Incompetencia de los Tribunales Militares para

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“Incompetencia de los Tribunales Militares para conocer de delitos cometidos
contra civiles: un avance hacia el debido proceso en materia penal”.
(Comentario a la Sentencia del Tribunal Constitucional Rol N° 2493-13-INA del 6 de mayo del
2014, sobre el Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del primer párrafo del
art. 5 n°1 y n°3 del Código de Justicia Militar).
Manuela Royo
Abogada
[email protected]
Objeto jurídico penal
El conflicto planteado al Tribunal Constitucional consiste en determinar si resulta
constitucional o no que, por aplicación de la disposiciones legales reprochadas del
Código de Justicia Militar, sea la jurisdicción castrense la que conozca de un proceso
por delito común, cometido por Carabineros, en circunstancias que la víctima es civil.
Comentario a la sentencia
Es el caso de Enrique Eichin, quien perdió el ojo por haber recibido balines de pintura
por parte de personal de Carabineros en una manifestación en abril del año 2013, por lo
que interpuso una querella criminal ante el 7° Juzgado de Garantía de Santiago por el
delito de lesiones graves (RIT 11463-2009, RUC 1310018169-4), motivada por el daño
y la pérdida de su ojo derecho que sufriera a causa del impacto de un balín en el mismo
órgano, que irresponsablemente habrían disparado Carabineros durante el desarrollo de
una manifestación pacífica por el derecho a la educación.
Tras presentar esta querella, el 7° Tribunal de Garantía se declaró incompetente para
conocer de esta causa al considerar que debía conocer de esta la Fiscalía Militar, en
consideración a lo que dispone el artículo 5° del Código de Justicia Militar:
Art. 5° Corresponde a la jurisdicción militar el conocimiento:
1° De las causas por delitos militares, entendiéndose por tales los contemplados
en este Código, excepto aquéllos a que dieren lugar los delitos cometidos por
civiles previstos en los artículos 284 y 417, cuyo conocimiento corresponderá en
todo caso a la justicia ordinaria, y también de las causas que leyes especiales
sometan al conocimiento de los tribunales militares.
Conocerán también de las causas por infracciones contempladas en el Código
Aeronáutico, en el decreto ley N° 2.306, de 1978, sobre Reclutamiento y
Movilización y en la ley N° 18.953, sobre Movilización, aun cuando los agentes
fueren exclusivamente civiles.
3°De las causas por delitos comunes cometidos por militares durante el estado de
guerra, estando en campaña, en acto del servicio militar o con ocasión de él , en
los cuarteles, campamentos, vivaques, fortalezas, obras militares, almacenes,
oficinas, dependencias, fundiciones, maestranzas, fábricas, parques, academias,
escuelas, embarcaciones, arsenales, faros y demás recintos militares o policiales o
establecimientos o dependencias de las Instituciones Armadas”
Esta sentencia viene en continuar una progresiva adaptación del orden jurídico interno
al sistema internacional de Derechos Humanos, discurriendo en distintas líneas
argumentativas que llevan a concluir que tanto por razones de estándares procesales
como por la naturaleza misma de los delitos que son investigados, es la judicatura
ordinaria la adecuada para conocer de ilícitos donde participen funcionarios policiales y
civiles.
En ella, podemos encontrar distintos conflictos jurídicos, que el Tribunal Constitucional
va resolviendo, en concordancia con los estándares establecidos por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y que han sido integrados por el mismo Tribunal
Constitucional, como por la Corte Suprema, los que identificaremos a continuación.
Jurisdicción de los Tribunales Militares sobre intervinientes civiles
De acuerdo a la línea que se desprende de la Convención Americana de Derechos
humanos y que ha adoptado la Corte Interamericana de Derechos humanos, no
correspondería que la justicia militar conozca de causas donde los imputados son
civiles, ni tampoco en aquellas en que lo son la víctimas.
Para arribar a una decisión, el Tribunal Constitucional se remite a la sentencia Rol N°
2363-12-INA, y reitera la doctrina y criterios expuestos por los Ministros Vodanovic,
Fernández, Carmona, García y Romero del 14 de enero del 2014, que estuvo por acoger
un requerimiento de inaplicabilidad presentado por el Instituto Nacional de Derechos
Humanos en una causa por apremios ilegítimos contra Carabineros, donde la víctima
también es un civil.
