5. Modificación de las actitudes.

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SEGUNDA PARTE:
INTERVENCIÓN EDUCATIVA PARA LA
MODIFICACIÓN DE ACTITUDES
Una vez evaluada la situación de las actitudes de tolerancia y cooperación en nuestro contexto, nos planteamos la posibilidad de modificar
las actitudes negativas encontradas, así como intentar formar en las
positivas, con especial énfasis en el papel que pueden jugar las instituciones educativas en esta tarea.
Para ello elaboramos una serie de estrategías didácticas encaminadas
a fomentar actitudes tolerantes y cooperativas en los alumnos de dos
clases (1º y 4º de E.S.O.) de un instituto de nuestra ciudad. Exponemos
a continuación las características más relevantes de esta intervención
educativa, así como su valoración.
5.
MODIFICACIÓN DE LAS ACTITUDES
Nuestra sociedad vive actualmente profundas transformaciones hacia
la multiculturalidad que exigen innovaciones educativas de similar envergadura. Todos los proyectos pedagógicos tienen dos referentes básicos:
primero, cómo son los alumnos, en qué situaciones están, qué necesidades
tienen, cómo es su situación familiar y social (contextualización), cuáles
son sus valores, actitudes, comportamientos; segundo, cómo deben ser
educados y formados estos alumnos, qué valores, actitudes y comportamientos deben cimentar, mejorar, cambiar o adquirir, qué conocimientos,
94
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
95
capacidades, destrezas deben poseer para su desarrollo personal y para
su participación en la sociedad.
Es la escuela la que reúne unas características esenciales que la hacen,
en principio, idónea para estos proyectos de socialización de la población
infantil y juvenil; ya sea mediante la adopción de determinados programas
o a través de la promoción y consolidación de una determinada teoría
educativa basada en el cambio de actitudes.
Enseñar conocimientos y —al tiempo— educar para la vida, uniendo
conocimientos y actitudes como contenidos curriculares, no es fácil. La
propuesta curricular de la Reforma de incluir, además de los contenidos
conceptuales, el conjunto de procedimientos básicos por los que se
construye el conocimiento, y -como mayor grado de novedad- las actitudes, valores y normas que estén inmersas tanto en la elaboración de
conocimientos en cada materia o campo disciplinar como las vigentes o
deseables en nuestras relaciones sociales, no deja de presentar importantes problemas, a la vez que suponen atractivos retos didácticos.
El marco escolar es, por tanto, concebido como el ámbito de desarrollo
de muchas de las acciones que tienen relación con las normas sociales,
los comportamientos individuales o colectivos y la mejora de ciertas
actitudes o el aprendizaje de determinados valores del grupo social. Si
nos remontamos en el tiempo, desde que la educación reglada quedó
definida, y la familia dejó de ser la única referencia educativa, siempre se
ha pensado en ella como el ámbito idóneo para la enseñanza de los
contenidos actitudinales, y más concretamente para la enseñanza de
ciertas normas sociales que convenían en un determinado momento91.
La Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE),
promulgada en 1990, abre ciertas expectativas esperanzadoras. Llama poderosamente la atención el que la mayoría de los objetivos generales de
las distintas etapas educativas, tal como se formulan en el Diseño Curricular
Base, hagan referencia explícita a la educación social; no podía ser de otro
modo una vez que se otorga a la socialización el rango de fin educativo
fundamental. Pero, además, se avanza por la vía de incorporar al currículum
nuevos y detallados contenidos específicos. En el caso de educación
Primaria, las referencias a la educación social se establecen en un triple
proceso:
Se citan como temas transversales los siguientes contenidos: la educación del consumidor, la educación para la igualdad de oportunidades
de ambos sexos, la educación para la paz, la educación ambiental, la
educación para la salud y la educación sexual.
Ahora bien, una mayor presencia específica de contenidos y objetivos
no significa ningún tipo de garantía automática de mejora. Seguimos
estando ante un campo curricular que requiere profunda reflexión y
86. DÍAZ AGUADO, M.J. (1992) Educación y desarrollo de la tolerancia, 4
volúmenes y un vídeo, Madrid, MEC; DÍAZ AGUADO, M.J. (1996) Escuela y
tolerancia, Madrid, Pirámide; DÍAZ-AGUADO, M.J. y BARAJA, A. (1993) Interacción educativa y desventaja sociocultural. Un modelo de intervención para
favorecer la adaptación escolar en contextos interétnicos, Madrid, CIDE.
87. SELMAN, R. (1980) The growth of interpersonal understanding, Nueva York,
— Explicitando, al final de cada uno de los bloques de contenidos,
los valores, normas y actitudes que deben ser objeto directo de
enseñanza. La escuela ha de intervenir intencionalmente diseñando situaciones de enseñanza-aprendizaje que aseguren el desarrollo de valores, normas y actitudes adecuadas y no permitiendo que
su aprendizaje se produzca de manera no planificada a través del
currículum oculto.
— Asignando al área de Conocimiento del Medio amplios contenidos
de educación social: En el área de Conocimiento del Medio se
organizan los aprendizajes que contribuyen mayoritariamente a
desarrollar la capacidad de autonomía de acción en el medio, de
identificación con los grupos sociales de pertenencia, de indagación y búsqueda sistemática de soluciones a los problemas que
se plantean al alumno en su medio, así como la capacidad de
participación responsable y crítica, de respeto por las diferencias
sociales y de solidaridad con los demás”92.
— Introduciendo nuevos contenidos de educación social, de acuerdo
con el siguiente criterio: “Hay un conjunto de aspectos de especial
relevancia para el desarrollo de la sociedad durante los últimos
años, en relación con el consumo, la igualdad de sexos, la paz, el
ambiente. la salud, el ocio, etc. No parecen apropiados estos
aspectos ni como áreas aisladas ni incluso como bloques de
contenidos dentro de un área; esto podría dar pie a abordarlos de
forma compartimentada y durante un período de tiempo. Parece
mejor impregnar la actividad educativa en su conjunto con estos
contenidos, por ello se introducen en varios bloques de las distintas áreas”93.
96
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
discusión y que no se consolidará mientras no se programe su formación,
ni se le dedique tiempo en el proceso educativo, ni se efectúe una
evaluación adecuada.
Las actitudes, y más ampliamente la educación en valores, han entrado
a formar parte del currículum de la Reforma al ampliar las funciones de
la escuela como agente de socialización, y -en consecuencia- entender
que “la noción de currículo no debe circunscribirse a un mero programa
o plan de estudios, limitado exclusivamente a contenidos intelectuales,
sino que engloba todas las posibilidades de aprendizaje que ofrece la
escuela referidos a conocimientos conceptuales, procedimientos, destrezas, actitudes y valores”94. De este modo si la educación tiene como fin
esencial la integración de los niños/jóvenes en la cultura del grupo social,
ésta viene configurada por dimensiones conceptuales, pero también por
habilidades o procedimientos, y, obviamente, por un conjunto de pautas
de conducta y normas morales o sociales vigentes en dicho grupo social
o, también, a las que sería razonable aspirar. De hecho, la escuela transmite,
aún sin proponérselo explícitamente, estos contenidos normativos y
actitudinales por lo que más vale planteárselos crítica y reflexivamente
que dejarlos al arbitrio del azar.
