religión y sistema educativo español

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RELIGIÓN Y SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL
Por
ALBERTO PANIZO Y ROMO DE ARCE
Profesor Titular de Derecho Eclesiástico del Estado
Universidad Complutense
[email protected]
Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado 30 (2012)
RESUMEN: Artículo monográfico que sistematiza la posición que ha tenido en el contexto
educativo español la religión, partiendo de la Ley General de Educación que en 1970 contempló la
asignatura de religión con carácter obligatorio en cada uno de los niveles educativos, hasta la
actual Ley Orgánica de Educación, no sin antes analizar toda la problemática planteada por las
fases intermedias que han supuesto la LOGSE y la LOCE. Se aborda asimismo el interesante
horizonte que la jurisprudencia ha marcado en este ámbito, así como su proyección en el Derecho
comparado, lo que hace del estudio un conjunto compacto sobre una cuestión que, desde la época
constitucional, no ha dejado de tener una repercusión jurídico-social altamente significativa.
PALABRAS CLAVE: enseñanza religiosa; educación; derechos de los padres.
RELIGION AND SPANISH EDUCATIONAL SYSTEM
ABSTRACT: This article traces the place held by Religious Studies in the Spanish education
system since the General Act of Education that, back in 1970, treated it as a compulsory subject in
all schooling stages until the present Organic Act on Education, going through the various problems
posed by the intermediate phases of the LOGSE (Organic Act on the General Organisation of the
Education) and the LOCE (Organic Act on the Quality of Education). It also tackles the interesting
horizon created by Jurisprudence in this sphere, as well as its impact on Comparative Law, turning
the study into a block on an issue that, since the enactment of the Constitution, has constantly had
highly significant legal and social repercussion.
KEYWORDS: religious instruction; education; parents’ rights.
I.-INTRODUCCIÓN
Resulta nota común en la doctrina, la posición conflictiva que la enseñanza de la
religión ha supuesto en los niveles educativos no universitarios, desde el devenir del
período constitucional hasta nuestros días. Dicha cuestión ha sido y es, elemento
catalizador de antiguas divergencias entre organizaciones políticas, que a lo largo de
nuestro proceso democrático han intentado, de un lado, potenciar y desarrollar su
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protagonismo en el sistema educativo y, de otro, hacerla desaparecer de los planes de
estudio o, cuanto menos, relegarla a la simple consideración de actividad extracurricular,
no evaluable e impartida fuera del horario lectivo.
Nuestro objetivo en estas páginas, no es otro que el de exponer un análisis
sistemático, que desde el punto de vista jurídico explique el proceso legislativo que ha
desembocado en la regulación actual, no sin antes abordar el complejo aparato
jurisprudencial que sobre tal tema ha tenido ocasión de pronunciarse en múltiples
ocasiones el Tribunal Supremo, pasando por el análisis de los sistemas educativos de la
Unión Europea al respecto, para así llegar hasta la vigente Ley Orgánica de Educación,
en la que se detecta una cierta degradación normativa en detrimento de la formación
religiosa regulada en instrumentos legislativos anteriores, ya que no hay que olvidar que
la actual Ley Orgánica de Educación (en adelante LOE) sustituye a tres importantes
núcleos legislativos en materia educacional: LOGSE-1990 -Ley Orgánica 1/1990, de 3 de
octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo ; LOPEG-1995-Ley Orgánica
9/1995, de 20 de noviembre , de la Participación, Evaluación y el Gobierno de centros
docents ; y LOCE-2002, de 23 de diciembre de Calidad de la Educación (BOE de 24 de
diciembre de 2002), si bien , también modificó parcialmente: la LODE- Ley Orgánica
8/1985, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación (BOE de 4 de julio de
1985) ; y el Real Decreto 2377/1985, de 18 de diciembre, por el que se aprobó el
Reglamento de Normas Básicas sobre Conciertos Educativos (BOE de 27 de diciembre
1
de 1985) .
Si se analiza el proceso histórico desde que la Constitución de 1978 consagrara en su
artículado el derecho a la educación, el principio de libertad religiosa y el de laicidad del
Estado, puede apreciarse que el tema ha sido objeto de un continuo devenir de
posiciones doctrinales, y todo ello a partir de que numerosas normas jurídicas de ámbito
nacional y supranacional (tratados internacionales firmados por España) hayan definido
nítidamente los principios fundamentales en los que debieran basarse las normativas y
reglamentos reguladores de la enseñanza religiosa en nuestro país; y es que la
enseñanza religiosa es objeto de atención en múltiples órdenes normativos, tanto
nacionales como supranacionales, desde que el panorama legislativo se haya encargado
de determinar la titularidad del menor de edad respecto del derecho a la educación y a la
libertad de enseñanza, bien entendido que la patria potestad, a través de la relación
paterno-filial, es la que otorga a los padres, siempre en beneficio del menor, la capacidad
decisoria al respecto hasta que aquél llega a la mayoría de edad o a la emancipación,
según el sistema jurídico de que se trate.
1
Vid. León Benítez M., Alcance y consecuencias de la futura Ley Orgánica de Educación, en
“Revista Internauta de Práctica Jurídica”, agosto-septiembre 2006.
2
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Hasta que esta última situación tenga lugar, los padres tienen derechos y
responsabilidades en materia educativa sobre los hijos, y uno de estos derechos es el de
disponer sobre la educación de éstos en materia religiosa, de donde deriva también otra
potestad, como es la de elegir el tipo de centro educativo más acorde con sus
convicciones religiosas y filosóficas. Pues bien, será también aspecto importante de este
estudio, el de analizar jurídicamente el núcleo conflictivo que se manifiesta en la
posibilidad de elección entre una asignatura de religión u otra alternativa que puede ser
de contenido filosófico, ético o de estudio de la religión sin carácter dogmático, esto es:
2
como elemento propio de un campo anclado en un área de cultura y sociedad .
No cabe duda que el problema de la enseñanza religiosa en España ha sido fruto de
un proceso de decantación histórica inacabado, en el que han ido aflorando múltiples
tendencias acordes con la implementación de los diversos sistemas educativos que se
han sucedido en el tiempo, siendo el análisis histórico de aquel proceso un elemento
importante para la comprensión del fenómeno, por lo que también será objeto del estudio
la génesis histórica del problema, desde la óptica nacional, internacional y de Derecho
comparado.
El análisis de la actual Ley Orgánica de Educación al respecto, orientará nuestra
investigación sobre el marco central que posibilita la enseñanza religiosa en el sistema
educativo español y sobre la posibilidad de que en este supuesto, el alumnado tenga
oportunidad de elección entre la católica y otras religiones, según los diferentes acuerdos
con otras confesiones, o bien, en la segunda hipótesis, de elección de la asignatura
“historia de las religiones”. Se trata de un estudio histórico de conjunto; esa es su
originalidad, que sistematiza la evolución del propio sistema desde la Ley de 1970 hasta
la actual Orgánica, analizando los avatares jurisprudenciales, evolutivos y de Derecho
comparado que el tema propicia.
II.-ANTECEDENTES: FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES Y PACTICIOS
No hay duda de la inflexión que supuso la Constitución de 1978 en el tratamiento
docente de la religión dentro del sistema educativo, es por ello por lo que entendemos
que es precisamente esa fecha, la que implica un punto de partida que justifica
plenamente un cambio de sentido, razón que justifica abordemos primeramente el
estudio histórico del tema, dentro de la etapa preconstitucional definida como “nacionalcatolicismo”, que arranca justamente del término de la contienda civil, hasta la
aprobación de nuestra Carta magna.
2
Vid. Rodrigo Lara,B. El papel del menor de edad en la enseñanza religiosa, pág.76, en
“Educación y religión.Una perspectiva de Derecho comparado”, Granada 2008, varios autores.
3
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En efecto, resulta una constante que se reproduce en todas las fases del sistema
educativo preconstitucional, el dato de que la religión católica, lejos de ser una
asignatura más, pasaba a tener un protagonismo constitutivo que marcaba todos los
aspectos que estructuraban el sistema educativo, desde sus cimientos, hasta sus
postulados más puntuales.
En esta fase histórica, pude afirmarse que la escuela se encontraba “tomada” por la
religión, no se concebía otro tipo de educación más que la religiosa, que desde la
vertiente católica, influía y marcaba totalmente el sistema; de ahí que, hasta la Reforma
Villar Palasí de 1970, la enseñanza exclusiva de la religión católica además de insertarse
en el plan de estudios como cualquier otra asignatura, su influencia constituía una forma
de llevar a cabo la docencia en el mensaje y en la moral católica, misión que la Iglesia
ejercía utilizando la infraestructura educativa en el más amplio sentido de la expresión,
esto es: tanto a través de los centros docentes próximos a la Iglesia, como a través de
otros instrumentos que venían a significar el protagonismo que el Régimen otorgaba a la
autoridad eclesiástica, tales como la intervención en el sistema de censura y en el
programa nacional que afectaba a las editoriales pedagógicas del país, pudiendo en
consecuencia hablar de un doble orden de protagonismo: uno general de carácter
estructural, y otro meramente docente centrado en el contenido de la asignatura.
Partiendo de este último, la asignatura referida a la enseñanza primaria y media, tenía su
núcleo en el “catecismo” (credo, mandamientos, sacramentos y vida cristiana) y en la
historia sagrada, esta última enfocada a las etapas medias de la estructura educativa, y
todo ello completado con la liturgia, los sacramentos a practicar en toda una serie de
actividades extraescolares , que revestidas de un carácter obligatorio, venían a
configurar el ámbito exclusivo de intervención de la Iglesia en el sistema.
En este estado de cosas, y partiendo de la base de la confesionalidad del Estado,
todo se circunscribía a la religión católica, quedando las restantes al margen, como es
lógico en este tipo de opción política. Los problemas antropológicos del alumno y las
grandes cuestiones sociales al respecto estaban prácticamente ausentes; todavía era
prematuro plantear la relación entre fe y cultura, ya que esta última se vinculaba a la
primera.
Los profesores eran, principalmente en el bachillerato, sacerdotes; en cambio, en
primaria eran los propios maestros quienes impartían la religión y se preocupaban de la
vida moral de los alumnos. El método, por lo general, era magisterial y los profesores
estaban deficientemente preparados en didáctica, en relación con los profesores de otras
materias. Las ciencias normativas eran las teológicas y, de modo particular, el dogma y
la moral cristiana; secundariamente, la exégesis y la historia de la Iglesia. Las ciencias
4
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pedagógicas y la ciencia de la religión comparada no contaban o, a lo más, se
consideraban de modo marginal.
3
En 1969 aparece el documento titulado “La Iglesia y la educación en España hoy” ,
documento importante que servirá de referencia sobre la catequesis española, aunque
no es un instrumento explícitamente catequístico. La preocupación de fondo se centra en
la educación, si bien es claro el marcado carácter catecumenal de la misma en el más
puro estilo confesional. Todo está basado fundamentalmente, en una educación en la fe
realizada en la escuela; todo es explicable en un momento de cambio y revisión del
sistema educativo español, cuya Ley General de Educación (LGE) sería aprobada en
1970, aunque ya se respiraba anteriormente ese ambiente evolutivo. El documento
pondrá por primera vez de manifiesto algún atisbo de evolución, aunque sin dejar de
incidir en la fuerza que se otorga a la escuela como institución educativa, pero, a la vez,
complementada sobre todo en la enseñanza primaria por la parroquia y la familia
cristiana.
El comienzo de la década de los 70, supondrá un cambio sustancial, al implicar una
serie de momentos nuevos en el modo de entender la enseñanza de la religión,
distinguiéndose una primera etapa que va desde 1970 a 1975, en la que se comprende
la religión como configuradora de la formación humana integral, momento que podríamos
denominar “la religión en la formación integral”; y un segundo momento, que irá desde
1976 a 1982, en el que se plantea la libre opción ante la enseñanza de la religión, con la
asignatura de ética enfrente como alternativa. Asimismo, se podría aludir a un tercer
momento de “precariedad en la enseñanza religiosa”, desde 1983 a 1985, con el duro
revés que supone para la disciplina su propio cuestionamiento en base a la laicidad
estatal, para terminar con una última fase de 1986 a 1993, que denominaríamos
“momento del área de religión”, dado que se plantea, no como simple asignatura o
materia, sino como verdadera área educativa.
Entre 1970 y 1990 sucederán, una serie de acontecimientos vitales para la
enseñanza religiosa en la escuela española. El 28 de julio de 1970 se aprueba en las
Cortes españolas la Ley General de Educación y de Financiación de la Reforma
Educativa; su artículo primero establecía como fines de la educación en todos sus
niveles y modalidades “la formación humana integral, el desarrollo armónico de la
personalidad y la preparación para el ejercicio responsable de la libertad, inspirados en
el concepto cristiano de la vida y en la tradición y cultura patrias; la integración y
promoción social y el fomento del espíritu de convivencia; todo ello, de conformidad con
3
Vid. Martínez Malagón A., La enseñanza escolar en España; recorrido histórico, en “Religión en
la escuela. org”., Madrid 2010.
5
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lo establecido en los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales
4
del Reino .
Esta Ley contempló la asignatura de religión con carácter obligatorio en cada uno de
los niveles educativos que regulaba (si bien, desde 1980 el alumnado podría elegir entre
religión o ética), así en la Educación General Básica, se hacía referencia a los
“fundamentos de la cultura religiosa” (art.17); en el Bachillerato, se introducía la
formación religiosa entre las materias comunes (art.24); en la Enseñanza Profesional, se
establecía que correspondería al Gobierno la aprobación de los planes de estudio en sus
distintos niveles, tras haber escuchado a las entidades de carácter público o privado,
“más directamente interesados en la materia” (art. 42), no se especificaba en este
sentido, pero se dejaba la puerta abierta para que la Iglesia, como así fue, pudiera
intervenir en los programas y en el plan de estudios. La primeras dificultades que surgen,
no vienen de los grandes principios, sino de las aplicaciones prácticas de la Ley; pronto
los Obispos españoles levantarían la voz para abogar por un mayor protagonismo de la
Iglesia en el concierto educativo.
Lo cierto sería que, a las dificultades que la ley de 1970 tuvo desde el inicio,
provenientes de su desarrollo orgánico, se sumaron en 1976, otros elementos que
convulsionaron el mundo de la enseñanza religiosa, y que serían el preámbulo de una
nueva comprensión de la asignatura de religión en la escuela a partir de una serie de
documentos que verán la luz fenecido el Régimen en 1975. La sociedad española sufre
a su vez rápidos y profundos cambios en lo que a la escuela se refiere, saliendo a la luz
un documento del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid titulado “Alternativa para
la enseñanza”; este documento puede ser entendido como un manifiesto que muestra el
pensamiento de un conjunto social que comienza a darse a conocer públicamente y que
supone el desmembramiento de muchas posiciones mantenidas por inercia, sin una
amplia reflexión social. El interrogante fundamental de este documento fue: ¿Qué
modelo de educación se hubo llevado a cabo hasta ese momento en España?. A esa
pregunta surgieron diversas respuestas que llevaron a un sector eclesial, dedicado a la
5
enseñanza, a sentir una especie de complejo de culpabilidad .
Otra cuestión que afectaba directamente a la enseñanza religiosa, planteada por el
documento fue la siguiente: ¿tenía la enseñanza religiosa un puesto en la escuela,
dentro de la sociedad pluralista que con el cambio de régimen se vislumbraba? Como
respuesta a esta cuestión recobraría conciencia la necesidad de un nuevo estatuto
referencial para la religión en la escuela, que tendrá su culminación en un nuevo
6
4
Boletín Oficial del Estado nº 187, de 16 de agosto de 1970.
5
Martínez Malagón A., op.cit, pág 6.
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6
documento de 1979 sobre la enseñanza religiosa escolar . No hay que olvidar, que de
1976 a 1979, la educación y la enseñanza de la religión en España atraviesan por
momentos críticos dentro del clima de construcción de la reciente democracia, en el que
se pone sobre la mesa la misma redacción del artículo, que sobre la enseñanza, pasará
a formar parte del texto constitucional. La postura de la Iglesia se puede resumir en
palabras del Arzobispo de Zaragoza y Presidente de la Comisión Episcopal de
Enseñanza y Catequesis, Elías Yanes : “La actividad docente en la enseñanza escolar
no puede ser neutra. Supone siempre una asimilación crítica de la cultura, y esto no
puede hacerse sin una referencia a una determinada escala de valores , a una
determinada orientación de la existencia humana. Pero no son ni el estado, ni los
partidos políticos, ni el profesorado, quienes tienen que decidir sobre cuál tiene que ser
la concepción de la vida conforme a la cual se debe educar a las nuevas generaciones.
