Contingencias y particularidades de lo a priori: un acercamiento al neokantismo en la ¯losof¶³a contempor¶anea Eduardo Harada O.* Recibido: 12 de Abril de 2005. Aceptado: 19 de Mayo de 2005. to mismo, es contingente y particular: puede ser verdadero o falso, seg¶ un el caso. Ahora bien, la anterior distinci¶ on, que se re¯ere al fundamento o la validez del conocimiento o de los juicios que le expresan, se relaciona con otra distinci¶ on que versa sobre la forma l¶ ogica de los juicios: la que existe entre lo anal¶³tico y lo sint¶etico6 . En efecto hay juicios sint¶eticos a priori, pero a menudo se comprueba, a posteriori, que son falsos. Karl R. Popper. Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento. Los juicios anal¶³ticos se caracterizan porque su predicado est¶ a expl¶³cita o impl¶³citamente incluido en su sujeto (lo u ¶nico que hace el primero es explicitar lo que ya est¶ a contenido en ¶este), de modo que se puede determinar su valor de verdad analizando u ¶nicamente el signi¯cado de sus t¶erminos7 . El problema con estos juicios es que no proporcionan conocimiento nuevo o emp¶³rico de la realidad8 . 1. El destino de lo a priori en la ¯losof¶³a contempor¶ anea Todo aqu¶el que haya le¶³do la Cr¶³tica de la raz¶ on pura u otros textos kantianos1 , sabe o deber¶³a saber que a priori en ellos signi¯ca independiente de la experiencia y que no deber¶³a ser confundido con lo gen¶etica o temporalmente anterior a ella ni, mucho menos, con lo innato2 . Es decir, lo a priori es aquello que, independientemente de su fuente u origen, se puede determinar su valor de verdad sin recurrir para nada a la experiencia3 , por lo cual es universal y necesario4 . En oposici¶ on a ellos, el predicado de los juicios sint¶eticos es diferente a su sujeto: est¶ a excluido total o parcialmente de ¶el, pero, gracias ello, s¶³ ofrecen conocimiento nuevo. De manera general, todos los juicios anal¶³ticos son a priori y cada uno de los sint¶eticos, es a posteriori. En cambio, lo a posteriori es aquello que s¶³ depende de la experiencia (s¶olo se puede saber si es verdadero o falso recurriendo a ella)5 , aunque, debido a es- Pero Kant plantea una tercera posibilidad: existen juicios sint¶eticos a priori, es decir, que s¶³ proporcionan conocimiento de la realidad, pero que, al mismo tiempo, son universales y necesarios. * Profesor de Carrera Titular B De¯nitivo de la ENP, UNAM. 1 Tratado de l¶ ogica, \Porque no es in¶ util una nueva cr¶³tica de la raz¶ on pura", Proleg¶ omenos, Los progresos de la Metaf¶³sica desde Leibniz y Wolf y Primeros principios metaf¶³sicos de la ciencia de la naturaleza. 2 \I. Distinci¶ on entre conocimiento puro y el emp¶³rico", Cr¶³tica de la raz¶ on pura, segunda edici¶ on. 3 Recordemos que Kant distingue entre lo a priori \general" y lo a priori \puro": esto u ¶ ltimo es lo absolutamente independiente de la experiencia. Cr¶³tica de la raz¶ on pura, pp. 42-43. 4 Su \estricta universalidad", es decir, el hecho de que \no admiten ninguna excepci¶ on", es el car¶ acter distintivo de los juicios a priori. V¶ ease la Cr¶³tica de la raz¶ on pura, p. 43. Sin embargo, en este libro, as¶³ como en Tratado de l¶ ogica, Kant plantea que el hecho de que un juicio se re¯era a propiedades esenciales lo constituye en a priori. Cr¶³tica de la raz¶ on pura, pp. 44, 102 y 124, as¶³ como Tratado de L¶ ogica, pp. 65 y 113. 5 Entendiendo por ello la afecci¶ on de la 'sensibilidad'. Ejemplo de ello son, seg¶ un el autor de la Cr¶³tica de la raz¶ on pura, los juicios y algunos principios de la geometr¶³a, la aritm¶etica y la f¶³sica-matem¶ atica. Mas el t¶ermino a priori tiene otro signi¯cado en y a partir de la ¯losof¶³a kantiana que lo liga a lo trascendental: no s¶ olo remite a lo que es independiente de la experiencia, sino tambi¶en a lo que la hace posible, constituye y determina; es decir, algo es a prio6 Par¶ agrafo IV de la Cr¶³tica de la raz¶ on pura, pp. 47-48. de L¶ ogica, pp. 52-53. 8 Su fundamento es el principio l¶ ogico de no contradicci¶ on: los juicios anal¶³ticos falsos son contradicciones l¶ ogicas. V¶ ease \El principio supremo de todos los juicios anal¶³ticos", Cr¶³tica de la raz¶ on pura, pp. 191-192 y Proleg¶ omenos. p. 45. 