D-O 3 LA DIRECCIÓN Y EL TRABAJO EN EQUIPO COMO IMPULSORES DEL APRENDIZAJE ORGANIZATIVO MARÍA DEL MAR BENAVIDES ESPINOSA MARÍA ANGELES ESCRIBA MORENO DEPARTAMENTO DE DIRECCIÓN DE EMPRESAS UNIVERSIDAD DE VALENCIA I -Introducción Abstract: El presente trabajo pretende poner de relieve la importancia de los mandos medios y del liderazgo como estilo de dirección más apropiado, así como el papel de la alta dirección en una de las respuestas empresariales capaz de generar ventaja competitiva en las organizaciones; el aprendizaje organizativo. Resaltando que la organización es capaz de aprender basándose en el desarrollo de competencias donde el trabajo en equipo y las relaciones organizativas son una pieza clave para la transferencia de conocimiento. Tenemos el convencimiento de que las organizaciones deben cambiar por si mismas y aprender a innovar si quieren subsistir en las realidades dinámicas. La alta dirección y el nuevo papel de los mandos medios serán los impulsores de este proceso de cambio. Los objetivos del presente trabajo se centran en dos aspectos: (a) el papel de altos directivos y mandos medios en las empresa que organiza el trabajo en equipos, y (b) el impacto de estos equipos en el aprendizaje organizativo. Para cubrir estos dos objetivos hemos realizado una revisión de la literatura, a la vez que sean incluido parte de los resultados obtenidos en un estudio que actualmente estamos realizando en base a 30 entrevistas personales a empresas de la Comunidad Valenciana que organizan el trabajo en equipos. Los continuos cambios en el entorno están conduciendo a que la tradicional competencia basada en el coste sea sustituida por la competencia basada en el tiempo, es decir, por la flexibilidad o adaptación rápida a los cambios constantes del mercado. Es por ello que nos planteamos como la organización debe incorporar información, conocimientos y habilidades para adaptarlos e integrarlos dentro de ella. Las organizaciones se ven obligadas a aprender. El presente trabajo pretende poner de relieve la importancia de los mandos medios y la importancia del liderazgo como estilo de dirección más apropiado, en una de las respuestas empresariales capaz de generar ventaja competitiva a las organizaciones: el aprendizaje organizativo. En el marco del aprendizaje organizativo se propone que las empresas, al igual que las personas, tienen memoria y son capaces de aprender (Hodge, et al., 1998). La organización capaz de aprender transciende como un enfoque organizativo que se basa en el desarrollo de sus competencias. El aprendizaje organizativo es la adquisición de conocimiento de alguna cosa por medio del estudio o de la experiencia1. El termino “aprendizaje”, desde una pers- Palabras clave: Aprendizaje organizativo, mandos medios, liderazgo, trabajo en equipo, relaciones organizativas, y recursos humanos. 1 Definición recogida por el diccionario de la lengua Española de la Real Academia Española, vigésima primera edición, 1992. Nº 26 nen en el aprendizaje se puede identificar tres niveles (Crossan e Inkpen, 1995). El nivel individual, el nivel grupal y el nivel organizativo. En el nivel individual se realiza el proceso de interpretación de los cambios de creencias, esquemas o comportamientos. En el nivel grupal se integran los cambios que se han producido en el nivel individual.Y, en el nivel organizativo, se da la institucionalización de un esquema organizativo reflejado en las rutinas. Adler y Cole (1993) concluyeron en su estudio comparativo entre Volvo y Nummi2 que el aprendizaje individual es necesario pero no suficiente para que se produzca el aprendizaje organizativo. Los individuos pueden aprender pero puede darse la paradoja de que no se produzca aprendizaje organizativo. El aprendizaje individual provee la función para comprender el proceso de aprendizaje organizativo, pero éste, es diferente a la suma de los aprendizajes individuales. Si la organización aprende a través de los equipos se produce una sinergía positiva transformándose en unos microcosmos para aprender. La importancia del trabajo en equipo radica en qué el resultado del esfuerzo de sus miembros es superior a los resultados individuales (Robbins, 1996; Moreno et al, 1996; Stoner et al, 1995). Además a