Este derecho corresponde propiamente a los padres”.
Lo cierto es que la crisis iniciada en 1976, finalizaría al ser aprobada la Constitución
española en 1978 y los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede de 1979;
antes de entrar en su análisis, es preciso mencionar que a lo largo de este periodo se
suceden varios documentos avalados por la Conferencia Episcopal, que intentan dejar
delimitada la postura de la Iglesia española, pudiendo mencionar el de 24 de septiembre
de 1976: “Los problemas actuales de la enseñanza”; de 25 de junio de 1977: “La
enseñanza religiosa en las escuelas”; de 27 de junio de 1978: “Derechos fundamentales
de la educación”; y de 10 de julio de 1978: “ La presencia y la acción de la Iglesia en la
educación”, conocido este último con el nombre de Documento de Santiago de
Compostela, primera programación trienal de la Comisión Episcopal de Enseñanza y
Catequesis.
Todos estos documentos aportaron una triple argumentación. En primer lugar,
justificaron la presencia de la Iglesia en la escuela desde la definición misma de escuela;
esto es: entendiéndola como lugar de formación integral de la persona y subrayando
como una parte de esa integridad, la dimensión religiosa. En segundo lugar, se dijo que
la enseñanza religiosa tenía que ser algo normal en los centros, equiparada en todo con
las demás con las demás asignaturas, y garantizando el derecho a recibirla para todos
aquellos que lo desearan. Finalmente se argumentaría que todos los grupos tienen el
derecho de ser reconocidos y, por tanto, de promover y tener escuelas propias dentro de
una sociedad pluralista. En este período histórico, todavía la comunidad española viviría
de manera unitaria la presencia de la religión y de la Iglesia en la escuela.
6
Martínez Malagón A., op.cit, pág 10.
7
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En 1978 se promulga la Constitución española en vigor, en la que el hecho de que la
religión mayoritaria y oficialmente única hubiera sido la católica, tuvo un peso importante
de cara a su redacción, y en el marco de las relaciones que el Texto fundamental
estableció para el Estado y las entidades religiosas, el artículo 16, de un lado, garantizó
la libertad religiosa, ideológica y de culto y, de otro, establecerá que ninguna confesión
tendrá carácter estatal, regulando el mandato a los poderes públicos de tener presente
las creencias religiosas de la sociedad española, manteniendo las correspondientes
relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones.
En el ámbito educativo, esta libertad religiosa se articula en los puntos 3 y 6 del
artículo 27 del texto constitucional que recoge el derecho que asiste a las familias para
que sus hijos reciban formación religiosa y moral de acuerdo a sus propias convicciones,
estableciendo asimismo la libertad de creación de centros docentes por parte de
personas físicas y jurídicas (también de las entidades religiosas), evidentemente, dentro
del respeto a los principios constitucionales.
Es importante resaltar que, en relación a las tensiones de nuestra reciente historia, el
marco establecido por la Constitución de 1978 es muy diferente al recogido por la
Constitución de 1931, que en su artículo 3 disponía que el Estado español no tenía
religión oficial. Paralelamente en su artículo 26, se determinaba la separación absoluta
entre el Estado y la Iglesia, disolviendo la Compañía de Jesús y restringiendo las
actividades de las demás órdenes religiosas en virtud de una ley especial posterior que,
entre otros aspectos, había de prohibir el ejercicio de la industria, el comercio y la
educación. En su artículo 27, se garantizaba la libertad de conciencia y la posibilidad de
todas las confesiones de ejercer sus cultos privadamente.
El marco dispuesto por la Carta magna de 1978 es el propio del Estado aconfesional
o laico, no partidario o seguidor de ninguna confesión religiosa, pero respetuoso con las
convicciones religiosas de los ciudadanos. De esa manera, se separa tanto del modelo
de 1931 que pretendía una sociedad sin presencia alguna del fenómeno religioso, como
del modelo de Estado confesional posterior.
La Constitución de 1978 no utiliza el término laicidad, ni tampoco éste se encuentra
en nuestro constitucionalismo histórico, donde exceptuando el período de 1931, nunca
ha existido una proclamación constitucional de la separación entre el Estado y la Iglesia
católica. El concepto de laicidad para definir el alcance de la libertad religiosa dentro del
Estado español y las consiguientes relaciones de éste con las Entidades religiosas se
deberá a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que, después de unas primeras
dudas iniciales, ha utilizado y construido de manera contundente el concepto
8
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7
constitucional de laicidad . Estos cambios tan fuertes en la reciente historia del Estado
español, sobre concepción y tratamiento del fenómeno religioso y de la libertad religiosa,
han provocado tensiones en el debate político, social y jurídico, dichas tensiones se
manifestaron de forma muy clara en el campo de la educación. Ya estuvieron presentes
en la elaboración del texto constitucional y han estado vivas en el debate de todas las
leyes educativas.
Qué duda cabe que en una sociedad democrática, es muy clara la necesidad de un
consenso tanto social como político para configurar, regular o modificar cuanto sea
necesario para el desarrollo de la convivencia, convirtiéndose tal precisión en el punto de
partida necesario de una sociedad cohesionada. Sin embargo, en el sistema educativo
dicho consenso no se produjo ni consiguió, entre otros motivos , principalmente, por el
trato de la libertad religiosa en el mismo. En este sentido son importantes algunas
8
reflexiones doctrinales en referencia a la situación histórica contemporánea del Estado
español, al indicar cómo ésta puede ser contemplada desde la perspectiva de la tensión
entre la uniformidad y el pluralismo a todos los niveles, conllevando a nivel social un
inmenso déficit histórico de diálogo entre sus pluralidades y un inmenso superávit de
intolerancia. En este contexto, la transición democrática, con sus posibles insuficiencias,
tuvo la gran virtud de diseñar un marco político, jurídico y social de convivencia, en el
que el gran reto posterior sería el posibilitar su desarrollo en el devenir diario, aspecto
este que con el desarrollo temporal, no ha tenido una implementación satisfactoria y de
desarrollo homogéneo en todos sus sentidos, especialmente en el entorno político-social.
Sentado esto, las particularidades de nuestro sistema educativo puede decirse, se
encuentran en dos precisiones que no figurarían en un texto constitucional laico; son las
siguientes:
9
1º- El artículo 16,3 de la Constitución española indica que los poderes públicos
tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán
las consiguientes relaciones de cooperación entre la Iglesia católica y las demás
confesiones.
2º- El artículo 27.3 garantiza, por parte de los poderes públicos, a las familias,
el derecho que les asiste para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral
7
Vid. Suárez Pertierra G. Reflexiones acerca de la relación entre libertad de enseñanza e ideario
del centro educativo, en “Anuario de Derechos Humanos”, Madrid, 1983.
8
Vid. Díaz Salazar R., La España laica, Madrid 2007, págs.157-158.
9
Vid. Gómez Llorente L. El papel de la religión en la formación humana, en , en “Mundo
Cristiano”, Bilbao, 2001, pags.355-292.
Vid. igualmente, Martínez Blanco A. La enseñanza de la religión en los centros docentes a la luz
de la Constitución y el Acuerdo con la Santa Sede, Universidad de Murcia, 1994
9
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que esté de acuerdo a sus propias convicciones.
A su vez, en estas dos líneas maestras constitucionales, interfiere el principio de
laicidad constitucional, operando como el eje principal de la política educativa que desde
la promulgación del texto fundamental ha regido hasta nuestros días. En este sentido, la
laicidad como forma de configuración social, se traduce en el ámbito educativo en tres
aspectos, recogidos en el propio texto constitucional:
1º) El derecho a la educación y a la libertad de enseñanza (artículo 27.1). La
Constitución española de 1978 no permite una concepción neutral o aséptica de la
educación, sino que la dota de una finalidad, al establecer como objeto de la
educación el pleno desarrollo de la personalidad humana con el respeto a los
principios
democráticos
de
convivencia
y
a
los
derechos
y libertades
fundamentales (articulo 27.2).
2º) La libertad de creación de centros docentes (artículo 27.6), que se
encuentra en la línea del constitucionalismo histórico y reconoce la importancia del
sector privado dentro del sistema educativo. De esta manera el carácter público de
dicho sistema, no impide que su prestación se puede realizar por centros privados
concertados. En este supuesto -el de gestión privada de un servicio público
mediante concierto económico-, el poder de dirección del titular del centro se
encuentra limitado por la intervención del profesorado, las familias y, en su caso,
el alumnado, en los términos establecidos legalmente (artículo 27.7).
3º) Los derechos educativos de las familias, que en función de la edad de sus
hijos e hijas, son dos: uno genérico, consistente en escoger el tipo de educación
que deseen; otro específico, que implica la elección de la formación religiosa o
moral de acuerdo con sus convicciones religiosas (artículo 27.3).
Pues bien, dentro del sistema educativo, existen aspectos que han entrado en
conflicto cuando de derechos educativos de las familias se trata, en relación con el
principio de laicidad constitucional; pueden sintetizarse en los siguientes puntos:
1º) La elección de centro. La obligatoriedad del acceso al sistema educativo y
su indudable beneficio para el propio desarrollo personal precisa que la elección
de centro sea fundamental, lo que comporta en el momento actual una doble
posibilidad: de una parte, la elección de un centro privado no concertado, con un
ideario que se ajuste a los criterios familiares del alumno. Aquí el problema que se
plantea es económico, ya que el coste de la escolarización irá a cargo de las
familias. De otro lado, sería el de la elección entre diferentes centros sostenidos
10
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con fondos públicos. En puridad este derecho no se deriva directamente del
artículo 27 de la Constitución, el cual permite la elección de un centro diferente a
los ofertados por los poderes públicos, creado al amparo de la previsión
constitucional de libertad de creación de centros docentes (art. 27.6).
La cuestión se puede concretar en la configuración de los puntos 1,3,4 y 5 del
artículo 27 de la Constitución. La obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza
comportan el diseño de una programación general de la misma, de un sistema
educativo público. Este sistema educativo ha de ser necesariamente neutral y
reflejo de la pluralidad de un Estado democrático. El texto constitucional también
reconoce la libertad de enseñanza por parte de los docentes, y el derecho de los
padres a que sus hijos reciban la formación moral que esté de acuerdo con sus
propias convicciones.
En este sentido, cabe la pretensión de que los menores vayan a un centro
concertado de una determinada orden religiosa, de acuerdo con sus propias
convicciones religiosas, alegando una identificación con el ideario docente. Es
bien cierto que detrás de esa idea se pueden esconder otras pretensiones
relacionadas con una supuesta mejor calidad de la enseñanza, o también el
rechazo del alumnado inmigrante de otra religión.
2) La elección de un sistema educativo alternativo. Esta posibilidad plantea de
entrada una total desconfianza con el sistema educativo vigente, apuntando algún
autor
10
la posibilidad de elección por motivaciones fundadas, tanto en creencias
religiosas, como por otras, de un sistema alternativo al existente. En tal sentido se
pronunció el Tribunal Constitucional en la sentencia 5/81, de 13 de febrero, que
seguidamente trataremos, siendo un claro exponente de formación alternativa.
3) La posibilidad de objeción de conciencia a cursar determinadas materias o
asignaturas. Esta objeción de conciencia comporta, en cierta manera, una
negación del sistema educativo vigente, el cual se considera, por parte de las
familias, como si los poderes públicos les usurparan aspectos propios de su
ámbito en el terreno educacional afectando a la libertad de conciencia y a la
religiosa. En el contexto del sistema educativo español, esta circunstancia se ha
planteado con el área o asignatura de “educación para la ciudadanía”, que con la
Ley Orgánica de Educación, ocupa un lugar destacado en la configuración del
10
Vid. Codina Esmet J. La libertad religiosa y el derecho a la educación. El sistema educativo del
Estado español, en “I Congreso Internacional Hispano-Portugués sobre Libertad Religiosa,
(Unileon.es/dp/ade/ codinaesmet, 2012, págs 3 ss.
Vid. Vázquez García-Peñuela J. La enseñanza de la religión católica en España, en “Ius
Canonicum”, vol.XVL, 2005
11
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mismo. Aunque esta objeción de conciencia afecte más al ámbito de la libertad de
conciencia que a la libertad religiosa, el debate se ha mezclado y judicializado, con
sentencias, en un principio con resoluciones de los Tribunales Superiores de
Justicia y posteriormente con su resolución definitiva por el Tribunal Supremo
11
;
tales sentencias niegan la posibilidad de objeción de conciencia, si bien
determinan claramente la necesidad de que la enseñanza del área o asignatura
sea ajustada a Derecho. En este sentido, se indica cómo el dato de que “el deber
jurídico de cursarla sea válido, no autoriza a la Administración -ni tampoco a los
centros docentes, ni a los profesores concretos- a imponer o inculcar, aunque sea
de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que
en la sociedad española son controvertidas . Esto es consecuencia del pluralismo,
consagrado como valor superior de nuestro ordenamiento jurídico, y del deber de
12
neutralidad ideológico del estado, que prohíbe cualquier forma de proselitismo” .
4) El uso de signos o símbolos de identidad religiosa y cultural en los centros
docentes. Esta cuestión se encuentra conectada con el ideario del centro docente,
que habrá de estar acorde con la escasa normativa estatal y autonómica al
respecto. En tal sentido, el artículo 27,6 de la Constitución concreta la manera de
ejercer la libertad de enseñanza, al establecer que el reconocimiento de la libertad
de creación de centros docentes, se ejercerá dentro del respeto a los principios
constitucionales.
5) El uso de determinados símbolos y tipos de ropa, tanto por parte de
alumnado, como del profesorado y demás personal del centro. Resulta evidente
que el uso de ciertas vestimentas que entronquen con una determinada forma de
ser, pueden ampararse en el derecho fundamental de libertad religiosa (art.16
Constitución), o dentro del derecho a la propia imagen (art. 18 Constitución).
Dentro de ese marco de referencia, los miembros de la comunidad educativa
encontrarían amparo para exhibir y portar símbolos religiosos de su elección, de
acuerdo con su opción, tanto de fe, como de identidad cultural.
El uso aludido, dependerá del tipo de centro; los públicos habrán de desarrollar
sus actividades con sujeción exclusiva a los principios constitucionales; los
privados concertados, deberán compatibilizar la neutralidad con su ideario. La
problemática principal se plantea en relación a los centros que forman parte del
sistema educativo público -centros públicos y centros privados concertados-,
11
Sts. Tribunal Supremo 340, 341 y 342/2009, de 11 de febrero 2009.
12
Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación .
12
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
siendo una cuestión compleja y reiterativa como lo demuestran la presencia de
belenes y símbolos religiosos que en navidad y semana santa resulta una práctica
muy extendida en centros docentes, al igual que la presencia de crucifijos en
centros escolares públicos, y sobre todo, en privados concertados vinculados a
alguna orden religiosa; finalmente, los centros no concertados privados, no
necesitan compatibilizar dicha neutralidad con el ideario, el cual exclusivamente
tendrá que cumplir con las normas constitucionales.
Dentro de este marco de referencia, existen varias sentencias paradigmáticas
que han dejado huella de la jurisprudencia internacional
13
, como la del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, entre las que destacamos la del caso Valsanús
contra Grecia, donde en una sentencia de 6 de julio de 1995, ese Tribunal estimó
que una alumna no podía invocar sus convicciones religiosas para negarse a
cumplir el reglamento del colegio. También es de destacar el caso Dahlab contra
Suiza, relativo a una profesora del cantón de Ginebra, que había sido objeto de
sanciones por negarse a dejar el velo; en este caso el tribunal, rechazó la
demanda por Auto de 15 de febrero de 2001, al entender que la prohibición de
llevar velo en una actividad que afectaba a la enseñanza primaria constituía una
mesura necesaria en una sociedad democrática. En relación con el mismo tema,
en octubre de 2007, una situación que la propia Generalitat de Cataluña calificó de
“aislada” dentro del sistema educativo catalán, se produjo en un colegio público de
Girona: la dirección del centro prohibió la entrada al misma a una estudiante por
vestir el chador, amparándose en su código interno; el Departamento de
Educación de la Generalitat de Cataluña envió una resolución al centro educativo
obligando a la readmisión de la alumna, argumentando que esa determinada
manera de vestir, no entorpecía la actividad académica.
