220-51759 Ref. Renuncia del liquidador. Me refiero a su

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220-51759
Ref. Renuncia del liquidador.
Me refiero a su comunicación radicada bajo el número 111392, mediante la cual consulta lo siguiente:
1. Si un socio de una sociedad anónima en estado de liquidación, que ha sido designado liquidador, puede renunciar a su cargo de
liquidador teniendo en cuenta que los socios mayoritarios no tienen interés en el proceso de liquidación, en atender sus propias
obligaciones para con la sociedad, y en general se han mostrado renuentes a este, de manera que estando totalmente ilíquida la
sociedad resulta oneroso para él esta gestión.
2. En caso afirmativo, cómo hace dejación de su cargo y presenta en orden sus cuentas parciales de la liquidación, si se tiene en
cuenta que no existe un liquidador suplente.
3. En caso negativo cuál sería el procedimiento legal para hacerlo.
Sea lo primero advertir que de acuerdo con el artículo 22 de la ley 222 de 1995, el liquidador es un órgano de la
sociedad que como el representante legal, el factor, los miembros de juntas o consejos directivos y quienes de
acuerdo con los estatutos ejerzan o detenten funciones de administración, tiene el carácter de administrador.
Ahora bien, su designación o revocación, se considera como un desarrollo o ejecución del contrato societario y está
sujeto al simple registro en la Cámara de Comercio, mediante copias del acta o acuerdo en que conste su designación
o revocación, con el quórum y la mayoría prescritos en la ley o en el contrato (artículos 163 y 164 del Código de
Comercio), de donde resulta que en cualquier caso el liquidador puede renunciar ante el órgano que efectúo su
designación.
Así, si de lo que se trata es de la imposibilidad de reunir el mencionado órgano, para efectos de la renuncia el tema
ha sido materia de estudio por parte de este organismo y recogido en el oficio 40463 del 21 de julio de 1998, en el
que en punto a este aspecto señala "Refiriéndonos al caso materia de estudio, es claro que las reglas contenidas en
los artículos 163 y 164 del estatuto mercantil no resultan suficientes para tutelar el derecho del representante legal
a separarse de su cargo, pues independientemente de la clase o tipo de relación que subyace a la representación, no
existe una decisión del órgano respectivo que lo habilite para hacerlo y en consecuencia sigue respondiendo hasta
tanto no se cancele el respectivo nombramiento en el registro mercantil, con unas circunstancias especialmente
agravantes, si se tienen en cuenta las reglas que sobre responsabilidad introdujo la legislación mercantil.
Con base en las disposiciones existentes habría lugar a dos soluciones: la primera, que el gerente quede sujeto a que
el órgano social le acepte la renuncia y se inscriba tal decisión en el registro mercantil y que por tanto no puede
separarse del cargo ni exonerarse de la responsabilidad que el mismo se impone hasta tanto no se den tales eventos,
solución que rechaza el Despacho, pues si bien podría estar respaldada en varias disposiciones societarias , resulta
contraria a varios principios del mismo derecho societario, como la inamovilidad de los administradores, el deber de
colaboración de los órganos sociales, el abuso del derecho, así como también repugna con postulados de nuestra
Carta Política, entre los cuales cabe mencionar el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el derecho al trabajo
y resulta especialmente injusta con el representante legal."
Concluye la mencionada providencia señalando que el mecanismo jurídico más eficaz para la protección del derecho
del liquidador vulnerado con la conducta de los socios, puede llegar a ser la acción de tutela, por ser éste un
instrumento constitucional concebido para amparar los derechos fundamentales lesionados. A su vez, la providencia
en mención en forma pormenorizada amplía el marco legal de los derechos de los administradores frente a la no
reunión del máximo órgano social y concluye con un comentario final en el que consigna el procedimiento a seguir
para hacer uso de este instrumento, distinto desde luego del que debe seguirse para nombrar un nuevo liquidador
en el evento en que no se hubiere designado suplente, que corresponde en forma privativa al máximo órgano social,
sin depender en nada de la persona que ostenta la calidad de liquidador principal.
Lo anterior, sin perjuicio de la responsabilidad que tiene el liquidador de entregar las cuentas de su gestión, en este
caso de presentar el inventario del patrimonio social, estado financiero que debe ser elaborado dentro del mes
siguiente a la fecha en que la sociedad quede disuelta junto con la constancia del aviso en periódico de amplia
circulación en el lugar del domicilio social, dirigido a los acreedores sociales para informar sobre el estado de
liquidación en que se encuentra la empresa.
En cuanto al tercer interrogante, no puede responderse porque bajo ninguna circunstancia un administrador está
obligado a permanecer en forma indefinida en su cargo.
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