3. DEUDAS RECLAMABLES Documentos en los que se debe basar la Acción 3.1. La regulación en el artículo 812 LEC La Ley ha preferido no entrar en el casuismo y hace una regulación general: deudas dinerarias, vencidas y exigibles, de cantidad determinada que no excedan de 30.000 Euros y que estén documentadas a través de los medios recogidos en el 812 LEC. En concreto, entre otros requisitos, el art. 812 LEC exige para la iniciación del proceso monitorio el de acreditar la deuda dineraria sobre la que verse la pretensión mediante cualquier tipo de documentos, incluidos los electrónicos. Para ello el citado artículo prevé tres tipos de documentos con los que acreditar la deuda: En primer lugar, el inciso 1° de su número 1 alude a “...documentos, cualquiera que sea su forma y clase o el soporte físico en que se encuentren, que aparezcan firmados por el deudor o con su sello, impronta o marca o con cualquier otra señal, física o electrónica proveniente del deudor”. Tenemos por lo tanto documentos que son firmados por el propio deudor o tienen una señal que identifique al deudor. La señal, como analizaremos posteriormente, puede ser física o electrónica. 45 procesofinal.indd 45 09/10/2007 18:51:55 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica El inciso 2° de este mismo precepto se refiere a “...facturas, albaranes de entrega, certificaciones, telegramas, telefax o cualesquiera otros documentos que, aun unilateralmente creados por el acreedor, sean de los que habitualmente documentan los créditos y deudas en relaciones de la clase que aparezca existente entre acreedor y deudor”. En este caso no hace falta que aparezca una firma o señal del deudor, basta con que estemos ante documentos en los que habitualmente se documente la transacción comercial, incluso si el documento ha sido creado unilateralmente por el acreedor. Por lo tanto lo que el Juez debe analizar en este supuesto es la “habitualidad” de la forma en que se ha documentado la deuda. Además, el inciso 1° del art. 812.2, y sin perjuicio de lo anteriormente previsto, posibilita el acceso al proceso monitorio “cuando, junto con el documento en que conste la deuda, se aporten documentos comerciales que acrediten una relación anterior duradera”. En este caso podríamos estar ante un documento sin firma ni marca del deudor y en el que tampoco se documente habitualmente la transacción comercial. Aquí lo que tendrá que examinar el juzgador es la preexistencia de esa relación duradera. 3.2. Casuística Aunque la casuística de los documentos que pueden presentarse junto con el escrito inicial del Juicio Monitorio es infinita, sin ánimo exhaustivo recogemos algunas resoluciones de los Tribunales al respecto, sobre diversas cuestiones de interés, para ofrecer al menos una idea intuitiva de cuándo es posible y cuándo no, el proceso monitorio. Veremos que las resoluciones 46 procesofinal.indd 46 09/10/2007 18:51:55 Francisco Martínez Beltrán de H. judiciales no siempre son unívocas y que a veces la controversia persiste. 3.2.1. En primer lugar examinaremos si las fotocopias de documentos pueden fundamentar una solicitud inicial de proceso monitorio. Para este fin, veremos tres Autos, los dos primeros dan una solución negativa, y la tercera una solución positiva: El Auto del Juzgado de Primera Instancia Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife (Núm. 3), de 18 febrero 2002 dice: “En el caso de autos, se aporta fotocopia de un documento que se denomina contrato y que se refiere como cliente a la Constructora Hispánica, que contiene una descripción de trabajos a realizar con su precio, por importe de un millón doscientas ochenta mil pesetas, otra fotocopia en parte mecanografiada y en parte manuscrita que contiene lo que indica como conformidad a la oferta presentada para la obra y finalmente, otra fotocopia que se denomina factura por importe del ochocientas ocho mil ochocientas treinta pesetas que es la cantidad que se reclama en este procedimiento. Tales documentos serían incardinables en la previsión contenida en el art. 812.1,2 de la LECiv pues son documentos que parecen creados por el acreedor en el ámbito propio de su actividad comercial. Ahora bien, ninguno de los mismos se aporta por original tratándose de meras fotocopias, y solicitada la subsanación de dicho defecto, ésta no se ha producido alegando la parte que el art. 812 de la LECiv permite la presentación de fotocopias 47 procesofinal.indd 47 09/10/2007 18:51:55 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica así como que los originales están en poder de la entidad demandada. Pues bien el indicado precepto no establece que puedan presentarse fotocopias de los documentos que indica, y la factura impagada es de creación unilateral por la empresa actora por la cual se puede aportar mediante original, así como el resto de la documental a excepción tal vez del documento que en parte está manuscrito. Por aplicación de lo que establece el art. 815 tal documentación no puede venir a constituir un principio de prueba suficiente como para despachar ejecución al tratarse de meras fotocopias, por lo que resulta procedente inadmitir a trámite la solicitud de proceso monitorio.” En el mismo sentido Auto Audiencia Provincial Madrid (Sección 21ª), de 18 diciembre 2001 Recurso de Apelación núm. 679/2001. (JUR 2002\60995) dice: “Para resolver la cuestión planteada en esta alzada que es la determinación de si el documento aportado puede ser fundamento para que se despache el requerimiento de pago es preciso que aquél sea uno de los previstos en el artículo 812 de la LECiv/2000. Examinado el aportado debe concluirse que no lo es. Lo que ha aportado la parte es una fotocopia, no es un documento, ni es el soporte físico al que hace referencia aquella norma. En el apartado primero del precepto se indica que se puede acreditar “mediante documento, cualquiera que sea su forma y clase o el soporte físico en que se encuentren...”, pero lo cierto es que lo aportado no es tal documento, es más, sólo al recurrir se indica que está microfilmado, es decir, que no se emitió el microfilm cuan- 48 procesofinal.indd 48 