Lo que considera esta doctrina es el establecimiento de nuevos estándares en materia de
justicia militar a partir de la obligación impuesta al Estado de Chile, en orden al deber
de respetar y promover los derechos garantizados por la Constitución y por los Tratados
internacionales ratificados y vigentes en Chile:
15° Que partiremos del análisis del artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, que establece un conjunto de garantías sustantivas y
procedimentales del debido proceso, especialmente el penal. La Comisión de
Derechos Humanos de Naciones Unidas, en sus Comentarios Generales Nos 13 y
32, ha sostenido que “los tribunales militares, bajo el régimen del PIDCP, no
tienen, en principio, competencia para juzgar civiles, presunción que sólo puede ser
derrotada en circunstancias excepcionales” (CONTRERAS, Pablo, “Independencia
e Imparcialidad en sistemas de justicia militar”, en Estudios Constitucionales, Año
9, N° 2, 2011, p. 200). No obstante, su alta generalidad y su referencia a
juzgamiento de civiles y no a su condición de víctimas impiden extender tal criterio
a la presente causa”1;
Para luego hacer mención a la jurisprudencia de la Corte Interamericana Derechos
Humanos que condenó al Estado Chileno por la inadecuada inclusión de civiles como
intervinientes en tribunales castrenses partir de la Sentencia de la Corte IDH (22 de
1
Sentencia Rol N° 2363-2012 del Tribunal Constitucional, Voto suscrito por los Ministros Vodanovic,
Fernández, Carmona, García y Romero en la de esta Magistratura, de fecha 14 de enero de 2014.
noviembre de 2005, Palamara Iribarne vs. Chile, que determinó que los civiles no
pueden ser sujetos activos de delitos de connotación castrense:
“En este sentido, las normas penales militares deben establecer claramente y sin
ambigüedad quiénes son militares, únicos sujetos activos de los delitos militares,
cuáles son las conductas delictivas típicas en el especial ámbito militar, deben
determinar la antijuridicidad de la conducta ilícita a través de la descripción de la
lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos militares gravemente atacados, que
justifique el ejercicio del poder punitivo militar, y especificar la correspondiente
sanción2”
“La Corte estima que en las normas que definen la jurisdicción penal militar en
Chile no se limita el conocimiento de los tribunales militares a los delitos que por
la naturaleza de los bienes jurídicos penales castrenses protegidos son estrictamente
militares y constituyen conductas graves cometidas por militares que atentan contra
dichos bienes jurídicos. El Tribunal destaca que esos delitos sólo pueden ser
cometidos por los miembros de las instituciones castrenses en ocasión de las
particulares funciones de defensa y seguridad exterior de un Estado”. (Numeral
132)
Respecto a este punto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos concluyó que en
caso de que el Estado considere necesaria la existencia de una jurisdicción penal militar,
ésta debe limitarse solamente al conocimiento de delitos de función cometidos por
militares en servicio activo, por lo que se ordenó al Estado Chileno modificar su
legislación.
Por ello, acoge lo resuelto por la Corte Suprema de Chile, en causa Rol 3124-20043,
que dispone que el artículo 5° inciso 2° de la Constitución Política de la República,
otorga rango constitucional a los tratados que garantizan el respeto a los derechos
humanos, concediéndoles una jerarquía mayor que a los demás tratados internacionales,
en cuanto regulan los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, y se
incorporan a la Constitución adquiriendo plena vigencia, validez y eficacia jurídica, no
pudiendo ningún órgano del Estado desconocerlos y debiendo todos ellos respetarlos y
promoverlos. En razón de ello, todo aquello referido a estándares y obligaciones que
imponen los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Chile se
entienden como prescripciones con rango Constitucional y que demandan un rol activo
del Estado y de todos sus miembros.
En este sentido, el Tribunal constitucional interpreta las disposiciones del Artículo 5°
N° 1 y 3 del Código de Justicia Militar conforme a la Constitución y a los tratados
internacionales ratificados por Chile, y lo señala en sus considerandos sextos a octavo:
“SEXTO: Que en la fundamentación del requerimiento se ha invocado el mandato
constitucional del artículo 5°, inciso segundo, de la Carta Política, que consagra el
deber de los órganos del Estado de respetar y promover los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana, garantizados por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentran vigentes. En la especie, el Pacto
2
Sentencia de la Corte IDH (22 de noviembre de 2005, Palamara Iribarne vs. Chile, Serie C N° 135, a
partir de este fallo CIDH/N° 135/2005)
3
Sentencia ROL 3124-2004 de fecha 13.3.2007, considerando trigésimo nono.
Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana de
Derechos Humanos;
SÉPTIMO: Que, entonces, la significación de tales derechos en los referidos
instrumentos no puede desatenderse en el presente juzgamiento, sea que se estime
su aplicación directa como norma fundante del bloque constitucional de derechos,
sea que se entienda su contenido como una referencia o elemento interpretativo
determinante en la plena acepción de los derechos involucrados que reconoce la
Constitución Política;
OCTAVO: Que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, intérprete
auténtico de la aludida convención, ha sentado jurisprudencia en orden a que la
justicia militar carece de jurisdicción sobre intervinientes civiles y que sólo puede
investigar y sancionar la afectación de bienes jurídicos relacionados con la función
castrense”.
Es por ello, que el Tribunal Constitucional llega a la acertada conclusión de que no
puede aplicarse la justicia militar a civiles ni en su calidad de víctimas como en el caso
de la sentencia comentada, ni tampoco como acusados, ya que en un Estado de Derecho
y que es parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Justicia Militar
debe ser restringida.
Bienes jurídicos protegidos por la Jurisdicción Militar
Una segunda discusión se enfrenta a la pregunta sobre cuáles son los delitos que deben
conocer los tribunales castrenses, lo que va en directa relación a los bienes jurídicos que
se protegen con la tipificación y sanción de estos delitos especiales, como así también
con el conocimiento de ellos en tribunales especiales.
Como ya se desprende del considerando octavo de la sentencia comentada, el Tribunal
Constitucional se alinea con la postura según la cual la justicia militar sólo debe operar
cuando se pone en riesgo bienes jurídicos de orden castrense.
De hecho, la posibilidad de que tribunales castrenses conozcan delitos civiles ya fue
considerada preocupante por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
que en su Examen del Informe que concluyó que:
“observa con preocupación la persistencia de la jurisdicción de los tribunales
militares chilenos para procesar a civiles por cuestiones civiles, que no es
compatible con el artículo 14 del Pacto”,
y recomienda que:
“El Estado parte debería agilizar la adopción de la ley que modifique el Código de
Justicia Militar, limitando la jurisdicción de los tribunales militares únicamente al
enjuiciamiento de personal militar acusado de delitos de carácter militar
exclusivamente; verificando que esta ley no contenga ningún precepto que pueda
permitir violaciones de los derechos establecidos en el Pacto”4.
Bajo esta perspectiva si un funcionario policial comete un delito común sobre un civil, o
incluso sobre otros uniformados, debe ser conocido siempre por la jurisdicción civil, no
procede su reconducción a un sistema especial debido a que comprometen intereses
civiles.
Aquí la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Radilla Pacheco vs.
México en sentencia del 23 de noviembre de 2009, que excluyó de la jurisdicción
militar los actos delictivos cometidos por militares respecto de bienes jurídicos no
militares:
“274.- En consecuencia, tomando en cuenta la jurisprudencia constante de este
Tribunal (supra párrs. 272 y 273), debe concluirse que si los actos delictivos
cometidos por una persona que ostente la calidad de militar en activo no afectan los
bienes jurídicos de la esfera castrense, dicha persona debe ser siempre juzgada por
tribunales ordinarios. En este sentido, frente a situaciones que vulneren derechos
humanos de civiles bajo ninguna circunstancia puede operar la jurisdicción militar.
275.- La Corte destaca que cuando los tribunales militares conocen de actos
constitutivos de violaciones a derechos humanos en contra de civiles ejercen
jurisdicción no solamente respecto del imputado, el cual necesariamente debe ser
una persona con estatus de militar en situación de actividad, sino también sobre la
víctima civil, quien tiene derecho a participar en el proceso penal no sólo para
efectos de la respectiva reparación del daño sino también para hacer efectivos sus
derechos a la verdad y a la justicia (supra párr. 247).