6) La ubicación de la enseñanza de la religión en la actualidad se encuentra
garantizada en el artículo 27.3
de la Constitución. En relación a la religión
católica, se garantiza de manera concreta en el Acuerdo entre la Santa Sede y el
Estado español sobre enseñanza y Asuntos Culturales, ratificado el 3 de enero de
1979. Junto a este Acuerdo, destacan otros instrumentos pacticios referidos a las
religiones islámica, protestante e israelita (Acuerdo de Cooperación del Estado
13
Vid. González Rivas J. Introducción y contenido constitucional del artículo 16 de la C.E.,
aconfesionalidad y laicidad , en “Pluralismo religioso y Estado de Derecho”, Madrid, 2004,CGPJ,
págs 13-41.
Vid. De la Hera Pérez.Cuesta A. ,Martínez Codes R. La libertad religiosa en la educación escolar,
Ministerio de Justicia, Madrid 2002.
Vid. asimismo, Martínez Torrón J. Religión, Derecho y Sociedad, antiguos y nuevos
planteamientos en el Derecho eclesiástico del Estado, Granada 1999.
13
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Iustel
con la Comisión Islámica de España -BOE nº 272, de 12 de diciembre de 1992-;
Acuerdo de Cooperación del Estado con la Federación de Entidades Religiosas
Evangélicas de España -BOE nº 272, de 12 de diciembre de 1992-; Acuerdo de
Cooperación del Estado con la Federación de Comunidades Israelitas de España BOE nº 272, de 12 de diciembre de 1992-).
De acuerdo con este marco jurídico, la enseñanza de la religión católica es
voluntaria, por respeto a la libertad de conciencia, y es una decisión de las
familias. Esta enseñanza, que abarca desde la educación infantil al bachillerato, se
habrá de realizar en condiciones similares a las demás disciplinas fundamentales
y no puede suponer discriminación en la actividad escolar.
Sintetizando el tema en relación con la religión católica, el marco establecido
por las leyes reguladoras del sistema educativo -tanto en la Ley Orgánica 1/90, de
3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), como en la
actual Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE)- ha sido el de
una oferta de enseñanza de la religión voluntaria para el alumnado y obligatoria
para los centros, de acuerdo con un itinerario diferente para cada confesión
religiosa que tenga suscritos acuerdos con el Estado español, con la excepción de
la Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación -de
corta vigencia-, que desató una gran polémica, al pretender la implantación como
obligatoria del área o asignatura de “sociedad, cultura y religión”, desde la
educación primaria hasta el bachillerato, con dos itinerarios alternativos, uno de
carácter confesional y otro laico.
Para terminar con este análisis evolutivo, resulta imprescindible acudir al
mencionado Acuerdo Sobre Enseñanza y Asuntos Culturales de 1979, de 3 de
enero (BOE de 15 de diciembre). El Texto pacticio siguió para su aprobación las
formalidades de los Tratados Internacionales a tenor del artículo 94
de la
Constitución, por lo que su eficacia traerá fundamento de los artículos 96.1 de la
citada Norma fundamental y 1.5 del Código Civil, estando ante un AcuerdoTratado que se ha de presumir constitucional, ya que ni se ha hecho uso de la
disposición constitucional del artículo 95.1 C.E., ni ha sido denunciada su
hipotética inconstitucionalidad.
Con el Acuerdo se ha producido una reserva de materia específica: la
enseñanza de la religión católica. Esta ha de ser impartida en determinados
centros por un personal con especiales características, entre las que se encuentra
“ab initio” la propuesta vinculante de su nombramiento por la jerarquía
14
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
14
eclesiástica . En el mismo se garantizaba el derecho a recibir la enseñanza de la
religión católica en todos los niveles educativos (artículo II), estableciendo que la
enseñanza religiosa sería impartida por las personas que, para cada año escolar,
sean designadas por la autoridad académica entre aquellas que la autoridad
eclesiástica proponga para ejercer esa enseñanza.
Desde el punto de vista de la aplicación de la asistencia religiosa en los centros
públicos, el desarrollo del Acuerdo delineaba tres posibilidades al respecto:
a) Modalidad de integración orgánica: sería aquella en la que el personal
religioso docente pertenece a la Administración pública, bien como integrante de la
organización donde presta la asistencia religiosa, bien como personal al servicio
de la misma.
b) Modalidad de relación contractual: consiste en la dependencia de los
ministros de culto autorizados al respecto por la Administración pública como
personal contratado; se trata de personal no integrado directamente en la
Administración educativa.
c) Modalidad de libertad de acceso: representa una opción en la que el docente
tiene reconocidas por la Administración funciones pastorales, pero sin vinculación
15
orgánica alguna .
Sin duda, el devenir legislativo posterior, incidirá fundamentalmente en dos aspectos:
de un lado, en la obligatoriedad de la asignatura y la posibilidad de elección de materias
alternativas; de otro, en el régimen económico laboral de los profesores de religión.
Por otra parte, tal y como señalamos anteriormente, se han suscrito tres Acuerdos
con confesiones religiosas acatólicas; veamos sus rasgos más característicos:
En lo concerniente a la confesión protestante, su ámbito de acción se centra en las
Iglesias Evangélicas, debiendo diferenciar la Iglesia Evangélica Española de la Unión de
Iglesias Adventistas. La Iglesia Evangélica Española IEE en la actualidad tiene dos
centros docentes en la Comunidad de Madrid, sobre cuya organización basculan todos
los demás: “El Porvenir” y el “Juan Valdés”; en el proyecto educativo de dichos centros
se hace constar su carácter propio, tratándose de colegios evangélicos que dan
respuesta a la vocación educadora de la confesión protestante. Están abiertos a todos
14
Vid Cubillas Recio M. Enseñanza confesional y cultura religiosa, Valladolid, 1997, págs.131 ss.
Vid. Asimismo Lorenzo Vázquez P. En torno al carácter propio de los centros docentes, en
“Persona y Derecho”, nº 4, 1994
15
Vid. Contreras Mazario J. Laicidad del Estado y asistencia religiosa en centros docentes,
Madrid, 2002, pags. 146 ss.
15
RGDCDEE 30 (2012) 1-51
Iustel
los alumnos, basando su educación en el principio de la “sabiduría como temor de Dios”;
es el lema que inspira su vocación, junto con el amor a la verdad, la justicia y la paz.
Entre sus objetivos se encuentran:
-La convivencia escolar en un clima de respeto mutuo.
-Crear un hábito de trabajo intelectual en el alumno, que le capacite para
aprender, asimilar y exponer conocimientos.
-Educar para participar en la sociedad conforme a los principios de
participación, tolerancia, respeto y aceptación mutua.
-Vida interior, potenciando la orientación como ayuda en el proceso de
maduración del alumno, impulsando la acción tutorial para conseguirlo.
Por lo que respecta a la Unión de Iglesias Adventistas, decir que esta iglesia tuvo que
integrarse en la FEREDE, al no cumplir el requisito del “notorio arraigo”. En 2002
conmemoró su presencia en España, disponiendo en la actualidad de cuatro centros
docentes: en Barcelona; el más antiguo (1960), en Zaragoza y en Madrid, con dos
colegios que imparten enseñanza religiosa no universitaria en todos los niveles. Estos
centros se encuentran abiertos a todo el alumnado, sean o no adventistas. La clase de
Biblia enseña los valores del evangelio, realizando un enfoque global, siendo principios
fundamentales la coeducación, la enseñanza individualizada y la participación de todos
16
sus miembros a través del Consejo Escolar .
En lo referente a la confesión islámica, esta comunidad adopta un sistema de
integración en un grupo definido a través de la legua árabe, la lectura del Corán y el
estudio de su propia historia. Tiene un compromiso con los valores islámicos a través de
cinco pilares:
-La profesión de fe en un solo Dios.
-La oración cinco veces al día.
-El ayuno de Ramadán, desde el alba a la puesta de sol.
-La limosna ritual.
-La peregrinación a la Meca en el último mes del calendario islámico, al menos
una vez en la vida.
16
Vid. Fernández Coronado A. Los Acuerdos del Estado español con la Federación de Entidades
Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) y Federación de Comunidades Israelitas , en
“Anuario de Derecho eclesiástico del Estado”, VII, 1991.
16
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
La enseñanza religiosa se concentra a través de las enseñanzas coránicas por los
Imanes de las mezquitas, con intervenciones en los centros de enseñanza
17
particularmente concertados .
Finalmente, y en lo que concierne a la confesión judía, la Federación de
Comunidades Israelitas reunía los requisitos precisos y de notorio arraigo, ya que esta
Federación agrupa a los creyentes judíos que han mantenido ininterrumpidamente una
presencia milenaria en España, diferenciada y conocida a nivel social.
En el ámbito de la enseñanza, la Comunidad judía está presente en nuestro país
desde 1965, año en el que se creó un pequeño centro docente; en 1978 se funda el
Centro de Estudios “Estrella Toledano” en Madrid y otro en Barcelona. Sus
representantes asisten la enseñanza religiosa de los centros de enseñanza media en
base a las condiciones pactadas en el Acuerdo con el Estado, a través de una serie de
líneas básicas: Identidad, en los colegios abiertos a todos los alumnos para dar una
formación integral conforme a la religión judía; objetivos concretos de proporcionar una
acción formadora de la familia, conforme a programas oficiales, con la transmisión de los
valores morales, culturales y religiosos del judaísmo.
El profesorado es seleccionado por su cualificación. El programa del judaísmo y
lengua hebrea está supervisada por las autoridades competentes judías, extendiéndose,
en su caso, a todos los niveles educativos no universitarios.
III.-LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN EN LOS SISTEMAS EDUCATIVOS DE LA UNIÓN
EUROPEA; DERECHO COMPARADO
Constituye un argumento reticente de las opciones detractoras de la religión como
asignatura curricular en la enseñanza no universitaria, el hecho de que su presencia no
tiene parangón con el tratamiento que en otros países europeos se otorga a esta
cuestión; resulta de gran interés un estudio comparativo para acreditar lo erróneo de
dicha posición, detectándose en la practica totalidad de los países europeos un
protagonismo constante de la presencia en los planes de estudio de esta asignatura con
una importancia curricular similar a las demás asignaturas. Resulta de gran interés un
análisis puntual de los principales países en torno al tratamiento de la cuestión:
-Alemania. La clase de religión en la escuela pública (salvo las escuelas no
confesionales), tiene en la Ley Fundamental de Bonn carácter de garantía
17
Vid. Ciáurriz M.J.,García Prado, Lorenzo Vázquez P, Motilla A., La enseñanza islámica en la
comunidad de Madrid, en “Rev. Facultad de Derecho” U.C.M., Madrid 2004.
17
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Iustel
18
institucional . Esta garantía se aplica en su generalidad a excepción de los
Estados en los que está vigente la llamada Bremen Klausel del art. 141 de la Ley
Fundamental. Este precepto establece que el deber del Estado de garantizar la
clase de religión con carácter confesional en las escuelas públicas, no se aplicará
19
en el Estado en que el 1 de enero de 1949 estuviera vigente otra regulación . Por
lo demás, su enseñanza se fundamenta con carácter marcado en la Ley
Fundamental de 1949 aludida y en los acuerdos de los distintos Lander con varias
confesiones religiosas. Se imparte y oferta obligatoriamente en los centros
públicos y en los privados confesionales, con una carga horaria de dos clases
semanales en Primaria y Secundaria. La alternativa, que depende del Lander, va
desde la Filosofía hasta el estudio libre. El estatus académico de los profesores de
Religión es igual que el resto del profesorado, necesitando autorización de la
autoridad religiosa para impartir la enseñanza.
-Austria. La enseñanza de la Religión se basa legalmente en la Ley
Fundamental del Estado y en la Constitución Federal. Se imparte en las escuelas
públicas y privadas, dos horas semanales. La de Religión es una materia escolar
obligatoria para todos los alumnos hasta los 14 años. Los padres pueden solicitar
la exención al comienzo del año escolar y, en tales casos, la alternativa es “Moral
Cívica”. Los profesores son nombrados por las confesiones religiosas que tienen
Acuerdos con el Estado y por la Administración central. Su estatus laboral es el
mismo que el del resto de profesores.
-Bélgica. La enseñanza religiosa se fundamenta legalmente en la Constitución
(que garantiza el derecho de los alumnos a recibir educación moral y religiosa) y
en el pacto escolar de 1959. Se imparte en todos los centros públicos y privados,
durante dos horas semanales en Primaria y sesenta horas al año en Secundaria.
La alternativa es “Moral Cívica”. El profesor de Religión tiene el mismo estatus que
el resto de docentes, y debe estar autorizado para impartir la enseñanza por la
autoridad religiosa de la confesión correspondiente.
-Bulgaria. La enseñanza religiosa tiene su base legal en una norma del
Ministerio de Educación de 1978. La de Religión es de libre elección y la imparten
profesores voluntarios.
18
Vid.Linch C. Religionsunterricht en J.Listl/ D.Pirson, Handbuch des Staatskirchenrechts der
Bundesrepublik Deutschhland, Band 2,2, ed., Berlin 1995, p.439.
19
Vid. Roca Fernández M.J. Régimen jurídico del nombramiento de los profesores de religión en
las escuelas públicas alemanas, en “Educación y religión, una perspectiva de Derecho
comparado”, Granada 2008, pags202 ss.
18
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
-Croacia. La enseñanza religiosa se basa en las Leyes Fundamentales del
Estado y en los Acuerdos con las confesiones religiosas. Es de libre elección y la
alternativa es “Ética”. El profesor de Religión tiene el mismo estatuto docente que
el resto del profesorado.
-Dinamarca. La base legal de su presencia en los planes de estudio radica en
la Constitución. Es obligatoria en todos los centros, con posible exención a nivel
personal y, dada su obligatoriedad no hay alternativa. Su horario lectivo es de una
o dos horas semanales en Primaria , dedicándose en Secundaria setenta y seis
horas por curso. Las condiciones laborales del profesorado son las mismas que
las del resto de docentes.
-Eslovaquia. Los Acuerdos con las confesiones religiosas son el fundamento
legal de la enseñanza de Religión en el sistema educativo. Es una asignatura de
libre elección y la materia alternativa es la “Ética”. El profesorado está asimilado al
resto de docentes en sus condiciones laborales.
-Finlandia. La presencia de la asignatura de Religión en el currículo se
fundamenta en la Constitución, en la Ley de Libertad Religiosa y en la Ley para la
Enseñanza Básica. Se estudia tanto en las escuelas públicas como privadas. Su
carga lectiva es de media hora semanal en Infantil y entre una y tres horas en los
restantes niveles, salvo en el Bachillerato en el que se imparte una hora semanal.
Es una disciplina de oferta obligatoria como se ha dicho pero optativa, siendo su
alternativa la “Ética”. Los profesores pertenecen a la confesión correspondiente y
han de acreditar su competencia en base a la experiencia previa o a su titulación
académica. Tienen un estatus laboral especial.
-Francia. Es el país de la Unión Europea laico por excelencia, lo que se traduce
en el tratamiento del hecho religioso en los planes de estudio de la enseñanza
media y primaria. En general en Francia la asignatura de religión tiene un carácter
extracurricular y no evaluable, no siendo su oferta obligatoria, por lo que en
muchos centros ni siquiera aparece. Sin embargo, este panorama no es de
aplicación en todo el Estado, ya que los centros públicos de los departamentos del
alto, bajo Rin y Mosela (enclavados en la antigua Alsacia y Lorena), la tienen en
sus planes de estudios y en horario lectivo. Asimismo, en Francia, el anterior
Gobierno socialista, consideró seriamente incorporar la asignatura de Religión al
currículo de los centros públicos, bajo el nombre de “Formación Religiosa”,
encargando a Régis Debray, antiguo compañero de Ernesto Guevara en la
guerrilla, un informe sobre este tema. En las conclusiones del mismo, se
aconsejaba a Jack Lang, entonces ministro de Educación, la reintroducción de la
19
RGDCDEE 30 (2012) 1-51
Iustel
enseñanza del “hecho religioso” como elemento de formación indispensable, en
tanto que es “prolongación de todas las enseñanzas fundamentales”. Este informe
obtuvo un eco importante en la prensa de nuestro país, donde se publicaron
20
algunos artículos alusivos en medios de muy diferentes ideologías .
El
anterior
cambio
de
rumbo
político
en
Francia
hacia
posiciones
conservadoras, supuso el olvido de estos planes ministeriales, siendo una
incógnita todavía los derroteros por los que seguirá el planteamiento con el
también reciente nuevo Gobierno.
-Grecia. Su presencia en el sistema educativo tiene base legal en la
Constitución. Se imparte en centros públicos y privados, una o dos horas
semanales en Primaria y dos en Secundaria. La Religión Ortodoxa es obligatoria
desde 3º de Primaria hasta el final de la Secundaria. No hay materia alternativa,
pero los padres pueden solicitar dispensa. Los profesores en Primaria son los
docentes habituales, en Secundaria han de ser Diplomados en Facultades de
Teología.
-Holanda. La enseñanza religiosa esta fundamentada en la Constitución y en la
Ley de Enseñanza Básica. Se estudia en todas la escuelas públicas y privadas
durante tres horas semanales, distribuidas entre la enseñanza y el culto. Su
estudio arranca de la libre solicitud por los padres en los centros públicos, siendo
una materia obligatoria en los centros confesionales, tiene una alternativa que es
la Filosofía El profesorado es designado por la autoridad religiosa y su estatus
profesional es igual al resto de profesores .
-Irlanda. Su presencia en los planes de estudio se basa en la Constitución. Esta
asignatura se imparte en todos los centros docentes, cualquiera que sea su
titularidad, durante noventa y dos horas cada curso de Primaria. En Secundaria,
los centros tienen autonomía para fijar un horario de dos o tres horas a la semana;
es de libre elección para el alumnado.
-Italia. La única religión que se estudia de forma confesional es la católica. Su
regulación se halla configurada bilateralmente a través del artículo 9 del Acuerdo
de Villa Madama y el artículo 5 de su protocolo adicional, todo ello en
cumplimiento de lo dispuesto en la Constitución; aquél Acuerdo ha sido ratificado y
20
- “Vuelve la enseñanza de la Religión a las escuelas francesas” (ABC, 19 de marzo de 2002; R.
Quiñonero, corresponsal en París).
-”La escuela i la integración del hecho religioso” (EL PAÍS, 21 de noviembre de 2002).
Vid. igualmente, Cruz Díaz J. La financiación pública de la enseñanza privada confesional en
Francia, D.G.Asuntos Religiosos Mº Justicia, Madrid. 2002.
20
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
ejecutado por la Ley 121/1985, tal y como dispone su artículo 9.2: “la República
italiana reconoce el valor de la cultura religiosa y tiene en cuenta que los principios
del catolicismo forman parte del patrimonio histórico del pueblo italiano. Por ello
21
asegura la enseñanza de la religión católica en todas las escuelas públicas…” .La
disciplina se imparte en todas las escuelas públicas y privadas, con una carga
lectiva de dos horas semanales en primaria y una en Secundaria. La alternativa es
una materia o actividad fijada por el centro. El profesor de Religión goza de
idéntica situación académica y laboral que los restantes docentes y es nombrado
por la autoridad religiosa.
-Letonia. La disciplina Religión se fundamenta legalmente en los Acuerdos con
las confesiones religiosas. Se trata de una asignatura de libre elección para el
alumnado, y el profesorado que la imparte, propuesto por las autoridades
religiosas, goza de un estatuto docente similar a los demás profesores.
-Lituania. El fundamento legal de la enseñanza de Religión son los Acuerdos
con la Iglesia. Es una materia académica de libre elección para el alumnado y su
alternativa es la “Ética”; su horario oscila entre una y dos horas semanales. El
profesorado es propuesto por las autoridades religiosas y su estatus docente es
parecido al de los demás profesores.
-Luxemburgo. Su base legal se halla en la Constitución de 1968 revisada en
1994. Se da en clases de Primaria durante una hora semanal. Es de carácter
obligatorio, salvo dispensa a petición de los padres, en cuyo caso los alumnos han
de asistir a “Educación moral y social” como disciplina alternativa. El profesor de
esta asignatura es un sacerdote o un catequista con más de tres años de estudios
en Teología, con el mismo estatus laboral que los restantes docentes.
-Malta. El fundamento legal son los Acuerdos con la Iglesia. Es materia
obligatoria, con posible exención. Los profesores son propuestos por las
autoridades religiosas y su estatus docente es el mismo que el del resto del
profesorado.
-Noruega. Las Leyes de Educación de 1997 son el fundamento legal de la
enseñanza de la disciplina Religión. Es una materia de carácter obligatorio y sin
alternativa, pero con posible exención. El profesorado, propuesto por las
autoridades de las confesiones religiosas goza de una situación docente idéntica
21
Vid. González-Varas Ibáñez A., La enseñanza de la religión en las escuelas públicas
españolas e italianas: la diferente interpretación jurisprudencial de dos situaciones semejantes, en
“Revista española de Derecho canónico”, vol. 62, 2005, pp. 185-216.
21
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al del resto de profesores.
-Polonia. Las leyes de educación y los Acuerdos con las confesiones religiosas
constituyen la base legal de la enseñanza de la Religión en el currículo escolar.
Ésta es una materia académica de libre elección. El profesorado es propuesto por
las autoridades religiosas y su estatus docente es similar al de los demás
profesores.
-Portugal. El fundamento legal en que se basa la enseñanza de la Religión
confesional radica en la Constitución y en el Decreto de enseñanza moral y
religiosa . Esta asignatura es de libre elección por parte de los alumnos y su oferta
es obligatoria para los centros docentes. Es evaluable, pero no computa en el
expediente académico de los alumnos. Su carga lectiva es de una hora semanal.
El profesorado es elegido por la autoridad de cada confesión religiosa y su
situación laboral es la misma que la del resto de los docentes.
-Reino Unido. La base legal para las enseñanzas de Religión radica en la
Educación Act de 1944 (la de Escocia data de 1980). Se imparte en los centros
subvencionados y en los de titularidad religiosa, pero en los públicos sólo se da la
aconfesional. En Irlanda del Norte han de ofertar la materia confesional todos los
centros, al igual que en Escocia. Es una disciplina obligatoria, pero los padres
pueden solicitar la exención. El estatus de los profesores de la disciplina
confesional y los requisitos exigidos son los mismos que para el resto de los
docentes.
-República Checa. Sus bases legales son las leyes del Estado y los Acuerdos
con las confesiones religiosas. La Religión es una asignatura de libre elección y la
imparten profesores voluntarios, cuyo estatus profesional difiere del resto de los
profesores titulares.
-Rumania. Las leyes de Educación constituyen la base legal de la enseñanza
de la Religión en el currículo escolar. La Religión confesional es obligatoria en
Primaria y de libre opción en Secundaria. El profesorado es propuesto por las
autoridades religiosas y su estatus laboral es similar al de los profesores de las
restantes asignaturas.
-Suecia. La enseñanza escolar de la materia confesional se basa en la
Constitución, modificada en el año 2000, reforma que consagra la separación de la
Iglesia sueca y el Estado. La asignatura de Religión es obligatoria en todos los
centros públicos y privados, sin que haya materia alternativa. El profesorado de
esta materia ha de cumplir con los mismos requisitos que los demás y goza del
22
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
mismo estatus profesional que el resto de los docentes.
-Suiza. La enseñanza escolar confesional se basa en las leyes estatales y
cantonales. La Religión es una asignatura obligatoria en algunos cantones y de
libre elección en otros. La disciplina alternativa es la “Ética” e “Historia de las
Religiones”. El profesorado de Religión tiene el mismo estatus laboral que los
demás docentes de otras materias.
-Turquía. La enseñanza de esta asignatura se basa en las leyes estatales. La
Religión islámica es la obligatoria, con la posibilidad de exención para los alumnos
no musulmanes. El profesorado goza de una situación profesional similar al resto
de profesores.
-Ucrania. El fundamento legal de estas enseñanzas radica también en las leyes
del Estado. Es obligatorio optar entre Religión o “Ética”. El profesorado de la
materia confesional tiene el mismo estatus que los demás docentes.
IV.-EL MAGISTERIO DE LA RELIGIÓN EN EL SISTEMA Y LA LEY ORGÁNICA DE
EDUCACIÓN
Varios son los órdenes normativos en los que descansa el actual sistema educativo
desde que fuera promulgada la Constitución vigente; sin duda la Ley General de
Educación, estudiada en líneas anteriores, supone el germen sobre cuya implementación
se han desarrollado toda una serie de experiencias -unas más afortunadas que otrashasta llegar a la concreción legislativa actual. En todas ellas, la asignatura de religión ha
experimentado múltiples desarrollos, siempre sobre la base de su optatividad y, en más
o menos medida, dejando abiertos cauces a asignaturas o franjas pedagógicas
sustitutivas; abordemos un análisis de los mismos:
A) Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre de Ordenación General del Sistema
Educativo (LOGSE)
El preámbulo de la Ley era categórico al afirmar que su objetivo principal fue la
“formación plena” que permitiese una concepción de la realidad que posibilitara la
valoración ética y moral de la misma (Párrafo 2º del preámbulo de la Ley, art. 1º LOGSE
). En la educación se transmiten y ejercitan los valores que hacen posible la vida en
sociedad, singularmente el respeto a todos los derechos y libertades fundamentales
(Párrafo 3º del preámbulo, art.1º LOGSE). La Constitución garantizaba la libertad de
enseñanza, la libertad de cátedra, la libertad de creación de centros docentes, así como
el derecho a recibir formación religiosa y moral de acuerdo con las propias convicciones
23
RGDCDEE 30 (2012) 1-51
Iustel
(párrafo 3º). La educación compartiría con otras instancias sociales la transmisión de
información y conocimiento, pero adquiriría aún mayor prevalencia su capacidad para
ordenarlos críticamente, para darles un sentido personal y moral, para generar actitudes
y hábitos individuales (párrafo 28).
La Ley, que orientaría el sistema educativo al respeto de todos y cada uno de los
derechos y libertades establecidos en nuestra Constitución y al “pleno desarrollo de la
personalidad del alumno”, estableció entre sus disposiciones, que la enseñanza de la
religión se garantizaría en los Acuerdos suscritos entre el Estado español y la Santa
Sede (párrafo 47).
La LOGSE ordenaría el régimen general de las enseñanzas de la siguiente forma: 1º)
22
Educación infantil, hasta los seis años ; 2º) Educación Primaria, que comprendía seis
23
cursos, de seis a doce años ; 3º) Educación Secundaria que abarcaba: a) Educación
Secundaria Obligatoria: completa la enseñanza básica -obligatoria y gratuita- y se
24
extendía a cuatro cursos académicos, entre los doce y dieciséis años , b) Bachillerato,
que comprendía dos cursos académicos, entre los dieciséis y dieciocho años, no era
25
obligatorio ni gratuito , c) Formación Profesional de grado medio, integrada por dos
26
cursos académicos, entre los dieciséis y dieciocho años ; 4º) Formación Profesional de
grado superior; 5º) Educación Universitaria.
Pues bien, la asignatura de religión no se mencionaba de forma expresa en el
articulado de la Ley cuando se refería a las áreas de conocimiento obligatorias. En
algunos de los párrafos del Preámbulo de la Ley, así como en los distintos niveles de la
enseñanza, se hablaba de aspectos morales que comprendía la educación; en términos
generales el alumnado podía elegir entre religión católica y actividades
alternativas a la religión (esta última no evaluable)
Fue en la Disposición Adicional Segunda donde se estableció que “ la enseñanza de
la religión se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos
Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Gobierno Español, y en su caso, a lo
dispuesto en aquellos otros que pudieran suscribirse con otras confesiones. A tal fin y de
conformidad con lo que dispongan dichos Acuerdos, se incluirá la religión como área o
22
Capítulo Primero del Título I, arts.7 a 11 de la LOGSE
23
Capítulo Segundo del Título I, arts 12 al 16 de la LOGSE
24
Sección Primera, Capítulo Tercero del Titulo I, arts.18 a 24 de la LOGSE
25
Sección Segunda, Capítulo Tercero del Título I, arts.25 a 29 de la LOGSE
26
Capítulo Cuarto del Título I
24
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materia en los niveles educativos que correspondan, que será de oferta obligatoria para
27
los centros y de carácter voluntario para los alumnos” .
Fundamentalmente, las principales innovaciones de la LOGSE
serían: 1º) la
exclusión de la religión y moral católica como área de conocimiento y como materia en
los planes de estudio de la Educación Infantil, Primaria y Secundaria, aunque con
promesa legal de incluir la religión como área o materia a dichos niveles educativos,
relegándola a una Disposición Adicional. 2º) el tratamiento de la enseñanza de religión
28
sin distinguir, al menos en principio, entre la católica y las demás confesiones .
En virtud de lo dispuesto en el artículo 4 de la LOGSE se elaborarían en 1991 una
serie de Reales Decretos que establecieron los aspectos básicos de los currículos de los
distintos niveles, las enseñanzas mínimas comunes para todo el Estado.
La fijación del contenido era competencia exclusiva del Gobierno como garantía de
una formación común para todos los españoles y de la validez de los títulos
correspondientes. Estos contenidos incluidos en las enseñanzas mínimas no requerían
más que un determinado porcentaje de horas escolares, que sería diferente según se
tratara de Comunidad Autónoma con lengua oficial distinta del castellano o no, sería del
29
55% y del 65% respectivamente .
El desarrollo reglamentario se inició con el Real Decreto 986/91, de 14 de junio, que
estableció que la LOGSE comenzaría a aplicarse en el curso 1992-93 , y con el Real
Decreto 1004/91, de 14 de junio, que dispuso los requisitos mínimos que debían reunir
los centros docentes para impartir los nuevos niveles y ciclos de enseñanza de régimen
general no universitario regulados en el Título I de la LOGSE .
En cuanto a la posición concreta de la asignatura de religión en los distintos niveles,
distinguir:
a) Educación Infantil: (hasta los seis años) este nivel fue regulado por los
siguientes Reales Decretos:
El Real Decreto 1330/91, de 6 de septiembre, que establecía los aspectos básicos del
currículo a ese nivel. No mencionaba la formación religiosa de forma expresa, solo como
manifestación cultural (art.2 f) . Su Disposición Adicional disponía que “en virtud de lo
establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, el currículo del
27
La mencionada Adicional Segunda será modificada posteriormente por la Ley de
Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado, Ley 50/98, de 30 de diciembre, sobre
Medidas Fiscales Administrativas y de Orden Social, art. 93
28
Vid. Lorenzo Vázquez P., Libertad religiosa y enseñanza en la Constitución, en “Cuadernos y
Debate”, nº 104, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 2001, págs 110 ss.
29
Vid. Peña Timón T., Ideario, centros concertados y financiación pública: estudio legislativo y
jurisprudencial, Tesis Doctoral, U.Complutense, Madrid, 2004, págs 198 ss.
25
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segundo ciclo de la Educación Infantil incluiría las enseñanzas de religión católica para
los niños y niñas cuyos padres lo soliciten”.
El Real Decreto 1333/91, de 6 de septiembre estableció el currículo de la Educación
Infantil , y la Orden de 3 de noviembre de 1993 dispondrá, en referencia al currículo de la
“religión católica” para el segundo ciclo de este nivel, que se impartiría a los alumnos
cuyos padres lo soliciten, dentro de la jornada escolar, en horario específico proporcional
al que se asigna a este área en la Educación Primaria (art. 3).
b) Educación Primaria: (de seis a doce años) es el Real Decreto 1006/91, de
14 de junio por el que se establecerían las enseñanzas mínimas correspondientes
a la Educación Primaria - El artículo 3 recogerá la áreas de ese nivel sin
mencionar el área de religión; se refería a esta enseñanza el artículo 14,
estableciendo como alternativa para los que no opten por la asignatura de religión:
actividades de estudio orientadas por un profesor, las cuales no serían evaluables;
dicho precepto disponía:
“1. Con el fin de dar cumplimiento a lo establecido en la Disposición Adicional
Segunda de la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre , el área de Religión Católica
será de oferta obligatoria para los centros que asimismo organizarán actividades
de estudio, adecuadas a la edad de los alumnos y orientadas por un profesor, en
relación con las enseñanzas mínimas de las áreas del correspondiente ciclo. Al
comenzar la Educación Primaria o en la primera adscripción del alumno al centro,
los padres o tutores de los alumnos manifestarán a la dirección del centro la
elección de una de las dos opciones referidas anteriormente, sin perjuicio de que
la decisión pueda modificarse al comienzo de cada curso escolar.
