LA ÓPERA INTRODUCCIÓN La ópera, iniciada en torno al año 1600, se convertirá en uno de los hallazgos más relevantes de la Hª de la Música. Esto se debe a que, en efecto, la ópera permite a la música ligarse con la escena y con otras artes: baile, literatura, artes pictóricas, etc. Surge en Italia, intentando recuperar el teatro griego, y desde allí se extiende por toda Europa, convirtiéndose en el género musical que pasiones e interés desata. Hoy día sigue siendo un organismo vivo, en continua evolución. Aunque este tema se ocupa de la ópera del siglo XIX, haremos un pequeño repaso de cómo nació y cuál fue su evolución durante los dos siglos anteriores. ESTRUCTURA DE UNA ÓPERA La ópera es una forma musical narrativa que utiliza la representación escénica. Precisa de un escenario, orquesta, coro y solistas. Se desarrolla en varias partes: Obertura: sección instrumental que da comienzo a la obra Partes cantadas: en función del contenido del texto, pueden cantarse en forma de aria (melodías expresivas) o de recitativo (texto declamado). Si el aria es interpretada por dos cantantes, es un dúo. Preludios, Interludios y Postludios instrumentales que se intercalan articulando las distintas partes de la obra. Partes cantadas por un coro, empleado especialmente para representar multitudes de personajes. Partes de danza: fragmentos instrumentales destinados a ser bailados por los artistas en algún momento de la representación. La escenografía, es decir los decorados, luces, vestuario, etc. también juegan un papel muy importante, ya que no podemos olvidar que se trata de un “teatro” cantado. Desde hace unos años existe la tendencia de ambientar las óperas en épocas y/o lugares diferentes de los originales, para conseguir así dar un aire fresco a las obras. EVOLUCIÓN DE LA ÓPERA: BARROCO Y CLASICISMO. a) El nacimiento durante el Primer Barroco. La ópera surge en el círculo cultural del Conde Bardi, en Florencia. La conocida como Camerata Fiorentina, que reunía nobles, sabios, filósofos, poetas y músicos, en su intento de resucitar el teatro clásico griego, será el punto de partida del género operístico. Experimentos previos aparte, la 1ª gran ópera es Orfeo (1607) de Monteverdi, de temática mitológica, que ya presenta un rico desarrollo instrumental y vocal. Del Barroco debemos destacar las óperas de Vivaldi o las óperas italianas de Haendel, en las que era frecuente que los papeles principales estuvieran interpretados por castrati, poseedores de una técnica vocal que les permitía cantar de modo muy virtuoso. A finales del Barroco se producirá el triunfo de un tipo de ópera de argumento cómico llamada ópera bufa. En contraposición a la ópera seria, la ópera bufa presentaba situaciones de la vida cotidiana con un estilo musical que la acercaba mucho más a los gustos del público popular. b) La ópera en el siglo XVIII La ópera, nacida en el Barroco al amparo de la aristocracia, experimentará durante el Clasicismo un cambio tendente a la naturalidad, eliminando los excesos barrocos y acercando los argumentos y personajes al nuevo público burgués. En la ópera seria, el iniciador de esta reforma será Gluck (Orfeo y Eurídice), que hará la ópera más humana desechando los elementos fantásticos y artificiales del Barroco. La ópera bufa se convertirá en el género operístico preferido del Clasicismo y culminará con la obra de Mozart (Las bodas de Fígaro, La flauta mágica,....). Los argumentos recogen temas de la vida cotidiana dándoles un carácter cómico y a veces sentimental. Utiliza el idioma propio de cada país y en ocasiones sustituye los recitativos por diálogos hablados. c) El BEL CANTO, Verdi y el verismo La ópera es una forma de expresión muy del gusto romántico. El Romanticismo (que ocupa buena parte del siglo XIX), aunque prefiere en general la mayor subjetividad de la música instrumental, no descuida los géneros vocales, fundamentalmente el lied y la ópera. En la ópera se traduce además, junto a otras (la preferencia por lo fantástico, por la libertad formal, por el individualismo, por el espíritu nacionalista…), una interesante característica romántica: el gusto extremista por lo grande y por lo pequeño. Lo grande está representado por la Gran Ópera de Meyerbeer y lo pequeño por géneros como la Ópera Cómica y la opereta de Offenbach. Al principio del siglo XIX se dan cambios menos claros, ya que se continúa una tradición operística dieciochesca. Debido a esto el romanticismo entra más lento y se mantiene la distinción entre ópera seria y bufa. La ópera que triunfa en Europa es la italiana, con grandes dificultades técnicas que requieren un gran virtuosismo de los solistas vocales. La burguesía se convierte en la gran promotora de la ópera y la convierte en un acto social que se aprovechaba para el lucimiento individual de los asistentes. A) EL BEL CANTO Se llama así al canto, en particular de