Por esto, la escuela no sólo puede sino que debe desencadenar un
cambio actitudinal en los sujetos para favorecer su crecimiento moral. Sólo
así se podrá cambiar la Sociedad95.
5.1.
La formación de actitudes
La primera pregunta que podemos hacernos es ¿cómo se forman las
actitudes?, o ¿cómo llega un individuo a tener una actitud concreta hacia
un objeto determinado?. La respuesta no va a ser simple, ni única, ya que
va a ser diferente en función del marco teórico en el que nos desenvolvamos. A continuación vamos a considerar los dos marcos teóricos que
más interés han presentado hacia este tema: la perspectiva conductista
y la funcionalista.
Academic Press; DÍAZ-AGUADO, M.J. (1986) El papel de la interacción entre iguales
en la adaptación escolar y el desarrollo social, Madrid, Servicio de Publicaciones del
MEC.
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
5.1.1.
97
Explicación conductista
En líneas generales los teóricos conductistas han defendido que la
formación inicial de las actitudes provendría de la asociación en repetidas
ocasiones de un objeto a un determinado estado placentero o displacentero. Las distintas investigaciones han surgido desde el condicionamiento
clásico, el condicionamiento operante y los modelos de aprendizaje vicario.
1. Condicionamiento clásico.
Las actitudes no se forman de repente en una persona sino que son
aprendidas gradualmente a través de la experiencia. Inicialmente, un
determinado objeto actitudinal puede ser percibido de forma neutral, pero
se convertirá en estímulo condicionado, capaz de generar por sí solo la
misma respuesta que el estímulo incondicionado. De esta forma, un niño
puede tener una actitud positiva hacia un determinado equipo (estímulo
condicionado) si cada vez que emiten un partido por televisión, y dicho
equipo gana, recibe palabras afectuosas (estímulo incondicionado) por
parte de los familiares de mayor edad.
El psicólogo social que más ha investigado la formación de actitudes
a partir del condicionamiento clásico ha sido Staats, A.W. y Staats,
C.K. 96 Sus experimentos, en líneas generales, se basan en el emparejamiento de palabras neutras (bien palabras sin sentido o nombres de
personas imaginarias) a palabras clasificadas como positivas o negativas, consiguiendo tras una serie de repeticiones, que las palabras
inicialmente neutras, fueran evaluadas de forma favorable o desfavorable en función del tipo de palabras positivas o negativas con las que
fueron asociadas.
Las actitudes son, por tanto, aprendidas y este proceso empieza a
desarrollarse en el seno de la familia. Eventos positivos o negativos y
palabras positivas o negativas son asociados por los padres con determinadas categorías y de este modo las actitudes se van formando en
los niños. La manera en que el niño es socializado, el grupo social de
referencia y las pautas de socialización son importantes determinantes
de las actitudes.
88. ALLPORT, G.W. (1954) The nature of prejudice, Cambridge (Massachusetts),
Addison-Wesley; MILLER, N. y BREWER, M (1984) Groups in contact. The
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
98
2. Condicionamiento Operante.
De forma bastante simplificada, el condicionamiento operante, consistiría en aprender algo debido a que es reforzado, más concretamente, el
aprendizaje instrumental tiene lugar cuando una conducta deseada es
reforzada, se asocia con algo agradable para el sujeto, y/o una conducta
no deseada es castigada, se relaciona con algo desagradable para el
individuo. Algunos estudios han demostrado la formación de actitudes
mediante la utilización de técnicas de condicionamiento. Hay que señalar
que en esta forma de aprendizaje de las actitudes, las recompensas sociales
(alabanzas, aprobación, aceptación,...) desempeñan un papel de suma
importancia como refuerzos.
En la vida real podemos encontrar numerosos casos de actitudes cuya
formación podría ser explicada a partir de los supuestos del condicionamiento instrumental. De esta forma, una persona puede presentar una
actitud positiva hacia el hecho de compartir sus pertenencias, si de niño
cada vez que le prestaba un juguete a algún compañero de juegos, era
alabado por sus padres o profesores.
3. Aprendizaje vicario
Las teorías de aprendizaje vicario o modelado defienden que mucho
de lo que aprendemos lo hacemos por observación, así un niño puede
aprender que no hacer los deberes tiene consecuencias negativas si ve
como el profesor regaña a un compañero suyo que no los ha realizado.
De la misma forma, es posible desarrollar determinadas actitudes a partir
de la imitación de modelos significativamente importantes.
De esta manera, en una sociedad en la que prevalece la igualdad
interracial, un individuo puede desarrollar unas actitudes más positivas
como consecuencia de la observación de que las personas que actúan
en sentido contrario son reprobadas, mientras que son alabadas aquellas
que tratan a los miembros de otras etnias como iguales.
5.1.2.
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
99
resumirse en cuatro explicaciones funcionales:
1. Función instrumental, adaptativa o utilitaria: Esta primera función
hace referencia al principio hedonístico de búsqueda de placer y huida
del dolor; así pues, desarrollamos actitudes favorables hacia aquellos
objetos que nos proporcionen experiencias de recompensa, y actitudes
desfavorables hacia aquellos que se experimentan como penalizaciones.
Para esta concepción, las actitudes pueden formarse según dos perspectivas: su utilidad percibida en el pasado, o la que se prevé pueda tener
en el futuro. La utilidad de una actitud no se mide solamente por su
capacidad instrumental para la consecución de fines personales, sino
también por su valor de ajuste social. En relación con esto último, es bien
conocido que la similaridad actitudinal suele engendrar simpatías, por lo
que puede ser altamente funcional para una persona adoptar actitudes
similares a las de las personas con quien quiere mantener una relación.
2. Función defensiva del yo. Según esta función, que tiene claros tintes
psicoanalíticos, una actitud puede generarse para protegerse de una serie
de sentimientos negativos, o conocimiento de verdades desagradables
hacia sí mismo o el propio grupo, permitiendo que estos sentimientos sean
proyectados hacia otras personas.
3. Función expresiva de autorrealización. Las personas presentan
la necesidad de expresar actitudes que reflejen sus propios valores
centrales, o componentes del concepto de sí mismo. Esta actitud sería
también una forma de identificación con un grupo de referencia, ya que
expresando ciertas actitudes y valores, el individuo se siente parte de
dicho grupo.
4. Función de economía cognitiva. Los seres humanos tenemos que
hacer frente de un modo continuo a un ambiente compuesto por una
infinidad de estímulos, debido a lo cual, tenemos necesidad de dar sentido
a todo este conjunto estimular, de encontrar significado al mundo que
nos rodea.
