Interpretación en Psicoanálisis

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Interpretación en Psicoanálisis
Autor: Magíster Julieta Negro de Markl
Me propongo en este trabajo señalar aquello que nos dice Freud y Lacan al respecto
de que sólo sabremos si una intervención tiene el efecto de interpretación por el efecto
posterior.
Me limitaré a señalar algunos de los párrafos donde los psicoanalistas antes
mencionados plantean esto y luego marcar en un recorte clínico
de un caso infantil
algunas intervenciones y los efectos que las mismas produjeron.
Dice Freud: “Sería harto atractivo reunir aquí otras varias observaciones de este género
mas prefiero limitarme, por ahora, a las ya expuestas y presentaros otros casos de distinta
naturaleza, o sea aquellos en que nuestra interpretación debe esperar a ser confirmada por
sucesos posteriores. La condición principal de estos casos es, naturalmente, la de que la
situación psíquica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra
investigación. Nuestra interpretación no poseerá entonces más valor que el de una simple
hipótesis a la que ni aun nosotros mismos podemos conceder gran importancia. Pero
posteriormente sucede algo que nos muestra cuán acertada fue desde un principio nuestra
interpretación hipotética.”1
“Podemos resumir la cuestión afirmando que no hay justificación para que se nos
reproche que descuidamos e infravaloramos la importancia de la actitud de los sujetos
sometidos a análisis ante nuestras construcciones. Prestamos atención a ella y a menudo
obtenemos valiosas informaciones. Pero esas reacciones por parte del paciente son
raramente inequívocas y no proporcionan oportunidad para un juicio definitivo. Solamente el
curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son
correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que
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FREUD Sigmund,CD Obras Completas, Lecciones Introductorias al Psicoanálisis (1915-1917) Lección III Los actos fallidos.
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espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos
una aceptación por parte del paciente ni discutimos con él si en principio la niega. En
resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el
criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se
aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.»” 2
Ambos párrafos nos señalan que sabremos de la verdad de una intervención por los
hechos futuros, por sus efectos posteriores.
Lacan en la Dirección de la cura dice: “ Nuestra doctrina del significante es en primer
lugar disciplina en la que se avezan aquellos a quienes formamos en los modos de efecto del
significante en el advenimiento de la significación, única via para concebir que
inscribiéndose en ella la interpretación pueda producir algo nuevo”.3
Lacan nos dice aquí que la interpretación debe producir algo nuevo en el sujeto, por
tanto una intervención que no apunta a producir algo nuevo en el sujeto, no es
interpretación.
Otro párrafo que encontramos en la Dirección de la cura: “ ...cada quien da testimonio a
su manera de que para confirmar lo bien fundado de una interpretación lo que cuenta no es
la convicción que acarrea, puesto que se reconocerá más bien su criterio en el material que
irá surgiendo tras ella.”4
Presento de aquí en adelante el recorte del caso infantil titulado “ De la metáfora
fóbica a la metáfora paterna” en el que voy a señalar los efectos de una interpretación.
Santiago tiene 4 años cuando llega a mi consultorio, derivado por el Dr.X, quien fue
consultado para realizar el diagnóstico del niño. Los padres de Santiago se separaron
cuando él tenía 1 ½ año. Los síntomas del niño son ataques de asma y enuresis nocturna,
estados de angustia y miedo.
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FREUD, Sigmund, CD Obras Completas, Construcciones en Psicoanálisis.1937
Lacan J. Escritos 2, La dirección de la cura y los principios de su poder. Punto II
Lacan J. Escritos 2 La dirección de la cura y los principios de su poder, Punto II
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En la primera entrevista con los padres el Dr. X anticipo que su trabajo se limitaría a
una evaluación diagnóstica y de ser necesaria una derivación para tratamiento.
El Dr. X
realizó dos maniobras principales: 1) sostener frente a los padres una
posición al respecto de los tratamientos psicoterapéuticos: Estos deben ser indicados
por un profesional, no deben ser consecuencia del pedido directo de padres o maestros.
