5 Guía de prácticas clínicas seguras PRAXIS CLÍNICA Y RESPONSABILIDAD noviembre2002 Con el patrocinio de El trabajo en equipo. Responsabilidades A menudo un enfermo es atendido por más de un médico del mismo equipo o de equipos diversos. Cuando hay un resultado negativo, ¿quién es el responsable o presunto responsable? La respuesta no es siempre suficientemente clara. Todo el personal que interviene en la cura de los enfermos -sea estrictamente médico o con otra titulación- no tiene el mismo grado de dedicación, ni de responsabilidad. También, de hecho, a menudo hay una jerarquía y debe haber un médico responsable, aunque parece claro que el jefe de equipo no puede ser directamente responsable de todas las posibles malas praxis que puedan suceder, sobre todo cuando las funciones asistenciales están delegadas en personas con suficiente capacidad. Hay que tener en cuenta, además, que con frecuencia intervienen en la asistencia médicos en formación (MIR). Así mismo, la sociedad muchas veces pide responsabilidades al médico por errores de un tercero (no médico) consecuencia de la creencia social de que el médico ocupa el papel de agente principal en la preservación de la salud. También puede haber dificultades jurídicas para definir las responsabilidades dentro del equipo asistencial o de diagnóstico, sobre todo de los que trabajan en una institución hospitalaria. Este número de Praxis clínica y responsabilidad se dirige a orientar y aclarar las dudas en este ámbito y a intentar contribuir a la seguridad jurídica del médico. Los principios de división del trabajo y de confianza son el eje principal para delimitar los deberes de cuidado de cada uno y la asunción de responsabilidades. Por lo tanto, en las páginas siguientes se desarrollan estos principios y se utilizan para aclarar cuestiones polémicas y elaborar los consejos prácticos. Esta unidad didáctica ha sido elaborada por el Servicio de Responsabilidad Profesional del Colegio de Médicos de Barcelona y publicada originalmente en la colección: Declarado de interés científico y profesional por la Organización Médica Colegial EL TRABAJO EN EQUIPO. RESPONSABILIDADES Definición, importancia e implicaciones del trabajo en equipo Los principios de "división del trabajo, vertical y horizontal" y de "confianza" son los instrumentos ineludibles para poder concretar el contenido del deber de diligencia de cada uno. El trabajo médico en equipo es y se basa en una interrelación, puntual o continuada, coordinada o complementaria, entre profesionales del mismo o de diferentes servicios de una institución hospitalaria, o de diferentes especialidades en otros ámbitos asistenciales, con el objetivo común de velar por la salud de un paciente concreto y del conjunto de pacientes que les son confiados. El trabajo médico en equipo surge como consecuencia de la tecnificación y de la diversificación del ejercicio de la medicina. Esta tecnificación y diversificación, conjuntamente con las fórmulas organizativas públicas y privadas de prestación de servicios asistenciales (primaria, hospitalaria y sus niveles de acreditación), provoca el diseño de circuitos organizativos, la determinación e intervención de niveles jerárquicos diferentes y una gama muy variada de profesionales en un proceso asistencial determinado. Por lo tanto, existe la necesidad de delimitar el contenido de los deberes de diligencia de cada uno, con la finalidad de garantizar la coordinación y la asunción de responsabilidades y, en último término y principal, para asegurar los derechos de los enfermos a una asistencia médica y sanitaria de calidad. Los principios de división del trabajo, vertical y horizontal y de confianza son los instrumentos ineludibles para poder concretar el contenido del deber de diligencia de cada uno. También las llamadas fuentes de riesgo del trabajo en equipo -falta de cualificación, falta de medios y fallos en la comunicación y coordinación- deberán ser zonas de especial atención para los médicos, porque habitualmente se constituyen en una segunda vía indirecta y mediata de exigencia de responsabilidad para ellos. Las implicaciones jurídicas más relevantes afectan a la delimitación de responsabilidades y a la determinación del contenido del deber de cuidado de cada miembro del equipo y de sus interrelaciones. Principalmente, a menudo se piden responsabilidades al médico por errores de un tercero, como consecuencia de la creencia social de que éste ocupa el papel de agente principal para la preservación de la salud. Esta creencia social se traduce en responsabilidad al médico de cualquier error e ineficiencia de la práctica sanitaria. Se olvida a menudo que el actual sistema organizativo y de planificación sanitaria no reconoce ni dota a los médicos, en la práctica, de competencias realmente