CALCULOS de MOA

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CALCULOS M.O.A:
MOA es exactamente, por traducción literal un Minuto de Ángulo (Minute Of Angle), o
sea, la sesentava parte de un grado sexagesimal.
Esta medida angular, siendo fija nos da así mismo una medida longitudinal igualmente fija,
según la distancia, esta es de 3 cm. a 100 m. (realmente es de 2.8 cm.), 6 cm. a 200 m., 9
cm. a 300 m., etc.
Esta medida fija nos permite calcular las correcciones que debemos introducir en nuestro
visor.
Un MOA, como ya hemos dicho equivale a 2.8 cm. (para nosotros 3 cm.) a 100 m., si
nuestro visor viniese en yardas y pulgadas, este mismo MOA equivaldría a 1 pulg. (2.54
cm.) a 100 yd. (91.5 cm.).
Así mismo, un MOA equivale a 0.3°° de nuestras milésimas artilleras, o lo que es lo mismo
1°° equivale a 3.45 MOA´s.
Calculo de M.O.A.´s.
Sabemos lo que se nos caído, elevado o derivado nuestro impacto, pero como calculamos
los clics que debemos introducir en nuestro visor. Para ello utilizaremos la fórmula
siguiente:
Error en mm. / Valor de un MOA a esa distancia en mm. = N° de MOA´s a introducir
Primero debemos saber en cuantos clic está dividido nuestro MOA, que para cada visor
puede ser distinto, normalmente de dos, tres o incluso cuatro clic.
Nuestro visor de ejemplo estará dividido cada MOA en dos clic. Por lo cual los valores
longitudinales reseñados anteriormente deben dividirse entre dos:
• Un clic a 100 m. equivale a 1.5 cm., a 200 m. son 3 cm., etc.
Ejemplo:
• Nuestro disparo a 300 m. se ha ido 22.5 cm. a la derecha.
• Según la formula: 225 mm. / 90 mm. = 2,5 MOA´s a introducir. (o sea 5 clic)
A título de ejemplo voy a analizar la trayectoria de ajuste a cero a 500 m.
El tirador centra la cruz filar del visor en un blanco situado a 500 m. y corrige el tiro. Si le
surge un objetivo a 700 m., introducirá en el visor la corrección necesaria en altura para
compensar la caída del proyectil, que de 500 a 700 metros es de 270 centímetros.
Esta compensación la realizará normalmente con las muescas (clic) del mando de
corrección vertical, para lo que conocerá las características del visor y la corrección angular
que corresponde a cada muesca del alza telescópica.
Si cada muesca supone 1/2 de un MOA, que supone 1.5 cm a 100 m para compensar la
caída.
Para corregir los 270 cm de caída, el tirador meterá 26 clic, pues cada uno supone una
corrección de 10.5 cm.
El tirador debe llevar un Diario donde anote todos los cambios, sensaciones, avances,
retrocesos, etc. La primera página del Diario del Tirador, debe ser el Plan de
Adiestramiento, la segunda contendrá la Lista de Chequeo, el resto contemplará una serie
de tablas de tiro (a ser posible confeccionadas por nosotros, como ya hemos visto), y por
último las tarjetas de tiro, conjunto de tarjetas para la recopilación, comparación y ayuda
para el disparo.
El Diario del Tirador permite realizar experimentos parciales y si tiene éxito, incorporarlos
a nuestra mecánica técnica y, en caso, contrario, volver a lo que hacíamos antes de iniciar el
experimento.
Una de las funciones más importantes del Diario es la de acentuar la identificación del
tirador con el adiestramiento. Al escribir y valorar cada una de sus acciones ve con claridad
como cada sesión de adiestramiento o cada competición contribuye como objetivos
parciales, al éxito del programa general.
El tirador ha de preguntarse con que contribuye cada sesión al progreso y plantearse las
sucesivas sesiones con un objetivo y finalidad concretos.
El tirador tomará nota, nada más finalizar la sesión de adiestramiento o la competición, para
plasmar en caliente las sensaciones e ideas que hayan surgido. El Diario se debe llevar en
una libreta organizada y cronológicamente estructurada. De nada sirve hacer anotaciones
sueltas en hojas de papel. Los avances y mejoras de un tirador, en sus puntuaciones, son
consecuencia de pequeños progresos en detalles específicos de cada sesión. Los planes para
ellas nos los proporcionan avancen en puntos específicos, y estos pequeños avances
parciales configuran el éxito final.