09/10/2007 18:51:55 Francisco Martínez Beltrán de H. do se celebró el concierto de voluntades; el soporte en todo caso era lo que debía haberse aportado, y siempre que hubiera sido la forma en que se hubiera plasmado la voluntad de las partes, que no es el caso tampoco.” Y en sentido contrario se pronuncia el Auto Audiencia Provincial núm. 390/2001 Zaragoza (Sección 4ª), de 11 junio. Recurso de Apelación núm. 201/2001. (JUR 2001\228167): “En el caso a que se contraen estos autos se acompaña por la mercantil actora las copias de las facturas por ella emitidas y cuyos originales deben obrar en poder de la deudora demandada, documentos que reflejan pormenorizadamente la mercancía suministrada a la misma, los precios de venta, así como los albaranes de entrega y sus fechas, forma de pago mediante giro de efectos cuyo pago se domicilia en determinada cuenta corriente, de la que es titular la mercantil compradora, así como también los abonos contabilizados a esta última como consecuencia de la devolución de parte de dicha mercancía. Dichos documentos deben ser tenidos como suficientes a los efectos de tener por cumplido el requisito exigido por el mentado artículo 812 para dar curso a la petición inicial deducida por la actora, por cuanto que constituye prima facie un principio de prueba del derecho del peticionario, resultando procedente que por el Juzgado de Primera Instancia se dicte la resolución prevista en el artículo 815.1 de dicha Ley Rituaria Civil, sin que a ello pueda obstar, 49 procesofinal.indd 49 09/10/2007 18:51:55 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica en modo alguno, el que se trate de copias de facturas emitidas, ya que es la única documentación que puede obrar en poder de la actora al haber tenido que remitir el original a la deudora, y ello según resulta de lo normado en los artículos 1º y 2º del Real Decreto 2.402/1985, de 18 de diciembre (RCL 1985\3059; RCL 1986, 226 y ApNDL 6993).” Entendemos que es la tercera solución la única correcta y ello por varias razones. En primer lugar y en todo caso, el juzgado deberá ser consciente de quien tiene físicamente el documento original (tal y como explica correctamente el Auto citado), y no se podrá exigir presentar factura original cuando ésta, normalmente, ha sido enviada al deudor para su pago. En segundo lugar, y aun teniendo presente que una fotocopia no es un documento original, hay que recordar que el juez, en el procedimiento civil, no debe, ni puede (salvo excepciones) suplantar el principio de iniciativa de parte. En este sentido es claro el artículo 268.2 LEC que al regular la presentación de los documentos privados dispone: “Si la parte solo posee copia simple del documento privado podrá presentar esta, que surtirá los mismos efectos que el original, siempre que la conformidad de aquélla con éste no sea cuestionada por cualquiera de las demás partes”. Es claro, a nuestro ver, que lo que el artículo llama “copia simple” del documento privado no es más que una fotocopia, y que el citado precepto es aplicable plenamente al procedimiento Monitorio. 3.2.2. Fue cuestión debatida con la publicación de la Ley, si una letra de cambio, un cheque o un pagaré eran título bastante para fundamentar la petición inicial de proceso monitorio, o si por el contrario, esos documentos solo po- 50 procesofinal.indd 50 09/10/2007 18:51:56 Francisco Martínez Beltrán de H. drían esgrimirse en un juicio ejecutivo. Hoy en día la mayoría de la doctrina y de los tribunales se han decantado por la primera opción manejando diversos argumentos. Citemos a continuación varias razones que la jurisprudencia29 y la doctrina han usado para fundamentar la opción mayoritaria, la cual a nuestro juicio es la más racional: En primer lugar, desde un punto de vista legal, la ley no excluye la posibilidad que apuntamos, pues no sólo no lo prohibe expresamente, sino que de la redacción de los arts. 812 y 819 de la LECiv y 49 y 66 de la Ley Cambiaria y del Cheque parece estar tácitamente admitido. Así, el art. 812 dice que el acreedor “podrá” acudir al proceso monitorio cuando acredite la deuda mediante cualesquiera documentos que aparezcan firmados por el deudor (entre los cuales parece evidente que deben incluirse las letras de cambio, cheques y pagarés). El art. 819 nos dice que sólo procederá el cambiario si al incoarlo se presenta letra de cambio, cheque o pagaré que reúnan los requisitos previstos en la LCCH, pero no nos dice que estos títulos en todo caso hayan de ser ejercitados mediante ese juicio cambiario. El art. 49 de la LCCH expresamente dice que el tenedor tiene acción directa para reclamar “tanto en vía ordinaria” como a través del proceso especial cambiario, lo que parece indicar que puede ir tanto al proceso monitorio y por ende al declarativo si el deudor se opone, como al cambiario. Por último el art. 66 de la LCCH nos dice que la letra de cambio “lleva aparejada ejecución” a través del proceso especial 29. Citamos por todas, el Auto de la Audiencia Provincial núm. 23/2002 Toledo (Sección 1ª), de 20 febrero. Recurso de Apelación núm. 1/2002. (AC 2002\556 ) 51 procesofinal.indd 51 09/10/2007 18:51:56 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica cambiario, pero es que en el monitorio precisamente, la letra no es título que lleve aparejada ejecución pues, como dijimos, no es un juicio ejecutivo, sino un juicio que lo que pretende precisamente es la obtención de un título ejecutivo. En segundo lugar, y como argumentación practica, por las ventajas evidentes que para el acreedor presenta el proceso monitorio frente al cambiario, como son la posibilidad de obtener una resolución que produce plenos efectos de cosa juzgada frente a otra que tan sólo “produce efectos de cosa juzgada material respecto de las cuestiones que pudieron ser en él alegadas y discutidas” (art. 827.3 LECiv), cuestiones que no son otras que las establecidas en el art. 67 de la LCCH, a diferencia de las que se pueden resolver a través del cauce del monitorio, pues en éste, interpuesta una oposición por parte del deudor, se inicia un proceso que no reviste singularidad alguna y que se