2)En una entrevista de juego conjunta
de padres y el niño, el Dr. X le solicita a Santiago su consentimiento para poder quedarse
con uno de los bichos, el más siniestro, el escorpión.
La primer intervención tiende a descompletar a los padres de un presunto saber y a
abrir la posibilidad de articulación de la suposición de saber del psicoanálisis. La segunda
intervención descompleta al niño, lo pone a prueba en su capacidad de desprendimiento,
de donación, y de espera, estableciendo un enigma, como consecuencia de la operación de
sustracción de sentido sobre el conjunto de los juguetes.
Cuando el Dr.X anuncia la derivación a un analista que trabaja con niños, deja expreso
que él mismo se encargará de acercarle al psicoanalista el escorpión. Reduplicando así, el
valor enigmático del mismo.
Esto posibilita por un lado una derivación en donde se le supone un saber al analista
que se encargará del tratamiento, y a su vez se establece un enigma sobre uno de los
juguetes posibilitando un espacio de suposición al saber sobre el futuro trabajo del niño.
Podemos ver aquí una transferencia a priori, el Dr. X me traslada una suposición de
saber, este saber con relación a mi posibilidad de alojar en el dispositivo analítico el
enigma de Santiago, hay un traslado de saber que va con el escorpión, tanto
para
Santiago como para sus padres.
En esta transferencia a priori vemos la vertiente imaginaria: los psicoanalistas saben
lo que les pasa a los niños. Y la vertiente simbólica: la analista le supone al niño la
capacidad de trabajo de un saber.
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El bicho como significante a posteriori.
Santiago al llegar por primera vez a mi consultorio, entra, ve el escorpión y dice “
eso es mío”. Sí, contesta la analista, me lo dio el Dr. X.
Santiago: Vos conoces al Dr. X? La analista contesta afirmativamente.
En la siguiente sesión Santiago trae sus juguetes: Bichos, Power Ranger, y revistas de
bichos. Toma las revistas y señala cuales son los bichos buenos y cuales los malos, así
comienza la apertura del trabajo transferencial, puesta en juego en sus asociaciones
libres. Jugando dice:“ Los mosquitos quieren saber de donde viene el pan”. Formulándose
así el primer enunciado que comporta una pregunta al respecto del origen. Su primera
demanda al analista. Santiago se coloca en la posición de buscar la verdad sobre sí
mismo, sobre su identidad. La analista aquí aparece como aquel que puede recibir este
bicho, dando lugar a que un saber se ponga en trabajo y Santiago se pregunte ¿Qué tipo
de bicho es? , ¿Qué lugar ocupa para el otro?
Antes de irse deja los juguetes en mi consultorio y dice: “Cuando venga tu esposo guarda
todos los juguetes, cuando se va los podes volver a sacar.”
También enuncia el pedido de secreto profesional, al solicitarme guardar los juguetes
para que no los vea mi marido, en mi marido se encuentran los otros. En la emergencia del
sujeto supuesto al saber, se supone el respeto de la regla analítica, se establece así un
pacto, una alianza entre Santiago y la analista.
Pregunta fóbica. Tres tiempos del Edipo.
-Santiago es hijo único, vive con su madre, ella se define en las entrevistas como “ la
mujer maravilla”, quien puede dar todo y posee respuestas a todo, excluyendo al padre y
dejándolo en el lugar de “ bicho raro”. Ella comenta que el padre está en tratamiento
psiquiátrico por un diagnóstico de psicosis.
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- Su padre lo visita muy poco. Se realizaron algunas entrevistas con él lo que permitió
la detección por parte de la analista de reticencias con relación al tratamiento y
dificultades para asumir su función de padre. Utiliza un lenguaje que muestra ilustración
lacaniana, en frases como: “ yo estaba cumpliendo mandatos de los otros”, “ el deseo es
el deseo del otro”, etc. Frecuentemente se comunica con la madre en momentos de
grandes crisis, para que ella lo contenga, Santiago se da cuenta.
