Geología - Márgen Continental Atlántico

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Geología
MARGEN CONTINETAL ATLÁNTICO
El margen atlántico de la Península es un margen estable, sin manifestaciones
actuales que permitan suponer una tectónica activa. No existe límite de placas
entre este y el continente, ya que la Península se encuentra dentro de la placa
Euroasiática, compuesta por corteza oceánica y continental. Este margen estable
nace como consecuencia de la divergencia de las placas que da lugar a la apertura
del océano Atlántico.
Se distinguen en este margen las siguientes zonas:
La plataforma continental aparece bordeando las tierras emergidas, hasta una
profundidad media de 200 m. Se trata de una prolongación débilmente sumergida
del continente, con un sustrato de corteza continental, distinguiéndose de aquel por
la delgada película de agua que la recubre y por los fenómenos sedimentarios
debidos a la acción marina.
El talud continental es la zona de fuerte pendiente que sigue a la plataforma,
extendiéndose desde los 200 m hasta los 2000 m por término medio. Su pendiente
media, de 4º-5º, puede parecer débil, pero contrasta mucho con la de la
plataforma, unas 20 veces menor. El talud suele estar cortado por cañones
submarinos, formas de erosión situadas por lo general en el emplazamiento o en la
proximidad de grandes accidentes tectónicos y cuya cabecera puede estar muy
cerca de la costa.
El pie del talud suele estar ocupado por el glacis continental, a un profundidad que
va desde los 4000m a los 5000 m, con una inclinación general de 0,5º-1º y
recorrido por valles o canales que divergen dando formas de abanico. El glacis se
sitúa sobre un sustrato de corteza continental adelgazada o de corteza oceánica.
Por último, aparece la cuenca oceánica o llanura abisal, con un sustrato de corteza
oceánica y que se extiende hasta la dorsal oceánica atlántica. Resaltan montes
submarinos y escasos canales prolongación de los valles del glacis. Su profundidad
media es de 5000 m.
El borde atlántico de la Península Ibérica está limitado por los márgenes
continentales del océano Atlántico, que lo separan de la corteza oceánica de éste.
Se pueden diferenciar tres grandes zonas:
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•
Golfo de Cádiz, que forma el borde SO de la Península.
Margen occidental atlántico (portugués y gallego) al O, formado como
consecuencia de la apertura del océano Atlántico.
Margen Cantábrico al N, cuyo origen y evolución está relacionado con la
apertura del Golfo de Vizcaya y la formación de los Pirineos.
GOLFO DE CÁDIZ
Se localiza en el borde sudoccidental de la Península. Limita al N con el Macizo
Ibérico, al S con el margen africano y al O con la terminación de las Cordilleras
Bética y del Rif. Su estructura es compleja, más si se tiene en cuenta que se
localiza sobre el límite entre las placas africana y euroasiática.
Su origen y formación está relacionada con la apertura del océano Atlántico Norte,
si bien su evolución está íntimamente ligada a la formación de las cordilleras Bética
y del Rift.
Morfológicamente se pueden distinguir las siguientes zonas, sobre un sustrato
mesozoico cubierto por rocas sedimentarias terciarias y cuaternarias:
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•
Plataforma continental estrecha, que se ensancha progresivamente hacia el
SE hasta alcanzar valores de 30-50 km.
Talud continental, que separa la plataforma del mar abierto, con pendientes
más o menos abruptas en la parte superior que descienden suavemente
hasta alcanzar la cuenca oceánica.
MARGEN OCCIDENTAL ATLÁNTICO
Este margen continental, típicamente pasivo, está ligado a la apertura del océano
Atlántico Norte. Se ha visto afectado por los procesos de adelgazamiento y
fracturación litosférica iniciada en el Trías y que finaliza a finales del Jurásico,
origen de la apertura del océano y de la deriva continental de las placas
norteamericana, eurasiática y africana. El margen ha sufrido cierta deformación
asociada a la etapa de compresión de la orogenia alpìna, aunque su
comportamiento ha permanecido más o menos estable desde su formación a finales
del Jurásico.
En su estructura cortical profunda se observa una corteza que se adelgaza
progresivamente desde las zonas emergidas, con valores de 30 km, hasta las zonas
colindantes al pie del talud continental, con valores de unos 10 km. El paso de la
corteza continental a la oceánica se realiza en una zona de transición, con
características más o menos intermedias entre ambos tipos de corteza.
De forma general se diferencian dos zonas:
Margen Gallego, localizado al N, frente a las costas gallegas.
Margen Portugués, que ocupa la parte central y meridional, hasta el Cabo de San
Vicente.
Morfológicamente se distinguen:
Plataforma continental, que se extiende desde la línea de costas hasta una
profundidad media de 200 m. Es estrecha y con pocos sedimentos y la pendiente es
casi inapreciable.
Talud continental, donde se produce una inflexión de la pendiente, que pasa a ser
más o menos abrupta. El talud presenta características distintas en las dos zonas
del margen:
En el margen gallego aparece al pie del talud la cuenca interior de Galicia, separada
de la corteza oceánica atlántica por el banco de Galicia.
En el margen portugués las pendientes son más abruptas y representa la transición
hacia las aguas profundas de las llanuras abisales del Tajo e Iberia, donde se
localiza la corteza oceánica del Atlántico.
MARGEN CANTÁBRICO
Se trata de un margen pasivo que evoluciona hacia un margen activo debido a la
edificación del Pirineo. La formación del margen cantábrico comenzó hace 115 Ma
como consecuencia de la apertura del Golfo de Vizcaya y finalizó hace,
aproximadamente, 80 Ma.
Antes de la formación del Golfo, las costas actuales del N de la Península y del O de
Francia se encontraban unidas, pero la aparición del Golfo, estrechamente
relacionada con la apertura del océano Atlántico Norte y la deriva de las placas
norteamericana y euroasiática, da lugar a una rotación hacia el S-SE de Iberia, que
produjo un adelgazamiento litosférico y provocó la rotura de la corteza continental
y la formación de corteza oceánica. Debido a esto se originan dos márgenes
continentales distintos, el cantábrico (estrecho) y el francés (bastante más ancho).
La orogenia alpina, presentó en esta zona una etapa de máxima compresión hace
entre 65 y 40 Ma que afecta a todo el borde septentrional de la Península,
originando el levantamiento del Pirineo y de la Cordillera Cantábrica y provocando
el inicio de la subducción del Golfo de Vizcaya bajo la corteza continental del
margen cantábrico. Con el fin de la edificación del Pirineo, finaliza la subducción de
la corteza oceánica.
Morfológicamente se diferencian:
Plataforma continental, estrecha.
Talud continental, marcado por una fuerte inflexión de la pendiente. Al pie del talud
se observa una fosa estrecha y alargada con sedimentos anteriores al Eoceno
fuertemente plegados, cubiertos por sedimentos más recientes sin deformar.
En su estructura cortical se observa el inicio de un proceso de subducción, ya que la
corteza oceánica del Golfo se hunde ligeramente por debajo de la corteza
continental de la Península. La destrucción de corteza oceánica se calcula en unos
50-100 km.
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