Envejecimiento y salud. Pedro García Fáñez

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Envejecimiento y Salud
Pedro García Fáñez
Introducción
Algunas de las frases que se han dicho sobre la
vejez:
Envejecimiento
Se ha dicho que el envejecimiento comienza con
el nacimiento. Y se puede afirmar que,
inmediatamente constituido el huevo o fusión de
ambos gametos masculino y femenino, ya
empiezan a envejecer y a morir células. En este
sentido vida y muerte están en continua alternativa.
«El hombre no muere por vejez, sino de enfermedad».
«Saber envejecer es obra maestra de la sabiduría y una de las partes más difícil del arte de
vivir».
«Envejezco aprendiendo cada día muchas cosas
nuevas». Platón.
Ahora bien, no todos los órganos envejecen al
mismo tiempo. Y tenemos que distinguir entre
envejecimiento y vejez. El primero pertenece a
todas las edades, mientras que la vejez corresponde a una edad.
«La vejez es la suma de toda la vida, milagro y
nobleza de la personalidad humana». Marañón.
Un filósofo griego: «La vejez empieza cuando
los recuerdos pesan más que las esperanzas».
Hace unos lustros, Balzac afirmaba que la vejez
empezaba a partir de los 30 años y para Maistre
era la edad de los 40 años.
«Hace falta toda una vida para aprender a vivir».
Un anciano optimista, decía: «Realmente hoy es
el primer día del resto de mi vida».
Hoy nos parece que estas afirmaciones son un
poco exageradas, pues de todos es sabido que la
edad media de la vida se ha duplicado desde el
comienzo del siglo a nuestros días.
Por el contrario, un viejo nostálgico exclama-ba:
«Estoy mirando los libros de mi biblioteca entre
los cuales hay algunos que ya nunca abriré».
El envejecimiento es un proceso existencial,
como es el nacer, el vivir y el morir. El
Envejecimiento en la máquina humana se da en
tres niveles: en las células, en los órganos y en los
tejidos.
Para Cicerón lo ideal era: «Envejecer sin
agriarse como los buenos vinos».
Y para Juvenal, el llegar a la ancianidad con:
«Mens sana in corpore sano» (Mente sana en un
cuerpo sano).
La vejez no puede ser definida por el reloj o por
el desgaste o por la serie de cambios morfológicos.
Por eso se dice también que el hombre tiene cuatro
edades:
La escuela de Salerno allá por la Edad Media ya
aconsejaba para llegar a anciano:
«Vida honesta y arreglada. Tomar pocos
remedios. Poner todos los medios de no alterarse
por nada. La comida moderada. Ejercicio y
diversión. No tener ninguna preocupación. Salir al
campo un rato. Poco ruido y mucho trato.
Continua ocupación».
— La que se mide por la fecha de nacimiento.
— La que siente tener.
— La que representamos ante los de más.
— La de nuestros tejidos y órganos.
Así debe ser, para alargar la vida lo mejor es no
acortarla. Y ello se consigue con medidas preventivas, como evitar la obesidad, los tóxicos en
general, cualquier tipo de exceso y aberración y
practicar estos sabios consejos. Pero por desgracia tenemos que confesar que el hombre pasa la
primera mitad de su vida arruinando su salud y la
segunda mitad en curarse.
Psicología del envejecimiento
Puede ser normal, entonces hablamos de
evolución psicológica normal, de ello se cuida en
gran parte de Gerontología. Puede ser el envejecimiento patológico y será entonces la Geriatría
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la especialidad médica que va a ocuparse del
anciano enfermo.
Sabido es de todos que la población mundial está
pasando a un envejecimiento muy acusado, a vista
del cual, están surgiendo nuevos avances de la
medicina que de la mano de la Bio-Gerontología
estudia de forma particular el có-mo y el por qué
del envejecimiento del orga-nismo humano.
De todos es sabido cómo las funciones sensoriales-perceptivas disminuyen con la edad. Se
altera la agudeza visual y auditiva, hay peor
adaptación a la oscuridad, se atrofia el olfato, hay
angustia e inseguridad nocturna, el présbita no
puede leer y se aburre.
