Recientemente se ha hecho público, en castellano, el resultado de

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La responsabilidad de la Enfermera.
Recientemente se ha hecho público, en castellano, el resultado de un
trabajo de investigación, que concluye una clasificación exhaustiva de
las intervenciones de Enfermería en todos los ámbitos de actuación. Es
un trabajo del equipo de Investigación del proyecto de Intervenciones de
Iowa. Dirigidos por la doctora en Enfermería, profesora Joanne
McCloskey, y por la Profesora asociada Gloria M. Bulechek, ambas
pertenecientes a la Facultad Norteamericana de Enfermería de Iowa.
Para los enfermeros españoles es un acicate en la aproximación a los
prácticas asistenciales, que ejercen las enfermeras estadounidenses.
Supone un trabajo de tal envergadura, que será una referencia
necesaria, imprescindible para seguir creciendo en los cuidados
sanitarios, de cualquier país que se precie de tener una sanidad
avanzada.
En estos últimos días, y después de algunas asistencias en barriadas de
Málaga con carencias de todo tipo, me preguntaba cómo se puede
romper el eslabón que nos separa de una atención sanitaria que aborde
con garantías los problemas de familias ,e individuos que permanecen
en el límite de lo tolerable.
Es claro que la pobreza es el factor desencadenante del aislamiento
social, sanitario, cultural. Pero tener conciencia de ello, nos implica aún
más en la responsabilidad de realizar un análisis certero de los errores
de nuestro sistema. Probablemente para las enfermeras de otros países
el desarrollo práctico de su profesión no plantea mayores compromisos,
que aplicar los diagnósticos enfermeros apropiados a situaciones de
conflicto. Y de forma subsiguiente, aplicar planes de cuidado que se
correspondan con los problemas detectados. En nuestro país, esto sigue
siendo fuente de conflictos. Fundamentalmente por el déficit de unas
estructuras sanitarias que no verifican el tremendo potencial de sus
profesionales, y por una historia de la Enfermería española demasiado
reciente . Cuestiones ambas, que impiden la ágil homologación de los
conocimientos científicos recientes.
Y esto no quiere decir, que no exista una óptima convicción para el
cambio en los rectores de la sanidad pública, o voluntad de asimilación
por las enfermeras. Es la dificultad para implantar un buen engranaje
de coordinación multidisciplinar (médicos, enfermeras, asistentes
sociales, policía), y multicéntrico ( dispositivos de emergencias, centros
hospitalarios, centros de salud), la que define los errores de
comprensión que se producen en la práctica.
Los niveles de atención sanitaria tienen la capacidad teórica de
detección de los problemas, y sin embargo el tejido de relación entre
ellos no muestra eficacia en la aproximación a los mismos.
¡¿Cómo pueden permanecer dos ancianas en una novena planta, sin
salir de casa durante dos años, sin que exista una respuesta del
sistema a esta situación?! Es el caso que se nos presentaba
recientemente en una asistencia en una barriada malagueña. Se alertó
un recurso de emergencias (y estaba indicada su activación), y nos
encontramos con dos mujeres que dependían de la buena voluntad de
una vecina a la que pagaban con sus escasas pensiones. Este hecho es
cotidiano en otros muchos casos, algunos detectados y otros quedan el
anonimato.
La solidaridad familiar, suele ocultar gran parte de los que se
desconocen.
En el caso de las enfermeras, de qué nos sirve haber estudiado marcos
conceptuales que nos aproximan al análisis científico de los problemas,
si no somos capaces de llevarlos a una práctica efectiva. Es decir, si no
establecemos los cauces para la solución del problema. Y esto incluye,
que si el diagnóstico enfermero, para una comunidad donde pasan
estas cosas, es Afrontamiento comunitario ineficaz, se propongan las
intervenciones que se sugieren para esta afirmación. Así desde, la
identificación de riesgos para un área determinada hasta la conferencia
de cuidados multidisciplinares, pasando por el seguimiento de la
política sanitaria, son responsabilidad del ejercicio de la Enfermería. Es
tal, esa responsabilidad de la enfermera en los países con más tradición
en la relación comunidad-enfermería, que la negligencia en el ejercicio
profesional tiene altos costos legales para los enfermeros de esos países.
Las enfermeras/os podemos abrir el círculo, si actuamos conforme al
desarrollo profesional para el que nos capacita nuestro acervo
universitario, en la activación de los recursos disponibles. No podemos
permanecer inermes frente al despilfarro de nuestra formación. Es una
responsabilidad deontológica ineludible. Aún sabiendo, a cuantas
barreras nos enfrentamos los enfermeros/as en nuestra práctica diaria.
Denuncias por intrusismo, dificultad para proyectar una idea clara de
cuales son nuestras funciones a la sociedad, estrés profesional, bajas
remuneraciones...
Pero obviamente, la demanda social de una Enfermería capaz de
ordenar soluciones lógicas para los problemas de salud en materia de
cuidados, está sobre la mesa todos los días del año.
En Málaga sigue habiendo bolsas de marginación importantes ,la
pobreza e incluso la miseria están más cerca de lo que pensamos. Y la
generación de conductas de salud impropias de un país desarrollado, se
siguen perpetuando como un cáncer difícil de atajar.
No podemos desperdiciar los recursos disponibles, hay que poner la
inteligencia a trabajar para mejorar la salud, para mejorar los cuidados
que requieren nuestros ciudadanos. No sólo cuando están afectados por
la enfermedad, sino cuando su relación con el entorno no es saludable,
cuando son incapaces de afrontar solos la vejez, ...
Como definió Martha Rogers en su modelo enfermero, la vida es un
proceso creativo y formativo, caracterizado por la evolución de la especie
humana hacia una gran diversidad e innovación. El proceso de la vida
es una interacción entre el campo de energía humano y el campo del
entorno, ambos están caracterizados por el patrón de vida y están
continuamente en remodelación en la medida en que la persona y el
entorno interactuan.
Es, por tanto, nuestra responsabilidad , estar a la altura de los
modelos teóricos, de los avances científicos , del esfuerzo intelectual de
muchas enfermeras que han llegado a conclusiones importantes, para
el desarrollo acertado del quehacer profesional. Es responsabilidad de la
sociedad ser exigentes con la asistencia que se les brinda en los
cuidados de su salud. Es responsabilidad de los dirigentes políticos ,
madurar líneas lógicas , para incardinar los procesos de demanda
socio-sanitarios en un contexto adecuado a los problemas de estructura
que se presentan. Pero es responsabilidad de todos no excluir a nadie
en el proceso de transformación necesario para construir y vertebrar
entramados que son básicos para tener una población sana , y bien
cuidada.
Eduardo Reina Caballero
(dni25090979)
Diplomado Universitario Enfermería
Enfermero del 061.
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