REMUNERACION: Discriminación salarial

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REMUNERACION: Discriminación salarial. Personal jerárquico de banco. EXTINCION DEL CONTRATO DE TRABAJO: Despido
indirecto. Negativa a abonar diferencias salariales; comparación de la similitud de tareas y la diferencia remuneratoria. Indemnización;
régimen más beneficioso implementado por el empleador
· Es procedente la condena por diferencias salariales originadas en el cumplimiento por quien se desempeñaba como gerente de productos,
de las mismas funciones que su superior, el responsable y gerente para latinoamérica del negocio de banca —transferido a otro destino en un
proceso de separación e integración producido por la venta del banco—, por las que no fue remunerado de igual forma.
2. — Tratándose de un despido indirecto originado en la negativa del empleador a abonar las diferencias salariales por la prestación de
funciones superiores a las que se le retribuía, la circunstancia de que el dependiente no mencionara en el intercambio telegráfico el nombre de
la persona con cuya posición efectuaba la comparación a efectos de evidenciar la similitud de tareas y diferencia remuneratoria, no entraña
una violación del art. 243, L.C.T., si el requerimiento previo al distracto fue claro en el sentido del cargo que desempeñaba.
3. — La política indemnizatoria implementada por la entidad bancaria, más beneficiosa para las rescisiones vinculadas a decisiones de la
propia empresa, ajenas a la actuación del dependiente, no rige para quien decidió su propio despido, aunque esté fundado en justa causa, al no
verificarse el presupuesto de hecho que condiciona su aplicabilidad, por lo que no corresponde considerarla para determinar la remuneración
computable a efectos resarcitorios.
2965. — CNTrab., sala I, mayo 30-2013. —Argento, Horacio A. c. ABN AMRO Bank NV Sucursal Argentina s/despido, TySS, ’13699.
La doctora Vázquez dijo:
«1º La jueza “a quo”, hizo lugar a la demanda orientada al cobro de diferencias salariales, indemnizaciones derivadas del despido indirecto y
otros créditos de naturaleza laboral. Tal decisión es apelada por ambas partes: la demandada lo hace a tenor del memorial y el accionante, en
virtud de las manifestaciones vertidas en el escrito. Por su parte, el perito contador objeta por bajos sus honorarios, al igual que el letrado del
actor.
2º La demandada cuestiona que se hubieran admitido diferencias salariales por el cumplimiento de funciones superiores. Argumenta en torno
de las tareas desempeñadas por el Sr. Migliore, en comparación con las desarrolladas por el actor, y hace hincapié en el proceso en el que se vio
inmerso el banco a partir del año 2007, con la consecuente reducción de operaciones que tuvo lugar en la época en la que el actor se consideró
injuriado y despedido. Refiere que no medió discriminación salarial ni causal que justificara el despido indirecto, e invoca una supuesta
violación al art. 243 de la LCT. Apela la condena al pago de la sanción del art. 2 de la ley 25.323, solicita se descuente el importe consignado en
el juicio de consignación iniciado por la demandada, y apela la imposición de las costas.
El actor se queja porque si bien se admitió la existencia de una discriminación salarial, no se habrían incluido en la condena las diferencias
salariales que de dicha discriminación se derivan. Apela también porque se aplicó la doctrina del precedente “Vizzotti” del Alto Tribunal, en
desmedro de la documentación agregada (denominada “Política de redundancia”) que revelaría la costumbre de la demandada en función de la
cual determina la base remuneratoria a fin de indemnizar a su personal (incluyendo los bonus y el SAC).
3º El actor se desempeñó desde marzo de 2006 en el área de desarrollo de productos para la región latinoamericana del banco demandado,
entidad que a partir del 2007 ingresó en un proceso de separación e integración con un consorcio de bancos en el cual participó el actor,
ocupando distintas posiciones.