sustancia por lo tanto por los cauces del juicio ordinario declarativo que corresponda. En tercer lugar, por aplicación del principio general de derecho de que el que puede lo más puede lo menos, de tal suerte que si los documentos justificativos del crédito están comprendidos, tanto en el precepto amplio del art. 812 relativo al proceso monitorio, como en el 819, mucho más restringido, relativo al proceso cambiario, es evidente que el acreedor puede optar entre acudir a uno y otro. Por último, también es posible argumentar, que el tenedor de la letra, estando ésta perjudicada por faltar algún requisito formal de los que rígidamente exige la LCCH o incluso habien- 52 procesofinal.indd 52 09/10/2007 18:51:56 Francisco Martínez Beltrán de H. do prescrito la acción cambiaria, podría acudir a la vía ordinaria para reclamar la deuda en base a la prueba documental consistente en la letra carente de fuerza ejecutiva, siendo evidente que en tales casos nada le impediría accionar por medio de un procedimiento monitorio y sólo ante la oposición del deudor hacerlo en el declarativo. Así, señala la Jurisprudencia desde antiguo, que la emisión de una letra de cambio, que por determinadas razones ha perdido su fuerza ejecutiva, no por ello ha de perder su eficacia, pudiéndose ejercitar la acción cambiaria a través del juicio declarativo correspondiente (SSTS de 16 de julio de 1984 [RJ 1984\3911] y 2 de septiembre de 1998 [RJ 1998\6394] entre otras), en cuyo caso deben demostrarse por completo las circunstancias del negocio causal, sobre todo cuando quien ejercita la acción es un tercero ajeno a dicho negocio (STS de 7 de mayo de 1998 [RJ 1998\3706]). Siendo posible el ejercicio de la acción cambiaria en un procedimiento declarativo, también con mucho mayor motivo lo habrá de ser el ejercicio de la acción personal. Se viene a decir que no se reclama el importe de las letras en sí mismo (acción cambiaria), sino el cumplimiento de la obligación de pago asumida por el deudor, documentada en unos instrumentos (letras de cambio en este caso) suscritos por éste y por ello comprendidos en el art. 812 de la LECiv. 3.2.3. También se ha planteado la cuestión de si es posible acudir al proceso monitorio sustentando la petición inicial en una póliza de préstamo no firmada por Corredor de comercio. El Auto de la Audiencia Provincial núm. 186/2002 de Valen- 53 procesofinal.indd 53 09/10/2007 18:51:56 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica cia (Sección 6ª), de 21 septiembre, Recurso de Apelación núm. 469/2002 (AC 2002\1664), responde a la cuestión afirmativamente usando, básicamente, los argumentos ya expuestos para la letra de cambio. 3.2.4. Obligaciones dimanantes de cláusulas penales. En el Auto de la AP de Barcelona, que transcribimos a continuación se inadmite una póliza de préstamo como documento para fundamentar un proceso monitorio, aunque a primera vista parece una solución contradictoria respecto el Auto anterior no lo es. En el Auto de la AP de Barcelona no se admite que la póliza de préstamo pueda fundamentar la petición inicial, no por el préstamo mismo, sino por el hecho de que la póliza contiene cláusulas que se pueden considerar “Cláusulas penales”, las cuales, según reiterada jurisprudencia, pueden ser moderadas por los tribunales incluso de oficio. El Auto Audiencia Provincial Barcelona (Sección 14ª), de 30 mayo 2002. Recurso de Apelación núm. 452/2002. 4.- AC 2002\1245, explica : Sin embargo entiende la Sala por las circunstancias que se dirán que no puede entenderse que la cantidad citada sea liquida. Según el contrato celebrado las cuotas de amortización del capital y los intereses remuneratorios tenían una cuantía única durante toda la duración del contrato (12.629 ptas.) devengándose de no ser satisfechas a sus respectivos vencimientos un interés diario de demora del 29% anual. Pudiéndose además capitalizar dichos intereses de no ser satisfechos. Se dice en la demanda que los demandados dejaron de pagar 22 cuotas las cuales y salvo 54 procesofinal.indd 54 09/10/2007 18:51:56 Francisco Martínez Beltrán de H. error u misión ascienden a la suma de 277.836 ptas. Se reclaman no obstante 608.709 ptas. comprensivas según se dice de las cuotas de amortización impagadas aunque sólo el capital y los interese moratorios, se supone que al 29% porque así viene pactado y nada se indica en contrario. Sin embargo como quiera que las consecuencias económicas del incumplimiento puede ser considerado como una cláusula penal moderable por los Tribunales aun de oficio (STS de 17-3-1998 [RJ 1998\1351]) y también el art. 10 bis de la Ley de Consumidores y Usuarios (RCL 1984\1906; ApNDL 2943) permite declarar nula de oficio las cláusulas donde se incorporen unas consecuencias indemnizatorias excesivamente altas para los consumidores es por lo que no puede estimarse líquida la deuda en la forma exigida. Podemos concluir que lo que falta en estos casos es el requisito de liquidez de la deuda, y que el criterio de la Audiencia es, a nuestro ver, plenamente justificado. 3.2.5. Menos dudas suscita la reclamación de rentas por alquiler de vivienda o de local de negocio. También aquí coincide la mayoría de la doctrina y de los tribunales30 en estar de acuerdo en que no cabe reclamar mediante el proceso monitorio rentas de arrendamientos de viviendas o locales de negocios, las cuales deberán ser reclamadas mediante el correspondiente proceso arrendaticio. 