La Estructura de Clases Sociales (HA) La sociedad incaica estaba basada en una estructura de clases sociales estrictamente organizada. Había tres grandes clases sociales: el emperador y su familia inmediata, los nobles y los plebeyos. En toda la sociedad incaica, las personas que eran “incas de sangre” (aquellas cuyas familias provenían originalmente de la ciudad capital del Cuzco) tenían un estatus más elevado que las personas que no lo eran. A medida que el imperio fue creciendo, su estructura de clases se hizo más compleja. El Emperador En la cumbre de la sociedad incaica estaba el emperador, llamado el Sapa Inca. Los incas creían que el Sapa Inca era descendiente de Inti, el dios sol. Por ello el Sapa Inca gobernaba con total autoridad. Todo lo que había en el imperio le pertenecía: el Sapa Inca vivía con gran esplendor. Cuando los españoles llegaron al Cuzco en el siglo XVI, quedaron deslumbrados al ver los bellos jardines, las estatuas doradas y las jarras de oro y plata adornadas con esmeraldas. Los sirvientes transportaban al Sapa Inca a todos lados en una litera dorada, una elegante silla cubierta. Sus súbditos no se atrevían a mirarlo directamente a los ojos. El Sapa Inca podía tener muchas esposas y cientos de hijos. Pero tenía una esposa “principal”, que se llamaba la Coya. Los Nobles Por debajo del Sapa Inca se encontraban los nobles. La nobleza incaica estaba compuesta por líderes que ayudaban a administrar el vasto imperio. Todos los nobles disfrutaban de ciertos privilegios. Recibían regalos que consistían en tierras, sirvientes, llamas y ropa fina. No pagaban impuestos y los hombres tenían el derecho de casarse con más de una esposa. Sin embargo, no todos los nobles tenían el mismo rango. Había tres clases principales de nobles: los incas Cápac, a los que se consideraba parientes del emperador; los incas Hahua, que no compartían la sangre real; y los curacas, que eran los líderes de los pueblos conquistados por los incas. Los nobles de rango más elevado eran los incas Cápac. Al igual que el emperador, se creía que eran descendientes de Manco Cápac, el legendario fundador de la dinastía incaica. Los incas Cápac controlaban el territorio del imperio así como sus valiosos recursos, tales como llamas, hojas de coca y oro. Desempeñaban los cargos más importantes en el gobierno, el ejército y el sacerdocio. Los apus, es decir, los gobernadores de las cuatro partes del imperio provenían de este grupo de incas Cápac. A medida que el imperio crecía, los incas necesitaban más nobles que ocuparan los puestos de la compleja burocracia gubernamental. Por consiguiente, algunos que no eran verdaderos incas también pudieron entrar a la clase noble. Llamados incas Huahua, se los consideraba “incas por privilegio”. Con frecuencia, los gobernantes de los alrededores del Cuzco que no pertenecían a la realeza se convertían en incas Huahua. Algunas veces, los plebeyos de nacimiento también alcanzaban este estatus. Con más conquistas surgió la necesidad de una tercera clase de nobles, los curacas. Éstos eran los líderes locales de los pueblos conquistados. Los curacas realizaban varias tareas. Muchos recaudaban impuestos. Otros trabajaban como inspectores: se aseguraban que todos obedecieran las leyes y costumbres incaicas, como usar ropa apropiada y mantener limpias sus casas. A los curacas se les exigía que pasaran una temporada en el Cuzco para aprender estas leyes y costumbres. Se les permitía gobernar a sus pueblos sólo si seguían las costumbres incaicas. Los Plebeyos La mayoría de los habitantes del Imperio Inca eran plebeyos que trabajaban como agricultores y pastores. Los incas no practicaron la esclavitud en el sentido usual de la palabra. Sin embargo, les exigían a los plebeyos que apoyaran al gobierno, tanto con los productos de su propio trabajo como participando en proyectos auspiciados por el gobierno. Los hombres realizaban tareas como construir caminos, mientras que las mujeres tejían telas. Los agricultores incas plantaban diversos cultivos, como calabazas, chiles, frijoles, cacahuates, más de 20 tipos de maíz y más de 200 tipos de papas. El cultivo más importante era la papa, que podía sobrevivir a las heladas extremas de altitudes tan elevadas como 15,000 pies sobre el nivel del mar. El maíz podía sembrarse a casi semejantes alturas. Los incas comían maíz fresco, frito y en forma de palomitas de maíz. A los campesinos se les exigía que entregaran la mayor parte de sus cosechas al gobierno. El gobierno guardaba las cosechas que recaudaba en almacenes ubicados por todo el imperio. Luego, los alimentos se distribuían a los guerreros, a los sacerdotes de los templos y a las personas más necesitadas. Por ejemplo, el gobierno les entregaba alimentos a las personas que ya no podían trabajar, en particular a los ancianos, los enfermos y los discapacitados. La ilustración que aparece en la página 307 de tu libro de inglés data del año 1565 aproximadamente y muestra algunos campesinos incas cosechando papas.