A mediados de los años 50 hubo en Argentina un grupo de

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Debates en espejo. La asimilación de la filosofía europea en los debates sobre la " cultura
nacional" de la Revista Contorno
A mediados de los años 50 hubo en Argentina un grupo de escritores que retomó de su pasado
inmediato los desafíos de construir una respuesta: la pregunta –bien de época- reclamaba
definiciones sobre el “ser” nacional, la respuesta, en cambio, transformó los términos de la
pregunta a fin de darle, retrospectivamente, renovada satisfacción. Se trataba de responder a la
pregunta que en los años ´30 lanzara Martínez Estrada por las condiciones originarias del
“espíritu nacional”, en el sentido de decidir cual sea su tributación o su mora frente a la “cultura
universal” europea. La misma pregunta retoman los autores de Contorno, una generación
después, haciéndose cargo de una herencia de elucidaciones paradójicas forjadas en la literatura
de los años 30. La crítica de la literatura argentina inaugurada por Contorno aceptará la idea de
un “espíritu” o “cultura nacional”, a medias como una carga que no se puede suprimir, a medias
como un camino a desandar. Los hermanos Viñas, Jitrik Massota, Rozschincher o Sebreli
nunca descalificaron la legitimidad de la pregunta, pero no la contestaron a la vieja usanza.
Eran, a conciencia, hijos parricidas de Martínez Estrada, Murena o Mallea, justamente porque
compartían el mismo terreno de debate: esto es, si existía o no, si debía existir, aquello que fuera
cierto “ser”, “espíritu”, o “cultura”, cierto cielo de las letras de los argentinos. Se trataba, en
definitiva, de excavar en los orígenes de una supuesta patria literaria, hallazgos de
vida
intelectual “originaria”, propia.
El diagnóstico de Contorno sobre el tema se hizo en términos fenomenológicos: se trataba de
una experiencia de la conciencia en situación de dependencia, de un “complejo de inferioridad”
que dejaba su lastre en las insuficiencias y en la pobreza cultural argentina. Por supuesto, sus
autores nunca lo dijeron a la manera fenomenológica: eran hombres de la literatura argentina, no
filósofos europeos. Pero ese era, sin dudas, el horizonte filosófico dentro del cual podían
desentrañar las encrucijadas de su época. En tanto se hicieron cargo de una indagación
fenomenológica de la conciencia nacional, ésta fue vista como la maldición surgida de la
relación con Europa, como la “situación” traumática de un destino nacional que, pampa
adentro, marcaba el ser de letras argentinas. Contorno buscó en la literatura las claves de la
alienación nacional, y quiso hacer de la emancipación argentina y americana frente a Europa,
un problema inmanente de la prosa y de la crítica.
La época los inclinaba hacia esa idea de “historicidad” heideggeriana que, desde los años 30 en
la Alemania de Hitler, hasta fines de los 40, en la Resistencia Francesa, pintó la “temporalidad”
del ser histórico como el “hacerse cargo de una herencia”. En las ciencias del espíritu y en
Heidegger, tanto como después, en el existencialismo sartreano, la literatura nacional se
convirtió en el medio propicio para escarbar las raíces históricas de Alemania y de Francia.
1
El problema del “espíritu nacional”, lejos de ser un problema genuinamente argentino, fue una
importación de las corrientes de la filosofía europea del período de entreguerras. El vitalismo
alemán que precedió al alzamiento de Hitler y a la entrada en Alemania en la Segunda Guerra,
recibió un impulso renovado con la idea nazi de “destino de un pueblo”, que en 1927 marcaba el
hito más extremo y autoritario de la reflexión nacionalista europea.
El existencialismo sartreano, en el que se inspiró Contorno, había sido forjado en vísperas de la
Segunda Guerra, pero su brillo literario y su fuerza teórica recibieron el impulso heroico de la
Resistencia francesa. Si Martínez Estrada recibe las influencias del irracionalismo vitalista
alemán, de su propensión a hacia la cuestión del “ser”, lo “originario”, la “historicidad”, etc., la
situación intelectual de Contorno es, en cambio, la filosofía de la Resistencia Francesa: es decir,
principalmente Sartre. La fenomenología de la conciencia histórica toca de lleno a la literatura,
las novelas, las obras de teatro de Sartre son ejemplificaciones de aquellas experiencias de la
conciencia que conforman el presente del escritor. La situación del escritor en su época define
la forma de su compromiso literario, la libertad o la falsedad de sus proyectos, el sentido
contextual y presente de obra. Y así es como lee Contorno a Martínez Estrada, a Marechal, a
Gálvez y a Arlt.
