a^-^í^^fcr-a»-eV BLIODORO YÁfTjEZ APUNTES SOBRE LA PUNA DE ATACAMA RECOPILACIÓN DE ARTÍCULOS PUBLICADOS EN "EL FERROCARRIL" DE SANTIAGO SANTIAGO DE CHILE %)■■■ IMPRENTA, LITOGRAFÍA I ENCtfADERNACIÓN BARCELONA Moneda, entre Estado 1 San Antonio 7> /r'-.'s YAIST-EZ BLIODOEO APUNTES SOBRE LA PUNA DE ATACAMA RECOPILACIÓN DE ARTÍCULOS "EL FERROCARRIL" DE SANTIAGO IMPRENTA, LITOGRAFÍA I Moneda, entre PUBLICADOS EN SANTIAGO DE CHILE EN CDADER NACIÓN BARCELONA Estado i San Antonio LA PUNA DE ATACAMA OBJETO La publicación DE ESTA PUBLICACIÓN de estos apuntes tiene por objeto con nuestros derechos a la rejion cono tribuir al estudio de cida con el nombre de la Puna de Atacama. cimos al efecto los artículos que hemos Reprodu publicado en El Ferrocarril, revisándolos i completándolos posteriormente conocidos. El ha escaso permitido tiempo hacer con datos de que podemos disponer nos estudio mas estenso i meditado no un de la materia, que es grave i compleja. Nuestro objeto es llevar un modesto continjente a la defensa que en representación cer de los derechos de Chile habrán de ha las personas designadas por nuestro Gobierno para formar parte de las comisiones arbitrales, Los representantes de Chile tendrán que todos los antecedentes de esta cuestión i hacer tallada esposicion de nuestros derechos, Tribunal Arbitral que falla en a acopiar una de fin de que el última instancia pueda pronunciarse ha dado para con acierto en el brevísimo plazo que se funcionamiento. su Entretanto, la llamada cuestión de la Puna de Ataca ma no ha sido hasta ahora oficialmente las cancillerías chilena i Chile tinas, no conoce república como esa discutida entre arjentina, oficialmente las no pretensiones arjen conoce tampoco las núes tras. Solo existen en entre nosotros la prensa diaria que emiten sus o en las publicaciones hechas folletos por diversas personas opiniones individuales, demostrando prácticamente con ellas que existe al respecto dadera anarquía sobre los títulos que justifican chos de Chile a aquella rejion. La mayoría de nuestros hombres públicos una ver los dere no tenia hasta hace poco ni aun un conocimiento somero de los antecedentes i fundamentos de esta cuestión, i de este modo el criterio público se lia estraviado en medio de publicaciones contradictorias, formándose una opinión jeneral nacida de la falta de estudio i que juzga por im presiones que nuestros títulos son a lo menos dudosos. Esta opinión influye directa o indirectamente en los consejos de Gobierno, i nuestra cancillería ve así debili tada su acción para defender con habilidad i enerjía los intereses del país. Ha sido un error no haber precisado la cuestión antes de someterla al fallo del Tribunal Arbitral i es tanto chilenos este error lamentable cuanto que los comisionados se sentirán ligados por la necesidad de am mas no parar las tendencias de nuestra cancillería i de sostener las pretensiones finida i un que se concreta en una debate en estenso hayan manifestado en discusión anterior. SÍ sobre esta forma de no se abre materia, irán entrega- — dos fl - opiniones personales, sintiendo la influencia anarquía de ideas que reina en el estudio de a sus de esta nuestros títulos. Esta discusión previa habría podido consistir en un oca que ningún retardo podia sionar en la solución que ambos paises están empeñados sobre ambos pesan los crecidos como en buscar, cambio de simple notas que económicas inheren gastos militares i las perturbaciones tes al estado de paz armada. era tanto mas necesaria Ella Chile tienen diversos tidos las es pretensiones lo que estos orijenes vamos que los títulos de en diversos sen República Arjentina. de la tratar a cuanto i afectan de demostrar apuntes, que fueron hechos hace ya en el Esto curso de algún tiempo. con el actual, para discurrir sobre un tema relacionado la influencia de Bolivia en la solución de nuestras cues tiones con la República Arjentina. II TÍTULOS Los títulos de Atacama, teras ANTERIORES AL TRATADO DE primitivos de como Chile a la rejion 1866 del desierto la mayor parte de los títulos de fron corona de España, son inciertos i emanados de la vagos. El antecedente mas antiguo en favor de los derechos proviene, sin duda, de la espedicion de los ma rinos españoles Malaspina i Bustainante, practicada por orden del