Autoridad: Ayuda necesaria

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Autoridad: Ayuda necesaria
Fuente: Aventura de Educar Libro
de Preescolar: Capitulo 7
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LA FAMILIA: AYUDA NECESARIA
Tomado de Aventura de Educar
Libro Preescolar – Capitulo 7
Es difícil hablar hoy día de autoridad. De un lado, por el creciente desprestigio de muchas
así llamadas autoridades, no se cree; con demasiada frecuencia, se parte de Ia siguiente
premisa· ''EI que tiene poder, lo usa para robar, para que le rindan pleitesía, para lograr lo
que le interesa". Por otro lado, hay tantas personas que, queriendo hacer las cosas bien,
están como paralizadas· no pueden actuar. Algunas porque. objetivamente, no las dejan
.... otras porque tienen miedo· al que dirán, a ofender, a equivocarse … y su parálisis
lógicamente, les desprestigia.
También ha habido, durante el siglo XX, algunas teorías que han considerado a Ia
autoridad educativa como una limitante de Ia libertad del niño. al querer imponerle Ia
voluntad de padres y maestros. Cabe destacar Ia primera época del doctor Spock, cuya
teoría sobre Ia posibilidad de frustrar a los hijos, si estos eran corregidos, encontró gran
auge en los años setenta y en los ochenta. El mismo, antes de morir, declaró haberse
equivocado y pidió excusas a los jóvenes criados bajo su teoría y se consideraba
responsable de Ia falta de educación de esa generación.
Simultáneamente, coexiste un grupo de educadores. quienes, conscientes de Ia necesidad
de "poner orden", han optado por Ia linea dura "Ia letra con sangre entra" y,
desgraciadamente. algunos han llegado a abusos lamentables, violentos ...
¿Que hacer?
Conviene iniciar esta reflexión, focalizando el por que y el para que de Ia autoridad.
1. ¿Para que?
Si el niño no cuenta con esos nutrientes y ayudas, corre el grave riesgo de morir de
inanición. Corre el riesgo de no ser capaz de conseguir Ia verdad, de buscar el bien, de
relacionarse con el mundo y con los demás de tal modo que pueda convertirse, a su vez,
en un agente de beneficia social y personal.
Nacer es solo un paso mas en el desarrollo de Ia vida que comenzó cuando el óvulo y el
espermatozoide de sus padres, al unirse, le dieron inicio. Ese niño, esa niña, ese bebe, al
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nacer, comienza una etapa de crecimiento y será cada vez mas autónomo, pero no esta
preparado para vivir en libertad.
Así las cosas, Ia acción de educar consistirá en preparar a los hijos para tomar las riendas
de su propia vida, para encontrar Ia verdad y el bien, para ayudarse a si mismos en ese
"terminar "terminar de ser", en ese "llegar a Ia plenitud". Pero, antes de poder entregarles
ese control, será necesario que papá y mamá les hayan ayudado a crecer, a desarrollar las
habilidades necesarias y a conseguir las herramientas indispensables para ese caminar.
En ese camino, largo, gozoso y, a veces, empinado, los padres y las madres de familia
pueden encontrar valiosísimas ayudas, pero no han de olvidar que Ia titularidad -Ia
responsabilidad de Ia educación es básicamente, suya. Podrán apoyarse en guarderías,
escuelas, colegios, centros de capacitaci6n, universidades, parroquias, clubes, etc ... pero
no podrán entregar Ia responsabilidad, que solo a ellos les corresponde. Por tanto, han de
cuidar esos otros factores que colaboran en su tarea: los programas de T.V. que se ven, Ia
música que escuchan, las revistas y los libros que entran a sus casas. Un día, con cierta
preocupación, decía una madre: "Hay personas a quienes, por considerar las malas
amistades, no invitaría a mi casa, pero peores enemigos se meten a mi alcoba a través de
Ia T.V." ¿ Y, que decir del internet, los videos y los chats?.
2. ¿Por qué ayudar?
Todos los seres vivos de este mundo, cumplen con un ciclo que va desde el momento de
ser engendrados hasta Ia muerte. Las primeras fases son de desarrollo, crecimiento,
maduración hacia Ia adultez o plenitud. En el caso del ser humano, esas fases son
especialmente complejas porque no basta con los cuidados físicos. Cualquier otro
mamífero -un ternero, por ejemplo- necesita cuidados y alimentación hasta el destete. A
partir de ahí, esta listo para proveerse su propia alimentación e ingresar solo a su vida
adulta. Esto sucede en unos cuantos meses. Cabe preguntarse: ¿cuando están listos
nuestros hijos para conseguir su propia alimentación? ... ¿para fundar su propio hogar? ...
, ¿Y basta con eso para estar listos para Ia vida?
Sabemos que no. El ser humano es complejo. Es un compuesto maravilloso en el que se
dan cita el cuerpo y el alma y Ia capacidad de relacionarse con el mundo, con los demás
humanos y con Dios ...