30. En el sentido de lo expuesto, por ejemplo, el Auto del Juzgado de Primera Instancia Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife (Núm. 3), de 21 mayo 2001. Recurso núm. 397/2001. (JUR 2001\173708 ) 55 procesofinal.indd 55 09/10/2007 18:51:56 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica En este sentido el artículo 249.6 LEC determina que se decidirán por el juicio ordinario las demandas que versen sobre cualesquiera asuntos relativos a arrendamientos salvo el desahucio por falta de pago o expiración de plazo. El carácter imperativo de la norma se pone de manifiesto por el término que le sirve de inicio “ se decidirán “ , y el alcance de la misma debe entenderse del modo más amplio posible al utilizarse la palabra “ cualesquiera”. Además de esta argumentación literalista, cabe añadir unas consideraciones sobre la competencia, que en la vigente L. E. C. está la mayoría de las ocasiones, indisponible por las partes, –rechazándose expresamente la sumisión expresa o tácita en la práctica totalidad de los supuestos más frecuentes. Así, mientras que el art. 813 determina con carácter exclusivo y excluyente para el procedimiento monitorio el fuero del domicilio del deudor, el art. 52.7 en materia de arrendamiento de inmuebles señala el del lugar donde radique la finca. Teniendo en consideración el carácter imperativo de estas normas, en aplicación del art. 54 del mismo Texto Legal, la demanda tampoco deberá ser admitida pues establece fueros distintos a los legalmente previstos en materia de competencia. Siendo competentes para el conocimiento de los pleitos en materia arrendaticia, como ha quedado dicho los del lugar donde se encuentre el inmueble, acudir al juicio monitorio para reclamar las rentas adeudadas supone una vía indirecta de obviar las reglas de competencia territorial, lo que conllevaría la inadmisión de la solicitud inicial. 56 procesofinal.indd 56 09/10/2007 18:51:56 Francisco Martínez Beltrán de H. 3.2.6. Los honorarios de abogados y procuradores debidos por sus clientes. A nuestro ver, también pueden ser reclamados mediante el proceso monitorio, sin que para ello obste el que exista un procedimiento específico para que el abogado o procurador pueda reclamar su minuta a su cliente. Y ello precisamente porque el procedimiento, antes llamado “jura de cuentas” que instaura el art. 35 LEC es una opción que la Ley otorga a los abogados, pudiendo estos renunciar a este procedimiento privilegiado y usar los procedimientos declarativos, entre los que se encontraría el monitorio. En este sentido se han pronunciado el Auto de la Audiencia Provincial Palencia (Sección Unica), de 13 febrero 2002 Recurso de Apelación núm. 431/2001, AC 2002\172 : Así las cosas parece claro que en la relación de arrendamiento de servicios o de obra en que se enmarca la prestación de asesoramiento jurídico por el abogado a su cliente, el documento en el que no sólo habitual sino con expreso reconocimiento legal (arts. 35, 242, etc. de la LECiv) se plasma el precio u honorarios devengados es la minuta detallada y compresiva de los distintos conceptos del servicio prestado firmada por el Letrado acreedor, documento unilateralmente creado por éste que en consecuencia debe ser racionalmente incluido entre los que el art. 812 no contempla como legitimadores «ab initio» para promover el proceso monitorio. Lo contrario conduciría a reputar de peor condición a los Letrados respecto al resto de profesionales y a negar el «fumus boni iuris» a un documento al que la propia Ley se lo reconoce en su art. 35 como base legitimadora del procedimiento privilegiado que en el mismo contempla para la reclamación de 57 procesofinal.indd 57 09/10/2007 18:51:56 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica honorarios, procedimiento privilegiado de jura de cuentas al que es facultativo y no obligatorio acudir al letrado «dice en su reclamar»), que puede hacer valer su pretensión bien por el monitorio o por el declarativo ordinario que corresponda a la cuantía Y también, en idéntico sentido el Auto de la Audiencia Provincial núm. 45/2001 Valladolid (Sección 1ª), de 26 marzo. Recurso de Apelación núm. 73/2001.(JUR 2001\141230). Sin embargo, a pesar de los argumentos expuestos, lo cierto es que no hay unanimidad a nivel de Audiencias Provinciales sobre esta cuestión. En sentido contrario se ha manifestado el Auto de la AP Baleares núm. 6/2004 (Sección 3ª), de 23 enero (JUR 2004\80573) : 1º) La razón que justifica la existencia del procedimiento especial de jura de cuentas, antes contemplado en los artículos 8 y 12 de la LEC de 1881 y hoy en los artículos 34 y 35 de la LEC, radica en la naturaleza de los créditos devengados a favor de los profesionales que han intervenido en la sustanciación del litigio y en el hecho de que, en dicho litigio, hay constancia de la actuación procesal de la que deriva el crédito, lo que permite abreviar el procedimiento para el reintegro de las cantidades adeudadas dentro del mismo proceso en el que se han devengado y ante el mismo Tribunal que ha resuelto el litigio. 2º) La naturaleza jurídica del procedimiento de jura de cuentas, y así lo ha venido poniendo de manifiesto la doctrina procesalista mayoritaria, es la de un proceso monitorio, respondiendo su regulación al esquema típico de tales proce- 58 procesofinal.indd 58 09/10/2007 18:51:56 Francisco Martínez Beltrán de H. dimientos, colocando al deudor, ante la solicitud unilateral del acreedor, en la posición de pagar la suma reclamada o dar razones justificadas de su oposición, impugnando la cuenta en un plazo limitado de tiempo, bajo apercibimiento de que su inactividad supondrá que por el Tribunal se despache la ejecución por la suma reclamada. 3º) Si se permitiera al abogado titular del crédito derivado de su actuación profesional en un determinado litigio, optar por el proceso monitorio, se estaría admitiendo la alteración del órgano jurisdiccional competente desde el punto de vista territorial o funcional para la protección del derecho por el cauce procesal privilegiado. No puede olvidarse que la regla especial de competencia establecida en el artículo 34 de la LEC, va íntimamente ligada al fundamento y justificación de la existencia del procedimiento privilegiado para la tutela de los créditos que ostentan Abogados y Procuradores como consecuencia de su actuación en un litigio pues, en caso de oposición del deudor, el tribunal podrá comprobar si las actuaciones profesionales por las que se minuta han sido efectivamente desarrolladas por el profesional acreedor y si las cantidades reclamadas se ajustan a tales actividades, tal como se establece en los artículo 34.2 y 35.2 de la LEC. Y casi con idénticos razonamientos el Auto de la AP Soria núm. 122/2002 (Sección 1ª), de 2 diciembre (JUR 2003\4585): También en sentido contrario se manifiesta el Auto de la AP Valencia núm. 149/2002 (Sección 7ª), de 29 junio, (JUR 2004\33548) 59 procesofinal.indd 59 09/10/2007 18:51:56 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica Entrando en el enjuiciamiento del motivo de apelación, se alega por la recurrente que la invocación efectuada por el Juzgador de Instancia del artículo 35 de la L.E.C. no excluye el derecho de la parte a instar el proceso declarativo que corresponda a la cuantía de la reclamación o, en su caso, el monitorio cuando se aporte la justificación documental de la deuda, de ahí que resulte improcedente la imposición del proceso especial de jura de cuentas. La sala no comparte el criterio del recurrente por cuanto siendo preceptiva la intervención de Letrado en el procedimiento abreviado que regula la Ley de Jurisdicción Contenciosa- Administrativa de 13 de julio de 1998, según establece el articulo 23, la aplicación de la L.E.C. tiene carácter supletorio respecto a las normas que regulan los procesos contenciosos-administrativos, articulo 4, de ahí que solo en defecto de regulación especial deberá aplicarse las normas contenidas en la Ley de Enjuiciamiento Civil. No obstante, la Ley de Enjuiciamiento Civil, articulo 35, regula la reclamación de honorarios de abogado que hubieren devengado del asunto, regulando un procedimiento privilegiado tendente a obtener un titulo de ejecución inmediato salvo que se formulara oposición, sujetándola a unos determinados tramites según sea por el concepto de indebidos o excesivos, estando atribuida la jurisdicción a la contencioso-administrativa y la competencia corresponde al Juzgado en el que se haya efectuado la asistencia, de ahí que como norma especial deberá aplicarse con preferencia a la norma general, que sería la posibilidad de instar un juicio monitorio atendiendo exclusivamente a la naturaleza del documento acompañado. Por lo tanto, la solicitud de juicio monitorio no solo infringe el artículo 35 de la L.E.C. sino también los artículos 4 y 23 de la ley de la Jurisdicción 60 procesofinal.indd 60 09/10/2007 18:51:56 Francisco Martínez Beltrán de H. Contencioso- Administrativa en relación con el 37 de la L.E.C. de ahí que deba desestimarse el recurso y confirmarse la resolución recurrida. Las razones dadas en las últimas resoluciones citadas no nos convencen en absoluto, ya que olvidan que el art. 35 establece una privilegio que puede ser ejercido o no por el abogado, y en consecuencia, no existe, fuera de este procedimiento especial, un fuero territorial obligatorio para las deudas dimanantes de la relación cliente-abogado distinto de las reglas normales de competencia (a diferencia de la solución que hemos dado antes para la reclamación de las rentas impagadas provenientes de un alquiler, donde el fuero es siempre obligatorio). En palabras del Auto de la AP Madrid núm. 85/2004 (Sección 13ª), de 23 febrero, JUR 2004\239036 : “siendo el de jura de cuentas un procedimiento ejecutivo especifico para hacer efectivos de forma sumaria y expeditiva los créditos derivados de la actuación profesional del propio Procurador o del Abogado, según el caso, en un determinado proceso y en el seno del mismo frente al arrendador de sus respectivos servicios, no cabe ignorar que se trata de un cauce procedimental especial y privilegiado por razón del crédito cuya satisfacción se pretende en el marco de la relación abogado-cliente; ahora bien, por tratarse de un privilegio que la Ley reconoce a dichos profesionales -Abogados y Procuradoresno se les puede privar de la posibilidad de acudir a los otros procedimientos -ordinario o verbal según su cuantía- en defensa de sus legítimos intereses. No en vano el art. 35 de la Ley de Enjuiciamiento Civil prevé en su apartado 1 únicamente la posibilidad -”los Abogados podrán reclamar(...)”- no el mandato, de que acudan a dicho procedimiento”. 61 procesofinal.indd 61 09/10/2007 18:51:57 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica Por último, y aunque no hemos encontrado ninguna resolución judicial en la que se haya planteado el problema creemos que parece bastante claro que no cabe el proceso monitorio cuando se pretenda el cobro de la minuta del abogado o procurador en base a una condena en costas contenida en una sentencia firme. En este caso, el cauce adecuado es el de la tasación de costas, pues en este caso los honorarios no son consecuencia de un pacto “inter partes”, sino de una condena judicial y los honorarios pueden y deben ser controlados judicialmente a través del procedimiento de tasación de costas. 3.2.7. Deudas en las que se prevea para su reclamación un procedimiento arbitral. Especial examen de las deudas provenientes del transporte terrestre. Otra cuestión que podemos plantearnos es si cabe el procedimiento monitorio para reclamar deudas en las que la Ley prevea para su reclamación un procedimiento arbitral. Un buen ejemplo de ello lo tenemos, v.gr. en el art 38.1 de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (Ley 16/1987), la cual dispone que “Corresponde a las Juntas Arbitrales resolver, con los efectos previstos en la legislación general de arbitraje, las controversias de carácter mercantil surgidas en relación con el cumplimiento de los contratos de transporte terrestre cuando, de común acuerdo sean sometidos a su conocimiento por las partes intervinientes”31. El mayor problema puede surgir a raíz del párrafo tercero de este artículo que dispone que “Se presumirá que existe el re- 31. Se refiere a las Juntas Arbitrales de Transporte. 62 procesofinal.indd 62 09/10/2007 18:51:57 Francisco Martínez Beltrán de H. ferido acuerdo de sometimiento al arbitraje de las juntas siempre que la cuantía de la controversia no exceda de 6000 EUROS y ninguna de las partes intervinientes en el contrato hubiera manifestado expresamente a la otra su voluntad en contra antes del momento en que se inicio o debería haber iniciado la realización del servicio o actividad contratado”. Es decir la Ley crea una presunción, iuris tantum, de sometimiento al arbitraje para cuantías inferiores a 6000 EUROS Se debe hacer un pequeño inciso en este punto antes de seguir adelante. El tenor literal del precepto está redactado por la Ley 13/1996 de 30 de diciembre de Medidas Fiscales, Administrativas y de Orden Social. El texto original establecía la obligatoriedad de someter la controversia a las Juntas Arbitrales de Transporte “salvo pacto expreso en contrario”. Es decir, en la redacción actual, para acudir a los Tribunales ordinarios basta la mera manifestación al respecto de una de las partes al respecto, y la redacción originaria se exigía un pacto expreso en contrario de ambas partes. El artículo fue declarado inconstitucional y nulo por la Sentencia del Tribunal Constitucional nº 174/1995, de 23 noviembre (RCL 1995\3512 ), sin embargo no se puede dejar de señalar que la redacción originaria y la actual tienen muchas coincidencias. A la vista del precepto, y a la vista del Título Preliminar de la LEC, entendemos que, en cuantías superiores a 6.000 Euros, cabrá el procedimiento monitorio siempre y cuando las partes no hayan formalizado un convenio arbitral y se hayan sometido expresamente a una junta arbitral. En cuantías inferiores a 6.000 63 procesofinal.indd 63 09/10/2007 18:51:57 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica Euros en principio será competente siempre la junta arbitral, con lo que solo cabría el procedimiento monitorio cuando alguna de las partes hubiese manifestado expresamente -antes de iniciarse el servicio contratado- su voluntad de no someterse al arbitraje. Por lo tanto, entendemos que al reclamar por el proceso monitorio una deuda de un porte terrestre inferior a 6.000 Euros, el Juzgador debería rechazarla, salvo que se le acredite en la propia solicitud inicial que alguna de las partes ha manifestado expresamente, antes de iniciar el servicio contratado, su voluntad de no someterse al arbitraje. Por el contrario si la deuda es superior a 6.000 Euros, el juzgador no pudiendo saber si existe o no existe convenio arbitral, debería admitir la solicitud inicial de proceso monitorio. Si existe, finalmente el convenio arbitral, o si el juez de instancia admite la reclamación de una deuda de transporte inferior a 6.000 Euros sin haberse acreditado la voluntad expresa de no someterse a arbitraje, la parte que quiera acogerse al mismo deberá, denunciar la falta de jurisdicción mediante declinatoria, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 39 LEC. Otra cuestión que ya hemos apuntado antes, al hilo de lo expuesto, es determinar si la declinatoria debería interponerse en la propia oposición del juicio monitorio, o posteriormente en el proceso declarativo correspondiente. Nosotros, como ya hemos explicado, entendemos la declinatoria debería interponerse en la oposición del propio proceso monitorio, sin que se pueda dejar para el proceso declarativo posterior, y ello porque la declinatoria, en último termino, es una forma de oposición, si bien como también hemos señalado existen diversas Resoluciones judiciales en sentido contrario. 64 procesofinal.indd 64 09/10/2007 18:51:57 Francisco Martínez Beltrán de H. 3.3. ¿Son subsanables los defectos de la petición inicial? Parece indiscutible que se debe admitir la subsanación de aquellas cuestiones puramente procesales, como la falta de acreditación de la representación, o poder del procurador, en aplicación del artículo 231 de la LEC y de la doctrina jurisprudencial. En cuanto a la falta de los documentos que deben justificar la deuda algunos autores como Ortiz Navacerrada y Herrero Perezagua lo consideran determinante de la inadmisión inicial, otros como Gómez Amigo lo consideran susceptible de subsanación. Nosotros entendemos, en base al principio de economía procesal, que la falta de los documentos que deban justificar la deuda puede ser subsanada siempre y cuando esos documentos al menos vienen detallados en el cuerpo de la solicitud inicial. En otras palabras, si el reclamante dice que se le debe una cantidad en base a una determinada factura, con un determinado número, con un determinado importe, entendemos que no debe haber problema para requerir al actor para que subsane lo que a todas luces es un simple olvido. Si el cuerpo de la petición inicial no detalla el documento en el que se basa la petición y no se aporta el documento, entendemos que habría que inadmitir la petición inicial. 3.4. ¿Caben aportar documentos informáticos o electrónicos a los efectos del juicio monitorio? La Ley prevé con carácter expreso en relación con los documentos electrónicos su posible incorporación procesal y su 65 procesofinal.indd 65 09/10/2007 18:51:57 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica utilidad como principio de prueba para dar fundamento a una petición monitoria, aun cuando no pueda verse en ella una regulación asimilable a la de la aportación de documentos junto con la demanda (arts. 264 y ss. LEC), ni a la de los documentos admisibles en el régimen de la prueba documental (art. 299 y arts. 317 y ss. LEC). Perez Gil , ha estudiado la cuestión y distingue varios supuestos32 que analizamos a continuación. 1. Documentos en los que conste una señal electrónica proveniente del deudor (art. 812.1º LEC): Aunque no se establecen requisitos formales ni de contenido de ninguna clase para la admisión de documentos, la señal de que se trate, en conjunción con el documento al que se adjunta, deberá estar dotada de suficiente credibilidad para constituir una apariencia de la existencia del derecho de crédito del acreedor. Perez Gil señala que no existe ninguna norma que exija la verificación de la señal electrónica, por lo que se cuestiona, “si en algún caso deberá realizarse esa actividad de comprobación en virtud de las particularidades de la firma electrónica, y en concreto la íntima conexión que propicia entre la identificación del signatario y el contenido del documento que con ella se posibilita”. La respuesta se deja al ámbito de la libre apreciación judicial la cual estará, sin embargo, condicionada por el tipo de firma electrónica de que se trate. 32. PEREZ GIL, J., “La firma electrónica como objeto de la prueba”, El Comercio Electrónico, Madrid 2001. 