¿Cómo se manifiesta este proceso del envejecimiento? Diríamos de forma simple, por una
pérdida progresiva y uniforme del estado óptimo
de la salud y del vigor. O también aquella an-tigua
«teoría del uso y consumo» (Wear and tear) que se
basa en que en cada organismo existe una
determinada reserva (o acumulo) de energía no
renovable y que una vez agotada se presenta la
degeneración y la muerte.
Le falta la evocación de los recuerdos, falla la
capacidad de fijación, no memoriza, acaba de leer
un texto e inmediatamente se le va el contenido, se
le olvida lo que iba a decir, se olvida dónde ha
colocado una cosa. No retiene los hechos
recientes, lo que es nuevo, sin embargo, recuerda
hechos y dichos de su infancia.
Problema muy complejo el del envejecimiento
que la Bio-Gerontología llegará algún día a esclarecer: porque la verdad es que no existe, hoy
por hoy, una ciencia exacta con base científica ni
experimental que nos convenza de la verdad de
este proceso.
Envejecimiento patológico o psicopatológico
Este es siempre más serio, porque presupone
enfermedades a veces inflamatorias se da a tres
niveles: en las células, en lo del sistema nervioso,
como mielitis, encefalitis, meningitis, meningoencefalitis, estas pueden terminar en paraplejias,
hemiplejias, monoplejias, etc. Pueden dar lugar a
apraxias o incapacidades de conocimiento
perceptivo y de la identificación, las afasias o
pérdida patológica del lenguaje. Pueden también
existir trastornos mentales de base orgánica como
los estados de confusión y de amnesia de fijación
con desorientación témporo-espacial. Confusión
mental tan frecuente en los ancianos, con delirios
y alucinaciones, llegando si esto se agrava a un
estado demencial, donde se pierde casi por
completo las funciones intelectuales.
Existen muchas teorías (se habla de más de 120)
que intentan llegar al fondo de la cuestión; pero
hasta ahora ninguna es lo suficientemente clara,
para que dé luz definitiva a este misterio. De lo
que no hay dudas es que hay dos formas de
envejecer: una fisiológica (si así se puede decir) y
de la que se va a ocupar la Gerontología y la
Gerontocultura, que tienen por finalidad aquello
de que «es mejor prevenir que curar». Y la otra
forma de envejecer sería la patológica (el anciano
enfermo) del cual se va a interesar
preferentemente la Geriatría y en su nombre el
geriatra.
Existen también latentes en los ancianos las
neurosis con estados depresivos y tendencia a la
inercia, apatía, abandono general, melancolía,
tristeza, pesimismo, quejas, hipocondría, neurastenia, angustia, psicastenia. Trastornos psicosomáticos, trastornos de comportamiento moral,
voyerismo, exhibicionismo, etc. Las toxicoma-nías
son también frecuentes en los ancianos como el
alcoholismo,
toxicomanías
de
origen
medicamentoso por abuso de tranquilizantes, de
barbitúricos, etc. También están expuestos los
ancianos a accidentes agudos, como el suicidio, la
psicosis, esquizofrénica, las delincuencias seniles,
etc. Hay un deterioro general que se da en nuestros
ancianos con mucha frecuencia, en parte como
consecuencia de la mayor longe-vidad, dados los
medios que hoy existen para alargar la vida y los
años.
¿Cuándo y dónde termina la una y empieza la
otra? Nada fácil de deslindar...
Sabemos que algunos de los cinco sentidos,
como la agudeza visual y auditiva, alcanzan su
máximo a la temprana edad de los 10 años. El
poder intelectual a los 25 años. Y ahora
últimamente se está detectando que en las arterias
de un niño de 10 años ya se pueden encontrar
placas de ateroma, inicio o causa de la tan temida
arteriosclerosis.