Para apropiarse de Ia cultura, de Ia ciencia, de los logros de sus semejantes, necesita leer,
escribir, comprender, analizar, comparar. Para contribuir al progreso, además de saber,
debe crear, tener deseos de servir ... Todo esto, y mas, lo logra el niño gracias al cuidado
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de sus educadores, padres y maestros ... Sin ellos, cada persona tendría que recomenzar
Ia historia ... y descubrir, inventar una y otra vez …
Educar, implica ayudar a desarrollar, a llevar a su plenitud el cuerpo, Ia afectividad, Ia
inteligencia, Ia voluntad, Ia sociabilidad. Es una ayuda necesaria en Ia vida de cada uno.
Pero se ha de tener cuidado, es esta una ayuda para que crezcan, no para que dependan
de nosotros. Una ayuda para que sean capaces de caminar, de construir y de descubrir los
caminos de su plenitud, de su felicidad. Por eso, esa ayuda deberá estar en consonancia
con las necesidades de cada edad, de cada situación, no para suplirlas, sino para
enseñarles a enfrentar, a solucionar; para fortalecerlos; para abrirles horizontes ...
Sin embargo, conviene no olvidar que "toda ayuda innecesaria es una limitación". Tal vez,
con un ejemplo, se explique mejor. Ante una pierna quebrada, lo indicado será poner un
yeso que inmovilice y ayude a soldar el hueso roto. Una vez arreglado, será necesario
quitar el yeso y, probablemente, usar bastón por un tiempo. Tal vez, se requerirá de
fisioterapia para que la pierna logre funcionar adecuadamente. Si se cumple este proceso,
después de un tiempo, Ia pierna estará en plena forma, para caminar, jugar y correr y el
accidentado ni recordará lo que ha pasado. Pero ... ¿que hubiera sucedido, si al quitar el
yeso -ayuda necesaria- y sentir mucho dolor, al medico le hubiera dado lastima y, en vez
de continuar el proceso, le hubiera colocado un nuevo yeso? Probablemente, hubiéramos
perdido el uso de Ia pierna. Así sucede con Ia educación. Los apoyos son para ser mejores,
no para dejar a los hijos enanos, al limitar su desarrollo.
Autoridad educativa: apoyo necesario para ayudar a los hijos a mejorar, a crecer; pero no
suplantación.
3. ¿Hacia dónde?
Resulta vital, para ejercer esta autoridad educativa que los padres se planteen -juntosque quieren para sus hijos. Pero este qué quieren, ha de estar en Ia línea del desarrollo
integral, y no simplemente en Ia de lograr unos objetivos parciales como, por ejemplo,
que tengan plata, que hablen ingles ...
El desarrollo integral tendrá en cuenta: desarrollo psicomotor, salud, nutrición,
afectividad, seguridad, sentido de pertenencia que implica ser aceptado y ser querido.
Tendrá en cuenta: generosidad, inteligencia, capacidad de conocer y de enfrentar y
mejorar el mundo, sistema de valores y principios, virtudes que rigen Ia conducta,
capacidad de relacionarse adecuada y benéficamente con los demás seres humanos y con
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su Creador ... En ultimas ... .:¿no era a esto a lo que se referían los abuelos cuando
afirmaban de sus hijos: "que sean hombres de bien"?
jHombria de bien!. Esta se desprende de esa plenitud, que garantiza Ia felicidad, hoy tan
confundida con el placer, tras cuya búsqueda el hombre de nuestros días se afana,
anestesiando las ansias de felicidad autentica.
¡Hombría de bien! sin confundir felicidad con placer
Características
La autoridad es el gran medio del que disponen los padres. He aquí algunas de sus
características, cuando es bien ejercida.
1. Coherencia y ejemplaridad:
El educador, en este caso madre y padre, debe esforzarse para vivir aquello que exige a
sus hijos. Para esto, es necesario que se conozca a si mismo y luche por superar sus
propios errores y limitaciones para poder enseñar con Ia propia vida. Los hijos no esperan
tener unos padres perfectos, pero si unos que intenten seriamente vivir de acuerdo con
sus ideales y exigencias. Esto implica tener autoridad con uno mismo.
Ejemplo: Hemos hablado de coherencia y ejemplaridad. Pensemos un poco más en este
tema.
Es Ia nuestra una sociedad violenta, donde Ia vida es permanentemente irrespetada,
donde Ia dignidad del ser humano es tantas veces pisoteada. ultrajada, menoscabada y
utilizada para el propio beneficio o placer.
Para que, en ese ambiente, los hijos desarrollen unas actitudes de respeto, justicia,
solidaridad y amor, es imperativo que crezcan en un ambiente familiar en el que, además
de sentirse amados y respetados, vean a sus padres tratarse bien. Es en Ia familia donde
se aprende a aceptar y a convivir con las diferencias: actitudes básicas para vivir en
sociedad. Si el hijo no ve que sus padres se respetan, se toleran, se aceptan, se aman, con
gran dificultad podrá desarrollar estas actitudes.
De ahí, que el mejor servicio que los padres pueden prestar a sus hijos, es el de una vida
conyugal plena y feliz, fundamento del sentido de seguridad y de pertenencia tanto de
padres como de hijos.