Gobierno español el año 1789. En la carta levantada por los espedicion arios, se asig na como perteneciente a Chile el territorio que se estien de Chile de al sur del 2 1 °. — Poco antes de la ordenó en 6 — et Rei independencia, la real cédula de 10 de de España 1803, Octubre de agregar el desierto de Atacama al territorio del Perú, segregándolo del de Chile. Esta real cédula quedó sin ejecución, i así el uti possidetis de del dominio territorial de las asigna a 1810, que es la base repúblicas sud-americanas, Chile la soberanía del desierto. antecedentes podrían talvez agregarse actos posesión i jurisdicción colonial, tan frecuentes en los territorios limítrofes de las colonias españolas. Estos títulos fueron amparados después de la inde pendencia por actos concretos de posesión material i legal que acentúan el dominio efectivo del territorio. A estos de La leí de 31 de Octubre de 1842 establece en su ar tículo 1.° «Se declaran de existen en las nacional las guaneras que propiedad de la provincia costas litoral del desierto de Atacama, i de en Coquimbo, las islas e en el islotes adyacentes.» Estalei, de ser de fuero interno, no afecta los derechos vecinos; pero importa el ejercicio de juris por nuestros dicción, lo que unido a la posesión, es el antecedente respetable del dominio. Bolivia no aceptó estos actos de soberanía, pero el Gobierno de Chile envió buques de guerra en protección de sus derechos, i desde 1847, la posesión del litoral quedó establecida, reservándose la cuestión de dominio constitutivo a mas la discusión de las cancillerías. Chile unía así jeneralmente deficientes España la posesión material i lo ejercicio que le creaba una situa jurisdicción, ción preeminente en la determinación del dominio de aquellos territorios. emanados de la el de la a los títulos corona de Esta discusión de cancillerías iniciada el año 1842 solo a terminarse con la celebración del tratado de 1866. vino Entre los antecedentes mas interesantes de este largo diplomático, es útil recordar la jestion iniciada el año don Casimiro Olañeta, 1843 por Santiago Plenipotenciario de Bolivia, para reclamar de la jurisdic ción que Chile se atribuyó por la lei de 1842. Bolivia fundaba principalmente sus pretensiones al desierto de Atacama en las opiniones de los jeógrafos, que habían descrito aquellos lugares. Su Ministro se espresaba en estos términos que tomamos de una publi debate en cación reciente del señor Gonzalo Bulnes: <Este en la «está (Bolivia) latitud (Letronne) señalando los límites de Boli pajina 463: comprendida entre 12 i 26 grados de hablando de Chile en la pajina 473, dice: autor via, dice i sur» estiende desde el desierto de Atacama hasta el <se Cabo de Hornos: está latitud Tomando al resultaría que a comprendido entre de pié de la letra esa opinión de Letronne, quedaban dos grados sobrantes: del 24 26. Olañeta esplica así esta diferencia. a primera vista hubiera aquí «Parece que dicción, te 24 \ 50 sur.» se que estiende en verdad por la no parte 24, mientras que Bolivia por la costa desemboca el rio Salado.» El atlas histórico de límites, dice: «está Lesage, entre una contra la hai, porque Chile realmen de la cordillera hasta el grado llega al 26, en hablando de Chile i que sus los 24o 21' i 43o 50/ de latitud meridional i los 68° 50' i 74o 20' de lonjitud occidental.» <No estrañe S. E. esa demarcación, porque en verdad no es el limite de Chile en la parte alta de la cordillera, 8 - ne, — el conde de las Casas, lo mismo que Letron dicen: «sus límites al norte son el desierto de Ataca i por eso ma», etc. I Olañeta agregaba: «He demostrado, señor Ministro, que el rio Salado separa el territorio de Chile del de Bolivia: que este rio está situado a los 26o de latitud sud; que todo el desier a S., ha pertenecido a la inten de Atacama de N. to dencia de Potosí; i que no hai la menor duda en la inteclara que Letronne i Lesage, dan a la manera deban entenderse los límites designados entre que los 24o, 2 1", por la parte de la cordillera donde está si lijencia con tuado el Chaco i Puna en Paquil (cerro del, Chaco, situado en la prolongación meridional de la cordillera de i los de Bolivia por la costa hasta el rio Salado Varas), a la los 26o. Bolivia en Igual observación hai sus limites costa el territorio tuado La que hacer con respecto a Perú, que mientras por la el peruano los 21", Bolivia a la otra con se interna hasta el Loa, si pasa de los 12a latitud sud por parte.