AULA DE TEOLOGÍA. UNIVERSIDAD DE CANTABRIA. 19 DE MAYO DE 2010 Variaciones de la laicidad Xabier Etxeberria Catedrático de Ética. Universidad de Deusto Observaciones introductorias El referente francés y la laicidad densa: Variaciones básicas - La laicidad que se construye en Francia: separación, independencia, neutralidad Los riesgos de ese proceso: imposición, incoherencia Primeras variaciones: laicidad incluyente, laicidad excluyente Laicidad densa frente a laicidad plena. Su regulación en los diversos espacios: o o o o o - Espacio público institucional Espacio privado de la iniciativa civil Espacio social Espacio privado de la intimidad Espacio público físico Laicidad francesa: ¿modelo para todas o versión para Francia? La apertura a la pluralidad de laicidades en función de los contextos históricos y sociales. Variaciones de laicidades tenues - La laicidad en países con tradiciones protestantes o Dos variaciones respecto a la separación Iglesia-Estado o Tres variaciones cuando no hay separación estricta - La laicidad en España Conclusiones - Cuatro concreciones legítimas de la laicidad Las concreciones ilegítimas en torno a la laicidad La cuestión de la preferibilidad entre las propuestas legítimas ¿Qué preferibilidad para España? Bibliografía Bilbao, G.; Etxeberria, X.; Etxeberria, J.J.; Sáez de la Fuente, I., La laicidad en los nuevos contextos sociales, Santander, Sal Terrae, 2007. Cifuentes, L.M., ¿Qué es el laicismo?, Laberinto, Madrid, 2005. Díaz Salazar, R., El factor católico en la política española. Del nacional catolicismo al laicismo, PPC, Madrid, 2006. Estrada, J.A., El cristianismo en una sociedad laica, Desclée, Bilbao, 2006. Gauchet, M., La religión en la democracia. El camino del laicismo, El Cobre, Madrid, 2003. Otaola, J., Laicidad, una estrategia para la libertad, Bellaterra, Barcelona, 1999. AULA DE TEOLOGÍA. UNIVERSIDAD DE CANTABRIA. 19 DE MAYO DE 2010 Variaciones de la laicidad Xabier Etxeberria Catedrático de Ética. Universidad de Deusto Observaciones de entrada - Me centro en analizar la laicidad frente a las religiones y las instituciones religiosas, no éstas frente a aquella. En sentido estricto, hay que distinguir laicidad (no presencia de la religión en el espacio público), de secularización (no referencia a lo religioso para explicar ámbitos de la realidad –o toda ella- y para motivar ámbitos de conducta –o todos ellos-: fenómeno en sí social). Aunque son fenómenos que socialmente se solapan y apoyan. [La Turquía «laica» por la que apostó Atatürk no era secular y la Dinamarca «no laica» de hoy es secular]. El referente francés y la laicidad densa: Variaciones básicas 1. El sentido de laicidad que, tras diversos conflictos, va emergiendo en una Francia: a) de tradición católica con su galicanismo; b) en la que se afirma la ideología republicana, más que liberal. - Separación entre Estado e Iglesia, en nombre de la autonomía de la ciudadanía y de la Nación: o independencia del poder civil frente al eclesiástico: soberanía del primero en la regulación de la libertad de los ciudadanos –garantizando la pluralidad-, la participación pública y la justicia; o neutralidad del poder civil frente a todas las confesiones religiosas: laicidad como ignorancia pública de lo religioso, con negación de toda presencia de éste en la esfera pública [frente a imparcialidad o laicidad de la no discriminación]; o forzamiento a que la Iglesia se resitúe en la esfera de la sociedad civil, como una institución más, con sus derechos y deberes. - Riesgos: o de injusticia grave: renunciar a la neutralidad bajo el «argumento» de una defensa de la libertad que pediría suprimir la religión, sobre la base de que es, per se, una ilusión opresora. o de incoherencia: pretender ser laicidad plena, cuando lo más que se puede (por condicionantes sociológicos y por respeto a las libertades individuales) es ser laicidad densa. 