7 Tratado 37 38 ContactoS 56, 37{45 (2005) ¶ DIFERENCIA SEGUN ¶ LA ESTRUCTURA LOGICA Juicios Juicios anal¶³ticos sint¶eticos ¶ EL a priori DIFERENCIA SEGUN + ? FUNDAMENTO DE LA a posteriori ¡ + VALIDEZ Cuadro tomado de Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento de Popper, p. 54. ri respecto de otra cosa, en el sentido de que sin ella no podr¶³a darse, con lo cual muestra que es indispensable para ella9 . En cada una de las diferentes vertientes de la ¯losof¶³a contempor¶anea, por diversas razones, se ha abandonado la idea de lo a priori como algo 'universal y necesario' en favor de lo a priori como 'condici¶ on de posibilidad', pero una condici¶on que es contingente y particular, concreta e hist¶orica, es decir, que puede cambiar, ser sustituida e, inclusive, resultar falsa10 . Todo ello supone un giro hacia el naturalismo y falibilismo, es decir, un acercamiento a las ciencias emp¶³ricas, particularmente a la biolog¶³a, y un abandono de las pretensiones fundacionistas o de alcanzar la certeza absoluta. Un ejemplo de ello es, precisamente, la epistemolog¶³a evolutiva11 o aqu¶ella que busca entender y explicar el conocimiento en general, como cualquier otro fen¶ omeno biol¶ogico, a trav¶es de la teor¶³a de la evoluci¶ on por medio de la secci¶on natural darwiniana, pero tambi¶en de la biolog¶³a neodarwiniana y tomando en cuenta lo que han descubierto sobre el conocimiento la gen¶etica y todas las ciencias cognitivas12 . 9 Por supuesto, no hay que confundir lo trascendental con lo 'trascendente' o lo que est¶ a m¶ as all¶ a de los l¶³mites de la experiencia posible, ya que lo trascendental es inmanente a ella. 10 En tanto que algo es universal y necesario (como los enunciados de las matem¶ aticas pura y de la l¶ ogica deductiva) se le considera anal¶³tico y, m¶ as a¶ un, tautol¶ ogico: verdadero por su sola forma l¶ ogica, pero totalmente vac¶³o de contenido. Esto, sobre todo, a partir del Tractatus de Wittgenstein y del positivismo l¶ ogico. Popper, a pesar de sus cr¶³ticas al positivismo, curiosamente, comparte esta idea sobre los juicios anal¶³ticos. 11 Karl R. Popper, \La selecci¶ on natural y el surgimiento de la mente" (en) Epistemolog¶³a evolucionista, op, cit. 12 Otro ejemplo ser¶ ³a la sociolog¶³a de la ciencia, sobre todo, el llamado \programa fuerte". Ser¶³a interesante hacer una historia de la ¯losof¶³a contempor¶ anea como una historia del destino de lo a priori o de las distintas formas que ha asumido el trascendentalismo. Lo anterior, me parece, mostrar¶³a que |quer¶ amoslo o no, nos demos cuenta de ello o lo desconozcamos por completo| todos somos, en mayor o menor medida, \neokantianos", es decir, que la ¯losof¶³a kantiana es nuestro a priori o condici¶ on de posibilidad, hasta ahora no rebasada, aunque no por ello irrebasable. El neokantismo, por tanto, no se reduce a las escuelas ¯los¶ o¯cas de ¯nales del siglo XIX y principios del XX13 , sino que es compartido por ¯l¶ osofos de todas las tradiciones, incluso, por los que parecen m¶as alejados entre s¶³: desde Apel a Lyotard y desde Foucault a Habermas, pasando por Quine, Putnam, Davidson y Kripke. Pero, en este breve trabajo, u ¶nicamente me limitar¶e a la interpretaci¶ on que hace el ¯l¶ osofo de la ciencia Karl R. Popper de la teor¶³a del conocimiento kantiana, pues ella nos conduce de lleno a entender qu¶e es lo que permanece de la ¯losof¶³a kantiana en la ¯losof¶³a de la ciencia y la epistemolog¶³a contempor¶ aneas, pero, tambi¶en, qu¶e es lo caracter¶³stico de ¶estas. 