la inadmisión del recurso contencioso

Anuncio
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 139
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
LA INADMISIÓN DEL RECURSO
CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
Y DE OTROS ESCRITOS Y PRETENSIONES
PROCESALES
santiago González-varas ibáñez
catedrático de derecho administrativo
RESUMEN
Se estudia la inadmisión del recurso contencioso-administrativo propiamente
dicho y de otros escritos que las partes presentan durante el proceso. Se trata
de informar de cuestiones procesales importantes que se plantean en el proceso
administrativo.
Palabras clave: contencioso, admisión, inadmisión.
ABSTRACT
This paper studies the inadmissibility of the strictly administrative litigious appeal, as well as of other documents that the parties present during the process.
It is a question of providing information on important questions concerning
the proceedings which come up in the administrative process.
Keywords: litigation, admissibility, inadmissibility.
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
139
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 140
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
SUMARIO
1.
introducción.
2.
referencia General a las causas «clásicas» de inadmisión del
recurso contencioso-administrativo declarada en sentencia
del artículo 69 de la ley reGuladora de la jurisdicción contencioso-administrativa de 13 de julio de 1998.
3.
la desviación procesal como causa iGualmente «clásica» de
inadmisión pese a no constar en el artículo 69 de la ljca 29/98.
4.
siGnificado y efectos de la inadmisión.
5.
inadmisión del recurso contencioso-administrativo por falta
de capacidad. el caso de falta de acreditación del acuerdo
para litiGar en caso de personas jurídicas.
6.
inadmisión de escritos procesalmente inoportunos por
haber pasado el momento procesal para el planteamiento de
la pretensión correspondiente.
7.
admisión de escritos del codemandado pese al allanamiento
de la administración demandada.
8.
conclusión.
140
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 141
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
abreviaturas:
art.:
artículo.
ats:
auto del tribunal supremo.
bopa:
boletín oficial de la provincia de asturias.
ce:
constitución española.
fj:
fundamento jurídico.
jur:
repertorio jurisprudencia aranzadi.
lbrl:
ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las bases del régimen local.
lec:
ley 1/2000, de 7 de enero, de enjuiciamiento civil.
lotc:
ley orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del tribunal constitucional.
lrjap-pac: ley 30/1992, de 26 de noviembre, de régimen jurídico de las administraciones
públicas y del procedimiento administrativo común.
ljca:
ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa.
pp.:
páginas.
rec.:
recurso.
rd:
real decreto.
rj:
repertorio de jurisprudencia aranzadi.
rjca:
repertorio de jurisprudencia aranzadi.
rtc:
repertorio aranzadi de jurisprudencia del tribunal constitucional.
sap:
sentencia de la audiencia provincial.
ss:
sentencias.
stc:
sentencia del tribunal constitucional.
sts:
sentencia del tribunal supremo.
stsj:
sentencia de tribunal superior de justicia.
stjue: sentencia del tribunal de justicia de la unión europea.
tc:
tribunal constitucional.
ts:
tribunal supremo.
tsj:
tribunal superior de justicia.
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
141
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 142
NÚMERO MONOGRÁFICO
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 143
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
1. INTRODUCCIÓN
Generalmente cuando se estudia la admisión o inadmisión en el proceso administrativo ello hace referencia al recurso contencioso-administrativo. en este
sentido, se expondrán seguidamente algunos casos que ilustran del posible
debate que puede procesalmente plantearse en fase de sentencia en aplicación de las causas de inadmisión previstas en el artículo 69 de la ley reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa 29/1998, de 13 de julio,
sin fijarnos en otros momentos procesales distintos a la sentencia que son objeto de otros artículos de la ljca (artículo 51 o artículo 58, recogiendo ambos
causas de inadmisibilidad que no coinciden exactamente con las de la fase
de sentencia).
pero, por otro lado, en este trabajo el tema de la admisión o inadmisión quiere
proyectarse también sobre los escritos que se presentan en general por las
partes durante el proceso administrativo, es decir, pretensiones estrictamente
procesales al margen de las que se contienen estrictamente en los escritos
de demanda y de contestación. este tema no se aborda generalmente cuando
se trata la admisión o inadmisión, pese a que puede ser trascendental para
las partes defenderse respecto de estas incidencias procesales que van resultando durante la tramitación del proceso.
2. REFERENCIA GENERAL A LAS CAUSAS «CLÁSICAS» DE
INADMISIÓN DEL RECURSO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
DECLARADA EN SENTENCIA DEL ARTÍCULO 69
DE LA LEY REGULADORA DE LA JURISDICCIÓN
CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA DE 13 DE JULIO DE 1998
las causas de inadmisibilidad son examinables en cualquier momento, incluso
de oficio, dado el carácter de orden público de las normas procesales y, por
tanto, también pueden examinarse en vía de recurso de apelación o casación
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
143
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 144
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
aunque no se hayan alegado en la instancia, como señala la sts de 16 de
mayo de 1996 (rj 4311) cuando afirma:
«Como tiene este Tribunal declarado en numerosas sentencias, así la de
11 de febrero de 1980 (RJ 1980, 990) y las que en ella se citan, las causas
de inadmisibilidad son más que meras excepciones sometidas al principio
dispositivo, constituyendo presupuesto de admisibilidad del proceso en
cuanto al fondo y por ello examinables en cualquier momento incluso de
oficio, dado el carácter de orden público de las normas procesales (S. 26
de septiembre de 1986 RJ 1986, 5991); es más, el Tribunal ha precisado
que incluso pueden plantearse en segunda instancia, como ha hecho el
Abogado del Estado aun cuando no se hubieran planteado en la primera».
aun siendo esto así, la ljca 29/1998 ha previsto expresamente varios momentos de examen de las causas de admisibilidad, como son: el momento de
la recepción del expediente administrativo, examinando el órgano juzgador si
existen o no las causas previstas en el artículo 51 ljca; el momento de las
alegaciones previas, que son los cinco primeros días del plazo para contestar
a la demanda, siendo en este caso la parte demandada la que ha de poner
de manifiesto al órgano jurisdiccional las causas de inadmisibilidad previstas
en el artículo 58 ljca; y, por último, el momento de la sentencia, en virtud de
las causas recogidas en el artículo 69 ljca.
en el presente trabajo vamos a ceñirnos únicamente al estudio del último supuesto señalado, el del artículo 69 de la ley reguladora de la jurisdicción
contencioso-administrativa 29/1998, de 13 de julio de 1998, a cuyo tenor «la
sentencia declarará la inadmisibilidad del recurso o de alguna de las pretensiones en los casos siguientes:
A) Que el juzgado o tribunal contencioso-administrativo carezca de jurisdicción.
B) Que se hubiere interpuesto por persona incapaz, no debidamente representada o no legitimada.
C) Que tuviera por objeto disposiciones, actos o actuaciones no susceptibles
de impugnación.
D) Que recayera sobre cosa juzgada o existiera litispendencia.
E) Que se hubiera presentado el escrito inicial del recurso fuera del plazo establecido».
144
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 145
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
esta doctrina legal, como es sabido, origina amplios debates en la práctica
procesal acerca de si concurre o no una de estas causas citadas de inadmisión.
la primera causa de inadmisión que contempla el artículo 69 de la ljca de
13 de julio de 1998 es que el juzgado o tribunal carezca de jurisdicción
porque el asunto pertenezca a otra jurisdicción. interesa plantear algún caso
que ilustre de la posible conflictividad en su aplicación. así, en relación con
entidades administrativas de derecho privado.
en la práctica se observa que estos casos de entidades de derecho civil muchas veces terminan en sede jurisdiccional contencioso-administrativa cuando
el particular consigue crear un acto administrativo de alguna administración
interviniente. en principio, la jurisdicción civil, no obstante, habrá de conocer
de ordinario de los litigios relacionados con la actividad de derecho privado
de estas entidades. corrobora todo ello la sts de 28 de mayo de 2008 (sala
1.ª, rj §1031591) en materia de conflictos jurisdiccionales cuando concluye
que es procedente la vía jurisdiccional civil en un asunto relativo a una reclamación de cantidad al instituto madrileño de desarrollo —imade—, por el
arrendamiento de ciertos servicios profesionales.
en esta sentencia observa la sala que, a la vista de la ley de creación del demandado, éste tiene la consideración de entidad de derecho público, el cual,
por la naturaleza de su actividad y en virtud de ley, ha de ajustar sus actividades al ordenamiento jurídico privado, tal y como prevé el art. 2.2.c) de la
ley reguladora de la administración institucional de la comunidad de madrid.
por su parte, el reglamento del imade precisa que el mismo estará sujeto
en sus relaciones externas, adquisiciones patrimoniales y en su contratación,
sin excepciones, al derecho privado; todo lo cual supone estimar la interpretación propugnada por el recurrente sobre que la adjudicación del contrato se
regía por las normas del derecho civil. «Por otro lado, señala el TS que la
oposición fundada en invalidez del contrato no podía dar lugar a rechazar la
competencia de la jurisdicción civil, porque la Administración cuando fue reclamada no dio respuesta a la solicitud planteada, ni produjo acto administrativo alguno susceptible de impugnación separada ante la jurisdicción
contencioso-administrativa».
en efecto, lo interesante en estos casos es debatir la posible creación de un
acto administrativo de forma «forzada» y por tanto improcedente, siendo in-
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
145
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 146
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
admisible el recurso interpuesto, tal como ilustra la sts de 16 de enero de
2008 (sala 3.ª, ri §1029733). declara esta sentencia la inadmisión del recurso
por falta de jurisdicción, entendiendo la sala que no incurre la resolución impugnada en la vulneración de los derechos fundamentales invocados por la
entidad actora, correspondiendo el conocimiento del asunto al orden jurisdiccional civil. lo interesante es que lo inicialmente impugnado fue una resolución
del consejo de la comisión del mercado de las telecomunicaciones que, a
su vez, inadmitió el arbitraje instado en la reclamación arbitral presentada. la
sala de instancia expuso cómo la recurrente había aceptado someter a arbitraje determinados conflictos que pudieran surgir en la aplicación de las condiciones impuestas a la integración-concentración de vía digital «sogecable,
s.a.», por lo que no se podía invocar la doctrina constitucional sobre el derecho a la tutela judicial efectiva ni la técnica de los actos separables para apreciar la competencia de la jurisdicción contencioso-administrativa.
