Liturgia y espiritualidad hispano-mozárabes

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HISTORIA DE LA LITURGIA Y ESPIRITUALIDAD
HISPANO−MOZÁRABE
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS TEOLÓGICOS
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SAN IDELFONSO
ARCHIDIÓCESIS DE TOLEDO
CURSO 2002−2003
INTRODUCCIÓN
¿Por qué unir espiritualidad e liturgia? En primer lugar decir que la historia de la liturgia abarca desde el siglo
I a nuestros a días, y al estudiar sólo la liturgia corremos el riesgo de incidir sólo en lo estructural de la
liturgia; en lo institucional de la liturgia. Nosotros estudiamos la historia de la liturgia y nos interesa la historia
tanto en cuanto hace relación con la iglesia; la liturgia incide en la vida cristiana de un pueblo concreto que el
el mozárabe. El carácter propio de la liturgia incidirá en el culto, cultura, etc que influirá a su vez en la
espiritualidad del pueblo.
Liturgia! cultura! vida! espiritualidad.
Nos encontramos con una dificultad: No hay muchos estudios hechos; existen historias de la liturgia, o
historias de la liturgia hispano−mozárabe o aspectos históricos de la espiritualidad, pero hay escasos escasos
estudios que unan ambos aspectos
Bibliografía:
• Jiménez Duque, La espiritualidad romana−visigoda y mozárabe. Fundación universitaria española.
1977.
A.− Época romana:
◊ Origen
◊ Martirio
◊ Monacato
◊ Priscilianismo: Ascetismo rigorista
◊ Legislación canónica: Contra priscilianos y cánones litúrgicos.
◊ Escritores de la época.
◊ Visión de conjunto.
B.− Época visigoda:
◊ Arrianismo: atractivo por la simplicidad de su planteamientos acorde con el carácter
visigodo. San Leandro lo combatirá demostrando la superioridad del cristianismo.
◊ Liturgia hispana
◊ Vida y santidad del clero: Problemática y formación.
◊ Monacato
◊ Escritores
◊ Visión de conjunto
◊ Epílogo:
1.− Monasterios propios
2.− El problema judío: Es probable la presencia numerosa de judíos en España. Esto motivaría el viaje de San
Pablo a la Península Hispana, según su modo de evangelizar primero a lo judíos en sus sinagogas.
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Los judíos y arrianos mantienen buenas relaciones: Los judíos constituyen la intelectualidad al servicio del
poder: los reyes visigodos solían ser rudos, con poca cultura y desconocedores del derecho. Además existen
gran afinidad teológica entre unos y otros.
Tras la conversión visigoda el 589 el episcopado católico ocupa el puesto de los judíos. El modo de ayudar a
los reyes es a través de los Concilios: en ellos se tratan temas civiles y religiosos tanto la nobleza como el
clero (esto dará origen a las cortes medievales).
¿Cómo quedaba el judaísmo? Peligro de que los cristianos católicos vuelvan al arrianismo por la influencia
doctrinal judía. Nace así cierta persecución a los judíos que consiste en limitar su influencia (Cfr. San
Ildefonso en su De Perpetua Virginitate contra tres judíos)
Hay familias poco católicas que flirtearán con los judíos. Estos pactarán con los musulmanes por la afinidad
religiosa en el 711. ¿Por qué los musulmanes logran tan pronto someter la península? Porque muchas familias
de poco convencimiento católico se convierten al islamismo (esto dará origen a los Reinos de Taifas). Los
judíos se alían con los musulmanes para volver a tener el prestigio de antaño. Queda estructurada la población
de España así:
♦ Invasores musulmanes
♦ Judíos aliados
♦ Conversos católicos al islam
♦ Minoría mozárabe
C.− Época visigoda: ¿Qué relación se da con los musulmanes? Hay dos momentos:
⋅ Primero: Elipando: Promueve un diálogo teológico con los musulmanes.
Utiliza textos de los Santos Padres anteriores a la crisis arriana destacando los
puntos coincidentes con los musulmanes pero con un cierto matiz
adopcionista. Por este intento se le considera hereje, así Beato de Liébana.
Detrás de la acusación a Elipando existen motivos oscuros de deseos de la
sede toledana. Se romperá así la unidad católica.
⋅ Segundo: San Eulogio: Nota que el diálogo es imposible y se lanza a
evangelizar a los musulmanes. Se observa cierto paralelismo con los
primeros cristianos y la evangelización del Imperio Romano. Esta
evangelización se intenta en todas las capas sociales, también los nobles y
sobre todo las mujeres que responden más generosamente y de las cuales se
produce una mayor cantidad de mártires. Estos mártires entusiasmarán a
Europa y producirá un gran deseo de sus reliquias y la composición de Misas.
• Nuevo diccionario de liturgia. Ed Paulinas.
♦ B. Neunheuser, Historia de la liturgia
♦ Bohajar, Liturgia hispana
♦ Pinell, Liturgias locales antiguas: origen y desarrollo.
• Ferrer Grenesche, Curso de liturgia hispano−mozárabe
• Colomina, J, La fe de nuestros padres.
I.− LA ÉPOCA DE ESPLENDOR ROMANA
A.− DE LA ERA DE LOS MÁRTIRES AL CONCILIO DE ELVIRA
¿Cómo nace nuestra liturgia Hispana?
El territorio de Hispania, era un territorio muy romanizado (s. I), tanto militarmente como socialmente.
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Abundan las minas, los puertos y las conexiones con las islas británicas. Por lo que para asegurar estas rutas
de comercio era necesario un ejercito. Por esta razón con el paso de los años se crearon ciudades para el
disfrute de los mandos del ejercito una vez jubilados, ya que no todos volvían a Roma, así el emperador los
dotaba de tierras fértiles. De este modo se gratificaba su servicio al Imperio y se aseguraba la presencia
romana en Hispania. Ciudades para los jubilados son Mérida, León, Astorga, Braga, Tarragona, Costa
Mediterránea, etc.
Esta presencia militar abundante en la península, hace que Hispania se romanice con bastante celeridad, más
unas zonas que otras, pero muy romanizada en general, esta romanización hace que Hispania sea conocida e
integrada en el mundo Romano.
La población no romana era una serie de tribus muy variadas, pero con un grado de romanización medio. Esta
población estaba muy fragmentada y tenia una religiosidad ancestral, tradicional, sobre todo en el interior de
la península: Carpetania y Bética. Eran más primitivos, con unos cultos pre−romanos y paganos propio de los
pueblos Íberos La zona más romanizada era la costa mediterránea, sobre todo el norte, con Tarraco, y tenia
una cultura mas abierta.
¿Cómo entra el cristianismo en Hispania?
Sobre cómo se produce la evangelización en Hispania no tenemos muchos datos, sabemos que ésta es
dificultosa y lenta. La razón es que el cristianismo se encuentra con la religiosidad romana ya muy influida
por la cultura oriental y con la religiosidad de los pueblos pre−romanos. Estos pueblos de Hispania tenía muy
enraizada su religión primitiva, eran rudos, y además, veían a los judíos y a los cristianos como extranjeros.
Posible doble origen.
1.− El cristianismo llega a Hispania por vía terrestre, siguiendo la vía sur de Francia, la tarraconense que se
unía con la Narvonense, hasta Tarraco; y por vía marítima: Roma − Baleares − Barcelona hasta Tarraco.
El cristianismo Balear surge por la conversión en masa de los judíos. Su origen sería Norte Africano, aunque
la base sería Roma.
Esta vía marítima entraba por el Ebro hasta llegar a los puertos de los picos de Europa y de allí por la vía
romana hasta Astorga, León y la zona de las médulas, dónde estaban las minas de plata, Orense y Galicia. De
aquí por la vía de la Plata llegaban hasta Sevilla. Podemos decir que la vía del Ebro es la zona geográfica por
donde se introduce el cristianismo en la península.
2.− La otra teoría de cómo se introduce el cristianismo en la península es la tradición de los varones
apostólicos, es esta una tradición africana, sería por la vía Marítima Africana. Contamos con bastantes puertos
en el sur−este de la península, costa malagueña y granadina, con mucho comercio y una romanización muy
alta en la provincia bética.
Los Varones Apostólicos son discípulos de los apóstoles. Evangelizan la zona egipcia, con centro en
Alejandría y de aquí saltan a la península ibérica.
En el Concilio de Elvira (c.300) firman los obispos que en su mayoría pertenecen a sedes del sur. El
cristianismo en esta zona ya está muy organizado en pequeñas sedes, entre las que destaca Hispalis.
¿Cómo penetran en el centro?
Una vez llegados los misioneros a los puertos penetraron en el interior de la península por las calzadas
romanas: siguen las rutas comerciales: de Este a oeste, pasando por Granada, de sureste a noroeste, pasando
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por Toledo, existe una vía que comunicaba Cartagena con su provincia, la Cartaginense, dentro de la cual
estaba Toledo que extiende su influencia a Alcalá de Henares, y desde aquí se extiende una doble vía: hacia
las Galias y hacia Tarragona. Otra vía importante es la que comunica Mérida con Zaragoza y Tarragona y que
pasaba por Toledo.
No era Toledo una gran ciudad, pero tenía su guarnición de soldados y era capital de un Conventus, una
especie de provincia nuestra actual, por ser cruce de caminos y por su rica y fértil vega del Tajo encontramos
grandes fincas romanas como Carranque, Melque, Pueblanueva o en la vegas de Talavera, por dónde seguía la
vía Romana dirección Mérida. Esta presencia de fincas, hacía que Toledo tuviese una cierta importancia. Así
se observa en la infraestructura: Toledo consta de un acueducto, aljibes romanos en la zona superior de la
ciudad, comunicación hidráulica de los aljibes con el Alcázar, circo Romano. Obras que nos hacen pensar en
la importancia de la Ciudad.
Todo esto nos habla de una romanización grande en Toledo.
Como sabemos el cristianismo llega por las rutas comerciales y Toledo está en una situación de cruce de rutas
como ya hemos dicho, por lo que es bastante probable que el cristianismo llegase a Toledo relativamente
pronto. Sabemos que a principios del Siglo IV hay ya en hispania una organización estructurada de la Iglesia:
• Tenemos el testimonio de Sta. Leocadia, virgen, perteneciente al orden de vírgenes, en Toledo; Sta.
Eulalia de Mérida y Sta. Eulalia de Barcelona, también del organizado orden de vírgenes.
• Las diócesis están bastante estructuradas: existe el orden episcopal, con un episcopado monárquico;
no hay régimen parroquial, el clero es el consejo del obispo; claramente aparece el presbiterado, los
diáconos, los lectores, los acólitos, la organización estaba bastante bien definida y estructurada.
• Hay una iniciación cristiana organizada según nos refiere Hipólito de Roma en su Traditio Apostólica.
• En cuanto a la celebración de la Eucaristía, seguiría el modelo de Hipólito, con algunos elementos
propios hispanos que poco a poco se van desarrollado.
• En cuanto al sacramento del orden, es muy incipiente, existe la imposición de manos y alguna oración
propia pero no conservada.
• El matrimonio sería según las tradiciones locales, pero empezaba a celebrarse ante el obispo, de esta
manera comienzan a nacer las bendiciones matrimoniales; las arras o dones son elementos
característicos de los enlaces, sería un elemento precristiano, pero cristianizado.
• En el sacramento de la penitencia existía un orden de penitentes con una penitencia severa: estamos
en un contexto priscilianista, cánones conciliares, etc. Todo ello contribuye a la controversia entre
Cartago y Roma sobre la penitencia pública y la crisis de los lapsi. La postura de Cipriano más
tolerante con respecto a los lapsi, influyó en la península suavizándose la tendencia rigorista.
• Sobre la Unción de enfermos, según Hipólito, hay una tradición piadosa de ungir a los enfermos,
extrasacramentalmente, y luego existía el sacramento de la Unción como leemos en la carta de
Santiago.
• El elemento más notable de esta época es la unidad sacramental y litúrgica tanto en oriente como en
occidente, pero estamos al comienzo de diversificación de corrientes litúrgicas propias.
• Otro rasgo significativo en España es el culto a los mártires, que en la península se desarrolló
tempranamente, pues tenemos mártires de desde épocas muy tempranas: Fructuoso, obispo, y sus
diáconos Augurio y Eulogio, mártires en Tarragona que conmovieron a la España cristiana y cuyas
actas martiriales tienen la autenticidad de un testigo presencial . Tenemos a San Felix de África y a
San Cucufate (Cugat), de estos mártires no tenemos actas. Este desarrollo del culto a los mártires hace
que la espiritualidad sea muy martirial. De estos martires y de su culto surge la costumbre del canto
de Beneditiones de los Tres Jóvenes como paradigma de los mártires en la hoguera de Tarragona.
• En lo que se refiere al año litúrgico: No existe año litúrgico propiamente dicho. Había, eso sí, la
celebración dominical, y aparte de esta la celebración de la Pascua Anual celebrada el domingo, el
domingo de los domingos, en esto hispania siguió la tradición Romana de celebrar la Pascua móvil.