* Memoria de Relaciones Esteriores de Chile de 1845, contiene una interesante relación de este debate. En 1859 se renovó la discusión. Nuestro Gobierno, en una importantísima nota de fecha 9 de Julio de ese año, contestó las estenso reclamaciones bolivianas i fundó el derecho de Chile a en aquellas rejiones. III PE|RÍODO DE A LOS LA TRATADOS GUERRA DE Estos títulos de Chile, por los que cualquiera otra ANTERIORES ¡Sjg que sean mejores que pudiera alegar al de mas nación - — 9 — síerto de Atacama, adolecen del defecto de nar con entera al cual se precisión determi no el límite oriental del territorio refieren, Es cierto que es un principio inconcuso en esta mate ria, que la ocupación de un punto de un territorio im porta la ocupación del territorio naturalmente subordinado. Pero gráfica es que le está adyacente confesar que la menester configuración jeograndes cadenas de cor norte a sur, su despoblación i del desierto, la serie de dillera que lo recorren de la dificultad de comunicaciones hacían de todo punto incierta la ocupación de Chile, Esta situación vino definirse a ternacional que puso término iniciada en 1842. El tratado de 10 de a de Agosto el en primer ajuste in la discusión de deslindes 1 866 firmado en San por los señores don Alvaro Covarrúbias i don Juan Ramón Muñoz Cabrera, Plenipotenciarios de las Repú tiago blicas de Chile i Bolivia, con sobre la en celebró, entre otros objetos, amigable i recíprocamente antigua pendiente entre ellas fijación de sus respectivos límites territoriales el de se «poner término satisfactorio a la cuestión el desierto de Atacama» ; i en su artículo 1 ° se esta bleció: «La línea de demarcación de los límites Bolivia paralelo en el desierto de Atacama, será 24 de latitud meridional, desde entre en Chile i adelante el el litoral del Pacífico hasta los limites orientales de Chile; de suerte que Chile por el sur i Bolivia por el norte tendrán la posesión i dominio de los territorios que se estienden hasta el mencionado paralelo 24, pudiendo ejercer en ellos todos los pondientes al actos de jurisdicción señor del suelo.» i soberanía corres. — 10 — La frase hasta el limite oriental de Chile no es sufi cientemente clara para determinar la estension territo rial reconocida por ese tratado como del dominio de Chile; pero ella asegúrala continuidad del deslinde orien tal de la República; toda la estension de sea, la cordillera de los Andes o en territorio. su Ese artículo establece también que Bolivia no con territorio alguno al sur del paralelo 24, ni Chile puede pretenderlo al norte. Según esto, el límite orien tal de Chile podría cuestionarse con la República Arjen serva tina pero no con Bolivia, Una sola observación tas conclusiones, i es la El tratado de 1S66 los límites entre podrá hacerse siguiente: fijó la línea de Chile Í Bolivia de es demarcación de el desierto de Atacama, en la podido rejion de la Puna, que se encuentra al oriente del desierto, formando con relación i no referirse en contra ha a a él una altiplanicie separada e independiente de la re jion disputada. Esta observación puede adquirir mayor fuerza por la falta de especificación de lo que debe entenderse por desierto de Atacama quedando subordinada al estudio jeográfico del territorio. ¡ mucho mas la adquiere con los antecedentes diplomáticos de aquel pacto que vino a poner término a las cuestiones a que dio lugar la ocupa ción del litoral i la esplotacion de sus riquezas. Sin embargo, es menester confesar que ella se en cuentra en cierto modo del Ministro Olañeta, se referían en jeneral en con pugna las de con las declaraciones nuestro Gobierno que al litoral i desierto de Atacama i el testo del tratado que poseído desde 1842, con atribuye a Chile, hasta su límite oriental, como todo el terri- torio existente al de la alguna sur del paralelo rejion limítrofe. En el mismo artículo i.