En tal sentido, las víctimas de violaciones a derechos humanos y sus familiares
tienen derecho a que tales violaciones sean conocidas y resueltas por un tribunal
competente, de conformidad con el debido proceso y el acceso a la justicia. La
importancia del sujeto pasivo trasciende la esfera del ámbito militar, ya que se
encuentran involucrados bienes jurídicos propios del régimen ordinario.”5;
Es por ello que la justicia militar solo puede conocer de delitos militares. Ahora cabe
preguntarse cuáles son los delitos militares y corresponden a aquellos que protegen
bienes jurídicos de carácter castrense, como lo ha definido Jorge Mera:
“El bien jurídico protegido en los delitos militares es la eficacia de las instituciones
armadas como organismos de combate técnico-profesionales especializados en la
protección de la seguridad exterior del Estado. Por esta razón, los miembros de
Carabineros de Chile –institución de carácter policial que sólo tiene la función de
resguardar la seguridad y el orden público y dar eficacia al derecho– debieran
quedar excluidos del Derecho Penal Militar”6.
4
Centro de Derechos Humanos UDP, Informe anual sobre derechos humanos en Chile Universidad Diego
Portales, 2008, p. 405
5
Sentencia de la Corte IDH (23 de noviembre de 2009, Radilla Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos)
en http://www.tc.gob.pe/corte_interamericana/seriec_209_esp.pdf.
6
MERA, Jorge “Adecuación de la Jurisdicción Penal Militar Chilena de Tiempo de Paz a los Estándares
Internacionales de Derechos Humanos” en Anuario de Derechos Humanos 2008 p. 207, en
http://www.google.cl/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=5&ved=0CDoQFjAE&url=http%3A
Además de la naturaleza militar del bien jurídico protegido, el sujeto activo debe haber
infringido sus deberes militares, y es esta infracción de un deber específicamente militar
la esencia de este tipo de delitos:
“...el delito militar ha menester tanto de la calidad del autor como del carácter
castrense de los bienes o intereses protegidos. Si el delito militar entraña una
violación al deber militar, no nos parece dudoso que la ley penal militar sólo puede
dirigir su mandato, y exigir el cumplimiento del deber militar, a quien ostente ese
carácter. Afirmar que una persona sin estado militar puede cometer un delito
militar, importa tanto como admitir que un civil pueda violar mandatos dirigidos a
los militares”.7
Adoptando esta postura, es que en la sentencia en comento, el Tribunal Constitucional
se hace suya esta línea argumental y plantea una interpretación restrictiva en la
competencia de los Tribunales Militares:
OCTAVO: Que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, intérprete
auténtico de la aludida convención, ha sentado jurisprudencia en orden a que la
justicia militar carece de jurisdicción sobre intervinientes civiles y que sólo puede
investigar y sancionar la afectación de bienes jurídicos relacionados con la función
castrense”8.
Justicia militar y derechos fundamentales
En concordancia con lo ya expuesto, la naturaleza misma del procedimiento penal en los
Tribunales Militares impide que puedan ser incluidos civiles en su competencia, ya que
el hacerlo afecta derechos fundamentales garantizados por la Constitución Política de la
República y se tiñe de inconstitucionalidad:
NOVENO: Que, a la luz de tales antecedentes, no cabe duda que la aplicación
conjunta de los preceptos impugnados provoca una vulneración de los derechos a
ser oído por un juez competente, a la publicidad del proceso y a ser juzgado por un
tribunal independiente e imparcial, con transgresión de los preceptos contenidos en
el artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el artículo
19, N° 3°, de la Constitución Política de la República;
%2F%2Fwww.anuariocdh.uchile.cl%2Findex.php%2FADH%2Farticle%2Fdownload%2F13659%2F139
41&ei=KNrVIbsBZDbsATSxICwBA&usg=AFQjCNHmv82zz3f920qKCakCONH0ZjupKg&sig2=X5XFcmOG
pRxkZjzu5rQ11g&bvm=bv.79908130,d.cWc
7
ZAFFARONI Y CAVALLERO, Eugenio, Derecho Penal Militar, Buenos Aires, Ariel, 1980, Ariel, Buenos
Aires, 1980, p. 28.
8
En este mismo sentido la sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel, de fecha 18/12/2012,
causa Rol N° 1745 -2012, la cual afirma precisamente que en relación a este tipo de delitos y en que
participan civiles no procede la jurisdicción especial. Ha dicho que: “… el artículo 1° de la Ley N°
20.477, que lleva por epígrafe “Restricción de la competencia de los tribunales militares”, previene en su
inciso primero lo siguiente: “En ningún caso, los civiles y los menores de edad estarán sujetos a la
competencia de los tribunales militares. Ésta siempre se radicará en los tribunales ordinarios con
competencia en materia penal”.