66 procesofinal.indd 66 09/10/2007 18:51:57 Francisco Martínez Beltrán de H. En todo caso es razonable exigir al peticionario que aporte, junto con su petición y el documento firmado electrónicamente en el que se fundamente la existencia de la deuda, aquellos elementos o instrumentos necesarios que permitan, verificar la credibilidad de las afirmaciones realizadas. En el caso firmas electrónicas avanzadas tal exigencia pasará por la aportación del correspondiente certificado. En el caso de firmas electrónicas comunes deberán aportarse los elementos que permitan presumir el nexo entre ellas y su presunto autor. 2. Instrumentos que habitualmente documentan créditos y deudas en relaciones similares (art. 812.1.2º LEC) En este caso la señal del deudor deja de ser el elemento esencial, pudiendo estar ante documentos creados unilateralmente por el acreedor. Aquí la verificación de la señal electrónica no es tan importante, pero sí que se debe verificar la habitualidad. 3. Documentos comerciales que acrediten una relación anterior duradera (art. 812.2.1°. LEC) En este caso lo exigido legalmente es la aportación de un conjunto de documentos de carácter comercial en los que consten tanto la deuda vencida como la existencia de un trato comercial cronológicamente anterior y de carácter prolongado en el tiempo. Si la relación comercial afirmada se ha desarrollado sirviéndose de la utilización de firmas electrónicas, es evidente que éstas serán determinantes al objeto de acreditar la propia existencia del intercambio y su carácter de duradero. Por ello, pese 67 procesofinal.indd 67 09/10/2007 18:51:57 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica a lo que pudiera deducirse del art. 815.1 LEC, también en este caso parecerá oportuna, previa aportación por el acreedor de los elementos necesarios, una mínima verificación por parte del juez. 3.5 El examen judicial de la existencia y acreditación de los presupuestos exigidos Se trata de determinar que grado de examen debe acometer el juez sobre los presupuestos exigidos por los artículos 812 a 814. La cuestión está íntimamente ligada a la naturaleza del procedimiento monitorio. Los que se decantan por entender el juicio monitorio como un proceso de naturaleza ejecutiva entienden que el examen judicial ha de ser sumario (entre otros Font Serra, Serrano Massip, e Illescas Rus). El sector que entiende el juicio monitorio como un juicio declarativo se decanta por una cognición judicial. Este sector argumenta que el procedimiento monitorio español tiene un marcado carácter documental (a diferencia del de otros países donde rige un monitorio puro en el que basta la mera afirmación del acreedor sin base probatoria alguna), por lo que el juez deberá entrar a valorar los documentos para determinar si los mismos constituyen un principio de prueba. Así cuando se trate de documentos reconocidos, o unilateralmente confeccionados por el acreedor, de los que habitualmente documenten créditos, el juez valorará si constituyen un principio de prueba. Si se aportan documentos acreditativos de una relación comercial anterior el examen se extenderá a los documentos relativos a la existencia de la relación anterior duradera. 68 procesofinal.indd 68 09/10/2007 18:51:57 Francisco Martínez Beltrán de H. Nosotros creemos que el examen del juzgado debe ser, esencialmente de control de forma. Se debe controlar que los documentos cumplen los requisitos legales, pero el juez no debe hacer valoraciones. Es un control de forma más que de fondo. Es decir, entendemos que si se presenta un documento del artículo 812.1º, por ejemplo un albarán de recepción de un material firmado por el deudor, el juez no debe valorar si eso es un principio de prueba, por la simple razón de que la Ley dispone que eso sí es un principio de prueba. El juez se limitará a comprobar que el albarán ha sido emitido por el acreedor, pues lo más normal es que sea imposible comprobar la firma que aparece en el albarán. 3.6. Notificación al deudor del requerimiento. Posibilidad de citación mediante edictos El artículo 815.1. 2º parrafo, establece que el requerimiento de pago se notificará al deudor de la forma prevista en el artículo 161 (es decir mediante entrega al destinatario de la copia de la resolución o cédula). Por último el artículo 815.2 permite expresamente la comunicación edictal de acuerdo con el artículo 164 de la LEC en los casos de reclamaciones de cuotas impagadas de comunidades de propietarios. Parece claro que estando ante un procedimiento rápido, el legislador, en aras de la tutela judicial efectiva, ha querido dar importancia a la notificación personal al deudor por lo que, de la misma forma que se quiere que el deudor sea requerido en su domicilio o residencia, se pretende evitar que el deudor sea notificado mediante la via edictal (salvo el caso previsto para comu- 69 procesofinal.indd 69 09/10/2007 18:51:57 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica nidades de propietarios), debiéndose archivar el procedimiento si no se ha localizado al deudor. Esta es la posición doctrinal mayoritaria y así como de la mayoría de las Audiencias y Juzgados, si bien no unánime. En el sentido expuesto de exigir la notificación personal, el Auto del Juzgado de Primera Instancia de Bilbao de 20 de junio de 2001 (AC2001/2220) recoge unos acertados razonamientos que transcribimos y hacemos nuestros: “La doctrina interpretativa del novedoso juicio monitorio no es unánime a propósito de si cabe practicar el requerimiento de pago en general por medio de edictos, aunque muy mayoritariamente se desaprueba. El Juzgador lo rechaza por razones dogmáticas y positivas: 1. Dogmáticamente, el juicio monitorio significa una inversión del principio procesal tradicionalísimo de los juicios declarativos, conforme al que el silencio del demandado representaba el mero incumplimiento de una carga, y se presumía de Derecho que el citado o emplazado resistía la pretensión, de modo que no había allanamiento por rebeldía, ni tampoco conformidad con los hechos por los que se pedía tutela judicial (salvo excepciones en juicio de tercería). De suyo, cuando se ha regulado una «ficta contestatio» en declarativo (art. 43 del Decreto de 21 de noviembre de 1952 [RCL 1952\1612; NDL 18642], reformado por Novela 34/1984 [RCL 1984\2040; RCL 1985, 39; ApNDL 70 procesofinal.indd 70 09/10/2007 18:51:58 Francisco Martínez Beltrán de H. 4257]), se hacía dependiente de una comunicación por remisión personal. La inversión del principio presume de Derecho en el juicio monitorio que el demandado reconoce el crédito que se le enarbola por su silencio, una vez requerido de pago y con aportación de un principio de prueba documental. Esta ficción legal no puede congeniar con el núcleo esencial de efectiva tutela judicial si, a su vez, se edifica sobre otra ficción legal, que indiscutiblemente resulta serlo la comunicación edictal, toda vez que se fingiría que el requerido ha leído el requerimiento en el tablón de anuncios del Juzgado, o en su caso, el Boletín Oficial o periódico que fuera. El título ejecutivo en el monitorio es un complejo que forma la afirmación del crédito documentado (solicitud inicial), la providencia de admisión judicial de la petición y requerimiento de pago (art. 815 LECiv), y el silencio del requerido, que se configura como consentimiento tácito (art. 816.1 LECiv, aunque nada excluye que exista un consentimiento expreso), y no puede admitirse que el consentimiento tácito se produzca con un requerimiento por edictos, que no es argumento indirecto de conformidad con la deuda, sino argumento puramente ficticio, careciendo el documento que abre el proceso de cualquier fehaciencia. SEGUNDO. En el plano positivo, ocurre que el art. 815.2 LECiv prevé expresamente la posibilidad de requerimiento de pago por medio de edictos para las reclamaciones de las 71 procesofinal.indd 71 09/10/2007 18:51:58 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica Comunidades de propietarios respecto de gastos comunes, por lo que la falta de prevención expresa para el proceso monitorio genérico, según principio general hermenéutico del Derecho, si la ley calla, no quiere, porque cuando quiere, lo dice. Y la salvedad del monitorio de propiedad horizontal supera la tacha de edificar una ficción sobre otra, porque el proceso del art. 21 LPH (RCL 1960\1042; NDL 24990) exige un requerimiento preprocesal al propietario con arreglo al art. 9.h) LPH, que comprende un deber comunitario de fijación de domicilio de notificaciones. Asimismo el art. 815.1 LECiv al referirse a las formas del requerimiento en el monitorio genérico, indica la «prevista en el artículo 161 de esta Ley», y por ende, no se remite a las previstas en las normas a las que el precepto, a su vez, pueda remitir. Si la competencia territorial para conocer del juicio monitorio se fija (art. 813 LECiv), en ausencia de domicilio o residencia conocidos del deudor, como es caso, por el lugar donde el deudor pudiera ser hallado a efectos de requerimiento de pago por el tribunal, ello es indicativo de que, hasta que no se encuentre al supuesto deudor en lugar en que se encuentre con cierta periodicidad o lapso de tiempo significativo, no habrá órgano competente para asumir el conocimiento del proceso. En fin, con arreglo al art. 816.2 LECiv, se lograría con el despacho de ejecución secundario de un requerimiento edictal, un título de ejecución judicial inasequible a la revi- 72 procesofinal.indd 72 09/10/2007 18:51:58 Francisco Martínez Beltrán de H. sión, o a la rescisión por audiencia de rebelde, que le haría ilógicamente de mejor condición que una sentencia firme, promocionándose recursos de amparo al TC.” En sentido contrario y permitiendo la comunicación mediante edictos tenemos el Auto 102/2002 de la AP de Valladolid, Sección 3ª, de 15 de Julio de 2002. En este caso la Audiencia permite la notificación edictal argumentando que el artículo 815 de la Ley remite al 161, y este a su vez remite al 156 el cual sí permite la notificación mediante edictos: “Si la demandante en su escrito inicial había facilitado al juzgado hasta tres domicilios del deudor demandado (uno de ellos, correspondiente a su lugar de trabajo), y en ninguno pudo ser localizado por haberlo abandonado con anterioridad, y si además, se ha intentado averiguar su actual paradero a través de gestiones de la policía municipal y judicial, e incluso por datos registrados en la Tesorería de la Seguridad Social, también sin resultado, no hay razón ninguna, ni procesal ni material, para que no deba entrar en juego la previsión contenida en el artículo 815 que remite al 161 y este a su vez al 156 , todos de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que, ante tales circunstancias, permite que el requerimiento al deudor se lleve a cabo mediante edictos. Difícilmente puede mantenerse que en este tipo de procedimientos monitorios, la notificación y requerimiento al deudor siempre ha de hacerse en forma personal, si resulta que sus propias normas reguladoras expresamente autorizan y posibilitan -por remisión- el que en determina- 73 procesofinal.indd 73 09/10/2007 18:51:58 El Proceso Monitorio. Teoría y Práctica dos supuestos, pueda llevarse a cabo la comunicación mediante edictos, (artículo 164 Ley de Enjuiciamiento Civil). Véase así que el artículo 815.1 párrafo segundo de la mentada ley procesal, establece que el requerimiento “.se notificará en la forma prevista en el artículo 161 de esta ley.”, precepto que precisamente contiene la previsión de que si el destinatario de la comunicación no se hallare en ninguno de los domicilios designados, ni en su lugar de trabajo “se procederá de conformidad con lo establecido en el artículo 156”, es decir, el tribunal utilizará los medios oportunos para averiguar cual sea su actual domicilio o residencia y si al final estas averiguaciones resultaren infructuosas, que es lo aquí aconteció, “la comunicación se llevará a cabo mediante edictos” (Art. 156.4 LEC). “ Aunque es evidente que la interpretación de la Ley puede ser diversa, la primera interpretación expuesta es, a nuestro juicio, la única conciliable con el Derecho de Tutela Judicial Efectiva reconocido en el artículo 24 de nuestra Constitución. 74 procesofinal.indd 74 09/10/2007 18:51:58