Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación

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Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Autos: García, José Manuel c. Estado Nacional - Ministerio de Defensa
- Ejército Argentino s/daños y perjuicios
Fecha: 20/12/2011
Sumario: Un militar demando por daños y perjuicios en base al derecho
común al estado nacional, por considerar que la enfermedad que tenía,
a la sazón una hernia discal, se motivo por el esfuerzo realizado en
la actividad profesional, durante un acto de servicio, por lo que
dicha incapacidad determino su declaración de inepto para el servicio.
El Estado Nacional debe asumir la responsabilidad civil que
prescriben los arts. 43, 1109 y 1113 del Código Civil
La Corte hizo lugar al recurso extraordinario.
Vocablos: DAÑOS Y PERJUICIOS – INCAPACIDAD – INEPTO - ACTO DE SERVICIO
- INCAPACIDAD POR ACTO DE SERVICIO - INDEMNIZACION - RESPONSABILIDAD
DEL ESTADO
Suprema Corte:
-IA fs. 166/168, la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Civil y Comercial Federal revocó la sentencia de la instancia anterior
y, en consecuencia, rechazó la demanda promovida por el actor suboficial principal en situación de retiro- contra el Estado Nacional
(Ejército Argentino), a fin de obtener una indemnización por los daños
y perjuicios que derivan de las lesiones sufridas mientras se
desempeñó
como
mecánico
motorista
encargado
del
depósito
de
combustibles y lubricantes.
Para así decidir, consideró el tribunal que resulta aplicable al caso
la doctrina sentada por ta Corte Suprema en los precedentes "Azzetti",
"Aragón" y "Leston", pues su incapacidad no deriva de un hecho
típicamente accidental sino que tiene su origen en actos de servicio.
-IIDisconforme con este pronunciamiento, el actor interpuso el recurso
extraordinario de fs. 174/184, que fue concedido a fs. 191.
El apelante sostiene que la sentencia es dogmática y carece de
fundamentos, pues la única excepción a la doctrina sentada en el caso
"Menguar son los daños producidos en un hecho bélico o en un
enfrentamiento armado, que está estrechamente vinculado con las
funciones típicas de la fuerza. Cita jurisprudencia en apoyo de su
postura y destaca que no pueden asimilarse las enfermedades o
accidentes relacionados con el servicio con la referencia errónea a
una hipotética e inexistente "misión militar específica".
-IIIA mi modo de ver, el recurso extraordinario interpuesto es formalmente
admisible ^toda vez que se ha cuestionado la inteligencia otorgada por
el tribunal a normas de carácter federal y la decisión ha sido
contraria al derecho que el apelante funda en ellas.
-IVEn cuanto al fondo del asunto, entiendo que las cuestiones planteadas
en el sub lite son sustancialmente análogas a las examinadas en el
dictamen emitido el 23 de junio de 2009, in re O. 254, L. XLIV,
"Ocampo, Hugo Luciano c/ Estado Nacional -Ejército Argentino- s/ daños
y perjuicios", donde se puso de resalto que aun cuando la situación
fáctica que se presentaba difería de las que se configuraron en los
precedentes "Leston" y "Aragón", lo relevante de la doctrina allí
sentada por V.E. es que establece una diferencia entre los daños de
origen accidental y los daños que son mera consecuencia del
cumplimiento de misiones específicas de las fuerzas armadas o de
seguridad, declarando con relación a esta última categoría que no
resultan aplicables las normas de derecho común.
Sin perjuicio de que tal solución se ajusta a la doctrina sentada por
V.E. en los casos aludidos, mantengo mi opinión vertida en el dictamen
del 29 de marzo de ¿007, emitido en la causa A. 774, L XLII, "Andrada,
Alberto Miguel c/ Estado Nacional - Ministerio del Interior - Policía
Federal s/ daños y perjuicios".
-V-Opino,
por
tanto,
que
corresponde
rechazar
el
recurso
extraordinario interpuesto y confirmar la sentencia apelada. Buenos
Aires, abril 13 de 2010. — Laura M. Monti.
