“Cuestión Social” en Costa Rica: Una Síntesis Explicativa de su

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“Cuestión Social” en Costa Rica: Una Síntesis Explicativa de su
Génesis y Reproducción en el Estado Liberal, antes de que se
Constituyera la Profesión de Trabajo Social en el País.
Freddy Esquivel Corella 1
Resumen:
La presente ponencia se propone realizar un breve análisis explicativo de la “cuestión
social” en Costa Rica, sus manifestaciones y relaciones con la ascensión del modo de
producción capitalista, así como las transformaciones societales que conllevan
constantes cambios en el proyecto de Estado liberal, la política y los servicios sociales
y la presión de los diferentes movimientos sociales que se identifican en esos años,
como insumos determinantes para la constitución del Trabajo Social en el país.
Introducción
Para iniciar la ponencia propuesta consideró necesario el desarrollo de un primer
apartado que logre al menos conceptualizar tres componentes básicos que son la
categoría “cuestión social”, Estado y política social.
Sobre la categoría “cuestión social”:
Al parecer la categoría comenzó a ser utilizada en la tercera década del siglo XIX y
fue divulgada hasta la mitad de aquella centuria por críticos de la sociedad y
filántropos/as situados/as en varios espacios del espectro político (Netto, 2000)
La expresión surge para dar cuenta del fenómeno más evidente de la historia de
Europa Occidental que experimentaba los impactos de la primera onda
industrializante: el pauperismo masivo de la población trabajadora; aunque siempre
había habido polarización entre ricos y pobres, era la primera vez, según el autor antes
citado, que la pobreza crecía en razón directa en que aumentaba la capacidad social
para producir riqueza.
Pero no fue únicamente la pauperización, sino también los levantamientos políticos de
estas masas lo que llevaron a que se cons ideraran estas manifestaciones de rechazo y
organización como “cuestión social”2 .
1
Magíster Scientiae en Trabajo Social, investigador sobre el Trabajo Social en Costa Rica. Docente de
la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica. Coordinador de la Sección de
Investigación de dicha unidad académica. Doctorando en Educación (SEP -UNED)
2
Se utilizan comillas para hacer referencia a la expresión, por el uso tergiversado de manera histórica
que los conservadores han dado al término (Netto, 2000). Inclusive la Iglesia Católica reconoce esta
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1
Esta categoría llegó a ser incluida propiamente por el pensamiento conservador sobre
todo, y siguiendo a Netto (1992) se recalca:
“ (...) en primer lugar, con el carácter de urgencia, la manutención y la
defensa del orden burgués, la “cuestión social” pierde paulatinamente su
estructura histórica determinada y es crecientemente naturalizada, tanto
en el ámbito del pensamiento conservador laico como en el confesional (...)
Entre los pensadores laicos, las manifestaciones inmediatas de la
“cuestión social” (fuerte desigualdad, desempleo, hambre, dolencias,
penuria, desamparo ante coyunturas económicas adversas etc.) son vistas
como desbordamientos, en la sociedad moderna (léase burguesa), de
características inevitables de todo y cualquier orden social, que puede a lo
máximo, ser objeto de una intervención política limitada
(preferencialmente con soporte “científico” ), capaz de armonizarlas y
reducirlas a través de un ideario reformista
( aquí, el ejemplo mas
típico es ofrecido por Durkheim y su escuela sociológica) En el caso del
pensamiento conservador confesional, se reconoce la gravedad de la
“cuestión social” y se apela para que hayan medidas socio-políticas para
disminuir sus efectos, se insiste en que su exacerbación es contraria a la
voluntad divina ( es emblemática aquí, la lección de León XIII, de 1891)”
(Netto, 2000: 155) (Cursiva del original)
Es en el escenario de la luchas trabajadoras de 1848, que elevó la discusión sobre el
carácter antagónico de los intereses sociales de las clases fundamentales, donde se
establece que la “cuestión social” se puede suprimir, disolviendo las condiciones de la
sociedad burguesa.
Entre otras notas que el autor citado señala en relación a la “cuestión social”, se
destacan:
•
El desarrollo capitalista produce compulsoriamente, la “cuestión social”diferentes estadíos capitalistas producen diferentes manifestaciones de la
“cuestión social”, ya que esta no es una secuela adjetiva o transitoria del régimen
del capital: su existencia y sus manifestaciones son indisociables de la dinámica
específica del capital. Según lo anterior la “cuestión social” es constitutiva de la
reproducción del capitalismo.
•
Luego de la Segunda Guerra Mundial, en el proceso de reconstrucción económica
y social de ese período, especialmente en la Europa Occidental, el capitalismo
experimentó un período de crecimiento. De esta forma la construcción del Welfare
State en Europa nórdica y algunos países de Europa Occidental, junto con la
economía norteamericana, parecían mandar al pasado las manifestaciones de la
categoría en su Encíclica Quadragésimo Anno, citándola como los problemas más arduos de la
sociedad humana. (Castro, 1982: 53
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2
“cuestión social”, pero en la entrada de los sesentas se empieza a contraer la onda
expansiva capitalista, y aparece la conjugación globalización con neoliberalismo,
demostrando que el capital no tiene ningún compromiso social, vuelven a salir a
flote las manifestaciones de la “cuestión social”.
•
No es posible afirmar que existe una “nueva cuestión social”, sino que además de
la permanencia de las manifestaciones “tradicionales” de la “cuestión social”, se
da la emergencia de nuevas expresiones, teniendo para los y las profesionales
como especial preocupación, la necesidad de determinar concretamente la relación
entre las expresiones emergentes y las modalidades imperantes de explotación
•
Se plantea el desafío teórico de investigar las diferencialidades histórico-culturales
(que entrelazan elementos de relaciones de clase, generaciones, de género y etnia
constituidos en formaciones sociales específicas) que se cruzan y tensionan en la
efectividad social, por ello las nuevas manifestaciones y la transformación de las
anteriores en la “cuestión social”, deben partir de considerar las particularidades
históricas, culturales y nacionales.
Sobre la categoría Estado:
En lo que refiere al Estado como categoría en estudio en relación a la “cuestión
social”, y si Engels (1976) esta en lo correcto, el Estado tiene una relación estrecha
con la ascensión y reproducción del capitalismo donde el ideario liberal encuentra en
éste, la posibilidad de continuar con la opresión hacia las mayorías que se vivió en
Costa Rica, desde la invasión de la corona española.
La proletarización del campesinado costarricense, su sometimiento a los principios
patrimonialistas del pensamiento liberal que se instaura en Costa Rica, junto con el
establecimiento de limitaciones para posibilitar la participación política de las
personas pobres, analfabetas, y mujeres, es prueba de lo que Engels (1976) destaca, y
no es sino a través de la lucha tanto a lo interno de la burguesía como de la clase
trabajadora, que se va estableciendo una democracia, al menos electoral, que en sus
orígenes repetía ese poder sobre quienes dependían de su fuerza de trabajo.
Por lo anterior esta ponencia mantiene un referente conceptual sobre la categoría
Estado, aceptando que en él se presentan sin duda, de manera directa o indirecta,
intereses de clases, manifestados a veces en lo inmediato o lo mediato, las políticas
sociales son un ejemplo de ello, pero las relaciones del Estado con las presiones que
históricamente ha tenido que enfrentar, han dejado en el mismo, la posibilidad de
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3
encontrar resultados de batallas de alta complejidad donde las fracciones ya sea
burguesas o trabajadoras han logrado “pactos” que históricamente conducen a futuros
conflictos, por ejemplo en Costa Rica la declaratoria de las llamadas “Garantías
Sociales”.
A mi criterio la esencia de las clases sociales en los proyectos de Estado que se han
gestado en Costa Rica, respondió en alguna medida a tener en su seno las
contradicciones de la clase trabajadora, en menor presencia, pero también de las
fracciones burguesas, y las presiones internacionales que buscaban constantemente
mayores condiciones de reproducción del capitalismo.
Con los argumentos antes destacados, expongo que la categoría Estado es en esta
ponencia aprehendida como una institución societal histórica que se ha
transformado por diversas mediaciones tanto que la constituyen como que la
“impactan”, su relación es estrecha con el modo de producción, como con las
coyunturas políticas que son determinantes en las relaciones sociales, el Estado es
también participante de credos, etnias, culturas, géneros sexuales y razas de las
sociedades que lo edifican.
Para concluir este apartado deseo agr egar que en los contenidos que prosiguen este
trabajo caracterizo el Estado en Costa Rica en liberal, no sólo por la referencia de
muchos/as autores/as, sino por dos condiciones básicas:
1. Su relación con la reproducción del modo de producción capitalista: Cuando
señalo este argumento me refiero a las demandas societales que el capitalismo ha
requerido en el país, para articularse a los cambios internacionales y regionales
como expresiones de los principales nortes teórico-estratégicos y económicopolíticos mundiales en su manifestación local.
2. Su relación con las coyunturas polítio-culturales locales: Conteniendo ahí las
principales caracterizaciones de la organización social costarricense, su proyecto
de nación, y las propias singularidades históricas costarricenses, que si bien se
relacionan con las propuestas económico-políticas internacionales, su puesta en
práctica en el país da “perfiles propios” en alguna medida.
El Estado liberal como primera expresión estatal en Costa Rica se nutre de dos
mediaciones básicas, la ascensión del capitalismo como modo de producción local, y
la ideología político social liberal, ambas se vinculan mutuamente, y se relacionan con
la producción agro-exportadora.