través de forma de trabajo la empresa afronta creativamente las fuerzas que se oponen al dialogo y discusión. En la misma línea Peter Senge (1990) define en una de sus cinco disciplinas, la que desarrolla en último lugar el aprendizaje en equipo. Esta comienza con el “dialogo”, la capacidad de los miembros del equipo para “suspender los supuestos” e integrarlos en un auténtico “pensamiento conjunto”. La disciplina del dialogo también implica aprender a recoger los patrones de interacción que erosionan el aprendizaje de un equipo, el cual es fundamental en las organizaciones modernas donde este es la unidad vital. Si los equipos no aprenden la organización no aprende. La practica de una disciplina supone un compromiso con el aprendizaje: “nunca se llega”, cuando más aprendemos, más comprendemos nuestra ignorancia. Por ello, las grandes organizaciones son a menudo fugaces: “disfrutan su momento bajo el sol y luego se repliegan en silencio hacia la fila de los mediocres”. Además, no hay que olvidar que los procesos de cambio son, por naturaleza, iterativos y para que logren el éxito, es necesario generar gran cantidad de energía adicional en toda la organización. En situación de cambio es necesario identificar las oportunidades de desarrollo de equipos y crear las condiciones en las que puedan convertirse en instru- pectiva organizacional, se refiere al desarrollo de entendimientos y de conocimientos, y a las relaciones de hechos pasados, con la eficacia de acciones actuales y futuras (Fiol y Lyles, 1985, citado en Westney, 1988). Las empresas se enfrentan a situaciones rutinarias y relativamente fáciles de solucionar, pero también, las hay complejas cuya solución requiere la puesta en funcionamiento de nuevas habilidades y nuevos conocimientos. Más que decidir lo que vamos a hacer en el futuro, es necesario estar preparados a la hora de tomar medidas que nos pongan en condiciones para enfrentarnos a los cambios del entorno cada vez más dinámico. Se precisa tener una visión de futuro para promover las nuevas perspectivas, pero también valentía y un alto compromiso ético para impulsar el análisis de los errores y la toma de decisiones consecuentes. Ante esta situación dos aspectos adquieren importancia: los recursos humanos y la adaptabilidad de la estructura. La adecuada gestión de los recursos humanos es la base para llevar a cabo los cambios en la organización, ya que éstos son el elemento esencial en el proceso de integración entre la empresa y su entorno. El éxito dicho proceso de cambio va a depender de las personas implicadas (Claver, Gasco y Llopis, 1995). Dada la importancia que adquiere el personal de la empresa pasan de ser concebidos como un “recurso” a constituirse en el “capital humano” de la organización. El capital intelectual es muy necesario a la hora de operar en áreas intensivas de conocimiento (Lloyd, 1996). El personal es un elemento imprescindible para llevar a cabo la transferencia de conocimiento (Benavides, 1998). Es la clave para conseguir una rápida difusión y asimilación de los conocimientos objeto de aprendizaje. Respecto a las estructuras, estas deben ser flexibles, su modificación también incluye un cambio en los niveles de poder. Se precisa disminuir drásticamente las jerarquías, creando equipos de trabajo que faciliten flexibilidad y rapidez en los cambios. El conflicto surge al pretender lograr la coherencia entre los equipos y en no disminuir la importancia de algunas variables organizativas - rapidez en la toma de decisiones, participación, etc.-. Esto nos lleva centrar los objetivos de nuestro trabajo en dos: (a) el papel de altos directivos y mandos medios en la empresa que organiza el trabajo en equipos, y (b) el impacto de estos equipos en el aprendizaje organizativo. 2 -Los grupos y los equipos de trabajo como un idades esenciales en las organizaciones 2 cuerdo estratégico llevado a cabo por la General Motors y Toyota, En función del número de personas que intervie- en Fremont (Califonia). 