Explicación funcionalista
Los planteamientos funcionalistas, en lugar de centrarse en investigaciones que indaguen las causas de las actitudes, lo hacen en el
descubrimiento de las funciones que cumplen. Estas teorías pueden
Las actitudes vendrían a ser patrones o marcos de referencia que
contribuyen de forma decisiva a la organización de nuestro universo
cognitivo, nos permiten categorizar la información que nos llega como
nuevas experiencias, y pueden ayudarnos a simplificar y comprender el
100
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
101
complejo mundo en que vivimos; a la vez, simplifican las tareas de decisión
y sirven de guía de acción en cada caso, ofreciendo una pauta de conducta
estable en lugar de tener que sopesar en cada caso ocasión qué circunstancias e informaciones afectan a nuestros objetivos 97.
se interpreta. Entre los enfoques combinatorios más conocidos destacamos la Teoría de la acción razonada98 y la Teoría de la Integración
Informativa99.
5.2.
A.1) Modelos que presuponen que para que el mensaje sea eficaz,
el perceptor tiene que implicarse de una manera activa en el procesamiento
cognitivo del mensaje.
¿Cómo favorecer el cambio actitudinal?
La educación para la comprensión, el entendimiento y la posibilidad
de convivencia, tanto a nivel individual como colectivo, depende en buena
medida de la capacidad de predecir, encauzar y modificar conductas que,
en principio, parecen estar ligadas a las actitudes que sustentan las
personas.
En este apartado pretendemos dar una visión teórica de cómo favorecer
el cambio actitudinal. Los enfoques teóricos en el estudio del cambio de
actitudes son:
A) Estudios centrados en los mensajes persuasivos y en el cambio
de actitud. Enfatiza la importancia que las características estimulares
tienen en el cambio de actitud. Estos estudios se centran en los factores
psicosociales que influyen en la mayor o menor eficacia de un mensaje
persuasivo. El cambio de actitud ocurre como resultado de un mensaje
persuasivo relativamente elaborado, emitido por un comunicante hacia
un grupo de personas. La situación en la que ocurre la transmisión de
un mensaje puede ser tan diversa como una clase en la universidad, un
mitin político, la lectura de un periódico o la visión de una valla publicitaria.
B) Los enfoques combinatorios del cambio de actitud. Sostienen
unánimemente que la materia prima elemental en la formación y cambio
de actitudes es la información o el conocimiento acerca de los objetos
de actitud y descansan en el postulado de que los seres humanos somos
seres racionales que sistemáticamente procesamos y usamos la información disponible para realizar decisiones conductuales. Por tanto, estos
enfoques subrayan la importancia del significado individual que la información adquiere en cada receptor y la manera en que esta información
psychology of desegregation, Nueva York, Academic; ROTHBART, M. y JOHN,
A) Dentro de los estudios centrados en los mensajes persuasivos y
en el cambio de actitud destacamos los siguientes enfoques teóricos:
A.1.1) El grupo de Yale100 . Los teóricos de Yale consideran que el
cambio en las creencias se producirá siempre que el receptor reciba unas
creencias distintas a las suyas y además éstas van acompañadas de
incentivos. Los receptores pensarán sobre los mensajes, y si los entienden
y encuentran aceptables, los aceptarán; si no, se resistirán. Así, el proceso
persuasivo es percibido como un conjunto de etapas. La eficacia del
mensaje persuasivo depende fundamentalmente de cuatro elementos clave:
a) La fuente (quién es el emisor del mensaje: su experiencia, sinceridad,
atractivo, poder, etc.), b) Contenido del mensaje (calidad de los argumentos, incentivos que promete, organización, claridad,...), c) canal comunicativo (auditivo, visual, directo, indirecto, ...) y d) el contexto (relajado,
serio, agradable, desagradable,...). Los efectos psicológicos que los
mensajes pueden producir son: atención (por muy bueno que sea un
mensaje si no es atendido, caerá en saco roto), comprensión (no es
suficiente atender el mensaje además es importante comprenderlo, así
mensajes demasiado complejos pueden perderse sin influir en los receptores), aceptación (consiste en estar de acuerdo con el mensaje persuasivo, el grado de aceptación de un mensaje depende fundamentalmente
de los incentivos que ofrezca para el receptor) y retención. Todos ellos
necesarios para que el mensaje persuasivo sea efectivo.
Por tanto, este enfoque enfatiza la importancia que las características
estimulares tienen en el cambio de actitud.
O. (1985) Social categorization and behavioral episodes: A cognitive analysis of the
effects of intergroup contact, Journal of Social Issues, 41, 81-104.
89. SAN MARTÍN y PARDO (1989), op. cit.; SAN MARTÍN y PARDO (1994),
op. cit.; ETXEBARRÍA y otros (1990), op. cit.
90. FISHBEIN y AJZEN (1980), op. cit..
91. BENAYAS, J. y MARCÉN, C. (1996) La educación ambiental como
desencadenante del cambio de actitudes ambientales, en PERALES, GUTIÉRREZ y
102
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
A.1.2) Las doce etapas en la persuasión, según McGuire. McGuire101
se ha centrado en los procesos que ocurren en el receptor de la información
persuasiva y ha especificado la existencia de doce etapas o pasos en el
proceso persuasivo: exposición, atención, interés, comprensión, generación de cogniciones relacionadas, adquisición de habilidades relevantes,
aceptación, memorización, recuperación, toma de decisión, actuación y
consolidación postacción. Como se observa, se trata básicamente del
mismo esquema propuesto por el grupo de Yale, aunque más detallado
y con alguna etapas adicionales.
Pero, el modelo de McGuire se ha reducido, con frecuencia a dos
etapas: recepción y aceptación. Hay dos implicaciones importantes de este
modelo. La primera es que las diversas etapas dependen unas de las otras;
el receptor debe pasar sucesivamente por cada uno de los pasos si se
quiere que la comunicación tenga su impacto persuasivo. La segunda
implicación es que el efecto de una comunicación sobre el cambio de
actitud puede comprenderse mejor si se analiza su impacto sobre las
distintas etapas. Puede ocurrir que ciertas características del mensaje o
de la fuente, tengan efectos positivos sobre algunas de las etapas, pero
produzcan efectos negativos sobre otras. Por ejemplo, el nivel intelectual
del receptor incrementa la atención y la comprensión del mensaje, pero
disminuye su aceptación.102.
A.1.3) La teoría de la respuesta cognitiva. Siempre que un receptor recibe un mensaje persuasivo, compara lo que dice la fuente
con sus conocimientos, sentimientos y actitudes previas respecto al
tema en cuestión103 generando, de esta manera, unas respuestas
cognitivas. Los mensajes autogenerados, especialmente su aspecto
evaluativo, son los que determinan el resultado final del mensaje
persuasivo. Los receptores no son ya persuadidos por la fuente o
el mensaje, sino más bien por sus propias respuestas ante lo que la
fuente y el mensaje dicen 104.
