Comunicar con Grafología. El lenguaje escrito de las

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Comunicar con Grafología. El lenguaje escrito de las marcas
La grafología es la técnica que estudia la personalidad a través de nuestra
escritura. Nuestra escritura nos define, tanto a nosotros como a nuestro estilo
de vida; define nuestra forma de ser, de actuar, y también nuestra forma de
comunicar.
El boom de las nuevas tecnologías y su aplicación a los nuevos modelos de
escritura, ha hecho pensar que el fin de la escritura manuscrita está cerca, y
que por tanto la grafología es una ciencia prácticamente obsoleta. Ante estas
afirmaciones, cabe decir que, aunque efectivamente la sociedad tecnológica
actual nos permite hacer menos uso del papel y el bolígrafo, el ser humano
nunca va a dejar de escribir a mano. De todas formas, si así lo hiciera, siempre
quedaría el legado manuscrito en la impronta de la Historia, y la Grafología
seguiría siendo, como también lo es ya ahora, una ciencia de apoyo a la
investigación.
Pero no sólo eso. La grafología evoluciona con la escritura, siguiendo el camino
y la evolución de ésta a través de los tiempos. De la escritura manuscrita a la
tipografía de imprenta, y desde la imprenta a la escritura actual a ordenador, la
grafología acompaña a cada tipo de escritura y, con ella, a la personalidad y al
estilo propio de aquel que la ejecuta.
“De entre las varias artes mecánicas que han llamado mi atención, no existe ninguna que
yo haya seguido con más constancia y placer que la de la fundición de tipos. Habiendo
sido un temprano admirador de la belleza de las letras, me sentí deseoso de contribuir a
la perfección de ellas”.
John Baskerville [Prefacio al libro de John Milton, “El Paraíso perdido” (1758)]
Tipografía “Baskerville old face”
Del mismo modo que la escritura se ha ido adaptando a la mentalidad y a las
turbulencias de cada época histórica, a partir del siglo XV también lo tipógrafos
diseñaron sus tipos de acuerdo con la moda imperante, y con unos modelos
tales que supiesen comunicar y transmitir mensajes, historias, noticias, de la
forma más clara y comprensible a la cultura de cada tiempo. Partiendo del
modelo manuscrito, los creadores de las fuentes tipográficas diseñaron y aún
diseñan
estilos,
formas,
grosores,
colores,
variando
las
líneas
y
las
proporciones, los niveles de inclinación y los espacios interletras, agregando
remates más o menos vistosos, simplificando formas, o bien dotando éstas de
detalles propios y vinculados a unas u otras intenciones de comunicación, o de
impacto psicológico en el lector.
Estas tipografías se basan en la escritura manuscrita, y por ello pueden beber
de sus mismas reglas grafológicas, abriendo así puertas a la aplicación de la
Grafología tanto en estilo de comunicación, como en diseño publicitario de
marcas.
En lo que respecta a comunicación, es importante saber que, a la hora de
redactar un correo electrónico, o cualquier publicación para ser leída por otro
en pantalla, nuestra tipografía va a causar un impacto psicológico en el lector.
Este impacto le va a dar imagen de nuestra forma de ser, y le va a ayudar a
crear una opinión sobre nosotros –aún sin conocernos de nada-, pero también
va a provocar o no, de forma inconsciente, el calado de nuestro mensaje en su
atención o interés.
En la imagen superior tenemos un texto escrito con fuente “Garamond”, cuyos
tipos se caracterizan por la elegancia de sus formas y la prestancia de sus
remates. Es importante saber que las tipografías con serifas o remates (serif)
son más agradables de leer en papel impreso que en pantalla; lo contrario
sucede con los tipos sin remates (sans serif), que son preferidos para mensajes
de texto en pantalla, ya que hacen descansar más la vista.
Si deseamos llegar al interlocutor, si nuestra intención es captar su atención, u
otras veces, vendernos o convencer, la elección de la tipografía más adecuada
es esencial, constituyendo el primer y más importante golpe de efecto en el
destinatario del mensaje.
Lo mismo sucede con los colores y el increíble mensaje visual que consiguen
transmitir, así como su poder para “manipular” inconscientemente las
emociones. ¿Te causaría el mismo efecto recibir un e-mail escrito en rojo que
uno escrito en azul? La estridencia del color rojo evoca una comunicación a
gritos, al igual que lo haría un texto escrito totalmente en mayúsculas. En
ambos casos, el remitente no sólo está “gritando”, sino que se coloca a un nivel
superior sobre el destinatario, es decir, se manifiesta imponiendo e
imponiéndose. En cambio, un texto en azul provoca serenidad y transmite
confianza; el remitente tiende una mano de igual a igual y se revela como
afectivo, cordial y humilde. El azul es el color de la confianza y la lealtad.
La comunicación en el diseño publicitario es una máxima. La publicidad busca
no sólo comunicar, sino la mayoría de las veces añade otros objetivos
subliminales al mensaje, tales como convencer, invitar a actuar, captar la
atención, seducir, manipular la conciencia, etc.
Un ejemplo es el logotipo de los centros comerciales El Corte Inglés, que tiene
una interpretación grafológica muy clara –de hecho, esta conocida marca,
trabaja con grafólogos en sus campañas publicitarias-.
El triángulo, dada la rigidez de su forma angulosa, provoca sensación de fuerza,
firmeza, seguridad en las ideas; además, el hecho de apuntar a la derecha
(zona simbólica donde se ubican el futuro, los demás, lo desconocido) es signo
de empuje, iniciativa, e incita casi obligatoriamente a ejecutar su acción de
base: consumir. La tipografía de la marca suaviza la fuerza del triángulo
continente, con sus formas curvas y ligadas, que implican afectividad, una
mano tendida desde quien se está vendiendo a sí mismo como un lugar amigo,
donde la cordialidad alcanza la máxima expresión.
Otra marca, quizás la más internacional de cuantas existen, es Coca-Cola.
También en ésta la tipografía es ligada y curva, invitando a la unión social, a
compartir en compañía y, en consecuencia, a la amistad. Su línea sobrealzada,
sobre todo en las mayúsculas, seduce, es extremadamente carismática,
orgullosa para ser y sutil para convencer. Coca-Cola no sólo convence, sino
también tiene gestos en su grafía que indican atracción –e incuso
acaparamiento- hacia la marca, además de una cierta manipulación de las ideas
del consumidor. ¿Nunca os ha llamado la atención la graciosa forma en que la
parte superior de la “C” se cuela por el ojal de la “l”? Coca-Cola se cuela en tus
pensamientos, juega con tus ideas y coquetea con tus sueños. El color rojo,
además, transmite energía, dinamismo, actividad, alegría y pasión; en definitiva
“la chispa de la vida”. Vemos, por tanto, que el significado grafológico de estas
dos aparentemente simples palabras, sería capaz de abarcar toda una tesis de
estudio.
Estos son sólo algunos ejemplos del poder de la escritura, desde el punto de
vista psicológico, no sólo en mensajes simples, de los que solemos hacer uso en
nuestra vida cotidiana, sino también en grandes campañas de comunicación, y
en el sugerente mundo de los diseños publicitarios. La escritura habla, grita,
seduce y convence mucho más allá del texto escrito. La apariencia y el diseño
concreto de las formas y colores es capaz de hacer lucir o deslucir
completamente el contenido del mensaje que pensamos transmitir, ya que
traspasa el consciente para influir en el subconsciente del destinatario o lector.
Sandra Mª Cerro
Grafóloga y Perito calígrafo
www.sandracerro.com
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