2. Primeras variaciones de la laicidad: - - Laicidad abierta e incluyente: la que respeta auténticamente las variedades en torno a lo religioso y les reconoce su lugar el creyente puede ser también laico. Laicidad dogmática y excluyente: la que asume el objetivo de combate de lo religioso, no de sus expresiones despóticas (discernir con cuidado y honestidad, - tanto de parte del creyente como del no creyente) el laico tiene una cosmovisión atea (religión secular) y siente un deber de intolerancia. Variación suavizada de esta última laicidad: empujar a lo religioso a la estricta privacidad, a la invisibilidad social tolerancia mínima de un mal. 3. Por qué y cómo –a lo sumo- la laicidad tiene que ser «densa», no «plena» -tarea imposible-. En la primera, se acepta que una mínima presencia no confesional de lo religioso tradicional del país en lo público, se impone ineludiblemente (de hecho está: calendario festivo, nombres, callejeros, monumentos...) y hay que tratarla con justicia. Separación-neutralidad fundamental, frente a absoluta. Conviene describirla teniendo presentes los espacios de la laicidad, sobre la base de esta tesis: la laicidad se realiza adecuadamente cuando se delimitan los espacios sociales y se precisa lo que ella supone en cada uno de éstos. Cinco espacios: - Espacio público-institucional: se impone la independencia y neutralidad del espacio público respecto a lo religioso en todas sus expresiones. o Deben asumirla, cuando están en él, tanto los funcionarios como los ciudadanos (¿con total rigorismo?). o Excepción: presencia limitada de lo religioso en ámbitos de reclusión – cárceles, hospitales, cuarteles- para que todos puedan ejercer su libertad religiosa. o Clarificación: en la educación, la ausencia de la versión confesional no debe suponer ausencia del hecho religioso como fenómeno históricocultural. o Problemática nueva con la actual multiculturalidad ligada a lo religioso, por ejemplo, en la regulación del trabajo –días de descanso- o en el ámbito educativo –comedores escolares, gimnasia-, o en el sanitario – ginecología-. - Espacio privado de la iniciativa civil. Interacciones de las libertades, especialmente en torno al mercado («laico») y a los mundos de sentido y realización humana (seculares o religiosos). Están en el ámbito de lo permitido todas sus expresiones, incluyendo interpelaciones y proselitismo, si se hacen en el respeto de las libertades. Cuestiones discutidas: o ¿Debe permitirse a las instituciones de sentido la búsqueda de influencia política y social? Para el laicismo más firme, no, porque amenazaría la separación; para el más flexible sí, si se asume la lógica de la ciudadanía. o El Estado, ¿debe-puede proteger la libertad ante lo religioso en positivo con imparcialidad equitativa o sólo en negativo? Desde esta laicidad densa, sólo en negativo, para garantizar la separación. o El Estado, ¿debe proteger los edificios y otros bienes artísticos de naturaleza religiosa, en cuanto patrimonio cultural? Suele decirse que sí, pero poniendo condiciones a las instituciones religiosas que varían. - Espacio social. Organizaciones de la sociedad civil que persiguen el interés general de los derechos humanos (seculares o religiosas). Pueden recibir apoyos del Estado, sin que éste rompa la laicidad, condicionados a que se utilicen estrictamente para el bien común con el criterio de imparcialidad respecto a los mundos de sentido. Cuestiones polémicas: o El caso de los centros educativos privados concertados. Desde la laicidad densa, el apoyo público no sería para la libertad de religión (hay que defenderla en negativo) sino sólo si se mostrase la mejor vía para garantizar a todos el derecho a la educación, exigiendo la correspondiente imparcialidad en la acogida de alumnos y desligando de la ayuda toda actividad confesional, que tendría que ser opcional. o El problema de la pérdida de independencia de las organizaciones sociales que perciben dinero público. - Espacio privado de la intimidad. El de la intimidad personal y el de las relaciones familiares y de amistad. Se deja a las libertades individuales, con sus visiones de la vida y sus proyectos, que el Estado protege sólo en negativo. (Aparte está la cuestión de si determinados derechos sociales conviene que sean disfrutados a través de las familias). - Espacio público físico («la calle»). La laicidad densa más flexible acepta manifestaciones y expresiones de todo tipo, reguladas convenientemente. La más estricta es recelosa respecto a las que tienen que ver con lo religioso (las procesiones), pero en sí esto es discriminación. 