ÁLVAREZ (eds) Actas de las I Jornadas sobre actitudes y educación ambiental,
Granada, Facultad de Ciencias de la Educación, 132-156.
92. MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA (1989), op. cit.
93. MEC (1989), op. cit.
94. MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA (1992), op. cit.
95. YUS, R. (1994) ¿Educar o enseñar?: el reto de las transversales, Aula de
Innovación Educativa, 33, 71.
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
103
A.2) Modelos en los que se utilizan reglas heurísticas de decisión.
En estos modelos la persuasión no es el resultado de un análisis
sobre la validez o no del mensaje, sino fruto de alguna señal o característica superficial del mensaje (por ejemplo, el número o argumentos
que se da), de la fuente que lo emite (por ejemplo, su atractivo o su
experiencia), o de las reacciones de otras personas que reciben el mismo
mensaje.
Algunos de los heurísticos más utilizados se basan: a) en la experiencia
de la fuente: “se puede confiar en los expertos”;105 b) en la semejanza:
“a la gente parecida le gustan cosas parecidas”;106 c) el consenso: “debe
ser bueno cuando todo el mundo lo compra”;107 d) el número y longitud
de los argumentos: “con tanto que decir debe tener amplios conocimientos
sobre el tema”108. Otros heurísticos pueden ser “las estadísticas no
engañan”, “los ricos y famosos saben disfrutar de la vida”,...
Estos heurísticos no se utilizan siempre, las circunstancias más probables para ponerlos en práctica son:
a) baja motivación (es más probable que el atractivo de la fuente guíe
nuestra decisión de comprar una determinada marca de bebida y
no la decisión de comprar un coche).
b) baja capacidad para comprender el mensaje (quienes no tenemos
idea de asuntos financieros utilizaremos heurísticos para cómo
invertir nuestro dinero con más frecuencia que los agentes de
bolsa).
c) alta prominencia de la regla heurística (“los datos no mienten” es
más probable que se utilice en una discusión científica que en la
valoración de una película).
96. STAATS, A.W., y STAATS,C.K. (1958) Attitudes established by classical
condititioning, Journal of Anormal and Social Psychology, 57, 37-40.
97. GÓMEZ, L. y CANTO, J.M. (coords.) (1995) Psicología Social, Madrid,
Eudema.
98. FISHBEIN y AJZEN (1975).
99. ANDERSON, N.H. (1970) Functional measurement and psychophysical
judgement, Psychological Review, 77, 153-170; ANDERSON, N.H. (1974) Cognitive
algebra: integration theory applied to social attibution, en BERKOWITZ (ed.)
Advances in Experimental Social Psychology, Nueva York, Academic, Vol. 7, 1101.
104
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
d) los elementos externos al propio mensaje son muy llamativos (por
ejemplo, la fuente es muy atractiva)109.
A.3) El modelo de la probabilidad de elaboración. Es un modelo que
permite integrar los dos enfoques anteriormente comentados. Según Petty
y Cacciopo110 cuando recibimos un mensaje podemos analizarlo tanto
racionalmente como de forma automática, guiándonos por heurísticos. Dos
son las principales estrategias de que dispone el perceptor para decidir
si acepta o no el mensaje:
— La primera estrategia la denomina ruta central. Se da cuando el
receptor realiza una evaluación crítica del mensaje; para esto
analiza detenidamente los argumentos presentados, evalúa las
consecuencias que de ellos se derivan y los pone en relación con
sus conocimientos previos. Se trata, por tanto, de elaborar una
serie de pensamientos en torno al mensaje. Es, por tanto, un
procesamiento de carácter semántico. Es un procesamiento de
carácter controlado, consciente, que atiende al contenido del
mensaje, pudiendo conducir a cambios profundos y estables en
las estructuras cognitivas.
— La segunda estrategia se denomina ruta periférica. Ocurre cuando
las personas no tienen ni la motivación suficiente ni la capacidad
para evaluar el mensaje. El cambio de actitud se ve más afectado
por elementos externos al propio mensaje. Este camino coincide
con el procesamiento heurístico que vimos en el apartado anterior.
En este caso, el procesamiento será rápido, superficial y automático. Se centra en los elementos periféricos del contexto comunicativo, pudiendo producir cambios superficiales y transitorios en
las estructuras cognitivas.
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
105
La probabilidad de elaboración depende de dos factores necesarios
y simultáneos:
a) la motivación (ya que a mayor elaboración, mayor tiempo y mayor
esfuerzo). Entre las variables de tipo motivacional destacamos la
implicación del receptor hacia el tema (o relevancia personal).
Otros factores que incrementan la motivación del receptor para
la elaboración son el hecho de que el mensaje provenga de
múltiples fuentes con múltiples argumentos y la necesidad de
cognición que tenga el receptor, ya que las personas diferimos
en el grado en el que nos implicamos y disfrutamos pensando111.
b) los factores que más influyen en la capacidad del receptor para
implicarse en la elaboración de respuestas cognitivas son la distracción (a mayor distracción, menor capacidad de elaboración) y el
conocimiento previo (cuanto mayor sea el conocimiento, mayor será
la capacidad para generar pensamientos relevantes al tema).
Estas dos estrategias constituyen los dos extremos de un continuo:
el continuo de la probabilidad de elaboración. Por elaboración entendemos
que el receptor se implique en pensamientos relevantes al tema. Cuando
la probabilidad de elaboración es muy elevada, el receptor está utilizando
una ruta central; cuando es muy baja está utilizando una ruta periférica.
Así, cuando un sujeto se expone a una comunicación persuasiva,
puede ocurrir dos cosas: o que se sienta motivado para atender y procesar
el mensaje (porque se trate de un tema relevante para él, porque posee
conocimientos sobre el tema, ...) o que no lo haga. En este segundo caso,
su atención se dirigirá a los aspectos periféricos o suplementarios (atractivo del que habla, supuesto nivel sobre el tema, ...). Este segundo caso
correspondería al procesamiento periférico y a posibles cambios superficiales y transitorios en las actitudes previas112 .
Si por el contrario el sujeto se siente motivado a procesar el mensaje,
habrá de plantearse si tiene la capacidad suficiente para hacerlo (en
función de la complejidad del mismo, de su formación previa,...). Si no
existe dicha capacidad, actuaría el procesamiento periférico, con los
resultados antes descritos. Así, si el mensaje consta de elementos lógicos,
bien estructurados, y convincentes, el impacto persuasivo será mayor
cuando los receptores estén más motivados y capacitados. En cambio,
si el mensaje consta de argumentos débiles y no muy relevantes, entonces
100. HOVLAND, C.I., LUMSDAINE, A.A. y SHEFFIELD, F.D. (1949) Experiment on mass communication, Princenton, University Press.