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No conviene amenazar con irse o desaparecer y, desde luego, lo peor sería Ia disolución
de ese vinculo, fuente de alegría y seguridad.
El mejor servicio que los padres pueden prestar a sus hijos es el de llevar una vida
conyugal armoniosa y feliz.
2. Prestigio.
El prestigio de los padres es Ia consecuencia inmediata de Ia coherencia de vida. Cabe
señalar algunas cualidades que lo suelen acompañar. Son ellas: congruencia entre lo que
se piensa, se quiere y se hace, buen humor, serenidad, capacidad de resistir las
dificultades, naturalidad, flexibilidad, que significa ser comprensivos con Ia persona y a Ia
vez exigentes con su mejora, ser firmes en lo sustantivo y dejar una gran libertad en lo
accidental. Vemos, por el contrario, padres que imponen su equipo de fútbol, pero no se
preocupan por las lecturas o por los amigos de sus hijos.
Este prestigio. además de desarrollarse en Ia vida de familia, se adquiere en el propio
trabajo, en el trato con los amigos, en el cumplimiento de los deberes como ciudadanos y
como de hijos de Dios.
Nuestros hijos nos observan y nos imitan.
3. Servicio
Ya fue mencionado que Ia autoridad es un apoyo necesario para ayudar a los hijos a ser en
plenitud. Pero, debido a Ia falla de criterios y de experiencia, ellos requieren de Ia guía de
sus padres, que les capacite para no confundir "lo que me gusta", con "lo que me
conviene" o con "el bien". Por ejemplo, suelen considerar mala una inyección, porque
duele.
Los padres han de ir por delante abriendo horizontes, creando oportunidades de
crecimiento personal, pero sin olvidar que se trata del crecimiento y felicidad de los hijos.
Par tanto. han de reconocerlos como seres libres y capaces y no como extensiones de si
mismos, de anhelos no logrados o como esclavitos que han de dar gusto y atender a sus
padres, como si fueran de su propiedad.
La autoridad tiene como contraprestación Ia obediencia de los hijos. Especialmente debe
lucharse en Ia infancia por arraigar este hábito. Un medio para lograrla y para que los hijos
se reconozcan parte de Ia familia es permitirles participar. Para esto, es conveniente que
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tengan pequeños encargos: así aprenden a colaborar en Ia vida del hogar. Por ejemplo:
guardar los zapatos, cerrar las puertas, dejar en arden los lápices, ayudar a poner o a
levantar Ia mesa, etc ...
Los padres han de ir par delante creando oportunidades, abriendo horizontes.
Recomendaciones practicas para ser obedecidos:
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Claridad en Ia orden dada.
Asegurarse de que el niño sepa lo que se espera de el y como hacerlo.
No dar demasiadas órdenes. Tratar de conseguir las casas de una en una.
Procurar no cambiar lo que se les pide.
lr estableciendo cadenas de comportamientos relacionados unos con otros.·
Ejemplo: Por Ia mañana, levantarse, rezar, bañarse, desayunar, lavarse los dientes,
recoger Ia maleta y salir. Estos hábitos se van estableciendo concatenados y
facilitan Ia acción y Ia obediencia.
6. Tener en cuenta las posibilidades reales del niño. Sino sabe, habrá que enseñarle
primero.
7. Cuando el hijo lo haga, muéstrele su aprecio, dígale lo bien que lo hizo, sonria ...
8. Continúe elogiando esos esfuerzos mientras Ia nueva conducta requiera de ese
apoyo.
9. Este cerca y disponible.
10. Cuando lo deba corregir, aténgase a Ia conducta y no le recuerde todos los errores
de su vida. Dele oportunidad de mejorar explicándole, con cariño, como debió
hacerlo, y olvide el tema. La cantaleta desgasta y no es eficaz.
11. Pegar y gritar son acciones contraproducentes, muestran su debilidad y poca
serenidad. Si ya lo hizo, procure serenarse y evite repetirlo: A veces, es buena
pedir perdón y reconocer que "se paso".
12. Tenga confianza en que su hijo va a lograr mejorar. Dele oportunidades y anímelo.
Siempre que pueda, acompáñelo en el aprendizaje.
13. Persevere en lo que quiere: nadie cambia a Ia primera, ni de un día para otro.
14. Diviértase con sus hijos y desarrolle un sano sentido del humor.
15. Dígales que los quiere y siéntase feliz de ser madre o padre, a pesar de que,
algunas veces haya dificultades.
16. Nunca desprestigie a su esposo -esposa- delante de sus hijos, ni lo desautorice.
Esto crea confusión y angustia.
17. Destaque las cualidades de su esposo -esposa- y de las otras autoridades que
influyan directamente sobre el niño: profesores, abuelos, tíos, párroco, policía ...
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18. Conviene contarle y leerle historias en las que queden claros el bien y el mal.
Educar es preparar a los hijos, para encontrar Ia verdad
y el bien y para que puedan asumir
el manejo de su propia vida, para que sean felices .
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