Martínez Estrada representa, como dijo Viñas, el momento de la decepción con el modelo
agroexportador pero, podríamos agregar, también representa ese espíritu de fatalismo
irracionalista que acompañó como una sombra el ascenso de Hitler. La distancia generacional
entre Martínez Estrada y los hermanos Viñas era no sólo una diferencia de la historia nacional,
sino también parte de las transformaciones de la escena intelectual europea, signada por la
guerra entre sus principales naciones, y por las diferencias entre sus filosofías nacionales.
Fue ese marco internacional de introspección nacionalista el que disparó la crítica de Martínez
Estrada, incomprensible sin Nietszche, Freud, Simmel, Spengler, Heidegger. La revista
Contorno, por su parte, debe tanto su existencia a la literatura argentina como a Sartre. Parece
tratarse de esa paradoja que señaló Borges a los nacionalistas de la literatura: “El culto argentino
del color local es un reciente culto europeo que los nacionalistas deberían rechazar por
foráneo”1.
El nacionalismo literario de Contorno era menos pintoresquista que político: la problemática de
la colonización cultural -la relación de inferioridad de los hijos americanos frente a los padres
europeos-
era vista como un verdadero complejo de inferioridad colonial. La visión que
predominó en Contorno no se parecía, entonces, al nacionalismo “negativo” de Martínez
Estrada. ¿O no era, el de Martínez Estrada, un nacionalismo “negativo”, que aislaba los males
argentinos, como si fueran un Mal eterno de la nación? ¿ No se trataba acaso, de una forma
1
Borges, Jorge Luis: El escritor argentino y la tradición en Discusión. Emecé editores, 1964. pag 156
2
autoflagelante de nacionalismo, de una conversión autoculpable del optimismo nacional
desengañado?.
Martínez Estrada representaba, según señala David Viñas,
un momento lúcido de la
autoconciencia nacional, el momento del desencantamiento descubridor del engaño de la
prosperidad pampeana. “ Martínez Estrada representa el momento en que se empieza a dejar de
ver a la Argentina como una alegoría de futuro optimista y fácil.” 2 Viñas reivindica en
Radiografía de la pampa la dramaticidad de una denuncia que no flaquea al fundar los orígenes
de la historia nacional en la violencia. La violación de la india por el europeo es el hecho en el
cual Martínez Estrada radica miticamente el carácter nacional de los argentinos. La humillación
del nacimiento del “ser nacional” en la india sometida, el infértil esfuerzo civilizatorio de
Europa contra la “naturaleza” pampeana, impregnaron de desolación y de soledad el alma de
los habitantes de la pampa. Aquí la cultura se transformó en orfandad, en naturaleza mítica, en
carencia de historia.
Había que recoger el guante de la afrenta con que Martínez Estrada ofendía la buena conciencia
de la nacionalidad próspera, proto europea, que había soñado la generación del 80. Había que
establecer criterios de juicio sobre esa herida al narcisismo cultural argentino que representaba
Radiografía de la pampa. Una fue la respuesta que, con matices y disensos, la que dio Contorno
en su nro 4 de 1954 , otra fue la de Sebreli en Radiografía de la pampa. Una pasión inútil.
Puede tomarse éste y del Masotta sobre Roberto Arlt -Sexo y traición en Roberto Arlt - como
ensayos que expresan un ajuste de cuentas y una culminación del espíritu que campeó en
Contorno, sobre todo en sus números sobre Martínez Estrada y Roberto Arlt.
Ni Masotta ni Sebreli escribieron artículos para esos números. Tal vez la ausencia de Sebreli se
haya debido a sus discrepancias con la recepción de Contorno. David reconoce esas diferencias
cuando decía: “El primer “traidor” al pensamiento de Martínez Estrada fue Juan José sebreli; me
refiero, desde ya, a un cuestionamiento global del ensayista de Radiografía de la pampa, escrito
por una persona de mi generación”3.
El ensayo crítico de Sebreli es de 1960, es decir, seis años posterior al número que dedicó
Contorno a Martínez Estrada. La virulencia del ataque era inusitada si se la compara con las
páginas contornistas escritas por los hermanos Viñas en el 54. Los artículos de la revista
distaban de la impugnación totalizante que Sebreli dedicaría a Radiografía de la Pampa.