efectivas. Y que muchas decisiones que influyen en los resultados asistenciales no dependen de él. Las fuentes de riesgo -falta de cualificación, falta de medios y fallos en la comunicación- son zonas de especial atención CUESTIONES POLÉMICAS ¿Quién responde de los daños causados a un paciente por un MIR? El médico residente (MIR) que trabaja en un hospital realizando el proceso de especialización desarrolla su práctica asistencial bajo la tutela de un médico especialista. Esta tutoría obliga al médico especialista con funciones de tutor a programar y supervisar las labores asistenciales concretas del MIR, garantizando por un lado la adquisición de habilidades del MIR y, por el otro, evitando potenciales daños a los pacientes derivados de la inexperiencia del MIR. Por consiguiente, de los daños causados a un paciente responderá el médico tutor que haya infringido el deber de vigilancia y supervisión del MIR, delegándole, por ejemplo, la ejecución de técnicas diagnósticas o de tratamientos para los que no tuviera suficientes conocimientos o habilidades. El MIR responderá cuando se extralimite en sus funciones, actuando independientemente sin pedir la ayuda del tutor o de otro médico experto. La excepción a esta regla viene constituida única y exclusivamente por un estado de necesidad. Éste es el caso del paciente en riesgo vital y cuando el MIR es el único médico disponible. ¿Quién informará al paciente sobre un procedimiento diagnóstico o terapéutico a realizar? El médico que indica el procedimiento o el que pide la prueba, por el conocimiento del paciente y de su patología, es el más indicado para dar información oral y escrita. En el caso de consulta o petición a otro médico para la realización del procedimiento diagnóstico o terapéutico, el médico que deriva al paciente deberá anotar en la hoja de consulta o petición la información dada y solicitar al otro médico que la complemente, así como que formalice el documento de consentimiento informado. 8 De los daños causados a un paciente responderá el médico tutor que haya infringido el deber de vigilancia y supervisión del MIR CUESTIONES POLÉMICAS ¿Cuándo es responsable el jefe de equipo de los actos médicos de sus integrantes? El principio de confianza aplicado al trabajo equipo implica que el jefe puede confiar en que sus colaboradores se comportarán diligentemente y, por lo tanto, excepto que en el caso concreto haya causas especiales y reconocibles que le hagan pensar lo contrario, el jefe de equipo no sería responsable de todos los actos de sus colaboradores. El jefe de equipo será considerado responsable de la actuación negligente de su colaborador si conoce y tolera un comportamiento profesional incorrecto de éste, o una continuada actitud negligente o incorrecta. ¿Quién responderá por la actividad negligente de uno de los especialistas en el caso de clínicas privadas o sociedades de médicos? En el supuesto de que sea la clínica privada o la sociedad de médicos quien seleccione su equipo de especialistas, existe responsabilidad de la clínica o sociedad de médicos por defecto del deber de vigilancia en la selección de los profesionales que contraten, así como responsabilidad del en cuestión profesional por la comisión de un acto médico negligente. También hay responsabilidad de la clínica privada o sociedad de médicos ante la actuación de un profesional que cause un daño por falta o ineficacia de los medios necesarios, cuando aquélla se haya comprometido a ponerlos a disposición de éste. En el supuesto de que la clínica privada o sociedad de médicos se limite a habilitar a los profesionales el espacio físico para la realización de su labor, no será responsable del resultado lesivo de la actuación del especialista. Pero en el supuesto de que los daños sean consecuencia de la falta de medios a disposición del médico especialista, y de la que éste sea conocedor, la responsabilidad será conjunta de la Dirección o Sociedad y del médico especialista por haber omitido su deber de ponerlo en conocimiento de la Dirección o Sociedad y por no abstenerse de realizar el acto médico. En el supuesto de que los daños sean consecuencia de la falta de medios a disposición del médico especialista y que se acredite la imposibilidad de conocimiento y de apreciación por parte del médico especialista -y que en el caso de haberlo sabido habría actuado correctamente-, la responsabilidad recaerá única y exclusivamente en la Dirección o Sociedad. CUESTIONES POLÉMICAS ¿Cómo se delimita la responsabilidad en la relación cirujano-anestesista, traumatólogo-internista...? En las relaciones cirujano-anestesista, traumatólogo-internista... los intervinientes están obligados a actuar según las reglas de sus especialidades, y cada uno será responsable de sus propios actos. Estas