EUCARISTÍA NIÑA MARÍA 2008 INTRODUCCIÓNCelebramos hoy una fiesta de larga tradición en la Compañía de María. Desde hace cuatro siglos se celebra en todos los colegios que tiene la Compañía en el mundo. La historia de esta fiesta es una demostración de que está viva. A lo largo del tiempo se mantuvo y se mantiene con el sentido fundamental que Santa Juana de Lestonnac quiso darle en el primer colegio de la Compañía, que ella fundó en su ciudad natal de Burdeos en el año 1610. A partir de entonces, en cada nuevo colegio que se abría, el 21 de Noviembre, festividad de la Presentación de María en el Templo, había fiesta. En España se celebra desde 1650. En Galicia desde 1768, aquí en La Coruña desde 1917 y en el nuevo colegio del barrio de Selembao en Kinshasa, la capital del Congo, desde ahora. En cada lugar y en cada época se celebra de distinta manera: distintas canciones, distintas oraciones, distintos actos, pero en todos la fiesta se centra alrededor de María la Madre de Jesús. De toda su vida destacamos hoy la etapa de su infancia y adolescencia, por eso la llamamos cariñosamente la fiesta de la Niña María y la recordamos en esta tierra, en un país concreto: Palestina; en una época concreta: unos pocos años antes del comienzo de nuestra era, en una familia de judíos justos y creyentes, fieles a la Alianza del Señor. En ese contexto, María vive con sencillez y humildad, realizando las tareas propias de su condición y de su cultura, esforzándose cada día, en cada momento, poniendo todo de su parte para realizar el proyecto que Dios tenía sobre ella. En esta Eucaristía queremos sentirnos acompañados por la Virgen. La queremos en nuestra celebración. Dos alumnos traen al altar la imagen de la Niña María y, como es tradicional, los más pequeños del colegio hacen su ofrenda de flores como un día la hicimos nosotros. PETICIONES DE PERDÓN Canción: Perdónanos, Señor, y enséñanos a amar, sin muros ni fronteras, buscando la igualdad (2) Cuando caminamos por la calle, vemos personas diferentes y sólo por eso nos creemos superiores. Vemos otras realidades por encima del hombro, como si no tuvieran la misma categoría que nosotros. Señor, tu luz ilumina los obstáculos que nos impiden tratar a los demás como a nosotros mismos, pero nos resistimos en nuestros corazones, en nuestros hábitos, en nuestras decisiones y acciones cotidianas. Por eso PERDÓNANOS SEÑOR. A veces, nos dejamos llevar por la comodidad y el ocio. Hasta la misma palabra trabajo o esfuerzo nos asusta. No nos damos cuenta de que el trabajo es una forma de realización personal y de dignificación. Y, además, porque sintiendo la necesidad de empezar, hemos dejado la tarea a medio camino o nos cuesta continuar. PERDÓNANOS SEÑOR. Muchas veces vivimos como si nada tuviéramos que ver unos con otros. Somos indiferentes a las penas y problemas de los demás. Apartamos nuestras miradas de aquello que nos duele, que no nos gusta o no queremos ver. La realidad de África, y especialmente en el Congo, es una realidad muy dura de la que muchas veces nos olvidamos. Por eso PERDÓNANOS SEÑOR. Si todos cumpliéramos con justicia, amor y eficacia nuestro cometido en la vida, las cosas en el mundo marcharían mejor. La vida nos ofrece alternativas a escoger, y equivocamos en más de una ocasión la elección. Por eso PERDÓNANOS SEÑOR. Canción: Perdónanos, Señor, y enséñanos a amar, sin muros ni fronteras, buscando la igualdad (2) 1ª LECTURA Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los cristianos que vivían en Galacia. Queridos hermanos, aún cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros corregidle con espíritu de bondad, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado. Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo. No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembra, eso cosechará: el que siembra en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe. Palabra de Dios. Antífona cantada ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA (2) Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. A ti, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo; en ti, mi Dios, confío, porque sé que me amas. Yo espero siempre en ti. y sé que Tú nunca defraudas al que en ti confía Indícame tus caminos, Señor; enséñame tus sendas. Que en mi vida se abran caminos de paz y bien, caminos de justicia y libertad. Encamíname fielmente, Señor. Enséñame Tú que eres mi Dios y Salvador ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA (2) EVANGELIO Lectura del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo les dijo a todos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?. Palabra del Señor OFRENDAS RESPETO Vamos por la vida sin fijarnos en los demás, en sus problemas, los tratamos de cualquier manera. Con estas gafas queremos recordar la necesidad de mirar más allá de nuestro egoísmo y fijarnos en los sentimientos de los demás, en ser respetuosos. ESFUERZO Hemos trabajado en clase que en la vida todos tenemos una tarea que realizar, una cualidad que desarrollar para mejorar nuestro mundo. Traemos, como ofrenda, unos guantes, porque queremos agarrar las nuevas oportunidades que nos da la vida y afrontar sus problemas. Ofrecemos en esta celebración, el dar a los demás la seguridad de que el mundo puede contar con nosotros, que no le vamos a fallar, que vamos a poner todo de nuestra parte para merecer la vida que se nos da. COMPROMISO El proyecto Mobokoli es el nombre de un lugar donde niños, niñas y sus familias van a encontrar un trocito de lo que Dios quiere para todos. En la celebración de los 400 años ofrecimos semillas al recordar este nuevo proyecto. Hoy, que ya empieza a ser una realidad, ofrecemos uno de sus primeros frutos, esta planta para que nos anime a seguir comprometiéndonos por un futuro y un mundo mejor. RESPONSABILIDAD Con su inteligencia, el hombre es capaz de colaborar con Dios en la mejora del mundo, continuando su creación cuando hace las cosas bien o cuando realiza grandes inventos o descubrimientos. Ofrecemos este móvil, que nos recuerda la necesidad de poner el progreso, como signo de salvación, al servicio de Dios y de los demás y, también, de seguir en contacto con esta nueva realidad que nació hace dos años en el barrio de Selembao. Para que este proyecto Mobokoli siga en marcha y tenga éxito es necesario contar con dos grandes ayudas, el dinero que estamos recaudando durante estos días de fiesta y la Palabra de Dios. El dinero, para comprar lo necesario y pagar los gastos. La Biblia para orientarnos en la vida y recordar qué uso debemos darle a ese dinero. Con este pan y este vino que ahora te presentamos te queremos ofrecer nuestra vida joven, llena de ilusiones y proyectos. El alimento sagrado que vamos a recibir al comulgar nos dará fuerza para seguir tus huellas y para ser testigos de tu amor de tu paz y tu perdón. DESPEDIDANos señalaste un trozo de la viña y nos dijiste: venid y trabajad Nos mostraste una mesa vacía y nos dijiste: llenadla de pan Nos presentaste un campo de batalla y nos dijiste: construid la paz Nos sacaste al desierto con el alba y nos dijiste: levantad la ciudad Pusiste una herramienta en nuestras manos y nos dijiste: es tiempo de crear Señor Jesús. Te damos gracias por la posibilidad de celebrar hoy esta fiesta. Sabemos que tenemos una gran responsabilidad, seguir impulsando este proyecto de educación en el Congo. Inspíranos con tu amor, ayúdanos a cambiar nuestra vida y así poder cambiar también el mundo; contigo sabemos que es posible. Acompáñanos cada día a preparar tus caminos, actuando de tal modo que logremos acabar con la injusticia y el desamor. Ven a nosotros; infúndenos deseos de construir tu Reino; danos valor y la esperanza necesaria para tomar en serio el Evangelio. Sabemos que contamos con tu ayuda y por eso estamos dispuestos y queremos decir un SÍ agradecido y confiado como lo hicieron María y Juana de Lestonnac. Queremos renovar nuestro compromiso de continuar y soñar nuevos modos de tender la mano.