Las críticas de Contorno a Martínez Estrada no fueron mucho más que al fatalismo mítico y a la
distancia oracular desde la cual Martínez Estrada miraba la historia. Pero su verdad estaba en la
2
Viñas, Ismael: Reflexión sobre Martínez Estrada. Revista Contorno Nro 4. Diciembre de 1954.
Viñás, David: Martínez estrada, de Radiografía de la pampa hacia el caribe. En punto IV Historia del
Texto, en Martínez Estrada, E: Radiografía de pampa. Edición Crítica Leo Pollman coordinador. Madrid,
1991.Pag. 409.
3
3
magnitud del desengaño. Tal vez era la convicción de que el optimismo del progreso liberal,
agroexportador, era lo falso, lo que alentaba la preferencia de Contorno por un desengaño
esclarecido y lúgubre.
Ismael Viñas dice refiriéndose a Martínez Estrada: “Porque lo que nos interesa, a través de él,
es averiguar lo que somos, nosotros, definidos por el accidente de vivir en la Argentina de mil
novecientos cincuenta y tantos ( …)“ 4.No es que Martínez Estrada hubiera dado un respuesta
acertada sobre la mala conciencia del espíritu nacional, sino que había mostrado la brecha
abierta, en dos direcciones, del alma nacional. escindida. Noé Jitrik, en un artículo sobre
Marechal reconocía también esa brecha abierta en la conciencia:“la pobreza general de nuestras
letras es el resultado de un proceso de desdoblamiento que nace como obra de un complejo de
inferioridad”5.
Más o menos divergían los artículos sobre diversos puntos, pero el tenor de la crítica de
Contorno devolvía la obra de Martínez Estrada a la historia, y con ello negaba el mito
radiográfico sobre la naturaleza “pampeana”:
En Martínez Estrada “el sentimiento de la grandeza nacional sufre una quiebra: son muchos los
que comienzan a advertir con él que el alegre cuadro de nuestra riqueza, de nuestro progreso, no
es más que una fachada que oculta mucha verdad fea”.
A comienzos de los 30 se derrumbaba, no sólo las expectativas en el “ser” de la nación
argentina, sino también la civilización europea. Pero Radiografía de la pampa escabulle esta
principalísima cuestión, aislando los males argentinos en una ontología de la opresión nacional.
Los males argentinos son presentados por Martínez Estrada como esencialmente distintos y sin
relaciones históricas con la crisis europea.
Ismael Viñas recupera esta cuestión: se trata de la decadencia de la cultura occidental, no de un
mal insólito de la pampa. Sin embargo, esta situación se presentaba más ominosa para el
escritor argentino, formado bajo la tutela intelectual de la colonia: parecía que la percepción de
la decadencia europea repercutía en un mayor despojo de la herencia cultural del hijo bastardo.
El diagnóstico de Martínez Estrada y el de Ismael Viñas se diferencian en matices importantes,
pero ambos comparten la convicción de que la decadencia occidental era más funesta para la
cultura nacional que para Europa. Al menos, Europa tenía una identidad de la que carecíamos,
tenía una historia, se había aferrado a su presente y caía con él. Nuestro país, en cambio, no
había logrado hacerse dueño de su presente, es decir, hacer la aventura de su libertad cultural,
por fuera de la tutela de Europa. “Resulta pues, que el estado crítico del europeo, su quiebra de
la fe en sí, que compartimos como occidentales, nos ha dejado en una posición más grave que a
él, sin futuro, pero también sin presente ni pasado, en cuanto nunca nos sentimos poseedores del
4
Viñas, Ismael. Op. Cit.
Jitrik, Noé: Adán Buenosayres. La novela de Leopoldo marechal. En revista Contorno nro 5/6
septiembre de 1955.
5
4
presente. Hemos estado aguardando una herencia y de pronto esa herencia se declara sin valor
actual”.