las arias, de las óperas italianas de fines del XVIII y comienzos del XIX, donde encontramos melodías líricas y suaves, que fluyen dulcemente, en contraposición a las arias de bravura posteriores, más típicamente verdianas. En el bel canto se usa la fuerza dramática de la voz, generalmente en tesituras muy agudas, para rivalizar con las sonoridades de la orquesta y su orígen ya lo encontramos en las arias del S. XVII Bel canto, entendido coloquialmente, hace pues referencia a una manera italiana de cantar, cálida, expresiva, con amplios pasajes de coloratura (pasajes de gran virtuosismo y rápidas vocalizaciones). Aunque, como hemos apuntado, tiene un origen barroco, frecuentemente su uso se circunscribe a los autores que vamos a comentar. GIOACHINO ROSSINI (1792- 1868): Rossini representa el tránsito entre la ópera del XVIII y la del XIX, y es uno de los compositores más admirados durante este siglo. Si algo se trasluce de sus 32 óperas (todas ellas compuestas antes de sus 32 años) es su facilidad para crear melodías. Destacó en el género cómico, con óperas como El barbero de Sevilla o La Cenerentola., aunque también compuso importantes óperas serias, como Guillermo Tell. Podemos destacar estos rasgos de su música: - La melodía es intensa, espontánea y popular, concebida para deleitar y conmover, muy italiana. Esa melodía se apoya en texturas sencillas y sobrias de la orquesta. - Las arias siguen el modelo estereotipado de una introducción lenta, muy ornamentada, seguida de un allegro para los virtuosismos del cantante. GAETANO DONIZETTI (1797–1848) Dotado de un talento parecido para la melodía rotunda y exitosa, su obra está enraizada en la vida del pueblo italiano. Donizetti destacó sobre todo en el género cómico, con obras como L’Elisir d’amore y Don Pasquale. VICENZO BELLINI (1801–1835) Bellini está ya más influido por el Romanticismo en los temas que trata y, sobre todo, en el fuerte apasionamiento y dramatismo que da a sus obras. Sus diez óperas pertenecen al género serio, destacando especialmente Norma, que se suele poner como ejemplo de ópera en la línea belcantista. Las cualidades que distinguen el estilo de Bellini son: - Melodías intensamente expresivas, muy amplias y sentimentales, como las de Chopin, amigo suyo. - Una armonía refinada. - Fuerte apasionamiento en su música. B) GIUSEPPE VERDI (1813–1901) G. Verdi es el gran maestro italiano de la ópera romántica, y alcanzó la gloria por su constante esfuerzo Hijo de un posadero, llegó a convertirse no sólo en el compositor más popular de Italia, sino el símbolo del ideal revolucionario de la unidad italiana (“Il Risorgimento”). De hecho, las letras de su apellido fueron las iniciales de un slogan monárquico: la gente coreaba “¡Viva Verdi!” (Viva Vittorio Emanuel Re d´Italia). Musicalmente, Verdi es heredero de la obra de Donizetti y Bellini. Considera la ópera como un modo de contar el drama humano y, por ello reclama en sus libretos situaciones emocionales fuertes y violentas. Parte de temas de interés para el pueblo italiano, muchas veces relacionados con “Il Risorgimento”, y en consecuencia huye, a diferencia de Wagner, de asuntos de tipo mitológico. Este afán dramático se lleva a cabo fundamentalmente a través de la melodía vocal directa y sencilla, en oposición a la exuberancia orquestal y coral de la Gran Ópera francesa. Podemos resumir así las cualidades de su obra: Predominio de la voz humana sobre la orquesta y, por ello, subordinación de todo a la representación de lo humano. Importancia del coro, como en casi toda la ópera romántica. Sus óperas suelen tener una división cuaternaria, es decir, cuatro actos (o tres introducidos por un prólogo). Riqueza colorística en el uso de la orquesta. Su extensa obra se suele dividir en tres períodos: - Primer periodo: Se le denomina patriótico por su compromiso con la libertad del pueblo italiano dominado entonces por Austria. Bajo la influencia de Rossini, Verdi compuso Rigoletto, La traviata y El trovador. - Segundo periodo: En este período de madurez Verdi se muestra preocupado por la unidad dramática y por la caracterización psicológica de los personajes. Sus temas son más elaborados y se dirigen a un público más entendido. De este período son Simón Bocanegra, La fuerza del destino y Don Carlos. -Tercero: En este último periodo de conclusión escribe Aída para la inauguración del canal de Suez, Otello, que es el símbolo del género trágico y Falstaff, que es el símbolo del género cómico. C) EL VERISMO Como manera de reaccionar a los excesos románticos, a su idealismo y fantasía, surge a fines del XIX en Italia el llamado verismo, término que podría traducirse como “realismo” o “naturalismo”. En efecto, escritores franceses como Balzac y E. Zola habían cultivado una literatura descarnada, que pintaba la realidad tal cual era, con una abundante carga de crítica social, sin