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4
Sobre la categoría política social:
En relación a la política social deseo hacer mención a que partiendo de que la misma
tiene relación dialéctica con la “cuestión social”, y que esta última se crea en el modo
de producción capitalista, estimo de que la primera se constituye como vértice para
que el Estado liberal aborde las manifestaciones de la “cuestión social”, lo anterior se
ilustra con la siguiente cita:
“ La política económica y la política social se relacionan íntimamente con la
evolución del capitalismo (...) El capitalismo competitivo, cuyas bases teóricas se
encuentran en el liberalismo, es contemporáneo del gobierno civil, entendido
como un gobierno limitado en su soberanía (...) En una situación como esa, no se
puede hablar de una intensa intervención del Estado en la sociedad (...) A través
de estas políticas es posible evidenciar la acción del Estado en el sentido de
incertidumbre y ampliar el capitalismo en determinado país (...) No es posible
analizar la política social sin hacer referencia a la cuestión del desarrollo
económico, o sea a la transformación cuantitativa y cualitativa de las relaciones
económicas que derivan del proceso de acumulación particular de capital”
(Countinho, 1989:110 y 114)
Ante ello las políticas sociales tienen que ser pensadas en las mismas contradicciones
de clases, así lo destaca Faleiros (1980), cuando pone en discusión lo siguiente:
1. No deben pensarse las políticas sociales como resultado de un maquiavelismo del
capital y de su acumulación.
2. El análisis de la política social implica la consideración del movimiento del
capital, y al mismo tiempo los movimientos sociales concretos que lo “obligan” a
cuidar de la salud, de la duración de la vida de la persona trabajadora, de su
reproducción inmediata y a largo plazo.
3. La políticas sociales del Estado no son instrumentos de bienestar abstracto, pero
tampoco únicamente instrumentos de manipulación de clase, son resultado de una
dialéctica de fuerzas históricas.
La política social por ello no está exenta de transformaciones del capitalismo ( sus
luchas de clases) de las repercusiones en el Estado, y por ello de la sociedad que
“sostiene” esos cambios.
Partiendo de lo anterior y enfocando este trabajo en Costa Rica, vale afirmar que la
política social, que aparece desde el liberalismo, ha permitido ir destacando un Es tado
que cobija en su seno, históricos conflictos de fracciones tanto burguesas como
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5
trabajadoras, y estas políticas sociales respondieran a bases ideológicas tan complejas
como las liberales.
Estableciendo una definición de la categoría política social parto de que esta es
aprendida como una mediación constitutiva de la reproducción social, en estrecha
relación con el modo de producción, el proyecto de Estado y de la sociedad a la que
se esta articulando la misma. La política social es histórica y enlaza una diversidad
de ámbitos de la cotidianidad, con relaciones conflictivas, por lo que es en sí misma
un escenario de luchas de distinto origen y perspectiva.
Ahora bien, antes de entrar de llenó en el tema deseo puntualizar una aclaración
necesaria que puede confundir la discusión y es que Costa Rica de manera similar que
otras naciones del continente latinoamericano experimentó procesos especialmente
derivados de las transformaciones societales mundiales, luego de la Segunda Guerra
Mundial, específicamente en relación a los cambios sucedidos en la reproducción del
capital internacional.
Pero no se pude pensar que únicamente es ahí donde se identifican los intentos
estatales, y de los sectores y clases en el poder, por dar respuesta a la “cuestión
social”.
Mucho antes del planteamiento más acabado que formuló lo que hoy día se conoce
como “Garantías Sociales”, el Estado desarrolló intervenciones particularizadas en
diferentes contextos de Costa Rica antes de la promulgación de dicha legislación.
En este trabajo partiré de la instauración del Estado Liberal3 , como referente de
consolidación más acabada de la configuración de la relación capital-trabajo en el
país.
Por lo que retomaré referencias de años antes de 1870, como punto de partida en el
espacio y el tiempo, dirigiendo también mi camino de investigación a las
particularidades históricas que son germen de los primeros y consecutivos rasgos del
capitalismo en Costa Rica.
Inicios del Capitalismo Local y Llegada del Capital Internacional:
3
Existen variaciones periódicas para definir exactamente el inicio del liberalismo en Costa Rica, Botey
(1994) lo establece de 1890 a 1940, y Calderón (1988) desde 1870 a 1940, para efectos de este trabajo
me guiaré por los años que estudia Calderón.
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6
Costa Rica fue un país que geográficamente se vio limitado para establecer relaciones
con los demás países de lo que hoy conocemos como Centroamérica, aunado a ello se
encuentra su histórica pobreza en tesoros que interesaban a la corona española en la
época de la conquista.
En relación con Centroamérica4 siempre se mantuvo aislada de los acontecimientos
subregionales, inclusive Botey (1983) señala que el aislamiento geográfico,
económico y político favoreció el desarrollo autónomo del Estado costarricense.
Por otro lado existe diversa bibliografía sobre el tema del capitalismo en Costa Rica
(Matarrita (1983), Calderón (1983), Ramírez (1983), Molina (1991), Acuña y Molina
(1991), entre otros), así que este apartado no tiene mayor novedad si no encuentra
como preocupación, entender cómo las relaciones sociales capitalistas se tornan cada
vez más conflictivas, y van determinando una historia que va a llevar al Estado a
establecer respuestas a las demandas de las clases y sectores pobres articulados a la
reproducción del capital, así como las contradicciones que se van identificando en las
líneas “democráticas” que se empiezan a gestar en el país 5 .
En Acuña y Molina (1991), se señala que la transición hacia el capitalismo en Costa
Rica se da de manera bastante temprana y sin mayores perturbaciones sociales y
políticas, debido a lo que ellos llaman la herencia colonial.
Dicha herencia colonial se caracterizó por una formación económico-social donde
predominó la economía campesina sometida a la explotación del capital comercial,
que facilitó mayormente el desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas, y de la
división social del trabajo, articulada a las relaciones con el mercado mundial.
Ramírez (1983) respalda la explicación de la formación de la clase capitalista en
Costa Rica entre 1830 y 1880 en tres aspectos esenciales, en primer lugar la génesis
de la fuerza de trabajo, que lleva a la proletarización; segundo la génesis de los
capitalistas como clase social. El tercer aspecto es:
4
Cabe anotar que según Botey (1983) Centroamérica fue siempre un área marginal del Imperio
Español, por la ausencia de grandes existencias de metales preciosos, y de productos agrícolas vitales
para el comercio internacional. La economía exportadora Centroamericana también sufría de una
profunda debilidad orig inada en la política económica perseguida por España, que había impedido
estructurar lazos comerciales, permanentes y sólidos con el exterior, el monopolio español impidió los
contactos económicos inclusive con el resto de sus propias colonias.No es sino hasta fines del siglo
XVIII, debido al desarrollo de la problemática europea, que España autoriza el comercio con Estados
Unidos, y legaliza el existente con Inglaterra.
5
Ulloa (1993) señala que la Independencia no significó en sí misma cambios en los habitantes del
país, que siguieron con su miseria, sin acceso a la participación política, ya que únicamente cambiaron
de dueño.
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7
“La génesis del mercado interno conforme se profundiza la división social del
trabajo, y, específicamente, conforme se perfilan dos clases antagónicas, una que
concentra los medios de producción y requiere emplear trabajo asalariado en
proporciones cada vez mayores; otra que resulta despojada de los medios de
producción y requiere vender su fuerza de trabajo para reproducirse como clase
(...)” (Ramírez, 1983: 5)( Subrayado del original)
Calderón (1983) señala que el proceso de organización para la toma del poder estatal
por parte de la burguesía, requirió poner “orden” en el seno de la burguesía cafetalera,
dadas sus contradicciones internas, en cuanto al manejo del Estado, como también la
implementación de medidas de consolidación sobre las clases subalternas.
En relación con las contradicciones de las relaciones entre el capital y el trabajo, la
tenencia de la tierra no fue la principal fuente de cambio, sino más bien la venta de la
mano de obra, pero que también era escasa, inclusive esta fue una limitante para la
aceleración del desarrollo productivo capitalista 6 .
Según Molina (1991) la venta de la mano de obra no era bastante frecuente entre 1750
y 1821, ya que el productor directo era su propio patrón. Agrega el autor:
“El dueño de una chácara, la explotaba con la ayuda de su esposa, y de sus hijos
y no tenía por qué vender su fuerza de trabajo; una práctica sin duda marginal.
La falta de tierra, es cierto, caracterizaba a un sector de labriegos pobres; pero
el labrador del todo desposeído no prevalecía. La labranza y la cría de bestias –
base del ingreso campesino - se efectuaban en una urdimbre doméstica y
comunal, en la que predominaba sin esfuerzo la labor en lo propio” (Molina,
1991: 105).
Igualmente Acuña y Molina (1991) señalan que en 1821 ya se sentía la ausencia de
homogeneidad del campesinado costarricense, donde la base de los sectores eran los
labriegos empobrecidos con acceso reducido y precario de la tierra; igualmente estaba
el campesino medio, que aunque no era rico poseía más terreno, mejor tecnología y
recursos.
La cima la ocupaban los agricultores acomodados, que contaban con extensas áreas,
ganado, agricultura comercial, y trabajadores/as a su cargo.
Vale ilustrar dicha situación con el siguiente párrafo:
“¿Mundo agrario? Sí, pero no se encontraba habitado exclusivamente por
labradores. La artesanía se ubicaba en las poblaciones de Cartago, Heredia, San
José y Alajuela, morada por antonomasia de los mercaderes el grupo más rico y
poderoso de la época. El comerciante, gracias a su control sobre la circulación
mercantil y a su monopolio del metálico, explotaba al agricultor mediante el
intercambio desigual: comprándole barato y vendiéndole caro. El mercader
adquiría, por debajo de su valor, los productos agrícolas y pecuarios de la
6
Matarrita (1983) agrega al respecto” El bajo crecimiento demográfico durante la colonia y la
destrucción de gran parte de la población indígena fueron en gran medida, los responsables de esta
deficiencia (...)” (Matarrita, 1983: 81)
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8
chácara, cubierto por el consumo de la familia campesina” (Acuña y Molina,
1991: 71)
De esta manera se puede entender que en el proceso de privatización de la tierra, la
participación del Estado en la transformación de la economía colonial, y la
reproducción de la comercialización que se establecía en el país fueron sentando las
bases de la pérdida de recursos de producción como la tierra, o bien la imposibilidad
de mantenerla, lo que provoca de manera paulatina el aparecimiento de mano de obra
“sin tierra”, y que viene a ser absorbida por la contratació n en plantaciones de
diferente naturaleza.
