarrollo de un sistema normativo. Estas
normas jurídicas básicas proporcionan el fundamento de otras normas jurídicas, que
irán formando un conjunto de normas más o menos homogéneo al que podemos llamar
sistema jurídico. Por eso no basta con un simple agregado de normas, sino que se
requiere que éstas tengan relación y coherencia entre sí, que formen un sistema, no
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importa lo primitivo o desarrollado que sea; y también es indispensable que los
miembros de la sociedad observen y cumplan esas normas. Cuando la observancia y el
cumplimiento están generalizados en la sociedad, se dice que estamos en presencia de
un sistema jurídico eficaz.
La validez de ese sistema, por otra parte, está condicionada a que las normas jurídicas
emanadas de aquellas primeras normas originarias hayan sido expedidas conforme a
criterios establecidos por éstas. En este sentido, puede decirse que tales normas
originarias son el fundamento de validez de las normas creadas a partir de ellas. De
esta forma se puede trazar la diferencia entre vigencia y validez: hay vigencia cuando
existe observancia o cumplimiento generalizados, y validez cuando las normas de que
se trate hayan sido expedidas conforme a procedimientos previamente establecidos.
Podemos así establecer una primera distinción. Un hecho social - llámese acuerdo o
revolución - dio lugar a una norma. Esta, si bien está directamente relacionada con ese
hecho social, tiene, sin embargo, vida propia pues ha sido creada a través de
procedimientos establecidos por quienes participan en el acuerdo o bien, por quienes
participan en el acuerdo o bien, por quienes triunfaron en la revolución. Estamos en
presencia de un juicio normativo que se encuentra parcialmente fundamentado en un
hecho social. Este mismo procedimiento se extenderá a lo largo de la vida de ese
sistema jurídico pues otros hechos sociales, como la discusión y aprobación de leyes
por los legislados, o la elaboración y expedición de una sentencia por el juez, etc.,
estarán siempre en la base de la creación normativa de todo sistema jurídico.
VALIDEZ DE LA NORMA
La norma jurídica, por otra parte, puede ser analizada como un tipo de orden o mandato
dirigido a los individuos para guiar su conducta. Hay, sin embargo, otros tipos de
órdenes o mandatos que no son normas jurídicas propiamente dichas, como las
órdenes o mandatos que puede dar el guía de una excursión o un asaltante de bancos.
Para que podamos hablar de normas jurídicas en el sentido que nos interesa, es
requisito indispensable que la norma tenga validez, es decir, que haya sido expedida de
conformidad a criterios previamente establecidos por otras normas, de tal forma que si
está previsto que los legisladores, el juez o cualquier otro órgano del Estado son los
facultados para emitir las normas del sistema estaremos en presencia del primer
requisito indispensable para considerar que existe una norma jurídica válida.
EFICACIA DE LA NORMA
En toda norma jurídica hay otro elemento básico: su eficacia. Hemos dicho que los
miembros de la sociedad deben obedecer u observar o aplicar las normas jurídicas
válidas. Esto no implica que una norma jurídica que no sea obedecida, ni observada, ni
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aplicada dejará de tener tal carácter; simplemente estaremos en presencia de una
mayor o menor eficacia de dicha norma. No por el hecho de que las normas jurídicas
que prohíben el homicidio o el robo sean violadas dejan de ser normas jurídicas válidas.
La norma jurídica continuará siendo un mandato o una orden válida tanto para el que
viola la norma como para quien la respeta, por eso dijimos que la obediencia,
observancia o cumplimiento de las normas jurídicas lo único que nos indica es que
estamos en presencia de un sistema jurídico eficaz, en una determinada sociedad. Así,
hemos distinguido los dos conceptos antes expuestos: la validez y la eficacia de la
norma jurídica.
Por su propia naturaleza, la norma jurídica está elaborada para que esté en vigor en
una sociedad determinada, durante un lapso dado y con validez para ser aplicada a
toda la sociedad o a parte de ella.
ÁMBITO ESPACIAL DE LA NORMA
La norma jurídica es elaborada para una sociedad determinada. Como lo indicamos a lo
largo de esta obre, el derecho es producto cultural de la sociedad y mediante las
normas obligatorias que lo integran se establecen las reglas básicas de convivencia
social. Esto implica que cada grupo, cada sociedad, tiene su propia cultura y con base
en ella el legislador, el juez, etc., elaboran normas jurídicas cuyo destino sea su propia
sociedad. Es decir, se pretende que dichas normas sean aplicadas, observadas u
obedecidas en esa sociedad en particular. En este aspecto no cabría que el legislador o
el juez nacional, ya sea mexicano, guatemalteco o salvadoreño. Pretenda que sus
normas sean aplicadas en todas las sociedades del mundo.
Así, estamos en presencia de una doble limitación. El derecho en tanto producto
cultural de una sociedad determinada será aplicable a esa sociedad y la pretensión de
que una norma emitida por el legislador nacional pueda tener, por ese mismo hecho,
validez y eficacia más allá de su propia sociedad, es infundada.
ÁMBITO TEMPORAL DE LA NORMA
Así como la norma jurídica sólo tiene validez y eficacia en una sociedad determinada,
también en esta sociedad tiene otra limitación: la del tiempo. Una norma entra en vigor
a partir de una fecha cierta y deja de estar en vigor a partir de otra fecha distinta.
Hemos señalado que una norma jurídica tiene una vigencia determinada, que está en
vigor durante un lapso dado. Puede tratarse de normas expedidas para que tengan una
duración determinada y, por tanto, en el momento de su expedición se señalará el
tiempo de su vigencia y llegado su término, dejarán de estar en vigor. Pero la gran
mayoría de normas jurídicas son expedidas en una fecha sin señalar su tiempo de
vigencia hasta que, por otra ley, son derogadas. La vigencia de una ley puede ser corta
o larga. La Ley de Ingresos de la Federación tiene una vigencia limitada a un año; en
cambio el Código de Comercio fue expedido en 1887 y todavía, en muchas de sus
partes, está en vigor.
ÁMBITO PERSONAL DE LA NORMA
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La norma jurídica tiene validez para toda la sociedad o para una parte de ella. Esta
limitación de tipo personal, ya lo dijimos, tiene implícita la razón de orden cultural que
está siempre atrás del derecho.
Cuando el artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece que en México “todo individuo gozará de las garantías que otorga esta
Constitución…”, está afirmando que dentro del territorio nacional el precepto
constitucional será aplicable a todos los individuos. Esto quiere decir que se trata de
una norma de validez general para todos los individuos, pero sólo para aquellos que se
encuentren dentro del territorio nacional, y no para otros. En este sentido estaremos en
presencia de una norma jurídica que vale para ciertos individuos (todos aquellos que se
encuentren dentro del territorio nacional), ya que de otra forma sería una norma válida
para todo el género humano, que no es el caso de las normas jurídicas nacionales o
estatales a las que ahora nos referimos.
Al mismo tiempo, en este ámbito personal de validez, la norma jurídica puede referirse
a todos los individuos dentro del territorio nacional o a una parte de ellos. Esto último es
lo más común. Así, por ejemplo, las normas jurídicas tendrán como destinatarios a los
individuos que contraten, o a los que paguen impuestos o a los mayores de edad o a
los extranjeros, o a los comerciantes, etcétera.
ÁMBITO MATERIAL DE LA NORMA
Otro elemento definitorio de la norma jurídica es el relativo a la materia que regula. Al
referiremos a la distinción entre derecho público y derecho privado y, aunque en el
derecho mexicano existen alusiones a los “derechos privados” como los únicos
renunciables (art. del Código Civil para el Distrito Federal), o en varias leyes se
establece que sus normas son de “orden público”, esta distinción, dijimos, sólo la
utilizamos con fines pedagógicos pues, en la realidad es muy difícil -y a veces imposible
trazar una demarcación entre lo “público” y lo “privado”. Sin embargo, para el objetivo
de esta sección podemos afirmar que, en términos generales, el que una norma jurídica
sea de carácter público o de carácter privado es una primera distinción con respecto a
su ámbito material.
Distinciones más específicas -y por tanto, más precisas- son, por ejemplo, normas de
carácter administrativo tales como la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal, que establece de qué forma se integra ese tipo de administración y cuáles son
las facultades que tiene cada Secretaria de Estado o cada departamento. Podemos
decir que esta ley tiene normas típicamente de contenido material público, o dicho en
otras palabras, se trata de normas jurídicas cuyo contenido material es el derecho
público. Por otro lado, hay normas cuyo ámbito material de validez es de derecho
típicamente privado; por ejemplo, las relativas a la compraventa, las que regulan la
permuta, el mutuo, etcétera.
Desde otra perspectiva, el ámbito material de validez de la norma jurídica puede ser
analizado cuando su contenido interesa o no a toda la sociedad, o sólo a personas
determinadas que requieren que dichas normas les sean aplicadas. Así, por ejemplo, la
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sociedad está empeñada en que la regulación de las relaciones de trabajo, la
protección del ambiente, etc., sean de interés público, lo que no sucede cuando dos
personas deciden celebrar un contrato de compraventa de un automóvil o han decidido
permutar dos objetos de valor personal.
De lo dicho podemos concluir lo siguiente: las normas jurídicas tienen principalmente
cuatro ámbitos o dimensiones de validez: el ámbito espacial, el ámbito temporal. El
ámbito personal y el ámbito material
NORMA Y PROPOSICION JURIDICA (LENGUAJE PRESCRIPTIVO Y
LLENGUAJE DESCRIPTIVO
El lenguaje del derecho lo podemos ubicar como una función directiva, consistente
en dar órdenes, prohibir, permitir, mandar, accionar, autorizar, sancionar.
ANTONIO HERNÁNDEZ GIL al hacer ya un estudio propiamente del lenguaje
jurídico, nos dice que éste cumple con tres funciones que son:
1. Formular y transmitir conocimiento e información (lenguaje descriptivo)
2. Dirigir e influir el comportamiento humano (lenguaje prescriptivo)
3. Suscitar emociones o estados de animo (lenguaje expresivo o literario)
Por otra parte, el lenguaje jurídico puede ser de dos clases; un lenguaje cuyo objeto
de estudio sean las normas jurídicas emitidas por el legislador, llamado también
lenguaje de las normas; y otro lenguaje que es el que realiza los juristas, conocido
también como “metalenguaje”.
El lenguaje de las normas es prescriptivo, mientras que el lenguaje de los juristas es
descriptivo.
La diferencia entre el lenguaje de las normas y el lenguaje de los juristas (o
metalenguaje jurídico) radica en aquella diferencia que hizo HANS KELSEN en su obra
Teoría Pura del Derecho, entre Derecho y Ciencia del Derecho, el lenguaje de las
normas o normas jurídicas es el que se emplea en el Derecho; mientras que el
metalenguaje, conocido también como lenguaje de los juristas, (“enunciados jurídicos”
como dice KELSEN), es el que se emplea en la ciencia del derecho.
KELSEN nos dice de manera esencial que el derecho produce derecho, mientras que
la ciencia del derecho interpreta el derecho.
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“Pero la ciencia del derecho sólo puede describir el derecho, no puede a diferencia del
derecho producido en normas generales e individuales por la autoridad jurídica
prescribir algo. Ningún jurista puede negar la diferencia esencial que se da entre una
ley pública en un Diario Oficial Legislativo y un comentario jurídico científico de esta ley;
entre un Código Penal y un tratado de Derecho Penal, la diferencia se muestra en que
los enunciados deónticos formulados por la ciencia del derecho que describen el
derecho y que no obligan ni facultan a nadie ni a nada, pueden ser verdaderos o falsos,
mientras que las normas producidas por la autoridad jurídica que obligan y facultan a
los sujetos del derecho no son ni verdaderos ni falsos, sino sólo válidos e invalidas”.
ANTONIO HERNÁNDEZ GIL explica esta diferencia entre ambos lenguajes jurídicos,
entre el lenguaje normativo del derecho y del científico del derecho; “el lenguaje
normativo, en su conjunto es prescriptivo, mientras que el lenguaje del científico del
derecho aunque versa sobre prescripciones es descriptivo”.
El derecho mediante el lenguaje jurídico de las normas, es capaz de auto crearse. En
cambio el lenguaje de los juristas, estudia el lenguaje de las normas. El discurso de las
normas es prescriptivo, “ordena”, mientras que el discurso de los juristas describe, lo
que las normas prescriben.
EL ORDENAMIENTO JURIDICO
El ordenamiento jurídico (orden jurídico) es el conjunto de normas que rigen en una
determinada época y en un lugar determinado. En el caso de los estados democráticos,
el ordenamiento jurídico está formado por la Constitución del Estado, que se edifica
como la norma suprema, por los códigos de derecho público y privado, las leyes (en sus
diversos tipos y clases), los reglamentos y otras regulaciones menores en cantidad (que
no en importancia), tales como los tratados, convenciones, normas unilaterales,
contratos privados y disposiciones de particulares.
Otra definición sería: El orden jurídico es un sistema de normas reconocidas,
practicadas y sancionadas dentro del territorio, regulando las funciones y relaciones
entre las autoridades y los individuos con éstas y entre sí, a través de la Constitución
Hace referencia a ese derecho objetivo, es decir, al conjunto de normas por las que se
rige una sociedad. Se puede definir como un conjunto sistemático de reglas, principios
o directrices a través de las cuales se regula la organización de la sociedad.
El ordenamiento jurídico se caracteriza por lo siguiente:
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1. Posee una estructura elástica, es decir, que sus componentes están articulados
y seleccionados bien de forma coordinada o subordinados los unos a los otros
2. Estructura dinámica: ya que el ordenamiento jurídico establece métodos de
renovación.
3. Posee un método para detectar errores y contradicciones.
4. Es cerrado ya que no depende para su validez de otros sistemas.
Origen
Existen al menos dos concepciones del origen del ordenamiento jurídico:


La corriente normativa nos dice que el ordenamiento es un conjunto de normas
que se entienden y que se rigen de acuerdo con una serie de juicios de valor,
creencias y convicciones.
La corriente institucional establece que el ordenamiento jurídico está formado
por la sociedad, por los mecanismos que producen aplican y garantizan las
normas, por todas las instituciones y los criterios de aplicación.
El ordenamiento jurídico como sistema
Cuando un orden jurídico es un conjunto de normas que interactúan entre sí y están
interconectadas se habla de sistema jurídico. Según el jurista inglés de la universidad
de Oxford, Herbert H. Hart, el derecho está formado por dos tipos de reglas jurídicas:
las reglas jurídicas primarias que imponen obligaciones de conducta (por ejemplo, la
regla según la cual es obligatorio pagar impuestos), mientras que las reglas jurídicas
secundarias confieren potestades para que algunas personas introduzcan reglas
primarias (por ejemplo, la regla que faculta a la Cámara de Diputados a fijar los
impuestos). Un sistema jurídico es, de acuerdo con Hart, un conjunto de reglas jurídicas
primarias y secundarias que goza de cierta eficacia.
Límites del ordenamiento jurídico