2. La interpretaci¶ on popperiana de la teor¶³a de conocimiento kantiana: de lo v¶ alido a priori a lo gen¶ eticamente a priori Desde su primer libro Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento (1930-1933)14 hasta sus u ¶ltimos escritos de los a~ nos noventa, Karl R. 13 Principalmente, los ¯l¶ osofos alemanes de las escuelas de Baden y Marburgo, como Cohen, Natorp, Cassirer, Windelband, Rickert, etc. 14 En realidad, el \libro" se basa en una serie de manuscritos que se publicaron hasta 1976 y que sirvieron de base a L¶ ogica de la investigaci¶ on, publicado en por primera vez en 1934. Contingencias y particularidades de lo a priori. . . Popper (1910-1994) reconoce su deuda con la ¯losof¶³a kantiana: no s¶olo en el terreno de la epistemolog¶³a o la ¯losof¶³a de la ciencia15 , sino tambi¶en en el de la ¶etica y la ¯losof¶³a pol¶³tica16 . En varios lugares, sobre todo en B¶ usqueda sin t¶ermino (1975), su biograf¶³a intelectual, Popper habla de la in°uencia que tuvo sobre ¶el la ¯losof¶³a kantiana, principalmente, en su juventud17 , as¶³ como de la admiraci¶ on que siempre sinti¶o por ella debido a su claridad y rigor, ya que \aunque encontraba la Cr¶³tica [de la raz¶ on pura] di¯cil¶³sima pod¶³a ver que trataba sobre problemas reales", adem¶as de que le ayud¶ o a percatarse de que \la matem¶atica y la f¶³sica eran necesarias para entender estas cosas" (Op. cit., p. 25)18 . De hecho, Popper relata que cuando escribi¶ o Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento se consideraba a s¶³ mismo como un \kantiano no ortodoxo" (Ibid., p. 110) y que cre¶³a que su cr¶³tica al C¶³rculo de Viena o al positivismo l¶ ogico (debido a su inductivismo veri¯cacionista) \era simplemente resultado de haber le¶³do a Kant" y \de haber entendido algunas de sus principales tesis" (Ibid., p. 111). En concreto, Popper consideraba que uno de los dos problemas fundamentales de la epistemolog¶³a, junto con el de la inducci¶on, era el de la demarcaci¶ on o encontrar un criterio para distinguir a la ciencia emp¶³rica de lo que no es ella (no s¶olo la metaf¶³sica, como en el caso de Kant, sino tambi¶en las matem¶ aticas, as¶³ como la ideolog¶³a y la seudociencia). Y a este problema Popper le denomin¶ o \problema Kant" 19 . En efecto, debido a ciertas antinomias que encontr¶ o en la cosmolog¶³a (al plantearse el problema del comienzo del mundo20 ), Kant \despert¶ o de su sue~ no dogm¶atico" y se vio envuelto en una cr¶³tica de la raz¶on pura que investiga los l¶³mites de 15 El \Prefacio a la primera edici¶ on (1934)" de L¶ ogica de la investigaci¶ on incluye un ep¶³grafe de Kant. 16 En concreto, por lo que llama la \paradoja de la libertad". Por ejemplo, en \Observaciones referentes a la teor¶³a y praxis de los estados democr¶ aticos", La responsabilidad de vivir. 17 En B¶ usqueda sin t¶ ermino dice que de joven \le¶³a una y otra vez la primera Cr¶³tica, de Kant" (Op. cit., p. 79). 18 Popper contrapone los 'problemas reales' a los 'problemas meramente verbales'. Popper siempre fue cr¶³tico de la ¯losof¶³a del lenguaje que pretend¶³a que todos los problemas ¯los¶ o¯cos eran, simplemente, enredos lingÄ u¶³sticos. V¶ ease el \Prefacio a la edici¶ on inglesa (1958)" de L¶ ogica de la investigaci¶ on. 19 Al otro problema, el de la inducci¶ on, lo llamaba \problema Hume". L¶ ogica de la investigaci¶ on, p. 34. 20 Cr¶ ³tica de la raz¶ on pura, La dial¶ ectica trascendental. Eduardo Harada O. 39 la experiencia posible, y con ello, de la ciencia emp¶³rica. Y Kant encontr¶ o que los conceptos de tiempo y espacio no se pueden aplicar al mundo como un todo21 , sino s¶ olo a objetos y suceso particulares y que no est¶ an en el mundo externo, fuera del sujeto cognoscente, sino que son parte de sus estructuras cognoscitivas y constituyen principios a priori de la sensibilidad o del modo en que se percibe el mundo. Kant estaba interesado especialmente en responder c¶ omo era posible la f¶³sica-matem¶ atica, es decir, un conocimiento sint¶etico, emp¶³rico o de la realidad, pero que, al mismo tiempo, es universal y necesario, v¶ alido a priori. Su pregunta fue: >c¶ omo son posibles los juicios sint¶eticos a priori?, >pueden tener los juicios sint¶eticos una fuente de validez que no sea la experiencia? Hume hab¶³a mostrado que la inducci¶ on es inv¶alida22 y Kant se daba cuenta de que ning¶ un conjunto de observaciones particulares podr¶³a justi¯car las leyes cient¶³¯cas, que tienen pretensiones universales, pero la soluci¶ on humeana parec¶³a condenar a dichas leyes al estatuto de h¶ abitos o costumbres23 . Como se sabe, la soluci¶ on que