Teoría del error o de los mecanismos reparadores
Esta teoría sobre el envejecimiento se basa en
que, durante todo el proceso vital, ocurren
continuamente reacciones químicas que pueden
tener errores al producir nuevo ADN, proteínas, o
ARN y que factores como las radiaciones, el
ambiente, etc., tienen influencia perjudicial. Sin
embargo, existen mecanismos de reparación
molecular que destruyen las moléculas defec-
Teorías del envejecimiento hoy más barajadas
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tuosas o reparan las dañadas. Este mecanismo
reparador es el responsable de que no existan
defectos perdurables. Con la edad estos errores
pueden aumentar o los mecanismos reparadores
pueden ser menos eficientes dando, como
consecuencia, que los errores no se corrijan y se
acumulen, dando lugar a mutaciones, ya sea por
errores no reparados, errores en la reparación o
ataques a las moléculas. Se considera por esto, que
una de las soluciones para el envejecimiento puede
ser la corrección de estos errores y de sus
consecuencias por manipulación genética mejorando la eficacia de estos mecanismos reparadores.
actividad coordinada del sistema nervioso y del
sistema endocrino que se logra a través de las
hormonas que son las sustancias que regulan los
aspectos del metabolismo corporal y celular. Así
tenemos: la hipófisis, que es la glándula maestra
que dirige el funcionamiento de nuestros
principales sistemas glandulares como son el
tiroides, el páncreas, las paratiroides, las
suprarrenales, los ovarios en la mujer, los
testículos en el hombre. A su vez, la hipófisis
depende de un centro nervioso llamado
Hipotálamo, responsable del sueño, la sed, el
hambre, el impulso sexual, el ciclo menstrual, la
reacción de defensa, la temperatura, la presión
arterial, el equilibrio del agua y las sales así como
las funciones de las hormonas.
Teoría de los radicales libres
En el envejecimiento, la incapacidad para
mantener el medio interno por medio del control
endocrino y nervioso, es uno de los puntos más
notorios. Algunos científicos afirman, que una
serie de enfermedades se producen por falta de
control hipotálamico; por eje, el hipotiroidismo, la
diabetes, la enfermedad de Cushing, etc.
Durante el metabolismo se producen también
radicales libres, que son moléculas con tendencia a
enlazarse con otras; estas moléculas pueden ser
útiles en la oxidación energética, pero su
acumulación produce un efecto perjudicial por-que
se empiezan a combinar como enzimas o como
sustancias que forman parte del meca-nismo
metabólico normal. La solución a estos agentes
radicales libres serían los antioxidantes que son
usados inicialmente por la industria de la
conservación de los alimentos, pero que en la
actualidad se utilizan ya en el campo farmacológico. El más conocido es la vitamina E, una
antioxidante natural que da resultados favorables
en la neutralización del exceso de radicales li-bres.
Hipotálamo: en él es importante la presencia de
ciertas sustancias denominadas neurotransmisoras, como son la noradrenalina responsable de la
función motora; la serotonina responsable de la
vigilancia, del aprendizaje; y la dopamina responsable de la conducta. Dentro del metabolis-mo
bioquímico de estos neurotransmisores se
encuentran muchos de los progresos futuros de la
neuroendocrinología y del envejecimiento
relacionados en especial con los trastornos
mentales, las demencias y el envejecimiento
cerebral.
Teoría de los enlaces transversos
El cartílago, como la piel, se pueden curtir por la
formación de puentes químicos (enlaces
transversos) entre las proteínas que no se pueden
desintegrar por las enzimas reparadoras; también
el ADN puede ser atacado por los enlaces
transversos.
Teoría de la autoinmunidad
Esta va a ser la responsable que se enfrente a
muchas de la posibles enfermedades de origen
infeccioso, contando entre ellas al tan temido
cáncer. Esta autoinmunidad tiene dos brazos para
defenderse contra posibles ataques que vienen de
fuera a través de bacterias y virus, para ello
dispone el organismo de los Linfocitos B,
encargados de la inmunidad inmediata al liberar
unas sustancias llamadas anticuerpos que nos van
a defender de estas agresiones. Por otra parte están
los Linfocitos T, responsables de generar
inmunidad tardía. Sus células tienen como
principal misión, destruir células extrañas, como
son las cancerosas y otras sustancias agresoras. No
cabe duda que con el envejecimiento, todos estos
sistemas inmunes van a debilitarse. Así como va a
disminuir la formación de la hormona Timosina,
encargada de mantener el funciona-miento
eficiente de los Linfocitos B y T.
