100 AÑOS DE LA COMPASION EN ARGENTINA

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HERMANAS DE NUESTRA SEÑORA DE
LA COMPASION
100 años en Argentina
1914 – 2014
Mª Elena SOTTI cc
Maricarmen MADRID
Estamos celebrando los 100 años de la llegada a Argentina, de la
Congregación de Ntra. Sra. de la Compasión fundada por Mauricio Garrigou y
Juana María Desclaux. Esta celebración nos invita a evocar el acontecimiento
de los orígenes y también el camino recorrido. Nos impulsa a dar gracias por la
fidelidad del Señor, de las hermanas y los laicos que hicieron posible este
caminar de Compasión durante 100 años. Nos mueve a encontrarnos y
reavivar el fuego de este Carisma compartido.
Por eso, al expresar hoy nuestros sentimientos de gratitud, lo hacemos
gozosos de formar una familia grande. Con el aporte propio de cada uno,
hermanas, laicos, y sacerdotes amigos, bebiendo en la fuente del mismo
Carisma, se hizo posible recorrer paso a paso los muchos tramos de este largo
caminar .
Evoquemos brevemente el camino recorrido
Los comienzos
El 28 de febrero de 1914 llegaban desde Francia al puerto de Buenos Aires, en
el Vapor Bretagne, el grupito de las cinco hermanas - Mª San Andrés Varrel, Mª
Gabriela Lacam, Mª Felicidad Doñoro, Mª del
Santísimo Sacramento Coudere y Juana Soun - que
fundaron la primera comunidad compasionista en
tierra argentina.
Fue el Hno. Gebret, de las Escuelas Cristianas,
quien había invitado a las hermanas a responder a
un pedido del Hospital de Carmen de Areco, en la
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Provincia de Bs. As., que quería tener religiosas al servicio de los enfermos.
La presencia y la labor de esta comunidad dejó huellas imborrables en ese
Hospital y en el pueblo de Carmen de Areco, que perduran hasta hoy. Allí fue
sembrada la semilla de la vida de dos hermanas jóvenes que fallecieron en el
lugar y el pueblo quiso retenerlas para siempre en su cementerio.
Poco tiempo después, con un segundo grupo de seis hermanas se realiza una
segunda fundación en el hospital de Pergamino. Así la Compasión en
Argentina florece en el primer tiempo junto a los enfermos, como lo había
hecho en la época del P. Mauricio en Toulouse con la Obra de las llagas.
Pero las circunstancias y los hechos que iban
ocurriendo, empezaron a mostrar otras sendas a
recorrer por la Compasión en Argentina: en el
campo de la educación. El P. Mauricio había
señalado éste como uno de los fines de la
Congregación. Y durante su vida, fue el orientador
y testigo de la labor educadora de las hermanas en
las primeras Obras de educación que nacían.
Se abren sendas en el campo educativo escolar
En 1916 la Superiora General decide enviar a Argentina un tercer grupo de
hermanas para hacerse cargo en la ciudad de Buenos Aires, de una obra de
educación. Se trata del Colegio - Taller de nivel primario “El Divino Rostro”.
Pertenecía a una Sociedad de Beneficencia, y tenía cuatrocientas alumnas. Se
había fundado para la formación humano-cristiana de niñas y adolescentes de
sectores populares. Por lo mismo, Incluía clases de corte y confección,
bordado, encuadernación, taquigrafía y otras, en modalidad de taller. Después
de dos años de labor, al dejar de coincidir los objetivos propuestos por la
Compasión con los de las dueñas de la Obra, la Congregación debió retirarse
con dolor de ese Colegio a fines de 1919.
En agosto de 1918, el P. Roque Paulino, párroco
de Escobar, toma contacto con la Congregación
pidiendo religiosas para fundar una escuela en
ese pueblo, hoy hermosa ciudad, Capital
Nacional de la flor. Como respuesta, el 3 enero
de 1919 parten en barco desde Deusto, España,
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cuatro hermanas, dos francesas y dos españolas, con destino a Escobar. Y a
fines de ese mes la comunidad ya habita la antigua casa, dispuesta a realizar la
fundación del Colegio Santa María. El mismo comienza con el nivel primario
y mixto, esto último novedoso en la zona en esa época. También recibe
alumnas pupilas. Ofrece además taller de labores y clases de piano, bordado,
pirograbado y otras manualidades. Con ellas al final de cada año se organizan
exposiciones en el pueblo. En 1962 amplía sus servicios abriendo el nivel
Secundario.