El Diario es más importante a medida que el nivel del tirador aumenta y, en resumen, nos
mostrará como hemos avanzado posición a posición y detalle a detalle.
Listas de chequeo.
Cuando hablamos de la utilización de psicofármacos, mencionamos la palabra ritual
definiéndola como aquella cadena de respuestas que si no se relacionan en un momento
determinado nos generará ansiedad, aplicándolo a que no debemos convertir ninguna
acción (en ese caso la ingestión de cualquier sustancia) en algo de lo que dependamos.
Ahora bien, existen ciertos hábitos que es preciso desarrollar hasta tal extremo que estén
siempre presentes durante los pasos previos de la ejecución de una tarea. Un ejemplo de
este tipo de hábitos sería la revisión que debe de realizar un paracaidista antes de subir al
avión y antes de realizar el salto.
Del mismo modo existen chequeos que es imprescindible realizar en relación con nuestro
equipo de tirador y con el momento previo a la ejecución de un disparo.
Esta cadena de revisiones debe ser interiorizada y repasada durante las sesiones de
entrenamiento, incorporándolas durante nuestras sesiones de práctica imaginada y
visualización.
Los siguientes puntos desarrollan listas de chequeo a modo de ejemplo de este tipo de
“rituales beneficiosos” que deberían interiorizar todos los tiradores. Son listas
perfectamente válidas, aunque después de las sesiones de instrucción de tiro cada tirador
debe confeccionar su propia lista de chequeo.
La lista de chequeo debe figurar en nuestra libreta de tirador, y repasarla siempre antes de
los ejercicios, hasta que transforme en un hábito que podamos repasar mentalmente en unos
pocos instantes.
Un sistema para memorizar bien estas listas puede consistir en diseñarlas mediante un
orden significativo. Es decir, disponer los elementos de la lista de chequeo con arreglo a un
criterio que facilite su memorización, bien alfabéticamente, bien agrupando los elementos
de la lista por grupos de acciones, bien ordenándolos de forma que las letras iniciales de las
tareas formen una palabra o una frase fácil de recordar, o bien recitándola como una poesía,
oración o canción, es decir, elaborando una regla mnemotécnica.
Lista de chequeo pre-disparo.
• Realizo los últimos ajustes de posición con los ojos cerrados.
• Respiración pausada / profunda.
• Pienso positivamente en mi actuación.
• Parpadeo.
• Brazos, hombros y cuello relajados.
• Observo indicadores de viento.
• Cantonera apoyada en el hombro.
• El dedo índice se apoya con confianza en el disparador (presión inicial).
• La parada mejora... sigo presionando.
• Disparo (seguimiento).
• Última imagen (seguimiento).
• He sentido como absorbía el retroceso y recuperaba mi posición inicial (seguimiento).
• He notado si el disparo se ha realizado con exceso de presión del índice (seguimiento).
• Cargo el fusil.
• Pienso en el resultado.
• Compruebo el resultado.
• Hago anotaciones.
Lista de chequeo para revisión de equipo en posición de tiro .
• ¿Munición del mismo número y lote?
• ¿Munición limpia y utilizable?
• ¿Ánima limpia?
• ¿Algo toca el cañón?
• ¿Alza correctamente anclada?
• ¿Lentes limpias y claras?
• ¿Algo obstruye la vista?
• ¿Tengo un apoyo adecuado?
• ¿Está el bípode con un apoyo estable?
• ¿Está el alza inclinada en está posición?
• ¿Están enfocadas / claras las lentes del alza?
• ¿Está correctamente corregida la caída del proyectil?
• ¿Distancia estimada correctamente?
• ¿Compensada?
• ¿Se ha estimado el viento correctamente?
• ¿Compensada?
• ¿Se han apuntado todos los datos en la libreta?
• ¿El hombro está libre de molestias?
• ¿Posición adecuadamente cómoda?
• ¿Atento y alerta?
Lista de chequeo para la realización de cada disparo.
La siguiente lista (o una similar) debería ser chequeada para cada disparo realizado en
prácticas. Por medio de la repetición, las acciones indicadas en la lista deberían convertirse
en hábitos, que seremos capaces de aplicar aun en situaciones de estrés, y por lo tanto
conseguiremos un buen disparo a pesar de las presiones de la situación.