• Es posible que alrededor del Siglo IV se empiece a celebrar la Navidad. Especial importancia
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adquiere la Epifanía como elemento genuino de la liturgia hispana. Adquirió el rasgo de un segundo
momento bautismal junto a la Pascua. Se une a la Epifanía la importancia que posteriormente tendrá
el Baustimos del Señor. Con la celebración en ella del bautismo del Señor hace que nazca en Hispania
en el siglo IV el Adviento, como preparación de seis semanas al Bautismo del Señor a imagen de la
preparación cuaresmal al bautismo de Pascua. No existe la doble división del adviento romano −las
dos venidas de Cristo− sino que tiene un marcado carácter bautismal. Así se compensa el incipiente
catecumenado como preparación al bautismo. Como curiosidad destacar que comienza a proclamarse
el Evangelio de la entrada en Jerusalem en adviento como preludio de la entrada del Verbo en
Navidad. No obstante este periodo no posee una estructura catecumenal tan preparada como en la
Cuaresma.
Problemática de este momento en que apuntan las originalidades litúrgicas: ¿La Liturgia Hispana es
Antioquena o Alejandrina?. Podemos decir que tiene tanto de una como de otra:
Muchos ven las oraciones de la liturgia hispana, con sus oraciones variables, con la plegaria Eucarística
variable como una imagen del Canon Romano con los lógicos elementos hispanos, y, por tanto, bajo una
influencia Alejandrina, pero esto es muy discutible.
Las relaciones de la Iglesia Hispana están con el Norte de África (Cartago) y con Roma; por esto podemos
decir que el origen de nuestra liturgia es fundamentalmente Antioqueno−Romano: donde aparece una
estructura lineal de la Historia de la Salvación a la que se añadirán elementos accidentales alejandrinos pero
conservando como fundamental lo antioqueno.
¿En qué se nota esto?
1.− La estructura interna de la Plegaria es mas Antioquena que Alejandrina, y esto se nota de manera clara en
la epíclesis post consecratoria; en Antioquia esta epíclesis va detrás de la consagración por razones lineales e
históricas, ya que después de la institución de la Eucaristía viene al efusión del Espíritu Santo. En la Escuela
Alejandrina esta epíclesis está antes y después: antes sobre el pan y el vino que van a ser consagrados, y
después sobre los que van a participar del banquete Eucarístico.
La epíclesis de origen Antioqueno son fuertemente consecratorias.
Dominica XI De Cotidiano
Aequum satis et iustum est,
omnipotens Pater,
ut ubi plebs tua déferat laudem,
quam únici Filii tui redemisti ex sánguine.
Ut enim opus tuum
usquequaque non teneretur captivum,
eundem unicum tuum dedisti vicarium;
ut cruces perpessus iniuriam,
pérditum hóminem repararet ad vitam.
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Propter quod eum angélicae potestates non cessant laudare,
ita dicentes: Sanctus
Post Sanctus:
Vere sanctus, vere benedictus Dóminus noster
Iesus Christus Filius tuus;
qui solus est vita mortalium
et inmortálitas redemptorum.
Ipse Dóminus ac Redemptor aeternus.
Post Pridie:
Sanctificetur, quaésemus, Dómine,
haec oblata in honorem tui nóminis víctima;
ut libantes ex ea hereditatem capiamus aeternam.
Como vemos no se nombra al Espíritu Santo, que es lo normal en al liturgia hispana. Lo normal es el esquema
narrativo, y sólo alguna vez encontramos excepciones de doble epíclesis:
Illatio:
Dignum et iustum est,
omnípotens Pater, nos tibi gratias agüere
per Iesum Christum Filium tuum,
Dóminum nostrum, verum aeternumque pontíficem
et solum sine peccati macula sacerdotem.
Cuius sanguine omnium corda mundante,
placationis tibi hostiam,
non solum pro delictis pópuli,
sed etiam pro nostris offensionibus inmolamus;
ut omne peccatum, quod carnis fragilitate contráhitur,
summo interpellante pro nobis antístite absolvatur.
Cui mérito omnes ángeli non cessant clamare, ita dicentes: Sanctus....
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Post Sanctus:
Vere sanctus, vere benedictus Dóminus noster
Iesus Christus Filius tuus,ç
in cuius nominee etiam tibi, Dómine,
haec sacra libámina libamus,
orantes ut quod offérimus
libens suscipias,
et spiritus tui sancti infussione benedicas,
Deus, Dóminus ac Redemptor aeternus.
Post Pridie:
Bénedic, Dómine, huic hostiae
in honorem tui nóminis tibi oblate,
et sumentium ex sanctífica mentem
et purifica voluntatem.
Como se ve esta plegaria comienza dando gracias al Padre por Cristo, y dentro de la vida de Cristo su misterio
Pascual. La alusión al Espíirut santo antes de la consagración (et spiritus tui sancti infussione benedicas) no
es de tradición Antioquena, sino mas bien Alejandrina, saliéndose así del esquema ordinario de las plegarias
Hispanas.
En resumen:
◊ Epíclesis post−consecratoria
◊ Talante narrativo
◊ Excepciones alejandrinas:
Esto nos habla de que los compositores no se consideran atados. Al contrario tenían gran libertad a la hora de
componer los textos, aunque se ve una tradición de seguir la escuela Antioquena.
Como curiosidad nos encontramos que en las fiestas de los santos, en la plegaria Eucarística se narra su vida;
y esto es así porque la vida del santo es reflejo de la vida de Cristo, y así nuestros autores igual que narran en
la plegaria la Historia de la Salvación, narran la vida del Santo, que con su vida actualiza el Misterio de
Cristo: la Historia de la Salvación de Cristo se proyecta y actualiza en el misterio de la vida del Santo.
2.− Hay otro elemento importante en este momento de despegue de la liturgia hispana: El tema de la
confrontación con los cultos paganos.
Tenemos en la Primitiva historia de la Iglesia momentos de persecución seguidos con momentos de paz, hasta
que llegó la Paz de Constantino, a mediados del Siglo IV, es entonces cuando hay un enfrentamiento con los
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paganos por la superioridad del cristianismo frente a los cultos paganos; ahora las tornas se han cambiado y el
Cristianismo quiere eliminar el culto pagano, non matándolo, pero sí con una crítica paulatina, con los
escritos, eliminación de los privilegios que tenían. Es en este periodo cuando se produce una cierta oposición
al culto pagano reflejado en las Plegarias como medio de catequización
Dominica II De cotidiano
Illatio:
Dignum et iustum est, vere equum et salutare est nos semper pietati tuae gratias agüere, omnipotens Deus, et
omnium sollemnitatum in tuo nomine mysteria celebrare, et offerre tibi hoc sacrificium, quod nulla possunt
digne praeconia collaudare: ad offerendum pópulo fácile, delectábile ad sumendum. Nos hic balatus ovium,
non mugitus bovum, non volatilium vox sub ictu mortis dolorem incurrit; non horror est sanguinis, nosn
fastidii crúditas; sed tam mirábilis atque stupenda est hostia, ut incruenta sit, cum viva sumatur;...
Esta confrontación de observa también en otras realidades: jóvenes provenientes de familias de religiones
paganas que con la consiguiente oposición; sacerdotes paganas que se convierten...
Aún en la época de la pax romana, la Iglesia tiene una tarea complicada de cristianizar la sociedad y de refutar
esto cultos con la palabra escrita. Se ve la necesidad de una cierta apología en contra del culto pagano presente
en la eucología de la liturgia.. Aquí está probablemente la base de loas originalidades litúrgicas propias de
cada rito. Es en el fondo un diálogo de inculturación del cristianismo que da lugar a que en el siglo V
aparezcan las distintas familias litúrgicas. Y así se comprende la diversificación del siglo siguiente.
¿Qué rasgos tiene la liturgia Hispana que emerge en este contexto?
1.− Por una parte un cierto conservadurismo, es decir, estos católicos perseguidos que han valorado el
martirio, ahora tienen paz, pero tienen que cristianizar la sociedad, ya que esta sociedad influye en la Iglesia
por la avalancha de conversos, nuevos cristianos. Y esta evangelización lo hacen por medio de la liturgia. Y es
cuando nuestras Iglesias hacen una opción por no perder los orígenes e intenta mantener en su liturgia
elementos muy antiguos, originarios siempre y expresión de las tradiciones antiguas.
• Las lecturas en la Eucaristía: , se quiere leer con más abundancia la palabra de Dios, así hay tres
lecturas diarias; cuatro , en los tiempos penitenciales donde se leen los sapienciales; cuatro en los días
solemnes y cuatro en las fiestas de los mártires en que se lee la passio del mártir.
• Otro rasgo de este conservadurismo es el mantener una estructura celebrativa antiquísima para las
ferias, domingos y tiempos penitenciales: se comienza la Misa en silencio y se inicia enseguida la
lectura de la Palabra de Dios.
• Otro elemento que encontramos es la fuerte tonalidad mistagógica: en todo la Iglesia del s. IV se
produce la multiplicación y consolidación de elementos característicos de la Iniciación Cristiana. Por
la afluencia masiva de conversiones y para evitar la falsedad en las mismas se endurece la disciplina
de la Iglesia con respecto a la Iniciación Cristiana, que ya era dura, para no caer en el descrédito ni en
la apostasía (S. III). En este momento (mediados del siglo IV a principios del V) se consolida una
estructura muy firme sobre la Iniciación Cristiana: recepción, selección y escrutinio. Y como
consecuencia de todo esto, pasan a la liturgia muchos elementos de esta estructura catecumenal:
♦ 1º.− La colocación del Rito de la Paz, como garantía de la autenticidad de la ofrenda y la
oración. Siguiendo a Tertuliano que llama al rito de la Paz: signaculum orationis.
♦ 2º.− El modo de recitar el Padrenuestro, que está inspirado, según San Ildefonso en De
recognitione baptismi, en la entrega del Padrenuestro que se hace a los catecúmenos.
♦ 3º.− El modo de partir la sagrada forma, partirla en siete partes, y luego en nueve, colocando
las partes según los misterios de Cristo, nos hacen ver que todo el misterio de Cristo está
encerrado y celebrado en la Eucaristía. La Eucaristía es la plenitud de los mostrios de Crsito.
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B− EL SIGLO V, UN PUENTE.
El 1 de octubre de 366 sube a la cátedra de Pedro, Dámaso, al que el Liber Pontificalis llama nationis
hispanus. Este papa, realza el culto a los mártires; y como era un papa culto escribió varias obras en prosa y en
verso. Entre ellas tiene gran importancia las inscripciones (epígrafes) métricas compuestas para las tumbas de
los mártires, llamadas Tituli, y colocadas en los lugares dónde hay mártires en los distintos cementerios.
El género literario de los epígrafes sirve como fuente de inspiración en la eucología Romana, y que tiene su
origen en los salmos. Es en este momento cuando comienza a producirse el paso de la lengua griega a la latina
en la liturgia. Es Dámaso quien con motivo del viaje que hizo a Roma S. Jerónimo acompañando a S.
Epifanio y a Paulino de Antioquia, retuvo consigo al primero y se sirvió de él como secretario para los
negocios orientales. Le dio además el encargo de revisar los libros sagrados y de traducir la Biblia al Latín (La
Vulgata) para uso litúrgico. Este momento es muy importante, ya que S. Dámaso tiene que combatir el resto
del arrianismo en occidente y en oriente, y es obra suya el que se restableciera la pura fe Nicena. Afianzo este
papa el primado universal de la Iglesia Romana.
Muere S. Dámaso el 11 de Diciembre de 384.
El Siglo V está marcado en la Península por ser el siglo de la máxima Romanización, la península ofrece a
Roma papas, San Dámaso, emperadores, Trajano y Adriano, literatos, Grácil, Séneca, Quintiliano, Marcial, y
gran multitud de pensadores de una gran calidad: Cayo Vetio Aquilino Juvenco, y al gran Aurelio Prudencio
Clemente.
Es el periodo de la consolidación cristiana, y el momento de la consolidación de un rito hispano, que pone en
marcha los concilios de Zaragoza (380) y Iº de Toledo (397−400). Escritores que abren este camino son Osio,
Gregorio de Elvira, Potamio de Lisboa, Paciano de Barcelona e Idacio de Chaves.
Comienza a tener rasgos propios nuestra liturgia, aunque fundamentalmente se mantiene ligada a sus orígenes,
posiblemente romanos y africanos.
EL RITO.−
Normalmente es una forma particular de celebrar el culto cristiano, pero es mucho más que esta simple
definición.
El rito es la asimilación por parte de un grupo humano genuino de la fe cristiana, haciendo una síntesis
peculiar de fe y vida y que se manifiesta genuinamente en todas las facetas de la existencia humana
¿En qué se manifiesta el nacimiento de un rito?
♦ La creación de un rito nos refleja que de fondo hay una escuela catequético−teológica, que
expresa, y enseña la fe de manera propia, forma escuela.
♦ El rito se manifiesta también en la disciplina eclesiástica: modo de organizar los distintos
aspectos de la vida que queda cristalizado en cánones. ¿Dónde está esta disciplina? No en un
código sino en los concilios y sus actas: teología propia, su codificación disciplinar propia...