Resultan ilustrativos los relatos coincidentes brindados por los testigos M., M. y P., quienes compartieron el trabajo en el banco demandado
junto al actor. M. era responsable de “Client Service and Implementation” y procesos y proyectos para latinoamérica en “transaction banking”,
ubica a Claudio Migliore como el responsable general y manager para latinoamérica (“Latam Regional TB Head”), expresó que Migliore fue
quien ubicó al actor —quien trabajaba en el Banco Santander— para que se incorporara al equipo regional del banco demandado, que hacia 2007
se decidió la venta del banco y se separan del área de latinoamérica Paraguay, Uruguay y Brasil, que pasaron a manos del Banco Santander con
sede en Brasil, por lo cual Migliore continúa con su cargo pero con reporte a Brasil, hasta que es trasladado a Italia, por lo cual su lugar lo ocupa
Lucimara Makoul, quien trabaja en Brasil y Argento comienza a ser su mano derecha y la ayuda a diseñar la estrategia para la región, hasta que
Makoul queda en el Banco Santander, cuando se produce la separación de los tres países (Brasil, Paraguay y Uruguay), en abril o mayo de 2008
el actor fue convocado a una reunión en Boston, donde se encuentra la jefatura de Transaction Banking, y allí le es confirmado su cargo como
Head interino de TB —que pasa a ser GTS o Global Transaction Services—. La testigo explicó que las tareas de Migliore y Argento eran las
mismas, a grandes rasgos consistían en el manejo del negocio, la definición de estrategias, administración de los recursos humanos y de
presupuesto, y además expresó que Argento tuvo que hacerse cargo de coordinar el proceso de separación e integración que tuvo lugar como
consecuencia de la venta del banco. M. trabajaba en el área de GTS como gerente de producto, el jefe era Migliore, cuando éste se fue se inicia
un período corto de transición, durante el cual estuvo Lucimara Makoul, desde Brasil, la que queda para el Banco Santander, por lo cual el actor
interinamente pasó a desarrollar las mismas tareas que Makoul. Esas tareas consistían en la jefatura del área de GTS regional, control del área de
productos, atención al cliente, implementaciones, administración de personal, otorgamiento de bonus, presupuestos regionales. Cuando el banco
fue adquirido por tres bancos (Santander, RBS y Fortis) se inició un proceso de integración y separación, la integración requería que quienes
quedaban dentro de la estructura de RBS tenían que hacer una fusión, y las de separación requerían separar sin desconectar aquello que pasaba al
Santander o al Fortis, y el actor era el coordinador y jefe de integración y separación, armaba los planes estratégicos, los controlaba y llevaba a
cabo. P. trabajó hasta octubre de 2008 en el área de Cash Management Regional y dependía de Migliore, que era el director regional para
latinoamérica, que el actor cuando ingresó también dependía de Migliore ya que era el jefe de productos, cuando se fue Migliore lo reemplazó
Lucimara Makoul por poco tiempo, hasta abril de 2008 en que se fue al Banco Santander y allí continuó Argento en esa posición, lo cual el
testigo sabe por haber trabajado en la misma área, y porque Makoul envió un mail para toda el área comunicando que Argento la iba a
remplazar, a la vez que luego de un viaje y una teleconferencia el actor trajo la noticia de su nombramiento como jefe regional interino para
latinoamérica. H. trabajó hasta el 2010, ubica a Migliore como responsable regional para banca transaccional, fue transferido a Italia, lo
reemplazó Makoul, quien manejaba la coordinación del negocio desde Brasil y a quien el actor reportaba, hasta que fue reemplazada por
Argento, de lo cual el testigo tomó conocimiento a través del mail enviado por Makoul (exhibido al testigo y reconocido) donde comunicaba que
transfería sus responsabilidades a Argento, a la vez que expresó que las tareas de Migliore y Makoul eran similares, y funda sus dichos en la
circunstancia de haber reportado a ambos.