2. La determinación del currículo del área de Religión Católica corresponderá a
la jerarquía eclesiástica.
3. La evaluación de las enseñanzas de la Religión Católica se realizará de
forma similar a la que se establece en este Real Decreto para el conjunto de las
áreas, si bien, dado el carácter voluntario que tales enseñanzas tienen para los
alumnos, las correspondientes calificaciones no serán tenidas en cuenta en las
convocatorias que, dentro del sistema educativo y a los efectos del mismo,
realicen las Administraciones públicas y en las cuales deban entrar en
concurrencia los expedientes académicos de los alumnos”. En horario escolar en
los distintos ciclos para la religión católica/actividades de estudio, sería de 105
horas.
El Real Decreto 1344/91, de 6 de septiembre establecería el currículo de la
Educación Primaria, cuyo artículo 14 se remitía al ya mencionado artículo 14 del Real
26
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Decreto 1006/91. La Orden de 27 de abril de 1992, se refirió a la implantación de las
enseñanza reformadas en la Educación Primaria, según la cual, se dedicaría una hora y
media semanal al área de religión o estudio asistido, según la opción elegida por el
padre o tutor del alumno, de un total de 25 horas semanales.
Los padres o tutores habrían de comunicar su elección a la dirección del centro, en
caso contrario se presumirá que optan por actividades de estudio, y serán atendidos por
un profesor del centro que dirigiría tales actividades, organizadas por el equipo directivo
30
(arts. 23 y 24) .
Igualmente, la Orden de 20 de febrero de 1992, establecía el currículo del área de
religión católica en Educación Primaria de acuerdo con lo dispuesto en el apartado 2 del
artículo 14
del Real Decreto 1006/91. En su introducción se recogían como
características y finalidades de la enseñanza de religión y moral católica, entre otras, la
de proporcionar una visión cristiana del hombre, de la historia y del mundo para su
comprensión y para un diálogo con otras tradiciones, y la de educar la dimensión
religiosa de la persona en orden a una formación integral.
c) Educación Secundaria Obligatoria: (de doce a dieciséis años) sería el
Real Decreto 1007/91, de 14 de junio por el que se establecían las enseñanzas
31
mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) . Entre
las áreas establecidas en el artículo 3 no se encontraba tampoco la enseñanza de
la religión. El apartado 4 de dicho precepto establecía que “las Administraciones
educativas podrán disponer, en virtud de lo previsto en el artículo 20.3
de la
LOGSE, que el bloque de contenidos denominado la vida moral y la reflexión ética
incluido dentro del área de Ciencias Sociales, Geografía e Historia en el Anexo I
de este RD, se organice en el cuarto curso de la esta etapa como materia
específica con la denominación de Ética. La evaluación de estos contenidos se
verificará de forma independiente”.
El mencionado Real Decreto se refería al área de religión en su artículo 16, cuyo
contenido era similar al artículo 14 del Real Decreto 1006/91, anteriormente trascrito.
Constaba igualmente de tres apartados; en el primero no mencionaba Educación
Secundaria Obligatoria, sino que se limitaba a decir “al comenzar la etapa…” El horario
sería de 105 horas, tanto para el primer como para el segundo ciclo.
30
Vid. Peña Timón T., Ideario, centros concertados……….,págs. 202 ss.
Vid. asimismo, Ibán C.Ivan, La enseñanza de la religión católica, primeras impresiones en torno a
los RRDD 1006/91 y 1007/91, de 14 de junio, en “La Ley”, 1991
31
Comprende cuatro años académicos, desde los 12 a los 16 años, y se organizaba en dos
ciclos de dos años cada uno
27
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El Real Decreto 1345/91, de 6 de septiembre establecía el currículo de esta etapa y
su artículo 21 se remitía al artículo 16 del Real Decreto 1007/91. La Orden de 27 de abril
de 1992 por la que se daban instrucciones para la implantación de las Enseñanzas
Reformadas en la Educación Secundaria Obligatoria, recogía una regulación -artículos
32 a 34- similar a la establecida para la Educación Primaria. En el supuesto de que los
representantes legales no manifestaran expresamente una opción, se presumiría que
optaban por las actividades de estudio, actividades que eran organizadas por el “equipo
de profesores del curso”, y trataría sobre los contenidos de algunas de las áreas del
currículo, y el profesor encargado debería ser uno de los que impartieran clase al
alumno. El horario era de 30 o 32 horas lectivas semanales, dos horas serían de religión
o actividades de estudio en el tercer curso -o primero del segundo ciclo- y una en el
cuarto curso -segundo del segundo ciclo- (artículo 19). Y “la vida moral y la reflexión
ética” podría organizarse como materia común y obligatoria según el R.D. 1007
mencionado (artículo 22).
d) Bachillerato: (dos cursos a partir de los dieciséis años) fue el Real Decreto
1700/91, de 29 de noviembre el que estableció la estructura del Bachillerato,
refiriéndose al estudio de la religión en su artículo 16 , con un contenido muy
similar a los contemplados en los RRDD 1006/91 y 1007/91 , aunque disponía
que los alumnos, si eran mayores de edad, además de los padres, podrían
manifestar a la dirección del centro la elección de una de las opciones
presentadas.. El Real Decreto 1178/92, de 2 de octubre, establecía las
enseñanzas mínimas del Bachillerato , regulando la asignatura de religión de la
misma forma que los anteriores, disponiendo un total de 70 horas mínimo a lo
largo del Bachillerato, ya fuere su impartición en uno o dos cursos.
La Orden de 12 de noviembre de 1992 establecería Instrucciones para la
implantación del Bachillerato, disponiendo que al formalizar la matrícula, los padres o los
propios alumnos (caso de mayoría de edad), manifestarían la elección de la enseñanza
de religión o actividades de estudio. Oídos los jefes de Seminarios o Departamentos,
serían los equipos directivos de los centros los que establecerían dichas actividades que
deberían ser acordes con la edad de los alumnos y con los objetivos de esta etapa
educativa.
La Orden de 5 de octubre de 1993, estableció el currículo de la religión católica,
disponiendo que la religión tendría una “dimensión cultural”, y que los alumnos podrían
conocer el hecho religioso y el hecho cristiano en la actualidad, la fe ante la ciencia y la
técnica y los humanismos, junto a una “dimensión humanizadora” que contribuiría al
pleno desarrollo de la personalidad humana.
28
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En síntesis: la enseñanza de la religión, salvo en los centros universitarios, estaría
presente, pese a no haber sido configurada de forma expresa como enseñanza de
carácter mínimo troncal. Sería de oferta obligada para los centros, sin que las
autoridades académicas pudieran ignorar o excluir de los planes de estudio su
enseñanza y la de moral católica, que vino impuesta de “iure” por el Acuerdo sobre
Enseñanza y Asuntos Culturales de 1979
32
.
La religión como asignatura se configuraría como área con una materia única, si bien
se omite toda referencia a la “moral católica”, y lo que es más importante, toda mención
al resto de confesiones, por lo que solo la religión católica tenía cabida como asignatura
propia en el sistema. No tendrá carácter obligatorio para el alumnado.
Como alternativa, para los que no optasen por la enseñanza de religión, los centros
deberían organizar actividades de estudio adecuadas a la edad del alumno, orientadas
por un profesor y no serían evaluadas. La elección de una u otra opción correspondía a
los padres o tutores, y si el alumno era mayor de edad, le correspondería a éste.
Asimismo, la opción podía ser modificada al comienzo de cada curso escolar, de lo que
se deducía que no lo podía ser una vez empezado el curso.
El contenido de la asignatura lo determinaba la autoridad eclesiástica. También
correspondía a dicha autoridad, la selección y propuesta del profesorado que habrá de
33
encargarse de su enseñanza, aunque no nombraba la autoridad académica .
La asignatura de religión sería evaluada y según sus resultados se procedería a la
promoción de los alumnos al ciclo o curso siguiente. Sin embargo, las calificaciones no
serían tenidas en cuenta en las convocatorias que, dentro del sistema educativo, y a los
efectos del mismo, realizaran las Administraciones Públicas y en las que debieran entrar
en concurrencia los expedientes académicos del alumnado, por lo que carecía de
trascendencia en el citado expediente.
En conclusión, puede afirmarse que en la LOGSE , la asignatura de religión no
cumplía los requisitos para ser asignatura fundamental equiparable a las demás, ya que,
si bien integraba una oferta obligatoria de los centros en todos los niveles, salvo el
universitario, cumpliendo también el requisito de que el Estado ofreciera en su sistema
escolar general los medios adecuados para conseguir la capacitación necesaria para ser
34
profesor de dicha asignatura , no cumplía con un tercer requisito fundamental: su
32
Vid. Contreras Mazario J.M., La enseñanza de la religión en el sistema educativo, Centro de
Estudios Constitucionales. “Cuadernos y Debate” nº 35, Madrid, 1992, pág 158.
33
Vid. Fernández Miranda A., Sánchez Navarro A. “Artículo 27, en VVAA Comentarios a la
Constitución Española de 1978, Ed. EDERSA, Madrid, 1996.
34
Claramente se cumplía dicho requisito, ya que en los planes de estudio de las Escuelas
Universitarias del Profesorado, existía la asignatura “Doctrina Católica y su pedagogía”.
29
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integración dentro del expediente académico del alumno y con las mismas
consecuencias jurídicas que el resto de las disciplinas fundamentales. Ya que en base
su carácter voluntario, las calificaciones obtenidas no serían tenidas en cuenta, como se
ha dicho, en las convocatorias que realizaran las Administraciones Públicas en las que
35
entraran en concurrencia los expedientes de los alumnos .
B) Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre de Calidad de la Educación (LOCE).
a) Cuestiones generales: la Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre de
Calidad de la Educación , recogía en su artículo 1 los principios de calidad de la
educación, entre los que se podrían destacar los siguientes: 1º) equidad e
igualdad en el desarrollo y cultivo de la personalidad; 2º) capacidad de transmitir
valores que favoreciesen la libertad personal y la igualdad de derechos entre
sexos; 3º) la concepción de la educación como un proceso permanente, cuyo valor
se extiende a lo largo de la vida.
Con todo ello, regularía la enseñanza de la religión en los niveles de Educación
Primaria, artículo 16; en Educación Secundaria Obligatoria, artículo 23,1, y Bachillerato,
artículo 35,5, no mencionando nada en los niveles de Educación Infantil, artículos 11 a
13 LOCE, ni en la Formación Profesional de grado medio, artículos 38 y 39 LOCE.
Puede decirse en su generalidad que el nuevo sistema posibilitaba que el alumnado
eligiera entre la materia Sociedad, Cultura y Religión confesional, y Sociedad,
Cultura y religión no confesional, cabiendo dentro de la opción confesional, el
concurso de religiones distintas a la católica, siempre que existieran Acuerdos al
respecto entre el Estado y las confesiones correspondientes.
La normativa sobre enseñanza de la religión era igual en todos los preceptos
mencionados, destacando la Disposición Adicional Segunda de la Ley Orgánica LOCE,
la cual trataba del área o asignatura de “Sociedad, Cultura y Religión”, estableciendo
que: 1 “El área o asignatura Sociedad, Cultura y Religión comprenderá dos opciones de
desarrollo: una, de carácter confesional, acorde con la confesión por la que opten los
padres o, en su caso los alumnos, entre aquellas respecto de cuya enseñanza el Estado
tenga suscritos Acuerdos; otra, de carácter no confesional. Ambas opciones serán de
oferta obligatoria para los centros, debiendo elegir los alumnos una de ellas; 2 La
enseñanza confesional de la religión se ajustaría a lo establecido en el Acuerdo sobre
Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español y, en
35
Vid. Peña Timón T., op.cit, pág.206.
Vid. igualmente, González del Valle J.M., Enseñanza, en “Derecho Eclesiástico Español”, ed.
Eunsa, Pamplona 1996.
30
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su caso, a lo dispuesto en aquellos otros suscritos, o que pudieran suscribirse, con otras
Confesiones Religiosas”.
De todo lo expuesto, puede afirmarse que la LOCE reguló la asignatura de religión
como área dentro de su articulado y no solamente en las Disposiciones Adicionales; se
incluía como área de conocimiento y como materia en los planes de estudio de la
Educación Primaria, Secundaria Obligatoria y Bachillerato; tenía dos opciones una no
confesional y otra confesional, en la que la religión católica dejaba de ser exclusiva,
posibilitándose otras opciones confesionales siempre que existieran Acuerdos firmados
por dichas confesiones con el Estado, en los términos previstos en dichos instrumentos.
Con todo ello, y a diferencia de la LOGSE , en la LOCE la asignatura de religión cumplía
sobradamente con los tres requisitos para ser considerada asignatura fundamental: 1º
oferta obligatoria, 2º integrada en el sistema docente ofertado por el Estado en orden a la
capacitación necesaria para ser profesor de dicha asignatura, 3º era una realidad su
integración
dentro del expediente académico del alumno, con las mismas
consecuencias jurídicas que el resto de las asignaturas e igualmente, su denominación
“Sociedad, Cultura y Religión”, era similar a la recogida en la Resolución de 16 de agosto
de 1995, que se refería a las actividades de enseñanza alternativas a la asignatura de
Religión durante los cursos tercero y cuarto de la Educación Secundaria Obligatoria y
primer curso de Bachillerato
36
, 4º era una disciplina con dos opciones, si bien no
constaba en el expediente qué tipo de opción había elegido el alumno, ya que solo
figuraba el nombre de la asignatura “Sociedad, Cultura y Religión”.
En lo relativo a la opción, la Ley disponía que el área o asignatura de Sociedad,
Cultura y Religión comprenderá dos opciones de desarrollo: una confesional y otra no
confesional, ambas de oferta obligatoria por los centros, debiendo elegir una el alumno.
La opción confesional sería la enseñanza de religión elegida por los padres o tutores
o, en su caso, por los alumnos entre aquellas respecto de las cuales el Estado tuviera
suscritos Acuerdos o Convenios, ajustándose, como se dijo, a dichos Acuerdos;
literalmente disponía que “el área o asignatura de Sociedad, Cultura y Religión
comprenderá dos opciones de desarrollo: una confesional y otra no confesional, ambas
de oferta obligatoria por los centros y debiendo elegir una el alumno”. Se refería a los
Acuerdos con la Iglesia católica y a los Acuerdos con las confesiones Evangélica,
37
Islámica y Judía de 1992 , recogiendo la posibilidad de que pudieran suscribirse otros
Acuerdos con otras Iglesias y Confesiones. La determinación del currículo sería
competencia de las autoridades religiosas (Disp. Adic. 2ª); la Orden de 28 de junio de
36
Vid. Lorenzo Vázquez P. Libertad religiosa y enseñanza en la Constitución, en” Cuadernos y
Debates” nº 104, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 2001, págs 135 ss.
37
Artículos 10 de cada Acuerdo
31
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1992 establecería el currículo del área de religión católica en la Educación Primaria y
Secundaria Obligatoria, refiriéndose al mismo punto, pero en el Bachillerato la Orden de
5 de octubre de 1993. La Orden de 28 de junio de 1993, haría lo procedente para la
enseñanza religiosa evangélica, y la de 11 de enero de 1996 se refirió a la islámica, sin
que la confesión judía se hubiera pronunciado al respecto.
En lo referente a la utilización de libros de texto, la aprobación de los mismos
correspondía a las autoridades religiosas respectivas, de conformidad con los Acuerdos
(Real Decreto 2838/94, de 16 de diciembre).
El apartado cuarto de la Disposición Adicional Segunda se refería al profesorado,
disponiendo que “los profesores que, no perteneciendo a los Cuerpos de Funcionarios
Docentes, impartan la enseñanza confesional de la Religión en los centros públicos, lo
harán en régimen de contratación laboral”.