Hay unas sedes que adquieren una gran importancia en sí y por sus concilios: así el correr de
la Historia hace que Bizancio tenga una importancia relevante, y Cartago, junto con Roma, y
podemos añadir que Toledo con sus concilios que van desde el Siglo V al VIII también tendrá
gran importancia y esto permitirá en desarrollo de un rito propio.
♦ La Liturgia es una manera peculiar y concreta de celebrar el misterio cristiano, son formas de
expresión muy ricas que intentan trasmitirnos el misterio.
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La liturgia hispana de esta época
Tradicionalmente se habla de dos sedes o tradiciones que confluyen en el nacimiento del rito hispano: Gracias
a la Arqueología podemos distinguir dos grandes series de lugares de culto dentro de la Península, con dos
grandes Sedes episcopales de fondo: Tarragona (Tarraco) y Sevilla (Hispalis). Aunque no podemos establecer
dependencias directas de Roma o África, hay muchos indicios sobre este tema, la zona de la Bética se deja
influenciar por el Norte de África y la Tarraconense, más por Roma, que a su vez está influenciada bastante
por la escuela Alejandrina.
1.− Serie romana:
Las Basílicas se construyen en los cementerios porque es ahí donde están los restos de los mártires y porque
los cristianos quieren ser enterrados junto a ellos.
En la construcción de las Basílicas del norte peninsular encontramos por regla general un amplio baptisterio.
En el altar mayor tenemos el pozo de las reliquias, justamente debajo del altar, que es propio de la tradición
romana.
2.− Serie africana:
En la serie de Basílicas del sur, encontramos la peculiaridad del doble ábside, que es una construcción típico
de la provincia romana de la Mauritania.
El porqué del doble ábside tiene una razón de ser muy peculiar en la península, uno está el altar, y en el
segundo ábside a los pies de la Iglesia es el lugar del mártir, donde estaba enterrado o no algún mártir. En
muchas iglesia este ábside contrapuesto es lugar de enterramiento.
Podemos decir que el culto a los mártires es algo característico de nuestra Iglesia.
Un elemento curioso es el pozo de las reliquias. En las Basílicas de tradición romana se colocaba debajo del
altar, en las de tradición africana en el ábside contrapuesto al altar. Esto contribuyó a la búsqueda de reliquias
para depositar en estos pozos. Merece que destaquemos el pozo de la Basílica de Recópolis con una
profundidad de cinco metros. En las iglesias con pocas posibilidades se utilizaba la pilastra del altar en cuya
basa se colocaban las reliquias.
En el antifonario visigótico−mozárabe de la catedral de León se nos narra la descripción de la dedicación de
una Iglesia. En España en esta época, como ocurre también en Bizancio, el rito de la consagración o
dedicación se celebra consagrando el altar y el rito principal era la celebración de la Eucaristía, que ese día
tenía algo especial.
1.− El oficio divino, vísperas y laudes, se celebraba en la Iglesia más vecina.
2.− Terminado el oficio matutino, y en procesión hacia la nueva Iglesia, se llevaban las reliquias de los
mártires que habían estado expuestas para la veneración de la misma por los fieles, y portado por los diáconos
la piedra de la mesa del altar.
3.− Cuando se llegaba, el obispo echaba crisma en el pozo de las reliquias o en la basa, depositaba las
reliquias del mártir, se incesaba la tumba y se colocaba la piedra de altar, que era asperjada, ungida e
incensada.
4.− Acto seguido se vestía el altar con manteles preciosos que es como vestir a Cristo con traje de fiesta, y
mientras tanto se cantaban antífonas inspiradas en al AT sobre la construcción y restauración del Templo.
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5.− Acto seguido comenzaba la Eucaristía con el canto del Gloria.
La teología que subyace en la dedicación de una Iglesia no es otra que la de destacar que de manera especial
Dios escucha las oraciones de su pueblo en este lugar sagrado, que el altar como lugar del sacrificio es el
escabel de los pies de Dios y que el modelo de la Iglesia es el del Apocalipsis al quedar el templo construido a
imagen de la Iglesia celeste.
La consagración de la basílica lleva consigo la celebración de un culto que consiste fundamentalmente en la
celebración de la Eucaristía y la oración del oficio.
Víctor Saxer recoge el testimonio documental, epigráfico, testimonial de la realidad del cristianismo en el
norte de África. Luis Bouyer afirma que la situación del coro de las Iglesias góticas es influencia de la liturgia
hispana. Algunos afirman que es influencia de la liturgia hispana de África. Farnés lo niega y afirma:
1.− Africano: Altar
Sede
Coro
2.− Hispano Coro
Altar
Mesa supletoria, pero no altar
¿Cómo era el culto de la liturgia hispana? Testimonio de EGERIA.−
Probablemente Egeria es una virgen consagrada a Dios, de una familia acomodada, de origen
hispano−romana; su viaje a Tierra Santa tuvo lugar entorno al 480−488 y es cuando escribió todo lo referente
a su viaje; un siglo mas tarde este escrito es conocido en todo el occidente, a causa de la multitud de copias
que tuvo, ya que satisfacía mucho la curiosidad de los creyentes.
Es de origen galaico y de tradición tarraconense por lo que la tradición litúrgica que vivió en Hispania era de
influencia Romana y de Roma influencia del Oriente Medio. Esta misma es la ruta que siguió Egeria para
llegar a Tierra Santa buscando los orígenes de Santiago y del Señor.
En sus escritos nos ofrece ejemplos múltiples de cómo se celebraba la liturgia en Jerusalén, y en Belén. Esta
Jerusalén reconstruida es centro de peregrinaciones, no sólo de Egeria, sino que personajes como S. Jerónimo
con sus discípulos, santa Paula, también son atraídos por ella. Ellos crean una relación oriente−occidente de
peregrinación ascética: nos e trata de una ruta geográfica sino espiritual: conocer Jerusalén y Belén es conocer
mejor las Escrituras (San Jerónimo).
¿Qué lugares se visitaban? La Jerusalén de esta época es cristiana, religiosa, cuya vida giraba en torno a unos
edificios concretos:
• La Basílica del Martyrion: lugar del Calvario señalado y descubierto por Santa Elena y sobre la que se
construyó la Basílica sobre la tumba de Adán, el ábside está a la altura de la roca del Calvario y las
naves ocupan el terreno hasta la tumba de Adán. En el exterior superando la anchura de las naves
laterales, se levantaba una gran cruz de madera delante de la cual había una gran explanada, en este
sitio se tributaba un especial culto a la cruz.
• Detrás de esta basílica está la basílica de la Anástasis sobre la tumba de Cristo, Basílica circular con
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cópula en cuyo centro se encuentra la memoria del lugar donde estuvo enterrado Cristo, allí ardía una
luz perpetua.
En los escrito de Egeria se nos narra el culto diario y la Semana Santa:
1.− Culto Diario.
• En la basílica de la Anástasis, antes de salir el sol, se reunían las vírgenes y los monjes, los presbíteros
y los fieles que querían participar, incluidos niños que educaban los monjes, y se cantaban los salmos
matutinarios, que se intercalaban con oraciones sálmicas.
• Poco antes del amanecer llega el obispo baja a la tumba reza una oración y cuando sale de la tumba
los niños lanzan sus voces angelicales cantando Kyries y Aleluyas, y el obispo bendice a todos,, y de
allí pasan ala Basílica del Martyrion.
2.− La Semana Santa.
Encontramos varias costumbres decisivas a la hora de celebrar el Triduo Pascual en todo el Occidente. Aquí
movidos por la presencia de los lugares, la Iglesia de Jerusalén tiene una actividad más amplia en la Semana
Santa.
• La tarde del Domingo anterior al Triduo Pascual, la Iglesia se concentra en el monte de la Ascensión,
lugar del Monte de los Olivos, donde se proclama el Evangelio y después en procesión com palmas se
entra en Jerusalén cantando hosanna, es la entrada triunfal.
• El Jueves por al tarde se reúnen en otro lugar significativo de la ciudad, el Cenáculo y allí se celebra
la cena del Señor: una Eucaristía. Es universal el hecho de que a partir de este relato de la monja
Egeria, se comienza a celebrar una Eucaristía el Jueves Santo por la tarde, a la que se unirá por
influencia del Evangelio de San Juan, más leído en Roma, el lavatorio de los pies.
• El viernes Santo celebra Jerusalén la memoria de la cruz de Cristo, no hay misa pero hay adoración de
la cruz, del martirio; los diáconos sacan un trozo del Lignum Crucis y se coloca en una mesa, y los
fieles que han terminado el oficio matutino pasan a besar la Cruz.
• Vigilia Pascual: Es igual que en otros sitios, sin grande diferencia.
• Domingo de Resurrección: este domingo por la tarde se acude al cenáculo para hacer memoria de las
apariciones del Resucitado.
¿Cómo se celebra en Hispania estos mismos acontecimientos?
• En cuanto al Oficio Divino los datos que tenemos en la península son idénticos a los de cómo se
celebraba en Jerusalén; este oficio comienza con las Vísperas y se une con el oficio matutino, lo que
llamaríamos ahora oficio de lecturas y laúdes, esta praxis es semejante a la de Jerusalén. Los
Domingos y solemnidades eran más largas, comenzando a la media noche o tras las vísperas, lo
cotidiano era madrugando.
• Es de constatar, cómo en el oficio Hispano hay combinación de salmos con responsorios y oraciones,
que forman una pieza que se llamará Missae psalmorum, este oficio consta de tres misas, pero puede
llegar a 18 en solemnidades como Santa María o aquí en Toledo Sta. Leocadia.
• A la liturgia de Semana Santa, el Domingo de Ramos llega a la península con una procesión que se
integra en la liturgia del día, ahora bien lo típico de la liturgia hispana en este domingo de ramos es la
redditio symboli y recitación del credo por parte de los catecúmenos.
En esta liturgia de los siglos IV−V poco a poco se inicia un proceso de inculturación propia, animados por la
literatura, la teología y los concilios propios. Y se llegó hasta la fijación de estructuras, es decir cómo se va a
celebrar, el modo de organizar los ritos de los sacramentos, el oficio divino y el catecumenado, y esto con
algunas oraciones fundamentales. Tenemos la sospecha de la posibilidad de realizar en este periodo la
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redacción de algunos textos. Es esto un trabajo por hacer hoy en día, ya que habría que hacer un estudio del
texto, estratificarlo, para ver cuales capas pertenecen a este periodo.
Los concilios de este periodo en Hispania son: Elvira 300−306; Zaragoza:380 y I Toledo: 397−400. Una vez
producida la invasión bárbara no hay otro concilio hasta el de Tarragona en 516, Gerona en 517 y II Toledo en
527.
II.− EL TRAUMA DE LAS INVASIONES BÁRBARAS Y LA RECONSTRUCCIÓN
A.− EL FRENAZO DE LAS INVASIONES ARRIANAS
Cronología de la invasiones bárbaras:
• Los visigodos un pueblo germánico que se establece en nuestra península hacia el año 415, y que
habrían de dominarla por completo asentando las bases de la perdurable nacionalidad española,
provienen del gran tronco germánico oriental godo, que procedentes de Escandinavia añoran tierras
fértiles y climas más benévolos, por lo que se introducen en el continente , y tras varias luchas contra
el imperio, se establecen cerca del Danubio, cooperando con los distintos emperadores desde que
Constantino venciera a los visigodos que intentaban echar de sus tierras a los sármatas, en esta lucha
muere el Rey Visigodo Vidigoia firmándose una paz con Roma que durará 35 años y donde no faltará
la colaboración creándose así el Estado tervingo.
• Hacia el 376 los visigodos pasan el Danubio y se establecen en el imperio, en los Balcanes, no sin
antes tener varias luchas en las que llega a morir incluso el emperador Valente. Elegido Teodosio
emperador, llega a un acuerdo con los visigodos que pasan a ser pueblo federado y se establecen en la
Baja Mesia. Ahí están hasta que Teodosio los llama para que le ayuden en la guerra contra Eugenio
que quería usurpar el trono a Teodosio.
• Muerto Teodosio, Estilicón intenta que de nuevo los visigodos vuelvan a la Baja Mesia, pero ya es
tarde, Alarico es proclamado Dux. o rey y con los godos que ya han pasado el Danubio y se dirigen
contra el imperio romano. En primer lugar hacia oriente, el ejercito de oriente está en estos momentos
en Italia, hasta Constantinopla, como le sale al frente Estilicón y este no puede hacer frente por falta
de ejército, deja a Alarico libre en Iliria. Tras algunas disensiones con el emperador Honorio, muerto
Estilicón por mandato de Honorio, Alarico con su pueblo intentan llegar a África, pero no lo
consiguen y muerto Alarico lo sucede Ataúlfo que llegará a las Galias enfrentándose en el camino con
Honorio al que por la paz le dará como rehén a su hermana Plácida.
• Ya tenemos a los Visigodos con Ataúlfo a la cabeza en las Galias, tras algunas desavenencias con el
emperador Honorio y tras el fracaso de apoderarse de Marsella, establecen su residencia en Narbona y
luego Tolosa. Burdeos cayó también en su poder, aunque no por conquista sino entregándose
pacíficamente, estamos en el año 413.