Octavo: Que la norma transcrita en el basamento precedente no distingue la calidad en que deben
intervenir los civiles o menores de edad en el proceso, para el fin de sustraer el conocimiento de una
determinada causa del ámbito de la jurisdicción militar; en consecuencia, podrán hacerlo en calidad de
imputados u ofendidos y, en ambos casos, será competente el tribunal ordinario con competencia en
materia penal que corresponda”.
DÉCIMO: Que, asimismo, dicha aplicación infringe la exhortación al legislador en
orden a adoptar medidas de protección a las víctimas, contenida en el artículo 83 de
la Constitución, prescindiendo de las reglas sobre tutela del debido proceso;
DECIMOPRIMERO: Que, por ende, procede declarar inaplicables los preceptos
tachados de inconstitucionales, en cuanto contravienen los artículos 19, numeral 3°,
inciso sexto, y 83 de la Constitución Política;
DECIMOSEGUNDO: Que, al decidir de esta forma una acción singular, esta
Magistratura entiende contribuir –en el ámbito de su competencia- al cumplimiento
del deber establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos al Estado
de Chile para adecuar el ordenamiento jurídico interno a los estándares
internacionales sobre jurisdicción penal militar”.
Al vincular el proceso militar con las garantías que emanan del derecho al debido
proceso en materia penal, el Tribunal Constitucional reitera lo ya señalado en la
Sentencia Rol N° 2363-2012 donde se expresa que la vulneración de los derechos a ser
oído por un juez o tribunal competente, a un proceso público y a ser juzgado por un
tribunal independiente e imparcial se incumple por la justicia militar vinculando estas
prerrogativas con lo que indica artículo 83 de la Constitución:
“22° Que no solo se satisface bajo el requisito formal del artículo constitucional
indicado, sino que el derecho a un juez competente es parte del derecho a un juez
natural, garantía integrante del debido proceso, reconocido en el artículo 19,
numeral 3°, inciso sexto, de la Constitución. Recordemos que esta garantía exige
que “toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un
proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer
siempre las garantías de un procedimiento e investigación racionales y justos”.
¿Por qué puede ser considerado irracional e injusto que la justicia militar juzgue a
policías, sometidos al fuero militar, por delitos cometidos contra civiles? La
respuesta debe darse en el ámbito de las exigencias materiales que le impuso el
artículo 83 de la Constitución a la jurisdicción especializada en sede castrense;
23° Que el artículo 83 de la Constitución, junto con disponer cómo se ejercen las
reglas del ejercicio de la acción penal pública y la dirección de la investigación
penal, agrega que “la adopción de medidas para proteger a las víctimas (…)
corresponderán, en conformidad con las normas del Código de Justicia Militar y a
las leyes respectivas, a los órganos y a las personas que ese Código y esas leyes
determinen”. Por tanto, esta norma nos habla claramente de dos cuestiones.
Primero, que al no distinguir entre víctimas, éstas pueden ser militares o civiles.
Segundo, que debe existir la adopción de esas medidas coherentes con el debido
proceso. Si no existe ese núcleo básico de medidas, existiría una vulneración a las
reglas propias de un procedimiento e investigación racional. De esta manera, la
protección de las víctimas queda condicionada a la existencia de tales garantías. Si
ellas no existen, no hay tutela del debido proceso, especialmente si se trata de
víctimas civiles. No es del caso analizar su alcance respecto de víctimas del fuero
militar, puesto que ello implicaría analizar, adicionalmente, las reglas
constitucionales del artículo 19, numeral 3°, inciso segundo”9.
9
Sentencia Rol N° 2363-2012 del Tribunal Constitucional, Voto suscrito por los Ministros Vodanovic,
Fernández, Carmona, García y Romero en la de esta Magistratura, de fecha 14 de enero de 2014
Los derechos de la víctima en el procedimiento penal están garantizados a nivel legal
por el Código Procesal Penal, que considera a esta como un interviniente dentro del
procedimiento (art. 12 CPP), debe ser protegida por el Ministerio Público (art. 6 CPP) y
tiene derecho a accionar (art. 53 CPP) y sus prerrogativas están expresamente señaladas
(art. 109 CPP). A diferencia de lo anterior, en la justicia militar no hay un estándar de
derechos de la víctima, la investigación se realiza de forma secreta, le impiden a la
víctima el derecho a un proceso público y también afecta el ejercicio de un adecuado
derecho a defensa que le permita velar por los derechos de los investigados, máxime si
el victimario es integrante de la misma institución jerárquica de quien lo juzga,
generando una vulneración al derecho a ser juzgado por el juez natural.