encontr¶ o Kant fue el llamado 'giro copernicano' que a¯rma, frente al empirismo ingenuo, que el sujeto de conocimiento es activo (es decir, Kant inaugur¶ o lo que Popper llama la teor¶³a del conocimiento como \re°ector", opuesta a la teor¶³a del \cubo vac¶³o" o de la tabula rasa)24 . Lo anterior, en t¶erminos m¶ as contempor¶ aneos, corresponde a la tesis de la 'carga te¶ orica de la observaci¶ on' o, en t¶erminos popperianos, de 'la experiencia a la luz de las teor¶³as', la cual pone en cuesti¶ on la pretensi¶ on positivista de separar el lenguaje 'observacional' del 'te¶ orico'25 . Sin embargo, Popper no acepta del todo la soluci¶on kantiana. Particularmente, di¯ere de su concepci¶on 21 Lo cual constituir¶³a una \Idea" de la raz¶ on. realidad, los argumentos de Hume se dirig¶³an en contra de la causalidad, pero as¶³ es como lo interpreta Popper. V¶ ease El conocimiento como conjetura: mi soluci¶ on al problema de la inducci¶ on", Conocimiento objetivo as¶³ como el \Cap¶³tulo I: la Inducci¶ on" de El realismo y el objetivo de la ciencia. 23 \Las dos caras del sentido com¶ un", principalmente al secci¶ on \28. La intervenci¶ on kantiana: conocimiento objetivo", Conocimiento objetivo, p. 93. 24 V¶ ease el \Ap¶ endice: El cubo y el re°ector: dos teor¶³as del conocimiento", Conocimiento objetivo. 25 \La tesis de que esas experiencias que llamamos 'percepciones' son interpretaciones [. . . ] se debe a una visi¶ on de Kant", \Ap¶ endice", Conjeturas y refutaciones, p. 461. 22 En 40 de lo a priori: no tanto porque la rechace del todo, sino porque asume una que pretende ser m¶as radical, consecuente y coherente con respecto a la ciencia actual26 , por lo que \no hace m¶as que dar el toque ¯nal a la ¯losof¶³a cr¶³tica de Kant" 27 . Como ya dije, para Kant a priori es sin¶onimo de 'independientemente de la experiencia' y, por ello, v¶ alido de modo universal y necesario28 , diferente, pues, de lo a posteriori o de lo que s¶³ depende de la experiencia, que es particular y contingente. Adem¶ as, Kant buscaba distinguir cuidadosamente las cuestiones de hecho (quid facti?), temporales, hist¶ orico-gen¶eticas, psicol¶ogicas o ¯siol¶ogicas, de las cuestiones de derecho (quid juris?), l¶ogicas, de validez, justi¯caci¶ on o propiamente epistemol¶ogicas. No obstante, Popper sostiene que \Kant no logr¶ o distinguir entre maneras de pensar psicol¶ogicamente a priori y creencias v¶alidas a priori" 29 , esto es, entre 1) lo que es previo temporal y gen¶eticamente a la experiencia, que sin duda existe, pero que es contingente y meramente conjetural, y 2) lo que es v¶ alido a priori de modo universal y necesario, infalible y con certeza plena, que, por razones l¶ogicas (recordemos los argumentos de Popper en contra del inductivismo y sobre la falsaci¶on30 ) no existe ni puede existir. Por ello, aunque Kant rechaza la interpretaci¶ on \gen¶etica" de la noci¶on de a priori, en su propia utilizaci¶ on de este t¶ermino intervienen factores psicog¶eneticos (Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento, p. 134)31 . Efectivamente, dice Popper, el argumento que conduce desde la 'deducci¶on trascendental' al 'idealismo trascendental' (Ibid., p. 135) y que trata de responder a la pregunta >c¶omo es posible que las condiciones subjetivas sean a la vez las leyes m¶as generales 26 V¶ ease la secci¶ on \16. Bosquejo de una epistemolog¶³a evolucionista" de "Las dos caras del sentido com¶ un" y \La evoluci¶ on y el ¶ arbol del conocimiento", ambos en Conocimiento objetivo, pp. 71-76 y 236-259, as¶³ como "La postura epistemol¶ ogica acerca de la teor¶³a evolutiva del conocimiento", La responsabilidad de vivir, p. 111. 27 \Sobre las fuentes del conocimiento y de la ignorancia", Conjeturas y refutaciones, p. 50. 28 Los dos problemas fundamentales de la teor¶ ³a del conocimiento, p. 145. 29 \Sobre las fuentes del conocimiento y la ignorancia", Conjeturas y refutaciones, p. 74. 30 L¶ ogica de la investigaci¶ on, pp. 39-42 y 80-84. 