• Es aquí, en Burdeos, donde Ataúlfo se casa con Plácida, entrando así el Reino visigodo en una época
de colaboración con el Emperador Honorio. Pero no duró mucho, Constancio, general del emperador
Honorio y que quiso casarse con Plácida, le corta a los Visigodos las fuentes de abastecimiento y así
en el 415 los visigodos abandonan Narbona, su capital y se introducen en la Tarraconense, ocuparon
Barcelona, donde nacería el Hijo de Ataúlfo y de Plácida, Teodosio, aunque no duraría mucho.
• Morirá Ataúlfo poco después y tras algunas guerras por la sucesión es Walia quien le sucede, y que
será el fundador del Estado romano−visigodo.
Cronología de la invasión bárbara de Hispania.
• Sobre el año 409 los bárbaros Comienzan a sembrar la guerra y la desolación en la Península. Los
suevos fundan su reino en Galicia; pronto, en el 419, los vándalos los atacan y, más tarde, sin poder
someter a los suevos, los vándalos bajan hacia Andalucía. En el 421 los romanos tratan de expulsarlos
de la Bética, pero no lo logran y las crueldades de este pueblo se multiplican, saqueando Sevilla en el
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428, incluida la basílica de san Vicente. En el 429 los vándalos deciden pasar al norte de Áfríca.
• Sigue un período en que Galicia es sueva, pero el resto de la Península es romana, bajo la autoridad de
Valentiniano III. Los suevos fueron extendiéndose hacia el sur (actual Portugal) y esta presencia pone
el germen de una liturgia diversa, la protobracarense, que se separa del antiguo tronco hispano con
diversidad, pero con fluidos intercambios. En el 438 se produce una gran expansión sueva que invade
la Bética. En el 441 sólo la Tarraconense era romana. Con la caída del imperio romano de Occidente
(472−476) los visigodos invaden la Península y en el 484 parece que controlan hasta la zona de
Mérida.
• Estas guerras e invasiones justifican la crisis del siglo y en la Península. La situación más grave que
sufrió la Bética y la mayor estabilidad de la Tarraconense se atestigua en las fechas de los
monumentos estudiados en el apartado anterior.
• Si en el siglo y el principal problema es el de las guerras, a finales de este siglo, con la irrupción de
los visigodos y su asentamiento (desde los inicios del siglo VI como reino español, tras la caída del
reino de Tolosa (± 507), el problema será el arrianismo, sobre todo cuando con Atanagildo (554−567)
y Leovigildo (568−586) se crea un reino visigodo de Toledo. Los concilios de Tarragona (516),
Gerona (517), II de Toledo (527), Barcelona (540), Lérida (546), Valencia (546) parecen ser intentos
de adaptación a esta difícil situación religiosa de una Península en la que los arrianos creaban un reino
propio.
• Esta entrada de los visigodos y la creación de un reino visigodo arriano con capital en Toledo marca
un auténtico frenazo en el desarrollo del rito hispano. La zona de la Bética y la Lusitania ya
experimentaron estos males con la expansión sueva en el siglo y, pero, ahora, en el siglo vi, serán
también la Tarraconense y la Cartaginense las que experimenten este mismo parón, que se refleja
también en la ausencia de monumentos de este período.
¿Por qué son arrianos?
Los visigodos como hemos visto han mantenido una relación curiosa con los bizantino−romanos. Estos
influyen cultural y religiosamente en los visigodos. Les evangelizan en la fe arriana que les resulta fácil de
entender y aceptar: Dios unitario, un profeta casi dios, retribución y preceptos religiosos formales o externos.
Los templos encontrados son de época católica (S.VI) no visigodo−arrianas, porque seguramente el
arrianismo no caló en España: los visigodos traen su clero y liturgia que queda relegada a su ámbito. Esto
demuestra que no construyeron templos o fueron muy efímeros. En conclusión: grupo minoritario, jerarquía
militar y culto aislado a sus zonas de influencia militar.
¿Se dan persecuciones de los católicos?
El gran aliado de los visigodos fue el judaísmo, son el brazo derecho culto del gobierno militar visigodo.
Vivían en las zonas costeras de la península. Su influencia en los visigodos será financiera y cultural. Tienen
una gran afinidad religiosa.
Al principio sólo se da persecución económica, no de sangre, pero cuando los cristianos católicos intentan
convertir a los visigodos, se desencadenas periodos de violencia. Y es que la política de la Iglesia es lanzarse a
convertir a los visigodos arrianos.
Del 488 al 589 hay un crecimiento del pueblo visigótico en alianza con los judíos. La Iglesia trata de
evangelizar pero es frenada por aquellos influidos por los judíos.
En cuanto a la forma de gobierno del Estado Visigodo vemos que su monarquía era electiva, lo que les llevó a
innumerables guerras con motivo de la sucesión en más de un episodio. La Iglesia tratará de ganarse a los
electores para mayor libertad. Se da así cierta mezcla de religión y política. Un claro caso de intento por parte
de la Iglesia de aprovechar esta debilidad de la monarquía lo tenemos en Hermenegildo que una vez
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convertido al catolicismo, se enfrenta a su padre para arrebatarle el trono. Pero fracasa y es detenido y llevado
a Tarragona, dónde es asesinado. Su mujer, con su hijo huye a la colonia bizantina de Cartagena, y de allí
pasan a la corte imperial, aunque en el camino Ingunda muere.
Una de las consecuencias de haber perdido la guerra contra Leovigildo, es la expulsión de numerosos obispos
de España, entre ellos nos encontramos con la expulsión de San Leandro, que se refugia en Constantinopla,
dónde conocerá a Gregorio Magno, nuncio del papa en Constantinopla.
No obstante, este duro período arriano no es estéril. Los hispano−romanos e hispano−cristianos en general no
se mezclan con los altivos clanes arrianos de los visigodos. En este momento vuelven sus miradas a Bizancio.
En el año 551 las tropas de Justiniano conquistan Cartagena y un territorio hasta Cádiz y Córdoba.
Resulta difícil medir el influjo bizantino en los hispanorromanos católicos, pero al menos hay que reconocer
la atracción que ejercería sobre sus espíritus una liturgia ya consolidada y grandiosa como la bizantina. Estos
bizantinos permanecieron en la Península hasta el 625, enfriándose mucho las relaciones con ellos desde que
en el 589 la monarquía visigoda se convierte al catolicismo
¿Hay influjo en nuestra litúrgia de los bizantinos?
1.− Profesor Sancho: Influjo nulo de los bizantinos en nuestra liturgia. Aunque podemos afirmar que durante
el siglo de permanencia de los bizantinos en la península estos influyeron en nuestra liturgia, la verdad es que
no hubo mucho influjo, ya que no hubo tiempo.
2.− Profesor Ferrer: Ahora bien, influencia sí que hay, sobre todo en el desarrollo de la música y de la
ceremonia litúrgica, dónde los bizantinos habían llegado a un alto grado de perfección. La prueba de esta
influencia la tenemos en el periodo auge del Rito Hispano (589), en el que se desarrolla mucho la música y las
ceremonias.
La corte visigoda intente emular en todo a la corte bizantina, por esta razón se comienza con el culto a la
autoridad, a las ceremonias de la corte etc.
En cuanto a la Liturgia vemos el siguiente cuadro de influencia para la Liturgia Hispana:
Los bizantino usan dos plegarias:
◊ La de San Juan Crisóstomo: Más moderna.
◊ La de San Basilio: Más antigua
⋅ Sería la que conocieron los obispos hispanos exiliados en Constantinopla
⋅ Y la que llevaron los colonizadores a la península
⋅ Típicamente antioquena
B.− CONVERSIÓN Y EXPANSIÓN
A nuestra venerable liturgia se la ha denominado en ocasiones visigótica e isidoriana. Esto se debe al impulso
decisivo que recibe tras la conversión de los arrianos al catolicismo.
Podemos suponer que autores como Justo de Urgel (t tras 550) o sus hermanos Justiniano de Valencia, Elpidio
de Huesca y Nebxidío de Tarrasa, o Apringio de Beja (1 tras 560) o san Juan de Biclaro (f tras 590), o
Eutropio de Valencia (t tras 590), o san Leandro de Sevilla (f 600), o san Fulgencio de Écija (t 610) aportarían
mucho de su saber y su prudencia pastoral para empujar el viejo rito a su plenitud de desarrollo; pero la
definitiva fisonomía y la gran obra de codificación se realizó precisamente tras el 589.
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Nuestros autores se habían beneficiado de la teología de san Agustín y de las aportaciones litúrgicas, sobre
todo estructurales y musicales, de los bizantinos, pero tampoco dejaron de lado la experiencia y riqueza
litúrgica romana de papas como: León 1 (440−461), Gelasio I (491−496), Vigilio (537−555) y, cómo no, del
gran amigo de Leandro, el papa Gregorio Magno (590−604). El modelo romano de variedad de fórmulas y de
formación de la Misa, incluida la Plegaria Eucarística, con elementos eucológicos menores, será un gran éxito.
A esta expansión gradual que se inicia en el 589 y, sobre todo, se confirma desde el 633, con el IV Concilio de
Toledo y la unificación litúrgica del reino, acompaña un auge de las artes cristiano−visigodas. Se comienza a
codificar con el Oracional de Tarragona.
DESE EL 550 +/− AL 638
• 537 Sacramentario leoniano o veronense
• 547 Muere San Benito
• 556−561 Tenemos el sacramentario gelasiano, con su redacción en tiempos del papa Pelagio I.
• 590 En Roma sube al pontificado Gregorio Magno, amigo de San Leandro, con una gran relación
entre Roma y España.
• 570 Nace Mahoma.
• 622 Mahoma realiza su Hégira.
• 632 Muere Mahoma tras adueñarse de la Meca.
• 638 Los árabes invaden Jerusalén.
• +/− 630−638 En Roma, Honorio I papa, a quien debemos la recopilación del Sacramentario
Gregoriano.
Es España, tras la conversión de Recadero hay una gran producción de textos litúrgicos, precedida esta
producción literaria por el sacramentario Veronese, que es una colección de Misas, y por el sacramentario
Gelasiano, que es ya un libro con sus formularios. Este causa un gran furor en Europa. Los textos litúrgicos se
van conociendo también por la práctica de regalos que se hacían los obispos y estos eran textos litúrgicos de
sus diócesis.
Veamos las distintas partes de la Eucaristía:
* Ritos iniciales: Prelegendum (introito); himno Gloria (y en las solemnidades Trisagio); oración Post
Gloriam. Estos ritos se omiten en las ferias y en los Domingos de Cuaresma.
* Liturgia de la Palabra: Saludo del sacerdote; todos los días tres lecturas: prphetia, apostolus y evangelio. Los
días de cuaresma en vez de la prophetia se leen dos lecturas: lectio sapientialis y lectio historica.
* Transición a la acción eucarística: canto ofertorial Sacrificium mientras se prepara el pan y el vino sobre el
altar; intercesiones solemnes de comunión con toda la Iglesia; Oratio admonitionis, exhortación sacerdotal
Oremus, aclamación Hagios, díptico por la Iglesia, oración Alia, dípticos por la jerarquía, recuerdo de los
santos y de los difuntos, oración Post nomina; rito de la paz: oración Ad pacem, bendición Gratia Dei Patris,
monición diaconal, canto Ad Pacem mientras se dan todos la paz.
* Plegaria Eucarística (varía diariamente): Illatio (prefacio), sanctus, oración Post Sanctus, relato de la
institución con la fórmula fija, tomada de I Cor. 11,23−26; oración post pridie (epíclesis), doxología,
aclamación Amén.
* Rito de la comunión: profesión de fe católica Credimus, fracción del pan eucarístico en partículas que se
colocan en forma de cruz sobre la patena, evocando en cada uno los misterios de Cristo; canto Ad
confractionen mientras se realiza la fracción, introducción variable al Padrenuestro (a cada petición la
asamblea responde Amén), embolismo (comunión con ala oración de los cristianos de todos los tiempos),
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Sancta Sanctis (fórmula para la maostración de las especies Eucarísticas), bendición a la asamblea (variable),
canto ad accedentes durante la distribución de la comunión, antífonaPost comunionem, oración Completuria.
* Conclusión: saludo del sacerdote y a continuación el diácono despide la asamblea.
La gran apuesta de los obispos peninsulares tras la conversión de Recaredo el 589 es la educación y formación
cristiana de la sociedad hispano−romana y visigoda. Conciben el acto litúrgico como vehículo de formación
del pueblo: Esto está motivado por la necesidad de evangelizar a los pueblos visigodos que han abrazado la fe
católica y que no habían tenido una instrucción muy profunda. La gran apuesta de finales del siglo VI y
principios del VII es la formación. Los antecedentes de utilizar la eucaristía como medio de evangelizar los
encontramos en Roma con San León Magno y en Milán con San Ambrosio y la influencia que la tradición
alejandrina va a ejercer sobre la eucología y la liturgia.
¿En qué consiste este descubrimiento?
♦ Importancia del año litúrgico en la vida cristiana
♦ el año litúrgico está íntimamente relacionado con una manera de entender la vida cristiana
como conversación (caminar con) con Cristo, La vida cristiana es un discipulado junto a
Cristo. Y esto se actualiza en la Iglesia a través de los sacramentos y del año litúrgico que es
la celebración del misterio de Cristo a través del tiempo, para San León el ir recordando la
vida de Cristo no es sólo memoria, sino memorial, anamnesis, de presencia real y salvífica.
En sus sermones de Navidad convergen estas dos cosas en el año cristiano: actualidad de los
misterios y cristología.
♦ Esto lleva a una consecuencia de tipo litúrgico−celebrativo: los encargados de predicar en la
Iglesia eran los obispos para preservar a los fieles de la herejía. Sólo los que estaban junto al
obispo podían recibir sus enseñanzas y no existían garantías en la predicación e instrucción
del clero: esto lleva a poner por escrito la liturgia, y que esta sea enriquecida con la doctrina,
la espiritualidad y la moral. Así San León Magno en Roma impulsará las plegarias
eucarísticas y además fomentará la eucología menor, oraciones breves, que da el tono de la
celebración. Se compone el Sacramentario Leoniano o Veronense. En este contexto comienza
a dar este papa una importancia más grande al año litúrgico en la vida cristiana.
♦ En este momento llega la noticia de la liturgia Alejandrina, que desarrolla una estructuración
nueva de la plegaria eucaristica: en lugar de ser narrativa desde la Historia de la Salvación es
teológica basada en diversos elementos que se ordenan encadenadamente. Esta dará lugar al
Canon Romano. Esta estructura Alejandrina conviene a la intención de meter el año litúrgico
en la liturgia y posibilita la variabilidad de algunos elementos: prefacio, mementos propios,
comunicantes, que cambian al ritmo del año litúrgico.
Los Españoles conocen esta evolución acaecida en Roma y acogen el modelo romano para aprovecharlo al
máximo.
¿Cuál era la primitiva plegaria hispana?,
De la primitiva plegaria hispana no sabemos nada, sólo que nos queda la estructura narrativa; pero a partir del
siglo VI (589) la plegaria será variable a lo largo del año litúrgico: variabilidad para cada Domingo y fiesta, y
variabilidad en su totalidad. Se introducirán en estas plegarias el dogma, la moral, la espiritualidad, etc. De
este modo los Padres del S. VI−VII van a componer no tanto tratados teológicos sino textos
litúrgico−dogmáticos
Veamos la Plegaria Hispana:
1.− Oratio admonitionis: es una llamada de atención al pueblo. En la Edad Media se la conoce como Missa y
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las Missae se nominan por las palabras con que dan comienzo (p.e. Laetare).
Esta plegaria primera no pertenece a la Plegaria Eucarística sino a los Dípticos, es una de las piezas más
antiguas, llegada a España por los misioneros.
Hay un influjo alejandrino en la asociación de los Dípticos (=oración de los fieles) a la plegaria. En España
los dípticos no se funden con la Plegaria Eucarística, pero se colocan junto a ella. Así distinguimos
♦ Liturgia hispana: Presentación de ofrendas ! dípticos ! plegaria eucarística.
♦ Liturgia antioquena: Dípticos!Presentación de ofrendas!Plegaria
Esta conjunción de elementos se debe a que los Alejandrinos sostienen la teoría de que el centro de la
celebración es la plegaria Eucarística y los elementos se deben de ir colocando según la importancia junto a la
misma:
Pleg. Euc.
Anam−Consag.
Epíclesis
anamnesis segunda
Intercesiones
Este modo de estructurar la celebración eucarística hace que en Roma se produzca este doble fenómeno:
1.− Se introducen los mementos como parte de la plegaria
2.− En el Pontifical de San León: El Paternóster salta la Fractio y se pone a continuación de la Plegaria por ser
la oración del Señor y por tanto importante su situación cercana al núcleo.
En Hispania la Oratio Admonitionis más lo dípticos saltan la presentación de dones y se colocan al lado de la
Plegaria. La ordenación de la Plegaria quedaría así:
Oratio Admonitionis!Dípticos!Plegaria Eucarística
2.− Sigue el oremus y el canto del AGIOS.
3.− La Alia, oración entre los Dípticos, es la segunda oración que sirve para marcar el ritmo de la plegaria
como gozne entre la intervención de los diáconos, y que en este momento histórico se hace variable, y el
obispo introduce textos sobre el año litúrgico, la teología y la catequesis.
4.− En la segunda serie la liturgia hispana incluye una serie de santos (mártires y pontífices), por eso la
oración que viene después se llama Post Nomina. En la liturgia hispana se recogen en esta transición súplicas
y peticiones
5.− Oratio post Nomina: Colocada después de la intercesión de los Santos. En el Canon Romano hay dos
series de santos. En la segunda serie se da una forma típica de conclusión post nomina. Así de bieron ser los
post nomina mozárabes aunque con sus matices o peculiaridades.
6.− Los dípticos hispanos tienen posible influencia de la tradición africana compuestos en la Tarraconense, y
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por eso se coloca aquí el rito de la paz. Y esto es así porque el rito de la paz es inseparable de la oración de los
fieles. Tertuliano dice que el rito de la paz es signaculum orationis, es decir si queremos que nuestra oración
sea auténtica oración de Cristo, debe llevar la firma, el signo, (signaculum) de Cristo de amarnos como él nos
amó..El rito de la paz se sitúa como rúbrica de la oración: seremos escuchados porque amamos y perdonamos.
En la tradición Romana desaparece en un momento el gesto de la paz quedando sólo para celebraciones
solemnes, y este gesto por medio del portapaz. El rito de la paz en Roma aparece como preparación de los
fieles a la comunión eucarística: la ofrenda no será sólo el pan y el vino sino que la ofrenda máxima, perfecta,
es el ofrecimiento de Cristo en la comunión
Todo esto sucede en un momento muy antiguo, como muy tarde en tiempos de San León Magno y San
Ambrosio. La oración de la paz adquiere carácter variable y es un puente entre la oración de los fieles y la
plegaria eucarística.
7.− Después de la oración de la paz viene el canto de la paz y el gesto de la paz. Este canto no viene en los
códices más antiguos pero sí en el ordinario, Liber Offerentium, ya que siempre era el mismo.
8.− A continuación viene la Illatio.− Comienzo de la plegaria Eucarística. Se corresponde muy cercanamente
con el prefacio de la misa Romana. El nombre de Illatio proviene de que liga lo que ha precedido con lo que
viene después: une los ritos de la oración de los fieles y la paz con la plegaria Eucarística.
Con el prefacio Romano hay una diferencia: el prefacio Romano es oración variable que abre la Plegaria
Eucarística, tiene un poco el sentido de proemio. Puede ser de dos maneras: 1)la introducción de toda la
plegaria Eucarística y, por tanto, en el prefacio se tratan los temas que van a aparecer luego en la Plegaria
Eucarística. Pretende provocar la alabanza y por eso se le llama también gratiarum actio o Eucaristía. 2)
Pre−facio, oración antes del hecho importante de la consagración. En el prefacio Romano hay independencia
redaccional. Esto es típico de la estructura con tradición Alejandrina. El Prefacio Romano como es una de las
pocas cosas variables se colorea mucho con la fiesta del día, el misterio que se celebra o el santo que se
conmemora.
La Illatio mantiene más el ritmo narrativo de la Plegaria Antioquena, así es su estructura. Sigue con un relato
que no termina porque continúa en la plegaria eucarística. En la Plegaria Bizantina y Plegaria IV ocurre igual.
En la Plegaria Hispana, todo se desarrolla como un argumento. Lo típico de la Illatio Mozárabe, no es como
en el Prefacio Romano, sino que termina con una forma típica y a continuación el Sanctus. Este corte del
sanctus sería impensable en una plegaria alejandrina
9.− Oración que introduce el Sanctus y Sanctus: El Sanctus se introduce con el Papa Sergio I, por influencia
oriental, conexión de la liturgia terrena con la celeste. Es como el canto jubiloso del pueblo al oír proclamar
las grandezas de Dios y la Bondad para con los hombres. El Benedictus que sigue al Sanctus, se introduce en
Roma para saludar a Cristo que viene, saludo como los niños Hebreos. Pero saludo porque viene a visitar a su
pueblo en la Eucaristía. En la liturgia Hispana tiene alguna variante −pe. Filius David−, lo que indica que se
compone en Hispania.
10.− Otra oración es el Post− sanctus: rara vez es epiclética, lo normal es que no tenga este sentido, aunque a
veces lo puede llegar a tenerlo. La función de esta oración Post Sanctus es la de engarzar el canto del Sanctus
con el tema del día −misterio, Virgen, santo−, y con el Misterio Eucarístico. Unas oraciones están mas
conseguidas que otras en el sentido de engarzar con el tema del día.
Una buena oración pos sanctus tiene como fin hacernos caer en la cuenta de que llega la consagración, y nos
introduce en ella de una manera coherente. Dadas las dificultades del paso de la Post−Sanctus a la
consagración por no tener relación lo que dice esta oración con la consagración en el Medioevo se introduce el
Adesto que fue suprimido en la reforma del misal por ser añadido posterior a 1085. Ahora nos introduce en la
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consagración las palabras: Cristo, Señor y Redentor nuestro
11.− A continuación del Post Sanctus, tenemos el Relato de la Institución, que sigue la tradición Paulina y no
es un relato sintético, es decir síntesis de las dos tradiciones Pablo−Lucas, Mateo−Marcos, como lo es en la
liturgia romana. es sin duda el elemento más antiguo.
El Relato de I Cor. es un relato Litúrgico. Tenemos certeza de unos usos litúrgicos apostólicos: yo he recibido
una tradición.... Así al seguir la Liturgia Hispana la tradición paulina estamos hablando de una tradición y de
unas palabras que nacen de los Apóstoles y que pueden ser las palabras más antiguas que nos llegan con la
evangelización.
Además en la Liturgia Hispana tenemos un Amen después de la consagración del Cáliz y del Pan que es de
tradición Antioquena. Las palabras de la consagración pueden ser una fórmula que se utiliza en Antioquia
trasmitidas por San Pablo cuando él la recibe de los Apóstoles. La consagración, por tanto, puede ser el
elemento más antiguo de la Liturgia. ¿Cómo nos llega? Pudo venir esta fórmula directamente de los apóstoles
−Santiago o Pablo− o un discípulo muy directo de ellos.
12.− Cierra el Rito de la Consagración con la fórmula: Así lo creemos Señor Jesús, que es la anámnesis que
no se encuentra en la liturgia hispana, sí en otras liturgias, pero que caló en la Comisión para la reforma del
Rito como fórmula anamnética a imagen de la liturgia romana cuando hace conmemoración de la Muerte,
Resurrección y Gloriosa Ascensión de Jesucristo. ¿Qué decir a esto? En el rito romano la configuración de las
palabras de la consagración fue complejo: se añadió el mysterium fidei unido a la consagración del Cáliz en la
época de San Pio V. Con la reforma de Pablo VI se saca esta expresión como una aclamación: es una
inclusión gozosa con fuerte contenido anamnético pero no anamnesia, sólo caráter exclamativo.
Esto es lo que ocurre con el así creemos, Señor, Jesús: es una aclamación gozosa pero no relato anamnético:
Aclamación jubilosa ante el misterio eucarístico . En la liturgia romana cada elemento está más determinado
que en la liturgia hispana donde hay más libertad para colocar los distintos elementos como puede ser el
anamnético antes o después.
Tras Trento, por cierto escrúpulo sobre la fórmula de la consagración se incluye a mano en los libros la
fórmula de la consagración en rito romano. Se tenía la idea de que la única fórmula válida para consagrar era
la romana. Esto trata de introducirse en la Comisión de reforma del Rito por mandato de Card. Medina
Estévez. Esto era no entender que el Rito Hispano es una derivación del romano sino un rito propio.
13.− Post Pridie.− Lo normal es que tenga un carácter epiclético: función del Espíritu Santo en la ofrenda y en
la Iglesia. El carácter narrativo de la Plegaria sitúa la Epíclesis al final de la misma y relacionándola con
Pentecostés tal como aparce en la narración de los Evangelio.
Surge un problema: ¿Cómo una vez hecha la consagración se pide al Espíritu Santo que consagre? La
tradición primitiva no se preocupa tanto del momento cuanto de la acción que se desarrolla en varios
momentos dentro de un contexto eclesial que es la Plegaria Eucaristica. Así los distinto elementos necesarios
se reparten de diversa manera y se orenena de distinto modo: lo importante no es el orden sino que los
elementos aparezcan. Así ocurre en el Rito Hisopano.
Todo esto hay que situarlo en el contexto tridentino por influencia protestante y de los comentadores de santo
Tomás que insisten en el momento exacto de la consagración. Esto el minimalismo sacramentario: insnstencia
en los elemetos esesnciales para la validea de un sacramento. Así pensaba Lutero: es necesario y a lo esencial
y el resto considerarlo como un añadidura eclesiástica. Los católico no supieron salir de este mentalidad y
comenzaron un tipo de teología que trata de buscar lo fundamental desde el origen de la Iglesia. Este
problema surge también en la relación con los ortodoxos entre la epíclesis y la anámnesis. Lo que hay que
considerar no es el momento exacto sino la unidad de la celebración y el conjunto de la Plegaria y, en
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definitiva, todas las partes de la eucaristía.