Aquel mismo año 1919, el P. Emilio Chacón, párroco en San Miguel, Provincia
de Bs. As., pide al Obispo de La Plata Mons. Terrero que procure hallar una
comunidad religiosa para dirigir un Colegio en San Miguel. La Congregación
accede a esta solicitud y da comienzo en marzo de 1920 a una escuela de nivel
primario. En homenaje a quien había apoyado y contribuido con la Obra se le
pone el nombre de Colegio Monseñor Terrero. Y ante los requerimientos de
las familias para que sus hijos egresados de la primaria continuaran recibiendo
la misma educación, crea en 1954 el nivel secundario, con el nombre de
Instituto Nuestra Señora de la Compasión. Más adelante, en 1966 se abre
el Profesorado de nivel Elemental del que egresarán 30 maestras.
En el año 1945 se había recibido la donación de una casa en la calle Alberti de
la ciudad de Bs. As., por parte de un amigo de la Congregación. Allí se instaló
un servicio de clases de piano, corte y confección, francés y catequesis,
además de una guardería con almuerzo para 15 niños. Este servicio se prestó
durante varios años.
A principios de 1966, a pedido del Párroco Oscar Debandi de la Parroquia de
Palmira (Provincia de Mendoza), la Compasión llega allí para fundar otra
escuela primaria: el Colegio Ntra. Sra. de la Compasión. Las hermanas
fueron acogidas con gran cariño y generosidad por las familias del lugar.
Durante varios años las clases y la vivienda de la comunidad religiosa
funcionaron en la casa parroquial, cedida por el Párroco, ya que no se contaba
con edificio ni terreno propio. En 1974 se termina la construcción del Colegio en
un terreno donado y con gran colaboración del pueblo. Así comienza a
funcionar en el lugar en que se encuentra actualmente.
Con la Ley Federal de Educación se van ampliando los servicios y en el año
2010 se abren los cursos que completarán
el nivel Secundario.
Simultáneamente se confía la gestión integral del Colegio a un equipo de
laicos seriamente comprometidos con el Carisma de la Compasión (varios de
ellos, ex alumnos) .La Congregación continúa con la propiedad de la
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Institución, el acompañamiento al equipo laico y la comunidad educativa a
través de encuentros y retiros periódicos, y la supervisión de la gestión.
La historia y la labor educativa de los Colegios compasionistas son bien
conocidas en las ciudades de Escobar, San Miguel y Palmira. Su nivel de
enseñanza y formación fue valorada por las muchas generaciones de alumnos
que pasaron por sus aulas. Así como su influjo en la evangelización del medio
en que cada uno se desarrolló.
Los tres fueron creciendo con el tiempo en cantidad de alumnos, personal
laico y servicios. Lo cual llevó a construir nuevos edificios y a ampliar
instalaciones. El Colegio de San Miguel en el año 1985, contaba con 1200
alumnos.
Si bien desde los comienzos los laicos trabajaban codo a codo con las
hermanas, éstas permanecían en la dirección de las obras. En la década del 70
se fueron confiando a laicos cada vez mayores responsabilidades en la
conducción y administración de los colegios compasionistas.
Debido a los requerimientos surgidos del crecimiento acelerado y las
exigencias de las nuevas leyes que se hicieron muy complejas en el campo
escolar, van apareciendo dificultades que llevaron a impulsar serios procesos
de búsqueda. Y llega el momento histórico en que varios factores de la
realidad, junto a la disminución de vocaciones, cuestionan las posibilidades de
continuar con la gestión y presencia de las hermanas en estas instituciones.
En la década del 80 se intensifican las consultas y discernimiento buscando
dar continuidad a la labor educativa de los Colegios. Y llega el momento de
decisiones dolorosas y difíciles. Respecto al Colegio de Escobar, según la
voluntad de la donante del terreno, llegado el caso de no poder seguir las
hermanas, debían transferir la Obra al Obispado. Cuando se decide dejar la
gestión del Colegio Santa María, a fines de 1980 es transferido al Obispado de
Zárate Campana.
Se toma la misma decisión a fines de 1985 respecto al
Colegio Monseñor Terrero, que se transfiere al
Obispado de San Miguel.
Por las sendas de Hogares y residencias
Dentro del amplio campo de la labor socio-educativa y formativa, está el de la
acogida a adolescentes y jóvenes en hogares y residencias.
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Ya desde los primeros años de su estadía en Argentina, la Compasión había
sido sensible a esta necesidad social. En enero de 1917 una comunidad
compasionista asume a su cargo la atención del Asilo San Hipólito, en la
ciudad de San Nicolás, Provincia de Bs. As. Allí desarrolló una fecunda labor
formativa al servicio de niñas y niños carenciados y huérfanos, que dejó una
profunda huella en el pueblo. Hoy una de
aquellas niñas es hermana
compasionista y cumple 100 años de vida.
La presencia de la Compasión en el asilo San Hipólito se extendió por casi
cuarenta años, hasta 1954.
Por su situación familiar y condiciones de vida a muchos jóvenes les es
imposible concurrir a centros de estudio. Esta necesidad
sentida como llamada, llevó a la Compasión durante la
década del 60 a abrir dos Residencias universitarias
femeninas. Una en la ciudad de Córdoba (1961) y otra en la
Capital Federal (1967). Estas obras buscaron ofrecer un
hogar, en el que las estudiantes encontraran contención,
acompañamiento y ayuda en su formación integral y no solo
profesional. En un ambiente de estudio, alegría y solidaridad,
a la luz del carisma de la Compasión. Por el Colegio Mayor
Universitario de Córdoba, que brindó su servicio durante más de una década,
llegaron a pasar muchas jóvenes provenientes del interior de esa provincia y de
varias provincias del norte del país. Hoy profesionales, recuerdan con cariño y
gratitud aquellos años.
Cuando se emprendió un proceso de revisión de Obras en la década del 70, se
constató que diversos factores dificultaban en ese momento histórico, cumplir
responsablemente con la finalidad que se buscó al abrir las Residencias
universitarias. Por esto se decidió no continuar
con las mismas. Ambas prosiguieron su servicio
con otros propietarios.
También con el objetivo de ofrecer un hogar a
chicas adolescentes en riesgo, se crea a
principios de 1984 la Casa de la Joven, en el
centro de la ciudad de Buenos Aires. Con una
modalidad actualizada de trabajo, en la que la Obra es conducida con el
compromiso de un equipo interdisciplinar, se sigue a cada adolescente en
forma personalizada. Se incluye también la labor con la familia de las chicas,
que los fines de semana no permanecen en la institución, sino que vuelven a
sus hogares, manteniendo así los vínculos familiares.
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Esta Casa, durante 23 años de trabajo , acogió a numerosas chicas
provenientes de barrios carenciados del Gran Buenos Aires donde había
comunidades compasionistas. Con especial dedicación les posibilitó una
formación integral y la terminación de sus estudios primarios y secundarios. Así
como la adquisición de diversas capacitaciones con
salida laboral.
En el año 1997 la Compasión ve la posibilidad de
ofrecer este mismo servicio a adolescentes de la
zona de la Puna argentina. En la ciudad fronteriza de
La Quiaca, a 3500 metros de altura, en la Provincia
de Jujuy, la Prelatura de Humahuaca a cargo de los
Padres Claretianos venía realizando un intenso trabajo socio-pastoral , y
había fundado un hogar denominado Hogar Belén .
A principios del año escolar 1998 una comunidad compasionista asume la
dirección y administración del Hogar, con el apoyo económico del Instituto
Nacional de Asuntos Indígenas (I.N.A.I.).
Abierta la inscripción, rápidamente llegan 35 adolescentes que cubren la
capacidad de la casa. Muchas familias collas de zonas rurales de la Puna, no
podían soñar con que sus hijas cursaran la escuela secundaria. Mientras que
en La Quiaca llegó a hacerse realidad desde el Hogar Belén. Como un anexo
al servicio del Hogar, la comunidad asumió también la atención de un
comedor al que acudían diariamente unos 100 estudiantes de escuelas
secundarias.
La rigurosidad del clima y la altura del lugar, con el tiempo fueron haciendo
difícil el reemplazo de hermanas, por lo cual se impuso con dolor el retiro de las
mismas en el año 2007. Pero la Obra no se cerró, sino que el servicio continúa
a cargo de un equipo de laicos.
Los años dedicados a esa Obra fue una muy buena experiencia que permitió el
contacto con la cultura colla, en una zona desértica de nuestra patria,
olvidada y postergada a lo largo de nuestra historia. Las chicas que fueron
acogidas en el Hogar continúan expresando su gratitud por lo que significó en
sus vidas la formación integral recibida al calor del Carisma compasionista.
Por las sendas del servicio a la tercera edad
A comienzos de 1970 se acepta realizar un convenio con la Asociación El
Centavo para atender un Pensionado de su propiedad recién inaugurado
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Se trata de una obra en servicio de Señoras mayores de 60 años, auto válidas,
en situación de viudez o que han quedado solas por otras
causas. La Compasión así se abre a un nuevo campo. La Obra
comienza con 80 residentes y en 1981 se amplía con la
construcción de otro edificio con capacidad para 50 residentes
más.
La Misión de la comunidad allí se inicia asumiendo la dirección
y administración general del Pensionado. Con el tiempo se va
modificando siendo en la actualidad prioritariamente pastoral:
el acompañamiento personal y la atención espiritual de las residentes. También
la animación de las celebraciones litúrgicas en la casa, de la reflexión bíblica
y de talleres de actividades solidarias (como tejido, costura, y otras), en
beneficio de niños carenciados. Principalmente se envían la ropa que se
confecciona a una maternidad y a Villas del Gran Buenos Aires.
Por las sendas de la inserción en medios pobres, sin Obra institucional
propia
Dentro de la gran corriente innovadora del
Concilio Vaticano II, se destacó el notable impulso
dado a la opción preferencial por los pobres y la
inserción de las comunidades religiosas en
medios pobres. Atenta a esta orientación
conciliar, la Compasión abre en 1972 una
pequeña comunidad inserta, sin obra institucional
propia. Es en la zona sur del gran Bs. As, en un
barrio popular de Avellaneda,.
Viviendo en una casa sencilla del barrio, las hermanas tenían sus trabajos
remunerados para el sustento, y varios compromisos pastorales en la
parroquia. Especialmente acompañaban la vida de la comunidad cristianan del
barrio. Esta comunidad se traslada en 1977 a Bernal Oeste, al crearse la
Diócesis de Quilmes, para continuar su inserción en una zona carenciada.
También en Córdoba
después de dejar la gestión de la Residencia
universitaria. La comunidad se desplaza hacia la periferia. En 1982 se inserta
en un barrio marginal de la ciudad: Las Violetas. Allí asume un fuerte
compromiso pastoral en servicio de los más necesitados. Especialmente,
animando la formación de comunidades cristianas y difundiendo la práctica de
la catequesis familiar. Esta comunidad permanece hasta 1993.
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En 1978 se encaran cambios en el Proyecto de Formación Inicial de las
hermanas, en la línea de la renovación conciliar, que reafirmó la opción
preferencial por los pobres.
Se establece la comunidad del Noviciado en la localidad de William Morris en
una casa cercana a una villa de emergencia. Así en una pequeña comunidad
las hermanas en la etapa de la formación inicial, podían vivir en la cercanía de
los más necesitados, de sus luchas y sus sufrimientos. También podían
aprender en el trato con ellos los valores de la solidaridad, la fortaleza en el
sufrir, la religiosidad popular. Y realizar el trabajo apostólico junto a otros,
participando en redes solidarias junto a laicos, religiosos y sacerdotes en la
práctica de una nueva eclesialidad. En 1993 prosiguiendo el mismo objetivo,
la Comunidad de formación se traslada a Bernal Oeste, a la casa que allí se
había abierto en 1977.
En febrero de 1995 se abre una nueva comunidad
inserta. Se adquiere una casa en el Barrio 202, en la
zona de Trujui del Partido de Moreno (Gran Bs.
As.), Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes. Esta
comunidad, sin obra propia, quiere vivir una
espiritualidad encarnada y fraterna,
haciendo
presente la Compasión de Dios en el barrio.
Inserta en la vida parroquial y diocesana, se propone la relación solidaria con
los vecinos y sus organizaciones, la participación activa (catequesis, grupos
bíblicos, pastoral de la salud) en la comunidad cristiana del barrio y el servicio
a la pastoral juvenil. Esto principalmente, acompañando un grupo de jóvenes
que optaron por vivir durante un tiempo en una casa cercana a la de la
comunidad, la Casa Juvenil. Creada en 1992 por la Congregación, fue un
servicio muy positivo en el proceso de crecimiento humano-cristiano y
discernimiento vocacional de un buen número de jóvenes.
En abril de 2011 comienza una nueva presencia de la Compasión en un barrio
popular de Argüello, en la Ciudad de Córdoba.
Allí las hermanas además de su trabajo docente
participan en proyectos socio-pastorales, que se
realizan en red con laicos/as sacerdotes y
religiosos/as de varias Congregaciones de la
zona. En la prevención de la droga dependencia
de niños y adolescentes, pastoral carcelaria y
otros.
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Por las sendas de la Pastoral Juvenil Vocacional
En el campo de la Pastoral Juvenil y Vocacional también la Compasión ha
realizado un largo recorrido. Durante mucho tiempo
el trabajo realizado ayudando a jóvenes y
adolescentes mujeres y varones a crecer como
personas y como seguidores de Jesús el Compasivo,
no se llamó “Pastoral Juvenil”. Quizá se designaba
de otra forma. Pero muchos adultos de hoy que se
relacionaron de distintas maneras con las
comunidades compasionistas por vía de Colegios,
Parroquias, retiros, etc. tienen la impronta de aquella
pastoral.
Podemos recordar de un modo más puntual, algunas realizaciones,
actividades, organizaciones a partir de la década del 60 con los Campamentos
juveniles anuales de Mburucuyá. Estos continuaron algunos años de la década
del 70. En ellos participaban las alumnas mayores de los Colegios secundarios
de Escobar y San Miguel.
En la década del 80, van surgiendo nuevas
formas de trabajo con los jóvenes .A partir del
año 1986 la Compasión convoca a los Retiros
mixtos “Proyecto de Vida” ,llamados también
“Mburucuyá”( por hacerse en la casa de las
sierras de Córdoba que tenía ese nombre.)
También en la década del 80 , con la difusión
de los cursos de Planificación de la Pastoral y
la capacitación de hermanas en los mismos, se organiza esa Pastoral juvenil
en Argentina con proyectos de formación gradual de los jóvenes tanto en el
crecimiento humano como cristiano.
En la década del 1990, surge el Movimiento Juvenil
Compasionista, que lleva a la práctica múltiples iniciativas
de Pastoral juvenil y vocacional. El Movimiento va
organizando: grupos de jóvenes en proceso formativo por
edades, cursos de animadores y asesores juveniles,
retiros Proyecto de Vida I y II dirigidos a diversas edades. También Encuentros,
Misiones y
Pascuas juveniles, así como un
Servicio de ayuda al
discernimiento vocacional por correspondencia.
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Los jóvenes que participaron activamente en aquellas iniciativas, hoy adultos
pueden seguir transmitiendo los valores que los
ayudaron a crecer como personas y como seguidores de
Jesús Compasivo.
En todos estos lugares de Argentina recorridos a lo largo de 100 años, fue
sembrada la semilla del Carisma de la Compasión. Nos llena de alegría
ver que con la entrega generosa de hermanas, laicos y sacerdotes
amigos, esa semilla dio abundante fruto.
Y al encontrarnos hoy, con el deseo de reavivar el fuego del Carisma
compartido, sentimos también que esta mirada histórica nos desafía.
Es un desafío a “recrear en nuestro estilo de vida, todo aquello que nos
ayuda a contemplar al Compasivo para ir poniéndonos – como María – en
sintonía con su mirada, su sentir y sus prácticas.” (1)
Es un desafío a estar,” atentos/as y a la escucha
de la vida de nuestros hermanos y hermanas”... y a
dejarnos “transformar a la luz de la Palabra y por
la acción del Espíritu, en testigos de compasión
que van dejando en su caminar, pequeñas huellas
de otro mundo posible”. (2)
Es un desafío a “seguir
entrando en la corriente de Compasión que
hoy atraviesa la humanidad”, con tantas
“iniciativas de humanización y solidaridad, de
no violencia,” más allá de ideologías, razas y
medios sociales” (3). Y a seguir buscando en
complementariedad, en red, en comunión con
otros, “colaborar en el proyecto de Dios de
hacer de la humanidad su familia y de este
mundo su Reino.”(4)
_________________________________________
(1) Comunicado del XXI Capítulo Gral. , julio 2012 , n.13
(2) Idem n.15
(3) Idem n.28
(4) Idem n.30
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