sentencia calificacion creditos - Consejo General de Economistas

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Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, 11 de febrero de 2014
De esta sentencia cabe destacar:
“PRIMERO.- Resumen de Antecedentes.
1. (…) interpuso demanda de incidente concursal de impugnación de la lista de acreedores
formulada por la Administración concursal de la compañía mercantil (...), por haber sido
clasificado el crédito por cuotas de leasing financiero que la actora ostentaba contra la
concursada como crédito concursal con privilegio especial, sin distinguir las cuotas impagadas
anteriores a la declaración de concurso con las posteriores a tal declaración, entendiendo que
sobre éstas últimas procede calificarlas como crédito contra la masa.(…)
SEGUNDO.- De los motivos del recurso de casación.
El recurso de casación, al amparo del ordinal 2º del art. 477.2 de la LEC 2000, se articula en
dos motivos interrelacionados: de un lado, el motivo primero alega la infracción de los arts. 61
y 84.6 , 90.1.4 y 155.2 de la LC , manifestando que no existe doctrina jurisprudencial del
Tribunal Supremo relativa a otra norma similar, toda vez que se está ante una de las
novedades introducidas por la nueva regulación concursal: la relativa a la vigencia de los
contratos con obligaciones recíprocas en sede de proceso concursal y el tratamiento de dichas
obligaciones pendientes de cumplimiento.
El motivo segundo, formulado de manera conexa al anterior, alega la infracción del art. 1281.1
Cc, por entender que la sentencia recurrida se aparta de la doctrina jurisprudencial acerca de la
regla de interpretación de los contratos recogidas en las SSTS de 4 de julio de 2007, 11 de
diciembre de 2006 y 18 de julio de 2002, entre otras, que señalan el carácter preferente de la
interpretación literal de los contratos. El interés casacional alegado tiene relevancia con lo
discutido en el procedimiento, toda vez que el carácter de tracto sucesivo de los mismos se
extrae de su propio tenor, por lo que ha de concluirse que existen obligaciones del banco hasta
la finalización del contrato, precisamente por el tracto sucesivo característico del arrendamiento
financiero. El art. 61.2 LC distingue claramente entre contratos con prestaciones recíprocas
pendientes de cumplir por ambas partes y aquellos en los que solo una de las partes
contratantes tiene prestaciones pendientes. Esta distinción resulta esencial pues de ella
depende la existencia o no de créditos contra la masa en un contrato de leasing: si se
considera que el contrato de leasing es un contrato de tracto sucesivo con prestaciones
recíprocas pendientes de cumplir por ambas partes, todas la cuotas que venzan con
posterioridad a la declaración del concurso serán créditos contra la masa.
Por último, como tercer motivo , se alega interés casacional por existencia de jurisprudencia
contradictoria de Audiencias Provinciales citando como contrarias a la recurrida, las SSAP de
Barcelona (sección 15ª) de 19 de junio de 2009 , ( sección 14ª) de 30 de enero de 2001 y de
Asturias (sección 4ª) de 28 de septiembre de 2004 , que consideran que los contratos de
leasing, son contratos de tracto sucesivo con obligaciones pendientes para ambas partes y
consecuentemente califican las cuotas venidas con posterioridad a la declaración del concurso
como crédito contra la masa. En sentido contrario, se citan las SSAP de Alicante (sección 8º)
de 21 de diciembre de 2006 y 15 de enero de 2007 y, de Barcelona (Sección 15ª) de 9 de
noviembre de 2010, que no consideran los contratos de leasing como contratos de tracto
sucesivo, indicando que a la fecha de declaración del concurso solo quedan pendientes en
relación con dichos contratos, el cumplimiento de las obligaciones del arrendatario.
TERCERO.- Razonamientos de la Sala para desestimar los tres motivos del recurso de
casación.
1. Cuando se formuló por (…) el recurso de casación, el 4 de enero de 2012, esta Sala todavía
no había dictado las SSTS 34/2013 de 12 de febrero, 44/2013 de 19 de febrero, 492/13 de 27
de junio y 523/2013 de 5 de septiembre.
Por esta razón, ya no puede mantenerse que no exista doctrina sobre esta materia. Pero la
doctrina sentada lo es en sentido distinto al que mantiene la recurrente en casación. Y es por lo
que, seguidamente, se expondrán, en necesaria síntesis, las razones que fundaron las
sentencias invocadas de esta Sala.
2. En cuanto al primer motivo, debemos partir de la interpretación que ha realizado la Sala, en
las SSTS antes invocadas del art. 61.2 en relación al contrato de arrendamiento financiero y,
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en particular, con la naturaleza de los créditos correspondientes a las cuotas posteriores a la
declaración de concurso.
Para que las prestaciones debidas por el concursado puedan ser consideradas como créditos
contra la masa, a partir de la declaración de concurso, ex art. 61.2, es necesario que el deber
de prestación del deudor sea recíproco del asumido por el acreedor, y que ambos se hallen
pendientes de cumplimiento.
La reciprocidad dependerá del contenido del vínculo, que ambas obligaciones sean causa de
un solo negocio, que exista una interdependencia o mutua condicionalidad, conectadas por un
nexo causal. La reciprocidad no requiere equivalencia de valores, ni objetiva ni subjetiva entre
ambas prestaciones, pero sí requieren que ambas sean principales.