14.− Con el AMEN final de la Oratio Post Pridie la Asamblea rubrica la gran oración sacerdotal, como nos
dice Justino. Este AMEN va precedido de una fórmula solemne, semejante a la fórmula del Canon Romano, la
cruz en las palabras las llenas de vida y las bendices es una cruz epiclética, ya que en el Rito Romano y en
todo el Occidente, la epíclesis se asocia a la señal de la Cruz; asociar la epíclesis a la imposición de manos es
mas bien de origen oriental. La cruz tiene este sentido epiclético porque Cristo se ofrece en la Cruz para que el
Padre nos envíe a l Espíritu Santo, y este nos viene a través del costado abierto del Salvador, como torrente de
agua que vivifica.
Esta conclusión e la Post Pridie, que es semifija, expresa el carácter epiclético y su origen de la tradición
Antioquena. esta fórmula quedó ensombrecida cuando por el influjo del Rito Romano, los capellanes
empezaron a decir la misa en voz baja, y recitaban el relato de la institución en voz baja y el post pridie. Con
este Amen termina la Plegaria Eucarística.
Rito de Comunión.−
14.− Lo único que encontramos en los códices es la oración al Padre nuestro (Ad orationem Dominicam, que
es una oración de introducción al Padrenuestro). ¿Pero es esta una oración en verdad? En su origen no lo era,
era más bien una monición a los fieles un ejemplo: Emunda nos, Deus, a commissis piaculis, et famulo tuo Illi
suffragium largire salutis: aquí ha adoptado la forma externa de plegaria, es apologética, que es una forma de
petición a Dios para hacernos capaces de adorarlo en el culto, y cuyo interés es prepararnos para rezar el
Padrenuestro: pedir dones para poder hablar con Dios y realizar los Ritos convenientemente.
15.−En el Rito Mozárabe hay dos momentos en los que el sacerdote dice Oremus: Uno es antes del Hagios
que nos prepara para la celebración de la Eucaristía en su conjunto; otro es antes del Padrenuestro, que nos
prepara para recibir la comunión.
16.− La Bendición: precede a la recepción de la Eucaristía y busca preparar el corazón de los fieles para
recibir a la Señor, es una bendición con carácter solemne y trimembre, en algunos casos puede tener cuatro o
cinco elementos. Se considera una triple bendición, ayuda necesaria para recibir a la Señor y estar dispuesto a
comulgar.
Puede sorprender que no aparezca en el códice la oración Post gloriam ni la completuria. ¿Dónde se
encuentran estas oraciones? En el Liber Commicus (libro de lecturas: en general son tres, prophetia, apostolus
y evangelium), que está sacado del Monasterio de Silos, y de San Millán )y que en una apéndice del libro se
encuentran las oraciones post gloriam y completuria, una colección ad usum.
En las fiestas de los Santos, mas tardíamente, aparecen estas oraciones post gloriam y completuria en los
códices. Esto significa que estas dos oraciones entran en la misa Hispana más tarde.
Como las oraciones al Padre Nuestro y la bendición variaba, los Padres Hispanos vierten aquí toda su
espiritualidad y su teología.
ORDO MISAE
Algunas consideraciones importantes:
1.− El Credo
2.− Fracción del Cuerpo de Cristo en nueve trozos
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3.− Recitación peculiar del Paternoster
4.− Lugar de la Bendición.
1.− El Credo
Es un elemento que se introduce en el 589 con la conversión de los arrianos al catolicismo. Muchos arrianos
se convierten en masa y la Iglesia ha de hacer algo para asegurar su conversión y formación. Hasta entonces
no había intercomunión entre católicos y arrianos porque no había comunión en la fe. Así el signo externo de
esta conversión es la comunión, tiene que existir también, previamente, comunión de fe.
Así se introduce en la Misa el credo niceno−constantinopolitano según disposición del III concilio de Toledo,
589, antes de ir a comulgar.
Matices de nuestro credo:
• Conserva el término omousion, y lo explica en el mismo credo: Hoc est..., nacido, no hecho, es decir
de la misma naturaleza del Padre...
• ... ex Patre et Filio procedentem, hablando del Espíritu Santo. Es otro modo de expresar el Filioque.
Los orientales
• distinguen el Verbo del Hijo. Admiten el Verboque en la Trinidad Inmanente, pero no lo pueden
admitir en la Trinidad económica: impensable que el Espíritu Santo proceda también del Hijo que es
hombre.
Este escrúpulo les viene a los orientales en la Edad Media, cuando estudian al Espíritu Santo, acusando a los
católicos de maltratar al Espíritu santo, dejándolo en un lugar inferior. Pero lo cierto es que nunca ha pasado
esto, en la liturgia hispana la figura del Espíritu Santo, en la fiesta de Pentecostés es de las más solemnes, y
los Padres Hispanos, San Leandro, San Isidoro, San Ildefonso unen la mariología al Espíritu Santo. El
Filioque es de origen Hispano, nace en los concilios hispanos y se introduce en el Credo por influjo hispano..
2º.− LA FRACCIÓN DEL PAN:
Con la introducción del Credo como última preparación para la comunión se desplazó la fracción hacia más
atrás que en su origen estaba. Antes del 589, acabada la oración Post Pridie seguía la fracción del pan, y la
recepción de la Eucaristía. Igual pasaba en Roma pero al introducir San Gregorio el Paternóster la desplaza
hacia atrás.
En el Rito romano: la fracción del pan es muy sobria: el hecho de que la forma se divide en tres trozos, dos
partes que consume el presbítero y una que mezcla con el cáliz, es de origen tridentino. En su origen no era
así: la forma de gran tamaño era partida en trozos y de ellas comulgaban todos, conservando así lo que Cristo
hizo en la última Cena. Por eso la fracción del pan es un rito muy expresivo y visible, y justamente por esto se
le denomina en la Sagrada Escritura a la Eucaristía Fracción del Pan.
Este rito de la Fracción del Pan se ha conservado en las Iglesia Orientales: La hogaza de Pan es de gran
tamaño, y tras recortar los bordes más duros, es partida en trozos más pequeños y mezclada con el Cáliz. Al
quedar el núcleo de la hogaza de pan se mantiene así el rito de manera expresiva, pues de un trozo de pan
todos comulgan, se fracciona para que todos comulguen el cuerpo de Cristo. Pero esto tampoco es lo
originario ya que la fractio se realiza en la pre−misa, no en la Misa.
En los Ritos occidentales el Pan es ácimo, normal de hogaza, y la consecuencia es lógica, se pone durísimo en
poco tiempo, la evolución lógica es hacer un pan ácimo específico, lo que llamaremos Oblea, cuyo uso se
generaliza muy pronto, y esto lo sabemos porque ya en los concilios hispanos del siglo VII, hay una
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prohibición de consagrar la corteza de pan normal. Nos dicen los concilios: Hágase un pan, ex propósito,
específico, ácimo y fino. Con esta tendencia disminuye la comunión de los presentes de un mismo pan, como
signo. Esto hace que poco a poco se pierda la fracción del Pan prolongada. La fracción del pan queda reducida
a triple fracción, con la introducción de una porción, fermentum, en el Cáliz. En origen pudo haber fracción
durante la consagración pero al introducirse la plegaria se desplaza.
En el Rito Romano se pierde el gesto de la fracción del Pan, mucho antes de la norma tridentina. Encontramos
en muchos Ritos, sobre todo catedralicios, en torno a los siglos X−XII, costumbres de la fracción del Pan
semejante a como lo hace nuestro Rito Hispano, con dibujos muy complicados, pero de aquí no procede la
forma de partir el pan en nuestro Rito.
¿De dónde procede nuestro modo? Creemos que viene de las catequesis mistagógicas de los Padres de la
Iglesia Hispana sobre la Eucaristía: Todos los misterios de la vida de Crsito quedan recogidos en la Eucaristía.
Un ejemplo: en las catequesis mistagógicas de San Idelfonso, De cognitione baptismi, tenemos los siete
misterios de Cristo, coincidiendo con las siete primeras particiones de la forma. El que la fracción del pan se
realice de este modo es clarísimo que es por la introducción de elementos catequéticos y mistagógicos que se
vivían ya, por eso los recoge la Liturgia, podemos hablar que esto se daría mas o menos sobre el siglo VII, o
probablemente antes, siglo VI. No antes ya que al tener un fuerte carácter catequético no podemos siturlo
antes de la preocupación catequética que nace en en los s. V−VI.
Lo que si podemos supones es que las últimas partículas que se colocan, Gloria y Reino, tienen un origen
posterior y coinciden con el periodo mozárabe, y su interés por los temas escatológicos, pero ya estamos en el
siglo IX.
En conclusión: Carácter catequético de los Misterios de la Vida de Crsito que eran desconicidos por los
arrianos al negar la Divinidad de Crsito. Esto Misterios quedan celebrados y recogidos en el año ñitúrgico y
en los signos de la Eucaristía, sobre todo la Fracción.
3º.− EL PADRENUESTRO.−
El padrenuestro recitado como lo hacemos nosotros, se hacía en al práctica devocional popular, y esto a dos
coros. El hacerlo de forma unitaria es poco usual en la Iglesia, hasta nuestros días. Si se hacía lo hacían en
silencio (Pater noster... et ne nos inducas. Sed líbera), que es la forma de recitarlo tal y como lo encontramos
en al Regla de San Benito (s.V).
En La Liturgia Romana no se sabe cómo se introdujo. En nuestra Liturgia lo recita el sacerdote y los fieles
responden AMEN. Y sabemos que desde Orígenes se da una tradición catequética que emplea comentarios al
Paternóster como base de catequesis para los catecúmenos y com introducción a la oración.
Con mucha probabilidad hay que decir que este modo de recitar el Padrenuestro tiene su origen en la entrega y
recitación del Padrenuestro en la catequesis de iniciación. Se trata pues de una entrega que hace el sacerdote y
que los fieles asumen: es una comunión con los sentimientos de Cristo previa a la comunión eucarística.
La polémica: tiene siete peticiones en el misal del Cardenal Cisneros, en dos de ellas no se respondía con el
Amen, es este número símbolo de la perfección Cristiana. Ahora tiene ocho peticiones, prevaleció el criterio
de los códices más antiguos, sobre el criterio teológico de las siete peticiones de Cisneros.
Con la reforma y siguiendo los criterios codiciales se eliminó la expresión : Panem nostrum quotidianum, quia
Deus est. Parece que esta interpolación eucarística era original.
Sea como sea, nos encontramos con una originalidad que sigue al 589, para potenciar la vida cristiana y la fe
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de los arrianos recién convertidos.
4º BENDICIÓN
La bendición pretende disponer a los fieles a una buena comunión eucarística. Conviene aclarar es el lugar de
la bendición en nuestra liturgia hispana y que es una bendición que precede a la recepción de la Eucaristía.
¿Es esto original de la Liturgia Hispan? ¿Dónde y cuándo se hace esto así?
En la Liturgia del Sur de Francia (S.V) también ocurría esto, incluso en alguna de Italia. Algunos textos
homiléticos de los Padres de la Iglesia dónde se reprocha a la gente que se marcharan antes de recibir la
Eucaristía.
Esto se pudo comenzar a dar en al Siglo VI, cuando la conciencia de pecado, con Gregorio Magno, se acentúa,
así los que no se iba a acercar a comulgar se retiraban. Esto mueve en el Rito Romano a colocar la bendición
al final, para evitar el que se vayan los fieles, cambiando así el sentido de la bendición como una disposición
para que de fruto la Eucaristía en nosotros.
Lo cierto es que en nuestra Liturgia se mantiene en este lugar, aunque en el siglo XIII aparece una bendición
tras besar el sacerdote el altar y hacer una cruz en el altar, y decía el Sacerdote: Benedicat nos (+) Trinus et
Unus. Esta forma la presenció Felipe II y comienza a ser uno de los elementos de gloria del Rito que se
omitirán con la reforma.
EL MONACATO
La tradición ascética de la Iglesia primitiva dio vida desde principios del Siglo IV al gran movimiento
monástico que tanta trascendencia había de tener en la Iglesia.
El monaquismo antiguo se nutrió desde el principio de una espiritualidad propia, fundada en la segregación
del mundo (el contemptus saeculi), como condición previa para la purificación interior que abre el camino de
la contemplación divina. La espiritualidad monástica tuvo entonces como principales maestros a Evagrio
Póntico (346−99) y a Juan Casiano. El primero adaptó para los monjes la doctrina espiritual de los grandes
maestros alejandrinos, Clemente y Orígenes. Juan Casiano (360,5−433,34), después de pasar muchos años
entre los monjes de Palestina, Egipto y Constantinopla, se estableció en la Provenza a principios del siglo V y
fundó dos monasterios en Marsella, escribió célebres obras: Las instituciones monásticas y las Collationes
(conferencias) que introdujeron en el mundo Latino las doctrinas del monacato de Oriente y le convirtieron a
él en maestro indiscutible de la espiritualidad monástica occidental. El esquema que traza Casiano es de un
progreso constante: el objeto inmediato era la pureza de corazón que implica el desprendimiento de todo lo
creado y la práctica de la caridad. Pero el ideal supremo, su fin último, es la posesión del Reino de Dios que se
obtiene por la contemplación divina y cristaliza en una forma de vida que se denomina específicamente vida
contemplativa.