afirma el supremo que la aplicación del art. 48 ley 32/2003, General de telecomunicaciones —en el mismo sentido el art. 6 del rd 1994/1996—, como
el art. 22 ley 60/2003, de arbitraje, hace inviable la impugnación contenciosoadministrativa de la decisión objeto de litigio, porque el art. 48 rechaza de
modo expreso que la función arbitral ejercitada en este caso tenga carácter
público, y el art. 22.3 Ley 60/2003 prevé una específica acción de nulidad ante
los tribunales civiles de las decisiones arbitrales como la de autos. concluye
la sala que admitir la «separabilidad» —y consiguiente impugnabilidad ante
la jurisdicción contencioso-administrativa— del «acto» mediante el cual la comisión del mercado de las telecomunicaciones, como árbitro independiente,
se limitaba a resolver excepciones procesales en el seno del conflicto, sería
tanto como introducir un elemento distorsionador del procedimiento arbitral.
ilustra de la posibilidad del debate que puede propiciarse en materia de legitimación, como segunda causa de inadmisibilidad del artículo 69 ljca, el caso
por ejemplo relativo a que no puede oponerse con éxito «falta de legitimación»
como causa de inadmisión en caso de que la propia administración la hubiera
admitido en vía administrativa (si bien a veces esta alegación será interesada
por parte del particular recurrente, lo que habrá que dilucidar en el caso concreto). en este sentido interesa la sts de 17 de noviembre de 2009 rj 8053:
«A todo lo anterior debe adicionarse, respecto el caso concreto cuyas vicisitudes están reflejadas en el fundamento precedente, lo manifestado
146
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 147
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
en la STS de 20 de septiembre de 2004 (RJ 2004, 5679), recurso de casación 2874/2001, con cita de otras anteriores [sentencias de 21 de Enero
(RJ 1991, 631) y 3 de Julio de 1.991 (RJ 1991, 5728) y 18 de Junio de
1.998 (RJ 1998, 6334)] recordando que es doctrina jurisprudencial reiterada la de que la administración no puede desconocer en vía contenciosa
la personalidad reconocida en vía administrativa, aunque no sean coincidentes los términos de la legitimación en vía administrativa con los propios
de la vía jurisdiccional».
otro ejemplo de conflictividad en torno a esta causa de inadmisión es el caso
de si los miembros de una unión temporal de empresas (ute) tienen legitimación para recurrir actuaciones administrativas que les afecten, lo cual admiten las sts de 22 de junio de 2009, rec. de casación 5822/2007; sts de
28 de febrero de 2005, recurso 161/2002, sts de 11 de julio de 2006, rec.
de casación 410/2004. sobre la falta de capacidad se incidirá después en
este mismo trabajo (y sobre la cosa juzgada o litispendencia nos remitimos a
nuestro Tratado de derecho administrativo, editorial civitas, madrid, 2008,
tomo iii).
el tercer motivo de declaración en sentencia de la inadmisibilidad es que
se haya recurrido un acto no susceptible de impugnación, así cuando tal
acto es confirmación de otro anterior (stsj de cataluña de 19 de septiembre
de 2008, jur 2009\41808), o cuando el recurso se dirige contra actos que no
producen efectos jurídicos y que por ello no son susceptibles de impugnación
(stjue 2007\165) o cuando no se agota la vía administrativa (stsj de canarias, sala de las palmas, rjca 1997\2254).
estamos ante un supuesto de especial interés práctico. téngase en cuenta
que en nuestro derecho las opciones de defensa de los particulares pasan
muchas veces por crear actos administrativos. es precisa en principio una actitud judicial favorable a este fenómeno, por pura lógica y a efectos de evitar
indefensión, ya que de lo contrario muchas situaciones quedarían sin remedio
posible. existen casos, incluso, en que claramente el motivo de impugnación
surge años después al transcurso de los dos meses de rigor de impugnación
de una norma o acto (así, por ejemplo, cuando se invoca inactividad administrativa en el cumplimiento de una obligación es claro que el motivo de impugnación no pudo conocerse en el plazo de los dos meses tras la publicación de
la norma que se incumple por la administración).
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
147
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 148
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
en general en el derecho español no funciona la impugnación de actuaciones
directamente, pese a la declaración del artículo 1 de la ljca, porque prima la
práctica tradicional de la creación de un acto, la espera de los tres meses de
silencio y el ejercicio jurisdiccional posterior del recurso.
a veces esta vía de la creación del acto puede ser no obstante algo forzada,
porque por la vía de la petición y el consiguiente acto presunto en ocasiones
se llega a una especie de «contencioso universal» que podría en el caso concreto discutirse, por si puede estar eludiendo alguna vía de impugnación ya
fenecida.
no obstante, el interesado ha de actuar con un mínimo de rigor en la fase administrativa, no planteando (como tantas veces ocurre) distintas peticiones
con idéntico objeto, ya que en tales casos la primera solicitud puede haber
creado un acto que, de no impugnarse en tiempo y forma, llevará obviamente
a la inadmisión del recurso, por estar recurriendo un segundo acto creado por
una segunda petición que es reproducción de otro firme y consentido, según
recuerda la stsj de cataluña de 4 de mayo de 2005 (jur 2005\170991) inadmitiendo el recurso interpuesto (1).
en la práctica es frecuente que la vía administrativa haya sido un auténtico
despropósito, por haber sido llevada sin especial cuidado por particulares con
poco esmero con el derecho, así presentando una instancia tras otra con total
descuido de los plazos de recurso y posibles respuestas administrativas, pero
también ocurre que la administración omite el rigor debido en las respuestas
otorgadas a tales escritos de los particulares, con lo cual tenemos un buen
rompecabezas para los letrados cuando tienen que accionar en vía jurisdiccional.
más compleja es la situación cuando puede haberse creado un primer acto
presunto, siendo aconsejable plantear recurso contra dicho acto en tiempo y
forma, pese a que en estos casos cabe en el caso concreto salvar el escollo
procesal con apoyo en el deber de contestación que recae sobre la administración (artículo 42 de la lrjap-pac 30/1992).
1. «Por lo que respecta a la primera de las cuestiones debatidas, ha de considerarse que existe una absoluta
identidad entre las peticiones que la entidad actora dirigió al Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat con
fechas 17 de mayo de 2001 y 28 de junio de 2002, habida cuenta de la total coincidencia entre las partes, el
objeto y la pretensión deducida ante el Ayuntamiento en ambos casos».
148
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 149
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
atención especial merecería el caso de la impugnación de actos que se descubren una vez que el recurrente tiene a disposición el expediente administrativo requerido judicialmente, ya que en estos supuestos es preciso ampliar
el recurso interpuesto a estos nuevos actos en tiempo y forma.
en este contexto pueden citarse los casos de impugnaciones de aprobaciones
no definitivas de planes o programas urbanísticos que en la práctica plantean
especial conflictividad, ya que los particulares suelen recurrir por error las aprobaciones provisionales municipales con la consiguiente inadmisión del recurso
contencioso-administrativo planteado (sts de 11 de mayo de 1999, de 25 de
septiembre de 1995, de 5 de mayo de 1998; sts de 24 de octubre de 1990;
atsj de la comunidad valenciana de 8 de febrero de 2007, auto de 24 de
noviembre de 2006; stsj de canarias de 24 de diciembre de 1996, rj 2707;
stsj de cantabria de 2 de febrero de 2000, jur 475; sts de 12 de diciembre
de 1996, rj 9214; sts de 4 de junio de 1996, rj 5013; sts de 30 de septiembre de 1996; stsj de la comunidad valenciana núm. 588/2003, de 16
mayo, jur 2004\23462; stsj de la comunidad valenciana núm. 626/2008
de 16 junio jur 2008301885; stsj de la comunidad valenciana núm.
454/2010, de 29 de abril, jur 2010\314929, recurso número 320/2004; stsj
de la comunidad valenciana núm. 431/2008, de 5 de mayo, jur 2008\224750).
también plantea polémica el caso de la impugnación de actos de inicio de un
procedimiento administrativo. estos actos son impugnables cuando dejan de
poder ser considerados meros actos de trámite por afectar de forma cualificada al destinatario del mismo, tal como ejemplarmente afirma la sts (sala
de lo contencioso-administrativo, sección 5) de 16 de marzo de 2007 (rj
2007\1639), revocando la sentencia de instancia y declarando admisible el recurso contra un acto de iniciación de un procedimiento sancionador de expulsión del territorio nacional con una medida cautelar de internamiento:
«La más reciente jurisprudencia, superando planteamientos anteriores, ha
estimado recursos en los que se planteaba la misma cuestión que ahora
nos ocupa (así, entre otras, en sentencias de 12 de mayo, 6 de octubre y
12 de diciembre de 2006, recursos de casación núm. 4345/2003 [RJ 2006,
3835], 4465/2003 [RJ 2006, 8693] y 3405/2003 [RJ 2006, 8383]).
Al igual que en los casos resueltos en ambas sentencias, en este caso el
acto administrativo recurrido inicia un procedimiento sancionador, y, en
ese aspecto, es sin duda un acto de trámite. pero hace algo más, a saber,
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
149
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 150
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
pone una condición imprescindible para que el juez de instrucción adopte
la medida cautelar de internamiento. En efecto, se decide en el acto recurrido “proponer, en atención a las circunstancias personales del interesado,
al Juez de Instrucción que disponga su ingreso en centro de internamiento,
en tanto se sustancia el expediente, en aplicación de lo dispuesto en el
artículo 62 de la Ley Orgánica 4/2000, reformada por la Ley Orgánica
8/2000”.
no cabe duda de que esta determinación (que no es condición suficiente
para el posterior e hipotético internamiento, pero que es condición necesaria, pues sin ella no puede darse), afecta a la situación personal del interesado y no es, por lo tanto, un mero acto que inicia el procedimiento o
lo impulsa, sino una decisión actual de la que depende aquélla.
no es lógico ni conforme a lo dispuesto en el artículo 51-1-c) de la ley jurisdiccional 29/98, que se prive al interesado de la posibilidad de impugnar
determinación tan importante, ya sea por vicios generales del acto considerado globalmente (v.gr. incompetencia de quien lo dicta) o por defectos
de la concreta propuesta que se hace al Juez de Instrucción (v.gr. por no
ser el caso uno de los que permite hacerla, según el artículo 62-1 de la
Ley Orgánica 4/2000 reformada por la Ley Orgánica 8/2000).