relaciones, sin embargo, se regirán por el principio de división del trabajo médico (horizontal) en relación con el principio de confianza. Esto significa que los médicos especialistas que intervienen en el proceso han de poder confiar en una colaboración correcta del otro especialista. Por eso, el principio de confianza sólo deja de operar en un supuesto excepcional: cuando en el caso concreto se perciba un error grave en el otro colega, existiendo una duda sobre su cualificación o habilidad que lleven a la pérdida de confianza. En este supuesto, si el especialista confía de manera infundada en la colaboración correcta del otro, se le puede hacer responsable por tolerar, consentir y permitir la situación peligrosa, generadora del resultado lesivo. ¿En el ámbito quirúrgico, es el médico cirujano el responsable del abandono de cuerpos extraños? En la relación profesional entre el médico cirujano y el personal de enfermería o instrumentista, para el buen funcionamiento de la praxis quirúrgica regirá el principio de división del trabajo y de confianza. En atención al principio de división del trabajo, la labor de recuento del material quirúrgico utilizado es competencia del personal de enfermería o instrumentista. La única actuación exigible al médico cirujano, además de utilizar gases de contraste, es que pida al personal de enfermería o instrumentista la conformidad del recuento. Dado éste, el cirujano deberá confiar en su corrección. No será responsable, por lo tanto, de los errores que el personal de enfermería o instrumentista haya cometido en este aspecto. CONSEJOS PRÁCTICOS ¿Cómo hacer frente a las fuentes de riesgo derivadas de la división del trabajo médico y horizontal? [1] El médico jefe del equipo deberá asegurarse de que el personal que escoge como colaborador está suficientemente formado y es hábil y fiable. Esta obligación no le corresponde en el caso de tratarse de un establecimiento médico público o privado, si no interviene en el proceso de selección. Ahora bien, en estos casos el jefe médico tendrá un especial -más intenso- deber de vigilancia y instrucción sobre los colaboradores impuestos por el establecimiento, notificando a la Dirección las carencias profesionales que puedan causar riesgos en la asistencia. En cualquier caso, se debe tener en cuenta que si el riesgo es evidente se deberá retirar al colaborador de la práctica clínica. [2] Se deberá flexibilizar el deber de vigilancia a los colaboradores después de haberse cerciorado de la fiabilidad de su práctica profesional. [3] Las informaciones y las instrucciones se deben dar con la máxima exactitud posible y registrarlas en los libros u hojas de incidencias y control oportunos. Las instrucciones deberán ser más precisas cuanto más grandes sean los riesgos o peligros de sua deficiente comprensión por parte de los profesionales no médicos que deban intervenir en la asistencia. [4] La distribución de labores diferentes entre las diversas personas que participan en la actividad médico-quirúrgica, de diagnóstico o de seguimiento, no garantiza siempre una adecuada coordinación. Ante los riesgos de errores en la coordinación, el jefe de equipo deberá buscar y poner en marcha medidas de mejora continua de calidad (control de claridad y precisión en las anotaciones de las hojas de seguimiento clínico, de derivación, de administración de medicamentos, etc.). [5] Implantar -con carácter habitual- sesiones con la finalidad preventiva de intercambio de conductas, de análisis y revisión de situaciones de riesgo y de error detectadas o ocurridas realmente, para evitar situaciones y conductas similares en el futuro. En ningún caso se deberá dotar a estas sesiones de carácter disciplinario o sancionador, sino informativo y educativo. [6] Adoptar actitudes y conductas activas de ayuda explícita a los miembros integrantes del equipo asistencial con la finalidad de incrementar la calidad y seguridad profesional, el rendimiento individual y del equipo y el apoyo mutuo. [7] En el diseño de las guías de práctica clínica y en su elaboración implicar a los colaboradores y los estamentos que directa o indirectamente resulten afectados por sus recomendaciones. [8] Flexibilizar las guías de práctica para permitir la adaptación de sus recomendaciones a las características propias de un enfermo concreto o situación asistencial. En estos casos, el clínico que modifique la pauta de comportamiento recomendada deberá hacer constar por escrito los datos clínicos que fundamentan la decisión clínica adoptada, diferente de la prevista en el protocolo. primero segundo tercero cuarto quinto sexto septimo octavo CONSEJOS PRÁCTICOS [9] noveno Evitar los cambios de pautas de diagnóstico o de tratamiento previamente establecidas por otro médico, excepto que lo exija la situación de