De nuevo hay que recalcar que las listas aquí reseñadas son a modo de ejemplo, y que cada
uno debe confeccionar las suyas propias.
Algunos de los puntos están formulados como preguntas de control y otros como autoinstrucciones imperativas.
• ¿Posición correcta?
• ¿Alza ajustada a la distancia?
• ¿Culata bien apoyada?
• ¿Arma encarada?
• ¿Empuñamiento correcto?
• ¿Mano relajada?
• ¡Respira!
• ¿Imagen nítida?
• ¿Miras alineadas?
• ¡Localiza el primer tiempo!
• ¡Respira!
• ¡Fuego!
• ¿Se mantiene alineada el alza?
• ¡Estimación del impacto!
• ¡Reflexión sobre este disparo!
Lista de chequeo semi-poética para la realización de cada disparo.
• Congelado en la inmovilidad,
sin parpadear,
sin alterar la distancia que me separa de la lente,
el ojo que hay detrás del alza
debe ser una pieza más del visor.
• La pupila inmóvil,
sin dilatarse ni contraerse.
El ojo está tan afianzado en su posición
como el alza sobre el fusil,
y, ante nosotros,
bailotean los blancos-objetivos.
• Inspiro,
vacío lentamente la mitad de mis pulmones,
llevo el disparador hacia atrás,
muy despacio,
estoy separando bien el dedo del pistolete.
• El fusil rebota contra el hombro.
Lo sigo.
La suela es igual para las dos versiones , y está compuesta por 5 elementos , fácilmente
diferenciados, que podéis ver perfectamente en las fotografías.
Las tarjetas de tirador son fundamentales en toda Libreta de Tiro. Existen una gran cantidad
de ellas, aquí nos ceñiremos a tres grupos:
• Tarjetas de tiro.
• Tarjetas de misión.
• Tarjetas de Instrucción.
Unas y otras, aun siendo para casos distintos pueden mezclarse en la Libreta del Tirador.
Así mismo, también podemos tener una Libreta de Tirador en Misión, y otra de Instrucción.
En una y en otra habrá tarjetas iguales, y otras según exclusivas de una libreta específica.
Dividiremos, por motivos de orden las tarjetas en los dos grupos, tarjetas de tiro y de
misión, y tarjetas de instrucción, pero cada tirador debe juzgar cual tarjeta, como, de que
manera y en que orden las llevará en su libreta, así como en que libreta irá cada una.
Todas las tarjetas llevan una serie de casillas para rellenar con los datos del tirador y del
arma, las rellenaremos para control propio y del mando.
Respecto al resto de las casillas, las veremos una a una, con las características específicas.
Tarjetas de tiro y misión.
Estas tarjetas nos facilitan la corrección y predicción, así como el ajuste previo de nuestra
óptica. Debemos tener en cuenta que no solo nos servirán a nosotros, nuestro observador, e
incluso otro equipo de francotiradores (dependiendo de la misión), podrán hacer uso de los
datos y observaciones anotadas en esas tarjetas.
Podemos utilizarlas tanto en misión como en Instrucción, siendo importante el dominarlas
en ambos campos. Nos encontraremos con las siguientes tarjetas (entre otras):
• Tarjeta de observaciones.
• Tarjeta de distancias.
• Tarjeta de croquis del sector de tiro.
• Tarjeta de croquis de sector asignado.
• Tarjeta de datos de tiro, blanco estático.
• Tarjeta de datos de tiro, blanco en movimiento perpendicular.
• Tarjeta de datos de tiro, blanco en movimiento oblicuo.
• Tarjeta de datos de tiro, blanco en movimiento longitudinal.
Tarjeta de observaciones.
En esta tarjeta llevaremos un control de las observaciones realizadas durante la misión. En
cinco columnas apuntaremos:
• Número de orden de la observación.
• Hora.
• Cuadricula (del croquis) o coordenadas (del plano).
• Hechos observados.
• Acción realizada y/o comentarios personales.
Tarjeta de distancias.
Esta es, junto con la Tarjeta de Datos de Tiro, la que no puede faltar en nuestra Libreta de
Tirador.
En ella dibujaremos un croquis a escala reseñando todos los puntos de referencia que
consideremos importantes.