(en materia de urbanismo esta sala ha llegado, ya de antiguo, a idéntica
conclusión: la aprobación inicial de los planes urbanísticos es un acto de
trámite, y, por lo tanto, inimpugnable; pero como esa aprobación conlleva
una suspensión de licencias, los afectados por ésta pueden impugnar
aquella aprobación)».
se reconoce como cuarta causa de inadmisibilidad del recurso a declarar
en la sentencia que recaiga sobre cosa juzgada o que exista litispendencia, causa que por ejemplo no puede apreciarse al inicio del proceso según
el artículo 51 ljca.
para que se produzca el efecto de cosa juzgada es necesario que concurran
las tres identidades procesales, que constituyen el elemento de contraste necesario para determinar cuándo existe cosa juzgada: identidad de sujetos, objeto y causa de pedir. con esto se alude a que la sentencia que se invoca ha
de «afectar a los mismos sujetos contendientes, ha de versar sobre el mismo
objeto, y en fin, ha de pronunciarse únicamente por la causa que se alegó
150
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 151
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
para deducir las pretensiones, por lo que sólo cuando el proceso futuro es
idéntico en razón de estos tres elementos el proceso fallado produce la cosa
juzgada» (sts de 26 de julio de 1996, rj 6229; sts de 5 de octubre de 1995,
rj 7137; artículos 1251 y 1252 del cc).
por tanto, no puede decretarse la inadmisibilidad por existir cosa juzgada si «las
peticiones son distintas por estar basadas en causas de pedir también diferentes: derecho a devolución de fianza y posterior discusión sobre indemnización
por devolución tardía de la fianza» (sts de 22 de abril de 1996, rj 3263).
el efecto de cosa juzgada constituye una garantía esencial de la seguridad jurídica que se configura como la vinculación que produce el fallo de una sentencia firme en otro proceso ulterior, como consecuencia de un mandato
imperativo de naturaleza jurídico-pública dirigido al juzgador con la finalidad
de evitar resoluciones judiciales contradictorias o, incluso, nuevas decisiones
sobre lo ya juzgado. de dicha «vinculación» se derivan dos efectos de alcance
y tratamiento procesal diferentes, uno de carácter negativo, en virtud del cual
queda excluido un nuevo pronunciamiento de fondo sobre el mismo asunto,
en el sentido clásico de la exceptio rei iudicata y de ahí la inadmisibilidad del
recurso; y otro de signo positivo, según el cual el segundo pronunciamiento
debe respetar lo que fue decidido en el primero cuando esta decisión actúe
como elemento prejudicial (sts de 16 de enero de 1998, rj 566).
precisamente, la «litispendencia» fue jurisprudencialmente reconocida como
causa de inadmisibilidad, pues no estaba incluida en la ljca de 1956 (artículo
82), y por ello se recogió en la ljca de 1998. se ha venido entendiendo que
aquélla era aplicable en el orden jurisdiccional contencioso-administrativo,
«como derivada de la cosa juzgada o cosa juzgada anticipada, que se produce
en el supuesto de duplicación de procesos sobre un mismo asunto» (ssts
de 14 de marzo de 1995, rj 1954; de 6 de mayo de 1992, rj 4240; de 14 de
mayo de 1984, rj 2761; de 24 de septiembre de 1986, rj 6038; de 9 de
marzo de 1998, rj 1820; de 20 de abril de 1993: «la litispendencia actúa sobre
un proceso que en relación con la sentencia que pudiera dictarse en otro sea
contradictoria»).
la aplicación de la litispendencia cuenta con límites que ha destacado la propia jurisprudencia. en este sentido, primeramente, los efectos procesales no
se despliegan cuando aquélla se pretende de actuaciones administrativas, no
judiciales. la sts de 9 de julio de 2001, rj 5148, afirma: «la alegada excep-
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
151
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 152
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
ción de litispendencia se funda en la pendencia de un recurso ContenciosoAdministrativo ante la Audiencia Nacional interpuesto por los actores contra
la Orden Ministerial que aprobó el deslinde. Dice la sentencia de esta Sala de
7 de abril de 1994 (RJ 1994, 2729), citada en la de 6 de febrero de 1998 (RJ
1998, 408), que “en cuanto a la excepción de litispendencia (art. 533.5 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil [LEG 1881, 1] ), es claro que la misma fue correctamente desestimada, pues la misma sólo opera en el caso de coexistencia
de otro proceso del que esté conociendo el mismo u otro Juzgado o Tribunal
del mismo orden jurisdiccional, pero no cuando, como aquí sucede, se trata
de actuaciones administrativas, todo ello conforme a la doctrina jurisprudencial
(así, sentencia de 3 de diciembre de 1992 [RJ 1992, 10000])”».
no sólo eso. ha de tratarse de procedimientos judiciales de la misma jurisdicción. conforme establece la sentencia del tribunal supremo de 2 de noviembre de 1983, el hecho de que se siga un proceso ante la jurisdicción civil «que
en parte tenga relación con la causa (...) no empece para la actuación legal»
en el ámbito público por ser éste «un campo propio y distinto, con finalidades
específicas igualmente diferenciadas».
en los casos en que litispende en la jurisdicción civil una cuestión de propiedad
que afecta al juicio contencioso-administrativo procederá en principio el enjuiciamiento de la jurisdicción contencioso-administrativa, declarando por ejemplo los deberes de cesiones inherentes a un proceso urbanizador, a salvo o
sin perjuicio de los derechos de propiedad (sentencia del tsj de la comunidad
de madrid de 24 de julio de 2002, jur 86749, y stsj de madrid de 30 de
abril de 2002, jur 4217).
es común en la práctica procesal esta situación de procesos civiles litispendentes que «se relacionan» con el proceso judicial contencioso-administrativo. a veces, ni siquiera coinciden sus objetos y sus partes y la alegación es
interesada.
«La litispendencia, excepción que se fundamenta en el eventual riesgo de
sentencias contradictorias, excluye la viabilidad del proceso ulterior entre
las mismas partes, sobre objeto sustancialmente idéntico y apoyado en la
misma “causa petendi” (Sentencias de la Sala Primera del Tribunal Supremo de 22 junio 1987 [RJ 1987\4545], 18 junio y 26 noviembre 1990 [RJ
1990\4764 y RJ 1990\9049], 7 noviembre 1992 [RJ 1992\9097] y 25 no-
152
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 153
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
viembre 1993 [RJ 1993\9135]). (…) únicamente resta examinar el requisito
relativo a la competencia del órgano que conoce del proceso generador
de la litispendencia. Pues bien, en cuanto a la competencia del órgano, la
Sala Primera del Tribunal Supremo exige —Sentencias de 16 octubre
1986 (RJ 1986\5794), 28 octubre 1987 (RJ 1987\7478) y 11 mayo 1989
(RJ 1989\3757)—, que ambos Juzgados o Tribunales sean de la misma
naturaleza».
así y todo, esta misma jurisprudencia afirma ciertos matices: «Sin embargo,
debe relegarse la barrera formal de la independencia de la jurisdicción civil
respecto a la contencioso-administrativa cuando se trate de supuesto en el
que, según señaló la Sentencia de 13 abril 1967 de la misma Sala y Tribunal,
exista coincidencia en el hecho enjuiciado, que en el caso es cuestión de propiedad como la relativa a la titularidad del gráfico. TERCERO.—Ciertamente,
la litispendencia no se recoge entre los casos de inadmisibilidad del artículo
82 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. No
obstante, tanto buena parte de la doctrina como la jurisprudencia —Sentencias
del Tribunal Supremo de 20 abril 1970 (RJ 1970\1863), 11 abril 1972 (RJ
1972\1616), 1 junio 1974 (RJ 1974\2582), 9 mayo 1979 (RJ 1979\2391) y 8 y
19 abril 1983 (RJ 1983\1986 y RJ 1983\2228)—, reconocen que la excepción
de litispendencia —artículo 533.5.º de la Ley de Enjuiciamiento Civil—, debe
incluirse como caso de inadmisibilidad en el recurso contencioso-administrativo, de manera que la litispendencia ha de estimarse como motivo que puede
dar lugar a la declaración de inadmisibilidad (STS de 8 de abril de 1983, RJ
1986, y STSJ de Baleares de 7 de noviembre de 1995, JUR 813)».
recuérdese que el artículo 43 de la lec se refiere a «procesos judiciales».
dice dicho artículo: «cuando para resolver sobre el objeto litigioso sea necesario decidir acerca de alguna cuestión que, a su vez, constituya el objeto principal de otro proceso pendiente ante el mismo o distinto tribunal civil, si no
fuere posible la acumulación de autos, el tribunal, a petición de ambas partes
o de una de ellas, oída la contraria, podrá mediante auto decretar la suspensión del curso de las actuaciones, en el estado en que se hallen, hasta que finalice el proceso que tenga por objeto la cuestión prejudicial».
en cuanto a la extemporaneidad del recurso como quinta causa de inadmisión del artículo 69 ljca, en principio, la regla general es que si el recurso
contencioso-administrativo se interpone de forma extemporánea no hay re-
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
153
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 154
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
medio posible y la acción es inadmisible. un caso que nos permite apreciar
un posible debate en aplicación de esta regla es la sts de 8 de abril de 2008
(rec. 6310/2004; s. 3.ª, ri §1029653) cuando, confirmando la sentencia recurrida, no acoge el alegado defecto en la notificación de la resolución denegatoria de la reclamación por la falta de indicación del potestativo recurso de
reposición, pues con tal alegación no se pretende reivindicar el derecho a la
interposición del mismo como medio de impugnación del que se haya visto
privado, sino justificar el retraso en la interposición del recurso jurisdiccional.
añade la sala que la notificación practicada señaló con claridad el plazo para
la interposición del recurso contencioso, el dies a quo y el órgano ante el que
debía interponerse, de manera que la falta de indicación de la reposición en
nada afecta a tales indicaciones y las condiciones de su ejercicio, por lo que
no puede atribuirse, en este caso, el ejercicio extemporáneo del mismo a defectos de notificación que ninguna indefensión han producido.