En base a estas consideraciones es que el Tribunal Constitucional acoge el
requerimiento de inconstitucionalidad, sin embargo no se desarrolla de forma profunda
el porqué esta jurisdicción afecta las garantías de independencia e imparcialidad10.
Sin dudas, este fallo marca un hito en cuanto acoge la postura de la Corte
Interamericana en materia de debido proceso como garantía fundamental e incluye los
artículos 14 del Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles y artículo 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos como herramientas interpretativas en
materia procesal penal.
Cabe esperar que esta línea argumentativa se extienda en el reconocimiento de las
garantías constitucionales tanto de las víctimas como de los demás intervinientes en el
proceso penal, profundizado en una visión basada en los derechos humanos y en el
respeto a las garantías fundamentales por parte del Estado.
Sugerencia bibliográfica y jurisprudencia relevante
ASTROSA, Renato, Comentarios al Código de Justicia Militar, Santiago, Editorial
Jurídica de Chile, 1985.
CONTRERAS, Pablo “Independencia e Imparcialidad en Sistemas de Justicia Militar:
Estándares internacionales comparados”, en Estudios Constitucionales, Año 9 N°2,
2011, pp.141-248.
10
Así también la Corte Suprema en Rol N° 11.994-14, de 10 de julio del 2014, que concluye de la misma
manera en el considerando 5° :
“Que, por otro lado, cabe tener presente que a la víctima de estos ilícitos –un ciudadano no
militar- se le reconoce un mayor número de prerrogativas dentro del procedimiento seguido
ante la judicatura ordinaria, principalmente la posibilidad de ejercer la acción penal,
derecho consagrado a nivel constitucional a raíz de la modificación introducida al artículo
19 N° 3 de la Carta Fundamental por la Ley N° 20.516. Por lo mismo, los derechos de la
víctima encontrarán un mayor reconocimiento mientras el proceso se conduzca a través de
la justicia ordinaria, lo que también ocurrirá con los imputados, a la luz del estatuto
consagrado en el párrafo 4 del título IV del Libro I del Código Procesal Penal”.
COUSO, Jaime “Competencia de la justicia militar. Una perspectiva político-criminal”,
en MERA, Jorge “Hacia una reforma de la Justicia Militar: Delito Militar, Régimen
Disciplinario, Competencia y Organización”, Universidad Diego Portales, 2002.
JIMÉNEZ Y JIMÉNEZ, Francisco, Introducción al Derecho Penal Militar, Madrid, Civitas,
1987
MERA, Jorge “Adecuación de la Jurisdicción Penal Militar Chilena de Tiempo de Paz a
los Estándares Internacionales de Derechos Humanos” en Anuario de Derechos
Humanos n°4, 2008
ZAFFARONI Y CAVALLERO, Eugenio, Derecho Penal Militar, Buenos Aires, Ariel, 1980,
Ariel, Buenos Aires, 1980
CENTRO DE DERECHOS HUMANOS UDP, Informe anual sobre derechos humanos en
Chile Universidad Diego Portales, 2008
Sentencia Corte Suprema Rol N° 3124-2004 de fecha 13 de marzo del 2007.
Sentencia Corte Suprema en Rol N° 11.994-14, de 10 de julio del 2014
Sentencia Tribunal Constitucional Rol N° 2363-2012 de 14 de enero de 2014
Sentencia de la Corte IDH de 22 de noviembre de 2005, Palamara Iribarne vs. Chile,
Serie C N° 135, a partir de este fallo CIDH/N° 135/2005
Sentencia de la Corte IDH de 23 de noviembre de 2009, Radilla Pacheco vs. Estados
Unidos Mexicanos en http://www.tc.gob.pe/corte_interamericana/seriec_209_esp.pdf.
Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel, de 18 de diciembre de 2012,
causa Rol N° 1745 -2012
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