En la opción no confesional, se establecía que el Gobierno fijaría las enseñanzas
comunes correspondientes a la opción no confesional, según los RRDD que las regulen
(a los que nos referiremos seguidamente), los cuales venían a establecer que, dentro del
área de Sociedad, Cultura y Religión, la opción confesional debería de entender el hecho
religioso como “un elemento de la civilización, y las manifestaciones y expresiones
históricas de las distintas religiones, como fenómenos que han influido en mayor o menor
grado en la configuración social y cultural de los pueblos y en su trayectoria histórica,
contribuyendo así esta opción a la formación humanística de los alumnos”.
Respecto al desarrollo reglamentario de la LOCE, el mismo se inicia con el Real
Decreto 827/2003, de 27 de junio, por el que se establece el calendario de aplicación de
la nueva organización del sistema educativo, con lo que se daba cumplimiento a lo
dispuesto en la Adicional Primera de la Ley Orgánica.
El calendario de aplicación de la LOCE tendrá un ámbito temporal de cinco años a
partir de la entrada en vigor de ésta, es decir, que concluiría en el curso 2007/2008.
La enseñanza de religión tuvo una implantación progresiva, manteniéndose hasta
entonces el régimen anterior, hasta que en el curso académico 2006-2007 se implantaría
con carácter general bajo la nueva “marca”: Educación, Cultura y Religión en todos los
estamentos educativos; analicemos los mismos:
b) Educación Preescolar: fue el Real Decreto 828/2003, de 27 de junio, el que
estableció los aspectos educativos básicos de la Educación Preescolar , nivel que
sustituyó al primer ciclo de Educación Infantil. Dicho nivel, tiene carácter voluntario
para los padres, siendo su finalidad la atención educativa y asistencial de la
primera infancia (art.1,1). Estaba dirigida a los niños de hasta tres años (art. 1.2), a
partir de los cuales comienza la Educación Infantil.
32
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En torno a la cuestión de si es posible que los alumnos de preescolar recibieran
formación religiosa, el Consejo de Estado se manifestó al respecto, refiriéndose en
primer lugar a la Disposición Adicional Segunda, apartado 2 de la LOCE, que a su vez se
remitía al Acuerdo sobre Enseñanza de 1979 y, por tanto a su art. 2º, que dispone “los
planes educativos en los niveles de Educación Preescolar…correspondientes a los
alumnos de las mismas edades incluirán la enseñanza de la religión católica en todos los
centros educativos, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales”.
Puede parecer que existe una divergencia entre el Acuerdo y el texto del Real Decreto
828/2003 , que nada decía al respecto; sin embargo esta contradicción era solo
aparente. En efecto, el citado Acuerdo se suscribió bajo la vigencia de la Ley General de
Educación de 1970, en la que la Educación Preescolar comprendía a los alumnos de dos
a seis años (art.13), mientras que en la LOCE, la Educación Preescolar constituía un
nivel educativo distinto, que se extendía únicamente hasta los tres años (y no hasta los
seis), por lo que no resulta extraño que no se mencionara este tema, razón, por lo que el
Órgano Consultivo concluía con que “esa interpretación material que atiende a la edad
de los alumnos, fue precisamente la que, bajo la vigencia de la LOGSE , se recogió en el
Real Decreto 1330/91, de 6 de septiembre, por el que se establecían los aspectos
básicos de la Educación Infantil, cuya adicional única disponía que en virtud de lo
establecido en el Acuerdo de 1979, el currículo del segundo ciclo de la Educación Infantil
(de tres a seis años) incluirá enseñanzas de religión católica para los alumnos cuyos
padres lo soliciten. Así pues ese Real Decreto, a la vista de los términos del Acuerdo, no
garantizaba la enseñanza religiosa para los alumnos del primer ciclo de Educación
Infantil (hasta los tres años)”.
Desde ese punto de vista, debe entenderse que tales alumnos no se encontraban
incluidos en los términos del Acuerdo firmado entre el Estado y la Santa Sede en 1979,
por lo que no cabe formular ninguna objeción de legalidad a los términos del Real
Decreto 828/2003 .
c) Educación Infantil: las enseñanzas de la Educación Infantil (de tres a seis
años), fueron reguladas por el Real Decreto 829/2003, de 27 de junio ; este nivel
tenía carácter voluntario y gratuito, y con respecto a la religión se disponía que “en
virtud de lo establecido en el Acuerdo suscrito entre la Santa Sede y el Estado
español y, en su caso, con lo dispuesto en aquellos otros suscritos, o que pudieran
suscribirse con otras Confesiones religiosas, el currículo de la Educación Infantil
incluirá enseñanzas de religión para los alumnos cuyos padres lo soliciten
(Disposición Adicional Primera), disposición que sería matizada por el Consejo de
Estado con carácter restrictivo, al abordar con anterioridad el dictamen del
proyecto del Real Decreto citado, en el sentido de que “el Real Decreto se limita a
33
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reproducir en sus mismos términos los objetivos de la Educación Infantil
establecidos en el artículo 12.2 de la LOCE, que en ningún momento utiliza el
término religioso ni hace mención a la iniciación en las realidades del hecho
religioso. Además, la Adicional Segunda de la LOCE no impone el área o
asignatura de Sociedad, Cultura y Religión para todos los niveles educativos, pues
la propia Ley precisa aquellas etapas en las que la misma es obligatoria:
Educación Primaria, artículo 16,2 inciso segundo; Educación Secundaria
Obligatoria, artículo 23,1 inciso segundo; Bachillerato, artículo 35,5 inciso
38
segundo” . Es decir, este área solo era obligatoria a partir de la Educación
Primaria, por lo que no cabía objeción alguna al respecto; cosa distinta es que, tal
y como disponía la Adicional Primera del propio proyecto y Decreto definitivo, los
padres de los alumnos pudieran solicitar una educación religiosa confesional en
39
esa etapa de la Educación Infantil, si así lo desearan .
d) Educación Primaria: el Real Decreto 830/2003, de 27 de junio, establecía
las líneas particulares de las enseñanzas comunes en la Educación Primaria
(educación entre los seis y doce años, con carácter de obligatoria y gratuita). Se
mantuvo la Educación Primaria con la misma estructura anterior, dividiendo los
seis cursos académicos en tres ciclos, de dos cursos cada uno, incluyéndose el
área de Sociedad, Cultura y Religión. La citada asignatura fue de oferta obligatoria
en todo el ciclo y por todos los centros docentes. El procedimiento de elección de
este área se efectuó de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 3.1 y 3.2 del Real
Decreto 2438/1994, de 16 de diciembre, entendiéndose que las menciones de los
citados preceptos a “religión y actividades de estudio alternativas se referían,
respectivamente, a las opciones confesional y no confesional del área de
Sociedad, Cultura y Religión. Es decir, que los padres o tutores de los alumnos, o
estos si fueran mayores de edad, podrían manifestar la opción elegida al director
del centro en la primera inscripción del alumno al centro, o al comienzo de cada
nivel educativo, sin perjuicio de poderlo modificar al comienzo de cada curso
escolar.
La evaluación del aprendizaje en la asignatura Sociedad, Cultura y Religión, sería
continua y del mismo modo que las restantes áreas o materias del currículo, haciéndose
constar en el expediente académico de los alumnos las calificaciones obtenidas, fuese
cual fuese la opción elegida. De esta forma, los alumnos que hubieren conseguido los
38
Dictamen del Consejo de Estado nº 1615/2003, de 12 de junio, p.11.
39
Peña Timon, op. cit. pág 243.
34
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objetivos correspondientes al ciclo dispuestos en el currículo, accederían al ciclo o nivel
educativo siguiente. Y cuando no se hubieran alcanzado aquéllos, podría permanecer un
curso más en el mismo ciclo.
En lo relativo a la opción confesional, el área de Sociedad, Cultura y Religión sería
acorde con la confesión por la que hubieren optado los padres o, en su caso, los
alumnos, entre aquellas de cuya enseñanza el Estado tuviera suscritos Acuerdos.
En consecuencia, la enseñanza confesional se ajustaría a lo establecido en el
Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado
español, y en su caso, a lo dispuesto en aquellos otros firmados o que pudieran pactarse
con otras confesiones religiosas. Para la determinación del currículo de esta opción
confesional, serían competentes las autoridades religiosas correspondientes, las cuales
deberían tener en cuenta los distintos aspectos que comprende el hecho religioso:1º la
dimensión histórica y cultural; 2º la dimensión humanística; 3º la dimensión científica y 4º
la dimensión moral.
En lo referente a la opción no confesional, debería entender el hecho religioso como
un elemento de la civilización, y las manifestaciones históricas de las distintas religiones,
como fenómenos que han influido en mayor o menor grado en la configuración social y
cultural de los pueblos y en su trayectoria histórica, contribuyendo así esa opción, a la
formación humanística de los alumnos, que completarían con ella los conocimientos
adquiridos en otras áreas.
Cuestión importante fue el contenido y criterios de evaluación en la opción no
confesional, los cuales eran diferentes según el ciclo: en el primer ciclo, los ejes de
conocimiento serían las celebraciones y los tiempos sagrados, las imágenes, los
símbolos, los libros sagrados y el arte religioso. Así cabe mencionar como contenido de
la citada opción no confesional:1º Los espacios de la religión, 2º El calendario y las
fiestas religiosas, 3º Ritos y cultos, 4º Las imágenes y el arte religioso, 5º Los libros
sagrados de las religiones.
Los criterios de evaluación en dicha opción serían, entre otros, identificar
determinados edificios como lugares sagrados; indicar los grupos religiosos a los que
pertenece y describir sus principales características; identificar los ritos religiosos más
importantes de las religiones de su entorno; conocer las principales fiestas religiosas;
reconocer los signos externos de las diferentes religiones.
El contenido del segundo ciclo era: 1º Nacimiento de las grandes religiones, 2º Mitos
y leyendas religiosas de la humanidad, 3º Mapa de las religiones en el mundo, 4º El arte
religioso en el mundo.
Entre los criterios de evaluación de este ciclo, se encontraba el de identificar a los
fundadores de las principales religiones; conocer sus rasgos y hechos más
35
RGDCDEE 30 (2012) 1-51
Iustel
sobresalientes; conocer los principales mitos y leyendas; localizar las religiones
dominantes en los diferentes países y proponer algún rasgo de la sociedad o cultura del
país, referidos a la religión.
Finalmente, en el tercer ciclo de la Educación Primaria (hasta los doce años), el
contenido de esta opción no confesional era: 1º Religiones de la antigüedad, 2º
Religiones orientales, 3º Las religiones actuales, 4º Las constantes de lo religioso.
Las pautas de valoración eran, entre otras: identificar la religión a la que pertenecían
los enunciados de determinadas creencias, ritos u opciones morales; reconocer las
semejanzas y diferencias que existían entre sus creencias religiosas y opciones morales
y los que presentaban las distintas religiones que el alumno conocía; identificar el origen
religioso de algunas actuaciones o hechos sociales, o de algunas manifestaciones de la
cultura o el arte.
Como puede apreciarse, se trataba de un contenido bastante completo y extenso,
que
comprendía
los
distintos
aspectos
del
hecho
religioso,
histórico-cultural,
humanístico, científico y moral, y que pretendió dar al educando unas ideas y datos
40
básicos de esa materia .
e) Educación Secundaria Obligatoria: el Real Decreto 831/2003, de 27 de
junio, fue el que establecería la ordenación general de las enseñanzas comunes
de la Educación Secundaria Obligatoria . En su introducción se refería a las
enseñanzas comunes como los elementos básicos del currículo; señalaría que las
enseñanzas de Sociedad, Cultura y Religión correspondientes a su opción
confesional y no confesional, se desarrollarían con estricto respeto a la
Constitución Española .
La Educación Secundaría Obligatoria comprendería cuatro años académicos que se
cursarían ordinariamente entre los doce y dieciséis años de edad (art. 1). El artículo 6
enumeró -aparte de las asignaturas optativas- las dieciséis obligatorias de la ESO,
finalizando con “Sociedad, Cultura y Religión”, es decir, enumera la religión en el orden
alfabético que le corresponde como una asignatura más, mientras que la LOCE, en su
artículo 23.1, enumera correlativamente las quince asignaturas y al final de párrafo alude
a la asignatura de Sociedad, Cultura y Religión, que hacía el número dieciséis. En
conclusión, pese a existir una redacción distinta, es evidente que la Religión en el Real
41
Decreto tenía un claro y evidente apoyo y reconocimiento legal .
40
Peña Timon, op.cit. pags 247 ss.
41
Dictamen del Consejo de Estado 1619/2003, de 12 de junio, pág. 10,-actividades alternativas-.
36
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
La asignatura Sociedad, Cultura y Religión venía regulada en la Disposición Adicional
primera y tenía un contenido idéntico al regulado en la también Disposición Adicional
primera del Real Decreto 830/2003. La mencionada asignatura era de oferta obligatoria
por los centros, debiendo elegir los alumnos una de las dos opciones que la integraban,
realizándose de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 3.1 y 3.2 del Real Decreto
2438/1994, de 16 de diciembre, entendiéndose que las menciones de los citados
preceptos a Sociedad, Cultura y Religión y actividades de estudio alternativas, se
referirían respectivamente, a las opciones confesional y no confesional de este área.
La enseñanza confesional de la religión, se ajustaría a los Acuerdos suscritos y que
pudieran suscribirse con otras Confesiones; la determinación del currículo y las
decisiones sobre utilización de libros de texto y materiales didácticos será competencia
de las autoridades religiosas. El horario escolar de la asignatura Sociedad, Cultura y
Religión sería de 35 horas en el primer y tercer curso, y de 70 horas en el segundo y
cuarto curso. En su opción no confesional se atribuía su docencia a profesores
“especialmente idóneos”, considerándose como tales a los profesores de Geografía e
Historia y Filosofía de los cuerpos docentes oficiales en la Enseñanza Secundaria. La
asignatura era evaluable de la misma forma que las restantes.
En lo relativo a la opción no confesional, la misma estaba regulada en el Anexo I del
Real Decreto 831/2003 , siendo similar su concepción a la contemplada para la
Educación Primaria; para los alumnos de primer curso se centraba en un recorrido por
las religiones en su historia; el segundo curso, bajo el epígrafe “Los componentes
temáticos del fenómeno religioso” analizaba los grandes temas de dicho fenómeno,
comprendiendo: 1º Una realidad en dos dimensiones. Lo religioso y lo profano, 2º
Politeísmo y Monoteísmo. Dioses y Dios, 3º Las mediaciones del hecho religioso, 4º La
actitud religiosa, la persona ante el misterio y lo religioso, 5º El origen de la vida y las
religiones. En el tercer curso se pondría énfasis en las tres religiones monoteístas
presentes en la historia de nuestra cultura hispánica, siendo ese su contenido.
Finalmente, la LOCE dio existencia a programas de Iniciación Profesional, constando
este etapa de dos cursos (destinados a alumnos mayores de dieciséis años, que no
hubiesen alcanzado los objetivos de su etapa), en los que también se impartiría la
asignatura, con un contenido significativamente igual al descrito anteriormente.
f) Bachillerato: este nivel educativo estuvo regulado por el Real Decreto
832/2003, de 27 de junio , comprendiendo la etapa dos cursos académicos con
una serie de asignaturas comunes entre las que se encontraba la asignatura
Sociedad, Cultura y Religión; otras específicas de distintas modalidades (Artes,
Ciencias y Tecnología; Humanidades y Ciencias Sociales) y otras optativas, en las
que serían las Administraciones educativas las que regularían su contenido
37
RGDCDEE 30 (2012) 1-51
Iustel
(art.13). Dicho nivel irá de los dieciséis a dieciocho años.
La evaluación sería continua y se realizaba de forma diferenciada según las distintas
asignaturas del currículo; asimismo los profesores evaluaban tanto aprendizajes de los
alumnos como los procesos de enseñanza y su propia práctica docente en relación con
el logro de los objetivos educativos del currículo.