31 Los dos problemas fundamentales de la teor¶ ³a del conocimiento, p. 138. ContactoS 56, 37{45 (2005) de la naturaleza? (Ibid., p. 136), no se plantea un problema de car¶ acter epistemol¶ ogico (l¶ ogico) sino de orden gen¶etico (biol¶ ogico) (Ibid., p. 139), ya que ¶este se reduce a la cuesti¶ on \m¶ as general de tipo biol¶ogico de c¶ omo explicar la adaptaci¶ on de los organismos vivos a las condiciones del mundo circundante" (Ibid., pp. 141-142)32 . Y, desde luego, la g¶enesis de las condiciones de adaptaci¶ on es a priori, en sentido kantiano, a todo proceso de particular de adaptaci¶ on (Ibid., p. 142). En concreto, las funciones intelectuales se han ido formado en sucesivos intentos de adaptaci¶ on a lo largo del proceso evolutivo. Por tanto, el problema de la coincidencia de nuestro intelecto y las condiciones del mundo, es un problema parecido a \la pregunta de c¶ omo puede hacerse un p¶ ajaro con sus alas antes de tener ocasi¶ on de utilizarlas" (Ibid., p. 143)33 . Igualmente, para percibir es necesario tener una estructura perceptiva as¶³ como la capacidad para ordenar e interpretar lo que se percibe34 . 32 \La postura epistemol¶ ogica acerca de la teor¶³a evolutiva del conocimiento", La responsabilidad de vivir, p. 114. 33 Aunque se~ nala Popper en Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento, el problema biol¶ ogico de la adaptaci¶ on no ha sido explicado del todo (Op. cit., p. 143). En \La evoluci¶ on y el ¶ arbol del conocimiento", Conocimiento objetivo, dice que en la teor¶³a de la evoluci¶ on por medio de la selecci¶ on natural partimos de una situaci¶ on simpli¯cada o de un modelo formado por determinada especie en ciertas condiciones ambientales dadas e intentamos mostrar por qu¶ e ciertas mutaciones poseen un valor para la supervivencia (Ibid., p. 247). Es decir, seg¶ un Popper, dicha teor¶³a es un ejemplo o aplicaci¶ on de la 'l¶ ogica de la situaci¶ on' que ¶ el descubri¶ o. Recordemos que durante cierto tiempo, Popper pensaba que la teor¶³a de la evoluci¶ on por medio de la selecci¶ on natural era una gran \tautolog¶³a" y que, despu¶ es, la concibi¶ o como un \programa metaf¶³sico de investigaci¶ on". V¶ ease B¶ usqueda sin t¶ ermino, pp. 225-242. 34 Desde luego, Popper no ha sido el u ¶ nico en interpretar biol¶ ogicamente la teor¶³a del conocimiento kantiana: tambi¶ en lo hizo su amigo de infancia, el et¶ ologo Konrad Lorenz, pero de un modo inductivista, que Popper critica en \La postura epistemol¶ ogica acerca de la teor¶³a evolutiva del conocimiento", La responsabilidad de vivir, p. 10. En efecto, en El provenir est¶ a abierto, una conversaci¶ on entre Popper y Lorenz, este u ¶ ltimo dice que desde los a~ nos cuarenta a¯rm¶ o que \Lo que Kant considera a priori, no es m¶ as que teor¶³a impresa gen¶ eticamente", en el sentido de que \toda experiencia viene determinada por la herencia" (Op. cit., p. 40), es decir, ha sido a trav¶ es de experiencias adaptativas que la especie ha ido adquiriendo cierto conocimiento a priori, desde el punto de vista del individuo, pues ¶ este lo hereda. Popper responde que \tanto en la vida de los individuos, como en el origen de la especie en general, los a priori son hip¶ otesis lanzadas al mundo" y \en ning¶ un caso han sido aprendidas de forma pasiva". Por ello, \Kant se equivoc¶ o al pensar que todo lo que es a Contingencias y particularidades de lo a priori. . . Y a la postura epistemol¶ogica que asume esta concepci¶ on gen¶etica de lo a priori Popper la denomin¶ o 'deductivismo empirista' en sus primeros escritos35 (y la plante¶o como una 'psicolog¶³a del descubrimiento'36 ), y despu¶es, sobre todo, a partir de los a~ nos sesenta, 'teor¶³a evolutiva del conocimiento'37 . Esta teor¶³a sostiene que todos los seres vivos, y no s¶ olo los humanos, resultado de una larga evoluci¶ on y adaptaci¶ on38 , poseen una estructura previa, heredada gen¶eticamente39 , la cual establece una serie de disposiciones frente al medio ambiente y de expectativas sobre ¶el que son ¯nalmente seleccionadas de acuerdo con su utilidad adaptativa40 . Si esas conjeturas son equivocadas, el organismo puede morir. Aunque el ser humano, gracias a su lenguaje, descriptivo y argumentativo, puede dejar morir sus teor¶³as, esto es, criticarlas: no s¶ olo hay una selecci¶ on natural, sino tambi¶en una selecci¶ on cultural41 . Por tanto, no s¶olo hay conocimiento 'subjetivo' o que consta de disposiciones innatas o naturales, sino tambi¶en 'objetivo', que est¶a formado por expecpriori debe ser necesariamente verdadero" ya que \los a priori son hip¶ otesis y como tales pueden ser falsados" (Ibid., p. 42). Jean Piaget, en Conocimiento y biolog¶³a tambi¶ en intenta una interpretaci¶ on biol¶ ogica de la ¯losof¶³a kantiana. 