La espiritualidad monástica animaba un fenómeno ascético de grandes proporciones. Las primeras
manifestaciones de importancia aparecieron en Egipto durante la primera mitad del siglo IV, en torno a San
Antonio Abad (251−356). Su modo de vivir, que se llamó vida anacorética, se caracterizaba sobre todo por la
soledad y el silencio.
Mientras en el bajo Egipto San Pacomio (286−346), en la Tebaida, ponía los fundamentos de otro género de
vida religiosa, la cenobítica, que consiste en la vida en común y la obediencia al superior religioso. Y todos
los pormenores de la lucha ascética individual o de la convivencia fraterna estaban sometidos a la autoridad
del superior y ordenados por las prescripciones de una norma escrita.
La influencia monástica sobre al Iglesia Egipcia tuvo considerable importancia, porque gracias a ella el
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cristianismo penetró ampliamente en las poblaciones campesinas de lengua copta, dado que los monjes fueron
en su gran mayoría gente de humilde condición.
En Palestina en la segunda mitad del siglo IV surgieron algunos focos de vida ascética vinculados al mundo
latino y occidental. Eran monasterios fundados por señoras de la aristocracia romana, dirigidas
espiritualmente por San Jerónimo, que pasó allí buen aparte de su vida.
El gran movimiento ascético iniciado a comienzos del siglo IV se dejó sentir en las propias tierras
occidentales. San Agustín le dio un fuerte impulso es un África nativa, promoviendo la vida de perfección
tanto entre las vírgenes como en el clero de su ciudad episcopal de Hipona.
El destierro de San Atanasio en Tréveris (336−37) parece que sirvió para dar a conocer e introducir en
Occidente el fenómeno ascético nacido en los desiertos de Egipto, y el fenómeno cobro coherencia por la
acción de San Martín de Tours, promotor de varias comunidades que fueron el germen de los célebres
monasterios de Ligugé y Marmoutier. A principios del siglo V, San Honorato erigió un monasterio en la isla
de Lerins, al sur de la Provenza. En la península italiana la estancia de San Atanasio en Roma, y la influencia
de San Jerónimo en muchas damas patricias son el germen de la vida monástica, pero el impulso decisivo que
recibirá el monacato en occidente le viene por San Benito (480−547), que con toda razón ha podido ser
llamado el Padre de los monjes en occidente. En Montecasino, la comunidad de vida era más intensa, la
dirección del abad más inmediata y la existencia de los monjes, perfectamente regulada, se dividía entre la
oración litúrgica, la lectio divina y el trabajo manual.
En España el monacato llega en el siglo IV, el problema es la cantidad de formas y monjes que existen:
eremitas o solitarios; Anacoretas o reclusos; Seudo anacoretas; circunciliones o giróvagos, que son vividores
huidos de sus monasterios; Sarabaítas o remobotitas, pequeñas comunidades dónde cada uno vivía a su aire;
Cenobitas.
El origen del monacato no será diverso que en otras regiones. Comienza en el S. IV con la paz de la Iglesia.
En un comienzo son individualidades a las que se unen compañeros. ¿Qué les motiva? Mayor testimonio, al
acabar las persecuciones buscan una mayor perfección.
Unidos a personalidades santas, pe. San Benito, se unen unos compañeros que le toman como modelo y padre
espiritual. A é le piden unas pautas por escrito para poder regularse y regirse. . Nace así la forma cenobítica,
entre la que destaca la de la Tebaida: vida en soledad y vida comunitaria con un trabajo para mantener la
comunidad.
Tanto en oriente como en occidente este modo de vida llama la atención: adoptan un modo de vida penitente
al modo del orden de los penitentes y, así, toman un hábito o modo de vestir al estilo de Juan el Bautista. Su
vida es austera, penitente, con gran oración aunque relativamente poca vida sacramental, ni siquiera
dominical. Esto hizo que los obispos ordenaran sacerdotes para atender sacramentalmente a estas
comunidades.
Al fervor de los comienzos sigue también los primeros problemas de perturbaciones de la vida monástica. Por
ello nace el interés de los obispos de reforma y de componer Reglas para ordenar esta vida y hacerla más
piadosa. Así nace la Regla de San Fructuoso, San Isidoro, etc
En los monasterios se vivía con gran fervor motivado por 1) vida austera y penitente 2) la Laus perpetua o
continua a imagen de la alabanza celeste: prácticamente todo el día es dedicado a la oración. En algún caso se
rezaba todo el salterio. Esto produjo la rutina por lo repetitivo. Surge la Regla del Ángel: no más de diez
salmos, buscando así más la calidad que la cantidad, donde los labios y el corazón sirven para la alabanza
divina.
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Así el oficio monástico se va configurando guiado por esta norma, muchas horas y poca variabilidad. El oficio
catedralicio tiene por el contrario pocas horas, pero muy variable el texto en contraposición con el monástico.
A imagen dela oración judía: siete veces al día te alabo de la Profecía de Daniel Las horas monásticas son tres
horas diurnas y tres horas nocturnas. Algo más tarde, pero no mucho, se establece una hora nueva que hace de
gozne entre las horas diurnas y nocturnas, las completas. El oficio Monástico tiene pues, siete horas. El día y
la noche entero consagrado a la alabanza divina.
Pronto los obispos les imponen que junto a sus horas monásticas recen las horas Catedralicias. Así o por
iniciativa de los mismos monjes o por los concilios, aparece la hora de Prima, imitando los Laudes de las
Catedrales; y la de décima, imitando las vísperas de las catedrales. Añadiendo en concilios posteriores los
Laudes y las Vísperas.
Esto es un problema generalizado, y así se intenta por medio de nuevas reglas, la de san Benito o la Regla
Concordada, reformar esto y poner orden en la vida monástica, y regular la penitencia, el trabajo y la oración
de los monjes.
El monacato hispano tiene sabor rigorista de influjo priscilianista. Estas Reglas tenderán a poner orden y
evitar rigorismo. Especial influjo supuso la regla de San Benito que entra en España VII−IX. El éxito de la
regla de San Benito y la Concordada les viene por el equilibrio y la moderación, el día se divide en tres
bloques de ocho horas: Descanso, trabajo y oración.
Impone esta regla la norman de rezar el salterio semanalmente y así variabilidad y repetitibidad están bastante
equilibrado: Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas, Completas y Oficio nocturno o Maitines. (Prima y
Completas muy breves), este esquema lo encontramos en muchas de las reglas reformadoras hispanas.
El auge de la vida monástica en España le viene dado porque la aristocracia visigoda se convierte en
promotora de los monasterios para que rezasen por ellos, pode enterrarse en sus iglesias y poder recibr el rezo
por los difuntos.
EL OFICIO DIVINO
El P. Pinell y Juan Javier Flores, han estudiado los códices en los que aparece la fusión del Oficio Monástico y
Cateara con ocho horas.
En el oficio hispano, como novedad, el nocturno o maitines y los Laudes forman una unidad que se llamará el
Matutino, que empezaba normalmente de madrugada, sobre las cinco, pero en ciertos días comenzaba a las
doce de la noche, y en las fiestas de primerísima categoría, al atardecer.
Prima, Tercia, Sexta y Nona, eran horas propiamente monásticas, Se repetían los salmos. Cambiaba el
responsorio antes del Himno, el mismo himno, las lecturas y las preces.
La variabilidad en el oficio no era por días, sino por tiempo litúrgico. En Cuaresma la lectura en lugar de
breve, era larga, y una lectura que estaba en continuidad con lo que se había celebrado en la Misa y en el
Oficio.
En las completas había cierta variabilidad según el Tiempo Litúrgico.
El oficio divino Hispano−Mozárabe, se ha centrado en el oficio catedral, ya que en el siglo VI y VII el oficio
Catedral es impuesto a los monjes y en el siglo XI y XII son los monjes quienes influyen en el oficio del clero
secular.
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(Para la descripción de este oficio ver Revista PHASE, 1990,nº175 del P. Pinell.
El proceso del oficio divino tiene algunas limitaciones, por ejemplo no hay lectura extensa de la escritura
como lectura meditativa, sólo una lectura variada en las horas tercia, sexta y nona de la Cuaresma. El resto del
año la proclamación de la Palabra de Dios es escasa, pero sería injusto decir que por la poca escritura del
oficio esta época es de poca espiritualidad desde la Sagrada Escritura. Por el contrario nos encontramos con
un deseo de saborear las escrituras, y si tomamos las citas bíblicas que aparecen en la liturgia, o que aparecen
en las antífonas o responsorios del oficio, o los cánticos que proceden tanto del antiguo Testamento como del
Nuevo Testamento, llegamos a la conclusión que nos encontramos con una ingente meditación de toda la
escritura, no tanto proclamada cuanto orada, rezada.
Cuando nos aproximamos al modo de composición de las oraciones o responsorios, tanto de la Misa como del
Oficio, se da uno cuenta del dominio de la escritura que tenían los Padres Hispanos y los compositores de la
Liturgia Hispana, que está en la línea de la Patrística más antigua, que prolonga en estos escritores medievales
su modo más genuino de leer la escritura.
Algunas convicciones:
1ª.− La unidad de la Escritura, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento se ven como una
unidad que se iluminan mutuamente. Nos sorprende la técnica de componer oraciones entresacando textos de
la escritura, o la manera de componer una lectura haciendo recorridos temáticos.
2ª.− Esta concepción unitaria de la Escritura lleva a concebir un lenguaje tipológico (como en la Patrística), es
decir, que las realidades del Nuevo Testamento se ven precedidas por las figuras, antitipos, del Antiguo
Testamento, pero en el Antiguo Testamento se encuentran de forma fragmentada, y al poseer el TIPO en el
Nuevo Testamento, las figuras del Antiguo Testamento encuentran ya la armonía gracias al TIPO, modelo,
que es CRISTO. Así textos que no tenían nada que ver en el Antiguo Testamento, ahora con el TIPO
encuentran su sentido. Los diversos lenguajes del Antiguo Testamento, encuentran toda su referencia y
realización en el Nuevo Testamento.
Todo esto se usa a la hora de confeccionar las oraciones y antífonas o lecturas para la liturgia. Este modo de
entender y de leer la escritura hace de ella fuente de esperanza y de salvación, a través de la escritura se
actualiza en nosotros la historia de la salvación.
Al proclamar la Escritura esta se hace anámnesis, se actualizan los misterios. Esto evidentemente está
influyendo en la espiritualidad tanto monástica como del pueblo que asiste el oficio dominical de la catedral.
EXCURSUS: ¿Participaba el pueblo en estas litrutgias: Misa y oficio? ¿Es una liturgia popular o clerical?.
1.− Hay signos claros de la clericalización de la liturgia, y esto se ve sobre todo en los estudios
arqueológicos de los edificios visigóticos y mozárabes, que se caracterizan por la desproporción entre la
cabecera y la nave de la Iglesia, lo que nos está indicando que le edificio está hecho en función al papel que
desempeñan los clérigos en la liturgia. Pe. Melque o San Pedro de la Mata
2.− Dicho esto, ya en el Antifonario de León, del siglo X, que recoge usos anteriores, se ve que para el canto
del oficio y de la misa, la estructura de los mismos está pensada para tres coros:
◊ El coro del Altar (obispo, presbíteros y diáconos);
◊ el coro del ambón (otros ministerios menores);
◊ y el coro de la Nave (todos los demás bautizados).
Lo que percibimos es que no es la Liturgia la que se clericaliza, sino la sociedad, los fieles si se toman en
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cuanta, hasta el punto de institucionalizar una parte de la liturgia para los fieles.
3.− Además en la Liturgia Eucarística, queda consagrada la participación de los fieles con su obligada
repuesta a los continuos saludos de presidente, y a los continuos amenes y aleluyas que son proclamados
como estribillo de cantos y oraciones, sin que encontremos ningún indicio de que estas aclamaciones queden
restringidas al coro o clérigos, alusión por el contrario, que sí encontramos en el Canon Romano.
4.− ¿Se enteraban del Latín, eran capaces de seguir el texto, la imágenes del AT, etc?
• Hay que decir que la formación del pueblo en esta época visigodo−católica mejoró, no eran tan
ignorantes como los pintamos. Hay una voluntad positiva de restaurar el sistema educativo romano
por pa5rte de los hispano−romanos. Y la institución llamada ha hacerlo es la de los Oblatos.