pese a las consecuencias, a veces letales para el recurrente, derivadas del
cómputo de los plazos, lo cierto es que en el propio cómputo de plazos de
fecha a fecha se plantean dudas interpretativas entre los propios magistrados.
a efectos prácticos, ante el silencio de las distintas normas reguladoras, el
cómputo de plazos administrativos y procesales de fecha a fecha (por meses
o años) ha de hacerse según la tradicional doctrina jurisprudencial del ts,
excepto para los procedimientos seguidos ante el tc, dado que el tc discrepa del criterio del ts de cómputo de plazos de fecha a fecha. así, según
doctrina consolidada del ts y plenamente admitida por la doctrina científica,
el dies a quo para interponer un recurso será el del día siguiente a la notificación o publicación del acto y el dies ad quem para interponer ese recurso
será el correlativo mensual al día de la notificación o publicación del acto. es
decir, si un acto administrativo se notifica a un particular el día 3 de enero, el
plazo para interponer el recurso administrativo se iniciaría el 4 de enero y
vencería el 3 de febrero, y el plazo para interponer el recurso contenciosoadministrativo (normalmente dos meses) se iniciaría el 4 de enero y vencería
el 3 de marzo.
sin embargo, según el tc, en los plazos señalados de fecha a fecha, por
ejemplo, por meses, el dies a quo para presentar el recurso correspondiente
ante el propio tc será el del día siguiente a la notificación o publicación de la
norma o del acto recurridos, y el dies ad quem para presentar ese recurso
será el ordinal que coincida con el día en que se inicia el cómputo del plazo y
154
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 155
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
no el correlativo mensual al día de la notificación o publicación. es decir, si
una norma se publica en el boletín correspondiente el día 3 de enero, el plazo
para interponer el recurso de inconstitucionalidad (tres meses según el artículo
33.1 lotc) se iniciaría el 4 de enero y vencería el 4 de abril (pueden verse
stc 148/1991, de 4 de julio, y stc 48/2003, de 12 de marzo).
en toda esta cuestión puede interferir el tema de si la notificación en la dirección que conocía la administración ha de considerarse idónea y válidamente
realizada según el artículo 59 de la lrjpac 30/1992 y por ello ha de inadmitirse por extemporáneo el recurso contencioso-administrativo. en este sentido,
pueden citarse la sts de 28 de septiembre de 2000 y la sts de 6 de junio de
2006, rj 2006\3156:
«En cuanto a la forma de realizar las notificaciones, la jurisprudencia de
esta Sala ha dicho que “no puede elevarse a rito lo que no es más que un
requisito formal de garantía no determinante de nulidad, cuando se trata
de una omisión intrascendente, en cuanto la realidad acredita el conocimiento por el destinatario del contenido del acto y de todas las exigencias
para su impugnación desde el momento de la notificación”. (Sentencia de
10 de febrero de 1998 [RJ 1998, 2200], que recuerda las sentencias de 7
de abril [RJ 1989, 3159] y 16 de mayo de 1989 [RJ 1989, 4013]). El rigor
procedimental no tiene su razón de ser en un exagerado formulismo, sino
en constituir una pieza clave para la proscripción de la indefensión y la garantía del derecho a la tutela judicial efectiva que consagra el art. 24, CE.
Cumplidas estas elementales exigencias, es indudable la apreciación del
principio antiformalista, así como el principio general de la buena fe, para
impedir que el administrado, con su conducta, pueda enervar la eficacia
de los actos administrados.
(…)
Las exigencias formales, sin embargo, sólo se justifican en el sentido y en
la medida en que cumplan una finalidad. Por ello, la constancia de la condición del firmante aspira a dar cumplimiento al art. 80.2 de la LPA de
1958, equivalente al art. 59.2 de la LRJ-PAC dado que tal condición permite presumir que el destinatario final llegará a recibir la documentación
inicialmente entregada al receptor.
(...)
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
155
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 156
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
Todos los mecanismos y garantías con que las Leyes procedimentales
rodean los actos de comunicación entre el órgano y las partes (sean notificaciones, citaciones, emplazamientos, etc.) no tienen otra finalidad o
razón de ser que la de asegurar que, en la realidad, se ha producido
aquella participación de conocimiento por parte del destinatario de la notificación.
(…)
Las irregularidades denunciadas de la falta de consignación de los apellidos
del firmante o receptor de la notificación o de la consignación del NIF de la
entidad crediticia en lugar del DNI del empleado receptor inciden o afectan
tan solo al aspecto del conocimiento, no del contenido de la notificación,
perdiendo por ello toda trascendencia tales irregularidades cuando, pese a
ellas, se reconoce por el interesado o destinatario de la notificación que las
mismas no perturbaron o no menoscabaron el conocimiento del acto administrativo objeto de notificación (ex argumento sentencias de esta Sala de
6 [RJ 1998, 4727] y 13 de mayo de 1998 [RJ 1998, 3661])».
en litigios entre administraciones, conforme al art. 65.2 en relación con el 56.1
de la lbrl, el plazo de 15 días que la administración estatal o autonómica poseen para formular el requerimiento previo de nulidad del acto municipal que
entienden infringe el ordenamiento jurídico, se computa a partir de que reciban
de la entidad local la comunicación del mismo (sts de 25 de febrero de 2011,
recurso de casación núm. 8/2010). por tanto, ha lugar al recurso de casación
en interés de la ley interpuesto por el Gobierno de cantabria contra la sentencia
que consideró que el requerimiento de nulidad previsto en el art. 65.2 de la
lbrl, formulado por el recurrente al ayuntamiento de san vicente de la barquera, fue extemporáneo porque se realizó una vez que había expirado el plazo
de 15 días, ya que la administración autonómica, por medio de un tercero, tuvo
conocimiento del acto que entendía infringía el ordenamiento jurídico.
la extemporaneidad afecta obviamente también a la vía de recurso contra la
resolución judicial pertinente. ilustra de la complejidad que puede producirse
la sts de 12 de febrero de 2003 (rj 2003\2378) cuando afirma que es inadmisible por extemporánea la interposición de un recurso de casación (justificando el recurrente tal extemporaneidad en su falta de emplazamiento en el
recurso que dio lugar a la sentencia recurrida y en la falta de notificación de
la sentencia a este recurrente) al entender la sala que el recurrente tuvo
156
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 157
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
conocimiento de la sentencia recurrida desde el mismo momento de ser notificada a las partes emplazadas y personadas (2).
3. LA DESVIACIÓN PROCESAL COMO CAUSA IGUALMENTE
«CLÁSICA» DE INADMISIÓN PESE A NO CONSTAR
EN EL ARTÍCULO 69 DE LA LJCA 29/98
estamos ante una causa de inadmisión desarrollada por la jurisprudencia de
la jurisdicción contencioso-administrativa en muy numerosas sentencias. su
aplicación más habitual se produce en relación con posibles desviaciones
entre las cuestiones planteadas en la vía administrativa y aquellas que se llevan al proceso judicial, bien en el recurso contencioso-administrativo bien en
la demanda. es muy frecuente la aplicación de esta causa de inadmisión por
desviación procesal. podemos seleccionar, en materia de función pública, la
stsj de asturias de 16 de noviembre de 2007 (jur 2008\93764):
«PRIMERO.—este recurso contencioso-administrativo se dirige contra el
acuerdo del pleno del ayuntamiento de corvera de asturias de 7 de julio
2. «La doctrina constitucional que ha venido interpretando el artículo 64 de la Ley de la Jurisdicción es totalmente clara al respecto (Sentencias del 4 de abril de 1985, 27 de noviembre de 1986 [RTC 1986, 150], 28 de
febrero de 1994 [RTC 1994, 70], 27 de mayo de 1996 [RTC 1996, 90] y muchas otras), subrayando que la protección que se trata de otorgar al interesado en el mantenimiento del acto administrativo del que deriva su derecho no llega hasta el punto de considerar anulable la tramitación en la que se ha omitido su emplazamiento
personal y directo, si es que consta acreditado que dicho interesado tenía perfecto conocimiento siquiera extraprocesal de la existencia del mismo. Esa doctrina es perfectamente extrapolable al caso que ahora nos
ocupa, en el que se pretende legitimar la extemporánea interposición del recurso de casación a través del ardid
de solicitar en 10 de junio de 1997 la notificación personal de la Sentencia de 24 de abril anterior, cuyo contenido
le era fehacientemente conocido al solicitante desde el 23 de mayo del mismo año.
Pero es que no solamente el recurso resulta extemporáneo y en consecuencia desestimable por su inadmisibilidad, sino que esta Sala considera acertada la argumentación de los recurridos alegando que el señor M. N.,
y demás colitigantes, tenían perfecto conocimiento de la existencia del recurso contencioso que concluyó con
la anulación de la Resolución del Consejo General invalidando la elección de los nuevos miembros de la Junta
de Gobierno en la convocatoria del año 1994, y que, hubiesen sido o no emplazados de manera personal, eran
conscientes de la existencia del proceso de invalidación, habiendo optado, sea por negligencia u otro motivo,
por no comparecer en calidad de codemandados. No a otra conclusión nos conduce la naturaleza del acto
objeto del proceso, la convivencia profesional en el mismo Colegio de los actuales recurrentes con los demandantes de nulidad, la clara alusión a la existencia de los procedimientos pendientes efectuada en el acto del requerimiento notarial del 23 de mayo de 1997 y la circunstancia evidenciada de que el mismo señor M. venía
simultaneando, en aquella época, el ejercicio de sus funciones con el desempeño del cargo de asesor de la
Presidencia del Consejo General de Colegios de Enfermería».
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
157
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 158
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
de 2004, por el que se aprobó definitivamente el presupuesto General y
la plantilla de personal funcionario y laboral para el ejercicio 2004 (BOPA
de 16 de julio de 2004), la resolución de la Alcaldía de dicho Ayuntamiento
de 9 de agosto de 2004, por la que se aprueba la oferta de empleo
público correspondiente al ejercicio 2004 y las bases generales que han
de regir la convocatoria de plazas incluidas en la oferta de empleo
público 2004 (BOPA de 21 de agosto de 2004), y la resolución de la Alcaldía de dicho Ayuntamiento de 30 de septiembre de 2004, por la que se
aprueban las bases para la selección temporal de un técnico de administración especial para prestar servicios como responsable del servicio de
atención al ciudadano del Ayuntamiento de Corvera. En el escrito de interposición del recurso se añadía “así como cuantos actos se deriven de
los anteriores y se hubieran ya dictado”.
en el escrito de demanda se identificaban como actos administrativos impugnados, además de los tres ya citados, “las resoluciones de alcaldía de
2 de noviembre de 2004 por las que se nombró a silvia técnico de administración especial del servicio de atención al ciudadano y se le concedió
una excedencia voluntaria respecto al puesto de trabajo anterior”, alegándose los hechos y los fundamentos de derecho en que basaba sus pretensiones, suplicando finalmente se dicte sentencia por la que se declare
la nulidad, se anule y deje sin efecto la plantilla de personal que acompaña
a los presupuestos para el año 2004 en lo relativo a la creación del puesto
de trabajo de Técnico de Administración Especial del Servicio de Atención
al Ciudadano y la creación del puesto de Administrativo en el Área de Cultura, así como la existencia del puesto de Técnico de Administración Especial Grupo B con carácter laboral del Área Económica; la oferta de
empleo público 2004 en lo que afecta a lo aquí expuesto y no incluye la
totalidad de plazas vacantes; las bases generales y las específicas relativas a la plaza de Técnico de Administración Especial para el Servicio de
Atención al Ciudadano; el proceso de selección íntegro de la plaza antes
referida, incluido el nombramiento de Dña. Silvia para el mismo; la resolución de 2 de noviembre de 2004 por la que se concede a Dña. Silvia la
excedencia voluntaria respecto al puesto que venía ocupando con anterioridad, y en consecuencia se obligue al Ayuntamiento de Corvera, previas las oportunas modificaciones en la Relación de Puestos de Trabajo,
proceda a modificar el carácter especial de la plaza de Técnico medio del
158
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 159
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
Servicio de Atención al Ciudadano, pasando a ser de Administración General, a la modificación de la plaza de Técnico de Administración Especial
Grupo B del Área Económica para que pase a ser de administración general y para funcionarios; a una nueva publicación de la EOP en la que se
incluyan todas y cada una de las plazas que estén vacantes, a la realización de nuevos procesos selectivos para ambos puestos de trabajo con
sometimiento pleno a los principios de acceso a la función pública, y habiendo desaparecido las circunstancias que motivaron en su día la contratación como laboral interino de Silvia, procedan a declarar la finalización
del contrato. La administración demandada se opone a la demanda, alegando previamente la inadmisibilidad de las pretensiones de la demanda
incursas en desviación procesal y referidas a acuerdos firmes no recurridos, así como la falta de legitimación activa de la recurrente, en tanto que
no acredita que cuenta con la titulación adecuada para participar en el proceso selectivo.
SEGUNDO.—Deben analizarse primeramente las causas de inadmisibilidad alegadas por el Letrado del Ayuntamiento demandando en la contestación a la demanda.
por lo que respecta a la desviación procesal, tiene razón la parte demandada cuando indica que el recurso contencioso-administrativo se admitió
respecto de las tres primeras resoluciones identificadas por la recurrente,
pero no en relación a la resolución de la alcaldía de 2 de noviembre de
2004, que aún en una interpretación extensiva del principio «pro actione»
no cabría incluir en el objeto del presente recurso contencioso-administrativo pues la parte recurrente en el escrito inicial de interposición del recurso contencioso-administrativo concretó el mismo a los actos
administrativos concretamente especificados al interponer el recurso (el
acuerdo del pleno del ayuntamiento de corvera de asturias de 7 de julio
de 2004, por el que se aprobó definitivamente el presupuesto General y
la plantilla de personal funcionario y laboral para el ejercicio 2004 (bopa
de 16 de julio de 2004), la resolución de la alcaldía de dicho ayuntamiento
de 9 de agosto de 2004, por la que se aprueba la oferta de empleo
público correspondiente al ejercicio 2004 y las bases generales que han
de regir la convocatoria de plazas incluidas en la la oferta de empleo
público 2004 (bopa de 21 de agosto de 2004), y la resolución de la alcaldía de dicho ayuntamiento de 30 de septiembre de 2004, por la que se
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
159
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 160
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
aprueban las bases para la selección temporal de un técnico de administración especial para prestar servicios como responsable del servicio de
atención al ciudadano del ayuntamiento de corvera), añadiendo “así como
cuantos actos se deriven de los anteriores y se hubieran ya dictado”, esto
es, aquellos con fecha anterior al 18 de octubre de 2004, momento en el
que se interpone el presente recurso contencioso-administrativo, de tal
manera que la resolución últimamente impugnada, de 2 de noviembre de
2004, no estaría dentro de la acotación temporal realizada por la propia
parte demandante, por lo que concurre la desviación procesal denunciada
por la parte demandada, y con ello la inadmisibilidad parcial del recurso
por esta causa».
4. SIGNIFICADO Y EFECTOS DE LA INADMISIÓN
según dice la sts de 29 de septiembre de 1980 (rj 1980\3461), la inadmisión
constituye «un verdadero requisito o presupuesto procesal de procedibilidad,
de tal forma que la acción carece de viabilidad. Y esta exigencia nada tiene
que ver con la naturaleza del acto que se trata de anular, ni con el instituto de
la prescripción, y sí con el carácter de la resolución a efectos de ganar o no
firmeza. Por lo tanto, y ante la extemporaneidad del recurso de reposición,
hemos de estimar infringido el citado art. 52 de la Ley que acarrea la inadmisibilidad postulada, conforme reiterada jurisprudencia —sentencias del T.S.
de 27 mayo 1964 (RJ 1964\3716), 21 octubre 1965 (RJ 1965\5141), etc.».
para la stsj núm. 584, recurso 4042/1995, de la comunidad valenciana (sala
de lo contencioso-administrativo) «una sentencia de inadmisibilidad no produce efectos de cosa juzgada, pues no ha entrado a valorar y a pronunciarse
sobre el fondo litigioso, dejando imprejuzgado el acto o disposición administrativa sujeta a revisión. la inadmisibilidad supone la ausencia de los requisitos
procesales exigibles, lo que obliga a rechazar formalmente el recurso sin siquiera examinar las pretensiones de fondo de las partes. Tal como reiterada
jurisprudencia del Tribunal Supremo ha venido indicando (SS. 11 diciembre
1969 [RJ 1969\5689], 19 enero 1970 [RJ 1970\159], 19 mayo 1976 [RJ
1976\2961], 27 enero 1977, 12 mayo 1977 [RJ 1977\2029], 10 noviembre 1977
[RJ 1977\4379], 20 octubre 1982 y 7 octubre 1986 [RJ 1986\7636], entre otras
muchas) la sentencia de inadmisibilidad carece de efectos propios de la cosa
160
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 161
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
juzgada, no produce efectos ejecutivos ni tiene repercusión en las relaciones
jurídico-materiales, pues se limita a rechazar un recurso por incumplimiento
de determinados requisitos de índole procesal. En tal sentido, dicha sentencia no es título de ejecución por no haber pronunciamiento sobre el acto o disposición impugnada, de forma que éstos permanecen imprejuzgados» (3).
«La inadmisibilidad del recurso contencioso-administrativo, al no contener pronunciamiento sobre el fondo del asunto, no produce efecto alguno, ni jurídicos
procesales ni declarativos (no tiene los efectos propios de la cosa juzgada,
según la jurisprudencia antes citada) ni ejecutivos, ni jurídico materiales. El
acto o disposición objeto de impugnación subsistirán y producirán plenos efectos sin que la sentencia añada nada nuevo a la realidad jurídico-material existente antes del proceso» (4).
5. INADMISIÓN DEL RECURSO
CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO POR FALTA DE CAPACIDAD.
EL CASO DE FALTA DE ACREDITACIÓN DEL ACUERDO
PARA LITIGAR EN CASO DE PERSONAS JURÍDICAS
la presente cuestión plantea un tema de especial complejidad y actualidad,
que se relaciona asimismo con la posible falta de subsanación en plazo debido
del defecto procesal. el artículo 45.2.d) de la ley 29/1998, de 13 de julio, re-
3. «De lo antedicho se desprende que la liquidación de 1991 fue incorrectamente recurrida por la actora, rechazando su recurso jurisdiccional el Tribunal Supremo por motivos de índole procesal (desviación procesal),
sin entrar a valorar su conformidad o disconformidad al ordenamiento jurídico, lo que generó las siguientes
consecuencias en el ámbito jurídico-tributario: a) Habiendo estado interrumpido el plazo prescriptorio y de caducidad por la interposición de los recursos administrativos y contencioso-administrativos, la finalización del
procedimiento por Sentencia del Tribunal Supremo de 28 febrero 1994 volvió a reabrir dichos plazos, lo que
implicó que la liquidación núm. LU 91 15 00005240 6 deviniera firme por el transcurso del plazo que sobrevivía
para su impugnación. Tras la sentencia del Tribunal Supremo, la actora consintió y permitió que dicha liquidación
alcanzara firmeza». como afirma el ats de 30 de octubre de 1984, rj 1984\5009, de la sala de lo contencioso-administrativo, en estos casos «la actuación se puede suplir merced precisamente a la inadmisión declarada por la Sala Territorial, ya que la absolución en la instancia a que la inadmisibilidad da lugar no conlleva
efecto de cosa juzgada para el fondo de la pretensión de haberes aquí deducida, lo que es compatible y congruente con la correcta aplicación hecha al caso por la audiencia del artículo 82-c), conectado con el 71, ambos
de la Ley Jurisdiccional».