Ciertas sustancias como el plomo y el humo del
tabaco determinan un gran número de enlaces
transversos interprotéicos que no se pueden
romper. Se dice que el endurecimiento de la piel,
las arterias y los problemas reumáticos, se
explican de esta manera.
Teoría neuroendocrina
El funcionamiento sincrónico del cuerpo depende de que todas las células estén bañadas por
un líquido denominado «el medio interno», de su
estabilidad depende la vida. Todos los mecanismos del cuerpo tienen como objetivo man-tener
constantes las condiciones y a esto se le denomina
Homeostasis. Para mantenerla, se necesita una
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dividuo y para los que conviven con él, por el mal
olor que genera. Consiste, concretando, en la
frecuencia de miccio nicturia (orina varias veces
por la noche), poliuria, polaquiuria, a veces con
disuria (molestias a la micción), sensación de
urgencia imperiosa, pérdida de orina con el
esfuerzo, etc. ¿Cuál puede ser la causa de todo
esto? ¿Prostatitis? ¿Cistitis? ¿Cáncer? ¿Vejiga
neurógena? ¿Vejez? Sin excluir ninguna de las
causas anteriores, creo que la vejez es la principal
causa de este síntoma tan molesto como antisocial.
Podemos concluir que el envejecimiento, el
cáncer, la función inmune, los mecanismos de
defensa, las enfermedades autoinmunes, están
supeditadas a este control genético, y, cuando este
falla o se debilita, el organismo se resiente.
Las teorías que intentan dilucidar los mecanismos del envejecimiento y la consiguiente
patología causante por la edad son tan abundan-tes
y fascinantes, como evasiva es la verdad. Hay que
reconocer que cual
quiera de estas teorías represente la única
explicación: se está avanzando mucho en esta
dirección del conocimiento del envejecimiento
biológico. Con el tiempo, es posible llegar a
comprender los mecanismos que regulan este
proceso universal e implacable que hoy por hoy, a
ciencia cierta, no lo sabemos. Resumiendo todo lo
anterior, seguimos preguntándonos, ¿dónde estará
la causa inmediata del envejecimiento humano?
¿Está impresa en los genes? ¿Está supeditada a los
Linfocitos B y T? ¿Hay un error en los
mecanismos reparadores? ¿Son los causantes los
radicales libres? ¿Son las sustancias nocivas como
el plomo, el tabaco, el alcohol, las drogas, el
medio ambiente, el estrés de vida, etc.? ¿Es el
caudal depositado desde un principio que se
agota? ¿Son las células que de potencialmente
inmortales terminan debilitándose y muriendo por
falta de regeneración? He aquí la incógnita que
esperamos, con el tiempo no muy lejano, se llegará
a saber.
Osteoporosis
Se llama así al proceso de rarefacción y aligeramiento de la trama interna del hueso que se
hace más poroso, es decir, más agureado en su
interior y, por consiguiente, más ligero, sutil,
frágil, fracturable y deformable. De aquí se deduce
la fragilidad y la facilidad con que se deforma,
dando lugar a las cifosis y escoliosis si afecta a la
columna, y por supuesto a las fre-cuentes fracturas
del anciano, sobre todo a la fractura del cuello del
fémur (cadera) que cada año se producen en
España unos 33.000 casos. Es una de las más
temidas de las caídas en la vejez y una de las
causas más frecuentes de invalidez y que, en
muchos casos, puede ser el principio del fin.
Esto explica por qué el cuello del fémur es una
de las zonas más vulnerables y de carga en el
organismo, por la presión a la que es sometido,
sobre todo en las personas obesas.
¿Cuál es la causa de la osteoporosis? Se habla de
varias:
Patologías más frecuentes del anciano
Quede bien claro que no existen «enfermeda-des
propias de la vejez», y que son las mismas que se
presentan en cualquier época de la vida; pero por
razón de la edad avanzada los ancianos son más
propensos a complicaciones y a cronificarse las
mismas enfermedades. Estas enfermedades son
más difíciles de diagnóstico y tratamiento a veces,
por ser un proceso inespecífico desarrollado
durante mucho tiempo atrás.
¿Envejecimiento? La pérdida de la masa ósea
aumenta con la edad.