urgencia. Es recomendable que la discrepancia de criterio se discuta con un tercer médico o el jefe de servicio y se llegue a un consenso sobre la conducta que se debe adoptar. [10] décimo El derecho de los pacientes a tener un médico responsable de su asistencia y que esté identificado, no se puede confundir ni contradecir con la necesidad de que todo médico que asista a este enfermo también deba dar toda la información puntual y concreta que el enfermo y su familia le requieran. En este caso la información deberá ser mesurada y centrada en las circunstancias del momento asistencial o en la intervención puntual por parte de quien da la información, explicando al enfermo o familiares que una información más extensa les será facilitada por el médico responsable que sigue todo el proceso. Recuerde que: a Cuando en un acto médico intervienen médicos del mismo nivel técnico, pero que forman parte de especialidades o departamentos diferentes, cada uno es responsable de las tareas propias de su espe cialidad o departamento. Aun así, podría haber responsabilidades compartidas por los dos. ✓ El jefe de servicio, de departamento o de equipo, si ha delegado una actividad concreta en una per sona que tenga conocimientos y habilidades suficientes, no es responsable de los daños que en el ejercicio de la actividad delegada realice esta persona. Ahora bien, si hubiera faltas de calidad conti nuadas, tiene la obligación de poner remedio. Si no lo hace, también podrá ser considerado respon sable de los daños, si los hubiera . ✓ b c Los directivos de las instituciones/centros hospitalarios deben garantizar al personal médico los medios técnicos y organizativos adecuados. El esquema organizativo debe permitir realizar los actos médicos programados y la asistencia urgente que se ofrece a la población, así como debe promover y establecer mecanismos de control de calidad, que sean los que definen la dirección o los equipos. ✓ d La responsabilidad de los médicos en formación (MIR) surge sólo cuando se extralimitan en su actuación sin la presencia de su tutor o sin haberla requerido, excepto de que se trate de un caso de extrema necesidad y urgencia. Podría haber, en todo caso, responsabilidad del jefe de servicio o del departamento por posibilitar (o no haber impedido) la asistencia por un MIR sin tutor. Si el tutor estu viera presente y hubiera tolerado la extralimitación del MIR, también será responsable. ✓ e En el trabajo en equipo, cada miembro debe confiar en que el resto se comportará diligentemente, excepto si se dan circunstancias reconocibles que hagan pensar lo contrario. Si estas circunstancias se dan, y el médico integrante del equipo las conoce y no actúa, sobre él pueden recaer responsabi lidades por omisión. ✓ f Cada médico es responsable personal de las tareas que haga o de las que deje de hacer, si podía hacerlas, que causen un daño a un paciente que él atiende. ✓ LA FORMACIÓN CONTINÚA EN EL WEB EL EXPERTO RESPONDE Usted puede aportar sus experiencias o consultar sus dudas en el foro creado por Diariomedico.com. Los expertos que moderarán el foro correspondiente a esta unidad didáctica y darán respuesta a las dudas de los profesionales, con el apoyo técnico del servicio de Responsabilidad Profesional del Colegio de Médicos de Barcelona, son: Jordi Solsona Jefe de Sección de Cirugía General del Hospital del Mar en Barcelona. Profesor asociado de Cirugía de la Universidad Autónoma de Barcelona. Josep Maria Puig Especialista en Pediatría y Nefrología. Coordinador de Trasplantes del Hospital del Mar en Barcelona. Profesor asociado de Nefrología de la U. Autónoma de Barcelona. Cómo participar 1. Acceda con su navegador a la edición digital del curso (www.diariomedico.com/praxis) 2. Allí encontrará esta unidad didáctica en dos versiones: como página web para consultar durante la navegación y como documento pdf para facilitar el archivo e impresión desde su ordenador. 3. Haga clic en la llamada que encontrará al foro. 4. Para enviar un mensaje, siga las instrucciones. No es preciso que identifique, si no lo desea, su nombre y centro de trabajo, pero sí es conveniente que describa el nivel asistencial o servicio -y si se trata de un centro público o privado- en el que desempeña su ejercicio profesional. 5. Los mensajes serán visados y se publicarán en el foro en un plazo no superior a 24 horas desde su recepción. 6. La lectura y participación en el foro no exige registro alguno. 7. Si desea contestar a algunos de los mensajes que el resto de los participantes o los moderadores publiquen, siga el procedimiento descrito en el punto 4 identificando el mensaje al que responde. El foro estará abierto durante las dos próximas semanas y los moderadores contestarán periódicamente a las dudas o aportaciones que se vayan formulando.