35 \Posibilidad de una psicolog¶ ³a del conocimiento deductivista", Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento, pp. 63-77. Popper dice ah¶³ que la psicolog¶³a deductivista \tiene muchos puntos de contacto con la (hoy tan poco apreciada) psicolog¶³a del conocimiento kantiana" (Op. cit., p. 75). 36 En B¶ usqueda sin t¶ ermino se~ nala que con el tiempo abandon¶ o la psicolog¶³a del descubrimiento en favor de la l¶ ogica de la investigaci¶ on (Op. cit., p. 80). 37 \Postura epistemol¶ ogica acerca de la teor¶³a del evolutiva del conocimiento", La responsabilidad de vivir. Tambi¶ en, la secci¶ on \8. L¶ ogica y biolog¶³a de la evoluci¶ on" en \Epistemolog¶³a sin sujeto cognoscente", Conocimiento objetivo, pp. 138141. Popper reconoce como antecedentes suyos a D. T. Campbell, as¶³ como H. S. Jennnings (Op. cit., p. 71), a quien cita en Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento. 38 Pero en la que interviene el azar, pues hay mutaciones. \La selecci¶ on natural y el surgimiento de la mente", op. cit., pp. 30-35. 39 \La postura epistemol¶ ogica acerca de la teor¶³a evolutiva del conocimiento", La responsabilidad de vivir, p. 121. 40 Desde luego, Popper no sostiene, como un pragmatista, instrumentalista, etc., que el conocimiento se reduce a un asunto de utilidad, pues en el caso de la ciencia el principal objetivo es alcanzar o aproximarse a la verdad. Conocimiento objetivo, p.73. 41 \La teor¶ ³a de la ciencia desde un punto de vista te¶ oricoevolutivo y l¶ ogico", La responsabilidad de vivir. Eduardo Harada O. 41 tativas formuladas lingÄ u¶³sticamente y que se someten a la discusi¶ on cr¶³tica, racional e intersubjetiva42 . Lo importante es que la selecci¶ on, que siempre implica cierto grado de indeterminaci¶ on, se realiza a posteriori: expectativas de un organismo o, incluso, las de un cient¶³¯co, se encuentran, en buena medida predeterminadas, pero no siempre son correctas, pues a veces no corresponden a las condiciones efectivas del medio ambiente y, por ello, pueden chocar con la realidad y quedar falsadas43 . La b¶ usqueda de regularidades en la naturaleza | o lo que Kant llamaba 'principio de causalidad'| es l¶ ogicamente anterior a toda experiencia'44 , pero podemos fracasar incluso en esa b¶ usqueda ya que se puede \concebir f¶ acilmente un medio (que ser¶³a letal) que, comparado con nuestro medio ambiente ordinario, sea tan ca¶ otico que no podamos hallar en modo alguno regularidades" 45 . En resumen, Popper sostiene que s¶³ existe conocimiento a priori, pero s¶ olo en el sentido gen¶etico, emp¶³rico, etc., es decir, no kantiano del t¶ermino, de anterior o previo a la experiencia46 . Adem¶ as, este conocimiento no es, como cre¶³a equivocadamente Kant, universal y necesario, infalible o cierto, sino que tiene el mismo estatuto epistemol¶ ogico del conocimiento a posteriori, es conjetural, hipot¶etico, siempre falible47 . De hecho, muchas veces es falso y no siempre es importante48 . 42 \Car¶ acter pre-darwinista de la teor¶³a del conocimiento del sentido com¶ un", secci¶ on 15 de \Las dos caras del sentido com¶ un", Conocimiento objetivo, pp. 70-71. Seg¶ un Popper, esta idea de objetividad ya est¶ a presente en Kant: Los dos problemas fundamentales de la teor¶³a del conocimiento, pp. 180-196. 43 Un ejemplo que Popper ofrece de ello es un beb¶ e humano reci¶ en nacido, quien, debido a su falta de madurez tanto biol¶ ogica como psicol¶ ogica, \supone" la existencia de alguien que le cuide; sin embargo, esa suposici¶ on puede resultar f¶ acilmente equivocada. Cf., El porvenir est¶ a abierto, p. 42. 