4. GonZáleZ-pÉreZ, jesús, Código de la justicia administrativa, vol. 2, segunda edición, 2008, p. 3000.
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
161
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 162
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
guladora de la jurisdicción contencioso-administrativa, dispone que al escrito
de interposición del recurso contencioso-administrativo habrá de acompañarse: «El documento o documentos que acrediten el cumplimiento de los requisitos para entablar acciones las personas jurídicas con arreglo a las normas
o estatutos que les sean de aplicación, salvo que se hubieran incorporado o
insertado en lo pertinente dentro del cuerpo del documento mencionado en la
letra a) de este mismo apartado».
en los escritos de contestación a la demanda y de conclusiones puede alegarse la inadmisión del recurso por parte del órgano jurisdiccional cuando recurre una mercantil que no cumple con el art. 45.2.d) de la ljca.
antes de la ljca de 1998 la práctica judicial general entendía que la exigencia
contenida en el artículo 45.2.d) de la ljca resultaba aplicable solamente a
las personas o entidades de naturaleza corporativa o asociativa, pero no a las
sociedades mercantiles. la nueva ley jurisdiccional de 1998 es clara al respecto de que las personas jurídicas también han de cumplir dicha exigencia.
a causa de esta nueva exigencia para las personas jurídicas la jurisprudencia
ha tenido que interpretar dicho artículo y las consecuencias de su incumplimiento. se ha sostenido que la parte actora no podrá subsanar la falta de
dicho requisito acreditativo de la formación de la voluntad de ejercitar la acción
correspondiente tras haber sido advertido por la parte demandada (habiendo
transcurrido más de diez días desde entonces y hasta el momento de dictar
sentencia), con los efectos prescritos en el artículo 138.1 y 138.3 de la ljca
por no haberse subsanado en plazo.
la sentencia del tribunal supremo de 5 de noviembre de 2008 —rj
2009\451—, dictada en unificación de doctrina, fija un conjunto de criterios
que pueden sintetizarse como sigue:
a) el requisito establecido en el artículo 45.2.d) de la ljca resulta exigible a
todas las personas jurídicas, incluyendo a las sociedades mercantiles, que
también deben aportar ese documento junto con el escrito de interposición:
«tras la Ley de 1998, cualquiera que sea la entidad demandante, ésta
debe aportar, bien el documento independiente acreditativo de haberse
adoptado el acuerdo de interponer el recurso por el órgano a quien en
cada caso competa, o bien el documento que, además de ser acreditativo
de la representación con que actúa el compareciente, incorpore o inserte
en lo pertinente la justificación de aquel acuerdo».
162
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 163
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
b) en cuanto a los caracteres del documento que se ha de presentar, la sala
señala que «la persona jurídica interesada ha solicitado realmente la tutela
judicial, lo que a su vez precisa que tome el correspondiente acuerdo dirigido a tal fin, y que lo tome no cualquiera, no cualquier órgano de la
misma, sino aquél al que la persona jurídica ha atribuido tal decisión, ya
que en otro caso se abre la posibilidad, el riesgo, de iniciación de un litigio
no querido, o que jurídicamente no quepa afirmar como querido, por la entidad que figure como recurrente». no basta, por tanto, que el recurso haya
sido interpuesto por un procurador con poder general para pleitos, sino
que es precisa una decisión del órgano competente en cuanto a la interposición del concreto recurso. es necesario que quede acreditado: (i) qué
órgano es el competente para el ejercicio de acciones; y (ii) que el órgano
competente ha acordado el ejercicio de la acción (sentencia del tribunal
supremo de 23 de diciembre de 2008, rj 2008\8226).
c) la no aportación del documento puede ser causa de inadmisión (incluso
en sentencia), si el defecto ha sido puesto de manifiesto por el órgano jurisdiccional o por la parte contraria y no se subsana en un plazo de 10
días (art. 138 de la ljca). la sentencia declara que la inadmisión puede
adoptarse sin previo requerimiento de subsanación por el órgano jurisdiccional, si el defecto ha sido puesto de relieve por alguna de las partes del
procedimiento.
el problema se plantea cuando tal defecto se puso de manifiesto por la parte
demandada en los escritos de contestación a la demanda y de conclusiones,
y no se procede a subsanar en el plazo de 10 días previsto en el artículo 138.1.
por ello, en cuanto a ese requerimiento para la subsanación de defectos procesales deben ser tenidas en consideración las razones dadas en diversos
pronunciamientos del tribunal supremo que interpretan lo dispuesto en el artículo 138 de la ljca.
así, cabe citar, entre otras, las sentencias de 29 de enero de 2008 (casación
62/2004) y 31 de enero de 2007 (casación 6157/03), en las que se explica
que «el citado artículo 138 diferencia con toda claridad el supuesto, previsto
en su número 2, de que sea el propio órgano jurisdiccional el que, de oficio,
aprecie la existencia de un defecto subsanable, en cuyo caso, necesariamente, ha de dictar providencia reseñándolo y otorgando plazo de diez días
para la subsanación; de aquel otro, previsto en su número 1, en el que el
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
163
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 164
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
defecto se alega por las partes en el curso del proceso, en cuyo caso —que
es el de autos— el litigante que incurrió en el defecto podrá subsanarlo u
oponer lo que estime pertinente dentro de los diez días siguientes al de la
notificación del escrito que contenga la alegación. A partir de esa primera
distinción, en esas mismas sentencias decimos, y ahora lo reiteramos, que
una interpretación conforme con la Constitución de los números 1 y 3 del artículo 138 no impone que, habiéndose alegado el defecto en el curso del
proceso, el órgano jurisdiccional requiera en todo caso de subsanación antes
de dictar sentencia de inadmisión; pero también se indica allí que tal requerimiento sí resulta necesario en algunos casos, lo que se explica en los siguientes términos: “(...) alegado el defecto, sólo será exigible el
requerimiento previo del órgano jurisdiccional cuando sin él pueda generarse
la situación de indefensión proscrita en el artículo 24.1 de la Constitución; lo
que ocurriría si la alegación no fue clara, o si fue combatida, bien dentro del
plazo de aquellos diez días, bien en cualquier otro momento posterior; pues
si fue combatida y el órgano jurisdiccional no comparte los argumentos
opuestos, surge una situación en la que, como una derivación más del contenido normal del derecho a la tutela judicial efectiva, es exigible una advertencia implícita, a través del previo requerimiento, de lo infundado de esos
argumentos y de la confianza nacida de ellos de obtener una sentencia que,
como demanda aquel contenido normal, se pronuncie sobre el fondo de la
cuestión litigiosa...”...».
esta doctrina se completa con la contenida en la sts de 3 de marzo de 2010
(rtj 2010\5598), a cuya lectura me remito.
es cierto que esta cuestión no viene siendo pacífica, existiendo pronunciamientos judiciales dispares entre sí (m. cunillera busQuets, Última Instancia, núm. 114, mayo de 2010), pero, por ello mismo, desde un punto de
vista práctico resulta conveniente cumplir este tipo de requisitos poniéndose
en la opción de la peor interpretación posible, que acaba de ser expuesta, adjuntando el acuerdo justificativo de la voluntad para litigar por el órgano societario competente para ello o estando en condiciones de aportarlo en trámite
de subsanación.
164
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 165
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
6. INADMISIÓN DE ESCRITOS
PROCESALMENTE INOPORTUNOS POR HABER PASADO
EL MOMENTO PROCESAL PARA EL PLANTEAMIENTO
DE LA PRETENSIÓN CORRESPONDIENTE
la parte procesal ha de asumir las consecuencias negativas de su propia
actitud cuando pretende presentar escritos inoportunos habiendo dejado
transcurrir, por causas imputables a ella misma, el momento procesal oportuno para ello.
así ocurre cuando, por ejemplo, no se contesta a la demanda y se pretende
llevar a la apelación pretensiones o pruebas que debieron haberse realizado
en fase de contestación. o lo mismo respecto del intento de aportar y utilizar
medios probatorios fuera de su momento procesal.
según expone la sap de valencia de 16 de marzo de dos mil cuatro (jur
170648), a falta de contestación a la demanda, los términos de la cuestión litigiosa quedan determinados por relación a lo expuesto en la demanda y, por
ello, la introducción de hechos distintos en la apelación participará de la consideración de cuestiones nuevas, lo que resulta improcedente:
«FUNDAMENTOS JURÍDICOS: PRIMERO.—El Banco de Santander
Central Hispano S.A. presentó demanda en reclamación de 30.318,08
euros frente a Bocartex, S.L., D. Tomás y D.ª Araceli, estos dos últimos al
ser garantes solidarios de la obligación de devolución del crédito asumida
por la mercantil también demandada en póliza de crédito. los demandados no contestaron en plazo a la demanda, teniéndoseles, por decaídos
en el trámite de contestación por presentación extemporánea. La sentencia de instancia desestimó la demanda al aplicar la imputación de pagos,
entendiendo que las cantidades entregadas por el demandado y que se
aplicaron a cancelar otras deudas debían haber sido destinadas a la que
se reclama en el procedimiento al ser la más onerosa. Frente a dicha resolución formula recurso de apelación el demandante.
SEGUNDO.—El demandante aduce como motivos de su recurso el que
no hubo contestación a la demanda, por lo que no hay hechos controvertidos, al igual que los documentos no fueron impugnados, los intereses
eran los mismos en las tres pólizas luego la onerosidad era idéntica y por
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
165
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 166
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
último que se aplique donde se aplique el resultado es que se sigue adeudando la cantidad. a la hora de analizar el recurso de apelación formulado,
se ha de tener presente que, la demandada, perdió el trámite de contestación, precluyéndole la posibilidad de efectuar alegaciones. En este sentido, la jurisprudencia tiene declarado que la no contestación, no implica
que el demandado, posteriormente comparecido, no pueda probar la inexactitud de los hechos de la demanda, si el estado del proceso lo permite,
pero sin que pueda aprovecharse, en cambio, de excepciones o argumentos no alegados en tiempo, pues es en la demanda, en defecto de contestación, donde únicamente pueden quedar fijados definitivamente los
términos de la cuestión litigiosa (ss. del t.s. de 16-6-78, 29-3-80, 3-4-87,
6-3-90, 10-11-90, 25-2-95 y 8-5-01, entre otras). en consonancia con lo
anterior, cualquier introducción en el litigio de hechos distintos a los narrados en la demanda, participará de la consideración de cuestiones nuevas, y en relación a ellas, es reiterada la jurisprudencia (ss. del t.s. de
8-6-98, 15-6-98, 18-9-99, 25-9-99, 28-12-99, 28-3-00, 19-4-00 y 10-6-00,
entre otras muchas) que declara que han de quedar al margen de la alzada, por infringir los principios de contradicción y defensa, en cuanto que
su sorpresivo planteamiento impide a la parte adversa el poder contrarrestarlas adecuadamente tanto en el plano alegatorio como en el probatorio.