35 A la hora de introducir un cambio en la empresa como es la organización del trabajo a través de grupos, la alta dirección debe comunicar al resto de la empresa la situación y sus posibles implicaciones, ya que el desarrollo de los grupos implica cambios no sólo en las aptitudes de los empleados sino también en las actitudes. Para poder implicar a todas los miembros de la organización es conveniente crear a todos los niveles, mandos medios y resto de personal, una actitud positiva ante el cambio, sólo creando esta actitud podrán modificarse los comportamientos. Además, los altos directivos deben disipar multitud de miedos e inquietudes respecto a la movilidad de puestos de trabajo, a la pérdida de valiosas cualificaciones y experiencias, y al desprecio de las capacidades propias internas (Yoshino et al., 1996). El proyecto de crear equipos y el aprendizaje empieza en la cumbre (Hamel et al., 1989) con el compromiso de la dirección, la mayor parte del aprendizaje tiene lugar en los niveles directivos más bajos. La dirección superior debe a mejorar las técnicas de sus empresas y comunicar a todos los niveles los puntos fuertes y débiles de la organización y comprender que la adquisición de técnicas particulares reforzará la posición competitiva de su empresa. La dirección ha de actuar sobre la base de que cada trabajador es un nodo de información, que debe ponerse en contacto con los demás nodos, a todos los niveles de la empresa (Claver y González, 1993). El aprendizaje no se impone desde arriba, sino que surge como resultado de los esfuerzos personales y de la colaboración de todos los miembros de la organización. Tal vez, uno de los esfuerzos más difíciles a realizar por parte de los altos directivos, consiste en conseguir que los cuadros de nivel inferior se sitúen en un punto de equilibrio entre los intereses particulares de cada empleado y los intereses de la organización manteniendo el espíritu de cooperación necesario para crear conocimiento, con la finalidad de conservar una posición competitiva. Los directivos deben aprender a navegar entre estas dos corrientes y enseñar con el ejemplo. Para integrar ciertas clases de conocimiento técnico complejo y sofisticado y exitoso en las actividades de la empresa, se requiere la existencia de un staff interno cualificado, que establezca los procedimientos organizativos, rutinas, capacidades complementarias y relaciones interempresariales (Cohen y Levinthal, 1990). Por tanto, en un ambiente donde la habilidad de aprendizaje se convierte en una clave de ventaja competitiva, los directivos de todos los niveles, la alta dirección, mandos intermedios y supervisores, tendrán que desarrollar esta capacidad (Ghoshal et al., 1992). Nos encontramos con algunos estudios empíricos que tienden a estudiar el papel de los directivos en mentos de consecución de buenos resultados desarrollando las competencias y capacidades necesarias para el futuro. Llegado a este punto, y centrándonos en los equipos como forma organizativa de trabajo es necesario establecer las diferencias entre grupo y equipo. En ocasiones las empresas crean grupos con personas más o menos brillantes y después de muchos esfuerzos no se consigue el resultado esperado. Esto identifica dos realidades distintas: el equipo y el grupo. Robbins (1996) señala las diferencias entre equipo y grupos sobre la base de los objetivos, la sinergía, la responsabilidad y las habilidades. En este sentido destaca que, en el trabajo en equipo los objetivos se alcanzan a través del desempeño colectivo, la sinergía es positiva, existe responsabilidad individual y mutua, y las habilidades son complementarias. Mientras que, el trabajo en grupo, el desempeño es individual, la sinergía es neutra o negativa, la responsabilidad individual y las habilidades son diversas y aleatorias. No siempre, las organizaciones utilizan el mismo tipo de equipo. Cada empresa en función de sus circunstancias y aspiraciones desarrollará el tipo de equipo que más ventajas le reporte para el logro de sus objetivos (Moreno-Luzón y Martínez, 1993). Así las empresas que implantan un programa de gestión de la calidad basada en la mejora continua utilizan equipos de procesos que tienen un carácter permanente, y persiguen la mejora del proceso. Por otro lado, las empresas con cultura funcional utilizan los equipos en paralelo o transfuncionales creados para resolver problemas concretos de índole interfuncional, caracterizados porque los miembros del equipo además de