Es fácil advertir la reciprocidad en la fase genética de la relación: se crea el vínculo, la lex
privata, en el momento de la perfección del contrato. Pero, a efectos del art. 61.2, la
reciprocidad debe existir en la fase posterior, lo que propiamente se ha venido en llamar la fase
funcional. La reciprocidad se pierde si una de las partes hubiera cumplido enteramente con su
prestación antes de la declaración de concurso, lo que determina que el crédito de la parte in
bonis sea considerado concursal, pues no existe reciprocidad funcional.
En principio debemos concluir que el arrendamiento financiero es un contrato que impone a las
partes obligaciones de carácter recíproco. Siguiendo la STS 523/2013 de 10 de julio para
configurar el contrato de arrendamiento financiero "puede servir de modelo el arrendamiento de
cosas, por su completa regulación.
Pero, en general y como regla, cabe decir que el obligado onerosamente a mantener a otro en
el uso de su cosa debe abstenerse de actuar en contra de lo pactado - garantía por hecho
propio -; debe defender al cesionario frente a las perturbaciones de los terceros - excepto de
las de hecho: artículo 1560 del Código Civil -; y debe efectuar las reparaciones necesarias para
mantener la cosa en estado de servir al uso para el que fue destinada - artículo 1554, ordinal
tercero- ".
La STS núm. 44/2013 de 23 de Enero, señala: " no obstante para identificar el contenido de
ese derecho del arrendatario financiero y del correlativo deber de prestación de la entidad de
leasing, es necesario estar a lo válidamente pactado y en defecto de pacto al contenido natural
del contrato...
>> Para lo primero se impone examinar la validez de las reglas contractuales y precisar el recto
sentido de las mismas. Como regla, en nuestro sistema es la reglamentación negocial válida la
que marca el contenido de la relación jurídica...
>> En efecto, no hay que olvidar que nuestro sistema de contratos reconoce a los interesados
una potencialidad normativa creadora - autonomía de la voluntad: artículos 1091 y 1255 del
Código Civil -, no solo para contratar, sino también para determinar el contenido de la
reglamentación contractual respecto de las obligaciones exigibles a cada parte, siempre con
respeto de los límites previamente establecidos.
>> De ello deriva que, para poder conocer si la relación jurídica nacida del contrato de leasing
financiero mobiliario sigue funcionando como sinalagmática después de declarado el concurso,
en el sentido antes indicado - por estar pendientes de cumplimiento obligaciones recíprocas a
cargo de las dos partes -, habrá que atender a las cláusulas válidamente convenidas, en
cada caso, por los contratantes."
En el caso particular del recurso planteado, se ha reproducido la cláusula primera, apartado
segundo del contrato de arrendamiento financiero (Fundamento de Derecho Primero 3, ut
supra), para advertir inmediatamente que se trata de una cláusula que, primero, exonera de
responsabilidad a la arrendadora de " la idoneidad, rendimiento, diseño, calidad, durabilidad,
posibles vicios de fabricación o funcionamiento, resultados de los bienes y de la entrega de los
mismos" y, en segundo lugar, hace cesión de acciones a favor de la arrendataria, contra
proveedores y terceros relacionados con la falta de entrega y de sus condiciones, así como las
derivadas de la garantía, asistencia técnica o servicio postventa del bien arrendado.
Examinado el contrato por la Audiencia Provincial, ahora recurrida en casación, concluye que el
arrendador financiero ha cumplido íntegramente su prestación; por tanto, desde un punto de
vista funcional, las obligaciones de las partes han perdido su reciprocidad, pues, si bien es
cierto que el arrendatario está obligado a seguir satisfaciendo las cuotas pactadas y Banco
Santander, S.A. obligado a abstenerse de perturbar, con sus propios actos, la posesión del
bien al arrendatario, tal obligación, a los efectos del art. 61 LC , no constituye más que un
deber de conducta general implícito en el " pacta sunt servanda ", insuficiente, por sí sola, para
atribuir al crédito de la arrendadora por las cuotas debidas y las que se devenguen con
posterioridad a la declaración del concurso, como créditos contra la masa.
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3. En relación a la denunciada infracción del art. 1281.1 del Código Civil que fundamenta el
motivo segundo de su recurso, debe ser igualmente desestimada.
Como ya señaló la STS 429/2013, de 11 de julio, en un supuesto idéntico planteado por el
mismo recurrente, en el motivo no se alega cuál es la contradicción " entre el resultado de la
interpretación de los contratos de leasing hecha por la Audiencia Provincial y el literal de dichos
contratos. Tampoco explica qué otros criterios son los utilizados por la sentencia de la
Audiencia Provincial, en qué pasajes de la sentencia de la Audiencia Provincial han sido
utilizados, qué cláusulas de los contratos habrían sido tergiversadas por una interpretación que
contradijera injustificadamente su tenor literal, etc.
>>...La falta de una mínima fundamentación del recurso en este extremo impide que pueda ser
estimado. La función nomofiláctica que cumple el recurso de casación no permite suplir de
oficio las eventuales deficiencias de los recursos, por lo que, al no argumentarse la infracción
de la norma que se indica vulnerada, el motivo debe ser desestimado".
4. En cuanto a la jurisprudencia contradictoria de Audiencias Provinciales que se citan en el
tercer motivo, las sentencias de esta Sala, invocadas al principio de este Fundamento,
posteriores a las primeras, dan la debida respuesta para dejar establecida la correspondiente
doctrina sobre esta materia.
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