“Al juzgar a Europa, nos asimilamos totalmente nuestra europeidad. En cambio, cuando nos
planteamos la propia patria, somos incapaces de ese esfuerzo, e incapaces igualmente de
juzgarnos naturalmente como el centro del mundo”.6
Para Ismael Viñas la incapacidad de hacer de la propia vida intelectual el centro de los
problemas, configura la situación de heteronomía del escritor argentino. Noé Jitrik consideraba
que la dependencia de Europa se transformaba en un problema inmanente a la literatura, que
imponía límites a una expresión autónoma de las letras argentinas: “para cada idea que nos
parece original y nuestra necesitamos pruebas o refuerzos que los demás ya ha aceptado, porque
les han sido demostradas puntualmente dentro de un sistema propio a esas pruebas, de manera
que no les choque lo que les queremos decir, que no les parezca tan arbitrario”. 7
Siguiendo esta idea, Jitrik sostenía que Adan Buenosaires de Marechal perdió la oportunidad de
“haber sido una novela decisiva para nuestra literatura y no lo es…”. La falta de Marechal no
estaba en imitar a Joyce, que había percibido mejor el “el ser de nuestra época”, sino en no
haber transformado particularmente esa claridad de época según el contexto local. “Marechal se
dejó confundir y tomó sin adaptación lo que Joyce le ofrecía”8Las oposiciones no eran fijas, sin embargo. Según David Viñas: “…cuanto más nos empeñemos
en oponer “cultura americana” o “cultura nacional” y cultura europea como si fueran mónadas
incomunicables, tanto más retardaremos la posibilidad de darnos una personalidad y una
expresión propias.” 9
La exigencia de una alcanzar una “expresión propia” constituye el desafío que inspiró a los
escritores de Contorno, y esto no varía en los números posteriores al golpe del 55.
Pero sí Sebreli va a cambiar el enfoque cuando en 1960 escribe contra Martínez Estrada.
Según Sebreli, la inutilidad de la rebelión de Martínez Estrada reside en su ineficacia para
condenar el modelo agroexportador, en el disimulo del régimen de propiedad de la tierra. “La
enfermedad de nuestra pampa, que nuestro radiólogo no ha sabido detectar es el latifundismo y
el monocultivo. No hay conflicto metafísico entre el hombre y la tierra, sino el carácter social de
la producción y el carácter privado de las ganancias”.10 Radiografía de la pampa es una “obra
reaccionaria”, falsamente compuesta por “metáforas y exclamaciones”, que remedaban, para el
caso argentino, el intuicionismo irracional alemán, en cuyo lenguaje era imposible la
comprensión de los verdaderos males argentinos.
6
Viñas, Ismael. Op. Cit.
Viñas, Ismael op. Cit.
8
Jitrik, Noé. Op. cit
9
Alcalde, Ramón ( David Viñas). Imperialismo, cultura y literatura nacional. Revista Contorno Nro 5/6
septiembre de 1955
10
Sebreli, Juan José: radiografía de la pampa. Una rebelión inútil. Catálogos editora, Buenos Aires,
1986. Pag 42.
7
5
Sebreli estaba lejos de dejarse encandilar por el temple denuncialista de Martínez Estrada. Para
él Radiografía de la Pampa no sólo planteaba mal el problema nacional, sino que al hacerlo en
el lenguaje antisociológico y antimaterialista del vitalismo filosófico, se dejaba encubierta la
responsabilidad de la oligarquía terrateniente en el origen de los males argentinos.
Los problemas del país, para Sebreli, debían ser planteados en términos histórico materialistas,
mostrando la dinámica de las fuerzas sociales vivas, no la estaticidad de las “esencias” fijas. El
“compromiso” que la historia reclamaba de la literatura era, más que la independencia de
Europa, la necesidad de la resistencia frente a la oligarquía latifundista y golpista de Argentina.
Las convicciones radicalizadas de Sebreli en los 60 eran, por cierto, parte de una reformulación
supra-literaria y politizadora que, tras el golpe de Lonardi, los responsables de Contorno ya
habían dado a la revista. Pero el balance de Sebreli carece del tono de un enjuiciamiento
autoculpable, sino que asume un talante crispado, como si Sebreli hubiera rumiado varios años
su aversión por la obra de Martínez Estrada, demorando la crítica hasta hallar el momento
indicado para traicionar la lectura contornista.
BIBLIOGRAFIA
Revista Contorno. (1953-1959) Publicado en CDR por Cedinci y New Cork University.
Sebreli, Juan José: Radiografía de la pampa. Una rebelión inútil. Catálogos editora,
Buenos Aires, 1986.
Borges, Jorge Luis: El escritor argentino y la tradición en Discusión. Emecé editores,
1964.
Martínez Estrada, E: Radiografía de pampa. Edición Crítica Leo Pollman coordinador.
Madrid, 1991.
Sarlo, Beatriz: escritos sobre literatura argentina. Siglo XXI editores, Buenos Aires,
2007.
Biagini, Hugo; Roig, Arturo: El pensamiento alternativo en la Argentina del siglo XX.
Tomo II. Obrerismo, vanguardia, justicia social ( 1930-1960). Editorial Biblos. Buenos
Aires, 2006.
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