contribuir con su trabajo a los esfuerzos del mismo ejecutan sus tareas cotidianas. Otro tipo de equipos son los denominados equipos de proyecto, en los cuales la dedicación de los miembros es completa y pertenecen a él durante toda la vida del proyecto. Y por último, los equipos autodirigídos en dónde el control colectivo sobre el ritmo de trabajo, e incluso el reparto de asignaciones y la selección de sus miembros se realiza dentro del equipo. Si bien, cabe resaltar el carácter semiautónomo de estos ya que no asumen la totalidad de actividades de la empresa y por lo tanto interactúan con otros para el logro de los objetivos organizacionales. Los motivos que impulsan a las empresas a crear equipos de trabajo dependen fundamentalmente de la cultura de la empresa, y de los objetivos que persigue. Estos pueden ser de carácter técnico y de carácter organizativo; entre los primeros se encuentran, mejorar la calidad de los productos, aumentar la productividad, y en los segundos; aumento de la motivación de los empleados, vincular la retribución al cumplimiento y aumentar la flexibilidad laboral (Moreno et al, 1996). 36 caz de los grupos y que afectan a la jefatura: el liderazgo visible, la capacidad de decisión y su puesta en práctica, la capacidad de resolución, la ayuda a los miembros del grupo, la coherencia en el actuar “evitando saltar de la humildad a la soberbia”. El papel del líder del grupo es fundamental para influir sobre el comportamiento de los miembros del mismo, transformando el comportamiento y potenciando la creación de nuevas capacidades; líder transformador. Consiste en generar un proceso capaz de despertar y hacer consciente a los miembros del grupo de sus posibilidades y capacidades (Alvarez de Món, 1997). Si comparamos el liderazgo de las organizaciones americanas con las japonesas, vemos que se realiza de forma diferente. Los americanos suelen basar el liderazgo orientándolo a la tarea y buscan la solución de los conflictos vía confrontación. Sin embargo, los japoneses orientan el liderazgo hacia la información e intentan resolver los conflictos mediante consultas amplias, previas a las acciones a tomar. Esta orientación distinta del liderazgo provoca dos comportamientos distintos en los miembros del grupo, de manera que, la predisposición personal de los miembros de las empresas japonesas tienden ha desarrollar las habilidades interpersonales, mientras que en las compañías americanas se tiende más a buscar al especialista (Kagono, et al., 1985, citado en Fernández, 1993). El liderazgo debe precisamente desarrollar las capacidades de los miembros del grupo capaces de generar conocimiento organizativo orientando el liderazgo hacia la información y, comunicación y participación y no solo hacia las tareas. En este sentido se necesita al líder transformador para implantar la visión compartida de organización de aprendizaje (Robbins, 1996). Tradicionalmente las tareas de los mandos medios consisten en la transmisión de las ordenes de la alta dirección a los supervisores, en sentido descendente, y la recogida de resultados de los niveles inferiores y su posterior comunicación y entrega a la alta dirección, en sentido ascendente. Sin embargo, en la actualidad dónde toman mayor relevancia las capacidades operativas que las decisiones estratégicas, el papel de los mandos medios se ve sometido a grandes cambios y pasa a tener mayor protagonismo, implicándose en los sistemas de trabajo. Realizando dos funciones esenciales: dirigir y controlar el funcionamiento de los sistemas de trabajo, y mantener los vínculos entre la alta dirección y los supervisores (Sayles, 1993). Su actividad es más dinámica, intervienen en la realización de los procesos, en lugar de esperar los resultados y evaluarlos, y es esencialmente el animador de un grupo de trabajo (Herrero, 1980). Con estas nuevas funciones de los mandos intermedios las organizaciones tienden a ser más acha- el aprendizaje. Dentro de esta línea cabe destacar el estudio realizado por Lant, Milliken y Batra (1992). Sugieren que el aprendizaje organizativo seria algo más complejo que el simple proceso de intentar y errar. Proponen un modelo donde tienen en cuenta la experiencia y la interpretación “objetiva” de la información de los directivos, como un variable determinante en el comportamiento actual de éstos en la empresa. En su estudio se cuestionan la hipótesis preliminar de que la turbulencia del entorno afecta al proceso de aprendizaje. Homans (1950) distingue dentro del grupo, como sistema social, dos componentes: sistema externo, lo que establece y pone la dirección y sistema interno, lo que emerge espontáneamente. A los mandos intermedios les corresponde transmitir lo que pretende la alta dirección, componente externa, a la vez que debe intervenir para conseguir el comportamiento espontáneo capaz de movilizar la inteligencia colectiva. 