Estos testimonios, provenientes de quienes compartieron el trabajo desempeñado por el actor en forma directa, por el contacto que mantenían
asiduamente ya sea por trabajar en el mismo sector o por la cercanía de la actividad del área de la entidad donde prestaban servicios, revelan con
meridiana claridad que la responsabilidad que abarcaba la función de Argento supera en jerarquía el puesto en el cual la demandada insiste que
trabajaba, dado que los hechos que de manera coincidente refieren estos testigos dan cuenta de que, tal como se invocara en la demanda, el actor
terminó ocupándose de las funciones que antes realizaba el Sr. Migliore, transitoriamente cubiertas por la Sra. Makoul hasta que ésta, radicada
en Brasil, continuó su actividad para otra entidad bancaria, en medio del proceso de separación e integración en que se vio envuelta la
demandada. El actor también formó parte de este proceso, ya que según manifestaron los testigos desplegó actividades de coordinación para el
área de latinoamérica, funciones que exceden la calidad de gerente regional de productos que la demandada le asignara a lo largo de toda la
vinculación laboral.
El testigo R., gerente de recursos humanos de la demandada, ubica a Argento como gerente de productos, y expresó que el actor pidió que lo
despidieran para que el banco le abonara la indemnización que acostumbraba abonar, pero explicó que lo hacía cuando era el banco quien
tomaba la decisión de despedir sin invocar una causa. Dijo que había diferencias entre las tareas de Migliore y las del actor, porque Miglliore
había sido director regional del negocio de banca transaccional y que Makoul era empleada de Brasil y cumplió funciones regionales por un
tiempo luego de la salida de Migliore. Sin embargo, este testimonio proviene de quien no compartía, como los restantes testigos, el trabajo diario
con el demandante, por eso considero que, analizado conforme a la sana crítica (art. 386, CPCCN), carece de la trascendencia que pretende la
recurrente.
La pericia contable dio cuenta de que Migliore se desempeñó como gerente departamental y que según los libros laborales, el actor detentó la
categoría de subgerente departamental desde su ingreso hasta marzo de 2007, y a partir de abril de 2007, gerente departamental. Migliore
percibía en julio de 2007 $35.308 y Argento para mayo de 2008, $25.511. La impugnación transita por el cálculo de diferencias y sostiene que se
habría fundado en un puesto superior —gerente departamental frente a gerente de producto—, pero lo cierto es que el actor también ostentó el
puesto de gerente departamental, al igual que Migliore, explicación ésta que no fue objeto de observación y que según expresa el perito surge de
los libros laborales verificados. Esta conclusión señalada por el perito contador ratifica que el actor, en definitiva, ocupó el mismo lugar que
Migliore y que no fue remunerado de igual forma. Las disquisiciones que la demandada efectúa respecto del bono anual no formaron parte de su
defensa, por lo que lucen extemporáneas (art. 277, CPCCN).
La parte actora tiene razón acerca de la omisión de incluir las diferencias salariales en el total de condena, por la suma de $ 250.729,96. La
integración del mes del despido fue calculada conforme al salario que correspondía percibir al accionante —adviértase que la integración (8 días)
asciende a $ 12.415,15 y los días trabajados de junio a $ 31.515,39—, por lo que las diferencias de salarios correspondientes al mes de junio se
encuentran incluidas en ambos parciales.
Propongo adicionar al total de condena la partida correspondiente a las diferencias salariales, lo que eleva el total a la suma de $ 985.546,60.
4º El despido indirecto se originó en la negativa de la demandada, frente a la intimación del actor para que le abonaran las diferencias
salariales por las funciones que desempeñaba. La circunstancia que no hubiera mencionado, en el intercambio telegráfico, la posición de
Migliore, no entraña una violación a lo prescripto en el art. 243 de la ley de contrato de trabajo, dado que el requerimiento previo al despido fue
claro en el sentido de que, desde mayo de 2008, se desempeñaba como responsable de la región latinoamérica de la unidad de negocios GTS,
“… con responsabilidades y tareas superiores a las que se me abona mi salario como gerente Regional de Desarrollo de Producto para la misma
región…”. La introducción en el litigio, del nombre de la persona con cuya posición se efectúa la comparación a los fines de ilustrar sobre la
identidad de tareas y diferencia remuneratoria no entraña una modificación de la causal del despido.