Expuesta esta delimitación acerca del ámbito de impugnación del demandado que no contestó, es evidente que la controversia queda reducida al
débito o no. Así examinada la prueba practicada queda acreditado por la
certificación del Notario que el saldo coincide con el que aparece en la
cuenta abierta del deudor de conformidad con los extractos contables y
que la liquidación se ha practicado en la forma pactada. a partir de ahí
cualquier introducción de hechos distintos por el demandado o de excepciones no alegadas en tiempo, tiene la consideración de cuestiones nuevas que no pueden ser acogidas en la sentencia. En este caso, la misma
descansa sobre una imputación de pagos no alegada al no existir contestación, luego la resolución adolece de incongruencia al apreciar un hecho
obstativo no invocado, de tal forma que acreditado el incumplimiento del
pago de la póliza a su vencimiento procede con estimación del recurso revocar la sentencia y estimar la demanda.
TERCERO.—La estimación del recurso de apelación motiva conforme el
artículo 398.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil la no imposición de las
166
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 167
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
costas de esta alzada siendo a cargo de los demandados las de primera
instancia al estimarse la demanda de conformidad con el artículo 394 de
la Ley de Enjuiciamiento Civil».
en el mismo sentido, la sap de Zaragoza de 16 de junio de 2008 (jur
2008346493) señalando la extemporaneidad del argumento pretendido en el
recurso de apelación, pues la falta de formulación del alegato correspondiente
en la contestación significa que no puede después entrarse en los hechos que
pudieron formularse pero no se formularon:
«… la sentencia de primera instancia condenó al pago de los tres conceptos reclamados en la demanda. SEGUNDO.—Respecto al arreglo de la
furgoneta no deja de llamar la atención que comprada en Octubre de 2005
a la demandante, en noviembre ya tuviera que ser sometida a un arreglo
de gran relevancia, pues costó lo mismo que el precio de compra. Sin embargo, el argumento del recurso de apelación refiriéndose a los vicios ocultos de la furgoneta (arts. 1485 y concordantes del Código Civil) resulta
extemporáneo, pues no hubo contestación a la demanda. tampoco se propuso prueba relativa a la causa del daño de la furgoneta, por lo que no se
puede imputar a garantía ni a vicio oculto. El único que se expresa respecto a la causa es el antiguo administrador de la sociedad actora, quien
expuso que según el taller fue una pérdida de aceite que afectó a todo el
motor. Con estos datos no puede atribuirse el desperfecto de la furgoneta
a vicio oculto de la misma o desperfecto invalidante que acompañara a la
misma en el momento de la venta. Por lo que procede confirmar la sentencia en este punto».
tal como deja claro la sap de burgos de 9 de febrero de 2010 (jur
2010\134764), el órgano juzgador no puede suplir la actuación no realizada
por la parte procesal cuando es a dicha parte a quien corresponde actuar para
formular excepciones procesales o realizar alegaciones materiales:
«El demandado D. Darío figura, en el listado de cotos de la provincia de
Burgos que facilita la Junta de Castilla y León en su pagina web, como titular del coto … y en base a esta información, el actor formuló demanda
contra aquel, quien no compareció en debida forma en los autos, esto es,
personado con procurador y abogado por ser la cuantía reclamada superior a 900 € (artículo 23 y 31 de la LEC), por lo que hubo de ser declarado
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
167
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 168
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
en rebeldía, precluyéndole la posibilidad de formular las excepciones procesales y alegaciones materiales que tuviere por conveniente (artículo 405
y 442.2 de la lec).
como quiera que no hubo contestación a la demanda no pudo oponerse
la falta de legitimación pasiva del demandado, ni se impugnaron los documentos presentados con la demanda que así lo acreditaban “ab initio”,
por lo que no era necesario practicar prueba complementaria en el acto
del juicio para acreditar la legitimación del demandado. por lo tanto, no
correspondía a la juzgadora poner en duda que el demandado no era titular del coto de caza, y al estimar de oficio la falta de legitimación pasiva,
ha privado a la parte actora de formular las alegaciones y pruebas pertinentes para justificar dicha legitimación, contraviniendo su derecho de defensa. en consecuencia, procede con revocación de la sentencia apelada,
la estimación de la demanda al haber quedado acreditado que el jabalí
causante de los daños causados al vehículo del actor salió del coto del
que es titular el demandado, según el atestado policial ratificado por uno
de sus autores en el acto del juicio así como el resto de la documental
obrante en autos, y todo ello, con expresa imposición de las costas procesales de la primera instancia al demandado (artículo 394.1 de la ley de
enjuiciamiento civil)».
cierto es que la no contestación a la demanda no impide a la parte probar en
el trámite correspondiente la inexactitud de los hechos de la demanda, si el
estado del proceso lo permite, pero sin que pueda aprovecharse, en cambio,
de excepciones o argumentos no alegados en tiempo (sap de valencia de 20
de junio de 2005 ac, 1447). pese a que incluso, para la sap de barcelona de
26 de noviembre de 2009 (jur 201043693), ante la falta de contestación a la
demanda no se requiere «prueba de contraste en tal dirección».
por lo que respecta a las consecuencias de inactividad de la parte en fase
probatoria, afirma la stsj de cataluña (social) de 30 de junio de 2006 (jur
71764) que para la prueba hay un trámite previsto legalmente sin que se
pueda después hacer uso de él:
«Pues bien, lo que el recurso pretende es que se modifique la categoría
profesional del actor, para lo cual se basa en documentos que aporta precisamente unidos al propio recurso. Se trata de un medio de prueba no prac-
168
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 169
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
ticado en el momento procesal oportuno. la proposición y práctica de la
prueba ha de tener lugar en el acto del juicio oral y no es posible alterar los
términos del debate litigioso mediante la modificación, a conveniencia de
una de las partes, del instante en que se pueden esgrimir líneas de defensa
que resultan inusitadas e imprevistas. La Sala ha de hacer caso omiso de
toda la documentación que se adjunta al escrito de formulación del recurso,
que ni siquiera se acoge a lo previsto en el art. 231 de la Ley de Procedimiento Laboral. SEGUNDO.—El resto del recurso se concentra en un solo
motivo en el que se señala que (sic) la discrepancia con la consideración
de la conducta del trabajador. De nuevo se basa el recurrente en los documentos que aporta unidos al recurso. como ya hemos apuntando, el proceso ha de seguir los principios de contradicción y concentración que lo
rigen. en el presente caso la empresa no compareció al acto del juicio, pese
a haber sido citada en forma. por ello, no solamente no hubo contestación
a la demanda, sino que, lógicamente, no se propuso ni practicó prueba de
esta parte. Ante tal actitud procesal, el juzgador de instancia optó por aplicar
la regla de la ficta confessio, considerando acreditados los hechos alegados
en la demanda. recordemos que la prueba de la realidad de las imputaciones del despido disciplinario constituye una carga de la empresa y que, no
habiendo acudido al juicio, no existen elementos de justificación de los hechos que se imputaban al trabajador. Todo ello ha de determinar la desestimación del recurso y la confirmación de la sentencia, con imposición de
las costas del recurso, incluidos los honorarios del letrado impugnante en
la suma de 450 €, condenando asimismo a la empresa a la pérdida del depósito dado para recurrir y a que se dé a la consignación el destino legal».
y sin que en estos casos pueda aducirse indefensión de contrario, por no
haber hecho uso del derecho a probar (sap de valencia de 7 de diciembre de
2004, jur 2005\67633: «La prueba que no se practicó consistente en el interrogatorio de la recurrente es prueba de la actora cuya disponibilidad a ella
solo afecta sin que legitime a la contraparte a alegar indefensión sobre la base
de su no práctica».
en este sentido, tampoco pueden plantearse en el escrito de conclusiones
pretensiones no suscitadas en los escritos de demanda y de contestación
(sts de 22 de septiembre de 2000, rj 8609).
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
169
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 170
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
7. ADMISIÓN DE ESCRITOS DEL CODEMANDADO
PESE AL ALLANAMIENTO DE
LA ADMINISTRACIÓN DEMANDADA
a mi juicio la flexibilidad con que se entiende la admisión del recurso del particular recurrente ha de matizarse en el caso concreto en que el codemandado
sea otro particular, ya que en estos casos no se justifica una interpretación
pro actione y pro administrado tan flexible como se viene haciendo. y ello porque tan «particular» es el recurrente como el codemandado.
en muchos contenciosos el debate esencial se plantea entre el particular demandante y el particular codemandado. en general, la posición del codemandado ha de recibir una mayor atención en la práctica procesal, ya que se
advierten situaciones en que los órganos jurisdiccionales otorgan desproporcionadamente mayor atención a los argumentos de la contestación a la demanda de la administración.
esta tendencia muestra el arraigo aún existente del contencioso de legalidad
objetiva, como si el proceso administrativo tuviera como función casi única la
de controlar la legalidad de las disposiciones de la administración. se entiende así también que se otorgue mayor valor en la práctica a las alegaciones
de la demandada que a las del codemandado, pues en definitiva la administración es la autora del acto. sin embargo, en la práctica la defensa de la administración muchas veces es de peor calidad jurídica que la defensa del
codemandado, en razón a los argumentos que se exponen. en un proceso
contencioso-administrativo subjetivo ha de primar la idea de la tutela de las
partes, y, por tanto, no sólo del demandante o de la demandada; no hay razón
para no otorgar una mayor atención a la tutela del codemandado.
sus derechos a veces se ven injustamente amenazados por el particular recurrente que generalmente tiene poco que perder con iniciar un proceso administrativo.
incluso a veces se observan casos (como el resuelto por la sentencia del tsj
de andalucía, sede de málaga, de 17 de diciembre de 2008) en los que (en
el fj 4.º) se llega a afirmar que «la postura procesal adoptada en las presentes actuaciones por el Ayuntamiento de Marbella, allanándose a las pretensiones de las partes recurrentes, trae aparejado el expreso reconocimiento
170
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 171
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
de la ilegalidad de la licencia impugnada con las consecuencias anulatorias
pretendidas».
entendemos que esta doctrina no se corresponde con el artículo 75 in fine de
la ljca, según el cual «si fueren varios los demandados, el procedimiento
seguirá respecto de aquellos que no se hubiesen allanado» (artículo 75 in fine
de la ljca de 1998).
en este contexto de una cierta confusión, la buena doctrina se fija en las siguientes resoluciones judiciales:
la sts de 21 de abril de 2004 (rj 4050) afirma la necesidad de que, cuando
se allana una parte demandada, se dé una oportunidad no sólo en sentido formal sino también en sentido material de defenderse en el proceso a las demás
partes codemandadas. esta sentencia ordena, en consecuencia, la retroacción de actuaciones para que la sentencia considere materialmente las alegaciones de la contestación de la demanda de la parte codemandada a la que
sólo se le otorgó una posibilidad formal y no material de defenderse porque la
sentencia hizo caso omiso de sus consideraciones:
«E incluso se adiciona en el apartado tercero del art. 89 LJCA 1956 “que
si fueren varios los demandados el procedimiento seguirá respecto de
aquéllos que no se hubieran allanado”. Constatamos, pues, que a diferencia de lo que acontece en la jurisdicción civil donde rige el principio dispositivo de las partes, en la jurisdicción contencioso-administrativa el Tribunal
ante un allanamiento no está obligado a dictar sin más razonamiento una
sentencia estimatoria. Regulación similar se encuentra en la vigente LJCA
29/1998, de 13 de julio, en su artículo 75.2.