44 En Los dos problemas fundamentales de la teor¶ ³a del conocimiento nos dice que la creencia subjetiva en la causalidad es, desde un punto de vista gen¶ etico, a priori (Op. cit., p. 162). 45 \La ciencia: conjeturas y refutaciones", Conjeturas y refutaciones, p. 74. 46 Los dos problemas fundamentales de la teor¶ ³a del conocimiento, p. 163. 47 Un mundo de propensiones, p. 83-855. 48 En El realismo y el objetivo de la ciencia Popper a¯rma: \es innegable que existen verdades gen¶ eticamente a priori. Pero son curiosamente poco importantes. Porque no estamos obligados a interpretar el mundo seg¶ un ellas, por el contrario, nos percatamos f¶ acilmente de su car¶ acter subjetivo y las tratamos como merecen" (Op. cit., p. 193). Ejemplo de ello, dice Popper, son las ilusiones ¶ opticas. 42 ContactoS 56, 37{45 (2005) P1 ¡! AG ¡! SNE ¡! P2 (P1 = problema inicial, AG =a priori gen¶etico: disposiciones, expectativas, conjeturas, hip¶ otesis o teor¶³as, SE = selecci¶on natural o cultural de errores a posteriori o haciendo uso de la experiencia (falsaci¶ on), P2 = nuevo problema resultante) Contingencias y particularidades de lo a prori Sentido kantiano de lo a priori Sentido popperiano de lo a priori V¶ alido, universal y necesario, con certeza, Anterior temporal o gen¶eticamente a la incluso, incondicionado o absoluto. experiencia, pero contingente, conjetural. Seg¶ un Popper, las ideas equivocadas de Kant sobre lo a priori derivan de que, como todos sus contempor¶ aneos, lleg¶ o a creer que la mec¶anica de Newton era verdadera (debido a la exactitud de sus predicciones, no s¶ olo sobre el movimiento de los cuerpos terrestres sino tambi¶en de los celestes, como los planetas y sus sat¶elites). Sin embargo, a partir de la f¶³sica de Einstein, de su teor¶³a de la gravedad, que es parte de su teor¶³a de la relatividad general, sabemos que la teor¶³a newtoniana es s¶olo eso: una teor¶³a, una hip¶ otesis, conjetura o posibilidad entre otras49 . Esto es, la concepci¶on kantiana de lo a priori se basa en una concepci¶ on de la ciencia hist¶oricamente provisional y limitada50 . En cambio, la concepci¶on popperiana de lo a priori se apoya en la revoluci¶on cient¶³¯ca que se dio despu¶es de Kant: adem¶as de la teor¶³a de la relatividad, el surgimiento de las geometr¶³as no euclidias. En efecto, Popper dice que el racionalismo y empirismo cr¶³tico que ¶el propugna \ha sido posible gracias a Einstein, quien nos ha ense~ nado que la teor¶³a de Newton bien puede estar equivocada, a pesar de su ¶exito abrumador". 3. >Por qu¶ e no podemos evitar ser neokantianos? Antes de terminar quiero hacer algunas breves aclaraciones sobre el problema del naturalismo y el falibilismo en la ¯losof¶³a contempor¶anea. Al principio dije que somos neokantianos, en el sentido, de que la ¯losof¶³a kantiana es nuestro a priori, hasta ahora irrebasado, pero no por ello irrebasa49 V¶ ease \Sobre el car¶ acter de la ciencia y de la metaf¶³sica", Conjeturas y refutaciones, p. 237-238 y El realismo y el objetivo de la ciencia, p. 193. 50 Seg¶ un Popper, la ¯losof¶³a de las matem¶ aticas intuicionista es un intento por resolver algunos de los problemas de la ¯losof¶³a de las matem¶ aticas de Kant. Conocimiento objetivo, p. 127- 128. ble, pues, por lo menos, ha habido algunos intentos, sobre todo en la ¯losof¶³a contempor¶ anea, por abandonarla e ir m¶ as all¶ a de ella. En concreto, en el caso del conocimiento, seguimos plante¶ andonos un problema que Kant de¯ni¶ o con claridad (>por qu¶e nuestro conocimiento corresponde a la realidad?) y para tratar de solucionarlo suponemos y hacemos uso de ciertas distinciones kantianas (principalmente, entre lo a priori y lo a posteriori). La ¯losof¶³a poskantiana, comenzando por la hegeliana, intent¶ o una relativazaci¶ on de la raz¶ on trascendental kantiana: trat¶ o de mostrar que no es absoluta, universal, necesaria y, mucho menos, eterna, sino que tiene ciertas condiciones de posibilidad y de existencia hist¶ oricas, sociales, biol¶ ogicas, etc., que en su g¶enesis y justi¯caci¶ on intervienen factores naturales y humanos, lo cual entra~ na ciertas paradojas