4. Cuestión de fondo: ¿hay que ver en la laicidad francesa el modelo de toda laicidad, que debe imponerse en nombre de los derechos humanos, o la versión que, en todo caso, conviene a Francia? - Para los propios franceses lúcidos, más bien lo segundo. Abriéndonos a otros países se constata que las laicidades legítimas y asentadas existentes (con sus ventajas e inconvenientes cada una) son el resultado de «acuerdos razonables» de las partes implicadas en los que se han tenido presentes: o principios correctos: autonomía y justicia; o situándolos en sus contextos: por razón prudencial, porque se salvan valores ligados a la tradición (sensibilidad comunitarista). - Circunstancias históricas nuevas los pueden poner en cuestión: a) la actual multiculturalidad con implicación religiosa; b) el agnosticismo y ateísmo crecientes. Variaciones de laicidades tenues 1. En general, aparecen en países con tradiciones cristianas protestantes que aprendieron pronto a convivir con el liberalismo político, incluso interiorizándolo. Se crean, más que Estados estrictamente laicos, Estados moderadamente (no)laicos. Esta orientación se vio facilitada –en la evitación de las tensiones- por el fenómeno de la secularización, que afectó antes a los países de tradición protestante (europeos). Variaciones: - - Separación de las confesiones religiosas, pero no de la religión misma –como en Francia-: Estados Unidos y su conexión pública con la raíz cristiana común de sus ciudadanos. No separación plena entre confesiones religiosas y Estado, pero haciéndolo compatible con las libertades individuales de los ciudadanos. Variaciones dentro de esto: o Reconocimiento constitucional tenue de una Iglesia estatal, que se hace compatible de iure y de facto con la libertad y el pluralismo religiosos. Ejemplo: Inglaterra, Escocia, Dinamarca y Noruega. o Reconocimiento constitucional plural de una o más Iglesias, con el consiguiente pluralismo. Ejemplo: Finlandia (Iglesia luterana mayoritaria e Iglesia ortodoxa minoritaria). o Reconocimiento administrativo de la pluralidad de religiones, que ejercen un importante rol, oficialmente reconocido y subsidiado, en campos como la educación, la salud o los servicios sociales, sin reconocimiento constitucional de ninguna, pero insertándolas en ciertos niveles de la vida pública. Ejemplo: Países Bajos, Bélgica, Alemania, Austria. - España podría ser situada en el último modelo de estos tres, pero con empujes político-sociales contradictorios hacia el de la laicidad densa y hacia variantes del primero, y sin que haya cuajado un acuerdo social; al revés, hay un debate agrio. Ambigüedad constitucional: «Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones religiosas» (art. 16.3). Conclusiones - Teniendo presentes los criterios de los principios y de la atención prudencial y comunitaria del contexto, puede hablarse de al menos cuatro concreciones legítimas de la laicidad (de más a menos laicidad): o Laicidad densa frente a la religión como tal: neutralidad (modelo francés). o Laicidad densa frente a las religiones organizadas, pero no frente a lo religioso (modelo estadounidense). o Laicidad tenue como pluralismo religioso público no constitucional en marcos liberales, abierta a la colaboración con las religiones y a ayudas imparciales y equitativas; o No laicidad tenue como reconocimiento constitucional «débil» de una Iglesia estatal en marcos jurídico-sociales liberales. o [Hay una quinta que aquí no expongo, ligada a los pueblos indígenas, que estamos estudiando] - Se excluyen como ilegítimos los modelos de laicidad excluyente e impositiva y los de no laicidad densa. - Ante varios modelos permitidos, hay que preguntarse por el preferible, teniendo presentes: o los principios: opino que esto nos inclinaría a la laicidad densa incluyente y flexible; o y los contextos (tradición histórica y actualidad): argumentación prudencial y de salvaguarda de bienes colectivos; o abiertos a las nuevas situaciones: de multiculturalidad, de religiosidad a la carta y de agnosticismo - Personalmente, en España, como cristiano de tradición católica, empujaría a la disposición a la laicidad densa e incluyente de la neutralidad, practicada con flexibilidad; como responsable político, me inclinaría por la búsqueda de un acuerdo de laicidad tenue de la imparcialidad, en la que hay apoyos administrativos pero no reconocimiento constitucional. - Este tema de la laicidad en España debería afrontarse con la lógica de la democracia deliberativa, no la agregativa. Todo lo contrario a lo que se está haciendo.