° 24, sin hacer salvedad estableció: se fijación exacta de la línea de demarcación entre paises se hará por una comisión de personas idóneas i peritas, la mitad de cuyos miembros será «La los dos nombrada por cada tantes» i de las Altas Partes Contra una . Esta comisión formada por los señores Amado Pissis Mariano Mujia, desempeñó su cometido i levantó Juan el de acta dente mas de 1866, Chile Es jia de 10 Febrero de 1870, que serio que dentro de la invocarse puede en contra el es antece del tratado aplicación de los derechos de la Puna de Atacama. a un hecho innegable que los señores Pissis i Mu tomáronla Cordillera Occidental por la línea anticlinal Andes; así lo dicen en el acta citada. En este con de los cepto diatas fijaron a los como alturas culminantes de los Andes inme paralelos 23 i 24 los Tonar, Pular i Llullaillaco que dillera i dejan Es cierto que ha sido trabajo jetado por erróneo i que está comprobación científica de si hasta esta picos de Licancaur, se encuentran en esa Cor al oriente la Puna de Atacama. este en el Cordillera i comienza posteriormente ob caso sujeto a la todo terreno a bajar va subiendo por el lado oriente para firmar así la línea anticlinal; es cierto tam bién que el tratado no fijaba el límite oriental de Chile i que el acta de demarcación modo no podia determinarlo de un para las partes sin un acuerdo entre puede desconocerse que ante un arbitro i obligatorio ellas; pero no en presencia solo del tratado de 1866, ciones tendrían un estas observa carácter subalterno i que la opera- cion de los señores Pissis i Mujía seria un antecedente interpretación para establecer que el dea Chile que pretendía derecho solo ,': hasta la Cordillera Occidental i que esta Cordíllera era la continuación aceptada del ramal andino que \ respetable de sierto de Atacama llegaba sirve de límite oriental a la El tratado de 1866, díó 1 J República de Chile. lugar a diversas cuestiones, nacidas de la participación que ambos Gobiernos tenían repartición de los productos provenientes de la esplotacion de los depósitos de guano de Mejillones. en la No hemos encontrado antecedentes para creer que él lugar a observaciones respecto de la fija diera también ción de límites; por el contrarío, de Diciembre de 1872 celebrado el en el entre no protocolo de 5 los señores San \ el al se que al artículo cance en i Casimiro Corral contradijo primero del tratado de 1866 se dio Pissis-Mujia: declara, dice ese protocolo, que los límites orien tiago Lindsay acta «Se tales de Chile de que se del tratado de límites de en el artículo i," mas altas cumbres hace mención 1 866 son las l de la Cordillera de los Andes, i por tanto la línea divi soria de Chile con Bolivia es el grado 24 de latitud sur, partiendo desde el mar Pacífico hasta la cumbre de la Cordillera de los Andes. En el artículo final ciando para celebrar de 1866 «bajo se establece que se seguirá nego tratado en sustitución del un nuevo la base inamovible del grado 24 i de las altas cumbres de la gran Cordillera de los Andes.» Este protocolo no fué ratificado por los Gobiernos contratantes, i en su reemplazo don Carlos Walker se celebró por los señores Martínez, i don Mariano Baptistael de Agosto de 1874 en que se tratado de Sucre el 16 3 13 — el de 1866 i derogó en los términos «Art. El 1.° — el límite entre Chile i Bolivia fijó se siguientes: paralelo del grado la cordillera de los Andes, 24, desde el mar hasta el divortia aquarum, es el límite entre las dos Repúblicas de Chile i de Bolivia. en Art. 2.0 Para los efectos de ran 24 da este tratado se conside- paralelos 23 i fijadas por los comisionados Pissis i Mujia i de que testimonio el acta levantada en Antofagasta el 10 de Febrero de 1870.» j La leí boliviana de 6 de Noviembre de este tratado, aclaró el artículo limite oriental de Chile los Andes en sus i." la es i874queaprobó estableciendo «que el Cordillera Occidental de altas cumbres conforme al comisarios Pissis i acta de los que señalaron los puntos de Mujia, Llullaillaco i del Pular.» Cualquier espíritu desapasionado reconocer de contra que estos nuestro antecedentes, si derecho a no podrá no son la Puna menos de decisivos en de Atacama, lo atenúan o debilitan, porque manifiestan un propósito acentuado de parte de Bolivia de desconocer el dominio de Chile al oriente de la cordillera occidental, práctica mente considerada nuestro la en operación Pissis-Mujia como límite oriental. La referencia a la linea divisoria hace el tratado de 1874, como de las aguas que la circunstancia de con siderarse, según la interpretación del tratado de 1866, que él se refirió a la linea anticlinal de los Andes, que es nuestro límite tradicional permiten sin embargo no j firmes i subsistentes las líneas de los que se en todo el oriente de Chile, sostener que. si bien nuestro pais su derecho a la rejion que estiende al oriente de la Cordillera Occidental, insistió en se reconociera li — formuló sin no embargo declaración espresa una en el ■sentido de abandonarlo. Se ha mantenido a este situación vaga en una los tratados i de la falta de aconsejara fijar Así, un aprobar esplícita el tratado de señor Walker Martínez Gobierno entiende por refieren que interés inmediato que rejion se que consignó la 1874, contestó el los términos en su a el límite oriental. precisión con la declaración clara i a lei boliviana al cancillería nuestra respecto indecisa, nacida sin duda de la e falta de conocimiento cabal de la límite oriental siguientes: en «MÍ la parte del desierto de Atacama solo las altas cumbres de la cordi llera i otra cosa. no «La cordillera de los Andes, que de el límite oriental, esclaroque hasta el paralelo 24, i artículo 1 .° sobre este der el valor de las bres o que la es tan ha sur a norte seguido esplícito el punto, que se siendo su tratado necesita forma límite en su no enten palabras para suponer que altas cum pueda tener otro alcance queel divortia aquarum lengua, Pero ni la ciencia í el sentido ni común le dan.» que nosotros conozcamos se sostiene que la línea divisoria de las aguas sea otra que la cordillera Occidental, ni se habla deter en esta nota minadamente de La aprobación nuestro en ninguna derecho a la de las líneas de los otra rejion de la Puna, paralelos fijadas sal por los comisionados Pissís-Mujia i la referencia sin vedades al acta de 10 de Febrero que se consigna en el artículo 2." del tratado de 1874, están manifestando nuestra cancillería dejaba pasar en silen oportunidades decisivas para establecer los derechos de que Chile pudiera tener a la altiplanicie del desierto a lo menos que cio Atacama. En nuestro concepto, si nuestro derecho a la Puna 16 — hubiera de resolverse con — arreglo a estos tratados, Chile tendría que plantear la cuestión únicamente como cues tión científica i práctica para fijar en el terreno la cordi llera anticlinal de los Andes, que es la que determina la línea divisoria de aguas. La mera apreciación de los actos de cancillería no le seria enteramente favorable, IV LA OCUPACIÓN MILITAR I LA REIVINDICACIÓN La guerra de 1879, nacida de la infracción por parte de Bolivia de la cláusula 4.a del tratado de 1874, produ situación nueva. Aunque la declaración de gue basta por s! sola para romper todos los pactos internacionales que ligan a los paises belijerantes, es in jo una rra no dudable que ella pone término a los tratados políticos que han resuelto las cuestiones que mas tarde vienen a dar lugar a la declaración de guerra. Nacido el conflicto de 1879 de la infracción del tra 1874 en la parte referente a los gravámenes tado de que debían pesar sobre los intereses chilenos, era natural que se considerara caducada la fijación de las fronteras hecha en privilejio provenia el mismo tratado, toda en que se vez que la situación de encontraban los industriales de Chile del abandono que este pais- hizo de sus pretenciones señoriales al territorio comprendido entre los gra dos 23 i 24. Sin embargo, cuando fronteras con un tercero, pública Arjentina, gada a un arbitro se trata como i cuando que falla de la demarcación de seria para el esta caso demarcación como juez, es es la Re entre natural que los pactos caducados aun sean tenidos anteceden como respetables de apreciación, mucho mas si las preten transíjidas en esos pactos no aparecen fundadas documentos anteriores, claros i precisos. tes siones en Por nuestra parte creemos ferible invocar el tratado de del jion fija la i estender así a la re la misma base de demarcación que duran siglo ha sostenido en sus cuestiones de medio te mas con norte que para Chile seria pre 1874 República Arjentina. El del tratado de testo 1874 límite el divortia aqtiarum de los Andes; si la encuentra al occidente de esta línea será chile como Puna se si está al oriente será boliviana, na, Los jeógrafos que han embargo, en acuerdo, sin estudiado que hai esa en rejion, ella una están de complicada ramificación del divortia aquarum, debido a que las aguas no se vacian al océano, sino que se pierden en las grandes salinas de la altiplanicie. La fijación del límite arreglo a esta base ofrecería, pues, serias dificultades. con El título de la reivindicación cado entre nosotros, acuerdo ocupación taba en entre los de hecho de frecuentemente invo gobiernos interesados, un sino de la territorio, que Bolivia no es situación de defender. Considerado aisladamente se tan débil que puede presen por cuanto él no emana de mas tribunal arbitral, tarse a un un el es ha dado equipararse es, pues, sí mismo i que mirado al derecho de conquista. a un título que Chile en jeneral podria precisado el alcance de la rei proclamada en 1879 en el sentido de que la importa readquisicion de «todos los derechos que poseía tranquilamente antes de 1866», Nuestro Gobierno ha vindicación ella Esta declaración ción en no haría sino colocarnos que estábamos antes de celebrar el en la situa primer tra- 17 — tado Bolivia, haciendo con cuatro años a i de la reivindicación, Después reabrir ese debate i debate de veinti pacto puso término. ese que — renacer un objetarnos i las reales- cédulas Bolivia la carta podría, pues, esférica de Ma- los mismos argumentos con que lo hacia antes de 1866. Volvería de nuevo la cuestión sobre si las pretensiones de Chile se referían al laspína litoral í desierto vecino abarcaban o junto con éste la de Atacama. altiplanicie Ante con arbitro título mas podríamos presentar impugnaciones que el de la reivindica ción, si no fuera que, aparte de él, Chile puede invocar la posesión tranquila i no cuestionada del territorio rei un no un de susceptible vindicado. Esta posesión que trataremos unida al pacto de tregua de 1884, de adelante, nos da un título exento mas de toda tacha a ese territorio. Bolivia ha aceptado que ejerza en él todos los actos de jurisdicción i sobe correspondientes al señor del suelo i ha reconocido que su dominio quedaba circunscrito al territorio que íiié objeto del pacto de tregua de 1884. Este es un tí tulo que ninguna nación podría desconocer, toda vez que Chile ranía el único interesado que es Bolivia, no puede impug narlo. Menester de Bolivia al del sur embargo, confesar que la aceptación ha referido a todo el territorio situado sin es, no se grado 23 i que en observado el derecho de Chile en sus dido relaciones como si ese con la mas a de una ocasión ha la Puna de Atacama, i ha proce República Arjentina perteneciera. Bolivia se a la operación Pissis-Mu- territorio le ha mantenido desde 1870 fiel jia aceptando como límite oriental de Chile la Cordi llera Occidental, hasta el grado 24 según los tratados de 2 18 — i866 i — 1874 i hasta el grado según el pacto de 23 tregua. SÍ por nuestra habrá que Punía parte consideramos la comprendida cama como reconocer que el territorio en ese es Ata-/ft de reivindicado, TJ título contestado ¡ un que esa rejion se encuentra en situación diversa a la del territorio que se estiende al occidente de la Puna. Ante arbitro valdría, pues, el título de la reivindicación, un no 1 1 1 antecedente decisivo \ ya que éste si bien tendría 4 como elementos constitutivos que es la ocupación, le faltaría el acatamiento de Bolivia que es lo que da la _uno de sus posesión Hai no una cuestionada del del grado 23 esa rejion. apoyo de esta ac estiende desde un poco al hasta cerca del grado 27; como el titud de Bolivia. La Puna norte de resto consideración de fuerza en se j dominio de Chile, según la interpretación que se da al pacto de 1874, llegaba hasta el grado 24, las tres cuar t partes de la Puna habrían sido estrañas a la ocupacion bélica i a la reivindicación: esta última solo se ha- 1 tas bria referido a la faja comprendida 23 i 24, i entre tanto lo seguro es entre los que solo paralelos después de la guerra, Chile ocupó Pastos Grandes, que está al del grado 24, i Antofagasta de la Sierra que está al a del grado 24, sur 26. en virtud de sus títulos coloniales cion del límite oriental de los tratados, tivamente mantuvo \ sur No parece que antes de la guerra hubiera autoridades chilenas en la parte austral de la Puna, i por consiguíente si Chile tenia derecho a ese territorio hasta el grado .1 ese derecho i toda la hasta la ocupación rejion bajo militar no o de la ejerció fija- I " j , efec de la Puna se la autoridad de Bolivia. E¡ mismo año de la declaración de guerra fué mili- \ * 19 — tarmente — San Pedro de Atacama, i según pa- ocupado rece, aunque no hemos des militares recorrieron , W~ JET* nombrando podido comprobarlo, autoridaalgunos caseríos de la Puna, funcionarios administrativos dependientes F de las autoridades chilenas. El í en mación de de «Mapa su las Cordilleras el en encontró autoridades chilenas sierto de Atacama» . señor Bertrand dice que 1884 cuando esploró aquellos lugares para la for Antofagasta de la Sierra, caserío de la Puna que cuentra al sur del grado 26. En 1886 fué r. ocupado con un deen se en cuerpo de tropas regues el punto ha lares el caserío de Pastos Grandes, que bitable mas importante de la Puna, i. Esta ocupación tuvo no solo un carácter militar sino principalmente un objeto administrativo, como que en " gran parte fué motivada por el Ínteres de evitar el desarrollo de la epidemia del cólera. Este motivo de la [ que ha sido invocado como un antecedente para desvirtuar la importancia de esa medida, daría a nuestro juicio mayor acentuación al ejercicio de la sobe ocupación ir ranía de Chile. Estos actos el alcance de " ■ podrán una ser discutidos en cuanto se les dé reivindicación; pero importan sin la duda el sometimiento de la autolugares podrían exijirse actos mas esplícitos o de mayor apariencia i continuidad tratándose de territoríos despoblados, incultos i de difícil acceso. Lo que puede cuestionarse no es que esa rejion esté poseída por menor esos a ridad de Chile. No Chile sino el título en virtud del cual la posee. Como hemos dicho, la ocupación considerada por sí sola con prescindencia del pacto de tregua, no seria su ficiente para amparar nuestro derecho, porque ella se ha \ ejercido en esos territorios en la misma forma que en — los situados al norte del 20 — 23 que son real i posi tivamente del dominio de Bolivia, aunque estén ocupa dos i administrados por Chile. Nadie podrá i el Toco podrá sostener paralelo Cobija que i Calama Tocopilla, territorios chilenos; i sin embargo, nadie tampoco negar que antes i después del pacto de son tregua han sido ocupados i administrados sin limitación alguna por las fuerzas i las autoridades de nuestro pais, no existiera ese pacto, que hasta el punto de que si la soberanía de Bolivia, Chile habria reconoce el dominio de adquirido territorios por el ejercicio amplio i cuestionado de los derechos señoriales, La esos de la Puna ocupación no dejar pié la posesión da/acto el jus possidendi: pero éste podrá ser puede en pues cuestión de saber si Chile tiene solo la o puede un invocar punto cuestionable tratado de paz; en con ningún Bolivia para los efectos de un caso con la República Arjen podrá considerar i sin duda considera pen diente la espectativa de la recuperación de su dominio i tina; Bolivia una vez que terminen en todas sus consecuen cias los actos emanados del estado de guerra; pero en posesión tretanto ella ha cesado de hecho autoridad soberana que ha pasado en a el las ejercicio manos de la del ocu pante. Las naciones nosotros esta en posesión teriores, i estranjeras, estado de paz, aunque mientras no sea se mantengan con el deber de respetar amparada por títulos an están en aunque tenga solo el carácter de ocupación de hecho estraña al dominio señorial. Dentro del estado de paz, la República Arjentina no puede constituirse en juez de nuestros títulos, buenos o malos, ni podemos tor, sin abdicar por considerarla nuestra como parte de lejitimo contradic nuestra soberanía — i sin desconocer 21 — elementales de derecho inter reglas nacional. El Gobierno del Plata así lo ha reconocido tamente, pues, para disputarnos nuestro implíci derecho a la Puna de Atacama, ha tenido que recurrir a un acto de cesión de esos territorios, hecho a su favor por Bolivia ' cuya importancia examinaremos mas adelante. V EL PACTO DE TREGUA DE 1884. — NEGOCIACIONES PRELIMINARES Es una tregua de opinión mui jeneralizada la de que el pacto de de Diciembre de 1884 serefiere únicamente 2 al territorio que se estiende al norte del paralelo 23 i que él dio a Chile el dominio absoluto de la rejion com prendida entre ese paralelo i el 24, incluyendo la Puna de Atacama. interpretación aparece sin