G. 807. XLV.
García, José Manuel c/ Estado Nacional
Ministerio de Defensa - Ejército Argentino s/daños y perjuicios.
Buenos Aires, 20 de diciembre de 2011
Vistos los autos: “García, José Manuel c/ Estado Nacional Ministerio de Defensa - Ejército Argentino s/ daños y perjuicios;.
Considerando:
1º) Que el actor, José Manuel García, suboficial del Ejército
Argentino, promovió demanda por cobro de daños y perjuicios contra el
Estado Nacional, con fundamento en que, a raíz del gran esfuerzo que
tuvo que hacer para desplazar unos tambores de aceite —era el
encargado del depósito de combustibles y lubricantes de la unidad en
la que se desempeñaba— se le produjo una hernia discal a nivel
lumbar que provocó su pase a retiro, como consecuencia de una
incapacidad que lo hizo inapto para el servicio. Señaló, también, que
percibía un haber de retiro.
El demandante basó su reclamo en distintas normas del Código Civil y
en el precedente de esta Corte in re ;Mengual; (Fallos: 318:1959).
2º) Que el juez de primera instancia resolvió hacer lugar a la demanda
sobre
la
base
de
que
la
sentencia
del
Tribunal
en
“Mengual” había señalado que “...los vocablos retiro
y pensión no se asocian con la idea de resarcimiento, reparación o
indemnización
sino
que
tienen
una
notoria
resonancia
previsional...” y que “...la percepción del beneficio
previsional no deviene incompatible con el reconocimiento simultáneo
de la reparación fundada en las normas del derecho común...”
(considerando 11 del fallo citado). Apoyado en que el infortunio del
actor tenía relación con los actos de servicio, concluyó que el Estado
Nacional debía “asumir la responsabilidad civil que prescriben
los arts. 43, 1109 y 1113 del Código Civil (fs. 132 vta.).
3º) Que esa decisión, apelada por el Estado Nacional, fue revocada por
la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y
Comercial Federal, que, además, desestimó la demanda (fs. 166/168
vta.).
El a quo sostuvo, para así decidir, que en los fallos dictados en las
causas
“Aragón”
(Fallos:
330:5205)
y
L.377.XLI
“Leston, Juan Carlos c/ Estado Nacional - Ministerio del
Interior - Policía Federal Argentina”, ambos de 18-12-2007, esta
Corte había resuelto extender el criterio sentado en la causa
“Azzetti” (Fallos: 321:3363) a todo el personal de las
fuerzas de seguridad. En razón de esta asimilación de situaciones, la
Corte habría establecido —en la interpretación que hizo el fallo
apelado— “que ningún afectado ‘en y por actos del
servicio’ tiene aptitud jurídica para reclamar el resarcimiento
del derecho civil, a no ser que su lesión o minusvalía tengan origen
en un ‘acto típicamente accidental’” (fs. 167 vta.).
Puesto que —prosiguió la cámara— el propio actor había
sostenido que su incapacidad provenía de actos de servicio, sólo cabía
rechazar la demanda (loc. cit.).
4º) Que contra esa decisión, el demandante interpuso el recurso
extraordinario de fs. 174/184, que fue bien concedido por el a quo
pues está en juego la doctrina que surge de precedentes de esta Corte
(fs. 191).
5º) Que el fallo apelado interpreta indebidamente la doctrina de esta
Corte, explicitada en casos como “Azzetti” (Fallos:
321:3363) —relativo al personal militar— y los ya citados
“Aragón”
(Fallos:
330:5205)
y
“Leston”,
concernientes al personal de fuerzas de seguridad.
En efecto, dicha doctrina del Tribunal establece que no se hace lugar
a la indemnización pedida cuando los daños reclamados provienen de
“acciones
bélicas”
(fuerzas
armadas)
o
“enfrentamientos armados” (fuerzas de seguridad). No cabe,
por lo tanto, entender dichas categorías como equiparables a genéricos
“actos de servicio” (como lo pretende el a quo).