El Real Decreto dispuso los criterios para la promoción de los alumnos, la prueba
extraordinaria, la repetición de curso, la permanencia en la etapa educativa y el paso de
una modalidad a otra (arts. 16 y 17), refiriéndose también a la autonomía pedagógica y
organizativa de los centros, tanto públicos como privados, haciendo posible la ampliación
del currículo, del horario lectivo y del calendario escolar en estos últimos (art. 18). Para
obtener el título de Bachillerato sería necesaria la evaluación positiva de todas las
asignaturas de la modalidad cursada y la superación de una Prueba General de
Bachillerato; el título sería único y en él constaría la modalidad cursada y calificación final
obtenida.
La asignatura Sociedad, Cultura y Religión se encontraba mencionada en el Anexo I
del Real Decreto 832/2003, su regulación concreta la hallamos en la Adicional Primera
del mismo, con un contenido muy similar al ya tratado anteriormente: una asignatura con
doble opción, una confesional y otra no confesional, ambas de oferta obligatoria por los
centros, debiendo elegir los alumnos una de ellas, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 3.1 y en el primer inciso del artículo 3.2 del Real Decreto 2438/1994, salvando
diferencias interpretativas, que en este caso se referían a la opción confesional y no
confesional (y no a las actividades de estudio alternativas) . De la determinación del
currículo de la enseñanza confesional de la Religión y de las decisiones sobre libros de
texto y material didáctico serían competentes las correspondientes autoridades religiosas
de conformidad con los Acuerdos suscritos en esta materia o que pudieran suscribirse.
El horario venía fijado en el Anexo II, siendo para esta asignatura de 70 horas en el
primer curso; con respecto al segundo curso, las Administraciones educativas podrían
ofrecer un Seminario de Sociedad, Cultura y Religión, con carácter voluntario para los
42
alumnos, de una hora semanal .
Todos los argumentos jurisdiccionales y sugerencias técnicas sobre la asignatura
fueron bastante similares a los manifestados con ocasión del Real Decreto de
enseñanzas comunes de la ESO, pero los resultados en la regulación del Real Decreto
de Bachillerato fueron diferentes, siendo la religión una asignatura común -con dos
42
La Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT propuso una redistribución de las
horas asignadas en el Anexo II a esta asignatura. Dictamen nº 1618/2003, de 12 de junio del
Consejo de Estado, pág. 9.
38
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
opciones, como se ha visto-, en el primer año, como también lo eran la Educación Física
y la Filosofía, las cuales tampoco aparecían entre las asignaturas comunes del segundo
año.
En lo relativo a la opción no confesional de la asignatura Sociedad, Cultura y Religión,
en el primer curso abordaría la profundización de las formas y manifestaciones del hecho
religioso, así como las filosofías o doctrinas que lo afirman o, por el contrario, lo niegan.
Se estudiarían las relaciones de la Política, la Ética y el Estado con la religión, así como
la presencia del hecho religioso en la Constitución española. El contenido no confesional
de la opción era el siguiente: 1º El hecho religioso, Formas y manifestaciones, 2º Dios y
el hombre en las religiones monoteístas, 3º La razón y la fe, 4º Política y Religión, 5º El
ateismo como política de Estado, 6º Ética y Religión, 7º El hecho religioso en la
Constitución, 8º Valores éticos y comunicación social, tolerancia y pluralismo religioso, 9º
La responsabilidad ante un mundo interdependiente. Por lo demás, para su evaluación
se atendería a criterios como el de analizar la relación entre los valores cívicos de una
sociedad y la historia de las creencias culturales y religiosas; identificar la relación
existente entre derechos y obligaciones; analizar y explicar los problemas éticos de los
distintos ámbitos de la vida científica, social, cultural y religiosa.
La valoración del desarrollo reglamentario de la LOCE en relación a la asignatura
tratada, no puede ser otra que decir fue amplio y detallado, fue una regulación distinta,
en la que se detecta una variación con respecto a la normativa anterior, puesto que se
trata de una asignatura única con dos opciones y no la enseñanza de religión y como
alternativa unas actividades de estudio complementarias. Aquí la asignatura fue
evaluable y computable en sus dos opciones: confesional y no confesional. Era una
asignatura que cumplía los requisitos para ser asignatura fundamental y, por tanto,
equiparable a las demás áreas: de oferta obligatoria para los centros; el Estado ofrecía
los medios necesarios para conseguir la capacitación necesaria para ser profesor de la
asignatura, y se cumplía el requisito de su integración dentro del expediente académico
del alumno con las mismas consecuencias jurídicas que el resto de las asignaturas. Si
bien en el Bachillerato no se tendría en cuenta a los efectos de becas y ayuda al estudio,
lo que parece un vestigio de la normativa anterior, ya que como podemos observar el
Consejo de Estado ha insistido, tanto al referirse a la ESO como al Bachillerato, en que
se puede establecer un mecanismo de seguimiento del sistema a efectos de evitar la
discriminación.
C) La vigente Ley Orgánica de Educación (LOE)
39
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La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de Educación (LOE)
Iustel
43
constituye el actual
cuerpo legal que regula las enseñanzas educativas en España, vigente desde el curso
académico 2006/07, publicada en el Boletín Oficial del Estado el 4 de mayo, establece
en su Preámbulo que tiene como objetivo adecuar la regulación legal de la educación no
universitaria a la realidad actual en España (educación infantil, primaria, secundaria
obligatoria, bachillerato, formación profesional, de idiomas, artísticas, deportivas, de
adultos) bajo los principios de calidad de la educación para todo el alumnado, y la
equidad que garantice la igualdad de oportunidades, la transmisión y efectividad de
valores que favorezcan la libertad, responsabilidad, tolerancia, igualdad, respeto y la
justicia.
a) Cuestiones generales: La LOE tiene importantes consecuencias en el
ordenamiento jurídico español; las más relevantes son: deroga las siguientes
normas:
-Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación.
-Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre de Ordenación General del Sistema
Educativo .
-Ley Orgánica 9/1995, de 20 de noviembre, de la participación, evaluación y
gobierno de los centros docentes .
-Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación .
-Ley 24/1994, de 12 de julio, por la que se establecen normas sobre Concursos
de Provisión de Puestos de Trabajo para funcionarios docentes .
Asimismo, modifica los arts. 4, 5.5, 6 a 8 , 25, 31, 56.1, 57 y 62 de la Ley Orgánica
8/1985, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación; el art. 29.2 de la Ley
30/1984, de 2 de agosto de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
Por otra parte, declara la vigencia de la Ley 12/1987, de 2 de julio, sobre
establecimiento de la gratuidad de los estudios de Bachillerato Formación Profesional y
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos en los centros públicos y la autonomía de la gestión
económica de los centros docentes públicos no universitarios .
La Ley configura tres tipos de centros: públicos, privados y privados-concertados,
estos últimos son aquellos creados por iniciativa privada y subvencionados con fondos
públicos. Estos centros responden a la exigencia constitucional (art. 27.1
de la
Constitución) de financiar la libertad de enseñanza, es decir, al derecho de los padres de
43
BOE 4 de mayo , nº 106, pág. 17158. Esta Ley ha sufrido modificaciones por las Leyes
Orgánicas 2 y 4/2011, de Economía Sostenible, las cuales no inciden en la regulación de la
asignatura de Religión, ya que se refieren a la organización de ciertas asignaturas de cuarto curso
de la ESO y al cumplimiento de requisitos para la obtención de títulos en la Formación Profesional.
40
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
familia a elegir el tipo de escuela a la que quieren que asistan sus hijos, para lo cual es
imprescindible superar los obstáculos económicos para una elección libre.
La financiación de la libertad de enseñanza con fondos públicos puede ser realizada
de diversas maneras: la ayuda directa a las familias a través del denominado cheque
escolar, el pago del salario de los profesores de los centros educativos no estatales,
entre otros. El modelo recogido por la LOE mediante los conciertos educativos es este
último: financiar los sueldos de los docentes.
En lo referente a la asignatura de religión, la LOE cambia poco la estructura de la
LOCE, su Disposición Adicional segunda dispone que “La enseñanza de la religión
católica se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos
Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español. A tal fin, y de conformidad
con lo que disponga dicho Acuerdo, se incluirá a la religión católica como área o materia
de los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para los
centros y de carácter voluntario para los alumnos. La enseñanza de otras religiones se
ajustará a lo dispuesto en los Acuerdos de Cooperación celebrados por el Estado
español con la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, la
Federación de Comunidades Israelitas de España, la Comisión Islámica de España y, en
su caso, a los que en el futuro puedan suscribirse con otras confesiones religiosas”. En
síntesis: el alumnado puede elegir entre Religión católica u otras religiones de un
lado, de otro, la signatura Historia y Cultura de las Religiones.
Es de destacar que la LOE ya de entrada alude expresamente a cada uno de los
Acuerdos suscritos con otras confesiones distintas de la católica, dando así una visión
más sólida del fenómeno religioso acatólico. Se puede elegir, como en la LOCE, entre
una versión confesional de la asignatura de religión (católica, evangélica, islámica o
judía) una versión aconfesional o no asumir asignatura alguna. En este último caso, los
centros docentes dispondrán las medidas organizativas para que los alumnos cuyos
padres o tutores no hayan optado por que cursen enseñanzas de religión, reciban la
debida atención educativa. Todas estas medidas organizativas adoptadas por los centros
docentes, deberán ser incluidas en su proyecto educativo para que padres y tutores las
conozcan con anterioridad. Dentro de este elenco destaca en la Educación Secundaria
Obligatoria la creación de una asignatura para suplir los supuestos en los que no se elija
ninguna asignatura religiosa, nos referimos a la de “Historia y Cultura de la Religiones”,
que junto a la inclusión de una nueva área de “Educación para la Ciudadanía”,
constituyen dos novedades, polémicas y altamente contestadas.
Respecto del profesorado, decir que los profesores que impartan la enseñanza de
religión deberán cumplir los requisitos de titulación establecidos para las distintas
41
RGDCDEE 30 (2012) 1-51
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enseñanzas reguladas en la LOE , así como los establecidos en los Acuerdos suscritos
44
entre el Estado y las diferentes confesiones religiosas .
Los profesores que no perteneciendo a los cuerpos de funcionarios docentes
impartan enseñanza de religión en centros públicos, lo harán en régimen de contratación
laboral, de conformidad con el Estatuto de los Trabajadores, con las respectivas
Administraciones competentes. La regulación de su régimen laboral se hará con
participación de los representantes del profesorado. Se accederá al destino mediante
criterios objetivos de igualdad, mérito y capacidad; este profesorado recibirá las
retribuciones que correspondan en su respectivo nivel de profesores interinos. En todo
caso la propuesta para la docencia corresponderá a las entidades religiosas y se
renovará automáticamente cada año. La determinación del contrato, a tiempo completo o
a tiempo parcial, según lo que requieran las necesidades de los centros, se fijará por las
Administraciones competentes y su remoción habrá de ajustarse siempre a Derecho y a
la legislación laboral aplicable al respecto.
En referencia a este aspecto, el Tribunal Constitucional tuvo ocasión de pronunciarse
45
en 2007 , recayendo el Fallo sobre la cuestión de inconstitucionalidad promovida por el
Tribunal Superior de Justicia de Canarias en relación con los artículos III, VI y VII del
Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito en 1979 entre el Estado español
y la Santa Sede.
La cuestión se plantea en el seno del procedimiento iniciado por una profesora de
religión de Canarias que había venido impartiendo clase desde el curso 90/91 y en el
curso 2000 se le comunica que no se le formalizaría nuevo contrato por mantener una
relación afectiva con otro hombre después de haberse separado de su marido. Interpone
ante el Juzgado de lo Social demanda de tutela de derechos fundamentales invocando la
lesión del principio de igualdad y del derecho a la intimidad pidiendo la nulidad de la
46
decisión del Obispado, su contratación y una indemnización .
Recae sentencia desestimatoria por considerar que la retirada de la propuesta por
parte del Obispado basada en una razón de índole moral o religiosa es ajustada al
Acuerdo con la Santa Sede, siendo una facultad discrecional que le atribuye el artículo 3
del mismo, decisión que no es susceptible de sometimiento a control jurisdiccional salvo
que se desatiendan derechos fundamentales, que en este caso no se entienden
violados.
44
Vid. Rodríguez Pastor, Profesores de religión en centros docentes públicos, Pamplona,
Aranzadi, 2000, Vol.III,págs 45 ss.
45
46
Sentencia del Tribunal Constitucional de 15 de febrero de 2007, BOE 23 mayo.
Vid.Otaduy Guerin J.La extinción del contrato de trabajo por razones ideológicas en los centros
docentes privados, ed. EUNSA, Pamplona, 1985, págs. 134 ss.
42
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
La actora recurre en suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias que
decide elevar esta cuestión de inconstitucionalidad. El Ministerio Fiscal consideró que no
era necesario el planteamiento de la cuestión, la demandante no se opuso al
planteamiento si bien advirtió el retraso que supondría para la resolución. El Obispado
sostuvo que los Acuerdos con la Santa Sede ocupan una posición jerárquica superior a
la ley y al ser postconstucionales su conformidad con la Carta magna ha de darse por
sentada. El Gobierno canario descartó cualquier infracción de derechos fundamentales,
comparando la situación del profesor de religión con la situación que en la función
pública tienen determinados cargos de confianza o de libre designación en los que existe
un amplio margen de discrecionalidad en el nombramiento y cese por la naturaleza de
las funciones a desempeñar. La enseñanza de la religión exige también un cierto grado
de confianza entre el profesor y la autoridad eclesiástica. El gobierno canario no alberga
dudas sobre la competencia exclusiva de la Iglesia Católica en cuanto a la determinación
de la idoneidad de las personas que han de ejercer la enseñanza de la religión.
El Tribunal Superior de Justicia plantea de todas maneras la cuestión de
inconstitucionalidad basándose en dos puntos fundamentales:
1. El que se haya acudido a contratos de naturaleza laboral para cumplir la
función de enseñar de la Iglesia.
2. Que los trabajadores sean contratados por las Administraciones públicas.
El Pleno del Tribunal Constitucional desestimó los motivos de inconstitucionalidad,
sentando que ha de corresponder a las confesiones la competencia para el juicio sobre
la idoneidad de las personas que hayan de impartir la enseñanza de su respectivo credo;
son únicamente las Iglesias, y no el Estado, las que pueden determinar el contenido de
la enseñanza religiosa a impartir; la función específica a la que se han de dedicar los
trabajadores contratados para la finalidad docente, constituye un hecho distintivo que
determina que la diferencia de trato que se denuncia, materializada en la exigencia de
idoneidad, posea una justificación objetiva y razonable y resulte proporcionada y
adecuada a los fines perseguidos por el legislador, sin que pueda, por tanto, ser tachada
de discriminatoria.
Resultaría sencillamente irrazonable que la enseñanza religiosa en los centros
escolares se llevase a cabo sin tomar en consideración como criterio de selección del
profesorado las convicciones religiosas de las personas que libremente deciden concurrir
a los puestos de trabajo correspondientes, y ello precisamente, en garantía del propio
derecho de libertad religiosa en su dimensión externa y colectiva.
43
RGDCDEE 30 (2012) 1-51
Iustel
Por todo ello, el Alto Tribunal rechazaría todos los motivos de inconstitucionalidad
47
opuestos, inadmitiéndose la cuestión de inconstitucionalidad .
Planteada esta jurisprudencia, en lo relativo a la regulación laboral de los profesores
de religión, la Disposición Adicional tercera
de la LOE, es desarrollada por el Real
Decreto 696/2007, de 1 de junio ; en tal sentido, la ordenación de los profesores
pertenecientes a los cuerpos de funcionarios docentes, será la propia que regula los
citados cuerpos de la Administración, quedando el régimen decretado solo para aquellos
que no pertenezcan a los mismos y que impartan la asignatura en cuestión. Su
contratación laboral se rige por el Estatuto de los Trabajadores, Texto refundido y
aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo y por la Disposición
Adicional tercera de la Ley Orgánica de Educación, junto al Real Decreto 696/2007
tratado, conjunto que otorga plena vigencia al Acuerdo sobre Asuntos culturales entre la
Santa Sede y el Estado español, y a los Convenios firmados con otras confesiones
distintas a la católica.