maquillarla con idealizaciones. La ópera se hace eco de esta corriente y nos encontramos con libretos que hablan de gente corriente movida por emociones primitivas, una reacción contra las emociones exaltadas de la ópera de Verdi y contra la irrealidad del drama musical de Wagner. Con el verismo se cierra el gran período de la creación romántica italiana en ópera, y está representado por Giacomo PUCCINI y Pietro MASCAGNI. MASCAGNI (1863-1945) destaca por Caballería rusticana, que narra una historia de infidelidad y venganza en un pueblo siciliano, en un solo acto. PUCCINI es el último compositor italiano importante dentro del mundo operístico. Es en gran parte verista, pero no totalmente, dado que muchas de sus obras son de ambiente fantástico, como su obra cumbre, Turandot, que es una leyenda mítica ambientada en China. Otras obras importantes son: La Bohème, Tosca, Gianni Schicchi y Madame Butterfly. Las características de su obra son: Los protagonistas son gente humilde. La orquestación es muy rica y compleja. Sus melodías son su punto fuerte, de gran belleza y fuerza expresiva. V. EL DRAMA MUSICAL DE WAGNER Richard Wagner (1813–1883) fue el compositor más destacado de la ópera alemana y una de las figuras esenciales de la música del XIX. Hombre culto, orgulloso y egocéntrico, ha sido, sin embargo, uno de los más grandes músicos de la historia, fundamentalmente por tres razones: - Culminó la ópera romántica alemana como lo hiciera Verdi con la italiana. - Creó una forma nueva, el drama musical. Revolucionó las reglas de la armonía contribuyendo a la disolución de la tonalidad y ayudando así a las nuevas tendencias que se desarrollarían en el XX. Además, sus escritos ejercieron considerable influencia en el arte, en general, de su época. - Wagner creía que la música debía servir a los fines de la expresión dramática, lo que le llevó a escribir sólo música teatral. Concibe la ópera como la “obra de arte total”, que se dirige a todos los sentidos del espectador: La Poesía es la encargada de coordinar la acción general de la obra y se dirige a la inteligencia. La Música se subordina a la Poesía para aumentar su fuerza y se dirige a los sentimientos. Las Artes plásticas (decorados, vestidos, escenografías…) completan la acción de la Poesía y la Música creando un cuadro escénico armónico con el drama que se representa y dirigiéndose a los sentidos. Por este motivo, Wagner se libretista (el que escribe el texto representación de sus óperas acostumbrados a otros tipos de espectaculares. convierte, además de en compositor, en su propio de la ópera) y en diseñador de sus decorados. La suele comportar problemas en los teatros obra, ya que precisan de unos escenarios muy Las óperas de Wagner se diferencian de las italianas en los siguientes rasgos: La Los protagonistas son personajes legendarios, extraídos normalmente de la mitología nórdica y germánica (la única excepción es Los Maestros Cantores de Nüremberg, que es también su única ópera cómica). La melodía deja de tener como finalidad el lucimiento de las voces solistas y busca sólo la unión con el texto poético. Utiliza la “melodía infinita”, sin un fraseo regular que marque cadencias claras. Wagner hace un tratamiento armónico de la música utilizando muchas disonancias que hacen realmente complicado saber en qué tonalidad está en cada momento la obra. Abandona las formas cerradas de la ópera italiana y francesa (arias, dúos, recitativos…), y de esta manera la parte musical no se detiene. La división de la ópera se hace siguiendo el drama argumental y no por partes musicales. Aunque ya se había utilizado antes de Wagner, es él quien consolida el leitmotiv, basado en la asociación de ideas; una música escuchada en un momento especial muy determinado recordará siempre este momento cuando se vuelva a escuchar. Los principales personajes, objetos e ideales de las obras de Wagner tienen asociado un elemento musical muy breve fácilmente reconocible por el público cada vez que se escucha. . Pero el leitmotiv no es una mera cita musical sino que puede trasformarse, mezclarse con otros, variarse. Otros compositores (como Berlioz) habían empleado recursos parecidos, pero en ellos eran recursos excepcionales, no algo fundamental cono en la ópera wagneriana. La orquesta deja de tener el papel de acompañamiento instrumental y adquiere un papel protagonista, con grandes efectos colorísticos y dinámicos. Los periodos de su obra son: - Primero: A este periodo pertenecen sus primeras obras como Rienzi. A partir de El holandés errante comienza a usar las leyendas germánicas. Segundo: Con Tannhauser, que trata de leyendas del medioevo y el tema del amor. - Tercero: Aquí destaca Tristan e Isolda y el ciclo denominado El anillo de los nibelungos, que consta de cuatro obras: El oro del Rhin, La walkiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses.