algodon reguladores de crecimiento

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Estación Experimental
Agropecuaria Sáenz Peña
LOS REGULADORES DE CRECIMIENTO EN LA PRODUCCIÓN DE
ALGODÓN.
Una herramienta más para el manejo del cultivo.
Silvia Inés IBALO1
En el ciclo del algodonero es posible diferenciar dos etapas: una vegetativa,
desde germinación a aparición de los primeros pimpollos y otra reproductiva, desde la
diferenciación de pimpollos al fin del ciclo. En ambas etapas la planta produce
continuamente nuevos órganos.
Hasta el comienzo de la floración, el crecimiento es el destino principal de los
productos provenientes de la fotosíntesis. Desde ese momento en adelante las
cápsulas en formación se convierten en los órganos de mayor demanda de
carbohidratos. Para entonces, y por lo general para siembras realizadas a mediados
de octubre, la planta ya ha formado alrededor de 15 nudos sobre el tallo principal pero
sigue creciendo y produciendo nuevos órganos.
Distintos factores como plagas, tiempo nublado, excesiva humedad, etc.,
pueden ocasionar la caída de pimpollos o pequeñas cápsulas. Este derrame altera el
patrón o modelo de evolución de la planta, se requieren entonces correcciones. Una
herramienta disponible son los reguladores de crecimiento.
Se trata de sustancias que aplicadas al cultivo, reducen el alargamiento de las
células ubicadas en los puntos de crecimiento (yemas o meristemas), pero no eliminan
la multiplicación de las mismas. El crecimiento y diferenciación de nuevos órganos
continúa, siempre y cuando las dosis aplicadas y condiciones ambientales reinantes
promuevan el crecimiento.
El uso de los reguladores de crecimiento es una práctica cultural optativa en los
sistemas de producción con cosecha manual, pero aún así puede ser necesaria en
lotes recién habilitados a la agricultura por su alta fertilidad, como también en
campañas con frecuentes lluvias que favorecen el crecimiento.
Sin embargo, es una práctica necesaria en los sistemas de producción con
recolección mecanizada, pues contribuye a concentrar la formación y maduración de
cápsulas y a uniformar la madurez del follaje.
Cultivo sembrado en diciembre, que a 52 días de la siembra ha recibido
dos aplicaciones de reguladores de crecimiento a dosis bajas.
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Ingeniero Agrónomo – Area de Genética y Protección Vegetal. INTA EEA Sáenz Peña – Chaco.
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Cultivo a 100 días de la siembra. Se aprecia la definición uniforme
del crecimiento en todas las plantas del cultivo.
En siembras de octubre el crecimiento es gradual, conforme mejoran las
disponibilidades hídrica y térmica. Bajo estas condiciones la regulación del crecimiento
no ofrece mayores inconvenientes, salvo ataques intensos de plagas o condiciones
extremas de humedad, ya sea por excesos o deficiencias. Lo aconsejable en estas
condiciones es recurrir a los productos comercializados para tal fin, realizando una
aplicación única a comienzos de floración.
En siembras de mediados de noviembre o posteriores, las condiciones termo
hídricas favorecen la mayor emergencia de plantas (cultivos densos) y propician su
crecimiento. A esto se suma la brevedad de la estación de cultivo (condiciones
óptimas para la producción comercial), que impone la necesidad de recurrir a otra
estrategia o modalidad de uso de los reguladores de crecimiento. Las aplicaciones “a
dosis bajas y en varias oportunidades”, se presentan como la alternativa que puede
conducir a mejores resultados.
Para optar por esta modalidad y para determinar la dosis y el momento de
aplicación es necesario un análisis integral de la situación. En este análisis deberán
confrontarse el estadio de evolución del cultivo (a través del número de nudos del tallo
principal), las condiciones bioambientales reinantes (fertilidad del lote, características
térmicas e hídricas de la campaña) y las condiciones climáticas pronosticadas en
adelante.
Es posible iniciar las aplicaciones cuando se aprecian los primeros pimpollos
en las plantas del cultivo. Si se le da el valor cero (0) al nudo cotiledonal las plantas
podrán tener nueve o más nudos sobre el tallo principal (en la axila de la hoja ubicada
en 6º nudo se diferencia la primer rama fructífera y sobre ella el primer pimpollo), en
adelante podrán comenzarse las aplicaciones pero la dosis a usar deberá ser baja: un
cuarto o un tercio de la dosis total del producto elegido. Después de la primera
aplicación es necesario seguir de cerca la evolución de la altura de las plantas y la
diferenciación de nuevos nudos y yemas fructíferas.
El momento y la dosis de las aplicaciones siguientes se definirá en función de
la evolución del cultivo y de las condiciones ambientales reinantes. Podría hacérsela
coincidir con la aplicación de otros agroquímicos como insecticidas, fungicidas, etc.,
siempre que las instrucciones de los marbetes lo permitan.
Se podría repetir la operación a intervalos de 10 días, pero una medida del
progreso del cultivo más real lo muestra la relación entre la altura de la planta y el
número de nudos del tallo principal, medida que puede ser semanal, la que debería
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mantenerse entre 4 y 4,5 cm. Otra modalidad difundida en los últimos años incluye el
uso de una regla con la que se determina el largo promedio de los cinco entrenudos
terminales del tallo principal. Tal medición deberá realizarse sobre un número de
plantas representativo del cultivo.
Es conveniente tener presente que ésta es una práctica de manejo del cultivo
tendiente a disminuir los riesgos de pérdida de producción y de calidad del producto;
pero cuyos resultados positivos dependen de la correcta aplicación de las restantes
prácticas de manejo como lotes uniformes, adecuado número y distribución de las
plantas, efectivo manejo y control de plagas, etc.
PRODUCTOS UTILIZADOS Y RESULTADOS OBTENIDOS
Hasta hace poco el Cloromecuato era el único principio activo difundido
localmente, se lo conoce con las denominaciones Cycocel, CCC Cloc, Cotton Stop,
etc. que corresponden a distintas marcas comerciales. En los últimos años el Cloruro
de Mepiquat, denominado comercialmente como Pix, ha comenzado a extenderse en
el área algodonera nacional.
Numerosas pruebas se han realizado a través del tiempo con el objeto de
definir la estrategia más adecuada. Sin embargo los resultados son variables, pues de
año en año y de lote en lote se plantean situaciones particulares que merecen un
análisis en sí mismo y una estrategia o modalidad de uso diferente.
Se resumen los resultados obtenidos en Sáenz Peña, sobre cultivos
sembrados en octubre y diciembre. Se confrontaron la modalidad de aplicación única a
comienzos de la floración (tratamientos 7 y 8) y varias aplicaciones sucesivas iniciadas
a diferenciación de pimpollos (tratamientos 2 a 6). En este último caso se tomaron
diferentes dosis iniciales (250, 375, 500, 1000 cc/ha de Pix y 23 cc/ha de Cycocel 75).
Se confrontaron además 2 métodos para definir dosis:
a) El registro periódico de variables medidas sobre el cultivo. Por medio de
monitoreo a intervalos semanales: se registró altura de las plantas, número
de nudos del tallo principal, nudos vegetativos, ramas fructíferas, entre
otros; y
b) El uso de la regla promocionada por la empresa Basf Argentina S.A., con
la que se mide el alargamiento de los 5 entrenudos terminales de un
número representativo de plantas del cultivo.
En las siembras de octubre las aplicaciones se iniciaron a 60 días de la
siembra (dds) con botones florales agrandados. Las aplicaciones sucesivas se
repitieron a los 67, 76 y 83 dds. En las de diciembre se iniciaron a 40 dds (estadio: 1º
botón floral visible) y se repitieron a los 52, 59 y 73 dds. Los volúmenes totales
aplicados se muestran en el siguiente cuadro y se expresan en cc/ha:
CUADRO 1: Dosis totales (cc/ha) aplicados según siembra.
Tratamientos
1-Control
2-Pix-250
3-Pix-375
4-Pix-500
5-Pix-1000
6-Cyc-023
7-Cyc-090
8-Pix-1500
Octubre
0
779
860
1037
1453
86
117
1427
Diciembre
0
1196
1190
1276
1369
91
82
1422
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Respecto de los métodos para definir "dosis", puede decirse que el monitoreo o
registro periódico es factible y resulta un buen indicador si se respetan otras prácticas
de manejo como uniformidad de lotes, uniformidad de distribución de plantas, etc., que
permitan el logro de cultivos uniformes que tornen más operable al método. El uso de
la regla es un método práctico, pero requiere registros periódicos “no fijos", basados
en un enfoque integral o criterio agronómico de manejo del cultivo que contemple su
evolución, la historia previa y las condiciones bio-ambientales a que está expuesto.
El monitoreo podría simplificarse a algunos parámetros como la altura de las
plantas, el número de nudos del tallo principal, el número de cápsulas por metro de
surco, etc., realizado en momentos puntuales durante la evolución del cultivo,
especialmente en la etapa de crecimiento exponencial, desde diferenciación de
pimpollos a plena formación de cápsulas (alrededor de 80 dds).
En todas las pruebas se evaluó el efecto de las aplicaciones sobre el
crecimiento, la fijación de cápsulas, el rendimiento y la calidad de fibra.
EFECTO SOBRE EL CRECIMIENTO
Los parámetros que mejor reflejaron el efecto sobre el crecimiento fueron la
altura de las plantas y la longitud media de los entrenudos, estos aspectos se aprecian
en las imágenes. En todas las pruebas el mayor control de la altura de las plantas fue
dado por varias aplicaciones a dosis bajas. Entre los productos probados la única
diferencia observada a campo fue el efecto drástico del Cloromecuato por un rápido
acortamiento de los entrenudos, el que se hizo menos perceptible cuando se hicieron
varias aplicaciones.
En las fotos, se aprecia el efecto del regulador de crecimiento sobre la altura de la
planta y la longitud media de los entrenudos.
EFECTO SOBRE LA FIJACIÓN DE CÁPSULAS
Para medir este efecto se registraron los porcentajes de fijación en primera y
segunda posición sobre las ramas fructíferas.
En las siembras de octubre no se apreciaron diferencias, hubo buena fijación
tanto en primera como segunda posición, ya sea con la aplicación única, como con
varias aplicaciones a dosis bajas, aunque esta última mejoró la fijación en segunda
posición. Cuando se analizó la distribución de la fructificación sobre la planta, no
aparecieron diferencias en las 5 ramas fructíferas basales, pero las aplicaciones
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sucesivas mejoraron la fijación en la parte media y superior de la planta (nudos 6º a
20º).
En las siembras de diciembre, varias aplicaciones a bajas dosis mejoraron la
fijación en toda la planta. Las 5 ramas basales también fijaron más y se puede afirmar
que en general la fijación en la parte media a superior de la planta, 6º a 15º nudo, fue
mejorada por la aplicación de reguladores de crecimiento, indistintamente para los 2
productos probados.
En síntesis, en siembras de octubre la fijación de órganos fructíferos parece no
depender en gran medida del uso de reguladores de crecimiento, pero en las siembras
de diciembre esta práctica juega un rol importante y las aplicaciones repetidas a bajas
dosis parecen ser la forma más adecuada. Los resultados obtenidos no permitieron
señalar diferencias entre los productos usados.
EFECTO SOBRE EL RENDIMIENTO
Los diferentes niveles de producción alcanzados en la experiencia estuvieron
en función de la amplitud de la estación de cultivo. Sin embargo, las diferencias
logradas sobre el testigo (1-Sin aplicación), aún cuando no fueron significativos
estadísticamente, parecen confirmar que aún en siembras, donde es posible
aprovechar el "control ambiental del crecimiento" (comienzos de la primavera), el uso
de reguladores de crecimiento ofrece la posibilidad de mejores rendimientos.
En el gráfico 1 se muestran las diferencias de rendimiento y de kg./ha de
algodón levantados en la primera cosecha entre el testigo y los distintos tratamientos.
Considerando los rendimientos totales las diferencias oscilaron entre 250 a 500 kg./ha
para las siembras de octubre y entre 130 a 530 kg/ha para las de diciembre.
Diferencias de Rendimiento y Precocidad
sobre el Testigo
600
500
400
300
200
100
0
Tra ta mie ntos
Dif.Rend.(Oc t.)
Dif.Rend.(Dic .)
Dif.Rend.
Dif.Prec oc idad
En la siembra de diciembre, desde el punto de vista práctico, la estrategia
"varias aplicaciones a dosis bajas" permitiría un mejor control del crecimiento,
reduciendo los riesgos de pérdidas de rendimiento por deterioro de cápsulas basales
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en años con tiempo húmedo al momento de la apertura, situación que no se dio en la
experiencia, pero que es frecuente en el área algodonera de secano. Otro aspecto
importante es la diferencia en kg./ha de algodón levantado en la primera cosecha
respecto del testigo, es decir la precocidad.