¿La menopausia? Es el factor más frecuente y
decisivo en la mujer. Escasea la producción de
hormonas femeninas en la mujer (los estró-genos)
y el hueso se reabsorbe en mayor pro-porción.
¿Una dieta pobre en calcio? Este es el fundamental para la formación del hueso.
Y nosotros los médicos no debemos relacionar
todo a la edad, prejuzgando al paciente que, por su
avanzada edad, todo cuanto se haga por él va a ser
inútil, y nunca debemos confundir a la vejez, como
sinónimo de enfermedad.
¿La herencia? Es más frecuente en personas con
antecedentes familiares.
¿Inmovilización prolongada? El ejercicio
constituye un estímulo para la formación y fortaleza del hueso.
¿Determinados medicamentos? Los corticoides
en tratamientos de larga duración, favorecen la
destrucción del hueso.
Incontinencia urinaria
Se refiere a pérdida o emisión involuntaria de
orina. Es uno de los síntomas más importantes de
la enfermedad del anciano. Afecta del 30 al 40 por
100 de los hospitalizados. Es altamente
incapacitante, desagradable para el propio in-
El exceso de tabaco y de alcohol ¿quién puede
asegurar que no sea causa desencadenante de la
osteoporosis?
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grado tal, como para provocar la aparición de los
típicos trastornos, como son: incontinencia
urinaria, disuria (dolor a la micción), frecuencia de
la misma, chorro escaso, goteo, nicturia (orina
varias veces durante la noche), orinar con pausas o
intermitencias (estrangurias), retención de orina, a
veces con hematuria (presencia de sangre en
orina).
Ante este tan frecuente problema de la
osteoporosis (sobre todo en la mujer postmenopáusica) ¿qué remedios podríamos aportar para
prevenirla?
— Nutrición adecuada. Con dieta en calcio
que ingerimos en ciertos alimentos como la
leche, el queso, yogurt, pescados azules, hormonas masculinas y femeninas, etc.
Para consuelo del varón, (si esto vale de consuelo) de 100 casos de prostatitis, el 95 por 100 o
aún más son adenomas (cáncer benigno de
próstata) y el resto se van a malignizar dando
origen al adeno-carcinoma de próstata (cáncer
maligno).
— Ejercicios suaves. Paseos cotidianos y
ejercicios programados por el propio médico.
— Abandono del hábito de fumar y de beber, sobre todo en exceso. No abusar del café,
etc.
Algunas recomendaciones como medicina preventiva serían:
Ulceras de decúbito
Evitar todas las causas de congestión pelviana,
exceso de comida, vida sedentaria, constipación,
frío, alcohol, recorridos prolongados en automóvil, orinar en cuanto siente necesidad de hacerlo; ya que el evitar la retención de orina se
previene o atenúa la distensión vesical, aplicar
estrógenos de síntesis y operar si fuese necesario.
Quede claro que la pauta a seguir le corresponde al
especialista una vez visto o examinado el paciente.
La úlceras de decúbito constituyen un proble-ma
particularmente de los ancianos y se re-aciona de
manera muy importante con la inmovilidad. En el
pasado era casi inevitable siendo muy frecuente y
difícil de tratar; en tanto que en la actualidad es
posible prevenirlas en forma racional y objetiva,
siendo tratadas con eficacia. Pueden surgir en
cualquier parte del cuerpo, pero las localizaciones
más frecuentes van a ser en regiones sacras, los
glúteos, los codos, región occipital y en los talones
de los pies. La causa fundamental es la presión
sost-enida y traumatizante, sobre una zona determinada de la piel que se encuentra entre el
punto de apoyo, en este caso el colchón, y un
hueso prominente del cuerpo como pueden ser los
trocánteres, sacro, coxis, calcáneo, etc.
Hipertensión arterial
Lo común es que el padecimiento sea
asintomático. A menudo se manifiesta a través de
sus complicaciones. A largo plazo, sobre el
corazón, produce una hipertrofia que le llevará a la
insuficiencia cardíaca, con disnea, edema de
pulmón, etc. Junto con el colesterol alto y el hábito
del tabaco, la hipertensión es el tercer factor de
máximo riesgo que produce arte-riosclerosis
coronaria y sus complicaciones: angina de pecho,
infarto de miocardio y muerte súbita. En el cerebro
produce infartos, graves hemorragias cerebrales.
En los riñones a la larga pueden desarrollar
insuficiencia renal crónica. La retina también
puede resultar dañada y las repercusiones para la
visión pueden ser graves.
¿Qué debemos hacer para prevenir estas lesiones
tan frecuentes y tan molestas para el encamado y
para las personas que tienen que cuidar de él?
a) Evitar tomar somníferos que van a hacer
permanecer al paciente en la misma posición toda
la noche.
b) Lo mejor es movilizar al paciente, cambiarle
de postura cada hora, o al menos cada dos horas.
c) Usar un colchón neumático de presión alterna.
La tensión arterial mantenida a niveles superiores a los aceptables como normales es un
factor de riesgo máximo como hemos podido
comprobar y que acorta la vida. Según estadísticas es recomendable tratar de mantener la
presión diastólica en una cifra que no supere la de
90 mm. Aquéllas personas cuya «mínima» o
«baja» se encuentra entre 85 y 95 deben de ser
consideradas en el límite de la normalidad. Cifras
más altas expresarán niveles progresivos de
gravedad. La presión sistólica (alta o máxima) que
se encuentre entre 140 y 160 deben ser
consideradas también en el límite de la
d) Aseo especial del paciente y de su cama.
e) Alimentación rica en proteínas y vitaminas.
f) Tratamiento de las enfermedades concomitantes, como pueden ser (diabetes, anemia,
deshidratación, etc.).
Problemas prostáticos
El 70 u 80 por 100 de los ancianos por encima
de los 60 años padecen hipertrofia prostática,
aunque únicamente en algunos de ellos alcanza un
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normalidad. Además existe un aumento progresivo con la edad, que en ninguna forma debe
superar los límites establecidos.
Lleva una vida tranquila y ordenada. El estrés
desequilibra hacia la enfermedad.
Evita el exceso de alcohol, de café. Estos estimulan indebidamente la actividad de tu corazón.
A las personas hipertensas les daríamos las
siguientes recomendaciones prácticas:
Algunos medicamentos como la aspirina tienen
efecto preventivo en las complicaciones de la
arteriosclerosis. (Tomado en parte de la Fundación Hispana de Cardiología).
a) Comprobar regularmente la presión arterial.
b) Una cifra de tensión «mínima o baja por
debajo de 85 mm. de mercurio, es un buen se-guro
de vida.
c) No olvidar que la hipertensión arterial acelera la arteriosclerosis.
Accidentes cerebro-vasculares
Los problemas de los vasos cerebrales y
coronarios son la consecuencia más importante de
la arteriosclerosis por su morbilidad, mor-talidad y
posibles secuelas. En el adulto la ar-teriosclerosis
coronaria constituye el primer lugar de patología,
mientras que en el viejo figu-ra en primer lugar la
arteriosclerosis de los vasos cerebrales.
d) En caso de ser hipertenso, seguir las recomendaciones del médico, y ser disciplinado a
pesar de encontrarse bien.
e) La tensión arterial frecuentemente cursa sin
sintomatología, después a veces es tarde cuando
queremos poner remedio.
Vamos a dar al hipertenso las siguientes
recomendaciones: ojo con la sal, con el tabaco,
con el abuso del alcohol, la obesidad, el sedentarismo, el estrés, la diabetes no o mal controlada. Por el contrario serán amigos del hipertenso: la supresión de los enemigos antes
mencionados, el ejercicio sano y moderado, el
reposo a sus horas, el hacerse responsable de su
proceso, si la persona es muy emotiva y ansiosa
hacer psicoterapia, si no cede, llevar un régimen
alimenticio a base de arroz y frutas y verduras, si
persiste, como última recomendación le diremos
que en todo momento se someta en cuanto a
medicación a lo prescrito por su médico. Nunca
por su cuenta aumente, reduzca o suprima la
medicación y piense que una dieta bien seguida y
sin sal es el 50 por 100 del éxito en su tratamiento.
El accidente cerebro-vascular se le considera la
tercera causa de muerte en los países desarrollados después de las enfermedades cardio-vasculares y el cáncer.
La insuficiencia vascular cerebral crónica se da
con mucha frecuencia en el anciano con unas
consecuencias muy desfavorables, como pueden
ser la trombosis cerebral, embolia cerebral, y
hemorragia cerebral. Para que tengan una pequeña idea del deterioro del cerebro de un anciano,
éste pierde 4.000 neuronas por hora a partir de los
30 años, es decir, una pérdida diaria de unas
100.000 neuronas, lo que equivale alrededor de
360 millones cada año, de un total de 30.000
millones que se calcula que existen.
Enfermedades demenciales
Son muy frecuentes los trastornos mentales en el
proceso del envejecimiento. Es tos cuadros se
presentan a menudo en forma abigarrada,
imbricados con cuadros orgánicos o enmascarados por éstos.
Consejos para un corazón sano
No fume, el tabaco impide a tu corazón res-pirar
debidamente.
Controla tu tensión arterial. La hipertensión
sobrecarga el corazón. Evita el exceso de colesterol en tu dieta. Es un eficaz medio de prevenir la
arteriosclerosis.
Hay diversas clases de demencias, pero las más
significativas son dos: la demencia senil y la
arteriosclerótica.
Controla tu peso corporal. La obesidad es un
factor de riesgo para tu corazón. Practica alguna
actividad física adecuada a tu edad. El sedentarismo pone en riesgo tu corazón.
La demencia senil se encuentra principalmente
después de los 65 años. Se considera como un
síndrome caracterizado por: deterioro adquirido y
persistente de la función intelectual con dete-rioro
del lenguaje, pérdida de la memoria re-ciente,
apatía, trastornos del carácter, trastornos
somáticos con manifestaciones atípicas del envejecimiento como temblor senil, alteraciones en
la marcha, incontinencia ideoverbal, balbuceo,
merma general de las capacidades intelectuales,
desorientación temporo-espacial, etc. La fre-
Controla el nivel de azúcar en tu sangre. La
diabetes es un factor negativo para tu corazón.
Consulta a tu médico si alguno de tus padres
padece del corazón. Existen predisposiciones hereditarias a sufrir algunas enfermedades.
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cuencia de la demencia es aproximadamente de un
5 por 100 en las personas mayores de 65 años,
aumentando este porcentaje hasta un 20 por 100 a
partir de los 80 años.
Generalmente se deben a debilidad en las paredes de la vena o a una alteración de la estructura y
de la función de las válvulas venosas.
Aparecen con mayor frecuencia en aquellas
personas que permanecen durante horas de pie y
que caminan poco como es el caso más fre-cuente
en dependientes por su trabajo y en obesos por la
dificultad que conlleva. Es más frecuente en la
mujer, pero con la edad se aproxima.
La causas de esta demencia son múltiples, dentro
del período de la vejez. Un 50 por 100 de ellas
corresponden a la enfermedad de Alz-heimer, un
15 por 100 a demencias multin-fartos, 22 por 100
en casos mixtos, o sea, una combinación de
lesiones atróficas degenerativas y vasculares, y el
13 por 100 restante a otras causas diversas.
A estas personas que padecen esta enfermedad
les recomendamos:
¿Qué remedios tenemos para esta enfermedad
que tanto afecta a nuestros ancianos?
a) Elevar periódicamente las piernas durante el
día. Cuando estén sentadas, levanten las piernas,
no las dejen dobladas o sin apoyo.
Lo primero y principal son las medidas
preventivas, aunque un diagnóstico precoz es al-go
que todavía no se ha logrado. Si no es posible
curar la enfermedad, si podremos evitar el avan-ce
rápido y lograr detener la cronicidad a un grado
mínimo, para ello debemos evitar el estrés
psicológico y estimular el interés por pasa-iempos,
actividades socio culturales y prác-ticas en un
ambiente de terapéutica ocupacional y asistencia
socio-psicológica, apoyo familiar y de la
comunidad; porque el tratamiento medica-mentoso
sólo debe ser «sintomático dirigido so-bre todo al
insomnio, la inquietud, la tensión, la depresión,
etc.
b) Realicen ejercicios musculares con las piernas
de forma periódica.
c) Realicen masajes suaves y manuales de forma
ascendente, es decir, desde los pies hacia los
muslos.
Deben evitar:
— Permanecer durante períodos largos de pie y
sin caminar.
— Usar fajas o ropas que opriman la parte baja
del abdomen.
— No usar ligas o medias que opriman en un
sólo punto de la pierna.
Cataratas
— No aproximar las piernas a focos de calor,
etc.
Es una patología específica del ojo senil. Se
denomina catarata a la opacidad que aparece en el
cristalino, disminuyendo su transparencia, y cuya
evolución puede conducir a la ceguera, por las
alteraciones estructurales del envejecimiento,
favorecidas por enfermedades concomitantes,
(diabetes, gota, etc). A menudo bilateral. Existe un
sólo tratamiento posible que consiste en la
extracción del cristalino opacificado y que pue-de
efectuarse incluso a edad muy avanzada (hasta de
90 años), seguida de corrección óptica.
Y para terminar: nada mejor para los que
estamos al cuidado del anciano y del enfermo
como somos los médicos, enfermeros/as, auxiliares, etc., que tengamos siempre presente uno de
los consejos que nos da aquel Dios sabio y
mitológico de la medicina griega Esculapio:
«¿Quieres ser médico, hijo mío? Aspiración es
ésta de un alma generosa, de un espíritu ávido de
ciencia. ¿Deseas que los hombres te tengan por un
Dios que alivia sus males y ahuyenta de ellos el
espanto?
¿En qué momento está indicada la operación?
¿Hay que esperar a perder totalmente la vista?
Rotundamente no. No hacer caso de ése tópico que
se viene sucediendo de generación en generación
de no tocarlas «mientras no estén maduras». De
eso nada. Hoy existen unas técni-cas modernas y
seguras como pueden ser los implantes de lentes
intraoculares que permiten una calidad de visión y
un postoperatorio muy corto.
¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida?
Tendrás que renunciar a la vida privada; mientras
la mayoría de los ciudadanos pueden, terminada su
tarea, aislarse lejos de los impor-tunos, tu puerta
quedará siempre abierta a todos; a toda hora del
día o de la noche vendrán a turbar tu descanso, tus
placeres, tu meditación; ya no tendrás horas que
dedicar a tu familia, a la amistad o al estudio; ya
no te pertenecerás».
Varices
Si estos consejos implican renuncia, sacrifico,
olvido propio, no son menos ciertas las palabras de
Cristo: «Estuve enfermo y vosotros me
cuidasteis».
Las varices son dilataciones de las venas
superficiales, que suelen aparecer en las piernas y
con menos frecuencia en otras partes del cuerpo.
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Concluyo recitando todos El yo pecador de los
enfermos, atribuido al Dr. González.
«Yo pecador, agresor de mi salud,
Me confieso ante mi médico, no todopoderoso,
sino un ser humano como yo mismo, que he
pecado gravemente contra mi cuerpo, de
pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi grande culpa,
por no preocuparme nunca de prevenir.
Por tanto descuido de mi salud.
Por mis malos hábitos de higiene y alimentación.
Por continuar con el alcohol y el cigarro.
Por mi obesidad y falta de ejercicio.
Por no obedecer los cuidados y consejos de mi
familia.
Por el exceso de trabajo y las desveladas.
Por preocuparme de todo en exceso.
Por mi mal carácter y enojarme de todo y con
todos.
Por creer que mi salud vendrá sólo con pagar al
doctor.
Por perder mis recetas, no saber mis medicinas
y suspender mis tratamientos.
Y porque a fin de cuentas nunca he querido
aceptar que las enfermedades no nacen sino que
las hacemos.
Y que el alivio nunca vendrá si yo no tomo parte
activa y acepto mi responsabilidad en mi salud.
Por tanto, te ruego, Señor, junto con mi promesa
de ser un buen paciente, que me permitas
encontrar un buen médico con prepa-ración, ética
y dignidad humana y me libres de los receteros
ignorantes, comerciantes del dolor y burócratas
deshumanizados; a quienes no les importa ni mi
salud ni mi persona. Amen».
Vida Religiosa
Vol. 74 N. 4 (1993)
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