-“ Los bichos” para Santiago vienen del lado paterno, tanto el tío como el abuelo son
etnólogos. Estos bichos ejercen en Santiago por un lado una gran curiosidad y por el otro
un inmenso temor, que se deja ver en su enuresis nocturna y refiere tener pesadillas
“muy feas con bichos y monstruos”.
Su padre sale de viaje durante un mes, los síntomas de Santiago recrudecen,
reaparecen los ataques de asma y se orina de noche. Cuando el padre vuelve esto se
torna peor, ya no solo se orina de noche sino también de día, y los broncoespasmos no
cesan.
Bien, por un lado tenemos un padre imposibilitado de cumplir con su función, la
castración simbólica.
Por otro lado encontramos a una madre que dice ser “ La mujer maravilla” lo que
complica aun más el desarrollo del Edipo en Santiago. La mujer maravilla viene de un
lugar donde son todas mujeres, donde no hay lugar para el hombre, no permite que el
hombre entre en circularidad. Y si entra de alguna manera, entra de la manera que ella
presenta al padre del niño, como “ un bicho raro”.
- Síntomas: dificultades de conducta en el jardín, enuresis y asma. Con la enuresis
Santiago pierde los limites para afuera, el mismo dice “ y... yo no quise, pero se me
escapo”. Sufre de incontinencia, el segundo síntoma es el asma, lo que se da en el asma
es la continencia del aire. Presenta dos movimientos del síntoma, manifiesta la dialéctica
de la continencia-incontinencia.
Entonces por un lado encontramos un síntoma que contiene y por el otro un síntoma
que no contiene. Muestra totalmente el conflicto ambivalente de Santiago. No tengo más
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que recordar a Lacan: “... el síntoma del niño esta en posición de responder a lo que hay
de sintomático en la estructura familiar”
El temor a los bichos y la fascinación por los bichos. Este temor nos muestra que la
fobia aparece delante de la angustia, bien sabemos que es angustia de castración. Y esta
angustia es ambivalente, es angustia por la separación de la madre pero también angustia
por quedar atrapado en ella, por quedar atrapado por el lazo de la mujer maravilla.
Sostengo así que la fobia es un llamado a la castración, un llamado a que el padre
ocupe su función, o al menos que la madre de lugar al padre. Es angustia por que
sobrevenga la castración y también por que no sobrevenga.
Recordemos los tres tiempos del Edipo que señala Lacan, un primer tiempo donde el
niño intenta identificarse con el deseo de la madre. Para el pequeño el falo es el deseo
de la madre y se colocara en distintas posiciones para engañar y satisfacer a la madre.
Dirá al cumplir 5 años “ mi mamá me quiere bebe”, como réplica a un señalamiento de la
analista “ ya sos grande, sos un pre escolar”. De esta manera Santiago fabrica un engaño
“ soy bebe” para consentir y dar consistencia a la madre como fálica.
Este engaño es puesto en la transferencia y revelado como tal en frases tales como: “
solo acá me ato los cordones”. Pero abre un espacio para él, en donde no es necesario ser
el falo para alguien.
En el segundo tiempo el padre actúa como privador. Priva a la madre y al niño. El
padre privador puede aparecer desde el discurso de la madre y a su vez el padre real
encarna al padre simbólico, aunque sea imperfectamente.
Bien, este segundo tiempo esta frenado en Santiago. La madre pocas veces es capaz
de nombrar al padre como privador, o a cualquier ente simbólico que prohiba, sino que
ella es la “ mujer maravilla” ¿Qué lugar queda para otro? Y cuando nombra al padre es
nombrado como un “ bicho raro”, nombre que el padre afirma en cada uno de sus llamados
y que alienta este lugar de mujer maravilla.
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Así nos encontramos con un padre imposibilitado de castrar a la madre, de asumir en
ese padre real al padre simbólico. Complicado, por que para alejarse de la madre y poder
castararla, es necesario otro: los etnólogos.
Para que se formule la ecuación edipica se requiere de un significante paterno, y allí
el significante “ bicho” toma un lugar intentando castrar a la madre, pero necesitando
encarnarse en ser un “ bicho raro” llegando así a tener trastornos en el colegio. Este
significante “ bicho” no le alcanza plenamente para hacer la sustitución significante de la
metáfora paterna y este significante queda ahí, como significante comodín dando
vueltas.