3 -Relaciones organizativas entre los miembros del equipo y la relación del equipo con resto de la organización El papel de los directivos, en la organización que aprende, consiste en integrar los recursos humanos, prestar atención a las dinámicas interpersonales y orientar el trabajo hacia la colaboración fomentando la formación de grupos de análisis y de desarrollo profesional e institucional (Gairin, 1997). La tarea más importante de la dirección en este contexto es la diseminación del proceso de aprendizaje en todos los ámbitos de la organización. Actualmente, el rol del directivo y el rol del empleado se hallan cada vez más próximos, debido por un lado, a la descentralización de la autoridad, y por otro, a la disminución del número de niveles jerárquicos, sustituyéndose la autoridad basada en dicha jerarquía por el liderazgo (Orero et al., 1996). El liderazgo, los procesos de toma de decisiones, y el control de los procesos y resultados se configuran como aspectos significativos y centrales de las organizaciones que aprenden.También, es importante el convencimiento de que las organizaciones deben cambiar por sí mismas, aprendiendo a innovar para subsistir en realidades dinámicas. La gestión del equipo tiene una especial importancia para la creación, el mantenimiento y la unidad del mismo. El coordinador de equipos ha de tener un animo determinado y unas características específicas. Es el creador y movilizador de las normas del grupo, leyes de comportamiento que rigen la vida interna del equipo, e incluso la suya (Carneiro et al, 1997). Existen una serie de características que, aunque no garantizan, ayudan al desenvolvimiento efi- 37 de generar confianza mutua, ayuda, indulgencia y coraje. Los miembros de los equipos de trabajo, tendrán confianza y libertad de satisfacer sus necesidades y aspiraciones para explorar territorios desconocidos como nuevos mercados, nuevos productos y nuevas tecnologías (Von Krogh, 1998). Ambiente adecuado para aprender a través del equipo. Sin embargo, cuando este ambiente no es creado por la dirección, el miembro del equipo intenta captar el conocimiento más que intercambiar voluntariamente, intenta construir y defender su propia hegemonía del conocimiento gastando tiempo, ya que piensa que el intercambiar más conocimiento del necesario llevara a una reducción de su influencia. Los miembros del equipo son los encargados de hacer el conocimiento tácito en explícito; cuando hay unas buenas relaciones, el grupo tiene intereses y da apoyo para generar un campo fértil que facilite el intercambio de conocimientos. Si los directivos de alto nivel no generan unas buenas relaciones, en el nivel medio no podrán realizar intercambio de conocimiento, intentar acceder a éste capturándolo ni por medio de transacciones. El proceso de creación de conocimiento generara conocimiento social explícito donde el conocimiento tácito principalmente residirá en los individuos y la organización cada vez, será más dependiente de las experiencias individuales para realizar ciertas tareas completas. Los altos directivos deben fomentar y cultivar las buenas relaciones organizacionales sobre todo en los mandos intermedios, ayudándose mediante una serie de mecanismos como puedan ser: tadas y ágiles, las líneas de comunicación son más cortas y proporcionan una mayor capacidad de respuesta a los cambios del entorno, a la vez que se conoce la situación de la empresa más rápidamente, así como sus necesidades. Este nuevo papel de los mandos intermedios ha hecho aparecer una nueva tendencia de autores que hablan de introducir un nuevo estilo de dirección el “lean management". Este método de gestión reconoce a los grupos como nuevas formas de realización de los procesos. Con la utilización del equipo como forma de organización del trabajo, se consigue una mayor rapidez de respuesta a los cambios del entorno, a la vez que se consigue movilizar la inteligencia colectiva de la organización (Claver, Gasco y Llopis, 1995). Al aplanar la estructura, eliminar o combinar departamentos y aumentar el uso de equipos departamentales, se refuerza la interdependencia y se reducen las fronteras entre las personas (Robbins 1996), facilitando el aprendizaje organizativo. El aprendizaje y la colaboración permiten el desarrollo continuo de las capacidades relacionadas con la actividad específica. La capacidad de colaboración entre diferentes fronteras, funcionales, geográficas o de línea de negocio, permite a las empresas encontrar soluciones más amplias para los problemas de los clientes actuales. La capacidad de aprendizaje colaborativo desencadena la creatividad necesaria para la exploración conjunta de soluciones que vayan más allá de las fronteras técnicas y que definan las posibilidades del mañana. Incluso la capacidad de colaborar para conseguir un aprendizaje de bucle simple de naturaleza progresiva es valiosa, si se transforma mediante la potenciacion de diversas perspectivas en un aprendizaje de doble bucle que reexamina las prensunciones fundamentales, puede añadir un tremendo valor, en especial en entornos cambiantes (Liedtka, et al., 1998). Los individuos están integrados en equipos, y dentro de este contexto grupal, analizaremos las relaciones entre los miembros del grupo. El desarrollo de la capacidad de colaboración y de conexión, nutrida y aceptada, permite gestionar con mayor eficacia los problemas complejos. La capacidad de colaboración depende del respeto mutuo, de la sinceridad y de la confianza, de la capacidad y el deseo de mantener un dialogo abierto de los objetivos compartidos y los intereses en la custodia y gestión común, y de los sistemas que fomentan y recompensan el trabajo en equipo. Uno de las medios para conseguir un elevado nivel de compromiso y una elevada colaboración es la implantación de sistemas de recompensas, en especial los sistemas retributivos adecuados. Para crear un ambiente de colaboración la dirección debe fomentar las relaciones con la finalidad – un sistema de incentivos y/o recompensas. Los equipos pueden recibir recompensas basadas en su actuación, que se dividirán en partes iguales entre todos los miembros. – programas de mentalizacion se deben motivar a los seniors a intercambiar su conocimiento con los juniors. – implantar los valores de confianza y coraje como valores explícitamente establecidas. – programas de entrenamiento en cuidado basados en el comportamiento, como por ejemplo, aprender como ayudar en los sentimientos personales presentes. – proyectos de dar parte o redactar informes y otras formas de aprendizaje orientado a las conversaciones – eventos sociales, van desde charlas informales a fiestas. Los problemas de dificultades perso- 38 3 Justificación de conceptos 4 Construcción de arquetipos 5 Intercambio a través de los niveles nales pueden ser discutidos y resueltos con los colegas al tiempo que puede servir para explorar los intereses de los miembros de la organización Una organización no puede crear conocimiento por sí misma. Este proceso comienza con el intercambio de conocimiento tácito - socialización - en el grupo y compartiendo creencias personales, lo que le convierte en un proceso altamente frágil (Von Krogh, 1998). El conocimiento se intercambia básicamente a través de equipos que convierten el conocimiento tácito en conocimiento explícito normalmente en forma de nuevos conceptos - externalización - que deberán ser útiles a la organización. El conocimiento tácito no es fácil de comunicar, no es fácilmente expresado en palabras por lo que esta fase es critica para que se produzca la transferencia de conocimientos y a partir de ahí generar nuevo conocimiento. La capacidad para crear nuevo conocimiento se ve limitada por los hábitos organizativos, por la experiencia individual, por la interpretación sesgada del valor potencial de nuevas posibilidades y por el