101. McGUIRE (1969), op. cit.; McGUIRE (1985), op. cit.
102. MORALES (1994), op. cit.
103. GREENWALD, A.G., (1968) Cognitive learning, cognitive response to
persuasion and attitude change, en GRENWALD y BROOK y OSTROM (eds.)
Psychological foundations of attitudes, Nueva York, Academic, 147-170.
104. TRENHOLM, M.S., (1989) Persuasion and social influence, Englewood
Cliffs, Prentice Hall.
106
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
la persuasión será mayor si los receptores son incapaces o no tienen
ningún interés en analizar el contenido del mensaje113.
B) Entre los enfoques combinatorios del cambio de actitud vamos a
destacar la Teoría de la acción razonada114 y la Teoría de la Integración
Informativa115.
B.1) La Teoría de la Acción Razonada116
En su formulación básica, este modelo parte de los tres componentes
fundamentales del concepto tradicional de actitud (cognitivo, evaluativo,
y conductual) y los vincula en una cadena causal.
Lo que Fishbein y Ajzen intentan con su modelo es definir y predecir
la conducta de un sujeto. Para ello, el concepto central de esta teoría es
la intención conductual (ejecutar o no la conducta). Para la Teoría de la
Acción Razonada el determinante directo de la conducta es la intención
conductual, la cual, viene determinada por la actitud hacia la conducta
y la norma subjetiva. Estos dos componentes se explican atendiendo a
las creencias (información que tiene un sujeto acerca de los objetos; lo
que se defiende, por tanto, es que la conducta está relacionada en última
instancia con la información que una persona tiene). A partir de ellas
podremos determinar cuál es su intención de la conducta de un sujeto.
Para ello, el concepto central de esta teoría es la intención conductual
(de ejecutar o no la conducta)117 . Para la Teoría de la Acción Razonada
el determinante directo de la conducta es la intención conductual, la cual,
a su vez, está determinada por la actitud hacia la conducta y por la norma
subjetiva118 . Así, la actitud hacia la conducta hace referencia a las creencias
que tiene un sujeto sobre las consecuencias de su conducta y la evaluación que hace de esas consecuencias, por ejemplo, para conocer la
actitud hacia los inmigrantes argelinos que llegan a nuestra ciudad tendremos en cuenta las ideas acerca de las consecuencias de acoger a dichos
inmigrantes (es deseable socialmente ser tolerante, todo el mundo tiene
derecho a un asilo, es imposible acoger a todos los inmigrantes que llegan
a nuestra ciudad, puede que la llegada masiva de este grupo perjudique
nuestro bienestar,...) y la evaluación de esas consecuencias (una buena
105. PETTY R.E. y BROCK, T.C., (1981) Thought disruption and persuasion:
Assessing the validity of attitude change experiments, en PETTY, OSTROM y
BROCK (eds.) Cognitive responses in persuasion, Hillsdale, L. Erlbaund, 55-79.
106. BROCK, T.C. (1965) Communicator-recipient similarity and decision
change, Journal of Personality and Social Psychology, 1, 650-654.
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
107
imagen de tolerancia ante los demás, si yo estuviese en esa misma
situación me gustaría que respetaran mis derechos, aumenta el número
de robos, inseguridad ciudadana,...). La actitud resultante dependerá de
sus creencias y de la evaluación que haga sobre las consecuencias de
la inmigración. Por otro lado, la norma subjetiva hace referencia a las
creencias normativas y a la motivación para acomodarse a los otros.
Siguiendo el ejemplo de la inmigración, tendré en cuenta la opinión de
mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo,... y cómo es de
importante para mí lo que piensen ellos. Estos dos componentes, actitud
hacia la conducta y la norma subjetiva, inciden directamente sobre la
intención conductual y esta a su vez sobre la conducta.
Estos autores propusieron un modelo de actitud y conducta que
incorpora el componente de normas sociales como factor importante. Este
modelo, llamado de Acción Razonada, puede considerarse como el más
influyente en el modelo de relación actitud-conducta.
Vamos a definir cada uno de estos elementos por separado.
Actitudes
Para Fishbein y Ajzen,119 la actitud es un juicio evaluativo bipolar
acerca de un objeto. Las actitudes se conforman a partir de:
a) Repertorio de creencias salientes relativas al objeto de actitud, que
suelen ser entre cinco y nueve, si bien las dos o tres primeras son las
que proporcionan información útil y no redundante. En la teoría de la
acción razonada, las creencias se conciben básicamente como las consecuencias que tiene el realizar una determinada conducta. Por ejemplo,
imaginemos el caso de una persona ante el dilema de comprar o no un
abrigo de visón. Para esta persona las consecuencias de comprarse el
abrigo son: 1) Reducir el frío del invierno, 2) Poseer un abrigo de prestigio,
3) ser envidiado por algunas de sus amigas, 4) tener menos dinero en
la cuenta bancaria. Los juicios acerca de la probabilidad subjetiva de que
la compra de un abrigo conduzca a cada una de estas consecuencias suele
estimarse sobre escalas bipolares (escala de 7 puntos, desde +3, muy
probable, hasta -3, muy improbable).
107. AXSOM, D., YATES, S, y CHAIKEN, S. (1987) Audience response as a
108
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
b) Ahora bien, las actitudes no sólo dependen de las creencias, sino
también de la evaluación que la persona tiene de cada una de dichas
creencias conductuales. Así, dos personas pueden creer con idéntica
fuerza que si se compran el abrigo generarán en sus amigas dosis
considerables de envidia, pero una de ellas puede valorar eso muy
positivamente, mientras que a la otra tal consecuencia puede resultarle
sumamente desagradable. Las evaluaciones de cada una de las consecuencias conductuales suelen estimarse sobre escalas bipolares (por
ejemplo, desde +3, muy deseable, hasta -3, muy indeseable).
La actitud de la persona hacia la conducta se estimaría de la siguiente
forma:
A c = ciei
siendo
A c = actitud de la persona hacia la conducta.
ci = creencia acerca de las consecuencias de la conducta.
ei = evaluación.
= subíndice que indica cada creencia y su evaluación, numeradas
i
desde 1 hasta N.
Así, para la determinación de la actitud conductual se haría del
siguiente modo. Las consecuencias de comprar un abrigo de visón serían:
a) Reducir el frío:
a.1) Creencia (ci)
......... +3
a.2) Evaluación (ei ) ......... +3
a.3) Total (c i ei )
......... +9
b) Poseer un abrigo de prestigio:
b.1) Creencia (ci)
......... +1
b.2) Evaluación (ei ) ......... +3
b.3) Total (c i ei )
......... +3
c) Ser envidiada/o por amigas/os:
c.1) Creencia (ci)
......... +1
c.2) Evaluación (ei ) ......... -1
c.3) Total (c i ei )
......... -1
d) Tener menos dinero en el banco:
d.1) Creencia (ci)
......... +3
d.2) Evaluación (ei ) ......... -2
d.3) Total (c i ei )
......... -6
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
109
Por tanto, Ac = ci ei = (+9) + (+3) + (-1) + (-6) = +5
Esta forma de analizar el problema tiene la ventaja sobre la medición
directa de las actitudes de poder explicar por qué personas que sostienen
diferentes creencias pueden mostrar las mismas actitudes, y a la inversa.