Sentado esto, para impartir la asignatura de religión será necesario reunir los mismos
requisitos de titulación exigibles o equivalentes, en el respectivo nivel educativo, a los
funcionarios docentes no universitarios conforme se enumeran en la Ley Orgánica de
Educación, haber sido propuestos por la autoridad de la confesión religiosa para impartir
dicha enseñanza y haber obtenido la declaración de idoneidad o certificación equivalente
de la confesión religiosa objeto de la materia educativa, todo ello con carácter previo a su
contratación por la Administración competente.
Para ser contratado como profesor de religión, son necesarios los siguientes
requisitos:
1º) Ser español o nacional de alguno de los Estados Miembros de la Unión
Europea o nacional de algún Estado al que en virtud de los Tratados
Internacionales celebrados por la Unión Europea y ratificados por España, sea de
aplicación la libre circulación de trabajadores, o ser extranjero con residencia legal
en España y autorizado para trabajar o en disposición de obtener una autorización
de trabajo por cuenta ajena.
2º) Tener cumplidos dieciocho años de edad.
3º) No padecer enfermedad ni estar afectado por limitación física o psíquica
incompatible con el desempeño de las correspondientes funciones.
47
Vid Rodríguez Piñero M.,La no discriminación en las relaciones laborales, Tomo IV, Madrid,
1983, págs 89 ss.
Vid. asimismo Otaduy Guerín J. Libertad religiosa y contratación del profesorado en centros
concertados, en “Actualidad Laboral”, III, 1991.
44
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
4º) No haber sido separado, mediante expediente disciplinario, del servicio de
cualquier Administración, ni hallarse inhabilitado para el ejercicio de sus funciones.
Los aspirantes cuya nacionalidad no sea la española deberán acreditar igualmente
no estar sometidos a sanción disciplinaria o condena penal que impida en su
Estado de origen el desempeño de sus funciones.
En lo relativo a la duración y modalidad de la contratación, la misma será por tiempo
indefinido, salvo en los casos de suplencias por sustitución, en cuyo caso se estará a lo
dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores. La modalidad de contrato, a tiempo
completo o parcial, según lo requieran las necesidades del centro, corresponderá a las
Administraciones educativas. El contrato habrá de formalizarse por escrito y con
anterioridad al comienzo de la prestación laboral, debiendo, como mínimo, especificar el
contrato los siguientes elementos: identificación de las partes, objeto, lugar de trabajo,
retribución, duración y/o renovación, jornada de trabajo y cuantos otros aspectos se
consideren esenciales en la legislación laboral. Para el acceso al destino habrá de
valorarse: la experiencia docente, titulaciones académicas y cursos de formación y
perfeccionamiento. El contrato se extingue por los siguientes motivos: cuando la
Administración adopte resolución en tal sentido, previo expediente disciplinario, por
revocación ajustada a Derecho, por causas de extinción reguladas en el Estatuto de los
Trabajadores y, caso de trabajadores extranjeros, por la extinción o no renovación de la
48
autorización de residencia .
Por otra parte, es de destacar que la LOE parte de la base del sistema de elección
entre cursar la asignatura de religión (católica o acatólica, propia de las confesiones con
las que el Estado haya suscrito Acuerdos) o no cursarla, en este caso se introduce en la
Educación Secundaria Obligatoria la asignatura de “Historia y Cultura de las Religiones”;
en los demás supuestos, los centros docentes dispondrán de las medidas organizativas
para que los alumnos cuyos padres o tutores no opten por la opción religiosa, reciban la
debida atención educativa, a fin de que la elección de una u otra opción no suponga
ninguna discriminación. Dicha atención, en ningún caso, comportará el aprendizaje de
contenidos curriculares asociados al conocimiento del hecho religioso ni a cualquier área
de la etapa; las medidas organizativas que dispongan los centros deberán ser incluidas
en su proyecto educativo para que padres y tutores las conozcan con anterioridad.
A partir de aquí, comenzará el desarrollo reglamentario de un régimen que podemos
calificar de continuista en relación con el sistema anterior de la LOCE. Con una oferta
variada, ya que, como se ha dicho, el alumnado puede elegir entre “Religión católica” u
48
Vid. Rodríguez Pastor E. Profesores de religión en centros docentes públicos, Aranzadi de lo
social, 2000, Vol.III.
45
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“otras religiones”, según los diferentes Acuerdos, de un lado; de otro, “Historia y Cultura
de las Religiones” , opción disponible en la ESO, la cual no ha sido prevista por el
Decreto de la Comunidad Valenciana. Veamos seguidamente las características de
relevancia de esta reglamentación en las etapas más significativas del sistema:
b) Educación Infantil: (hasta los seis años, con dos ciclos:1º hasta los tres
años; 2º de tres a seis años) se regula por Real Decreto 1630/2006, de 29 de
diciembre
49
que establece la inclusión de las enseñanzas de Religión, las cuales
se incluirán en el segundo ciclo de la Educación Infantil, de acuerdo con lo
establecido en la Disposición Adicional segunda de la Ley Orgánica 2/2006, de 3
de mayo de Educación. En este sentido se dispone que las Administraciones
educativas garantizarán que los padres o tutores de los alumnos puedan
manifestar su voluntad de que éstos reciban o no formación religiosa, velando
para que en la enseñanza de dicha asignatura se respeten los derechos de todos
los alumnos y sus familias, sin que suponga discriminación alguna el hecho de
recibir o no tal formación.
En lo relativo a la determinación del currículo de la Religión católica y de las restantes
con las que el Estado tenga suscrito Acuerdos, será competencia de la jerarquía
eclesiástica y demás autoridades religiosas.
c) Educación Primaria: (abraca seis cursos de seis a doce años,
estructurándose en tres ciclos de dos cursos cada uno: 1º de seis a ocho años; 2º
de ocho a diez años; 3º de diez a doce años) el Real Decreto 1513/2006, de 7 de
diciembre
50
determina el desarrollo curricular de la asignatura de Religión en el
citado nivel, todo ello acorde con lo establecido en la Disposición Adicional
segunda de la LOE (Disp.Adic. 2ª R. Decreto). Al igual que en la Educación
Infantil, los padres optarán por la opción de esta enseñanza para sus hijos
menores de edad, y los centros dispondrán de las medidas organizativas para que
los alumnos cuyos padres no hubiesen optado por este tipo de enseñanza, reciban
la debida atención educativa sin discriminación. Dicha atención en ningún caso
comportará contenidos curriculares asociados al conocimiento del hecho religioso.
Con idéntica regulación que en la Educación Infantil, la determinación del currículo
de la Religión católica y de las restantes con las que el Estado tenga suscrito
Acuerdos, será competencia de las autoridades religiosas.
49
BOE nº 4, de 4 de enero de 2007.
50
BOE nº293, de 8 de diciembre de 2006.
46
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
La evaluación de la Religión se realizará en los mismos términos y condiciones que
en otras áreas de la Educación Primaria, aunque, con el fin de garantizar el principio de
igualdad y la libre concurrencia entre todo el alumnado, las calificaciones que se
hubieran obtenido en la evaluación de las enseñanzas de religión, no se computarán en
las convocatorias en que deban entrar en concurrencia los expedientes académicos.
d) Educación Secundaria Obligatoria: (comprende cuatro cursos de doce a
dieciséis años) es regulada por el R. Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre
51
en
atención a la Disposición Adicional segunda de la LOE. Como en las anteriores
regulaciones, los centros dispondrán de las medidas organizativas para que los
alumnos cuyos padres no hubiesen optado por este tipo de enseñanza, reciban la
debida atención pedagógica sin discriminación, estableciéndose para el caso de
no optar por la enseñanza de Religión (católica o acatólica) una asignatura
opcional denominada, como ya se vio, “Historia y Cultura de las Religiones”. Los
que opten por la asignatura de Religión, podrán elegir entre las enseñanzas de la
Religión católica, o la religión de las confesiones con las que el Estado español
haya suscrito Acuerdos en tales términos. La determinación del currículo de la
enseñanza de Religión católica y de las diferentes confesiones religiosas que
tengan Acuerdos en materia educativa, será competencia respectivamente de la
jerarquía eclesiástica y de las correspondientes autoridades religiosas. La
determinación del currículo de la asignatura “Historia y Cultura de las Religiones”
se regirá por lo dispuesto para el resto de las materias de la etapa en el R.
Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre .
Con el fin de garantizar el principio de igualdad y la libre concurrencia entre todos los
alumnos, las calificaciones que se hubieran obtenido en la evaluación de las enseñanzas
de Religión no se computarán en las convocatorias en las que deban entrar en
concurrencia los expedientes académicos, ni en la obtención de la nota media a los
efectos de admisión de alumnos, cuando hubiera que acudir a ella para realizar una
selección entre los solicitantes.
e) Bachillerato: (última etapa de la Educación Secundaria, tiene carácter
voluntario y su duración es de dos cursos, normalmente hasta dieciocho años) el
Real Decreto 1467/2007
52
regula en su Disposición Adicional tercera, lo relativo a
las enseñanzas de Religión en esta etapa, las cuales se incluyen en el Bachillerato
de acuerdo con lo establecido en la Adicional segunda de la LOE.
51
BOE nº 5, de 5 de enero de 2007.
52
BOE nº 266, de 6 de noviembre 2007.
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Nuevamente se estará a lo dispuesto en el Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado
español y a los Acuerdos con otras confesiones para la determinación del currículo en la
enseñanza religiosa, cuya evaluación se realizará en los mismos términos y con los
mismos efectos que la de las otras materias de Bachillerato, si bien sus calificaciones no
se computarán en la obtención de nota media a efectos de acceso a la Universidad ni en
las convocatorias para la obtención de becas y ayudas al estudio en que deban entrar en
concurrencia los expedientes académicos.
Como puede apreciarse, la LOE sigue por el camino de un sistema opcional que
salvaguarda el imperativo del principio de libertad religiosa
53
con la libre elección, la
oferta pluriconfesional y la cobertura en ciertas etapas educativas de asignaturas
opcionales, todo ello con el importante resorte que suponen los mecanismos de ajuste a
los efectos de cómputo de la asignatura en el expediente global del alumnado. Nadie
duda de la contestación y controversia que hasta hoy ha protagonizado la mera
existencia de dichas disciplinas, pero no deja de ser menos cierta la amplia presencia
que han tenido las mismas como lo acreditan los instrumentos estadísticos que traemos
seguidamente a colación en el apartado que dedicamos al tratamiento de las próximas
reformas pendientes en el sistema y su repercusión en la asignatura de Religión.
V.-LA REFORMA DEL SISTEMA EDUCATIVO; LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN EN
CIFRAS
Desde que el Ministerio de Educación anunciase en sede parlamentaria la futura
reforma educativa, han sido muchas las voces que se han alzado -tanto en contra como
a favor- de la misma, pero sin duda una de las polémicas más agresivas se ha centrado
en la supresión de la asignatura “Educación para la Ciudadanía”, y su sustitución por otra
denominada “Educación Cívica y Constitucional”, excluyéndose su ámbito de la
Educación Primaria y cuya principal diferencia en relación con la primera es un mayor
contenido objetivo, centrado en el estudio de nuestro Texto fundamental. Según fuentes
del Ministerio de Educación expresadas públicamente en mayo del presente año, el
objetivo no es otro que crear una disciplina “libre de cuestiones controvertidas y
54
adoctrinamiento ideológico” , y que base sus fundamentos en la sociedad democrática y
en las instituciones españolas y europeas. “Educación para la Ciudadanía” que ha
estado implantada durante algo más de un lustro, ha sido defendida por agrupaciones
como la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos
53
Vid. Ruano Espina L. El derecho a elegir en el ámbito escolar la educación religiosa y moral
que esté de acuerdo con las propias convicciones, en el marco de la LOLR, en “Revista General de
Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado”, Madrid, 2009 .
54
48
Comparecencia del Ministro de Educación el 21-5 2012.
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
(CEAPA), que opinan que su supresión se debe a “una polémica política” ya que, según
su valoración, “en la inmensa mayoría de los centros educativos no ha habido ningún
problema”. Y es que, pasada la controversia inicial, actualmente la asignatura “se
impartía con normalidad”.
En cambio, quienes sí han aplaudido la supresión de esta asignatura son colectivos
como Foro de la Familia, que ha expresado su satisfacción por esta decisión. Desde el
Instituto de Política Familiar también se congratulan de lo que consideran “un paso
importantísimo” sobre el derecho de los padres para que sus hijos reciban la formación
religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Entendemos que el
camino es delicado, ya que existen puntos de razón objetiva en ambas posturas, aunque
con un punto común: la gran polémica que toda disciplina de estas características
suscita, por lo que entendemos sería, al menos lógico plantearse su desaparición
definitiva, cortando así toda discusión y lo que es aún más importante, la coyuntura
“forzosa” de su modificación en cada momento de cambio político.
Con la vista puesta en el curso escolar 2013/14, se conforma el aumento de los años
de formación en el Bachillerato y en la Formación Profesional, que pasarán de dos a
tres. Eso sí, dicho cambio se producirá a costa de disminuir en un curso la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO); con la medida se pretende reducir la tasa de abandono
escolar temprano, que en España se sitúa por encima del 28%. Con este cambio la
Educación Secundaria se dividirá en dos bloques iguales de tres años, no como, hasta
ahora, que son cuatro más dos, aunque la obligatoriedad de los estudios se mantendría
hasta los 16 años, ya que el primer curso del Bachillerato pasará a formar parte de la
educación obligatoria. Es decir, que se adelanta un año la decisión de los alumnos para
decantarse por una u otra formación. Se estima que con la ampliación a tres años se
ofrecerá una formación más completa, cosa que no es pacíficamente admitida al estimar
ciertos sectores de la oposición gubernamental que esta ampliación supone una fórmula
para concertar todo el Bachillerato. Sea como fuere, esta transformación de la Educación
Secundaria paraliza los planes previstos en la Ley de Acompañamiento de la Ley de
Economía Sostenible, que planteaba cambios para 4º de la ESO.
En lo relativo a la Formación Profesional (la de Grado medio, pasará de los dos a los
tres años), la idea es tender hacia el modelo alemán, en el que la empresa y la escuela
van de la mano para fomentar una formación eminentemente práctica; todo ello
posibilitará acceder a este tipo de formación a los quince años. La apuesta bilingüe,
cambiando la filosofía de “estudiar inglés” a “estudiar en ingles”, desde el segundo ciclo
de Educación Infantil, junto a un nuevo sistema de selección del profesorado similar al
que impera en el Sistema Nacional del Salud (MIR), ultiman los últimos eslabones de la
reforma educativa, en la que la asignatura de Religión, apenas se ve modificada,
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manteniéndose su oferta obligatoria en los mismos niveles que los anteriores; se
configura la participación de las confesiones religiosas con las que el Estado español
mantiene acuerdos, con una cierta prevalencia de la Iglesia católica, si bien sus
calificaciones no se computarán en el Bachillerato a los efectos de la obtención de nota
media para el acceso a la Universidad ni en las convocatorias para la obtención de
becas y ayudas al estudio en que deban entrar también en concurrencia los expedientes
académicos. Dicho esto, es de destacar que el sistema mantendrá la estructura de
elección, entre cursar la asignatura de Religión (católica o acatólica, propia de las
confesiones con las que el Estado haya suscrito Acuerdos) o no cursarla, en este caso
se mantendrá la asignatura de “Historia y Cultura de las Religiones”; en los demás
supuestos, los centros docentes dispondrán de las medidas organizativas para que los
alumnos cuyos padres o tutores no opten por la opción religiosa, reciban la debida
atención educativa, a fin de que la elección de una u otra opción no suponga ninguna
discriminación, todo ello con los mismos parámetros y criterios de planificación que en la
actualidad se conforman en el sistema educativo vigente.
Seguidamente, y para terminar, exponemos unas cifras recientes y sumamente
significativas, sobre los resultados de la asignatura de Religión en la enseñanza Primaria
55
y Media en lo referente a la media resultante de los cursos 2009-2011 :
CURSOS 2009-11
- Distribución porcentual del alumnado según opción elegida en la enseñanza
de religión
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Fuentes oficiales del Ministerio de Educación; cursos 2009-10-11.
Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
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-Distribución porcentual del alumnado según opción elegida en la enseñanza de
religión, por comunidad autónoma
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Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
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- Distribución porcentual del alumnado según opción elegida en la enseñanza
de religión, por comunidad autónoma
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Panizo y Romo de Arce - Religión y Sistema Educativo Español
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