En las filas inmediatas a los semicírculos de referencia consignaremos distancia, elevación
de tiro y deriva. De tal manera que, si surge un blanco en cualquier punto podamos
introducir la corrección rápidamente, o incluso disparar sin corregir el alza, por tener los
datos de caída y deriva del proyectil a ese punto anotados.
Las columnas inferiores son para anotar la temperatura máxima y mínima, así como el
viento durante la misión. También apuntaremos rumbo (desde nuestra posición de tiro),
distancia y descripción de tres puntos característicos del sector, que tomaremos para
referencia rápida de distancias.
Tarjeta de croquis del sector de tiro.
Un croquis normal y corriente en el que anotaremos todos los datos necesarios (rumbo,
coordenadas, nombre, clima, etc), así como toda observación que consideremos importante.
Tarjeta de croquis de sector asignado.
Es tarjeta es simplemente una cuadrícula que nos facilitará el dibujar un croquis si no
tenemos muchas dotes artísticas.
Tarjeta de datos de tiro.
Esta es la otra tarjeta que no puede faltar en nuestra Libreta de Tirador. Importantísima si
queremos tener una referencia de tiro.
Esta tarjeta nos permitirá aprender, estudiar, evaluar, y en definitiva reseñar y analizar
todos los disparos que realicemos, tanto en misión como en prácticas.
En ella anotaremos todo lo que puede afectar al disparo. Con unas cuantas tarjetas rellenas
podemos comenzar a tomar referencias claras para el tiro. Anotaremos, aparte de los datos
fijos de arma, alza y tirador:
• Munición (fabricante, tipo, lote, etc.).
• Visión (nítida, difusa, etc.), luz (clase y dirección).
• Temperatura y hora.
• Viento (velocidad y dirección).
• Por cada disparo:
• Elevación.
• Deriva.
• Punto de impacto.
• Tipo de blanco.
• Comentarios personales.
• Elevación general (utilizada y corrección)
• Deriva general (utilizada y corrección).
Para las Tarjetas de blancos en movimiento (cualquiera que sea), se añadirá, evidentemente,
los datos relativos a la velocidad del blanco.
Tarjetas de Instrucción.
Estas tarjetas, aunque importantes, no tienen por que estar en nuestra libreta de tiro, ya que
tienen un fin eminentemente evaluativo, tanto para nosotros mismos como para nuestros
tiradores.
Aquí la lista realmente puede ser infinita. A modo de ejemplo podemos nombrar:
• Tarjeta de evaluación individual.
• Tarjeta de calificación de tiro.
• Tarjeta de estimación de distancias.
• Tarjeta de detección de blancos.
Poco hay que añadir sobre estas tarjetas, salvo que si nos auto-evaluamos, debemos tener
cuidado para no caer en una exigencia exagerada, ni por supuesto en la permisibilidad
excesiva. Uno u otro caso provocarán una falsa creencia en la capacidad propia.
Tarjetas de Evaluación Individual.
Esta tarjeta nos permitirá seguir un criterio de evaluación de la instrucción individual del
francotirador como tal.
Tarjeta de calificación de tiro.
Aquí lo principal es la similitud del ejercicio con la realidad. El disparar con precisión y
rapidez sobre blancos a distintas distancias, dispondremos de dos oportunidades, que
evidentemente nos puntuarán menos. Debemos anotar el tipo de luz y visibilidad de que
disponemos.
Tarjeta de estimación de distancias.
Cualidad importantísima para el tirador, se puntuará ese cálculo según la visión con el ojo
desnudo, binoculares y visor. Al igual que en el anterior punto, la luz y la visibilidad
durante el ejercicio son importantes.
Tarjeta de detección de blancos.
Un francotirador es alguien que lo ve todo. Todo lo que se sale de lo normal, lo que está
donde no debiera, como no debiera, en resumen lo que no debe estar debemos detectarlo.
Aquí, en esta tarjeta, se evalúa este punto. No basta con decir lo que es, hay que decirlo
todo, tamaño, forma, color, estado, objeto, cuadrícula del croquis.
Ejemplo:
• Tamaño mediano, forma rectangular con un leve arco, color negro con trazos ocre
(óxido), estado deteriorado y sucio, es un cargador de 7.62 mm. de CETME mod. C, en la
cuadrícula B-2.
No basta con decir: “es un cargador”.
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