Reconocida la posición como codemandado de la Corporación local debe
prosperar el alegato de la recurrente en cuanto que al oponerse al allanamiento de la administración autonómica debía el Tribunal haber razonado,
que es distinto de aceptar, acerca de su oposición a la citada forma de terminación del proceso, a fin de no provocar una situación de indefensión
material a la recurrente, por cuanto la formal no se produjo desde el momento en que tuvo oportunidad de oponerse. Sin embargo al erigirse el
allanamiento de la administración autonómica como única ratio de la estimación del recurso contencioso-administrativo, por mor del art. 89 LJCA,
se colocó a la administración local en una situación de indefensión material
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
171
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 172
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
lesiva del derecho a un proceso con todas las garantías que establece el
art. 24 CE, por cuanto no efectuó valoración alguna el Tribunal de instancia
acerca de su oposición a la terminación del proceso. Lesión que no acontenció por el hecho de que no conste la propuesta del Servei Juridic al Gobierno Valenciano ya que lo significativo es la adopción del acuerdo del
Gobierno explicitando las razones que conducen al mismo lo que sí
consta. (…)
Reiterada resulta la doctrina del Tribunal Constitucional (entre otras muchas las STC 55/1987, de 13 de mayo, 184/1995, de 12 de diciembre,
47/1998, de 2 de marzo, etc.) acerca de que la exigencia de motivación
que hemos de engarzar con la tutela judicial efectiva ofrece una doble función. Por una parte, exterioriza las reflexiones que han conducido al fallo,
como factor de racionalidad en el ejercicio del poder y, a la vez facilita su
control mediante los recursos que procedan, sin que sea exigible un pormenorizado análisis de todas y cada una de las cuestiones planteadas por
las partes.
bajo tales criterios debe aceptarse el alegato de la recurrente de que la
sentencia no cumple con la citada exigencia constitucional ya que ni entró
a valorar ni tan siquiera para rebatir los alegatos de la parte codemandada
ni tampoco optó por seguir el procedimiento respecto a ella. Se incumplió
así el contenido del art. 89 de la LJCA 1956 lo que determina que deba
casarse la sentencia recurrida ordenando retrotraer las actuaciones al momento de dictarse sentencia en que la Sala de instancia deberá pronunciarse con plenitud de jurisdicción acerca del Decreto impugnado en cuyo
examen no puede entrar este Tribunal Supremo por razón de las normas
sustantivas en que se fundamenta el recurso».
esta sentencia dio origen a la posterior sts de 17 de junio de 2009 (rj
2009\4649), donde el supremo considera, sin embargo, que una vez que se
tramitó en instancia el proceso el ayuntamiento fue oído sobre sus alegaciones, con lo que procede desestimar el recurso de casación y confirmar la sentencia del tsj: «Tampoco lleva razón el Ayuntamiento recurrente al sostener
que la sentencia carece de motivación suficiente y que el tribunal de instancia
no ha respetado lo dispuesto en la sentencia de esta Sala de 21 de abril de
2004 (RJ 2004, 4050), alegaciones que analizamos de modo conjunto». la
razón de ser de nuestro fallo precedente fue el automatismo en la aceptación
172
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 173
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
del allanamiento por parte de la sala de valencia que no prestó en su sentencia de 13 de febrero de 1998 la atención debida a los reparos u objeciones
opuestos por el ayuntamiento codemandado. consideramos, por el contrario,
que en la sentencia ahora sujeta a nuestro enjuiciamiento el tribunal de instancia da una respuesta suficiente —quizá en exceso sucinta, pero bastante—
a aquellas objeciones. subraya la sala territorial el cumplimiento de los elementos reglados del acto (destaca de modo especial la competencia para
adoptarlo del Gobierno autonómico y la validez de la autorización concedida
a su representante en juicio) y considera que al aceptar el allanamiento no
debe «sustituir a la Generalidad valenciana» en la apreciación de las razones
de oportunidad que inspiran su decisión.
asimismo, pueden citarse las ssts de 15 de abril de 2008, rj 2008\2727 reproduciendo la sentencia de la audiencia nacional de instancia por la que
la sala entra a conocer de las pretensiones de los codemandados pese al
allanamiento de la administración demandada. por la sentencia de la audiencia
nacional de 4 de marzo de 2005 (rjca 2005\6049) se admite un allanamiento
por parte del demandado frente a la alegación de un codemandado por la que
entiende que ha de proceder la revisión de oficio, si se comparte el criterio del
demandante, pero no el allanamiento:
«En fecha 3 de junio de 2004 la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) resuelve allanarse en el presente recurso ContenciosoAdministrativo, presentando el subsiguiente escrito la Abogacía del Estado
el día 4 siguiente. Por Tesau, en fecha 28 de septiembre de 2004, se interesa se acuerde inadmitir la petición de allanamiento efectuada por la
Abogacía del Estado, argumentando, sustancialmente, que bajo la apariencia de la figura del allanamiento se encubre una satisfacción extraprocesal del artículo 76 de la Ley Jurisdiccional y en que, en segundo término,
si la CMT consideraba que las resoluciones originariamente recurridas merecían ser revisadas debería haber acudido al trámite de la revisión de oficio. (…).
El artículo 75.3 de la Ley Jurisdiccional dispone que si fueran varios los
demandados, el procedimiento seguirá respecto de aquéllos que no se
hubiesen allanado. En el caso presente Tesau es codemandada y se ha
opuesto al allanamiento, circunstancia que obliga a entrar en el fondo del
asunto y permite incluso orillar cualquier consideración sobre las alega-
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
173
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 174
NÚMERO MONOGRÁFICO
santiago González-varas ibáñez
ciones que ha opuesto Tesau al aludido modo de terminación del procedimiento, si bien pueden arriesgarse, en línea con la argumentado por la
Abogacía del Estado y por ONO, los siguientes argumentos en contra de
la tesis de la codemandada: a) (…)
b) La revisión de actos prevista en los artículos 102 y 103 de la Ley
30/1992, de 26 de noviembre, tendente a salvaguardar la irrevocabilidad
de las resoluciones administrativas nada tiene que ver con un cambio de
criterio de la Administración, como aquí acontece, en el que la CMT no
anula lo previamente decidido sino que [artículo 54.1.c) de la Ley 30/1992],
en forma motivada, justifica el acto que se ha separado del criterio seguido
en actuaciones presentes».
y las sstc 95 y 96/1998. en este sentido, debe cumplirse el principio de contradicción. según la primera de las citadas «Es de reiterar que la personación
de aquél en los correspondientes procesos había tenido lugar en calidad de
codemandado, y no meramente de coadyuvante, de donde se infiere que el
modo concreto de terminación de los procesos de que trae causa este proceso
desconoció el terminante mandato del art. 89.3 LJCA, y, por ende, vulneró el
derecho del comparecido como codemandado a efectuar, en defensa de su
derecho, cuantas manifestaciones y alegaciones tuviere por conveniente, a
cuyo efecto resultaba inexcusable que el mismo hubiera tenido la oportunidad
de exponer su oposición al allanamiento de la Administración demandada, así
como, obviamente, a las razones en que se fundaban las pretensiones de los
demandantes, permitiendo así al órgano judicial verificar si, efectivamente, los
actos impugnados eran disconformes o no con el ordenamiento jurídico. En
consecuencia, debe estimarse que el fallo dictado por el órgano a quo sin
haber dado oportunidad al codemandado de expresar su postura ha vulnerado
su derecho a un proceso con todas las garantías, en cuanto componente esencialísimo de la tutela judicial efectiva (por todas, STC 64/1995 [RTC
1995\64])».
8. CONCLUSIÓN
en definitiva, el tema de la admisión del recurso tiene una especial trascendencia práctica, y por ello es merecedor de atención. es importante en la práctica procesal conocer bien las doctrinas aplicables en materia de admisión del
174
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
rjcyl 26 04 gonzález varas:RJCYL 23 1 BELLO 29/11/11 17:29 Página 175
CONTROL JUDICIAL DE LAS
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
la inadmisión del recurso contencioso-administrativo y de otros escritos y pretensiones procesales
recurso y de otras pretensiones procesales. y es aconsejable en todo caso
huir de posturas apriorísticas (así, otorgando siempre una valoración positiva
al hecho de la admisión y negativa al hecho de la inadmisión, u otorgando un
trato de favor a la admisión cuando ello perjudica a un codemandado que sufre
un proceso innecesario) y es necesario huir de inercias procesales poco convenientes para la justicia administrativa (así, otorgando menor peso a la validez de los argumentos de defensa que al hecho de si es una administración
quien alega —o recurre, en procesos a instancia de una administración contra
otra—).
revista jurídica de castilla y león. n.º 26. enero 2012. issn 1696-6759
175
Descargar