Temporal: está contenido por normas vigentes en un momento dado.
Social: porque este ordenamiento se da entre un grupo social.
Material: porque se expresa como normas jurídicas.
Principios
La mayoría de los ordenamientos jurídicos contemporáneos se basan en principios:
1. Principio de jerarquía normativa.
2. Principio de temporalidad o de sucesión de normas, la ley posterior deroga a la
anterior.
3. Principio de especialidad, la que prevalece de la general.
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4. Principio de competencia.
5. Principio de aplicación analógica.
6. Principio de supremacía de la Constitución.
7. Principio de sujeción al sistema de fuentes.
8. Principio de publicidad normativa.
9. Principio de estabilidad de las normas.
10. Principio de generalidad y permanencia de las normas.
11. Principio de imperatividad.
CARACTERISTICAS DE LOS ORDENES JURIDICOS
Según el profesor Diez Picazo el ordenamiento jurídico es una realidad orgánica, es
decir, no es un nuevo conjunto de normas sino que también son las formas de
elaboración, desarrollo, aplicación y enjuiciamiento.
El ordenamiento jurídico se caracteriza por la estatalidad de las normas ya que éstas
son dictadas por los órganos a los que la constitución atribuye potestad normativa.
Otra característica es la unidad formal del ordenamiento jurídico, es decir, cada tipo de
norma en función de su fuente de producción va a ser igual a las que siguen su misma
forma aunque el contenido sea distinto.
Otra característica del ordenamiento jurídico es que es el resultado de la armonización
de dos o tres órdenes normativos: En el caso del Estado Español: ordenamiento estatal,
ordenamiento autonómico y ordenamiento comunitario. En el caso de estados federales
como Estados Unidos, Brasil, México o Canadá: ordenamiento jurídico federal y
ordenamientos jurídicos de las entidades federativas.
PERTENENCIA E INDIVIDUALIZACION DE LOS ORDENES JURIDICOS
Una norma pertenece a un sistema jurídico cuando el acto de dictarla está autorizado
por otra norma que pertenezca al sistema jurídico en cuestión.
El permiso para dictar una norma se dirige a ciertas personas, los órganos
competentes. Tal permiso puede estar condicionado a que se siga un cierto
procedimiento para dictar la norma y a que ésta tenga determinado contenido.
Kelsen: una norma es válida cuando concuerda con lo establecido por otra norma válida
en cuanto: 1) al órgano que debe dictarla; 2) el procedimiento mediante el cual debe ser
sancionada; 3) el contenido que debe tener dicha norma.
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Kelsenito considera el segundo como el más importante. No siempre se condiciona el
permiso a la adopción de cierto procedimiento en la emisión de la norma y muy
raramente se impone cierto contenido.
También la pertenencia de una norma al sistema está condicionada a que no haya
habido un acto de derogación de esa norma, autorizado por otras normas.
Condiciones que permiten distinguir un sistema jurídico de otro
1) Criterio territorial: dos normas pertenecen al mismo sistema jurídico cuando son
aplicables en el mismo territorio. Una dificultad que este criterio parece presentar
estaría dada por la existencia de normas que pertenecen al mismo sistema jurídico no
obstante lo cual tienen diferentes ámbitos de aplicación territorial (por ejemplo,
pertenecen al derecho de un país tanto el Código de Procedimientos Penales de una
provincia como una ordenanza municipal de tránsito de una ciudad). Se podría
responder que esto es el caso sólo en relación a normas derivadas del sistema y no a
las normas primitivas que son las que sirven para individualizar a éste; tal vez todas las
normas primitivas de un sistema tienen necesariamente el mismo ámbito territorial de
aplicación. Otra dificultad representa el hecho de que el concepto de territorio (de un
país) no es un concepto físico o natural, sino que es un concepto jurídico. El territorio de
un ispa está constituido por el ámbito de aplicabilidad espacial del derecho de éste, y si
este ámbito se ampliara, se expandiría el territorio. Entonces, tenemos que distinguir
primero un derecho de otro para poder distinguir un territorio estatal de otro.
2) Criterio de origen en cierto legislador: según Austin, una norma pertenece a un
sistema jurídico que esté integrado por todas las normas directa o indirectamente
dictadas por el mismo legislador que dictó aquella norma. Distingue dos clases de
legisladores: el legislador soberano es un individuo o grupo investido por un hábito de
obediencia de una comunidad, sin que él mismo tenga el hábito de obedecer a nadie y
cuyo poder de legislar no esté conferido por ninguna norma ni esté limitado tampoco
por norma alguna. El legislador delegado es aquel a quien el soberano otorga
competencia para legislar, prescribiendo a los súbditos obedecer las normas que él
dicte dentro de los límites de su competencia. Este criterio implica que un cambio de
legislador originario determina un cambio de sistema jurídico; es decir que si se
sustituye el soberano, aparece un derecho diferente, aunque esté integrado por las
mismas normas. Esta conclusión es admisible cuando se produce un golpe de estado,
pero no cuando es una sucesión no violenta, como cuando a la muerte de un rey le
sucede su descendiente.
3) Criterio de la norma fundamental: Kelsen determina la validez de una norma por su
derivación de otra norma válida. Así llega a una primera norma positiva del sistema, por
ejemplo la Constitución, y se pregunta respecto de ella si es también válida. Dar una
respuesta afirmativa es aceptar la validez de todas las normas que de ella derivan. En
26
cuanto a la primera norma positiva de un sistema jurídico, hay que aplicar un criterio
diferente del que exige la derivación de otra norma válida. Según Kelsenito, sólo puede
eludirse ese camino si se recurre a alguna norma no positiva, o sea, no dictada por un
acto de seres humanos y de la cual se derivaran las normas positivas en que concluyen
las cadenas de validez. De este modo Kelsen boy recurre a su célebre norma
fundamental o básica. Ésta es un presupuesto epistemológico, una especie de hipótesis
de trabajo que utilizan implícitamente los juristas en sus elaboraciones. Algunas de las
fórmulas de Kelsen para enunciarla son: “Los que han dictado la Constitución están
autorizados para hacerlo”; “Debe ser lo que ha establecido el legislador originario”; “La
coacción debe ejercerse en las condiciones prescriptas por la Constitución”.
De acuerdo con la norma fundamental que presuponemos en la cúspide de un sistema
jurídico, podemos distinguirlos de otros. La validez de la norma fundamental no debe
ponerse en tela de juicio, sino que se la debe aceptar dogmáticamente. Raz dice que el
contenido de la norma fundamental está en función de cuáles son las últimas normas
positivas del sistema. Si se decide que la norma suprema de un sistema jurídico es su
Constitución, formularemos la norma fundamental con un contenido que autorice a
dictar esa Constitución. Esto quiere decir, afirma Raz, que antes de formular la norma
fundamental tenemos ya individualizado un sistema jurídico y ordenadas
jerárquicamente sus normas, por lo cual la norma básica no cumple ningún papel en la
individualización de un determinado derecho y en la determinación de su estructura.
4) Criterio basado en la regla de reconocimiento: Heriberto Hart dice que una norma
pertenece a un cierto sistema jurídico cuando su aplicación está prescripta por la regla
de reconocimiento de dicho sistema. A su vez, cierto sistema jurídico se distingue de
otro por el hecho de que la aplicación de todas sus normas está directa o
indirectamente prescripta por una regla de reconocimiento diferente de la que prescribe
aplicar las normas del otro. De la regla de reconocimiento no tiene sentido predicar
validez o invalidez, puesto que ella sirve para determinar cuándo las demás normas son
válidas. Tampoco es una mera creación intelectual o hipótesis del pensamiento jurídico,
sino que es una norma positiva, una práctica social. Hart admite que la regla de
reconocimiento de un sistema jurídico puede determinar distintas fuentes
independientes de normas válidas primitivas; puede por ejemplo, prescribir la
aplicabilidad tanto de normas dictadas por el Parlamento como de las normas
originadas en precedentes judiciales. Si esto es así, parece no haber razón para
sostener que en un caso semejante estamos ante una regla de reconocimiento que
determina dos fuentes de normas válidas, y no frente a dos reglas de reconocimiento
diferentes, cada una de las cuales prescribe la aplicabilidad de las normas creadas a
través de cada uno de los procedimientos mencionados. Entonces podríamos decir que
hay también una sola regla de reconocimiento que prescribe aplicar las normas
dictadas por los Parlamentos de distintos Estados, viendo en consecuencia a los
derechos de éstos como un solo sistema jurídico. Si negamos esto fundados en alguna
circunstancia que distingue un caso de otro, será esta circunstancia y no la regla de
reconocimiento lo que tenemos en cuenta para individualizar un sistema jurídico. La
situación en la que la generalidad de los jueces aplica regularmente ciertas normas, por
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considerarlas apropiadas y no por estar obligados a aplicarlas por una práctica o regla
de reconocimiento, se da muy raramente en la realidad, puesto que la generalidad y
regularidad en la aplicación de una norma va generando una presión en contra de las
desviaciones y, con ello, se va dando lugar a una regla social que obliga a la aplicación
de la norma en cuestión (la regla de reconocimiento). Si se admite que un sistema
jurídico podría estar integrado por normas que los jueces no tienen la obligación de
aplicar según las reglas de reconocimiento del sistema (pero que aplican de hecho), se
debe concluir que el criterio de pertenencia de una norma a un sistema no puede estar
basado sólo en las reglas de reconocimiento. Y si se admite que la base de un sistema
jurídico (o sea, el conjunto de normas primitivas, que no derivan de otras) puede estar
integrada no sólo por varias reglas de reconocimiento, sino también por normas o
principios cuya aplicación no está fundada en lo que aquellas reglas de reconocimiento
prescriben, entonces hay que admitir que el criterio de individualización de un sistema
jurídico no puede apoyarse en la identificación de cierta regla única que pueda
distinguirse de la que encabeza otro sistema jurídico. Debemos concluir, que un orden
jurídico puede incluir principios morales. En efecto, es distintivo de los principios
morales el que sean aceptados por su contenido y no por estar impuestos por alguna
autoridad o derivar de cierta fuente. El positivismo no niega que una norma pueda ser
calificada simultáneamente tanto de norma moral como de norma jurídica; lo que exige
es que para identificar a la norma en cuestión como una norma jurídica ella debe
satisfacer las condiciones fácticas implícitas en el concepto descriptivo de derecho.
5) Criterio basado en el reconocimiento de órganos primarios: Joseph Raz dice que los
criterios de individualización y pertenencia deben basarse en los órganos que aplican
esas normas a casos particulares (Alf Ross también lo dice).
El primer problema que presenta este enfoque, es el de caracterizar a los órganos cuyo
reconocimiento de una norma determina su pertenencia al sistema. Las propuestas de
caracterización de esos órganos sobre la base de la competencia que le otorgan las
mismas normas que pertenecen al sistema que esos órganos reconocen, corren el
riesgo de caer en un círculo vicioso. Raz caracteriza a los órganos primarios, cuyo
reconocimiento de las normas determina su pertenencia al sistema, como aquellos
órganos facultados a adoptar decisiones con fuerza obligatoria. Pero resulta que esa
facultad deriva de las normas del sistema, y para determinar qué individuos gozan de
tal poder hay que determinar primero qué normas pertenecen al sistema. Otro criterio
de Raz caracterizaba a los órganos primarios como aquellos que están autorizados
para decidir cuándo el uso de la fuerza en ciertas circunstancias está jurídicamente
prohibido o permitido. Pero terminamos cayendo en la misma circularidad. Para evitar
esto, habría que caracterizar a los órganos primarios como aquellos que de hecho
pueden determinar el ejercicio del monopolio coactivo estatal en casos particulares, o
sea quienes están efectivamente en condiciones de disponer que se ponga en
movimiento el aparato coactivo estatal.
El segundo problema es el de determinar qué es lo que unifica en un mismo conjunto a
diferentes órganos primarios, de tal modo que las normas que todos ellos reconocen
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formen parte del mismo sistema jurídico y no forma parte de ese mismo sistema las
normas que otros órganos primarios reconocen. Para esto Raz propone el hecho de
que los órganos del mismo conjunto se reconozcan mutuamente la fuerza obligatoria o
autoridad de sus decisiones. Pero (la puta, qué denso) este sistema es insatisfactorio.
En primer lugar, porque es nuevamente circular, ya que el reconocimiento de la fuerza
obligatoria de las decisiones de otros órganos se funda en las normas del sistema (las
que para ser identificadas como tales deben ser reconocidas por los órganos en
cuestión). En segundo lugar, las normas de un sistema jurídico suelen reconocer la
fuerza obligatoria o autoridad de las decisiones de los jueces de otro sistema jurídico en
su ámbito de aplicabilidad territorial. Otro criterio plausible es el hecho de que todos los
órganos que reconocen las normas que consideramos por eso, parte de un mismo
sistema jurídico, es el hecho de que todos recurren al mismo aparato coactivo para
hacer cumplir sus decisiones.
El tercer problema que presenta los criterios de individualización y pertenencia
fundados en el reconocimiento de las normas por parte de los órganos primarios,
consiste en determinar las condiciones en que puede decirse que una regla es
reconocida por tales órganos. Como dice Ross, lo que debe exigirse es que la norma
forme parte substancial del razonamiento que conduce a las decisiones judiciales. Una
norma puede pertenecer al sistema no obstante no haber sido aplicada, si ella reúne las
condiciones que definen la clase de normas que una práctica de reconocimiento del
sistema prescribe aplicar.
VALIDEZ Y EXISTENCIA DEL DERECHO
VALIDEZ:
Como requisito esencial del Derecho, suele afirmarse que si un aparente
Derecho carece de validez, no es verdadero Derecho, sino una simple
apariencia.
La validez Formal del derecho
Para que el derecho exista dice Kelsen, tiene que existir una norma en su validez
formal, es decir, en su conformidad con una norma superior. Según su referida teoría de
la jerarquía de las normas a "peldaños" la validez de cada norma vendría sustentada
por la existencia de otra norma de rango superior y, así, sucesivamente. Este proceso
no puede ser infinito y, para ello, debe existir una norma hipotética (ficticia) fundamental
a) Concepto General.
29
La doctrina ha elaborado varias definiciones de la misma:
Según la doctrina jurídico-formal, la validez de cada una de las normas de un
ordenamiento consiste en su propia conformidad con las exigencias establecidas
por otra u otras normas que ocupan un plano de preferencia en el orden
jerárquico. (Jerarquía de las normas).
Según la doctrina sociológica, la validez de una norma jurídica radica y se
identifica con su real efectividad social, es decir, con su habitual observancia por
parte de los sujetos jurídicos (sean los directamente obligados, sean los órganos
encargados de exigir el cumplimiento).
Según la teoría filosófica o ética, la validez de las normas jurídicas coincide con
su conformidad con las exigencias que dimanan de los principios o valores éticojurídicos fundamentales, es decir, una norma tendrá validez cuando, dentro de
unas circunstancias históricas y culturales, realice los principios o "valores"
objetivos que ha de realizar en cada caso el Derecho.
Así, si se quiere dar una noción de validez jurídica que no esté dominada por la
influencia de alguna de estas tres perspectivas básicas habrá que seguir el
camino de una definición genérica y formal. Y podría ser ésta: la validez es la
cualidad que se predica del Derecho por tener la fuerza o valor requeridos
para la subsistencia, aplicabilidad y efectividad de sus disposiciones, es
decir, es la capacidad para determinar vinculantemente las conductas de
los sujetos jurídicos. Y puede afirmarse también que cada una de las normas
jurídicas y el Derecho en su conjunto tiene esa cualidad cuando se ajustan
a las exigencias que el correspondiente sistema social ha fijado.
En la actualidad, se entiende generalmente que la validez del Derecho viene
determinada en última instancia por el hecho de que el órgano legislador tenga la
competencia requerida y por el cumplimiento de las formalidades de
procedimiento establecidas en normas jurídicas precedentes o superiores.
b) Validez Y Eficacia.
Al analizar la validez del Derecho, resulta imprescindible enfrentarse al problema
de si esa validez está condicionada por la eficacia. El Derecho es eficaz
cuando logra que se realicen los objetivos o efectos que persigue, de tal
modo que sólo podrían ser calificadas como normas jurídicas válidas aquellas
que han alcanzado un mínimo nivel de efectividad social.
Pero sin embargo, según Kelsen, la validez y la eficacia son caracteres que
corresponden a dos dimensiones y momentos distintos de la vida del Derecho,
puesto que éste ha de ser válido antes de poder ser eficaz. Aunque no es
infrecuente, que existan normas jurídicas que son ya plenamente válidas y que
no son, o no llegarán a ser nunca, eficaces (es decir, antes de que se produzca
tácticamente la conducta humana exigida por la norma). Por otra parte, no es
infrecuente el caso de que existan normas jurídicas que son plenamente válidas,
y que no son o no llegarán a ser nunca eficaces. Por eso, parece inevitable
inclinarse por la tesis de que, en principio, la validez de las normas jurídicas
no puede depender de su propia eficacia. Por exigencias de su modo de ser y
de la función específica que desempeña el Derecho, su propia validez ha de
30
poder ser determinada antes y con independencia de que las normas jurídicas
lleguen o no a producir entre los destinatarios los efectos que se persiguen.
También existe cierta tendencia de los juristas a considerar como carentes de
validez aquellas disposiciones que se ven afectadas de una manifiesta y
prolongada falta de eficacia.
La vinculación entre la validez y la eficacia del Derecho, dependerá en última
instancia del concepto que se tenga de la validez.
COHERENCIA Y PLENITUD DE LOS ORDENES JURIDICOS
La plenitud del ordenamiento jurídico consiste en que, según algunos autores, éste
tiene supuestamente la propiedad de contener normas para regular todo caso concreto.
Hans Kelsen creía que todo sistema jurídico era completo como resultado del principio
según el cual "lo que no está prohibido está permitido". Otros autores, como Carlos
Alchourrón y Eugenio Bulygin, consideran que sí existen lagunas en el derecho.
La coherencia supone que en el ordenamiento jurídico no existen normas incompatibles
entre sí. Los ordenamientos jurídicos realmente existentes no son totalmente
coherentes. De ahí que nos encontremos con el problema de las antinomias.
Lagunas
La laguna es una falta, una insuficiencia de regulación jurídica dentro del ordenamiento.
La doctrina establece, entre otros, dos tipos de lagunas