Sin embargo el campesinado no permaneció indiferente ante las trasformaciones
económicas, los agricultores apoyándose en el marco legal existente trataron de
defender su modo de vida, sus valores y costumbres, así como la propiedad comunal,
pero el esfuerzo fracasó, ya que no pudieron hacer frente al proceso de privatización
de la tierra (Acuña y Molina, 1991)
La proletarización del campesinado, es otro aspecto que los autores citados destacan
como poco estudiado por la historia nacional, lo cual no facilita conocer mayormente
sus condiciones sociales, así como los momentos en que son arrojados al mercado
laboral como personas asalariadas.
Igualmente destacan que el proceso de proletarización en el caso costarricense no fue
simplemente la mera adición cuantitativa de grupos de personas que se convierten en
jornaleras, sino que también fue un proceso de modificación cualitativa, ya que a
medida que la producción capitalista se incrementaba, la población más se
proletarizaba.
Es importante subrayar que el Estado que se iba configurando en Costa Rica, no debe
entenderse únicamente como un instrumento de dominación, en su germinación se
presentaban constantemente enfrentamientos tanto de la burguesía en su interior,
como de las personas que iban perdiendo sus bienes por el proceso de expansión
capitalista.
Un dato relevante en relación con lo anterior, es la aparición de las primeras
organizaciones obreras, donde en esa época se articulan en 1854 las llamadas
“Sociedades de Socorro”, constituidas por artesanos, y la “Sociedad de Artesanos de
Panadería”7 (Seligson, 1984).
7
En 1905 aparecería la “Federación de Artesanos, Panaderos, Constructores y Carpinteros”, en 1908 la
“Sociedad Mutualista de Tipógrafos” y en 1908 la “ Sociedad de Artesanos” en Puntarenas (Seligson,
1984)
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9
Entrando en otro campo sobre el tema de la proletarización, debe resaltarse que es en
la producción bananera que en Costa Rica se van reflejando mayormente las
condiciones para la explotación y la organización trabajadora.
Desde la construcción del ferrocarril al Atlántico que se ocupaba inicialmente para la
exportación del café, y que luego pasó a ser parte del negoció bananero, la demanda
de la mano de obra fue muy alta, inclusive se trajeron alrededor de 43.000
jamaiquinos entre 1881 y 1891 (Seligson, 1984), así también introdujeron personas de
China, pero estas últimos no se “adaptaron” al trabajo 8 , aunque también tuvieron
enfrentamientos con la compañía (Rosés, 1983).
También dentro de las personas extranjeras que venían a trabajar se encontraron las
italianas, que en 1888 ante las condiciones de trabajo y la ausencia de pago se
declaran en huelga; la condición de los otros trabajadores, especialmente
costarricenses, no era tan articulada, por lo que las respuestas ante la explotación no
se hacían sentir de manera más sistemática.
Pero aún así, señala Botey (1994):
“Los trabajadores bananeros se originaron de corrientes migratorias internas:
del Valle Central, el Guanacaste y externas: jamaiquinos, nicaragüenses,
salvadoreños. Constituyeron una masa desarraigada, inmersa en duras
condiciones de vida y trabajo, que los hicieron óptimos para la incorporación a
la lucha social y al naciente movimiento obrero” (pág 19)
La llegada de trabajadores costarricenses al Atlántico generado por la baja en la
contratación en el café, determinó posteriormente otras condiciones, entre ellas, el
origen de la sindicalización, pero este tema se tratará más adelante.
Vale recalcar que una de las mayores preocupaciones de la época en que el Estado
liberal se empieza a establecer en Costa Rica, es la necesidad de consolidar una
imagen de “nación”, lo cual permitiría, según Golcher (1993), “ (...) demostrar que
con la reforma liberal el país por fin había conseguido internarse en la senda del
progreso. Progreso, como concepto utilizado por el discurso liberal debe
entenderse como la consecución de los postulados liberales, en lo económico,
político, social, cultural y educativo” (Golcher :1993, 4)
Señala Botey (1994) que el Estado Liberal, fue producto de una mayor consolidación
de los grupos en el poder que se empiezan a establecer en 1890, donde se demandó:
“ a) Construir una economía nacional, b) Definir un ámbito espacial, c)
Desarrollar una clase social hegemónica y protagonista, d) Gestar un poder
8
Debe recordarse aquí que los pobladores de Costa Rica tuvieron reacciones de rechazo hacia estas
personas por su color y origen.
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10
central, e) Cristalizar una identidad nacional f) Reconocer la soberanía en el
concierto de las naciones” (Botey, 1994:3)
Siguiendo a la autora, debe recordarse que es en esa coyuntura local que se instaura,
por diferentes aristas, la presencia de tres poderes (ejecutivo, legislativo, y judicial), lo
que lleva a mayores introducciones de la legislación liberal. Se crean aquí por lo tanto
condiciones para la posible viabilización de partidos políticos de rasgos
“democráticos”.
Además hay en la instauración del Estado liberal fundamentos básicos que se
mantendrían, y regirían las actuales relaciones sociales en Costa Rica como lo señala
la autora:
“En este momento la política libe ral expresada en la libertad de empresa y de
intercambios sobre la base de la propiedad privada de los medios de producción
(...) El crecimiento inusitado de la producción para la exportación y la afluencia
masiva de capital extranjero son los rasgos básicos (...) Internamente el modelo
de desarrollo permitió el desarrollo de procesos de concentración de la riqueza y
de la tierra y por ende el surgimiento de la cuestión social9 ” (Botey, 1994:3-4)
Pero la definición de cuándo se empezó a establecer el liberalismo en Costa Rica, no
es tarea sencilla, Calderón señala al respecto:
“Particularmente, consideramos que el liberalismo en nuestro país no es una
práctica social exclusivamente dada a partir de 1870. Todo lo contrario, el
liberalismo como práctica económica y política, tiene grandes manifestaciones
desde 1821 en adelante, (...)” (Calderón, 1988: 296)
Justamente en las constituciones de 1821 a 1871 el autor destaca la presencia del
proyecto liberal como lo son la libertad civil, de propiedad y derechos de las
personas 10 , donde particularmente en la de 1824 se establece la división de poderes ya
mencionada.
Debe subrayarse por otro lado, que diferentes personajes históricos fueron cada vez
más, perfilando las características del liberalismo en Costa Rica, de 1821 a 1824 el
país fue gobernado por una serie de juntas, cinco en total11 (Bonilla, 1985:37)
9
Para la autora “cuestión social” es entendida como “ la agudización de los problemas sociales de la
clase trabajadora, sus dificultades para reproducirse” ( Botey, 1994:3) Pero en relación con esta tesis la
cuestión social, no es solo agudización, ya que es resultado de las históricas contradicciones de la
relación capital-trabajo.
10
Condiciones claves del desarrollo capitalista para poder explotar la fuerza de trabajo y la propiedad
privada como derecho burgués.
11
Destaca Bonilla: “ (...) cada una con un titulo distinto como : 1) Junta Superior Gubernativa
Provisional. 2) Junta de Legados de los Pueblos, 3) Comisión de la Delegación de los Pueblos, 4)
Diputación Permanente de Costa Rica (Triunvirato) , la que realmente no fungió ya que Gregorio José
Ramírez, como dictador interino, gobernó sólo en calidad de Comandante General; 5) finalmente la
Junta Superior Gubernativa de Costa Rica.” (Bonilla, 1985:37)
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11
Para setiembre de 1824 se instaló el Congreso Constituyente y posteriormente
aparecieron otros hombres que iban asumiendo e intercambiándose el poder.
Centroamérica en ese año se organizó como una República Federal, donde bajo una
constitución se indicaba que cada Estado tendría un Jefe, así Juan Mora Fernández
estuvo al mando en 1824-1829, y 1829-1833; según apuntan Quirós et al (1990) se
empieza a consolidar el Estado a favor de una oligarquía económica y política. Mora
en su primer período promulga la Ley Aprilia en que separa a Costa Rica de la
Federación, en virtud de la pobreza del país.
Mora Fernández fue seguido luego por José Rafael de Gallegos y Alvarado quien
gobernó entre 1833-1835, 1845-1846; Braulio Carrillo es posteriormente quien lo
releva.
La participación de Carrillo, fue sin duda la principal plataforma liberal para el
establecimiento de la acumulación “primitiva” del capital en Costa Rica, fortaleciendo
el aceleramiento de privatización de la propiedad y apoyando el trabajo asalariado
como única fuente generadora de la subsistencia 12 , pero también con este
representante liberal se sientan las primeras intervenciones estatales en la “cuestión
social” como estudio a continuación.
Relación del Capitalismo Liberal con las Manifestaciones de la “Cuestión Social”:
Las manifestaciones de la “cuestión social” en el Estado liberal fueron abordadas
marginalmente, la figura de Braulio Carrillo Colina es una de las más representativas
de la institucionalización del liberalismo en Costa Rica, sus gobiernos tuvieron
algunas características en el ámbito de la política social.
Igualmente varios de los servicios sociales existentes fueron desarrollos y controlados
por jefes políticos departamentales, jueces de policía, alcaldes constitucionales,
alcaldes de comisariatos, y procuradores síndicos, así como personal de las
municipalidades, médicos y grupos religiosos (Hermanos del Carmen por ejemplo).
Además muchas de las tareas de los/as funcionarios/as públicos/as estaban regulados
en la Ley de Bases y Garantías, el Código General del Estado y el Reglamento de
Policía.
12
Pone en relieve Calderón (1988) lo siguiente, “Además don Braulio sentía tal necesidad de
consolidar el Estado, ya que para él, consideraba al Estado, como un elemento fundamental en el
proceso social. Esta posición de Carrillo es totalmente aceptable por cuanto, había que consolidar un
cuerpo jurídico económico que, le permitiera a la clase dominante disfrutar del poder” (Calderón, 1988:
297)
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12
Según Villalobos et al (2000) la Ley Reglamentaria de la Administración Local de los
Departamentos y la Policía, en la época de Carrillo, debe ser considerada como un
código social, el cual fue emitido el 18 de diciembre de 1841.