• ¿Qué son? No sólo son germen o antepasados de los seminarios menores sino algo más, era una
institución libre, y el conflicto estaba en mandar o no al niño al obispo para que lo formara, ¿era
más barato mandarlo o tenerlo en casa trabajando?. Para muchas familias resultaba conveniente
mandarlo a la Institución dónde permanecía hasta la edad del trabajo, momento en el que elegían
seguir o no la vida clerical.
• Vivían en casa del obispo y recibían su formación entre la casa de éste y el claustro de la Catedral.Se
alimentaban de la mesa episcopal. Eran gobernados por el Primiclericus, responsable máximo de su
formación. Este era instituido con este ministerio por el obispo y como signo de autoridad se le
otorgaba una vara.
• La clericalización de la sociedad se vio favorecida por esto, donde surgieron muchos clérigos
menores. Gracias a esta institución de los oblatos se recibió una formación bastante considerable:
leer, escribir, calcular y algo de enciclopedia, y como no de música.. El aprendizaje en al lectura se
hacia con textos de la Sagrada Escritura y de la liturgia.
5.− Por lo tanto la ignorancia de los fieles con respecto a los textos no era tan grande. Además hay que decir
que según vemos los textos de nuestra liturgia hispana se van haciendo cada vez más barrocos y esto es una
fórmula de popularización. Es más popular el barroco que el conceptualismo clásico. Una oración de San
Gregorio es más difícil que una Illatio Hispana, ya que el barroco es una técnica repetitiva de la idea que
queda a sí expresada de forma clara. La retórica latina ayudaba a que la musicalidad de la Palabra y las
diversas técnicas literarias sirvieran para grabarlo en al memoria de los oyentes.
Algunas formas literaria empleadas:
La Aliteración: Cadencia sonora y rítmica por la repetición de consonantes.
Paralelismo: Dos tipos, uno favorecido por la repetición de consonantes; otro por la repetición de giros.
Hay una verdadera intencionalidad de que el pueblo capte, se forme y participe en la liturgia que es la
finalidad pastoral de la liturgia.
El barroquismo es también ceremonial, en las rúbricas del Liber Ordinunm, y del Antifonario de León se ve
claramente. Tienen un cierto desarrollo de la dramatización y componentes imitativos (mimesis) de la
liturgia, que sobre todo se desarrolla esto en el Triduo Pascual, pero que también encontramos este
dramatismo y mimesis en otros momentos de la celebración como en la procesión de entrada, procesión del
evangelio, de las ofrendas... todo esto tenía un fuerte componente popular. Pues como es bien sabido el
pueblo participa en gran medida cuando hay mucho fasto.
LOS LIBROS DE LA LITURGIA HISPANA
1.− EN EL CONTEXTO DE LA HISTORIA DE LOS LIBROS LITURGICOS EN OCCIDENTE
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La liturgia Hispano−Mozárabe nace y se desarrolla en el contexto de las demás liturgias occidentales antiguas,
es decir, la Romana, la Ambrosiana y la Galicana principalmente. Sus originalidades se comprenden
precisamente a partir de este trasfondo.
La noción de libro litúrgico tarda en hacer su entrada en el vocabulario cristiano, son las circunstancias de la
historia de la Iglesia las que llevan a los Pastores a iniciar un proceso de fijación de los textos, que dará lugar
a los Libelli y finalmente a los libros litúrgicos propiamente dichos.
Los Libelli son cuadernillos que agrupan colecciones de Misas sin un orden preciso y sin pretender servir para
el conjunto de las celebraciones del Año Litúrgico.
El florecimiento cultural latino de la Península Ibérica a finales del siglo IV y en los primeros años del siglo V
hace suponer una rica creatividad litúrgica, sobre todo en la Tarraconense (Sobre la escuela litúrgica
tarraconense vid.: J. Pinell, `La Liturgia ispanica, d) La scuola Tarraconense', en: Anamnesis, 2; La Liturgia
panorama storico generale, Casale 1983, 75−76), pero las invasiones bárbaras, que traen de la mano el
problema arriano, forzaron un cierto parón en el natural proceso evolutivo del Rito Hispano. En Roma, el
siglo V, recogiendo el legado de los grandes Concilios Ecuménicos y las aportaciones teológicas sobre el año
litúrgico de San León, pone los cimientos se para la redacción de los primeros sacramentarios (De éstos
destacaremos: Sacramentario Gelasiano', ed. L. C. Mohlberg, Liber sacramentorum romanae ecclesiae
ordinis anni circul( RED, series maior, Fontes IV, 2ª ed., 1968. Sacramentario Gregoriano', ed. J. Deshusses,
Le Sacramentaire Grégorien ses principales formes d'aprés les plus anciens manuscrits, 3 vols., SE 16, 24 y
28, Friburgo (Suiza) 1979 y 1982) durante el siglo Siguiente. Estos libros seguirían evolucionando y
conocerán sucesivas copias.
En Hispania este proceso de creación y codificación se retrasa casi un siglo. Pero desde la época leandrina,
finales del siglo VI, vuelve a retomar un impulso fabuloso, que logrará sus frutos más maduros durante el
esplendor de la capitalidad toledana (Así se habla de una escuela toledana: J. Pinell, `La Liturgia ispanica, h)
La scuola di Toledo', en: Anámnesis, 2; La Liturgia panorama storico generale, Casale 1983, 82−84) El siglo
VII será riquísimo en composición litúrgica y enriquecerá notablemente los «thesaurus» musical y eucológico
del Rito en sus tradiciones «A» y «B». Será el final de siglo en la tradición «A» y la época mozárabe para la
tradición «B» los que conocerán el nacimiento de los primeros libros litúrgicos hispano−mozárabes.
Estos libros se emplearán bajo el dominio musulmán, desde los primeros años del siglo VIII hasta la supresión
del Rito en el siglo IX. Claro está que durante estos tres siglos tales libros sufrieron ciertas evoluciones. La
idea de continuidad entre la Eucaristía y la Liturgia de las Horas hace surgir el curioso fenómeno de los libros
«mixtos» (misticus) (Vid. J. Pinell, `Libri liturgici ispanici g) Liber misticus', en: Anámnesis, 2; La Liturgia...,
Casale 1983, 198−199).
Los libros mixtos de los siglos X y XI, fundamentalmente, durarán con suertes más o menos afortunadas,
hasta la reforma cisneriana del siglo XVI. Con la reforma del cardenal Cisneros entra en la Liturgia
Hispano−Mozárabe la idea de libros «plenarios», que comenzó a imponerse en el Rito Romano desde el siglo.
Desde el XVI, pasando por la reforma del cardenal Lorenzana en el XVIII, el Rito Mozárabe o Visigótico
contará con Misal y Breviario, libros plenarios como los del Rito Romano.
La actual reforma del cardenal González Martín, tras el Concilio Vaticano II, ha querido devolver a la
Venerable Liturgia sus antiguos libros. Como en el caso de la liturgia Romana se ha optado por editar un
Misal, con la eucología y los cantos que se intercalan en ella, y un Leccionario, con las lecturas y los cantos
que se sitúan entre ellas. La actual reforma no se ha conformado con entregar unos libros propios de cada
ministerio litúrgico, sino que ha querido retomar la riqueza de la tradición «A», que no fue asumida en las
ediciones de Cisneros y Lorenzana por imposibilidades técnicas.
LIBROS MÁS ANTIGUOS
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1. Para la celebración eucarística
• Los testimonios más antiguos de un libro usado en la Eucaristía, celebrada en Rito Hispano, se refieren a las
Lecturas de la Misa. Se trata de la Biblia de Alcalá (Madrid, Biblioteca Universitaria, cod. 31). Esta Biblia
lleva en sus márgenes anotaciones que indican el uso en la liturgia de ciertas perícopas en un estadio muy
primitivo de nuestra liturgia.
• Sobre los siglos VI y VII, al igual que ocurre en el Rito Romano, aparecen en la Liturgia Hispana los
Comes, conocidos aquí como Liber Commicus (Edición: J. Pérez de Urbel − A. González, Liber Commicus,
2 vols., MHS serie litúrgica, II y III, Madrid 1950 y 1955.)
• De la época del Commicus es, para la eucología de la Misa, el Liber Manuale (Biblioteca Cap. de Toledo,
35.3.− Última edición: J. Janini, Liber Missarum de Toledo, 2 vols., Instituto de Estudios
Visigótico−Mozárabes de Toledo, serie litúrgica. Fuentes III. 1V−VIII. Toledo 1982 y 1983−). Al modo de
los sacramentarios romanos, este libro distribuye la eucología de la Misa a lo largo del año litúrgico.
Contiene la Oratio Admonitionis llamada Missa, tal vez por iniciar la serie de textos propios de cada día, la
Alia, la Postnomina, todas ellas integradas en los Dípticos; la Oratio ad Pacem y la Illatio, la Postsanctus, la
Postpridie, estas tres últimas que forman la Plegaria Eucarística, y, finalmente, la ad Pater y la Benedictio,
que preparan para la Comunión. Quedan excluidas las oratio postgloriam y las completuria, por ser piezas
eucológicas que entran más tarde en la eucaristía hispana.
2. Libros para el Oficio Divino
Para la Liturgia de las Horas nos llegan libros muy antiguos y preciados. Hemos de destacar cómo llegan
hasta nosotros dentro de los breviarios posteriores.
• Se trata del Liber Psalterium, del Liber Canticorum y del Liber Hymnorum. De todos ellos es el último el
que sufre más variaciones con la historia, pues se ve enriquecido con constantes aportaciones hasta la
supresión del Rito. Ediciones de estos libros:
◊ C. Blume, `Hymnodia Gothica. Die mozarabischen Hymnen des altspanischen Ritus',
en: Analecta Hymnica Medii Aevi, 27, Frankfurt 1961.
◊ J. P. Gilson, The Mozarabic Psalter', en: Bradchaw Society, 30, Londres 1905.
◊ Los tres libros en el Breviario Gótico, PL 86, 739−940.
◊ Se trata de tres libros del Oficio Catedral, que se completan más tarde con el Liber
Orationum Psalmographus atribuido a San Leandro de Sevilla, y con el Liber
Orationum Festivus, de procedencia tarraconense, que recoge fórmulas desde el siglo
IV al VII. Edición:
♦ J. Pinell, Liber orationum psalmographus, colectas de salmos
del antiguo Rito Hispánico, MHS, serie litúrgica IX, Madrid
1972.
♦ Edición: J. Vives, Oracional Visigótico, MHS, serie litúrgica
1, Barcelona 1946.
♦ Junto a estos libros hay que situar al primero, tal vez, de los
Libros Mixtos, el Pasionario. Le hemos de considerar libro
mixto porque desde época muy antigua las pasiones de los
mártires, que se leían en el Matutino, terminan de
proclamarse en la Eucaristía tras el Psalendum y antes del
Apostolus, acompañadas de las Benedictiones Cántico de los
Tres Jóvenes en el horno (Dn).
• Edición: A. Fábrega, Pasionario
Hispánico, siglos VII−XI 2 vols.,
MHS, serie litúrgica VI,
Madrid−Barcelona 1953 y 1955.
31
• Por lo que se refiere al Oficio
Monástico, el libro más antiguo es el
llamado Liber Horarum. De este
Oficio nos queda muy poco al
perderse la Liturgia de las Horas del
monacato hispano, primero, por la
mezcla con el Oficio Catedral y,
luego, por el progresivo imponerse
de la Regla de San Benito.
⋅ Ediciones:
J. Pinell,
`Las horas
vigiliares
del oficio
monacal
hispánico',
en:
Liturgica, 3,
Montserrat
1966,
197−340. Y
del mismo
editor en:
`Liber
orationum
psalmographus...',
Apéndice
V,
Orationes
líbri
horarum,
233−247.
LA ÉPOCA DE LOS LIBROS
MIXTOS
1. Para Misa y Oficio
• El más famoso de estos libros
mixtos es el único Antiphonarium de
nuestra liturgia, el
Visigótico−Mozárabe de la Catedral
de León (Archivo Cap. de León,
cod. 8), de finales del siglo X.
Contiene los cantos para el Oficio y
para la Misa, o Ritos que dentro de
ella se celebran: vgr., la dedicación
de una iglesia.
⋅ Edición
diplomática:
L. Brou − J.
Vives,
Antifonario
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visigótico−mozárabe
de la
Catedral de
León, MHS,
serie
litúrgica V,
1,
Barcelona−Madrid
1959.
⋅ Junto al
Antiphonarium
aparecen los
Líber
Misticus,
que reúnen
fundamentalmente
la eucología
para Oficio
y Misa,
aunque por
influjo de
los libros
plenarios
romanos
comienzan
a integrar
también lo
propio del
Commicus
y del mismo
Antiphonarium.
Los Líber
Misticus,
por su
amplitud,
suelen
dividirse en
volúmenes
por
secciones;
así, I del
principio
del
Adviento al
inicio de
Cuaresma
(Dom. In
carnes
tollendas),
II la
Cuaresma,
III tiempo
33
de Pascua
hasta
Pentecostés
y IV fiestas
de santos de
junio a
noviembre
las otras de
Adviento−Navidad
o Pascua se
insertan en
el Temporal
y en
Cuaresma
no se
celebran
fiestas de
Santos.
Algunas
ediciones:
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