“ Bicho” como significante comodín actúa como una plataforma giratoria, que posibilita
en el trabajo analítico las distintas formulaciones neuróticas.
Santiago sabe que su ubicación con respecto de la madre es engañosa y en su análisis
intenta construir herramientas para armar su novela familiar
Lugar del analista. Intervención. Intentos de curación.
Santiago en las siguientes sesiones solicita jugar con la computadora. Intervengo: “ es
de mi marido y no quiere que la uses”.
Pide usar otras cosas de mi consultorio, libros, lápices, etc., pregunta si mi marido
dejara que él las use (supone que todo lo que esta en el consultorio es de mi marido). Le
digo que sí que mi marido me dijo que podía jugar con sus libros, pero que la computadora
estaba prohibida.
Esta intervención permite que se establezca en la transferencia, al padre donativo y
al padre privador desde la palabra del analista, permitiéndole a Santiago observar una
lógica familiar distinta, donde la analista como mujer aparece castrada por un hombre
que da lo que él desea dar.
En la sesión siguiente Santiago solicita el baño “ me estoy haciendo caca, puedo ir?”.
La analista responde afirmativamente. Santiago pide que le limpie la cola y le digo que
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no, que lo que yo voy a hacer es enseñarle como se hace. Esto sucede durante 5 sesiones
seguidas.
En primer lugar si seguimos a Freud podemos ver a la caca como un regalo, es algo
que me puede dar de manera controlada. La analista lo supone capaz de hacer algo de
manera controlada no como el pis ni como el asma, que son dos descontroles de él como
respuesta a una madre que no le da el lugar de ser un sujeto “capaz”, sino sólo un
objeto de rellenamiento fálico. La caca que deja en el baño es una primera resolución de
la ecuación fálica consecuencia de la instauración de la función paterna en el juego de
donación – privación, establecido en la transferencia por la intervención de la analista. La
función paterna ha comenzado a operar simbólicamente. Santiago comienza a hablar de
la ecuación simbólica que le permitirá una resolución a la angustia de castración y armar
la salida del edipo.
Pide ir a la cocina a realizar algunos “experimentos”. Intervengo accediendo a su
demanda. Ve en la cocina Cal c vita. Pregunta si es de
mi marido, le digo que sí.
Responde: “ese es el experimento que cura el hacerse pis”. Aparece algo que la analista
da en nombre de un padre que le permite a Santiago curar su pis, su descontrol, le
permite un orden.
Vemos aquí el intento de resolución curativa por parte del niño, y su compromiso con
el trabajo analítico, se lo ve ofertado a la transferencia. Es a partir de intervenciones
del analista que apuntan a instaurar un orden distinto al familiar, donde a través de la
palabra de la analista se instaura la función paterna que Santiago puede comenzar con el
armado de su ecuación fálica, donde a través de permitirle el ingreso a la cocina a
realizar experimentos, Santiago acepta el trabajo de inventar algo para curarse.
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Bibliografía
Sigmund Freud, CD, Lecciones Introductorias al Psicoanalisis (1915-1917) Lección
III Los actos fallidos.Obras Completas. Traducción : Luis Lopez Ballesteros.
Ediciones Biblioteca Nueva. España. Desarollado en Argentina por In Context.
Informática documental 1995.
• Sigmund Freud, CD, Construcciones en Psicoan{alisis 1937, op.cit.
• Lacan Jacques, Escritos 2, “La dirección de la cura y los principios de su poder”.
Punto II ¿Cual es el lugar de la interpretación? Ediciones Siglo XXI, Decimo
Cuarta edición. BS. AS, 1996.
• Lacan Jacques, Intervenciones y textos 2, “Dos notas sobre el niño”.
Editorial Manatial. Argentina, 1993.
* Varios Autores, Testimonios de trabajo, Biblioteca Praxis Freudiana,
“Sobre la fobia” Amelia Imbriano. Editorial: Leuka. Bs.As., 1993.
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