En dicha ley se entiende que la policía no significa lo que hoy día es el cuerpo de
control y seguridad del Estado, para los autores el uso del vocablo policía tenía
copiosos antecedentes en la legislación de Indias y de los primeros años después de la
Independencia, donde se esperaba que la policía reprimiera la vagancia, desarrollará
la salubridad y el control de las poblaciones entre otros.
Detallan los autores:
“La policía por consiguiente, era en cierta forma el adecuado funcionamiento de la
vida en comunidad, en todos sus aspectos; y así lo entendió la legislación de Carillo”
(Villalobos et al, 2000: 464) (Negrilla del original)
Igualmente desde Carrillo, específicamente en su Ley Reglamentaria de la
Administración Local de los Departamentos, a aparte del señalamiento de que la
policía tenía tareas en el campo de la moral y seguridad pública, abastos, salubridad,
comodidad, decencia, diversiones públicas y privadas, funciones cívicas y religiosas;
se establecen normas para el funcionamiento de las cárceles, el cultivo obligatorio de
ciertos productos para el consumo local (maíz, frijoles y arroz), el salario en dinero y
especies de los jornaleros, el trabajo de mujeres y niños, y tiempos de alimentación
de los/as trabajadores/as, entre otros.
Puede entonces rastrearse bajo lo aquí expuesto que uno de los primeros grupos
responsables dentro del Estado para la regulación y control de las relaciones sociales
fueron esos cuadros que cabían dentro de lo que se entendía como “policías”, pero
donde también fungían con autoridad en esa materia, jefes políticos de departamentos,
jueces y funcionarios municipales.
Esto indica que el Estado de Costa Rica requirió desde los años de 1835 buscar
establecer tanto normas de esta naturaleza, como recurso humano vinculado a su
aplicabilidad, se demuestra aquí que la reproducción del Estado liberal, necesitó junto
con el establecimiento del capitalismo, las estrategias que permiten “coordinar”
acciones sobre consecuencias de las relaciones sociales existentes, especialmente
hacia la mayoría que era clase pobre y trabajadora 13 .
13
No estoy afirmando aquí que sean estas las primeras manifestaciones de la profesión del Trabajo
Social en Costa Rica, si no que las demandas de la incipiente organización capitalista local fueron
desde sus inicios requiriendo ciertas particularidades técnicas y políticas en ese momento.
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13
Por otro lado no debe descartarse el papel que jugaron las organizaciones religiosas,
en el apoyo a tareas de asistencia estatal, pero sin regulación, ni reconocimientos que
vayan más allá de “asistir”, dichos grupos fueron mantenidos al margen ante los
lineamientos y políticas estatales, esto era claro para los liberales costarricenses.
Para 1842 Francisco Morazán por medio del llamado “Pacto del Jocote”, pasa a ser
presidente, habiendo celebrado un acuerdo con las tropas carrillistas
Con la llegada de Morazán al poder, según Calix (1995) se resaltó que la condición de
Costa Rica era muy delicada en el ámbito económico y fiscal, llama la atención que
dentro de las primeras disposiciones de Morazán se encontró la derogación del
Reglamento de Policía emitido por Carrillo en 1841, citando:
“ Considerando: que el reglamento de policía expedido por el Jefe de Estado el
18 de Diciembre de 1841, hallándose del todo fundado en principios los más
absurdos y antieconómicos, envuelve una monstruosa aglomeración de poderes y
ataca de una manera directa la propiedad de los costarricenses y su libertad
individual: que pone trabas y restricciones en alto grado perjudiciales a la
circulación y aumento de la riqueza pública, destruyendo la libertad del
comercio y de la industria: que muchos de sus artículos contienen preceptos
sumamente opre sivos y tiránicos, por que intervienen hasta en los actos más
indiferentes de la vida privada de los habitantes del Estado: que no en el interior
de sus familias se halla libre de la ingerencia de la autoridad en asuntos en que
por su naturaleza no debe te ner participio alguno (...)” (Morazán 1842, citado en
Calix, 1995: 252)
Básicamente la obra de este presidente en el materia social, fue anular la legislación
dada por Carrillo.
Esta experiencia demuestra una vez más los conflictos de enfrentamiento que se
dieron en Costa Rica tanto para la consolidación del Estado, como para su
intervención en la “cuestión social”. Francisco Morazán muere asesinado en el parque
central de Costa Rica en setiembre de 1842.
En los años de 1850 el país ya se encontraba vinculado al comercio mundial por
medio del café, y donde a través del capitalismo, que es su modo de producción, se
generó una clase social dominante, que fue representada por la burguesía agraria,
controladores del Estado, y monopolizadora de las finanzas y la comercialización,
llevando a Tomás Guardia a la presidencia.
Salazar (1990) establece que con el golpe de Estado de Guardia, se inaugura la
consolidación de la República Liberal, que culminaría, según el autor, con la llegada
de Alfredo González Flores al poder.
Sobre Tomás Guardia, Calderón (1983) afirma que es el personaje que retoma parte
del proyecto político de Braulio Carrillo, ante ello debe recordarse que Guardia es
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14
producto de un continúo desgaste en el régimen político basado en la alternabilidad
presidencial y el juego partidario, lo que desemboca en golpes de Estado, que son
liderados por sectores dominantes que propugnaban un desarrollo económico en
contacto cada vez más estrecho con el mercado externo y el capital extranjero, y que
llevó a la instauración de la dictadura 14 .
Para Rosés (1983) la llegada al poder de Guardia en 1870 pone fin a la inestabilidad
de los gobiernos que se venía dando desde la década de 1850, señala el autor, “La
dictadura pone al descubierto la agonía de la forma de régimen anterior
respaldada en una “burocracia permanente”, donde predominaban los políticos
empresarios” (pág, 110), lo que generó roces entre los mismos empresarios-políticos
por variar el rumbo del gobierno.
Con Guardia en el poder se gesta la posibilidad de dar una apertura a las inversiones
directas extranjeras, especialmente norteamericanas, política que era demandada por
la clase cafetalera-exportadora y los comerciantes importadores, de hecho bajo su
mandato se desarrolló la inversión de capital estatal para la construcción del
ferrocarril al Atlántico 15 .
Debe acentuarse la atención en la política que inauguró la dictadura de Guardia, que
fue la librecambista, que va a ir recomponiendo el sector exportador nacional y dando
extraordinarias facilidades al capital extranjero y éste a su vez irá profundizando su
nivel de participación en la estructura económica y su cuota de beneficio.
La relación con los sectores trabajadores fue peculiar, en primer lugar bajo el poder
de Guardia se buscó aplacar la ma nifestación de trabajadores chinos en contra de la
Compañía de Minor Keith en la construcción del ferrocarril, donde el empresario
obtuvo colaboración militar del Estado para intervenir en el enfrentamiento.
Pero por otro lado en 1874 la “Sociedad de Artesanos” decidió ponerse bajo la
protección de Guardia, analiza Rosés ante ello:
14
Luego de Guardia llega al poder, por elecciones convocadas por él mismo, el militar Próspero
Fernández (1882-1885), y luego otro militar como lo fue Bernardo Soto Alfaro (1886-1889), ambos
continuaron con la ideología liberal, inclusive su papel en el sector educativo fue generar reformas para
fortalecer la democracia liberal que buscaba la participación por parte de lo electores para votar por
quien gobierna, pero no para tomar decisiones.
15
Pero el liberalismo también continúo con Aniceto Esquivel Sáenz (1876), y Vicente Herrera Zeledón
(1876-1877), aunque sus gobiernos no tuvieron mucha vigencia por la figura y regreso al poder de
Guardia en el período 1877-1882. Para Salazar (1990) es en la república liberal que se pasa de un
Estado controlado directamente por oligarquía cafetalera, a uno de mayor autonomía, y fue en este
período que se logró construir un sistema de dominación mayormente aceptado por diferentes sectores
sociales, en especial porque después de Guardia lo que hubo fueron tipos de control más centrados en
lo ideológico, legitimando los postulados liberales para las relaciones sociales.
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15
“(...) se observa el nivel de conciencia tan bajo de los artesanos en la década de
1870, que los lleva de manera espontánea, y que es capitalizada por el Dictador
al acoger la iniciativa de la Sociedad de Artesanos festivamente” (1983: 113)
Además se centró en aumentar la capacidad del ejército, por lo que reclutó personas
del área urbana marginal, probablemente expulsados de la producción, por un
fenómeno de extensión de actividades artesanales tradicionales.
Siguiendo a Molina (1989) la época de Tomás Guardia (1870-1882) y su secuela
(1882-188916 ) se caracterizó por un proceso creciente de concentración y
centralización del capital, donde la diferenciación social no sólo se agudizó entre
artesanos y campesinos únicamente, sino entre los medianos y pequeños productores,
además bajo el mandato de Guardia el Estado Costarricense empezó con una
complejización de funciones públicas, agrega el autor:
“La especialización técnica de la administración exigía un personal cada vez más
capacitado” (Molina, 1990: 179)
Se denota entonces como las relaciones que se van estableciendo en el país van
requiriendo que el Estado recurra a la necesidad tanto de formar cuadros profesionales
(como sucede con la instauración de la Casa de Santo Tomás, luego establecida como
Universidad), y de incorporar estos profesionales, a las condiciones que el Estado
Liberal capitalista enfrentaba, los cuales en su inicio eran mayoritariamente abogados.