incremento de coordinación que se produce cuando se trabaja en equipo. Los equipos comparten sus interpretaciones, se articulan los conocimientos mediante diálogos, inducción, metáforas y analogías, lo que induce a nuevos pensamientos e ideas, convirtiéndose en un proceso iterativo en espiral, donde las contradicciones son usadas. Y a partir de aquí construir nuevos modelos o arquetipos. El proceso pone a los directivos de nivel medio en una posición central dentro del management del conocimiento situándolos entre flujos verticales y horizontales dentro de la organización. El modelo middle-up-down de Nonaka y Takeuchi ( 1995) pone énfasis en el papel dinámico de los mandos medios. Tradicionalmente, estos eran meros implementadores estratégicos, este papel esta desapareciendo como resultado de las nuevas filosofías del management y el surjimiento de equipos de trabajo autodirigidos. Los directivos medios, llamados también ingenieros del conocimiento, utilizan el liderazgo en la conversión de nuevo conocimiento; rol de líder. Sintetizan el conocimiento tácito en conceptos explícitos y lo incorporan dentro de las nuevas tecnologías, productos o sistemas. Un segundo papel fundamental de los directivos medios es intentar solucionar la contradicción entre lo que los altos directivos desean crear y lo que existe en el mundo real, intentan crear una teoría de medio nivel que pueda llevarse acabo dentro de la compañía con la ayuda de los empleados de base; rol de enlace. En el caso de las minicopiadoras de Canon, a partir de finales de los setenta, la importancia de los directivos de nivel medio fue fundamental para crear este concepto rompedor, desa- 4 -El aprendizaje organizativo mediante los equipos de trabajo La organización estructurada en equipos busca una mayor coordinación entre las distintas áreas de la empresa. La diseminación en la organización del equipo a través de las actividades de producción reconoce que el know-how critico es localizado entre los individuos operativos y especialistas (Grant, 1996). La sustitución del management científico por varias formas de management participativo reforzando el papel de los empleados confirma la teoría de Wruch y Jensern (1994, citado en Grant, 1996) donde identifican la gestión de la calidad total como una organización plana basada en el equipo, que permite a la organización acceder y utilizar el conocimiento individual localizado a niveles bajos de la organización. Mientras que a niveles más altos se requiere una mayor participación de especialistas. En los niveles operativos se produce un aprendizaje basado principalmente en la repetición y rutina, o refinamiento de respuesta (Hedberg 1981), donde se pueden distinguir procedimientos estándares, que permitan decisiones rutinarias y repetitivas. En los niveles superiores el aprendizaje, consiste en el ajuste de los objetivos, normas y creencias, es en este nivel, donde aparecen nuevas estructuras de referencia, nuevas habilidades y nuevos valores. Estas habilidades pueden ser: de discriminación, de desaprendizaje y de innovación o experimentación (Fiol y Lyles, 1985; Lyles, 1988). La alta dirección deberá reconocer cada situación y elegir los comportamientos apropiados o acciones para cada una. Las organizaciones además de crear nuevas habilidades y aprender pueden desprenderse de conocimientos obsoletos y reconstruir sus anteriores programas de éxitos adaptándose a los cambios del entorno para su supervivencia y mejora.Tan importante es tener capacidad para aprender como tener capacidad para desprenderse del pasado (Hamel y Prahalad, 1995) Las organizaciones pueden aprender el modo de resolver el dilema del aprendizaje, como acceder y/o adquirir nuevos conocimientos, internalizarlos y generar nuevos conocimientos. El proceso por el cual la transferencia y creación de conocimiento tiene lugar no es un fenómeno lineal, para Nonaka y Takeuchi, (1995) se realiza mediante cinco fases: 1 Intercambio de conocimiento tácito 2 Creación de conceptos 39 El papel de los mandos medios dentro del equipo de trabajo se caracteriza por la intervención en las tareas cotidianas del equipo y asume el papel del líder transformador. Estos mandos medios son personas con iniciativa, con cierta