o, para algunos, simple y llanamente contradicciones, no s¶ olo l¶ ogicas sino tambi¶en pragm¶ aticas, puesto que para hacerlo se tuvo que hacer uso de esa raz¶ on que se cuestiona. Algunos aceptar¶³an que los contenidos cognoscitivos particulares e, incluso, algunas estructuras que los hacen posibles, pueden naturalizarse o historizarse, pero no la raz¶ on misma, es decir, los criterios que rigen al conocimiento y las categor¶³as que supone ¶este de modo inevitable. En efecto, cualquier explicaci¶ on naturalista, por ejemplo, evolutiva, supone criterios acerca de lo que es verdadero o categor¶³as como la de causalidad, lo cual muestra, seg¶ un algunos, que ¶estos y ¶estas son irrebasables, completamente a priori. Lo anterior signi¯car¶³a que, frente a las pretensiones naturalistas e historicistas, no todas las cuestiones epistemol¶ ogicas, sobre todo, de validez y justi¯caci¶ on, pueden reducirse a cuestiones emp¶³ricas, Contingencias y particularidades de lo a priori. . . explicables por las ciencias naturales y sociales y que habr¶³a que regresar a una ¯losof¶³a trascendental kantiana. Pero, al mismo tiempo, sabemos que ¶esta parte de la existencia de ciertas ciencias particulares, la geometr¶³a no euclidea y la f¶³sica newtoniana, que han sido superadas por la ciencia contempor¶anea y que estaban ligadas a ciertas condiciones naturales e hist¶ oricas, y >se puede sostener que esto nada afecta a las pretensiones trascendentalistas de la teor¶³a del conocimiento kantiana? De hecho, Popper apoya y lleva a cabo cierta naturalizaci¶ on de la teor¶³a del conocimiento kantiana, pero no una naturalizaci¶on completa pues no s¶ olo, como hemos visto, distingue entre el conocimiento puramente animal y el propiamente cient¶³¯co, sino que sigue aceptando la distinci¶on kantiana entre las cuestiones \de hecho" y \de derecho", el modo en que se descubre o construye algo y la forma en que se le justi¯ca, adem¶ as de que tambi¶en presupone la distinci¶ on entre lo descriptivo y lo prescriptivo o normativo, distinciones que apoyan la idea de que existe algo que no puede ser naturalizado. Desde luego, Popper no es el u ¶nico que ha cuestionado las distinciones que supone la teor¶³a del conocimiento kantiana, en concreto, entre lo a priori y lo a posteriori, as¶³ como entre lo anal¶³tico y lo sint¶etico, pues otros ¯l¶osofos, por ejemplo, dentro de la tradici¶on anglosajona o anal¶³tica, Quine, Davidson y Kripke, tambi¶en lo han hecho por diversos motivos y de distintas maneras. Incluso, algunos, como Putnam, han puesto en cuesti¶ on la sacrosanta distinci¶on entre hechos y valores, dicotom¶³a a¶ un m¶ as fundamental que las anteriores distinciones epistemol¶ogicas y ontol¶ogicas. >Un hecho puede tener car¶ acter normativo? >Puede existir algo que, a pesar de ser contingente, sin embargo, pueda servir como un fundamento ¶ ultimo? >Hay algo que por ser trascendental, sea tambi¶en trascendente o incondicionado? Todas ellas cuestiones fundamentales, pues lindan con las del relativismo y el temido irracionalismo y la guerra de todos contra todas. No creo que tengamos una soluci¶on para ellas, pues apenas empezamos entenderlas y, por eso, Kant sigue siendo nuestro a priori. Eduardo Harada O. 43 Bibliograf¶³a 1. Ayer, A., "Los 'a priori'"(en) Lenguaje, verdad y l¶ ogica, Mart¶³nez Roca, Madrid, 1970. 2. Bennett, J., La 'Cr¶³tica de la raz¶ on pura' de Kant. I. La Anal¶³tica, Alianza, Madrid, 1990. 3. Besteiro, J., Los juicios sint¶eticos a priori', Porr¶ ua, M¶exico, 1997. 4. Bravo, E. N., \Kant y la teor¶³a del conocimiento", Teor¶³a. Anuario de ¯losof¶³a, 1982-1983, A~ no 3, N¶ umero 3, pp. 31-43. 5. Cabrera, I. (compil.) Argumentos trascendentales, UNAM, M¶exico, 1990. 6. Campbell, D. T., \Epistemolog¶³a evolucionista" (en) Oliv¶e, L. y S. Mart¶³nez, op. cit., pp. 43-103. 7. Carnap, R., \La superaci¶ on de la metaf¶³sica mediante el an¶ alisis l¶ ogico del lenguaje" (en) El positivismo l¶ ogico, FCE, M¶exico, 1981. 8. Carnap, \La antigua y nueva l¶ ogica" (en) El positivismo l¶ ogico, op. cit. 9. 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