Igualmente, aunque pareciera ser de ciencia

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Igualmente, aunque pareciera ser de ciencia
ficción establecer la forma espacial de cada
uno de los “genes”, especulándose que en su
n-dimensionalidad dicha microscópica realidad
no sería tetradimensional, sino la intuida por la
teoría M (cuerdas) de un Universo, con once (11)
dimensiones (10 espacios + 1 Tiempo), formando
parte de los infinitos e ínfimos universos en
expansión y en los que las probabilidades de
surgir la Vida son las mismas de la Tierra.
Esto es, también podría pensarse que la forma
de la Vida, como la del Universo, es de una
dimensión espacial más compleja que la simple
tetradimensional.
En el escenario genético, que unos lo ven
como la gran tómbola y otros como una verdadera
organización desplegándose e interactuando en su
máxima complejidad, encontramos:
A las células recibiendo información del ADN y
dictando las instrucciones para fabricar proteínas,
entrando en “meiosis” para que las células hijas
adquieran la mitad de los cromosomas de la célula
madre; A los genes portando y transmitiendo tales
instrucciones. Al Genotipo, haciendo referencia de
lo generativo y al fenotipo de lo fenoménico, de tal
manera que el fenotipo se debe a la intervención
de cierto gen, mientras que el genotipo es
producto de la compleja combinación, en el caso
de los humanos, de sus 23 pares de cromosomas
homólogos. A los rasgos dominantes y los rasgos
recesivos interactuando. Al ADN portando toda
nuestra información hereditaria, codificando y
modelando todos nuestros rasgos.
Así es el proceso ininterrumpido de las
moléculas de ADN, de abrir y copiar sucesivamente,
mediante el cual los cromosomas logran transmitir
la información, hasta llevarnos a ser lo que
somos y lo que seremos, en el contexto de unas
especies que han podido evolucionar gracias a las
mutaciones.
Uno de los grandes hitos de la investigación
genética lo constituye la reciente publicación del
Mapa del “genoma humano”, conformado por el
conjunto de genes o instrucciones que permitieron
construir el organismo humano.
En la tarea de descifrar el sentido y la gramática
del Mapa, después de recorrer y secuenciar las
astronómicas distancias a lo largo de sus hilos, se
han publicado avances donde se observa cómo
en los seres humanos existen mucho menos de
los 100.000 genes diferentes que inicialmente se
consideraban.
Los conteos más rigurosos coinciden en que
Canto General
son entre 30.000 y 40.000 genes, los que no serían
muchos si los comparamos con los 13.000 genes
de la mosca, los 19.000 de la lombriz o los 350
genes de una bacteria.
También el Mapa del “genoma humano” nos
está mostrando cómo tendríamos alrededor de
3.200 millones de pares nucleótidos debidamente
organizados en secuencias y que las proteínas
producidas por el cuerpo humano no serían las
100.000 proteínas diferentes, como se pensaba,
sino sólo unas 30.000 aproximadamente. En el
ser humano, la mínima estructura química de
información o molécula de ADN se distribuye en 23
pares de cromosomas de cada una de sus trillones
de células.
Tanto el ADN de un virus o de una bacteria se
comportarían de igual manera que el ADN humano,
ya que el mínimo número de “genes” indispensable
para que funcione un micro-organismo sería de unos
260, común a cualquier organismo vivo. El Hombre
va y viene por el mundo llevando desde hace
100.000 años la misma dotación genética básica,
excepto algunas mutaciones mitocondriales.
Pretenderreconstruirundesaparecidoorganismo
a partir de alguno de sus genes, en la misma idea
“omnis celulla de celulla” (nuevas células sólo
pueden originarse a partir de sus pre-existentes),
pero generar células a partir de un “gen” es algo
sólo visto en la película “Jurasic Park”.
El “Ácido Ribonucleico” ARN
Mientras el ADN tiene la función fundamental
de transmitir los caracteres hereditarios, el ARN
cumple con sintetizar las proteínas.
El Ácido Ribonucleico ARN es una molécula
de estructura similar al ADN, pero de una sola
cadena, con azúcar ribosa en vez de desoxirribosa y
con “uracilo” en lugar de “timina”. Uno y otro son
depositarios de la información hereditaria, incluso
algunos le atribuyen el origen del sistema genético
al ARN y no al ADN.
Si bien todo el ADN reside en el Núcleo de la
Célula, la verdad es que la mayor parte de funciones
en la Célula ocurren en el Citoplasma. El Ácido
ribonucleico ARN, a la par que es controlado en
su formación por el ADN intermedia para que los
“genes” del Núcleo puedan controlar las reacciones
químicas del Citoplasma. La síntesis proteínica se
produce en el Citoplasma de la Célula, y es el ARN
quien transmite la información genética que dirige
la síntesis de las proteínas, además de que los ácidos
ribonucleicos se sintetizan con mayor facilidad que
los ácidos desoxirribonucleicos.
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