Norma subjetiva
Es el segundo predictor de la intención conductual. Los componentes
de la norma subjetiva son dos:
a) Las creencias normativas hacen referencia a las creencias acerca
de cómo otros grupos de personas o instituciones (a los que se
denomina referentes) piensan que el sujeto debería comportarse.
b) La motivación del sujeto para acomodarse a las directrices de los
referentes.
Los componentes de la norma subjetiva se integran en la siguiente
fórmula:
NS = CNi MAi, siendo
NS = norma subjetiva
CNi = creencias normativas relativas a otros significativos o referentes. Hace referencia, por tanto, a lo que cree el sujeto que los
otros significativos esperan de él (las expectativas).
MAi = motivación para acomodarse a los otros significativos o referentes. Hace referencia a la importancia que el sujeto da a
la opinión que tienen los otros significativos.
= subíndice que indica cada creencia normativa y motivación
i
para acomodarse a los otros significativos o referentes, numeradas desde 1 hasta N.
Para ilustrar el funcionamiento de la norma subjetiva, recordaremos
el ejemplo de la compra de un abrigo de visón. Supongamos ahora que
la persona que mostró una actitud positiva a comprarse un abrigo de
visón cree que hay cinco personas que tienen opiniones importantes
respecto al tema en cuestión. Si se estiman sus juicios sobre lo que cree
que piensan los referentes en una escala de 7 puntos (+3= conveniente
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
110
y -3= inconveniente) y su motivación para acomodarse en una escala
semejante (+3= generalmente me gusta hacer lo que el referente (i) cree
que debo hacer, y -3= generalmente no me gusta hacer lo que el referente
(i) cree que debo hacer).
Para la determinación de la norma subjetiva tendremos en cuenta a
los “otros” significativos o referentes importantes:
a) Padre :
a.1) Creencias normativas CNi .............................. -1
a.2) Motivación para acomodarse MAi ................................... +1
a.3) Total CNi MAi
.............................. -1
b) Cónyuge :
b.1) Creencias normativas CNi .............................. -2
b.2) Motivación para acomodarse MAi ................................... +3
b.3) Total CNi MAi
.............................. -6
c) Madre:
c.1) Creencia normativa CNi
.............................. +2
c.2) Motivación para acomodarse MAi .................. +1
c.3) Total CNi MAi
.............................. +2
d) Vecina/o:
d.1) Creencia normativa CNi
..............................
d.2) Motivación para acomodarse .............................
d.3) Total CNi MAi
..............................
-3
0
0
Por tanto, la determinación de la norma subjetiva sería
NS = Total CNi MAi = (-1) + (-6) + (+2) + (0) = -5.
Así, la norma subjetiva refleja los efectos de los factores sociales,
mientras que la actitud es el exponente principal de los efectos psicológicos individuales. La consideración de estos dos factores es uno de los
mayores logros del modelo de Fishbein y Ajzen, pues relaciona dos
conceptos psicosociales tradicionalmente estudiados de forma independiente.
Intención conductual
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
111
Puede explicarse haciendo referencia a la actitud y a la norma subjetiva.
La fórmula que relaciona las tres variables viene dada por la siguiente
ecuación, donde los únicos datos desconocidos son los pesos p, ponderaciones (p) que indican la importancia relativa de cada componente.
I = (p1) (Ac) + (p2) (NS)
I = (+5) + (-5) = 0
Estos coeficientes de ponderación indican que las actitudes y la norma
subjetiva pueden ser sopesados diferencialmente. Así, en el ejemplo del
abrigo de visón podemos deducir que la intención de la compra era poco
favorable, pero esto suponiendo que los dos componentes tienen la misma
importancia o influencia sobre la intención.
Si, por el contrario, el sujeto hubiese concedido el doble de importancia
a las actitudes que a la norma subjetiva, entonces su actitud sería muy
favorable a la compra.
I = 2 (+5) + 1 (-5) = +5
En esencia, la teoría de la Acción Razonada defiende la predicción de
la intención conductual desde dos componentes, las actitudes y la norma
subjetiva120.
Conducta
El último objetivo de la teoría de la acción razonada es la predicción
y comprensión de los determinantes de la conducta. Aquí, los resultados
de la investigación demuestran que la relación entre intención y conducta
no es todo lo intensa que sería de desear para realizar predicciones fiables.
Pero, las predicciones pueden mejorarse teniendo en cuenta una serie de
aspectos:
a) La correspondencia y estabilidad. La primera hace alusión a que
las intenciones y la conducta deben tener el mismo grado de
heuristic cue in persuasion, Journal of Personality and Social Psychology, 53, 3040.
112
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
generalidad. Así, el ejemplo propuesto por Ajzen121 ilustra con
claridad este punto: conocer la actitud de una persona hacia la
Medicina difícilmente servirá para pronosticar la probabilidad de
que esa persona done sangre con ocasión de una campaña que
la Asociación de Donantes esté llevando a cabo. Para saber cuál
es la actitud de la persona hacia las donaciones podría ser más
útil preguntar cuál es la actitud de donar sangre en su puesto de
trabajo. Dado que la conducta que se trata de predecir es muy
específica, la calidad del pronóstico se incrementa gradualmente
a medida que se van conociendo actitudes de carácter cada vez
más específico.
En relación con la estabilidad se exige que las intenciones sean
constantes.
b) Si existen otras vías alternativas de acción se deben estudiar
también sus intenciones respectivas.
c) Las intenciones únicamente predicen los comportamientos que no
requieren habilidades o capacidades especiales, ni oportunidades
extraordinarias, ni la cooperación de los demás. Por ejemplo, una
persona puede tener una firme intención de contraer matrimonio,
pero dicha intención no se traducirá en conducta a menos que
encuentre a otra persona con la intención recíproca.
d) Es importante la distinción entre conducta y resultados conductuales, es decir, entre el comportamiento propiamente dicho y los
sucesos que siguen a ese comportamiento y que dependen tanto
de la habilidad del sujeto como de otros factores ajenos a él. Por
ejemplo, en intenciones conductuales como la de aprobar un
examen, el modelo predice la conducta (estudiar o copiarse) pero
no los resultados conductuales (aprobarlo o suspenderlo).
Por lo anteriormente expuesto, con posterioridad se ha producido una
modificación en el primer modelo de la Teoría de la Acción Razonada,
proponiéndose la Teoría de la Acción o Conducta Planificada122. Lo que
108. ZIMBARDO, P.G. y LEIPPE, M.R. (1991) The psychology of attitude
change and social influence, Nueva York, McGraw-Hill.
109. MORALES y otros (1994), op.cit.
110. PETTY y CACCIOPO (1981) op.cit. PETTY, R.E. y CACCIOPO, J. (1985)
The elaboration likeliood model of persuasion, en BERKOWITZ (ed.), Advances
in Experimental Social Psychology, 19, Nueva York, Academic Press; PETTY, R.E.
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
113
estos autores proponen en este nuevo modelo es introducir una nueva
variable que la denominan “Sentimiento de Control Percibido”. Consideran
que esta variable afecta, junto a la Actitud y a la Norma Subjetiva, a la
Intención de la Conducta, y que además puede afectar directamente a la
Conducta. El nuevo esquema sería el siguiente:
La variable Control Percibido se subdividiría en dos componentes:
a) Un factor externo, que hace referencia a la evaluación de las
oportunidades, facilidades, etc., externas para la ejecución de la
conducta.
b) Un factor interno, que se refiere al deseo, la motivación, la habilidad,
etc. para ejecutar la conducta.
El Sentimiento de Control Percibido hace referencia a las percepciones
del sujeto sobre los obstáculos y dificultades existentes para la realización
de la conducta intentada 123. Este modelo es útil para aquellas conductas
que se escapan, al menos parcialmente, al control de la persona y ésta
es consciente de ello. Ejemplos de estas conductas serían perder peso,
dejar de fumar, obtener un sobresaliente en una asignatura difícil, entre
otras. Es decir, al margen de la posible actitud favorable hacia perder peso,
dejar de fumar o hacer un examen brillante de una asignatura difícil, está
la presión del entorno para conseguirlo y la probabilidad subjetiva de
lograrlo. Así pues, el control percibido se basa en creencias de control,
en función de las cuales la persona establece si posee o no recursos
necesarios para llevar a cabo la conducta y si existen oportunidades
adecuadas. La intención ahora es igual a la Actitud más la Norma Subjetiva
más el Control Percibido. Un ejemplo sobre esta teoría puede ser la actitud
hacia el dejar de fumar. Las creencias hacia el objeto de actitud estará
determinada por las ideas acerca de las consecuencia del tabaco (menos
dinero, disminuye el apetito, engordar menos, estar más relajado/a,...) y
la evaluación de esas consecuencias ( importancia que tiene para la
persona el peso, el estar tranquilo, el sentirse a gusto consigo mismo,...).
Por otro lado, la norma subjetiva hace referencia a las creencias normativas
y a la motivación para acomodarse a los otros. Así, y siguiendo el ejemplo
de la actitud hacia el tabaco, se tendrá en cuenta la opinión de los familiares
(padres), los amigos, la pareja, ... hacia el fumar y cómo es de importante
la opinión de los otros (otros significativos). Pero, en este caso la actitud
y CACCIOPO, J. (1986) Communication and persuasion. Central and Pheriperical
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
114
hacia dejar de fumar dependerá de la actitud dejar de fumar, de la Norma
Subjetiva (que piensan los que le rodean sobre le tabaco y el dejar de
fumar) y del Control Percibido (posibilidad subjetiva de lograrlo). Si antes
la acción se definía como razonada, ahora se describe como planificada.
B.2) La teoría de integración informativa124 .
La Teoría de la Integración Informativa tiene como fundamento el
principio de que gran parte de los juicios y las decisiones humanas son
el resultado de diversos procesos algebraicos (multiplicativos, aditivos,...).
Anderson125 ha aplicado su modelo de la media ponderada a las actitudes.
Según Anderson,126 el juicio actitudinal es la evaluación de un objeto de
actitud en una dimensión específica (por ejemplo, ¿le gusta el presidente de
gobierno como gestor?, ¿como legislador?, etc.). Estos juicios actitudinales
vienen determinados por distintas creencias. En cada creencia se puede
distinguir dos parámetros: 1) un valor de escala (s), que representa la favorabilidad hacia la información (sería el equivalente al componente c de
Fishbein y Ajzen), y 2) un peso (p), que indica la importancia que tiene la
información para la persona (análogo al componentee de Fishbein y Ajzen).
Otro factor que influye en los juicios actitudinales es la actitud inicial.
Por actitud inicial entendemos todo conocimiento previo, o predisposición, que la persona tiene sobre el objeto de actitud. Esta actitud inicial
también se compone de un valor de escala (que puede ser cero, esto es
neutral, cuando la persona no tiene ninguna información previa sobre el
objeto de actitud) y un peso o importancia.
La fórmula que combina los diferentes elementos para dar lugar a la
actitud aparece en la siguiente fórmula:
A = Po So + PiSi/Po + Pi
siendo
A
Po
So
Pi
Si
i
=
=
=
=
=
=
actitud
Peso de la actitud inicial;
Valor de la escala de la actitud inicial;
Peso de la nueva información;
Valor de escala de la nueva información;
Subíndice que hace referencia a los ítems de información o
Routs to attitude change, Nueva York, Springer-Verlag.
111. PETTY y CACCIOPO (1981), op.cit.
112. ECHEBARRÍA, A. (ed.) (1991) Psicología Social Sociocognitiva, Bilbao,
Desclée de Brouwer.
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
115
creencias, numeradas desde 1 hasta N.
Recordemos el dilema de la compra de un abrigo de visón. Imaginemos que la persona sí es favorable a la compra del abrigo de visón
y recibe la información sobre cuatro abrigos de color y pelo diferente.
La evaluación de los atributos (piel de lomo, piel de garra; color plateado, color marrón) y la importancia concedida a la clase de pelo y al
color es la siguiente (suponiendo que la actitud inicial tiene un peso
cero):
Pesos ( p): clase de pelo = +3; color = +2
Valores de escala (s):
Piel de lomo = +4; piel de garra = +2
Color plateado = +3; color marrón = +1
Abrigos:
1. Piel de lomo, color plateado.
(3 x 4) + (2 x 3)/3+2 = 3,6
2. Piel de lomo, color marrón.
(3 x 4) + (2 x 1)/3+2 = 2,8
3. Piel de garra, color plateado.
(3 x 2) + (2 x 3)/3+2 = 2,4
4. Piel de garra, color marrón.
(2 x 3) + (2 x 1)/3+2 = 1,6
Siguiendo el modelo de Anderson, el abrigo preferido sería el de piel
de lomo y el color plateado, mientras que el menos atractivo es abrigo
de piel de garra y color marrón.
El modelo de la integración de la información puede explicar el hecho
de que las personas más implicadas en un tema sobre el que alguien intenta
persuadirlos, son más difíciles de persuadir, ya que las personas más
implicadas otorgarían un mayor peso a las actitudes iniciales, mientras
que las memos o nada implicadas el peso sería cero.
5.3.
El cambio actitudinal en la escuela
Un aspecto de los temas transversales de gran importancia y singularidad en la tradición de la enseñanza, es la alta presencia de contenidos
116
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
actitudinales. Por ello, es lógico que en esta nueva etapa educativa no
podamos ignorar las aportaciones que la psicología social ha dado al
cambio actitudinal, para obtener pistas sobre cómo realizarlo en condiciones normales en la escuela. De hecho, entre las orientaciones didácticas
para la reforma, 127 se señala que un principio de intervención educativa
en el campo de las actitudes, consiste en: impulsar las relaciones entre
iguales proporcionando pautas que permitan la confrontación y modificación de puntos de vista, la coordinación de intereses, la toma de
decisiones colectivas, la ayuda mutua y la superación de conflictos
mediante el diálogo y la cooperación. Para este fin, se recomienda que
los profesores organicen el aula de manera que facilite el trabajo cooperativo entre los alumnos e impulsen la confrontación de puntos de vista
diferentes acerca de los distintos problemas planteados, el intercambio
de posibles procedimientos para resolverlos, así como la propuesta de
posibles actividades.
Los nuevos currículos propuestos para la Educación Obligatoria
introducen las actitudes, los valores y las normas como contenidos
educativos concretos que hay que planificar, desarrollar y evaluar 128. De
tal manera que enseñar/aprender actitudes es una tarea, en principio,
posible de realizar desde la óptica de las distintas Áreas, Ciclos y Etapas.
Así, los diferentes desarrollos curriculares que se pueden leer en los
documentos elaborados por las autoridades educativas aluden a actitudes
comunes que deben estar presentes en todas las Áreas y que, por otra
parte, serían deseables en cualquier ciudadano de una sociedad democrática. Actitudes, valores y normas relacionadas con la salud y la calidad
de vida, actitudes y valores ante las diferencias individuales, actitudes
ante las desigualdades sociales, actitudes relacionadas con el respeto al
entorno, etc. Por otra parte, las etapas educativas deben acoger iniciativas
dirigidas al desarrollo de actitudes, de comportamientos y de valores más
específicos relacionados con una disciplina escolar concreta. En Educación Primaria se han de diseñar situaciones de aprendizaje dirigidas a
desarrollar actitudes ante la intervención y mejora del medio natural y
social, entre otras. En Educación Secundaria, etapa con materias muy
diversas, encontramos propuestas como el fomento de actitudes ante la
ACTITUDES HACIA LA TOLERANCIA Y LA COOPERACIÓN...
presencia de productos químicos en el entorno y ante la defensa y la
conservación del medio ambiente (Ciencias de la Naturaleza) y ante la paz
mundial o la discriminación y la marginación (Ciencias Sociales, Geografía
e Historia), por poner sólo algunos ejemplos, junto con actitudes ante
los contenidos de la materia o referidos a la organización de la tarea escolar.
Esta innovación curricular se completa con una propuesta que concibe
las cuestiones de actitudes, valores y comportamientos dentro de los
Temas Transversales, ámbitos de aprendizaje que tiene un carácter más
global que el propio de las materias. Todas estas novedades suponen
una verdadera renovación que es preciso concretar en acciones diversas,
lo que puede llevar algún tiempo. Aún así es un paso importante que las
actitudes hayan entrado a formar parte de los programas de muchas de
las Áreas. Como señalan Dolz y Pérez129 si la finalidad de los temas
transversales es contribuir al desarrollo de la autonomía personal y moral
de los alumnos y capacitarles para la participación social responsable,
habrá que propiciar una intervención didáctica que ofrezca al alumnado
experiencias de aprendizaje en las que puedan plantearse problemas y
resolverlos, dialogar, confrontar puntos de vista, asumir responsabilidades, etc.
Si nos centramos en un enfoque constructivista, que en esencia
supone considerar el aprendizaje como un proceso personal, en el que
el individuo construye los conocimientos y las actitudes en virtud de un
proceso activo de interacción entre el nuevo conocimiento o actitud y
el que ya posee, cualquier planteamiento metodológico en materia de
educación debería tener en cuenta estas coordenadas.
A continuación, y siguiendo el enfoque constructivista, consideramos
que la didáctica de las actitudes en el aula ha de contemplar los siguientes
elementos: 130
— Los procesos de enseñanza-aprendizaje afectan tanto al componente cognoscitivo como el afectivo. El aprendizaje significativo
ha de comenzar por el planteamiento de problemas ligados a la
esfera de intereses de los alumnos, partiendo de las creencias,
sentimientos y aprendizajes previos. Para ello es necesario que
el profesor proponga situaciones que planteen conflictos a los
cit.
113. MORALES (1994), op. cit.
114. FISHBEIN y AJZEN (1975), op. cit.; AJZEN y FISHBEIN (1980), op.
117
115. ANDERSON (1970), op. cit.; ANDERSON (1974), op. cit.
116. FISHBEIN y AJZEN (1975), op. cit.
SEBASTIÁN SÁNCHEZ y Mª CARMEN MESA
118
—
—
—
—
—
—
alumnos.
Se ha de conectar el aprendizaje de conocimientos con los procesos deliberativos. Esto exige una organización de la clase en la
que, mediante debate, expresión pública e implicación emocional,
se traten temas susceptibles de conectar con la esfera de intereses
de los alumnos.
El profesor debe permitir la participación activa del alumno,
especialmente en los procesos deliberativos e investigativos.
Se ha de asegurar que la adquisición de actitudes se vincule a
aprendizajes significativos de informaciones relevantes. Estos
aprendizajes garantizarán actitudes adecuadas para la toma de
decisiones en situaciones diferentes a aquellas en las que fueron
adquiridas.
Se ha de considerar tanto el nivel de desarrollo cognitivo en la
selección y secuenciación de contenidos, de forma que asegure
un conocimiento significativo de la información, como el nivel de
desarrollo moral.
Si bien los problemas locales y personales son los más adecuados
para propiciar las movilizaciones en el ámbito afectivo, ha de
procurarse vincular lo local con lo global y lo personal con lo social,
buscando planteamientos holísticos ante problemáticas globales.
El profesorado ha de implicarse en los procesos de cambio
actitudinal. Difícilmente podrá el profesorado orientar estos cambios actitudinales si él mismo no los tiene asumido.
En resumen, el enfoque constructivista pone el acento en el papel
activo que ha desempeñar el alumnado en los procesos de construcción
del conocimiento, actitudes y comportamientos. Un proceso en el que,
a grandes rasgos, cabe distinguir una fase de explicitación de ideas,
actitudes y comportamientos previos; otra de contrastación y cambio
conceptual, actitudinal y comportamental; y, finalmente, una fase de
aplicación y refuerzo de los aprendizajes, presididos por la vivencia y la
implicación personal en la solución de problemas reales. Esta orientación
presidirá la propuesta metodológica general que proponemos para los
temas transversales.
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