Cabe señalar que después de la Campaña Nacional de 1856 y 1857, se localizan
rasgos de asistencialismo estatal bajo decretos legislativos, que permitieron por un
lado ir edificando una imagen de nación “con historia”, y por otro, tomando acciones
16
Es en 1889 que en elecciones nacionales la oposición parece ser la posible triunfadora. En esta
coyuntura electoral, los partidos que se enfrentan son el del oficialismo llamado Liberal Progresista
con Ascención Esquivel, y el de oposición Constitucional Demócrata postulando a José Joaquín
Rodríguez, quien recibe el apoyo de la Iglesia Católica, que se ha sentido lesionada por las medidas
liberales. (Vargas, 1993:25) y además el de destacados líderes de las organizaciones gremiales, como
Víctor Orozco, Félix Montero, y Gerardo Matamoros. (Salazar, 1990) Es luego del 7 de noviembre de
1889, bajo manifestaciones de la oposición y de sectores del gobierno que también se enfrentaron, que
llegó José Joaquín Rodríguez a la presidencia (1890-1894. Cabe destacar que bajo la administración de
José Joaquín Rodríguez y Rafael Iglesias (1894-1898, 1898-1902) también se fortalecieron los
postulados liberales, y en especial se distanciaron más las relaciones con la Iglesia, y se buscó desde
luego destruir a la oposición. Iglesias veló para que su sucesor fuera de la línea liberal tradicional, sin
embargo no encontró posibilidades por las condiciones económicas del país, lo que lo obligó a lograr
una alianza con la llamada generación del 89 (De orientación hacia la consolidación de un Estado más
“moderno” con nuevas condiciones de reproducción del capital, donde se dan los gérmenes de la
administración pública burocrática), y postular a quien fue el siguiente presidente, Ascensión Esquivel
(1902-1906), y de este mismo grupo de políticos siguieron Cleto González Víquez (1906-1910) y
Ricardo Jiménez (1910-1914) (Botey, 1994)
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16
con relación a proyectarse como un Estado preocupado por sus “hijos”, donde se
buscó pensionar a una serie de personas que participaron en dicha guerra.
En 1870 las personas campesinas reclamaban al Estado su situación económica,
igualmente las artesanas se organizaban a partir de 1888, ya que se contraían las
posibilidades de “ascenso social.”, más adelante detallaré sobre la situación de las
personas trabajadoras en el Estado Liberal.
Entre los diferentes ámbitos de intervención estatal liberal en la “cuestión social”, se
encuentra la salud y la educación, y desde el gobierno de Carrillo se dio preocupación
por formar profesionales en medicina, como por establecer tareas de vacunación,
mantenimiento del Lazareto (Leprosario), medidas de saneamiento ambiental,
prevención de accidentes del trabajo, y hospitalización para peones.
Recurriendo a Sequeira et al (1985), se ilustra que se estableció también la Junta
General de Sanidad (1837), que se sustituye dos años después por las Juntas de
Caridad, igualmente se da en la gestión de Carrillo la fundación del Hospital San Juan
de Dios.
(Villalobos, Chacón y Sáenz, 2000)
En 1853 se creó el Promedicato de la República para la consulta de asuntos de
higiene, el Hospicio de Incurables (1879), los Hospitales de Cartago y Liberia (1880),
Alajuela y Limón (1884) y el nosocomio de Heredia (1888), así como los inicios del
Hospital para Locos (1890).
En educación Carrillo buscó el fortalecimiento de la Casa de Enseñanza de Santo
Tomás, la promoción del aprendizaje del artes y oficios, becas al extranjero,
suministro de material didáctico a escuelas, crear la escuela de mujeres, mantener el
financiamiento de la enseñanza, y buscar la centralización de la educación
sustituyendo la responsabilidad en municipalidades, por su parte Morazán planteó la
propuesta de crear el Colegio San Luis Gonzaga en Cartago.
Para 1886 se aprobó la Ley General de Educación y se crearon el Instituto de Alajuela
(1887), el Liceo de Costa Rica (1887), y la Biblioteca Nacional (1888). Por otro lado
aparecen la Escuela Nacional de Bellas Artes (1887) y el Teatro Nacional (1890).
Tomás Guardia por su parte se orientó a la edificación de escuelas y colegios en zonas
urbanas y rurales, darle fortalecimiento a la Universidad Santo Tomás, y a las carreras
de derecho, medicina, historia, geografía entre otras; tratando también de regular la
contratación de personal docente
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17
Todo lo anterior era lucha de los/as liberales para evitar que la Iglesia mantuviera el
control sobre la educación, por lo que promovieron la enseñanza laica, gratuita y
costeada por el Estado.
En Justicia se priorizó la modificación de la administración de ésta, la estructuración
del régimen penitenciario, y la emisión de nuevos códigos, Civil, Penal y de
Procedimientos, así como la reestructuración del Poder Judicial, bajo la Constitución
política de 1871, y el uso del destierro y la cárcel para opositores/as a los gobiernos.
La policía y la reforma penitenciaria fueron paradigmáticas en el desarrollo del
establecimiento de las primeras normas sociales, y se localizaban también las Juntas
Patrióticas que velaban por la moral pública.
Finalmente se crean las Juntas de Socorro (1889), para dar auxilio a personas por
necesidades ocasionadas por terremotos o catástrofes. En infancia se tuvo como
prioridad el amparo a niños y niñas huérfanos/as.
Brevemente ilustré algunas de las intervenciones liberales en la “cuestión social”,
donde afloraban apenas las reacciones de las personas trabajadoras, la lucha de
presiones por la demanda de servicios sociales se torna incipiente, aunque ya la
ideología liberal destacaba ámbitos claves como la salud y la educación, que van a
caracterizar años después a la sociedad costarricense.
El café y el banano principales motores de las relaciones capitalistas en Costa
Rica17 :
Hasta el momento he desarrollado someramente el tema del desarrollo cafetalero en
Costa Rica, ya que el mismo merece un trato particular en la tarea de esta
investigación.
No existe libro de historia que no contemple la relevancia de la implantación del café
como base inicial de la economía nacional, mediante el cual vendrían a girar la mayor
17
Hacer énfasis en el café y el banano, no significa ignorar que en Costa Rica existiesen otros
productos locales, pero fue sin duda alguna la producción cafetalera y luego bananera la que concentró
tanto la producción, como la inversión y comercialización nacional. En diversos lugares del país
granos, hortalizas, ganadería, entre otros, convivieron con la producción de ambas. Señala González
(1984) que la agricultura entre 1821 a 1880 se desarrollo básicamente en torno a dos productos de
exportación el tabaco y el café.
Sobre el cacao, otro producto de relevancia, Botey (1994), estima que se le estimuló su producción a
finales del siglo XIX, agrega “Entre 1884 y 1935 las exportaciones de cacao mostraron una tendencia
alcista, con ligeras fluctuaciones en los primeros años y a partir de 1925 en que se redujo el ritmo de
crecimiento. No obstante en 1930 – en plena crisis - se realizó la mayor exportación de cacao.” (Pág:20)
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18
parte de las relaciones sociales costarricenses, desde luego junto con la producción
bananera.
El ingreso del café en Costa Rica llevó de paso la monetarización de la economía, ya
que antes de que se introdujera este producto, Costa Rica usaba el cacao como
moneda, además casi todo el comercio se hacía por trueque (Seligson, 1984)
Ante ello se entiende que la génesis del capitalismo agrario se caracterizó por la
expansión del capital comercial, su volumen y la variedad de los géneros traficados, y
como señalan Acuña y Bonilla (1991), “El comerciante, sin embargo comenzó- a la
vez- a penetrar en la producción, en especial con el cultivo y el beneficio del café,
lo que estimuló la privatización de la tierra y la compra y venta de la fuerza de
trabajo” (pág : 76)
El café hacia la década de 1830, comenzó a cultivarse decisivamente en las pequeñas,
medianas y grandes propiedades de la meseta central. El núcleo de la agricultura
cafetalera era San José, de ahí se partió a la exportación hacia Chile y Gran Bretaña.
Su cultivo fue paulatinamente fomentando la privatización de las tierras comunales,
municipales y baldías que existían en aquellas épocas; igualmente la siembra de
subsistencia se relevó por la de la venta, ya que las familias ocupaban los terrenos
para la siembra del grano.
De esta manera la burguesía local, que extendía relaciones con el capital extranjero,
pasó a ser dueña, explotadora y exportadora del café en Costa Rica, llevando de forma
calculada la extensión de sus riquezas y la explotación de la mano de obra, también
paulatinamente se fue desarrollando una organización empresarial para la explotación
del grano, en especial fortalecida por las demandas extranjeras, que a la vez eran
financistas especuladores.
El crédito pasó por lo tanto a ser una mediación social, ya que los/as pequeños/as y
medianos/as productores necesitaban tecnología, mano de obra e infraestructura para
la producción del café, de esta ma nera lo que antes estaba destinado únicamente para
el gran hacendario, pasó a ser recurso de otro tipo de productor, que en algunas
ocasiones con el paso del tiempo, no podía asumir sus responsabilidades económicas
y perdía sus tierras. Poco a poco familias enteras se transformaban en vendedoras de
su fuerza de trabajo, que en un inicio fue bien pagada por su escasez, lo que generó
diversas movilizaciones poblacionales tanto del interior como del exterior del país.
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19
Ante los cambios mencionados, la tierra fue adquiriendo un valor de cambio, y la
fuerza de trabajo un valor de uso 18 .
San José luego de la “Batalla de Ochomogo” en 1823, y la “Guerra de la Liga” en
1835, se evidenció como el eje de la economía nacional, junto con el establecimiento
pausado de la mayoría de negocios, instituciones públicas, infraestructura entre otros,
léase al respecto:
“La capital del capitalismo agrario, que comenzaba a articular una economía
nacional, se convirtió así en la capital de Costa Rica. El naciente Estado
concentró el esfuerzo institucional en favorecer la transformación
socioeconómica. La tarea era triple internamente: estimular la privatización del
suelo y el cultivó del café; dotar al proyecto agroexportador de la infraestructura
básica que necesitaba; y reorganizar y actualizar la legislación existente” (Acuña
y Molina, 1991: 88)
De esta manera ya entre 1850 y 1890 el café se convirtió en definitiva en “grano de
oro”, Costa Rica había extendido alrededor del 90% 19 de sus exportaciones,
desalentando también por su parte la diversidad económica, llevando por otro lado a
que sus fluctuaciones castigaran o premiaran la producción nacional.
Ante el calor de la producción cafetalera se empezaron a constituir un conjunto de
entidades bancarias ( Banco Nacional Costarricense (1858), Banco AngloCostarricense (1863), Banco Nacional de Costa Rica (1867), y el Banco de la Unión
(1877)), las cuales fueron capturadas por la burguesía cafetalera, que tuvo de hecho
roces con el Estado, ya que el mismo se veía presionado por los sectores que iban
perdiendo sus terrenos y cosechas por haber hipotecado sus terrenos para recibir
crédito, tierras que poco a poco iban quedando en manos de los grandes cafetaleros.
Pero para mediados de 1880 la cotización del café se empezó a deteriorar, inclusive a
finales del siglo en mención; la producción capitalista costarricense se ve encaminada
a incorporarse mayormente en la producción bananera, esta vez más que nunca en
relación con el capital extranjero, especialmente con la modalidad de enclave
económico 20 .
18
Dice Marx: “(...) cuando hace frente al capital, el trabajo es valor de uso en oposición al capital
planteado como dinero, pero no se trata de tal o cual trabajo determinado, es el trabajo en general, el
trabajo abstracto: su particularidad le es indiferente, ya que le sirve a cualquier propósito (...) El
cambió entre el capital y el trabajo forma parte de la circulación simple, no enriquece al obrero. Este
cambio implica la disociación entre el trabajo y la propiedad. El trabajo tiene por objeto la pobreza
absoluta, y por sujeto la posibilidad general de riqueza.” (Marx, 1971: 107, 105) (Cursiva del original)
19
Según Acuña y Molina (1991)
20
Siguiendo a Brand (1995) el término enclave económico requiere, para ser comprendido, la
necesidad de recordar las primeras operaciones intercontinentales de las empresas capitalistas
modernas del sector exportador donde: “Su objetivo, la conquista de mercados, los obligó a crear
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20
La burguesía cafetalera se ve también afectada entre 1890 y las primeras décadas del
siglo siguiente, por la pérdida de inmunidad de los impuestos, la diversificación de la
producción, y el aparecimiento de grupos políticos que preveían un crecimiento
capitalista en otras dimensiones, en palabras de Seligson (1984)
“ Es claro que esto no habría sucedido si los caficultores hubieran seguido
dominando el sistema político tan absolutamente como lo hicieron durante el
siglo del auge del café (...) La que otrora fue una aristocracia unificada y
omnipotente se desmoronaba y perdía su predominio sobre el sistema político
(...)” (1984:83)
Fue aquella llamada generación 89 (De credo liberal que incluía a Ascención
Esquivel, Carlos Durán, Mauro Fernández, Alberto Brenes Córdoba, José Astúa
Aguilar, Ricardo Jiménez, Cleto González Víquez, entre otros) la que propició
cambios en los planteamientos liberales nacionales, la gran mayoría de corte jurídicoburocrático.
Así la producción del café en Costa Rica, con todas sus relaciones sociales derivadas
del capitalismo, se asoma a otro siglo con condiciones económicas y políticas
bastantes diversas, entre ellas venía la organización trabajadora y los pulsos políticos
dentro de la complejidad de los sectores sociales.
No obstante la realidad costarricense no sólo fue alterada significativamente por la
producción cafetalera, otro pilar fundamental para entender los cambios sucedidos en
el país es la implantación de la producción bananera, que llevaría a situar a la
población trabajadora ante nuevas y más avanzadas formas de explotación antes no
conocidas en suelo nacional21
Es en la producción bananera que se da el origen de diversas manifestaciones de
descontento de la clase trabajadora, especialmente extranjeros, por las condiciones de
explotación a la que se enfrentaban.
La implantación de la producción bananera en Costa Rica, se vio “por casualidad”
beneficiada por la necesidad de construir una línea de ferrocarril para exportación del
café, la necesidad de desarrollar vías para la salida del café hacia los puertos, llevó al
filiales en el exterior que comercializaran sus productos. El capitalismo había logrado crear un mercado
de capitales a nivel internacional” (pág, 321). En los países se establecieron filiales que buscaban
básicamente explotar la producción de los países para generar producción al mercado mundial.
21
En un balance entre la producción del café y el banano Seligson (1984) señala que cotejar ambas
industrias en Costa Rica demuestra que si bien el café produjo mayor impacto en la economía del país,
tanto en ahorro personal como en cuanto a los ingresos estatales; la industria del banano tuvo muy poco
impacto. Por lo que el autor concluye que el desarrollo de la producción bananera fue más negativa que
positiva, ya que las prácticas monopolistas de la United Fruti Company obstruyeron el desarrollo de un
fuerte grupo de productores locales quienes, a su vez hubieran podido proporcionar una mayor
contribución a la economía local.
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21
planteamiento de construir obra línea ferroviaria, bajo la conducción de Henry Meiggs
y Minor Keith, siendo este último el protagonista del proceso.
Keith se aseguró la construcción del ferrocarril, e incluso condicionó su utilización
para la exportación del café hasta su culminación, lo cuál le facilitó a él probar la
salida de otros productos, así el banano que se cultivaba en la costa, que era exportado
desde 1870 por la Boston Fruit Company, se perfiló como un negocio lucrativo.
Posteriormente Keith
se vinculó con dicha empresa y formaron la United Fruit
Company en 1899 (Seligson ,1984), la cual tuvo en arriendo por noventa y nueve
años, las plantaciones, ferrocarriles, caminos y muelles.
Se demuestra aquí como la presencia del capital extranjero se empieza a apoderar de
la riqueza e inversión local para su reproducción, junto a ello se establecen relaciones
políticas que hacen presión a una mayor apertura para la implantación del capital
originado fuera de Costa Rica.
Señalan Acuña y Molina (1991) que Minor Keith personifica la entrada del
imperialismo norteamericano, que se enfrentó con un Estado nacional dadivoso y
débil, teniendo enfrente un capital rapaz y omnipotente.
El desarrollo de la producción bananera tuvo auge a finales 1880 y 1914, donde
encuentra en este último año un descenso en sus exportaciones.
Por otro lado Fallas (1983) señala que es en el escenario de la construcción del
ferrocarril que se identifica a trabajadores chinos que fueron de los primeros grupos
en protestar por las condiciones de trabajo, destaca el autor:
“El trato que recibieron fue sumamente grosero, el trabajo muy duro, la
alimentación pésima, la jornada de trabajo muy larga, y el salario miserable,
apenas la sexta parte de lo que ganaba un peón costarricense. Además se les
castigó con frecuencia y muchos perdieron la vida en accidentes laborales, por el
clima y las enfermedades o por la matanza de 1874” (Fallas,1983: 214)
Salazar (1990) también ilustra al respecto:
“Las condiciones de vida del trabajador bananero eran paupérrimas, como
consecuencia de los bajos salarios que recibían. Vivían en ranchos destartalados,
insalubres, desprovistos de agua potable, de letrinas, de electricidad. La falta de
agua ocasionaba enfermedades del aparato digestivo que, al combinarse con la
transmisión de la fiebre palúdica, por medio de los mosquitos, creaba
condiciones de trabajo malsano (...)” (pág, 162)
Apunta el autor que en situaciones similares se encontraron los trabajadores italianos,
los cuales desataron una huelga en defensa de mejores condiciones de trabajo, aunque
muchos dejaron el ferrocarril, e incluso algunos regresaron a su país.
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22
Sobre las condiciones de trabajo de la población costarricense es el mismo Fallas
(1970), quien narra las extremas formas de explotación a las que se veían sometidos:
“Pero en las inmensas bananeras del Atlántico, en aquel tiempo, no existía un
solo Dispensario ni se conocían servicios médicos de ninguna clase, exceptuando
el Hospital de Limón; más en las lejanas bananeras el trabajador tenía que
comprar de su propia bolsa hasta las ínfimas pastillas de quinina que necesitaba.
Vivíamos en pocilgas, no se conocían los servicios higiénicos. Los “comisariatos”,
a través de los cuales la United ejercía el absoluto monopolio del comercio en
toda la región bananera (...) A veces tenían que efectuar la “corta” enfermos y
bajo furiosos temporales (...)” (Fallas, 1970: 196)
De esta manera queda documentado como el banano junto con el café, con diferencias
claras desde luego, pasan a profundizar la reproducción del capitalismo, como las
formas de explotación laboral, cada uno con singularidades que se comprenden
únicamente al establecer mediaciones entre el capitalismo y las clases trabajadoras.
Con este breve referente se puede estimar que tanto la producción de dichos productos
en Costa Rica fueron columnas básicas para la génesis del capitalismo local, como
para las primeras y consecuentes manifestaciones del capital transnacional.
Por otro lado en cada coyuntura se presentan particularidades que van perfilando las
relaciones sociales de Costa Rica y las condiciones de reproducción local, entre ellas
se presentan las condiciones de explotación a las personas trabajadoras, sobre las
cuales brindare seguidamente algunos referentes.
Relaciones Capital/Trabajo: Personas trabajadoras en la Costa Rica liberal ante la
génesis-reproducción del capitalismo.
Como se ha señalado antes en esta ponencia, no existe mucha bibliografía que logre
orientar sobre el enfrentamiento que se establece entre las personas trabajadoras y las
relaciones capitalistas que se generan en este período en estudio en Costa Rica, en
varios autores consultados, las fuentes parecen ser similares.
La población trabajadora (campesinos/as, peones/as, artesanos/as entre otros/as), se
enfrentó a un proceso de proletarización/explotación cada vez más agudo, sin duda
alguna estas personas buscaron formas de sobrevivencia y articulación ante estas
condiciones 22 .
Pero al hablar de personas trabajadoras en Costa Rica en los años de consolidación del
Estado, se encontraban legalmente trabajando niños y niñas desde los diez años de
22
Es necesario recalcar que el origen de mu chas de estas organizaciones son un subproducto de la
legislación que el Estado hacía de la rama de trabajo, es decir en el caso de los mineros, primero se
legisló o se impusieron normas sobre la materia y luego se organizaron los trabajadores, lo mismo
ocurrió con los conductores de carretas y las actividades en los puertos, entre otros.
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23
edad, y mujeres que no recibía un salario justo, desde luego acompañadas por
hombres en condición de explotación.
Churnside (s.d) ilustra que según decreto presidencial, los trabajadores mayores de 18
años recibían jornal completo, los hombres entre 14 y 18 años tenían derecho a dos
terceras partes del jornal, varones entre 10 y 14 años recibían no más de la cuarta
parte, y a las mujeres en cada intervalo de edad, se les entregaba la mitad de lo de los
hombres.
El mismo autor resalta las condiciones de trabajo entre la relación persona trabajadora
y patrono en esos años, donde el segundo no tenía como prueba su palabra ante una
disputa sobre remuneración, pero el patrono sí.
Igualmente entre 1841 y 1867 el empleado debía avisar quince días antes si deseaba
dejar de trabajar, pero el patrono podía despedirlo en cualquier momento.
Inclusive en la época de Carrillo, bajo su Código General, se establecieron “jornales
máximos”, y se castigaba a quien pagara más.
De la “buena fé del patrono”, dependía que la persona tuviera una jornada laboral de
10 horas, alimentación en algunos casos y asistencia por enfermedad, aunque el
trabajador debía cancelar los gastos posteriormente
Las personas obreras y campesinas del siglo XIX, carecían en Costa Rica según Fallas
(1983); de protección contra los accidentes del trabajo; en caso de enfermedad,
invalidez o muerte, la familia del afectado quedaba expuesta a sufrir privaciones,
además al quedarse sin trabajo sufrían hambre y explotación, ante ello vino la
necesidad de la organización para atenuar tales situaciones.
Uno de los primeros espacios de organización obrera, y que fue limitado en Costa
Rica, era en el área de extracción minera, específicamente en los Montes del
Aguacate, fue en 1830 bajo la Ordenanza de Minería donde se establecían ciertas
normas para esta actividad en el país. Quienes trabajaban en la minería formaron un
gremio, dice Fallas (1983), posiblemente uno de los primeros constituidos legalmente
en la historia laboral de Costa Rica.
En 1860 bajo el mandato de Montealegre se organiza en Costa Rica el “gremio de
conductores y cargadores de mercaderías”, reconociéndole a tal actividad, la categoría
de oficio o profesión, en este gremio se buscaba tanto la organización como la defensa
de sus trabajos, que sucumbieron con la llegada del ferrocarril y luego del automóvil.
Los puertos fueron otro foco de organización gremial, entre ellos se presentaban
gremios de cargadores, lancheros, marineros, peones, artesanos, etc.
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24
Por otra parte en 1881 se estableció de manera formal en Colegio de Abogados de
Costa Rica y en 1902 se creó la “Sociedad Farmacéutica de Costa Rica”, donde cada
organización velaba principalmente por el ejercicio de dichas profesiones.
Los ejemplos anteriores ilustran que en algunos casos fue el mismo Estado el que
impulsó por medio de leyes, decretos y ordenanzas la creación de gremios, tanto para
regular su ejercicio (sancionar), como para garantizarse condiciones de control sobre
estas poblaciones.
Debe señalarse también
que las corporaciones gremiales sirvieron de ejemplo y
modelo para las otras asociaciones laborales, que fueron surgiendo a lo largo del siglo
XIX, luego del gremio las personas trabajadoras se organizaron en asociaciones
mutualistas 23 y de ésta al sindicato, a inicios del siglo XX. (Fallas, 1983)
Las asociaciones mutualistas surgen en Costa Rica en el siglo XIX, como resultado de
la acción de los propios obreros y artesanos, la primera que se instaló fue la Sociedad
de Artesanos en San José, en el año 1874 y se mantuvo hasta 1882, años después
vuelve aparecer bajo el mismo nombre otra agrupación de artesanos.
En 1887 pasa a funcionar la Sociedad de Auxilio Mutuo Nicaragüense, en 1889 se
instala también en San José la Sociedad de Artes y Oficios, seguida ese año por la
Sociedad de Artesanos El Progreso, en la provincia de Alajuela; otra sociedad de
artesanos se fundó en 1890 en Cartago, y ese mismo año aparecen varios gremios
entre ellos, el de pintores, sastres, carpinteros, albañiles, albañiles-constructores,
ingenieros y agricultores.
Para 1891 se organizó la Asociación de Prensa, especialmente de periodistas, la
Sociedad de Artes y Oficios de Heredia, Sociedad Tipográfica de Socorros Mutuos,
Sociedad de Socorros Mutuos del Telégrafo Nacional y la Caja de Ahorros de
Puntarenas.
En el caso de la sociedad mutualista, este tipo de organización no planteó demandas
ante la clase patronal ni el Estado, ya que por medio de una caja de ahorro mutua
trataban de solventar sus necesidades.
23
Para Fallas (1993) la sociedad mutualista surge como institución obrera, por voluntad de las propias
personas trabajadoras, ya que éstas sienten la necesidad de organizarse en una asociación capaz de
brindarles cierta seguridad, pero que además tenga la posibilidad de protegerlos de los múltiples
problemas con los cuales tienen que enfrentarse, como producto de los cambios que en materia
económica, política y social irá viviendo el país conforme avanza el siglo XIX. Castro (1982), señala
sobre ellas “ (...) las mutuales de obreros y otras, servían en buena parte para que los propios obreros
asumieran los costos de su reproducción, quedando así doblemente oscurecida la responsabilidad que le
corresponde en ello al Estado y a los capitalistas” (pág, 58)
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25
Conforme se dinamizaba el capital, se fueron dando las posibilidades para los
primeros conflictos obrero-patronales, que de hecho fueron protagonizados por
trabajadores extranjeros que tenían mayor experiencia en la materia, entre ellos
chinos, italianos, jamaiquinos y españoles.
Entre los trabajadores costarricenses los telegrafistas, panaderos, tipógrafos, zapateros
y dependientes de comercio, se dieron los primeros asomos de una clase trabajadora
organizada dispuesta a enfrentarse a las relaciones de explotación, así como de
manipulación política. Igualmente se recibieron insumos del extranjero, que buscaban
la preparación de las personas trabajadoras ante el capitalismo.
En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX Costa Rica enfrentó una
situación económica alarmante, junto con una crisis mundial (Fallas, 1983 y
Churnside s.d), en especial por la caída en los precios del café, baja en la producción
del grano, endeudamiento del Estado y otros factores asociados, que afectaron
significativamente las condiciones de vida de quienes vivían de la venta de su fuerza
de trabajo.
La ausencia de respuesta en el ámbito de la asistencia social por parte del Estado
llevó a que algunos sectores de trabajadores extranjeros establecieran sociedades de
beneficencia entre ellas como los alemanes, italianos y españoles.
En el caso de los nacionales se instauraron la Sociedad Costarricense de Seguros de
Vida, que apoyaba a las familias en caso de muerte de sus asociados/as , y el Monte
Nacional de Piedad, que prestaba dinero a bajo costo, con patrocinio del Estado.
La Iglesia Católica se pronunció sobre las condiciones de vida de la mayoría de la
población que era trabajadora, ante ello Monseñor Thiel publicó la Trigésima Pastoral
“Sobre el Salario Justo de los Artesanos”, por ello el gobierno liberal de Rodríguez
le hostigó e hizo guardar silencio.
Definitivamente ante las condiciones sociales tan deplorables de las personas
trabajadoras, la vía democrática, que habían instaurado los liberales, era para ellos la
única posibilidad de alterar su situación.
Desde 1886 los obreros, artesanos y campesinos habían venido participando en la vida
política 24 , primeramente con la campaña que llevó a Bernardo Soto a la presidencia,
luego los hechos sucedidos el 7 de noviembre de 1889, así como la incorporación de
24
Reacuérdese que la mujer no tenía derecho al voto en esos años (Salazar y Salazar, 1992)
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26
trabajadores en distintos partidos políticos que le hacían oposición a José Joaquín
Rodríguez.
Para 1902 aparece en la escena pública la Liga de Obreros de Costa Rica, que llevó
como diputado a Victor J. Gólcher, bajo el lema “voto del obrero para el obrero”.
En Costa Rica los partidos políticos jugaron un papel importante en la búsqueda de
lograr acuerdos en materia de cond iciones de vida de los/as trabajadores/as, junto a
que fueron arenas de enfrentamiento dentro de los mismos grupos en el poder.
Destaca Araya (1983) que el establecimiento del sistema del sufragio en el país fue
un hecho temprano después de la separación de España (1821), donde ya en 1821 en
la Constitución Liberal de Cádiz, se estableció un ordenamiento legal que reguló el
sufragio por un complejo sistema de voto indirecto, que fue reproducido en
numerosas constituciones (1825, 1841, 1847, 1848, 1859, 1869 y 1871) 25 .
Pero las constituciones inclusive desde 1821 a 1871 demandaban que para ser elector
o para ocupar un cargo público (Presidente, Diputado, Magistrado, entre otros) se
debía poseer un determinado capital o salario cuyo monto se encontraba muy por
encima de los ingresos de la mayoría de la población, recurso que fue aprovechado
por la burguesía cafetalera para su legitimación y legalidad.
Igualmente otro factor relevante de exclusión electoral, era el requisito de que las
personas debían ser hombres, saber leer y escribir, a sabiendas que gran parte de la
población era analfabeta.
Junto a ello el autor citado destaca otro elemento crucial, como lo fue el proceso de
militarismo nacional:
“Y es que en efecto el ascenso de la burguesía cafetalera no sólo significaba
manipulación y restricción de los mecanismos electorales como ya se analizó sino
también la apertura de un proceso militarista que se extiende entre 1840 y 1870
y que causa una gran inestabilidad al proceso democrático-constitucional y
desde luego a la evolución del sufragio” ( Araya , 1983: 123)
Estas condiciones se dieron entre 1840 y 1850 desde Carillo Colina a Castro Madriz ,
como fue también para dirimir disputas de fracciones de la clase dominante, como
25
Seligson (1984) cita un estudio de Stone (1971, 1975) donde se afirma que 33 de las 44 personas que
han ocupado la presidencia del país, de 1821 a 1970, son desecendientes de 3 pobladores originales y
que 350 de los 1300 diputados que han ocupado curules en la Asamblea Legislativa, son descendientes
de 4 de los colonos. Una sola familia, la del conquistador Juan Vázquez de Coronado, ha producido 18
presidentes y 230 diputados, justamente el estudio afirma que son estas personas las que llegaron a ser
magnates del café.
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27
sucedió con Juan Rafael Mora y José María Montealegre entre 1850 y 1863, y
posteriormente con las administraciones de Castro Madriz y Jesús Jiménez
No fue si no hasta el gobierno de Tomás Guardia, y la constitución de 1871, que se
varió la inestabilidad política, por un lado estaba el poder militar del general Guardia,
y por otro las condiciones económicas más estable para la clase en el poder, aún así
esta Constitución mantuvo exclusiones por las cualidades de las personas, pero fue la
base de futuras modificaciones.
Hasta el 17 de mayo de 1913 se aprobaron las reformas del voto directo, aunque no
secreto, y que junto con las reformas en el sistema educativo dio mayor acceso a la
población.
En relación con lo anterior, los primeros partidos políticos del país surgieron a raíz de
la lucha electoral de 1889, cuando se organizó la oposición al liberalismo en un
intento de poner fin a su dominio. Antes de esa fecha, según Salazar (1990), los
grupos dominantes organizaban la sucesión presidencial a su antojo. La oligarquía
cafetalera designaba al candidato a la presidencia de la República, y según el autor
citado, el pueblo simplemente lo ratificaba.
Es en 1889 que Salazar y Salazar (1992) establecen el surgimiento de los dos
primeros partidos políticos de la historia de Costa Rica, el Constitucional
Democrático y el Liberal Progresista, y donde luego de estas elecciones dichas
agrupaciones se desintegran o segmentan.
En el caso del Constitucional se dividió en tres organizaciones, la Unión Católica 26 , de
ideología religiosa, el Independiente Democrático de origen socialista, y el Partido
Civil, liderado por Rafael Iglesias, siempre liberal.
Fue entonces por primera vez que en el país se polarizaron dos corrientes ideológicas
existentes: el liberalismo masón, con el Partido Liberal, y las fuerzas conservadoras
alrededor del Partido Constitucional.
Algunos rasgos básicos de esos partidos locales, son según Salazar (1990), las
siguientes:
Æ Se caracterizaban por ser organizaciones personalistas, salvo el Constitucional
Democrático y el Liberal Progresista, que presentaban una matriz ideológica;
igualmente la Unión Católica que era de corte clerical.
26
Participó solo en las elecciones de 1893, pues fue proscrito por Rafael Iglesias en 1895, algunos de
sus seguidores se unieron con otros del Independiente Demócrata, que solo se postuló en las elecciones
de 1893, y formaron el Partido Republicano, que entre 1909 y 1913 le ganó las elecciones al Partido
Civil (Salazar y Salazar, 1992: 14)
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28
Æ No tenían fortaleza organizativa, que casi siempre giraba en un comité central,
que era formado por personas poderosas de la capital.
Æ Nacieron por escisión o fusión de otros partidos, lo que además demuestra su
inestabilidad y poca permanencia.
De esta manera se comprende que en la lucha ideológica de Costa Rica se identifican
conflictos tanto dentro de los liberales, como de sus opositores conservadores, la
Iglesia Católica y los sectores trabajadores, pero no es sino hasta años después que se
logra construir un escenario donde dichas fuerzas se enfrentan y junto a la coyuntura
mundial, le dan un viraje importante a las relaciones capitalistas en Costa Rica, y de
hecho a la asistencia social estatal, donde se gestan condiciones de potenciación de
la dinámica capitalista, incluyendo parcialmente demandas de las poblaciones más
explotadas.
A modo de cierre:
Realizando un esfuerzo de reflexión sobre los temas desarrollados y su interrelación,
se puede concluir que las condiciones en que se instaura el capitalismo en Costa Rica,
con históricos rasgos de pobreza y dependencia de la actividad agrícola, son a la vez
insumos para que por medio del café y el banano principalmente, aparezca la
presencia del capital transnacional especialmente en el segundo producto.
En suma relación con lo anterior, esta la instauración del ordenamiento político liberal
que provee la ideología, los valores y la posibilidad de que ciertas fracciones
empiecen a diseñar un proyecto de nación a la luz de los intereses y beneficios que
predominantemente les genere legitimidad política y poder económico, teniendo a la
vez contradicciones entre las distintas fracciones burgueses.
Justamente en este proyecto de nación, la propiedad privada, las normas de venta de la
fuerza de trabajo, la legislación para el asalariamiento la producción y explotación son
complejidades que van transformando la cotidianidad de Costa Rica.
Bajo los elementos antes señalados la proletarización y el aburguesamiento “tico”, no
va a escapar de las contradicciones que históricamente el capitalismo engendra, junto
con una nueva división del trabajo, donde en la realidad nacional, la acumulación de
la tierra no fue necesariamente un factor, en ese momento, decisivo para la
instauración de la venta de la fuerza de trabajo.
No se puede hablar de enfrentamiento de clases en Costa Rica, sin el aporte
organizativo e ideológico que se dio en el país por personas extranjeras traídas a
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29
trabajar especialmente en el ferrocarril (los italianos por ejemplo), donde el objetivo
fue la expansión bananera-capitalista, que conduce por otro lado, a influir en las
personas trabajadoras costarricenses, que deriva décadas después en una mayor
organización política de las mismas.
Aunado a ello las paupérrimas condiciones de trabajo y sobrevivencia para su
reproducción, conducen a que se establezca presión al patrono y al Estado para
atender ciertos mínimos que le permitan sobrevivir, como el caso de los servicios de
salud, pero también los/as trabajadores/as se asocian bajo mutuales para su apoyo
familiar especialmente.
Por lo que no se puede concluir que hay ausencia de intervención estatal en las
manifestaciones de la “cuestión social”, aunq ue la misma no fuese prioridad en la
agenda política nacional, que se enrumbaba a fomentar la incipiente estabilidad
política y económica del país.
Para potenciar el capitalismo nacional se tuvo que romper con su administración
pública patrimonialista, y empezar a incluir en sus filas el pensamiento estatal liberal,
requiriendo a la vez mayor personal técnico-burocrático especializado.
A la luz de esas complejidades nacionales de la intervención en la “cuestión social”,
los liberales se orientaban interesantemente a la búsqueda de tener profesionales en
medicina, educación,
así como en la formación de ciertos cuadros militares y
policiales, teniendo igual prioridad la organización de la administración pública de la
justicia y la cultura, y hay a su vez relevancia por atender a niños y niñas en
abandono.
Todas estas condiciones dan pie a que la misma “organización” político-económica de
Costa Rica vaya entrando en una crisis con los postulados liberales, que no solamente
se deben enfrentar a un contexto nacional e internacional de cambios, sino también a
proyectos societales que no son únicamente los de la ideología liberal, donde la
presión trabajadora se deja sentir.
Para el Trabajo Social todo lo anterior tiene relevancia en su aprehensión histórica
porque es en y por el capitalismo que se establecen la contradicción de clase en Costa
Rica, a luz de la reproducción compleja de este modo de producción.
El Estado si bien no era de naturaleza interventiva en esa contradicción
capital/trabajo, daba algunas seña les de abordaje a las manifestaciones de la “cuestión
social”, con un Estado en vías de transformación, y una convulsión política donde se
permeaban distintos intereses en una agenda política nacional muy particular.
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En lo más inmediato de esas intervenciones en la manifestaciones de la “cuestión
social”, las protoformas que se localizaban eran tanto de empleados/as estatales, como
de orden religioso y filantrópico, por lo que a toda esa compleja gama de nuevas
manifestaciones del proyecto de sociedad que se erigía en Costa Rica, había que
brindarle un mínimo de soporte, generalmente de orientación moralista burgués, que
no puede pensarse fuera de las mismas relaciones capitalistas.
El análisis del Trabajo Social como profesión, tiene una articulación estrecha con la
política social, como resultado histórico de enfrentamientos de fracciones de clases, y
con una clara tendencia a apoyar el ideario burgués, por ello la profesión se enfrenta
desde la política social capitalista, a la “cuestión social” que también se crea y recrea
en sus manifestaciones.
Lo anterior entrelaza al/la profesional, a la también histórica conflictividad entre el
capital/trabajo, que es una base fundamental de los proyectos de Estado que se
establecen en el país, cada uno con sus particularidades.
Como no existía Trabajo Social en el liberalismo, se puede expresar que las
protoformas profesionales son las que de una manera menos cohesionada con la
reproducción del capitalismo, participaban en esas “incipientes” manifestaciones de la
“cuestión social”, con una política social también menos compleja, pero con una
esencia de legitimación bastante clara en relación a la ideología liberal.
Esas condiciones en que se instaura el capitalismo en Costa Rica, tienen a su vez
insumos para que por medio de productos como el café y el banano principalmente,
aparezca la presencia del capital transnacional.
Pero no es sólo mercancías y productos lo que caracteriza este escenario histórico, ya
que tiene vital importancia la relación con el ordenamiento político liberal que provee
la ideología, los valores y la posibilidad de que ciertas fracciones empiecen a diseñar
un proyecto de nación a la luz de los intereses y beneficios que predominantemente
les genere legitimidad política y poder económico, teniendo a la vez contradicciones
entre las distintas fracciones burgueses.
Ahí aparecen como bases de la vida nacional la propiedad privada, las normas de
venta de la fuerza de trabajo, la legislación para el asalariamiento la producción y
explotación, que son complejidades que van transformando la cotidianidad de Costa
Rica.
Todas estas condiciones dan pie a que la misma “organización” político-económica de
Costa Rica vaya entrando en una crisis con los postulados liberales, que no solamente
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se deben enfrentar a un contexto nacional e internacional de cambios, sino también a
proyectos societales que no son únicamente los de la ideología liberal, donde la
presión trabajadora se deja sentir, dando paso a nuevas orientaciones liberales, que se
van tiñendo de reformismo, que sería un segundo proyecto de Estado que se instaura
en el país y que propicia las condiciones socio-históricas para la constitución del
Trabajo Social en el país.
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