5º En cuanto a la remuneración a considerar a los fines de la indemnización por despido, observo que el documento describe la denominada
“Política de redundancia” implementada por la entidad bancaria, donde se prevé que para acceder a la “redundancia” tiene que verificarse la
“extinción de la relación laboral como resultado de reorganizaciones o actividades de restructuración locales o globales”, ejemplificadas en la
definición de “Redundancia” como, vgr., reducción de tamaño, costos, tercerización, outsourcing, off-shoring de servicios, pérdida del puesto de
trabajo como resultado de la transferencia de unidades de negocios. Se explicita que esta política no es aplicable “a otros tipos de extinción de la
relación laboral”.
Las estipulaciones inherentes a esta práctica de la demandada revelan que tiene por objeto aplicar un régimen más beneficioso para aquellas
desvinculaciones que guardan relación directa con decisiones de la propia empresa, ajenas a la actuación del dependiente, derivadas de políticas
y estrategias empresarias que afectan al puesto de trabajo más allá de la persona del trabajador y de cuál hubiese sido su desempeño o voluntad,
motivos por los cuales la entidad opta por reparar, de la manera que elige y por encima del orden público laboral, a los dependientes afectados
por esas decisiones de estrategia empresaria.
No es ésta la situación que se plantea en el caso. No podemos hablar de discriminación en la desvinculación, fundada en esta política “de
redundancia”, porque no se verifica el presupuesto de hecho que condiciona su aplicabilidad, esto es, el actor no está en igualdad de condiciones
respecto de aquellos dependientes cuyo puesto de trabajo es afectado por una decisión empresaria, porque aquí fue el actor quien decidió la
ruptura contractual, la cual, aunque aparezca fundada en justa causa por los motivos expresados en el considerando anterior, ello no lo coloca en
igualdad de circunstancias a los fines indemnizatorios que pretende, puesto que la política que aplica la demandada describe adecuadamente los
supuestos que comprende. Tampoco puedo soslayar, en este análisis, la circunstancia de que las diferencias de salarios a las que resulta acreedor
el actor existieron pero la demandada no las rechazó de plano, sino que lo invitó a buscar una solución conciliatoria sin disolver el contrato, a la
vez que el actor deseaba desvincularse del banco por haber obtenido otro puesto de trabajo, en el extranjero. Si bien ninguno de estos hechos
mitiga la injuria en sí misma, constitutiva de justa causa del despido (art. 242, LCT), tampoco lo convierte en acreedor a una política
indemnizatoria, implementada de manera unilateral por la demandada y superadora de las prescripciones legales, en cuyas condiciones de
admisibilidad no resulta encuadrable.
Propongo desestimar este aspecto del recurso del actor.
6º La queja relativa a la procedencia de la sanción del art. 2 de la ley 25.323 no resulta procedente, a cuyo efecto me remito a lo expuesto en
los considerandos 3º y 4º del presente.
7º La demandada apela por la forma en que se ordenó el descuento del importe consignado, de acuerdo a lo planteado en el responde ($
67.249), y destaca que según se extrae del Expte. en copia “ABN AMRO Bank N.V. c. Argento Horacio Adolfo s/consignación”, surge de esas
constancias que el importe consignado fue dado en pago y que de ese expediente surgirían los conceptos a los que corresponde. Considero que
ese aspecto del recurso luce desierto, toda vez que en la causa a la que se refiere el apelante se declaró la incompetencia de este fuero para
intervenir, y el propio recurrente, en el responde de referencia, indicó que habría iniciado otro proceso ante la jurisdicción de San Isidro, al cual
no efectúa referencia alguna en su recurso, por lo que propongo declarar desierto este segmento del recurso (art. 116 LO)».
La doctora Pasten de Ishihara dijo:
Que adhiere al voto que antecede, por compartir los fundamentos.
A mérito de lo que resulta del precedente acuerdo, se resuelve: Confirmar la sentencia apelada, rectificando el capital de condena en la suma
de $ 985.546,60 con más los intereses y el descuento dispuestos en origen; con costas de Alzada a la demandada vencida en lo principal (art. 68
C.P.C.C.N.). — Vázquez. — Pasten de Ishihara.
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