En otras palabras, sólo los actos de servicio que sean “acciones
bélicas”
(fuerzas
armadas)
o
“enfrentamientos
armados” (fuerzas de seguridad), están excluidos del ámbito
indemnizatorio. No así los restantes, sin perjuicio de que compete al
tribunal de grado resolver si —en estos últimos— se dan
todos y cada uno de los requisitos que hacen al progreso de la acción
resarcitoria, de acuerdo con el derecho común que se invoca como
fundamento de la pretensión.
6º) Que, a la luz de lo expuesto, no corresponde aplicar la doctrina
de “Azzetti” a García, que —como se ha dicho—
sufrió una incapacidad a resultas de los hechos reseñados en el
considerando
1º,
que,
obviamente,
nada
tienen
que
ver
con
“acciones bélicas”.
Por ello, habiendo dictaminado la señora Procuradora Fiscal, se
declara procedente el recurso extraordinario interpuesto y se deja sin
efecto
la
decisión
apelada,
con
los
alcances
indicados
precedentemente. Con costas. Vuelvan los autos al tribunal de origen
para que, por quien corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento,
con arreglo al presente. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase.
— Ricardo Luis Lorenzetti (según su voto). — Elena I.
Highton de Nolasco (según su voto). — Enrique Santiago
Petracchi. — Juan Carlos Maqueda. — E. Raúl Zaffaroni (en
disidencia parcial). — Carmen M. Argibay.
Voto del señor presidente doctor don Ricardo Luis Lorenzetti:
Considerando:
1º) Que el actor, José Manuel García, suboficial del Ejército
Argentino, promovió demanda por cobro de daños y perjuicios contra el
Estado Nacional, con fundamento en que, a raíz del gran esfuerzo que
tuvo que hacer para desplazar unos tambores de aceite —era el
encargado del depósito de combustibles y lubricantes de la unidad en
la que se desempeñaba— se le produjo una hernia discal a nivel
lumbar que provocó su pase a retiro, como consecuencia de una
incapacidad que lo hizo inapto para el servicio. Señaló, también, que
percibía un haber de retiro.
El demandante basó su reclamo en distintas normas del Código Civil y
en el precedente de esta Corte in re “Mengual” (Fallos:
318: 1959).
2º) Que el juez de primera instancia resolvió hacer lugar a la demanda
sobre
la
base
de
que
la
sentencia
del
Tribunal
en
“Mengual” había señalado que “...los vocablos retiro
y pensión no se asocian con la idea de resarcimiento, reparación o
indemnización
sino
que
tienen
una
notoria
resonancia
previsional...” y que “...la percepción del beneficio
previsional no deviene incompatible con el reconocimiento simultáneo
de la reparación fundada en las normas del derecho común...”
(considerando 11 del fallo citado). Apoyado en que el infortunio del
actor tenía relación con los actos de servicio, concluyó que el Estado
Nacional debía “asumir la responsabilidad civil que prescriben
los arts. 43, 1109 y 1113 del Código Civil” (fs. 132 vta.).
3º) Que esa decisión, apelada por el Estado Nacional, fue revocada por
la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y
Comercial Federal, que, además, desestimó la demanda (fs. 166/168
vta.).
El a quo sostuvo, para así decidir, que en los fallos dictados en las
causas
“Aragón”
(Fallos:
330:5205)
y
L.377.XLI
“Leston, Juan Carlos c/ Estado Nacional- Ministerio del Interior
- Policía Federal Argentina”, ambos del 18-12-2007, esta Corte
había
resuelto
extender
el
criterio
sentado
en
la
causa
“Azzetti” (Fallos: 321:3363) a todo el personal de las
fuerzas de seguridad. En razón de esta asimilación de situaciones, la
Corte habría establecido —en la interpretación que hizo el fallo
apelado— “que ningún afectado ‘en y por actos del
servicio’ tiene aptitud jurídica para reclamar el resarcimiento
del derecho civil, a no ser que su lesión o minusvalía tengan origen
en un ‘acto típicamente accidental’” (fs. 167 vta.).
Puesto que —prosiguió la cámara— el propio actor había
sostenido que su incapacidad provenía de actos de servicio, sólo cabía
rechazar la demanda (loc. cit.).
4º) Que contra esa decisión, el demandante interpuso el recurso
extraordinario de fs. 174/184, que fue bien concedido por el a quo
pues está en juego la doctrina que surge de precedentes de esta Corte
(fs. 191).
5º) Que el fallo apelado interpreta indebidamente la doctrina de esta
Corte en materia de reclamos indemnizatorios fundados en normas del
derecho común cuando los daños tienen origen en conductas encuadradas
como “misiones específicas” de las fuerzas armadas y de
seguridad, explicitada en los casos “Azzetti” (Fallos:
321:3363),
“Aragón”
(Fallos:
330:5205),
“Correa” —disidencia de los jueces Lorenzetti y
Zaffaroni— (Fallos: 330:2521) y L.377.XLI “Leston, Juan
Carlos c/ Estado Nacional –Ministerio del Interior- Policía
Federal Argentina” (sentencia del 18-12-2007).
6º) Que según dicha doctrina, no es procedente la indemnización
solicitada
cuando
los
daños
provienen
de
“misiones
específicas”.
No
cabe
entender
que
dicho
concepto
es
equiparable,
genéricamente,
al
concepto
“acto
de
servicio”. En efecto, sólo los “actos de servicio”
que comporten “misiones específicas” de las fuerzas
armadas o de seguridad están excluidos del ámbito indemnizatorio, a
diferencia de lo que ocurre con las lesiones típicamente accidentales
(“Leston;, considerando 4º). Ello es así, sin perjuicio de que
compete al tribunal de grado resolver si se dan todos y cada uno de
los requisitos que hacen al progreso de la acción resarcitoria, de
acuerdo con el derecho común que se invoca como fundamento de la
pretensión.
7º) Que a la luz de lo expuesto, no corresponde aplicar al caso la
doctrina del precedente;Azzetti;, por cuanto el actor alegó que sufre
una incapacidad resultante de hechos; como los que fueron relatados en
el considerando 1º; que no presentan ninguna relación con las
“misiones específicas; propias del Ejército.
Por ello, habiendo dictaminado la señora Procuradora Fiscal, se
declara procedente el recurso extraordinario interpuesto y se deja sin
efecto
la
decisión
apelada,
con
los
alcances
indicados
precedentemente. Con costas. Vuelvan los autos al tribunal de origen
para que, por quien corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento,
con arreglo al presente. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase.
— Ricardo Luis Lorenzetti.
Voto de la vicepresidente doctora doña Elena I. Highton de Nolasco:
Considerando:
Que las cuestiones traídas a conocimiento de esta Corte encuentran
adecuada respuesta en el pronunciamiento dictado en la causa
“Aragón;disidencia de los jueces Highton y Zaffaroni; (Fallos:
330:5205), a cuyos fundamentos corresponde remitir.
Por ello, habiendo dictaminado la señora Procuradora Fiscal, se deja
sin efecto la sentencia apelada. Con costas. Vuelvan los autos al
tribunal de origen para que, por quien corresponda, se dicte un nuevo
pronunciamiento,
con
arreglo
a
lo
expuesto.
Notifíquese
y,
oportunamente, devuélvase. — Elena I. Highton de Nolasco.
Disidencia parcial del señor ministro doctor don E. Raúl Zaffaroni:
Considerando:
Que las cuestiones traídas a conocimiento de esta Corte encuentran
adecuada respuesta en el pronunciamiento dictado en la causa ;Aragón
disidencia de los jueces Highton de Nolasco y Zaffaroni; (Fallos:
330:5205), a cuyos fundamentos corresponde remitir.
Por ello, habiendo dictaminado la señora Procuradora Fiscal, se deja
sin efecto la sentencia apelada. Costas por su orden habida cuenta la
índole de la cuestión debatida (art. 68, segunda parte, del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación). Vuelvan los autos al
tribunal de origen a fin que, por quien corresponda, se dicte un nuevo
pronunciamiento
con
arreglo
a
lo
expuesto.
Notifíquese
y,
oportunamente, devuélvase. — E. Raúl Zaffaroni.
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