experiencia, que facilitan la adaptación de la organización a los cambios del entorno. Sin embargo, el papel de los altos directivos se centran en evaluar fundamentalmente las capacidades internas de los miembros del equipo. Para conseguir un mayor aprendizaje es importante crear un ambiente de colaboración entre los miembros del equipo. Para ello, será conveniente la existencia de unas relaciones sociales entre sus miembros. Si estas relaciones no son las adecuadas el equipo intenta captar el conocimiento en lugar de intercambiarlo, por el contrario, si las relaciones son optimas, el grupo tiene intereses y da apoyo para generar un campo fértil que facilite el intercambio de conocimientos mediante una serie de mecanismos. Los equipos semiautónomos y autodirigidos son aquellos que fomentan en gran medida las relaciones sociales entre ellos y también los más adecuados para el aprendizaje organizativo. Este tipo de equipos facilita la socialización, para luego externarlizarlo, donde los mandos medios desempeñan un rol dinámico. Por último, concretamos como impulsores del intercambio de conocimientos: los equipos de trabajo y las relaciones organizativas, ambos elementos clave para el aprendizaje organizativo. rrollando una fotocopiadora radicalmente nueva. (Nonaka y Takeuchi, 1995). Como tercer y cuarto rol, el de portavoz y difusor de comunicación ya que esta es fundamental para generar cooperación y coordinación: con la finalidad de reconciliar las metas conflictivas de los miembros de la organización (Grant, 1996). La capacidad de aprendizaje requiere un cambio de mentalidad basado en el deseo de mostrarse autocrítico, la creencia de que nadie tiene todas las respuestas y en el compromiso hacia un desarrollo vitalicio. En conjunto estas cualidades crean una capacidad institucional de flexibilidad que amplia en gran medida la capacidad de respuesta de las empresas desarrollando un sentido de futuro y buscando consenso orientado a la reforma. El conocimiento es administrable sólo en la medida en que los líderes se encargan del dinamismo de la creación de conocimiento. Los líderes deben apoyar el proceso emergente con propuestas de futuro y un compromiso personal, de tiempo y poder. La gestión del conocimiento como un stock estático desagrega el dinamismo esencial de creación de conocimiento. La gestión del conocimiento requiere un tipo diferente de liderazgo, los altos directivos deben de comprender que el conocimiento necesita ser nutrido, apoyado, realzado, cuidado (Nona y Konno, 1998) potenciando o activando las habilidades innatas en los miembros del equipo. La capacidad para trabajar conjuntamente depende de la capacidad individual para aprender y de la creencia de que nadie tenia todas las respuestas. La capacidad de superar las fronteras técnicas para encontrar soluciones multidisciplinares, representa únicamente la primera parte del valor de la colaboración (Liedtka et al., 1998). La resolución conjunta de problemas suele producir una mayor creatividad. En la trasferencia de conocimientos, tanto a nivel intraorganizativo como a nivel interorganizativos, es fundamental el papel tanto de la alta dirección que determina la estrategia como los roles de enlace, difusor, trasmisor y líder que desempeñan los mandos medios. El conocimiento puede transmitirse: intraorganizativamente expandiéndose horizontal o verticalmente, e interorganizativamente, este surge con el intercambio con otras organizaciones - clientes, proveedores, competidores…- Referencias bibliográficas ADLER, P.S. y COLE, R.E.(1993). : “ Designeg for learning: a tale of two autoplantes”. Sloan Management Review,primavera, pp 85-94. ALVAREZ DE MÓN, S. (1997): Liderazgo transformador”, Harvard Deusto Business Review, mayo-abril, nº 77, pp. 49-57. BENAVIDES, M.M. (1998): Las alianzas estratégicas como instrumento de aprendizaje organizativo. Comunicación del VIII Congreso Nacional de ACEDE, septiembre. Canarias. C ARNEIRO, M. (1997): “Maquiavelo y el arte de dirigir equipos”. Harvard Deusto Business Review, pp74-78 CLAVER E., GASCO, J.L., y LLOPIS J. (1995): Los recursos humanos en la empresa: un enfoque directivo Ed. Civitas. Madrid. CLAVER, E. y GONZÁLEZ, M. R. 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