En síntesis, las diferencias de rendimiento no fueron significativas
estadísticamente en ninguna de las pruebas; pero el uso de reguladores de
crecimiento permitió lograr mejores rendimientos, independientemente de la forma de
aplicación y del producto usado. Un aspecto relevante de la aplicación de esta práctica
es el logro de una mejor precocidad, la que es más significativa en siembras de
diciembre.
EFECTO SOBRE LA CALIDAD DE FIBRA
La información obtenida mostró que el uso de reguladores de crecimiento
permitió mejorar una componente importante del rendimiento que es "el peso de
capullo", además de mejorar el índice de semilla (peso de 100 semillas). Los
parámetros de calidad de la fibra mostraron una tendencia a superar al testigo con
mejores valores de longitud y resistencia y apareció también cierta tendencia a mejor
uniformidad y alargamiento de la fibra, diferencias que carecieron de significación
estadística.
CONCLUSIONES
En las condiciones del área algodonera de secano, donde se realizaron las
pruebas, el uso de reguladores de crecimiento constituye una herramienta más para el
control efectivo del crecimiento en el manejo del cultivo de algodón.
La aplicación de esta práctica tiene por objeto "orientar", "dirigir" a la planta a
destinar los compuestos elaborados, ricos en energía, hacia la producción de órganos
fructíferos. De allí que el momento o estadio del cultivo en que las aplicaciones pueden
comenzarse coincide con la diferenciación de pimpollos (máxima tasa de crecimiento)
y se extiende hasta la aparición de las primeras flores (inicio de la formación de
cápsulas).
Sin embargo, el crecimiento del cultivo puede ser regulado por una
"componente ambiental", dada por el paulatino aumento de la temperatura y la
disponibilidad hídrica al comienzo de la primavera y por una "componente cultural"
basada en la aplicación oportuna de prácticas de manejo que aseguren la fijación y
desarrollo de los órganos fructíferos formados.
Las cápsulas en desarrollo son las principales demandantes de fotosintatos y
compiten con el crecimiento.
Los experimentos han permitido verificar antecedentes bibliográficos y
experiencias previas:
1- el uso de reguladores de crecimiento propicia una mejor partición de fotosintatos
hacia frutos en desarrollo, produciendo mejor fijación, mayor peso de capullos,
etc., pero
2- el "control ambiental" del crecimiento debe ser considerado, aprovechado y
mejorado con la aplicación de prácticas que aseguren la permanencia de órganos
fructíferos sobre la planta.
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El método más apropiado para definir dosis y momento de las aplicaciones
debe fundarse en los siguientes conceptos:
1- Iniciada la diferenciación de pimpollos, su baja demanda por fotosintatos
convierte al crecimiento en el principal destino de los mismos.
2- Esta baja demanda y condiciones ambientales óptimas (temperatura y
humedad) pueden promover un fuerte crecimiento; es necesario comenzar
aquí su seguimiento.
3- Este seguimiento deberá ser periódico, podría ser semanal, pero no fijo.
4- Se deberán tomar variables que reflejen el crecimiento claramente, podrían
ser la altura de las plantas, el número de nudos, etc., es decir registros
simples, que requieran un entrenamiento inicial y los que permitan
establecer rangos de variación válidos; por ejemplo mantener la relación
altura de plantas/número de nudos entre 4 y 4,5 cm, para dar un ejemplo.
Para definir dosis, lo importante será atender al estadio de evolución del cultivo:
a- al comienzo de la diferenciación de pimpollos, la cantidad de fotosintatos
disponibles para el crecimiento es alta, pero la planta está aún formado la
"fábrica" para la futura producción; entonces serán convenientes dosis
bajas, en 3 o 4 aplicaciones;
b- si el cultivo está en plena formación de pimpollos, pero no ha iniciado la
floración, será recomendable la división de la dosis total en por lo menos 2
aplicaciones y
c- si ya ha comenzado la floración, la aplicación única puede resultar lo más
práctico
Como se ha señalado, esta práctica es una herramienta más que ayuda a
corregir errores que se pueden cometer cuando se produce en ambientes donde se
pueden controlar pocos factores, entre ellos el agua.
BIBLIOGRAFÍA
Cathey, G.W y R.O. Thomas. 1986. Use of plant growth regulators for crop
modification. p 137-142. In. J. R. Mauney and J.M. Stewart (ed). Cotton physiology.
The Cotton Foundation, Memphis. T.N.
Ibalo, S.I. 1997. Uso de reguladores químicos en la producción de algodón: a)
Reguladores de crecimiento. INTA EEA Sáenz Peña. Informe Anual.
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