AVANCE EXTRAORDINARIO Nº 16 “LA AJENIDAD” CONSTITUYE

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Ediciones Jurisprudencia del Trabajo, C.A.
L. Laboral
A.
Extraordinario 16
2010
AVANCE EXTRAORDINARIO Nº 16
“LA AJENIDAD” CONSTITUYE UN ELEMENTO FUNDAMENTAL PARA
DETERMINAR LA EXISTENCIA DE UN CONTRATO DE TRABAJO.
En fecha dos (02) de junio de 2010, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia dicto sentencia, a través de la cual resuelve amparo
Constitucional, indicando que adicional a la “subordinación o dependencia,” el
elemento “Ajenidad” constituye una herramienta fundamental para distinguir una
relación de carácter laboral, por lo tanto, se convierte en un elemento integrador de
la relación de trabajo.
A continuación resumimos la sentencia, anteriormente referida:
CONTRATO DE TRABAJO. PRESUNCIÓN DE EXISTENCIA
1.-La subordinación o dependencia no puede considerarse el punto
exclusivo para calificar una relación como de naturaleza laboral, ya que a
la luz de las nuevas tendencias jurisprudenciales proteccionistas del hecho
social trabajo, surge la ajenidad como fuente disipadora de dudas que
presenta la dependencia como eje central de la relación laboral.
TSJ SC
02-06-10
(Omissis)
“CAPITULO VI
DE LAS CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
(…) el thema decidendum se circunscribe a determinar la existencia o no del nexo
laboral que vinculó a las partes en el presente procedimiento, y en caso afirmativo, si
son procedentes los conceptos demandados, por cuanto la prestación de un servicio
personal por parte del accionante a favor de la empresa demandada, no constituye un
hecho controvertido en el proceso, ya que ambas partes afirman que el demandante
prestó servicios para la accionada, en virtud de lo cual, será preciso examinar las
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pruebas traídas a los autos, a fin de determinar si existen hechos que desvirtúen el
carácter laboral de la relación, previsto en el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo,
cuya presunción operó en el presente caso.
… omissis…
Ahora bien, de los términos en que quedó trabada la litis, se evidencia que la
demandada en la contestación a la demanda admitió la prestación de un servicio
personal de la parte demandante, argumentando que la relación que los vinculó no fue
de naturaleza laboral, sino de carácter civil, teniendo la demandada por ello, la carga
de probar la naturaleza de la relación que tenía con el actor, es decir, la presunción iuris
tantum, consagrada en el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo.
En efecto, habiendo alegado la parte actora que comenzó a prestar sus servicios para la
demandada el 20 de junio de 1.986, hasta el 15 de Febrero de 2005, la accionada como se
dijo anteriormente, sostiene que la relación que lo unió con el actor es de carácter civil y
esta (sic) no produjo prueba alguna tendiente a desvirtuar los alegatos del actor. Así se
decide.
Al reconocer la parte demandada que con el actor lo vinculó una relación de carácter
civil, quedó activada a favor de éste la presunción de laboralidad contemplada en el
artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, recayendo en la accionada la carga
probatoria de demostrar que la naturaleza de la relación que le unió con el trabajador,
era distinta a la laboral, esto es, civil o de otra índole. A los efectos del presunción del
artículo 65 ejusdem (sic), la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia,
ha señalado que dicha presunción es iuris tantum, de manera tal, que el presunto
patrono tendrá siempre la posibilidad de desvirtuarla, demostrando la existencia de
otros hechos que contradigan los supuestos fundamentales de tal presunción, tales
como: el carácter no personal del servicio, la falta de cualidad del receptor del servicio
que se le imputa y otros que directamente desvirtúan la naturaleza laboral de la
relación jurídica (gratuidad del servicio, no remunerado; ausencia de subordinación o
dependencia).
… omissis…
De la revisión de las actas procesales y el criterio jurisprudencial expuesto, este
Tribunal observa que la dependencia y subordinación están presentes en el caso bajo
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examen y consecuente con la jurisprudencia de la Sala de Casación Social que ha
sostenido, que la dependencia no debe considerarse el punto exclusivo para calificar
una relación como de naturaleza laboral, por lo que a la luz de las nuevas tendencias
jurisprudenciales proteccionistas del hecho social trabajo, surge la ajenidad como
fuente disipadora de las dudas que presenta la dependencia como eje central de la
relación laboral.
Así las cosas, existe ajenidad cuando quien presta el servicio personal -trabajador- se
hace parte del sistema de producción, añadiendo valor al producto que resulta de ese
sistema, el cual pertenece a otra persona -patrono- dueña de los factores de
producción quien asume los riesgos del proceso productivo y de la colocación del
producto -ajenidad-, obligándose a retribuir la prestación recibida -remuneración-, por
tanto, ese ajeno organiza y dirige el mecanismo para la obtención de tales frutos, y es
justo allí cuando la dependencia o subordinación se integra al concepto de ajenidad,
coligiendo así que el trabajo dependiente deriva del hecho de prestar un servicio por
cuenta de otro.
Asimismo ha sostenido jurisprudencia que este principio –la ajenidad- es el de mayor
significación a la hora de discutir la trascendencia de los conceptos que se reclaman y la
procedencia de los mismos, todos vinculados a la naturaleza de cada uno de los sujetos
de la relación de trabajo, es por ello que para su determinación la doctrina ha
considerado varios criterios, entre los cuales está la tesis de la ajenidad de los riesgos.
Desde esta perspectiva, en el trabajo por cuenta ajena se exigen 3 características
esenciales: 1. Que el costo del trabajo corra a cargo del empresario. 2. Que el resultado
del trabajo se incorpore al patrimonio del empresario y 3. Que sobre el empresario
recaiga el resultado económico favorable o adverso, sin que el trabajador se vea
afectado por el mismo.
Los supuestos anteriores, se dan íntegramente en el caso que nos ocupa, ya que el
demandante no asumía los riesgos en relación a la remuneración de su trabajo, no
habiendo lugar a dudas que el ciudadano JC (sic) prestó su servicio personal y por
cuenta de la demandada la G.E.M, desempeñando sus funciones bajo las características
de ajenidad, con una remuneración permanente. Así se decide.
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Finalmente se concluye que estamos en presencia de una relación de trabajo, donde
quedó plenamente demostrada la prestación personal del servicio, la subordinaciónajenidad como elementos integradores de la relación de trabajo, así como el salario
como contraprestación de un servicio prestado.
Así las cosas, se observa que al haberse establecido la naturaleza laboral del vínculo, y
de conformidad con los criterios establecidos en cuanto a la carga de la prueba en el
proceso especial del trabajo, corresponde a la demandada suministrar la prueba que
desvirtúe las afirmaciones del trabajador en cuanto al salario, el pago de las
prestaciones sociales y demás beneficios demandados, la fecha de inicio y la causa de
terminación de la relación de trabajo, hechos estos que no fueron desvirtuados por la
demanda en forma alguna; y en relación a la fecha de terminación de la relación laboral
no fue rechazada por la demandada y por tanto quedó admitida. Así se decide.”
(Omissis)
Magistrada: Dra. Luisa Estela Morales.
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