Lagunas de Ley: Significa que no existe una ley que pueda resolver el supuesto
planteado.
Lagunas de Derecho: No existe ni ley ni costumbre ni principio que pueda
resolver ese caso. No están admitidas por el artículo 1.7 del código civil, que
establece que los jueces y tribunales tienen el deber inexcusable de resolver en
todo caso los asuntos de que conozca ateniéndose al sistema de fuentes
establecidas. Tampoco están admitidos por la doctrina española, por que dice
que siempre va haber alguien que conozca el caso, en donde los jueces tienen
obligación de resolverlo.
Sistemas de solución
Para solucionar el tema de las lagunas se puede recurrir a dos sistemas
Sistema de Auto integración
31
Consiste en solucionar a la falta de regulación a través del propio ordenamiento jurídico
y dentro del ámbito de la propia fuente dominante que va a ser la ley. Dentro de este
método debemos señalar dos procedimientos:
La analogía está recogida en el artículo 4.1 del Código Civil, donde se establece que
procederá la aplicación analógica de las normas, cuando éstas no contemplen un
supuesto específico pero regulen otro semejante entre los que se aprecie identidad de
razón. Gramaticalmente, analogía supone la relación de semejanza entre distintas
cosas. Jurídicamente consiste en aplicar a un supuesto carente de regulación la
solución que el ordenamiento da a un supuesto similar.

Analogía de Ley: la aplicación de una ley o parte de una ley. A supuestos no
previstos en ella pero semejantes a los que regula.

Analogía de Derecho: la aplicación de principios generales al caso no previsto.
Sistema de Heterointegración
Consiste en solucionar la falta de regulación acudiendo a otras fuentes distintas a la
dominante, o acudiendo a otros ordenamientos. En este procedimiento destaca la
utilización de la equidad (la equidad viene a significar justicia, rectitud) y la equidad es
la adaptación de al norma a la complejidad de la vida social. La equidad esta recogida
en el artículo 3.2 del código civil. Cuando se dice que la equidad habrá de ponderarse
en la aplicación de las normas si bien las resoluciones de los tribunales solo podrán
descansar de manera exclusiva en ella, cuando la ley expresamente lo permita.
Antinomias
Un ordenamiento no es coherente cuando existe el denominado problema de las
antinomias o conflictos de normas. Existe antinomia cuando dos o más normas, que
pertenecen al mismo ordenamiento imputan al mismo caso soluciones incompatibles
entre sí, y que dan lugar a que la aplicación simultánea de las normas produzca
resultados incompatibles e imposibles. De ahí que se tenga que elegir entre unas y
otras. Existe conflicto entre una obligación y una prohibición en relación a una misma
materia hay una incompatibilidad. También existe contradicción entre una obligación y
permiso negativo y entre prohibición y permiso positivo, siempre que regulen la misma
materia. Según el profesor Ros, puede existir antinomia total que es cuando existe una
incompatibilidad absoluta, ya que coinciden totalmente los campos de aplicación.


Una incompatibilidad parcial-parcial: cada norma tiene un campo adicional de
aplicación.
Una incompatibilidad total-parcial: se da cuando el ámbito de aplicación de una
norma esta incluido en el de otra, pero ésta última tiene casos adicionales.
32
Criterio utilizado para resolver las antinomias

Principio de Jerarquía Normativa: establece que la norma superior prevalece
sobre la inferior. Este principio esta recogido en el artículo 9.3 de la constitución
y también en la disposición derogatoria apartado tercero.

Principio de Cronología o Temporalidad: supone que toda norma posterior o de
igual o superior rango deroga a la anterior. Recogido en el artículo 2.2 del código
civil.

Principio de Especialidad: supone que la norma especial prevalece sobre la
general
Puede ocurrir que para solucionar las antinomias nos encontramos con conflictos de
criterio. Para Bobio establece que cuando se dé el conflicto entre el criterio jerárquico y
el cronológico siempre se resolverá a favor del jerárquico (será aplicable la norma
superior). Si el conflicto se da entre el criterio cronológico y especial o especial y
jerárquico. La solución dependerá del juicio sobre al especial (será el juez quien
decida). Desde la entrada en vigor de la constitución del 78 se debe tener en cuenta el
principio de competencia recogido en el título VIII de la constitución y también en el
artículo 81(relacionado con el principio de competencia). Este principio de competencia
nos viene a decir que las normas de cada sistema sólo tienen validez en ese sistema al
que pertenecen. A parte de estos principios existen otros que debemos tener en cuenta
que son:

La aplicación analógica

La supremacía de la ley

La sujeción al sistema de fuentes con el principio de Iura Novit Curia

Publicidad de al norma, condición "sine quam", Condición esencial para que las
normas tengan validez.
Las funciones del derecho
Como ya sabemos que la sola presencia de la palabra derecho en el lenguaje coloquial
nos indica que existe un hecho o fenómeno al cual aludimos, estemos conscientes o no
de su existencia, que éste es de naturaleza social y que su presencia se acrecienta en
la medida que sea mayor la trascendencia de nuestros actos, al vincularnos de uno u
otro modo con los demás miembros del grupo social. Sin embargo, estas afirmaciones
33
de hechos o realidades no responden por sí solas a nuevos cuestionamientos que
surgen junto con aquéllas.
Entre tales cuestionamientos es menester plantear cuando menos dos fundamentales:
¿Por qué y para qué vivimos en sociedad? ¿Qué vinculación existe entre nuestra vida
en sociedad y el Derecho?
“Que el hombre no puede vivir más que asociado a sus semejantes no es, desde luego,
señala Giuseppe Lumia, una constatación reciente, como tampoco lo es la conciencia
de la variedad y la complejidad de los problemas suscitados por su naturaleza social”
Efectivamente en nuestra vida se da y se desenvuelven en sociedad en asociación,
querida o no con nuestros semejantes.
El hombre, cabría firmar, está condenado a vivir en sociedad, esa es su dimensión
existencial, dado que, como explica Recansés Fiches, el ser humano requiere de una
interpretación inicial del mundo en que se halla y es incapaz de satisfacer por si mismo
todas sus necesidades. Ambas circunstancias nos constriñen, más allá de nuestra
conciencia y voluntad, a desenvolvernos en el mundo colectivo dentro del cual nacemos
o nos desarrollamos.
En el mismo sentido se expresa Trinidad García, cuando afirma “ Normalmente la vida
del hombre se desarrolla en sociedad, porque así lo imponen las leyes de la naturaleza
a que está sujeta nuestra especie, la vida humana es vida de relación; las actividades
de los hombres se desenvuelven las unas al lado de las otras, bien tendiendo a
alcanzar propósitos independientes entre sí, o un común objeto, bien persiguiendo por
medios encontrados fines opuestos y dando nacimiento a inevitables conflictos”
La explicación de porqué y para qué la vida en sociedad, tiene, evidentemente un
carácter antropológico; el hombre es para ser y desarrollarse como tal requiere de la
sociedad. De hecho, su concepción del mundo y su mera supervivencia están dadas
siempre e inicialmente por aquella. El hombre, es en este sentido, es un ser social por
necesidad.
En consecuencia, la vida del hombre en sociedad se rige por circunstancias que tienen
que ver con necesidades de la vida humana. De ahí que en párrafos anteriores al
referirnos a la vida en comunidad como una especie de condena, no lo hicimos
utilizando el carácter peyorativo de la expresión, si no en su sentido de
irrenunciabilidad, de necesaria realización y de la función original, genética o primigenia
que el Derecho viene a desempeñar en sociedad. Con ello se intenta dar respuesta a la
segunda de las preguntas, es decir a saber a qué obedece el nacimiento del Derecho y
cual es la función original que cumple en toda sociedad.
La función Original del Derecho
En primera instancia, el hombre requiere de la sociedad por la mera necesidad de
supervivencia. A esta inicial e insoslayable dependencia se han referido múltiples
autores. Tal circunstancia constriñe al hombre a una vida comunitaria que no solo se
limita a la existencia biológica, pues desde los primeros contactos de éste con su
entorno recibe una serie de influencias culturales dadas por el lenguaje y la convivencia
34
que establece con los demás desde el mismo seno materno; esto, evidentemente, dota
al ser humano de elementos para interpretar el mundo en que se encuentra. La
necesidad de supervivencia es un aspecto que la sola existencia del hombre impone y
su condición no permite satisfaga por sí mismo, produciendo una obvia dependencia
respecto de los otros. La constatación de este hecho explica, en primera instancia, la
presencia de la dimensión social del hombre como una necesidad impuesta en función
de su existencia biológica, condición sine qua non para realizar (hacer) su vida.
Las causas biológicas vinculadas con la necesidad de supervivencia por las que el
hombre se desarrolla en sociedad no bastan para explicar su dimensión social. Otra
razón propia de la condición humana determina con enorme fuerza tal dimensión, y es
que la vida del hombre no se presenta como algo determinado, sino que ésta se va
dando gracias al hacer humano. La vida –opina Recansés Siches- “… es un hacerse a
sí misma, porque la vida no es dada hecha; es tarea; tenemos que hacérnosla en cada
instante cada uno de los seres humanos”.
Efectivamente la vida es un hacer permanente, hacer que implica, a su vez, una
permanente toma de decisiones, inclusive la decisión de no hacer. En este constante
decidir hacer o no hacer lo que permite identificar el libre albedrío humano; capacidad
de optar, que esta dada singularmente a la raza humana.
Resumiendo lo dicho hasta aquí, podemos establecer que: El hombre posee
necesidades primigenias que lo hacen un ser social, éstas tienen que ver con su
supervivencia, el permanente decidir para que hacer su vida y la realización de fines
propios, que tales necesidades al objetivizarse se convierten en intereses primigenios,
esto es en situaciones convenientes para el hombre y que la convivencia social ayuda a
hacer posibles. Empero, es el propio hombre en lo individual y social que,
paradójicamente, puede poner en peligro esos intereses. Para evitarlo las sociedades
instituyen reglas de comportamiento que faciliten una convivencia social que asegure
sus intereses primigenios.
La sociedad regulará entonces, de modo especial, aquellas conductas sociales que
pudieran afectar o interferir la realización de tales intereses. Así en su primera
aproximación, la función original del Derecho nos permite concebirlo como un
instrumento que regula la conducta o el comportamiento social de los hombres para
facilitar una convivencia que asegure sus intereses primigenios.
EL Derecho no es la única forma de regular conductas sociales, mas es la que aquí nos
interesa, y por sí misma nos irá mostrando las peculiaridades que lo distinguen de otras
regulaciones de conducta que rigen y protegen, a la vez, otra clase de intereses. Nos
referimos al sistema de conductas que realizan de un modo distinto al Derecho, por no
ser su objetivo principal garantizar los intereses primigenios de un hombre en sociedad.
Estamos haciendo alusión a ordenamientos que, vía preceptos religiosos o de moral
individual o social, que si bien es cierto, son también reglas de conducta y en eso se
asimilan al derecho, en virtud de la función que desempeñan, poseen un modo de
realización distinto al de las reglas jurídicas. No obstante ello, es posible, como de
35
hecho sucede, de estas reglas de conducta coincidan y convivan en realidad social. No
debe dejar de mencionarse que en sus primeras manifestaciones era difícil distinguir el
Derecho de las reglas de conducta religiosa, y tocaba a los ministros de culto la
aplicación de ambas.
La función original del Derecho explica la aparición de éste en cualquier sociedad,
primitiva o compleja, asegurando los intereses primigenios que el hombre posee,
intereses que surgen en virtud de las necesidades producidas por la propia condición
humana. Estas son tres: La supervivencia, El libre Albedrío y la capacidad que tiene el
hombre de proponerse fines, mismas que se suscitan en la vida social. Cabe recordar
que el Derecho es solo uno de los varios modos de regular la conducta social, pues
existen otras reglas de conducta, como las religiosas o los convencionalismos sociales
que también rigen el comportamiento humano, pero cabe diferenciarlas de las jurídicas
porque no persiguen como fin principal el aseguramiento de los intereses primigenios a
los que antes hemos hecho alusión.
CONCEPTO
Los conceptos con representaciones mentales de un objeto sin afirmar ni negar algo
acerca de él.
Los conceptos carecen de color, tamaño, figura; no son imágenes, sino que son
representaciones mentales captadas por la inteligencia humana.
La mente humana fija su atención en un objeto de conocimiento, que logra captar
mediante la sensación y la abstracción sus características esenciales y accidentales.
Los conceptos que son captados por la inteligencia humana de un sujeto, logran
manifestarse o expresarse mediante palabras o términos.
La palabra es sonido o conjunto de sonidos mediante los cuales se expresa el
concepto, el término es un signo, de todo aquello conocido que nos lleva al
conocimiento de otra cosa.
En la lógica jurídica, tenemos que el jurista logra captar ideas del conocimiento
jurídico, del cual logra obtener los conceptos jurídicos, ejemplos de ello, tenemos al
delito, al acto jurídico, al órgano jurisdiccional, acto administrativo, título de crédito, acto
de comercio, obligación, acción, prueba, etc. Por citar sólo algunos.
36
Entre los conceptos denominados supremos de máxima extensión, tenemos a las
categorías, también denominadas predicativos.
Cabe señalar la estrecha relación entre la lógica y la metafísica, pues para la
segunda rama del conocimiento filosófico, los conceptos son entes, que se componen
de esencias (conceptos en la lógica) y sus respectivos predicativos o categorías, que
metafísicamente se les denomina como accidentes.
ARISTOTELES analizó todas las formas posibles de atribuir un predicado a un sujeto
mediante el verbo ser. Señala como categorías que pueden tener una esencia o
sustancia, la cantidad, cualidad, relación, tiempo, lugar, posesión, situación, acción y
pasión.
KANT por su parte entiende a las categorías como los conceptos puros del
entendimiento, las condiciones a priori que hacen posible el conocimiento, es decir
estructuras formales que se hallan en todos los sujetos. Dichas categorías son de
cantidad: unidad, pluralidad, totalidad; cualidad: realidad, negación, limitación; relación:
sustancia, causalidad, comunidad; y de modalidad: posibilidad, existencia y necesidad.
FUENTES DEL DERECHO
LAS FUENTES EN EL ORDENAMIENTO MEXICANO
El derecho mexicano es un sistema de derecho escrito de origen iusromanista que
refleja la influencia del posterior derecho europeo y norteamericano, principalmente. Su
fuente formal de normas jurídicas más importante es la legislación, y su ley
fundamental, la Constitución federal. Actualmente sigue rigiendo la promulgada el 5 de
febrero de 1917 que resulto de las fuerzas políticas triunfantes de la Revolución de
1910, lo cual se denota por su singular acento social reflejado en las denominadas
Garantías Sociales. Esta Constitución se clasifica por la forma de adicionarse y
reformarse, dentro de las conocidas como rígidas.
La parte dogmática de la Constitución mexicana contiene las llamadas garantías
individuales que son los derechos que todo gobernado tiene frente al Estado. Se
concentran los primeros 29 artículos constitucionales, aunque otras garantías se hallan
dispersas en diferentes numerales. Las garantías individuales protegen de forma
completa la esfera jurídica del gobernado, lo cual incluye a los derechos fundamentales
del hombre en lo tocante a la igualdad, libertad, propiedad y seguridad jurídica. El
recurso jurisdiccional que la Constitución otorga para proteger tales garantías es el
juicio de amparo; empero, también existen medios no jurisdiccionales que coadyuvan a
tal protección, como las quejas ante las Comisiones Nacionales y estatales de
Derechos Humanos.
37
La constitución mexicana de 1917 otorga, también, las denominadas garantías sociales
que son protecciones y prerrogativas especiales para grupos que se consideran menos
favorecidos socialmente. Tales garantías son de dos tipos: en materia laboral y agraria
y se contienen, respectivamente en los artículos 27 y 123.
La parte orgánica de la Constitución regula, a más de ciertos aspectos referidos a la
nacionalidad, prerrogativas y obligaciones exclusivas a los mexicanos y prevenciones
generales, como el principio de supremacía constitucional y el no deposito de dos
poderes en una sola persona, el proceso de creación de las leyes y todo lo relativo a los
aspectos esenciales de la organización política del estado mexicano dice que: las
soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo, por tanto se
reconoce el derecho inalienable de éste para decidir su destino político y la forma de
hacerlo. Dicha soberanía se ejerce a nivel federal por los Poderes de la Unión y a nivel
de cada una de sus entidades federativas soberanas en su régimen interno por sus
propios poderes. La base de la división territorial, organización política y administrativa
es el Municipio que queda en manos de un ayuntamiento. Sus autoridades – presidente
municipal, regidores y síndicos- son elegidas por voto directo de la ciudadanía.
La principal fuente de normas jurídicas en el sistema de derecho mexicano es la
legislación, de acuerdo con la misma Constitución toda resolución del Congreso tendrá
el carácter de Ley o Decreto. Los decretos empero a diferencia de la Ley, no tienen un
alcance general sino particular, reciben también el nombre de decretos las normas
emanadas del ejecutivo que tiene fuerza de Ley. Otras disposiciones emitidas por el
poder público en México son: el reglamento, por el cual el Presidente de la República
detalla la aplicación de la ley; el acuerdo, que es la resolución administrativa o judicial
sobre situaciones jurídicas particulares; la circular, instrumento por el cual la
admimnistación Pública gira instrucciones sobre los servicios que presta o sobre la
aplicación de una ley, decreto o reglamento.
La ley es, en sentido amplio, toda norma jurídica general emanada del poder publico.
En el sistema jurídico mexicano, de acuerdo con el artículo 70 constitucional, “Toda
resolución del Congreso tendrá el carácter de ley decreto”. Sin embargo
ALGUNOS CONCEPTOS JURIDICOS FUNDAMENTALES
La explicación de los fenómenos jurídicos emplea, por razones de economía y
comodidad una serie de conceptos que sintetizan predicados; es decir, que resumen
ideas sin las cuales resultaría no solo difícil engorroso describir y comprender las
relaciones que dan origen a los fenómenos jurídicos, además estos conceptos
dependen unos de otros para formar un entramado que sirve para explica nuevos
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conceptos, así como el modo en que funcionan los sistemas jurídicos. En tal virtud, es
que sos conceptos básicos reciben el nombre de conceptos jurídicos fundamentales.
Hay un acuerdo general sobre cuales son estos conceptos, aunque no existe un criterio
absolutamente definido respecto de cómo identificarlos. Se alude pues, a conceptos
básicos que dan lugar a una terminología que se supone necesaria para la comprensión
no solo de los modelos teórico-jurídicos, sino , sobre todo de los distintos sistemas de
derecho positivo, Estos conceptos son entre otros; El de persona jurídica, capacidad
jurídica, derecho subjetivo, deber jurídico, delito, sanción, supuesto, hecho jurídico y
acto jurídico. Sin embargo, cae decir que los distintos autores de Teoría general de
derecho incluyen o excluyen a tal o cual concepto en función de sus propias
consideraciones.
No obstante, es posible establecer un criterio más o menos cierto de cuales son los
conceptos jurídicos fundamentales partiendo del presupuesto de que en el derecho es
posible identificar otros conceptos jurídicos menos básicos y de uso más específico.
Estos otros conceptos implican a los primeros y su empleo en netamente técnico
jurídico es decir operan en el contexto exclusivo de las distintas ramas del Derecho. Por
esa causa los autores como Genaro R. Carrió señalan que los conceptos jurídicos
fundamentales “…poseen una órbita de aplicación que excede el campo particular de
las distintas disciplinas dogmáticas. Sirven para aislar e identificar situaciones de tipo
general que, si cabe en el giro, cruzan los límites que separan, en forma más o menos
clara los dominios adjudicados a aquellas” no obstante lo cual, como el propio Carrió
reconoce no existe una separación nítida entre estas expresiones y las que, como antes
decíamos, son de uso técnico jurídico particular de las diversas disciplinas del derecho.
Con base a esta referencia a situaciones generales es que Rojina Villegas define los
conceptos jurídicos fundamentales como aquellos que “intervienen como elementos
constantes y necesarios en toda relación jurídica” es decir, en toda forma de conducta
jurídica que se produce por la aplicación de la norma de derecho a los casos concretos.
Es por virtud de los cual, dice el autor, que estos conceptos son imprescindibles al
jurista y al legislador para entender el vocabulario en que se plantean y comunican los
asuntos y problemas del Derecho.
Los conceptos jurídicos fundamentales han sido objeto de diversas formulaciones y
definiciones, su matización depende de la elaboración teórica en que se inscriban y el
objetivo de esta, Así por ejemplo el esquema teórico más acabado en este rubro es
quizá el de ans kelsen, sin embargo dicho esquema se encuentra condicionado tanto
por su idea de la puridad del análisis jurídico como por su concepción de que el
Derecho solo contiene normas que prescriben prohibiciones. Por ello, ni existe siempre
coincidencia en el predicho de los distintos conceptos jurídicos manejados por otros
autores, ni extraña que algunas de sus formulaciones sean más precisas y aceptables
que otras. Además, los conceptos jurídicos fundamentales vistos desde la Teoría
General del derecho no coinciden necesariamente con la definición que de los mismos
términos maneje el derecho positivo, porque aquella estudia proposiciones acerca de
las normas jurídicas y no las normas jurídicas mismas.
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CONCEPTO DE SANCION
Por regla general, las normas jurídicas enlazan determinadas consecuencias al
incumplimiento de los deberes que el derecho objetivo impone. Entre las derivadas de
la observancia de un precepto jurídico cualquiera, una de las más características es la
sanción. Por ello dijimos que en rigor no constituye un concepto jurídico fundamental, si
no una forma sui géneris de manifestación de las consecuencias de derecho. De
acuerdo con nuestra tesis las nociones jurídicas fundamentales quedaran reducidas a
tres: hecho jurídico, consecuencias de derecho y sujeto o persona.
La sanción puede ser definida como consecuencia jurídica que el incumplimiento de un
deber produce en relación con el obligado. Como toda consecuencia de derecho, la
sanción encuéntrese condicionada por la realización de un supuesto. Tal supuesto tiene
el carácter secundario ya que consiste en la inobservancia de un deber establecido por
una norma a cargo del sujeto sancionado. La obligación cuyo incumplimiento
representa el supuesto jurídico de la sanción, deriva a su vez de otro supuesto, al que
lógicamente corresponde el calificativo de primario. Si las obligaciones que éste
condiciona con cumplidas, el secundario no se realiza y, consecuentemente la sanción
no puede imponerse. Así como hablamos de supuestos primarios y secundarios,
podemos hablar también de deberes jurídicos primarios y secundarios. El deber cuya
inobservancia determina la existencia de la obligación oficial de sancionar, tiene,
naturalmente, carácter primario. La sanción es, en cambio consecuencia secundaria.
A la norma que establece la sanción suele llamársele sancionadora. Esta última es
secundaria, relativamente e la sancionada. La relación entre ambas queda claramente
resumida en la fórmula: Si A es, debe ser B; si B no es, debe ser C. La omisión de la
conducta ordenada por el primer precepto constituye el supuesto jurídico del segundo.
La sanción no es la única consecuencia que puede derivar del incumplimiento de las
normas de derecho. Hay numerosas consecuencias secundarias que no tienen el
carácter de sanciones. Mencionaremos solamente algunos casos.
a) En primer lugar, el deber, impuesto a ciertos órganos estatales de aplicar las
sanciones señaladas en los preceptos jurídicos. En los estados primitivos del
desarrollo del derecho, cada titular de facultades jurídicas debía velar por la
conservación de éstas y se consideraba autorizado para usar la fuerza física en
defensa de las mismas. Dentro de un régimen primitivo como el de la venganza
privada, la imposición de las sanciones incumbe al titular del derecho violado o al
grupo, sippe o clan del que el propio titular forma parte. Pero cuando la autodefensa
es proscrita y el poder público asume el ejercicio de la función jurisdiccional, la
imposición de las sanciones se encomienda a órganos ad hoc y constituye a partir
de entonces, una de las finalidades más importantes de dicha función.
Ahora bien el deber de sancionar al infractor de un precepto jurídico, tiene como
supuesto el echo violatorio, pero no es sanción.
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La imposición de sanciones por el poder público supone necesariamente la aplicación
de las normas sancionadoras a casos concretos. Si el órgano sancionador encuentra
que el supuesto de tales normas se ha realizado, debe poner las consecuencias
jurídicas correspondientes.
b) El hecho antijurídico condiciona a veces la existencia de determinados derechos a
favor del agraviado, refiriéndonos al caso de la defensa legítima. Cuando una
persona es víctima de una agresión actual, violenta e ilegítima. De la cual resulte un
peligro inminente para su vida, su honor o sus bienes tiene el derecho de
defenderse.
c) La rescisión de un contrato de trabajo por causas imputables al patrón. Si se da
cualquiera de las enumeradas por el artículo 51 de la nueva ley Federal del Trabajo,
tiene la otra arte de dar por terminado su contrato. Este derecho se halla
condicionado por los actos violatorios, pero no es una sanción, sino una facultad del
obrero cuyo ejercicio implica un castigo para quien lo ha contratado.
SANCION Y COACCION
La sanción no debe ser confundida con los actos de coacción. Aquella es una
consecuencia normativa de carácter secundario; éstos constituyen su aplicación o
realización efectiva. Coacción es por tanto la aplicación forzada de la sanción.
Cuando un juez dicta sentencia, condenando a una persona a que pague lo que debe,
aplica una sanción; pero si el demandado no cumple voluntariamente con el fallo, tiene
el actor derecho a pedir que la sanción se imponga por la fuerza. El secuestro de
bienes del deudor y el remate de los mismos por el poder público a fin de dar
cumplimiento a la resolución judicial, representan, en el caso del ejemplo una forma de
coacción.
CLASIFICACION DE LAS SANCIONES
Las que las normas jurídicas establecen pueden ser clasificadas desde muy diversos
puntos de vista
CONCEPTO DE ACTO JURIDICO
Podríamos definir al Acto jurídico como aquel hecho jurídico que tiene su origen en la
voluntad humana. En este mismo tenor, Rafael Rojina Villegas se refiere al acto jurídico
como “una manifestación de voluntad que se hace con la intención de producir
consecuencias de derecho, las cuales son reconocidas por el ordenamiento jurídico”.
De todo lo cual se desprende que el aspecto más relevante de los hechos jurídicos
llamados actos es la voluntad de que se produzcan consecuencias de derecho.
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Existen hechos jurídicos derivados de la voluntad humana que producen consecuencias
jurídicas no deseadas o ignoradas por la persona, Es decir, no existe la intensión Lara,
tácita o expresa, de producir tales consecuencias. Tal es el caso de los hechos
voluntarios lícitos o ilícitos, en los que la conducta humana produce consecuencias
jurídicas por una acción conforme a derecho, o sea lícitas o de plano, contrario a él
como resulta en los llamados delitos.
Un ejemplo típico de un hecho voluntario lícito es el de la gestión de negocios.
Supuesto que se da cuando una persona voluntariamente, sin causa previa, acuerdo o
mandato legal, atiende un negocio ajeno. Dicha perdona en virtud de tal acción
desencadena consecuencias jurídicas in imaginadas o, en su caso, no deseadas, como
son las de estar obligado a atender el negocio hasta no concluir su gestión o hasta que
el dueño lo releve de tal obligación y actuar en sintonía con los intereses del dueño.
Esta figura está regulada por el artículo 1896 del Código Civil en estos términos: “el que
sin mandato y si estar obligado a ello se encarga de un asunto de otro, debe obrar
conforme a los intereses del dueño del negocio”.
Los hechos voluntarios ilícitos se producen cuando la acción o inacción de la persona
es contraria a una norma jurídica, como es el caso de los delitos. Estos se producen,
efectivamente, consecuencias jurídicas, normalmente no deseadas por el autor de la
acción, como pueden ser la obligación de indemnizar los daños producidos y/o recibir
una sanción corporal, como es el caso de una sanción penal, por ejemplo el robo,
consecuencia esta última que no solo no es deseada sino incluso busca ser evitada.
Finalmente los actos jurídicos en sentido estricto, aquellos en los que coincide la
finalidad práctica con la consecuencia jurídica tienen como característica sine qua non
la de ser manifestaciones de voluntad cuyo objetivo es producir consecuencias de
derecho, para lo cual resulta menester que exista la norma jurídica que valide tal
conducta, es decir, que prevea las consecuencias normativas buscadas. Como
sabemos, hay conductas humanas que son irrelevantes para el Derecho. Los actos
jurídicos para existir plenamente demandan dos tipos de elementos constitutivos, los
esenciales y los de validez.
Se consideran elementos esenciales o de existencia del acto jurídico los siguientes: una
manifestación de voluntad ya expresa, yá tácita; un objeto física y jurídicamente posible
y el que la norma jurídica reconozca los efectos deseados. La falta de cualquiera de
estos elementos genera, como su nombre indica, que el acto no exista o no nazca para
el Derecho. El acto pudo haberse dado tácticamente, pero para el mundo jurídico es
inexistente.
La manifestación de voluntad, como elemento de existencia de los actos jurídicos,
puede darse en dos formas, tácita o expresa. La voluntad es expresa cuando utiliza
para manifestarse cualquier forma del lenguaje: oral, escrito o mímico. Es tácita si se
desprende de hechos u omisiones que de manera necesaria e indubitable revelan un
determinado propósito, aunque la voluntad del autor del acto no se exteriorice a través
del lenguaje.
42
Cabe distinguir entre el objeto directo y el indirecto de un acto jurídico. Por objeto
directo debemos entender el propósito jurídico de la manifestación de la voluntad del
autor del acto, esto es, crear transmitir, modificar o extinguir derechos u obligaciones.
Por objeto indirecto la cosa física o el hecho materia del convenio en un contrato de
compraventa de una casa, el objeto directo del acto jurídico es la transmisión de la
propiedad de esa casa mientras el indirecto es la casa misma en cuanto a bien
inmueble.
Ahora, bien, tanto el objeto directo como el objeto indirecto deben ser jurídicamente
posibles, es decir, no deben ser ilícitos o contrarios a derecho. En cuanto al objeto
indirecto, éste debe existir en la naturaleza, ser físicamente posible, poder determinar
en cuanto a su especie y estar en el comercio.
El último elemento de existencia es el que las consecuencias deseadas o buscadas por
la manifestación de voluntad estén contempladas en una norma jurídica. Ello significa
que la voluntad o conducta humana, objeto del acto, debe ser a su vez, objeto de
derecho. Rojina Villegas señala al respecto que: “Si la norma jurídica no reconoce una
cierta manifestación de voluntad, no hay acto jurídico por falta de objeto para producir
consecuencias de derecho que estén amparadas en el ordenamiento, el derecho
estaría al servicio de los caprichos de los particulares.”
Se consideran elementos de validez de los actos jurídicos los siguientes: que un acto
tenga un fin, motivo, objeto y condición lícitos; que la voluntad se exteriorice de acuerdo
con las formas legales; que la voluntad se exprese sin vicio alguno; que la voluntad se
otorgue por persona capaz, en otras palabras para que un acto jurídico no este
afectado en su validez, este debe ser lícito, cumplir si la ley lo requiere, con ciertas
formalidades, sin error( una falsa apreciación de la realidad), dolo (maquinación o
artificio que induce al error), mala fe ( disimulación de un error), violencia ( que es la
coacción de la voluntad por una fuerza física, la privación de la libertad; o por medio de
amenazas que importen un peligro), lesión (desproporción en las prestaciones) y
otorgado por persona capaz.
Si el acto jurídico está afectado por alguno de sus elementos de validez dicho acto se
reputa como nulo, la nulidad puede ser absoluta o relativa. La absoluta puede ser que el
acto surta ningún efecto jurídico y se produce cuando dicho acto va en contra de la
prohibición de una ley imperativa o prohibitiva, una ley de orden público. La nulidad
relativa, en cambio surge por violación de una norma establecida a favor de la persona
determinada. El acto en este caso, sí produce efectos jurídicos hasta en tanto el juez no
decrete la nulidad y destruya sus efectos en forma retroactiva; puede invocarla solo la
persona en cuyo interés establece la ley tal nulidad.

Clasificación de los Actos Jurídicos
1. Unilaterales y Bilaterales o Sinalagmáticos
43
En los unilaterales solo interviene en su realización la voluntad de una de
las partes, al menos en su inicio. Por ejemplo; el testamento y la donación.
En los bilaterales, ambos contrayentes quedan obligados. Por ejemplo, en
un contrato de compra-venta, el vendedor esta obligado a entregar la cosa
vendida, y el comprador el precio convenido. La palabra bilateral y
sinalagmático significan obligatorio para ambas partes.
2. Oneroso y Gratuitos
Son onerosos cuando cada una de las partes se obliga recíprocamente a
dar o a hacer alguna cosa. Por ejemplo, en un contrato de arrendamiento,
el arrendador recibe el beneficio de una cantidad de dinero, pero a cambio
esta obligado a ceder el uso de un bien mueble o inmueble.
En cuanto al arrendatario, recibe el uso de un bien pero adquiere la
obligación de pagar un precio periódicamente. Hay por tanto cargas y
beneficios recíprocos.
En los actos jurídicos gratuitos sólo una de las partes obtiene beneficios y
su contraparte obligaciones. Por ejemplo, en un contrato de donación, el
único beneficiario es el donatario y es el donante el que se compromete a
transferir la propiedad de una cosa.
3. Entre vivos y por causa de muerte
Los actos jurídicos entre vivos producen sus efectos en vida de los
contratantes. Por ejemplo, en un contrato de matrimonio o de préstamo,
las obligaciones y derechos se realizan cuando están en vida los
contratantes.
En cambio, en los actos jurídicos por causa de muerte o post mortem, las
consecuencias de derecho se producen cuando una persona muere como
es el caso del testamento o del fideicomiso.
4. Conmutativos y Aleatorios
Son conmutativos aquellos actos en los que las prestaciones se conocen
con certeza desde que se celebra el acto jurídico. Por ejemplo, en un
contrato de compra-venta, se conoce desde un inicio el bien o derechos
que se adquieren y las obligaciones que se imponen.
En lo referente a los actos jurídicos aleatorios, las obligaciones y derechos
dependen de la realización de ciertas condiciones. Por ejemplo, la compra
de una cosecha (compra de esperanza), en donde los beneficios
44
dependen del clima y de los cuidados que el agricultor ponga en lo que
siembra.
5. Momentáneos y de Tracto Sucesivo
Son momentáneos los actos que producen efectos en el momento de su celebración.
Por ejemplo, una compra-venta, la transferencia de la propiedad y el pago del precio se
pacta desde la celebración del contrato.
Son de tracto sucesivo los actos cuyos efectos se prolongan en el tiempo hasta su
terminación. Por ejemplo, un contrato de arrendamiento o un contrato de trabajo por
tiempo determinado.
Clasificación de los Actos Jurídicos de acuerdo a Manuel Lastra
A. Unilaterales y plurilaterales
Unilaterales cuando para su eficacia basta con la voluntad de una parte de la
relación jurídica. Por ejemplo: el testamento.
Plurilaterales si las declaraciones de voluntad constitutivas del acto provienen de
dos o más partes. Por ejemplo: un contrato de préstamo.
B. Actos Lícitos e Ilícitos
Actos lícitos: Cuando reúnen los requisitos de existencia y de validez señalados
en el ordenamiento jurídico. Ejemplo: el arrendamiento de un inmueble de
nuestra propiedad.
Actos Ilícitos: Aquellos que van en contra de las leyes de orden público. Ejemplo:
un delito de fraude.
C. Actos intervivos y mortis causa
Inter vivos: En los que los efectos se producen durante la vida de sus
celebrantes.
Mortis Causa: Producen sus efectos después de la muerte de su autor. Ejemplo:
un seguro de vida, una pensión por viudez o un testamento.
D. Actos atributivos y no atributivos
Atributivos: Su finalidad es aumentar el patrimonio de una o varias partes que
intervienen en el acto jurídico. Ejemplo: en la compraventa, el comprador y el
vendedor aumentan respectivamente sus patrimonios.
45
No atributivos: En estos el patrimonio de su autor no se modifica. Ejemplo: el
comodato o préstamo de uso gratuito.
E. Onerosos y gratuitos
Onerosos: Aquellos que producen provechos y gravámenes recíprocos. Ejemplo:
un contrato de arrendamiento.
Gratuitos: En estos el provecho es para una sola de las partes. Ejemplo:
donación o comodato.
F. Actos de disposición y de obligación
Disposición: Su autor transmite o se desprende de una cosa o del derecho que le
pertenece. Ejemplo: compraventa o donación.
Obligación: En estos actos una persona se compromete a realizar un hecho o acto
juridico a favor de otra persona. Ejemplo: un mandato.
Elementos Existenciales del Acto Jurídico
Son básicamente tres:
1. Voluntad
2. Objeto
3. Solemnidad
CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD
Existen varios significados de la palabra responsabilidad en castellano:





Como la imputabilidad o posibilidad de ser considerado sujeto de una deuda u
obligación (ejemplo: "Los conductores de vehículos automotores son
responsables por los daños causados por sus máquinas").
Como cargo, compromiso u obligación (ejemplo: "Mi responsabilidad en la
presidencia será llevar a nuestro país a la prosperidad").
Como sinónimo de causa (ejemplo, "una piedra fue la responsable de fracturarle
el cráneo").
Como la virtud de ser la causa de los propios actos, es decir, de ser libre
(ejemplo: "No podemos atribuirle responsabilidad alguna a la piedra que mató al
pobre hombre, pues se trata de un objeto inerte que cayó al suelo por azar").
Como deber de asumir las consecuencias de nuestros actos.
46
Responsable es aquel que conscientemente es la causa directa o indirecta de un hecho
y que, por lo tanto, es imputable por las consecuencias de ese hecho (es decir, una
acumulación de significados previos de responsabilidad), termina por configurarse un
significado complejo: el de responsabilidad como virtud por excelencia de los seres
humanos libres. En la tradición kantiana, la responsabilidad es la virtud individual de
concebir libre y conscientemente las máximas universalizables de nuestra conducta.
Para Hans Jonas, en cambio, la responsabilidad es una virtud social que se configura
bajo la forma de un imperativo que, siguiendo formalmente al imperativo categórico
kantiano, ordena: “obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con
la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra”. Dicho imperativo se conoce
como el "principio de responsabilidad".
Responsabilidad jurídica
La responsabilidad jurídica es la imputabilidad jurídica que puede manifestarse como
culpabilidad penal (dolosa o no) o como simple imputabilidad no culposa
(responsabilidad objetiva).
En la antigüedad, existía una noción unitaria de responsabilidad que pretendía
preservar un equilibrio cósmico. Era a través de la expiación y de los sacrificios que la
responsabilidad se adjudicaba para reestablecer dicho equilibrio. La modernidad trajo
consigo la desintegración del concepto unitario de responsabilidad en distintos tipos de
ella (moral, política, jurídica) y ésta última, a su vez, se , administrativa, ambiental,
etcétera. La noción subyacente a todas las formas de responsabilidad es, quizá, la de
imputabilidad.
La imputabilidad surge de la existencia de una decisión de autoridad que atribuye una
sanción o de una norma válida que impone un deber ser (obligación o prohibición).
Como culpabilidad, la responsabilidad emana del incumplimiento intencional o
imprudencial de tales normas. La responsabilidad jurídica no surge de una imputación
arbitraria sino de una norma jurídica (que a diferencia de la norma moral procede de un
organismo externo al sujeto, principalmente el Estado, y es coercitiva). Las normas
jurídicas lo son porque imponen deberes de conducta a un sujeto. La reglamentación
puede darse a través de prohibiciones o de normas imperativas (obligaciones).
El efecto propio en las normas jurídicas es la reacción que el Derecho (o la sociedad
toda) tiene respecto del sujeto que viola la norma jurídica, que no es otra cosa que la
representación del querer de todos. La sanción es la respuesta del sistema jurídico
frente a la violación de la norma.
47
Generalmente puede atribuirse la responsabilidad jurídica a todo sujeto de derecho,
tanto a las personas naturales como jurídicas, basta que el sujeto de derecho incumpla
un deber de conducta señalado en el ordenamiento jurídico.
Tipos de responsabilidad jurídica
La responsabilidad jurídica indirecta es aquélla en la cual no hay identidad entre el
agente del ilícito (sujeto de la obligación) y quien está sujeto a la sanción que como
consecuencia del ilícito prevé la norma jurídica (por ejemplo, la responsabilidad
patrimonial de una persona ante los ilícitos cometidos por un familiar). En el caso de la
responsabilidad jurídica directa, sí existe tal identidad. Dicho de otro modo, se puede
imputar la responsabilidad jurídica tanto como consecuencia de conductas propias
como ajenas.
La responsabilidad jurídica colectiva es la imputabilidad que una norma jurídica atribuye
a un grupo por la conducta de un individuo (si éste es miembro del grupo, se trata de
una responsabilidad colectiva directa). La responsabilidad individual recae, obviamente,
sobre sujetos individuales.
La responsabilidad jurídica culposa se diferencia de la responsabilidad jurídica por
resultado en el hecho de que la primera requiere como condición necesaria la voluntad
de producir los resultados previstos en la norma o, al menos, negligencia por parte del
sujeto responsable directa o indirectamente. La responsabilidad por resultado, en
cambio, solamente exige una relación entre un sujeto y un resultado, incluso si tal
relación no ha sido intencional y ni siquiera culposa por negligencia (por ejemplo, el
reglamento de tránsito en Francia hace responsables a los conductores de un automóvil
de indemnizar a un peatón incluso si el accidente ocurrió por culpa excusable de éste
último). En un caso todavía más complejo de responsabilidad jurídica colectiva indirecta
por resultado, el sujeto que provoca los hechos que actualizan la responsabilidad del
grupo no forma parte de éste y ni siquiera actúa culposamente (piénsese en el juez que
establece la responsabilidad solidaria de un grupo de empresas respecto a los
derechos laborales de un trabajador subordinado a un cliente insolvente de dichas
empresas y ordena al grupo de proveedores indemnizar al trabajador ajeno por el
accidente de trabajo fortuito que éste sufrió).
Otros tipos de responsabilidad jurídica son: La responsabilidad penal intenta dirigir la
conducta humana a través de prohibiciones cuya violación es sancionada y que
requieren de la culpabilidad del sujeto como condición necesaria (nulla poena sine
culpa). En cambio, adjudicar la responsabilidad civil tiene una finalidad distributiva
mediante la compensación entre particulares o los criterios de división del patrimonio
48
EL CONCEPTO DEL DEBER JURIDICO
El deber jurídico como consecuencia de derecho como ya sabemos la realización de los
supuestos que las normas jurídicas contienen, produce de manera lógicamente
necesaria, determinadas consecuencias de derecho, las cuales pueden consistir en el
nacimiento, la transmisión o modificación o la extinción de las facultades y deberes
Infiérase de lo dicho que las formas esenciales de manifestación de tales
consecuencias son el deber jurídico y el derecho subjetivo ambas nociones tienen
correlatividad: a todo deber jurídico corresponde a una facultad de la misma clase, y
viceversa. La obligación que el vendedor tiene de entregar la cosa vendida, por
ejemplo, es correlativa del derecho que corresponde al comprador de exigir la entrega.
A pesar de que las nociones de deber y derecho poseen la misma importancia, los
juristas, con muy raras excepciones, han descuidado por completo el análisis del
primero de dichos conceptos, para dedicarse casi exclusivamente a investigar la
esencia del segundo. Corresponde a Jellinek y kelsen el mérito de haber combatido
esta deficiencia y señalado la necesidad de consagrar al deber jurídico un estudio
especial, paralelamente a la discusión sobre el derecho como facultad normativa.
Entre los autores que han abordado el tema, es posible descubrir dos tendencias
fundamentales. Una de ellas está representada por las doctrinas que pretenden
establecer una identificación entre deber jurídico y deber moral; la otra, por las que
sostienen la independencia de ambas nociones.
El deber jurídico como obligación ética indirecta.- (Tesis de Kant) Los juristas para
quienes el deber jurídico no difiere esencialmente del moral inspirase en la doctrina
ética kantiana.
La legislación positiva, como conjunto de reglas de conducta emanadas de la voluntad
del legislador no puede, por si misma, ser mirada como fuente de auténticos deberes.
Para que un precepto legal posea obligatoriedad, es indispensable, de acuerdo con la
fundamentación metafísica de las costumbres, que derive de la voluntad del sujeto que
ha de cumplirlo y tenga, a la vez, valor universal.
Tesis de Laun.- Mientras Kelsen coloca una aureola sobre la cabeza del legislador Laun
lo sienta en el banquillo de los acusados y convierte en juez al súbdito.
“Los particulares y la ciencia del derecho no son esclavos del autor de la ley, sino sus
jueces, quienes aún en el caso de que tengan que doblegarse ante la fuerza externa,
son los llamados a resolver a cada momento nuevamente aquello les ha ordenado
dicha fuerza es bueno, es decir, moral y jurídico a la vez”.
Tradicionalmente -dice Laun- se ha sostenido que el orden positivo es un conjunto de
normas heterónomas. La heteronimia del derecho se hace consistir en que los
preceptos jurídicos no derivan de la voluntad de los sujetos que han de cumplirlos si no
de la de un sujeto distinto a quien se llama legislador. Mas si se acepta la tesis
49
kantiana según la cual de los hechos no es licito desprender conclusiones normativas,
tendrá que admitirse que una voluntad ajena – en este caso la del autor de la ley- no
puede obligarnos.
En realidad – continua el jurista- no es correcto hablar de normas heterónomas.
Gramaticalmente nada impide expresar de manera imperativa la voluntad de un
individuo, en relación con el comportamiento de otro. Pero el hecho de que el primero
quiera algo y lo ordene al segundo, no demuestra que este tenga la obligación de
obedecer “Un imperativo en sentido lingüístico es o heterónomo en cuyo caso no puede
expresar un deber, o expresa un deber, pero entonces no puede ser heterónomo. Si
tratamos retraducir este pensamiento de los filósofos al lenguaje cotidiano, podremos
decir aproximadamente que: una frase que me ordena algo es o la expresión de una
voluntad ajena, caso en el cual no me puede obligar, o me obliga, pero entonces no
puede ser la expresión de una voluntad ajena”.
De aquí se infiere que si hay normas jurídicas auténticas, tendrán que ser
necesariamente, autónomas. Solo que en el orden positivo, como tal, es un complejo de
exigencias emanadas de los que tienen el poder. Aún cuando tales exigencias sean
formuladas como verdaderas normas, solo constituyen juicios enunciativos que
establecen en que condiciones habrán de aplicarse determinadas penas a quienes no
acaten los mandamientos de la autoridad “El llamado derecho positivo es, en
consecuencia, una congerie de enunciaciones sobre la aplicación condicionada del
poder más fuerte. Es poder pura y simplemente. No encierra ningún deber, ninguna
obligación”.
No podemos negar sin embargo que en la mayoría de los individuos existe el
sentimiento del deber, ni desconocer que los preceptos del derecho son generalmente
acatados de manera espontánea. El cumplimiento del orden jurídico no descansa, ni
puede descansar exclusivamente en el temor de las sanciones, si aquel sentimiento no
existiese, no podría la fuerza por si sola imponer los preceptos que integran ese orden.
El verdadero derecho no es heterónomo, si no autónomo. Para que en una conducta
constituya la realización de un deber jurídico, la norma que lo establece ha de derivar
de la voluntad del obligado cuando el sujeto convierte en máxima de sus actos
determinada regla convencido de su validez universal, sí puede hablarse de un
auténtico deber jurídico. Con gran frecuencia los particulares acatan voluntariamente,
sin pensar siquiera en las sanciones o castigos, los preceptos que el legislador formula.
Y al acatarlos, seguros de que expresan un deber transforman la exigencia ajena (que
como tal no puede obligarles) en norma autónoma, es decir en verdadero derecho.
Pero el reconocimiento de la obligatoriedad de una disposición legislativa, por parte de
los destinatarios debe existir en cada caso de aplicación concreta. No puede tratarse
por consiguiente de un reconocimiento general o “aceptación en blanco” como dice
Radbruch. Semejante aceptación traduciríase en una obediencia ciega sin significación
normativa.
De lo expuesto se desprende que solo existe un deber. Derecho y moral, concebidos
ambos como un deber, en oposición al acontecer, son una y la misma cosa. Son la
50
totalidad de las vivencias del deber; el deber concebido unitariamente. Tal unidad no
queda destruida por los llamados conflictos entre derecho y moral, porque o se trata de
oposiciones entre un deber auténtico y una necesidad impuesta por la fuerza o de una
pugna entre dos deberes de la misma índole.
CONCEPTO DE DERECHO SUBJETIVO
Derechos Subjetivos
De acuerdo con Eduardo García Máynez el derecho subjetivo es la facultad derivada de
la norma que una persona tiene para hacer o no hacer algo y cuyo ejercicio debe ser
respetado por todas las demás personas.
Moto Salazar define al Derecho Subjetivo como el conjunto de facultades reconocidas a
los individuos por la ley para realizar determinados actos.
El derecho objetivo y subjetivo se implican recíprocamente, no hay derecho objetivo que
no conceda facultades ni derecho subjetivo que no dependa de una norma.
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Fernando Flores Gómez
1. Derechos Subjetivos Públicos y Privados
Derechos Subjetivos Públicos. Son facultades que una persona con el
carácter de particular o gobernado ejerce directamente frente al Estado.
Los principales derechos subjetivos públicos están contenidos en la parte
dogmática de la Constitución Federal.
Derechos Subjetivos Privados. Son facultades que un particular ejercita
sobre otro particular. Como ya se ha mencionado los principales derechos
subjetivos privados que originan a través de un contrato, en donde los
contratantes ejercitan directamente y en forma reciproca derechos
subjetivos, pero también se imponen deberes, tal y como sucede en una
compraventa en que el vendedor y comprador poseen derechos subjetivos
y deberes recíprocos.
2. Derechos Subjetivos Originarios y Derivados
Derechos Subjetivos Originarios. Son facultades que nacen o provienen
directamente de la ley, independientemente de la voluntad de los
particulares. Por ejemplo: los derechos de los trabajadores, tales como el
salario mínimo y un día de descanso por cada 6 días laborados, provienen
directamente de de la Ley Federal del Trabajo y no pueden renunciarse
por los trabajadores a quienes se les otorga.
51
Derechos Subjetivos Derivados. Estas facultades nacen por voluntad de
los particulares. Por ejemplo: los derechos de un acreedor surgen por
virtud de un contrato de préstamo o de prestación de servicios y pueden
renunciarse por común acuerdo.
3. Derechos Subjetivos Absolutos y Relativos
Derechos Subjetivos Absolutos. Son facultades ejercitadas exclusivamente por su titular
sobre una colectividad. A modo de ejemplo citaremos el derecho de propiedad que
otorga a su titular una facultad exclusiva sobre un bien para disponer de el con
exclusión de todas las demás personas que no son propietarios de un bien
determinado.
Derechos Subjetivos Relativos. También conocidos como derechos de crédito y que
consisten en una facultad otorgada a un acreedor para exigir de otra, llamada deudor, el
cumplimiento de una determinada conducta (dar, hacer, no hacer).
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Moto Salazar
De acuerdo a Moto Salazar, el Derecho Subjetivo se divide en tres grandes grupos:
derechos subjetivos públicos, políticos y civiles, los civiles se dividen en personalísimos
y patrimoniales, y los patrimoniales a su vez en reales y de crédito.
1. Derechos Subjetivos Públicos. Se hacen valer frente al Estado y están
enunciados y garantizados en la parte dogmática de la Constitución Federal,
encontramos la libertad de expresión verbal y escrita en los artículos 6 y 7 de la
propia Constitución.
2. Derechos Subjetivos Políticos. Son los que tienen los individuos cuando actúan
en calidad de ciudadanos miembros de un Estado, por ejemplo México, los
ciudadanos poseen el derecho a votar, ser votado y tomar las armas, estos
derechos reciben también el nombre de prerrogativas porque son considerados
como derechos y obligaciones al mismo tiempo.
3. Derechos Subjetivos Civiles. Llamados de igual forma, derechos subjetivos
privados, que son las facultades que tienen los individuos en sus relaciones de
carácter privado. Por ejemplo, el arrendador y el arrendatario, mediante un
contrato de arrendamiento, poseen recíprocamente derechos subjetivos civiles o
privados. Estos derechos se dividen en personales o personalísimos o
patrimoniales.
Los derechos subjetivos personales, mejor conocidos como personalísimos se
relacionan directamente con la persona misma, son inherentes, es decir, no pueden
desprenderse de ellos y no son por lo tanto transmisibles. Así encontramos los
derechos de un padre sobre un hijo, llamado Patria Potestad o el derecho a ejercer una
profesión mediante título expedido por una autoridad competente a su favor.
52
Los derechos subjetivos patrimoniales tienen contenido económico, esto es, son
susceptibles de valorarse en dinero. Estos se dividen a su vez en derechos reales y de
obligación o de crédito (personales).
Los primeros, es decir, los derechos reales, son facultades que tiene una o varias
personas sobre un bien que permite a éstas usar, disfrutar y disponer de ésta. Como
ejemplo tenemos el derecho de de propiedad que otorga al propietario un poder de
disposición sobre la cosa adquirida, pudiendo cederlo mediante donación, compraventa
o testamento.
Otro ejemplo más es el de servidumbre que permite al propietario de un fundo
dominante utilizar o aprovechar parte de un fundo ajeno al contiguo a el, como el
derecho de paso.
En cuanto a los derechos de crédito (personales) establecen una relación inmediata
entre dos personas. El derecho de crédito se define como la facultad que tiene una
persona con el carácter de acreedor para exigir a otra llamada deudor, el pago de una
prestación o realización de un hecho positivo o negativo (dar, hacer, no hacer). Un
ejemplo del derecho de crédito lo encontramos en un derecho de préstamo o en un
contrato de arrendamiento o contrato de trabajo.
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Fernando Flores Gómez
4. Derechos Subjetivos Públicos y Privados
Derechos Subjetivos Públicos. Son facultades que una persona con el
carácter de particular o gobernado ejerce directamente frente al Estado.
Los principales derechos subjetivos públicos están contenidos en la parte
dogmática de la Constitución Federal.
Derechos Subjetivos Privados. Son facultades que un particular ejercita
sobre otro particular. Como ya se ha mencionado los principales derechos
subjetivos privados que originan a través de un contrato, en donde los
contratantes ejercitan directamente y en forma reciproca derechos
subjetivos, pero también se imponen deberes, tal y como sucede en una
compraventa en que el vendedor y comprador poseen derechos subjetivos
y deberes recíprocos.
5. Derechos Subjetivos Originarios y Derivados
Derechos Subjetivos Originarios. Son facultades que nacen o provienen
directamente de la ley, independientemente de la voluntad de los
particulares. Por ejemplo: los derechos de los trabajadores, tales como el
salario mínimo y un día de descanso por cada 6 días laborados, provienen
directamente de de la Ley Federal del Trabajo y no pueden renunciarse
por los trabajadores a quienes se les otorga.
53
Derechos Subjetivos Derivados. Estas facultades nacen por voluntad de
los particulares. Por ejemplo: los derechos de un acreedor surgen por
virtud de un contrato de préstamo o de prestación de servicios y pueden
renunciarse por común acuerdo.
6. Derechos Subjetivos Absolutos y Relativos
Derechos Subjetivos Absolutos. Son facultades ejercitadas exclusivamente por su titular
sobre una colectividad. A modo de ejemplo citaremos el derecho de propiedad que
otorga a su titular una facultad exclusiva sobre un bien para disponer de el con
exclusión de todas las demás personas que no son propietarios de un bien
determinado.
Derechos Subjetivos Relativos. También conocidos como derechos de crédito y que
consisten en una facultad otorgada a un acreedor para exigir de otra, llamada deudor, el
cumplimiento de una determinada conducta (dar, hacer, no hacer).
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Moto Salazar
De acuerdo a Moto Salazar, el Derecho Subjetivo se divide en tres grandes grupos:
derechos subjetivos públicos, políticos y civiles, los civiles se dividen en personalísimos
y patrimoniales, y los patrimoniales a su vez en reales y de crédito.
4. Derechos Subjetivos Públicos. Se hacen valer frente al Estado y están
enunciados y garantizados en la parte dogmática de la Constitución Federal,
encontramos la libertad de expresión verbal y escrita en los artículos 6 y 7 de la
propia Constitución.
5. Derechos Subjetivos Políticos. Son los que tienen los individuos cuando actúan
en calidad de ciudadanos miembros de un Estado, por ejemplo México, los
ciudadanos poseen el derecho a votar, ser votado y tomar las armas, estos
derechos reciben también el nombre de prerrogativas porque son considerados
como derechos y obligaciones al mismo tiempo.
6. Derechos Subjetivos Civiles. Llamados de igual forma, derechos subjetivos
privados, que son las facultades que tienen los individuos en sus relaciones de
carácter privado. Por ejemplo, el arrendador y el arrendatario, mediante un
contrato de arrendamiento, poseen recíprocamente derechos subjetivos civiles o
privados. Estos derechos se dividen en personales o personalísimos o
patrimoniales.
Los derechos subjetivos personales, mejor conocidos como personalísimos se
relacionan directamente con la persona misma, son inherentes, es decir, no pueden
desprenderse de ellos y no son por lo tanto transmisibles. Así encontramos los
derechos de un padre sobre un hijo, llamado Patria Potestad o el derecho a ejercer una
profesión mediante título expedido por una autoridad competente a su favor.
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Los derechos subjetivos patrimoniales tienen contenido económico, esto es, son
susceptibles de valorarse en dinero. Estos se dividen a su vez en derechos reales y de
obligación o de crédito (personales).
Los primeros, es decir, los derechos reales, son facultades que tiene una o varias
personas sobre un bien que permite a éstas usar, disfrutar y disponer de ésta. Como
ejemplo tenemos el derecho de de propiedad que otorga al propietario un poder de
disposición sobre la cosa adquirida, pudiendo cederlo mediante donación, compraventa
o testamento.
Otro ejemplo más es el de servidumbre que permite al propietario de un fundo
dominante utilizar o aprovechar parte de un fundo ajeno al contiguo a el, como el
derecho de paso.
En cuanto a los derechos de crédito (personales) establecen una relación inmediata
entre dos personas. El derecho de crédito se define como la facultad que tiene una
persona con el carácter de acreedor para exigir a otra llamada deudor, el pago de una
prestación o realización de un hecho positivo o negativo (dar, hacer, no hacer). Un
ejemplo del derecho de crédito lo encontramos en un derecho de préstamo o en un
contrato de arrendamiento o contrato de trabajo.
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Fernando Flores Gómez
7. Derechos Subjetivos Públicos y Privados
Derechos Subjetivos Públicos. Son facultades que una persona con el
carácter de particular o gobernado ejerce directamente frente al Estado.
Los principales derechos subjetivos públicos están contenidos en la parte
dogmática de la Constitución Federal.
Derechos Subjetivos Privados. Son facultades que un particular ejercita
sobre otro particular. Como ya se ha mencionado los principales derechos
subjetivos privados que originan a través de un contrato, en donde los
contratantes ejercitan directamente y en forma reciproca derechos
subjetivos, pero también se imponen deberes, tal y como sucede en una
compraventa en que el vendedor y comprador poseen derechos subjetivos
y deberes recíprocos.
8. Derechos Subjetivos Originarios y Derivados
Derechos Subjetivos Originarios. Son facultades que nacen o provienen
directamente de la ley, independientemente de la voluntad de los
particulares. Por ejemplo: los derechos de los trabajadores, tales como el
salario mínimo y un día de descanso por cada 6 días laborados, provienen
directamente de de la Ley Federal del Trabajo y no pueden renunciarse
por los trabajadores a quienes se les otorga.
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Derechos Subjetivos Derivados. Estas facultades nacen por voluntad de
los particulares. Por ejemplo: los derechos de un acreedor surgen por
virtud de un contrato de préstamo o de prestación de servicios y pueden
renunciarse por común acuerdo.
9. Derechos Subjetivos Absolutos y Relativos
Derechos Subjetivos Absolutos. Son facultades ejercitadas exclusivamente por su titular
sobre una colectividad. A modo de ejemplo citaremos el derecho de propiedad que
otorga a su titular una facultad exclusiva sobre un bien para disponer de el con
exclusión de todas las demás personas que no son propietarios de un bien
determinado.
Derechos Subjetivos Relativos. También conocidos como derechos de crédito y que
consisten en una facultad otorgada a un acreedor para exigir de otra, llamada deudor, el
cumplimiento de una determinada conducta (dar, hacer, no hacer).
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Moto Salazar
De acuerdo a Moto Salazar, el Derecho Subjetivo se divide en tres grandes grupos:
derechos subjetivos públicos, políticos y civiles, los civiles se dividen en personalísimos
y patrimoniales, y los patrimoniales a su vez en reales y de crédito.
7. Derechos Subjetivos Públicos. Se hacen valer frente al Estado y están
enunciados y garantizados en la parte dogmática de la Constitución Federal,
encontramos la libertad de expresión verbal y escrita en los artículos 6 y 7 de la
propia Constitución.
8. Derechos Subjetivos Políticos. Son los que tienen los individuos cuando actúan
en calidad de ciudadanos miembros de un Estado, por ejemplo México, los
ciudadanos poseen el derecho a votar, ser votado y tomar las armas, estos
derechos reciben también el nombre de prerrogativas porque son considerados
como derechos y obligaciones al mismo tiempo.
9. Derechos Subjetivos Civiles. Llamados de igual forma, derechos subjetivos
privados, que son las facultades que tienen los individuos en sus relaciones de
carácter privado. Por ejemplo, el arrendador y el arrendatario, mediante un
contrato de arrendamiento, poseen recíprocamente derechos subjetivos civiles o
privados. Estos derechos se dividen en personales o personalísimos o
patrimoniales.
Los derechos subjetivos personales, mejor conocidos como personalísimos se
relacionan directamente con la persona misma, son inherentes, es decir, no pueden
desprenderse de ellos y no son por lo tanto transmisibles. Así encontramos los
derechos de un padre sobre un hijo, llamado Patria Potestad o el derecho a ejercer una
profesión mediante título expedido por una autoridad competente a su favor.
56
Los derechos subjetivos patrimoniales tienen contenido económico, esto es, son
susceptibles de valorarse en dinero. Estos se dividen a su vez en derechos reales y de
obligación o de crédito (personales).
Los primeros, es decir, los derechos reales, son facultades que tiene una o varias
personas sobre un bien que permite a éstas usar, disfrutar y disponer de ésta. Como
ejemplo tenemos el derecho de de propiedad que otorga al propietario un poder de
disposición sobre la cosa adquirida, pudiendo cederlo mediante donación, compraventa
o testamento.
Otro ejemplo más es el de servidumbre que permite al propietario de un fundo
dominante utilizar o aprovechar parte de un fundo ajeno al contiguo a el, como el
derecho de paso.
En cuanto a los derechos de crédito (personales) establecen una relación inmediata
entre dos personas. El derecho de crédito se define como la facultad que tiene una
persona con el carácter de acreedor para exigir a otra llamada deudor, el pago de una
prestación o realización de un hecho positivo o negativo (dar, hacer, no hacer). Un
ejemplo del derecho de crédito lo encontramos en un derecho de préstamo o en un
contrato de arrendamiento o contrato de trabajo.
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Fernando Flores Gómez
10. Derechos Subjetivos Públicos y Privados
Derechos Subjetivos Públicos. Son facultades que una persona con el
carácter de particular o gobernado ejerce directamente frente al Estado.
Los principales derechos subjetivos públicos están contenidos en la parte
dogmática de la Constitución Federal.
Derechos Subjetivos Privados. Son facultades que un particular ejercita
sobre otro particular. Como ya se ha mencionado los principales derechos
subjetivos privados que originan a través de un contrato, en donde los
contratantes ejercitan directamente y en forma reciproca derechos
subjetivos, pero también se imponen deberes, tal y como sucede en una
compraventa en que el vendedor y comprador poseen derechos subjetivos
y deberes recíprocos.
11. Derechos Subjetivos Originarios y Derivados
Derechos Subjetivos Originarios. Son facultades que nacen o provienen
directamente de la ley, independientemente de la voluntad de los
particulares. Por ejemplo: los derechos de los trabajadores, tales como el
salario mínimo y un día de descanso por cada 6 días laborados, provienen
directamente de de la Ley Federal del Trabajo y no pueden renunciarse
por los trabajadores a quienes se les otorga.
57
Derechos Subjetivos Derivados. Estas facultades nacen por voluntad de
los particulares. Por ejemplo: los derechos de un acreedor surgen por
virtud de un contrato de préstamo o de prestación de servicios y pueden
renunciarse por común acuerdo.
12. Derechos Subjetivos Absolutos y Relativos
Derechos Subjetivos Absolutos. Son facultades ejercitadas exclusivamente por su titular
sobre una colectividad. A modo de ejemplo citaremos el derecho de propiedad que
otorga a su titular una facultad exclusiva sobre un bien para disponer de el con
exclusión de todas las demás personas que no son propietarios de un bien
determinado.
Derechos Subjetivos Relativos. También conocidos como derechos de crédito y que
consisten en una facultad otorgada a un acreedor para exigir de otra, llamada deudor, el
cumplimiento de una determinada conducta (dar, hacer, no hacer).
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Moto Salazar
De acuerdo a Moto Salazar, el Derecho Subjetivo se divide en tres grandes grupos:
derechos subjetivos públicos, políticos y civiles, los civiles se dividen en personalísimos
y patrimoniales, y los patrimoniales a su vez en reales y de crédito.
10. Derechos Subjetivos Públicos. Se hacen valer frente al Estado y están
enunciados y garantizados en la parte dogmática de la Constitución Federal,
encontramos la libertad de expresión verbal y escrita en los artículos 6 y 7 de la
propia Constitución.
11. Derechos Subjetivos Políticos. Son los que tienen los individuos cuando actúan
en calidad de ciudadanos miembros de un Estado, por ejemplo México, los
ciudadanos poseen el derecho a votar, ser votado y tomar las armas, estos
derechos reciben también el nombre de prerrogativas porque son considerados
como derechos y obligaciones al mismo tiempo.
12. Derechos Subjetivos Civiles. Llamados de igual forma, derechos subjetivos
privados, que son las facultades que tienen los individuos en sus relaciones de
carácter privado. Por ejemplo, el arrendador y el arrendatario, mediante un
contrato de arrendamiento, poseen recíprocamente derechos subjetivos civiles o
privados. Estos derechos se dividen en personales o personalísimos o
patrimoniales.
Los derechos subjetivos personales, mejor conocidos como personalísimos se
relacionan directamente con la persona misma, son inherentes, es decir, no pueden
desprenderse de ellos y no son por lo tanto transmisibles. Así encontramos los
derechos de un padre sobre un hijo, llamado Patria Potestad o el derecho a ejercer una
profesión mediante título expedido por una autoridad competente a su favor.
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Los derechos subjetivos patrimoniales tienen contenido económico, esto es, son
susceptibles de valorarse en dinero. Estos se dividen a su vez en derechos reales y de
obligación o de crédito (personales).
Los primeros, es decir, los derechos reales, son facultades que tiene una o varias
personas sobre un bien que permite a éstas usar, disfrutar y disponer de ésta. Como
ejemplo tenemos el derecho de de propiedad que otorga al propietario un poder de
disposición sobre la cosa adquirida, pudiendo cederlo mediante donación, compraventa
o testamento.
Otro ejemplo más es el de servidumbre que permite al propietario de un fundo
dominante utilizar o aprovechar parte de un fundo ajeno al contiguo a el, como el
derecho de paso.
En cuanto a los derechos de crédito (personales) establecen una relación inmediata
entre dos personas. El derecho de crédito se define como la facultad que tiene una
persona con el carácter de acreedor para exigir a otra llamada deudor, el pago de una
prestación o realización de un hecho positivo o negativo (dar, hacer, no hacer). Un
ejemplo del derecho de crédito lo encontramos en un derecho de préstamo o en un
contrato de arrendamiento o contrato de trabajo.
Clasificación de los Derechos Subjetivos según Fernando Flores Gómez
13. Derechos Subjetivos Públicos y Privados
Derechos Subjetivos Públicos. Son facultades que una persona con el
carácter de particular o gobernado ejerce directamente frente al Estado.
Los principales derechos subjetivos públicos están contenidos en la parte
dogmática de la Constitución Federal.
Derechos Subjetivos Privados. Son facultades que un particular ejercita
sobre otro particular. Como ya se ha mencionado los principales derechos
subjetivos privados que originan a través de un contrato, en donde los
contratantes ejercitan directamente y en forma reciproca derechos
subjetivos, pero también se imponen deberes, tal y como sucede en una
compraventa en que el vendedor y comprador poseen derechos subjetivos
y deberes recíprocos.
14. Derechos Subjetivos Originarios y Derivados
Derechos Subjetivos Originarios. Son facultades que nacen o provienen
directamente de la ley, independientemente de la voluntad de los
particulares. Por ejemplo: los derechos de los trabajadores, tales como el
salario mínimo y un día de descanso por cada 6 días laborados, provienen
directamente de de la Ley Federal del Trabajo y no pueden renunciarse
por los trabajadores a quienes se les otorga.
59
Derechos Subjetivos Derivados. Estas facultades nacen por voluntad de
los particulares. Por ejemplo: los derechos de un acreedor surgen por
virtud de un contrato de préstamo o de prestación de servicios y pueden
renunciarse por común acuerdo.
15. Derechos Subjetivos Absolutos y Relativos
Derechos Subjetivos Absolutos. Son facultades ejercitadas exclusivamente por su titular
sobre una colectividad. A modo de ejemplo citaremos el derecho de propiedad que
otorga a su titular una facultad exclusiva sobre un bien para disponer de el con
exclusión de todas las demás personas que no son propietarios de un bien
determinado.
Derechos Subjetivos Relativos. También conocidos como derechos de crédito y que
consisten en una facultad otorgada a un acreedor para exigir de otra, llamada deudor, el
cumplimiento de una determinada conducta (dar, hacer, no hacer).
Los derechos subjetivos personales, mejor conocidos como personalísimos se
relacionan directamente con la persona misma, son inherentes, es decir, no pueden
desprenderse de ellos y no son por lo tanto transmisibles. Así encontramos los
derechos de un padre sobre un hijo, llamado Patria Potestad o el derecho a ejercer una
profesión mediante título expedido por una autoridad competente a su favor.
Los derechos subjetivos patrimoniales tienen contenido económico, esto es, son
susceptibles de valorarse en dinero. Estos se dividen a su vez en derechos reales y de
obligación o de crédito (personales).
Los primeros, es decir, los derechos reales, son facultades que tiene una o varias
personas sobre un bien que permite a éstas usar, disfrutar y disponer de ésta. Como
ejemplo tenemos el derecho de de propiedad que otorga al propietario un poder de
disposición sobre la cosa adquirida, pudiendo cederlo mediante donación, compraventa
o testamento.
Otro ejemplo más es el de servidumbre que permite al propietario de un fundo
dominante utilizar o aprovechar parte de un fundo ajeno al contiguo a el, como el
derecho de paso.
En cuanto a los derechos de crédito (personales) establecen una relación inmediata
entre dos personas. El derecho de crédito se define como la facultad que tiene una
persona con el carácter de acreedor para exigir a otra llamada deudor, el pago de una
prestación o realización de un hecho positivo o negativo (dar, hacer, no hacer). Un
ejemplo del derecho de crédito lo encontramos en un derecho de préstamo o en un
contrato de arrendamiento o contrato de trabajo.
60
CAPACIDAD JURIDICA Y COMPETENCIA
Capacidad jurídica
La Capacidad legal (o simplemente, capacidad) es, en el vocabulario jurídico, la
aptitud para ser titular de derechos y obligaciones; de ejercitar los primeros y contraer
los segundos en forma personal y comparecer a juicio por propio derecho.
Una clasificación de las capacidades propone la distinción de la capacidad política y la
civil. La primera pertenece al derecho público, y la segunda es de orden privado. Ambas
capacidades son absolutamente independientes entre sí.
Otra forma de clasificar la capacidad legal es:


De derecho: se refiere al goce de los derechos. En principio, todas las personas
son capaces de derecho.
De hecho: se refiere al ejercicio de los derechos. No todos las personas tiene
capacidad de hecho absolutas, como es el caso, en algunos países de los
menores impúberes, los dementes o las personas por nacer.
También pueden clasificarse en "capacidad de goce" y "capacidad de ejercicio"; la
primera constituye: 'la capacidad de ser titular de derechos y obligaciones'; en tanto que
la segunda se compone por 'la capacidad de ejercitar los derechos y, contraer
obligaciones en forma personal y comparecer a juicio por propio derecho.'
La capacidad va paralela a la personalidad, debe serse necesariamente persona para
tener capacidad; es por eso que algunos jurisconsultos han confundido los términos, sin
embargo son diferentes. Lo mismo aplica para la diferenciación entre capacidad de
'goce' y de 'ejercicio'; ya que de hecho, puede tenerse capacidad de goce mas no de
ejercicio, un ejemplo sería el nasciturus, quien, aunque aún no ha nacido, pero ya
puede ser titular de ciertos derechos; o yéndonos menos al extremos, podríamos hablar
de los infantes que son propietarios de un bien inmueble, y aunque tienen derechos
sobre la propiedad, no pueden ejercitar sus derechos vendiéndola o arrendándola.
La imposibilidad de ejercer o gozar de la capacidad legal se conoce como incapacidad'.
En la legislación mexicana, todos tenemos por el simple hecho de existir capacidad
Jurídica o de Goce. Esta capacidad la adquirimos al momento de nuestro nacimiento y
la perdemos al morir, sin embargo, el Código Civil Federal establece que desde el
momento en que el individuo es concebido se le tiene por nacido y esta bajo la
protección de las Leyes de dicho código.
Para obtener la capacidad de ejercicio debemos cumplir con algunos requisitos que la
ley señala. En el caso de México, se necesita tener 18 años cumplidos, es decir, ser
mayor de edad para ejercer la capacidad. Aunque existe la figura de la emancipación
61
donde un menor puede adquirir un grado de capacidad de ejercicio casi idéntica a la de
un adulto, excepto que no puede casarse sin consentimiento de su tutor legal.
Existen casos en que a pesar de cumplir la mayoría de edad, no se puede contar con
capacidad de ejercicio. Por ejemplo en los siguientes casos:
-Locura -Idiotez -Imbecilidad -Ser sordomudo y no saber leer ni escribir -En cuanto a las
sucesiones, puede estarse incapacitado para heredar si se cumplen ciertas
condiciones, como haber cometido un delito en perjuicio del titular de la herencia. O
bien, haber sido el médico o sacerdote personal del occiso.
En los casos anteriores se dice que quienes estén en ese supuesto son "incapaces" o
están en estado de Interdicción. Este tipo de incapacidad es natural y legal. Natural
porque su condición humana no les permite ejercer el derecho y legal porque el
derecho desde el punto de vista objetivo, reconoce dicha imposibilidad de ser capaces
en ejercicio.
Existen otros casos en que no se puede ejercer la capacidad:
-Ser ebrio consuetudinario -Hacer uso de drogas en forma consuetudinaria.
En el derecho romano, los esclavos no tenían personalidad, eran reducidos a bienes
propiedad de un dueño y al ser bienes su status en la sociedad era de cosas, no de
personas.
CONCEPTO DE PERSONA JURIDICA
DEFINICION.- Se da el nombre de sujeto, o persona, a todo ente capaz de tener
facultades y deberes.
Las personas jurídicas se dividen en dos grupos: físicas y morales. El primer término
corresponde al sujeto jurídico individual, es decir, al hombre, en cuanto tiene
obligaciones y derechos; se otorga el segundo a las asociaciones dotadas de
personalidad (un sindicato o una sociedad mercantil, por ejemplo.) Como ambas
designaciones son ambiguas, preferimos decir persona jurídica individual y persona
jurídica colectiva.
La palabra Persona posee múltiples acepciones, siendo las más importantes la jurídica
y la moral.
62
Hay que distinguir diversas cuestiones que pueden suscitarse
acerca de la
personalidad jurídica, para indicar después en que forma pueden ser resueltas, La
primera interrogante es la que se refiere a la esencia de las personas jurídicas. Es
decir. En que forma puedan definirse. Como la noción de persona es uno de los
conceptos jurídicos fundamentales, su definición incumbe a la Filosofía Jurídica, el
problema al que aludimos, queda, pues, resumido en la interrogación siguiente ¿Qué
son los sujetos de derechos?
Debemos plantearnos también, quienes son considerados como sujetos en un
determinado ordenamiento positivo, por ejemplo ¿a qué entes reconocen personalidad
jurídica en el derecho alemán o el mexicano? Este problema no se confunde con el
anterior ya que no estriba con determinar la esencia de la personalidad sino en inquirir a
qué individuos o asociaciones considera la ley como sujetos de derecho. El interrogante
no ofrece, en realidad, dificultad ninguna, porque las leyes de los diversos estados
claramente indican cuales son los entes dotados de personalidad. Basta pues con abrir
los textos legales para encontrar lo que se busca por ejemplo el Código Civil del
Distrito Federal, nos dice por ejemplo, en su artículo 22 que la capacidad jurídica de las
personas físicas se adquiere por el nacimiento y se pierde por la muerte y el 25 declara
que son personas morales: “I.- La Nación, los Estados y los Municipios; II.- Las demás
corporaciones de carácter público reconocidos por la Ley; III.- Las sociedades civiles y
mercantiles; IV.- Los sindicatos, las asociaciones profesionales y las demás a las que
se refiere la fracción XVI del artículo 123 de la Constitución Federal; V.- Las sociedades
cooperativas y mutualistas, VI.- Las asociaciones distintas de las enumeradas que se
propongan fines políticos, científicos, artísticos, de recreo o cualquier otro fin lícito,
siempre que no fueren desconocidas por la Ley”.
No obstante las investigaciones gloso lógicas hechas hasta ahora, la palabra es
bastante oscura y la más probable es la derivación que de ella hace Aula Helio de
personare. Cierto que entre los latinos el sentido originario de persona fue el de
máscara, Larva Histronalis, que era una careta que cubría la faz del actor cuando
recitaba en escena con el fin de hacer su voz vibrante y sonora; y poco después la
palabra pasó a significar el mismo autor enmascarado, el personaje; así, en el
frontispicio de las comedias de Plauto y Terencio se lee la lista de las Personas.
También en el lenguaje teatral se usaban las expresiones personam gerere agüere,
sustinere, en el sentido de sostener en el drama de las partes de alguno. Ahora bien,
este lenguaje escénico se introdujo bien pronto en la vida. Y como del autor que en el
drama representaba la parte de alguno, también en la vida representaba alguna
función, se decía : gerit personam (principis, consulis, etc) Persona quiere decir aquí:
posición, función, cualidad …”
Referido al hombre el vocablo posee, una significación moral y otra jurídica. Desde el
punto de vista ético, persona es el sujeto dotado de voluntad y razón; es decir, un ser
capaz de proponerse fines libremente y encontrar medios para realizarlos.
Desde los tiempos remotos de la filosofía griega hasta nuestros días las principales
doctrinas acerca de la personalidad ética han sido elaboradas; pero conviene distinguir
relativamente a la palabra persona, de sus acepciones moral y jurídica, haremos
63
alusión a la tesis del profesor alemán Nicolai Hartmann sobre la primera de esas
acepciones. Persona es, según el citado filósofo, el sujeto cuya conducta es susceptible
de realizar valores morales. Como ser sensible al valor, puede percibir la voz del deber,
o sea las exigencias normativas que derivan del mundo ideal. Pero está capacitado
además, para lograr que esas exigencias trasciendan de la esfera de la idealidad al
sector de la conducta, convirtiéndose en factores determinantes de su comportamiento.
El sujeto humano aparece de este modo como intermediario entre dos distintas
regiones de lo existente, la idea de los valores éticos y el mundo de las realidades. Si
es capaz de intuir y realizar aquéllos, tal capacidad se explica por su participación en
ambas regiones. Esto quiere decir que no es mera criatura ontónica, sujeta
indefectiblemente a la legalidad de la naturaleza, sino un ser que puede imprimir un
sentido a su actividad o lo que es igual, proceder axiológicamente.
64
CONCLUSIONES
65
BIBLIOGRAFIA
ÁLVAREZ Ledezma, Mario I. Introducción al derecho, 1ª ed., México, McGraw-Hill, 1995
ATIENZA, Manuel. Introducción al derecho, 1ª ed., México, Fontamara, 1998
BOBBIO, Norberto. Teoría general del derecho, 2ª ed., Madrid, Themis, 1999
GARCÍA Máynez, Eduardo. Introducción al estudio del derecho, 1ª ed., México, McGraw-Hill,
1999
MORINEAU, Óscar. El estudio del derecho, México, Porrúa, 1997
NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho, 2ª ed., Barcelona, Astrea, 2001
---------- Algunos modelos metodológicos de ciencia jurídica, 1ª ed., México, Fontamara, 1993
RECASÉNS Siches, Luis. Introducción al estudio del derecho, 13ª ed., México, Porrúa, 2000
TAMAYO y Salmorán, Rolando. Elementos para una teoría general del derecho, 2ª ed.,
México, Themis, 1998
VILLORO Toranzo, Miguel. Teoría general del derecho, 3ª ed., México, Porrúa, 2001
66
CUESTIONARIO
1.-Conforme a Rojina Villegas el derecho que es el derecho?
2.-Cual es la función del derecho?
3.- Significado de la palabra derecho
4.-El problema de la definición del derecho
5.-¿qué son las normas?
6.-Como se define a la ley?
7.-Que es el Iusnaturalismo?
8.-Que es el derecho positivo?
9.-Que es el derecho positivo para el positivismo?
10.- Explica el término de norma?
11.- concepto de norma juridica
12.-Las características de la norma jurídica
13.-Que son las Normas jurídicas?
14.-Que sancionan las normas jurídicas?
15.-Que son las Normas morales?
16.-Mencione las características de las normas morales.
17.- Menciona la analogía y distinción entre las normas
18.- Cual es la validez de la norma jurídica?
19.- Cuál es la eficacia de la norma jurídica?
20.- Cuál es el ámbito espacial de la norma jurídica?
21.- Cual es el ámbito temporal de la norma jurídica?
22.- Ambito personal de la norma
23.- Ámbito Material De La Norma.
24.-Según ANTONIO HERNÁNDEZ cuales son las funciones del lenguaje jurídico?
25.-Cuáles son las clases del el lenguaje jurídico?
26.- Cual es la diferencia entre el lenguaje de las normas y el de los juristas?
27.-Que es el ordenamiento jurídico?
28.-Como es el ordenamiento juridico como sistema
29.-Cuales son los límites del ordenamiento jurídico y en que consisten?
30.-Caracteristicas De Los Órdenes Jurídicos
31.- Cual es la validez Formal del derecho?
32.-Concepto General de la validez del derecho
33.- De que depende a vinculación entre la validez y la eficacia del Derecho?
34.-La plenitud del ordenamiento jurídico en que consiste?
35.- Cuales son las Lagunas de Derecho?
36.- Que son las fuentes del derecho?
37.-Concepto De Sanción
38.-A que pertenece la norma?
39.- Según Kelsen cuando tiene validez?
40.-Cuales son las condiciones que permiten distinguir un sistema jurídico de otro?
41.-Concepto de Acto Jurídico?
42.- Que se entiende por objeto directo?
43.-En los actos jurídicos gratuitos sólo una de las partes obtiene beneficios y su
contraparte?
67
44.-En los actos jurídicos aleatorios, las obligaciones y derechos dependen de?
45.-Cuando son actos unilaterales y pluilterales?
46.-Elementos Existenciales del Acto Jurídico?
47.- Explica el concepto de responsabilidad
48.- Que es la responsabilidad jurídica?
49.-A quien puede atribuirse la responsabilidad jurídica?
50.-Cual es la responsabilidad jurídica indirecta?
51.- Cual es la responsabilidad jurídica directa?,
52.-Concepto de deber jurídico?
53.- Conceptos de derecho subjetivo?
54.-Que son los Derechos Subjetivos Públicos.
55.-Que son los Derechos Subjetivos Privados.
56.-Que son los Derechos Subjetivos Derivados?
57.-Cuales son los derechos Subjetivos Absolutos y Relativos?
58.- que es la capacidad jurídica?
59.-Cuando no se puede ejercer la capacidad?
68
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