embargo de la letra del pacto en los términos absolutos en que es jeEsta no neralmente presentada. Antes de la guerra de 1879 el límite norte de Chile era el paralelo 24, en conformidad al tratado de 1874; era dudoso que por el oriente allá de la Cordillera Occidental, i que pero ya hemos visto que se estendiera en el hecho sur de dicho mas ocupó paralelo. no se la parte de la Puna situada al Con la declaratoria de guerra, Chile llevó norte al grado 23, i al tratar con abstuvo de hacer mención del territorio entre su antiguo límite i el fijado su límite Bolivía el año 1884 se comprendido por la reivindicación, — estableciendo que reincorporada se esa este grado el país 22 — de terreno debía considerar al territorio de la En este concepto así faja se trató avance con República. Bolivia, reconociendo de la frontera chilena hasta el 23. En las negociaciones preliminares del pacto, propusieron fijar como pun to de partida el grado 24 i siendo rechazada esta pre tensión aceptaron el grado 23. No puede, pues, ponerse en duda el derecho de señor i dueño con que Chile ocupa la rejion en que se encuen tran, por ejemplo, la ciudad de Antofagasta o la bahía de Mejillones. Pero no sucede lo mismo respecto de la rejion del interior, porque para considerarla comprendi da en la reivindicación seria menester justificar previa mente que antes del tratado de 1866 o bajo el imperio de ese tratado o del de 1874 esa rejion era poseída en los comisionados bolivianos todo o en Lejos parte por Chile. de los tratados tes para eso, hemos visto que antes del período de títulos a la Puna no eran suficien nuestros dar este hecho por establecido sin contradicción de esos pactos, si bien la con ¡ que durante el ejercicio dición de la demarcación oriental jeográfica Chile el dominio de confirmó por una podia parte de la Puna, ello actos concretos dar no a se de soberanía ni por decla precisas i claras de los Gobiernos contratantes. interpretación que se da al pacto de tregua no puede, pues, fundarse de un modo seguro en anteceden tes anteriores a la guerra de 1879: ella mas bien se la raciones La hace derivar de declaraciones hechas durante las nego ciaciones preliminares de ese pacto. Con fecha 13 de Febrero de 1884 los Plenipotencia rios bolivianos señores Belisario Salinas i Belisario Boeto presentaron a nuestra cancillería las primeras bases 28 — para la celebración de sula 2.a decían: República de «La — pacto de tregua, i un Chile continuará en ocupando la cláu los te rritorios que hoi dominan sus armas, fijándose de común acuerdo el límite dentro del cual ejercerá su jurisdicción mientras dure la vijencia del presente pacto.» Nuestro Ministro de Relaciones Esteriores, señor don Aniceto Vergara Albano, objetó esta cláusula porque fijaba el limite oriental de la rejion dominada por las armas chilenas que debia continuar bajo el imperio de éslas, ni contenia tampoco disposición alguna encamina da a regularizar el réjimen político i administrativo que se estableciese en ella durante la ocupación.-» A fin de salvar estas dificultades, los negociadores bolivianos formularon la siguiente proposición «para la fijación del limite de ocupación militar en el departa mento de Cobija: «Este límite será el que partiendo del volcan Pular o Socompos, en el paralelo 24, siguiese una recta de uno SE. a NO. hasta encontrar la cumbre Quimal; de aquí seguiría Teca, luego con montaña La el cráter central del volcan rumbo seguiría Siltillíca que se la recta de la montaña el mismo rumbo hasta la continuaría de S. San Pedro; a con N. hasta el mismo hasta el nudo del Pabellón o halla sobre la frontera del Perú i Bo livia.» Para apreciar que el Pular se que la montana bien esta proposición encuentra en Quimal pertenece Domeyko que está quedaban en poder mas conviene a la Cordillera de al occidente de de Bolivia ¡recordar la Cordillera Occidental; no aquélla, i que solo toda la Puna sino San Pedro de Atacama i Ascotan i todo el territorio que entre estos puntos se estiende. 24 — — Nuestro Ministro de Relaciones Esteriores rechazó esta fórmula porque ella *no se conformaba al verdadero limite de la zona que dominaban las de la armas Repú blica ni señalaba tampoco demarcaciones naturales bas tante visibles para prevenir conflictos de jurisdicción, único que el Gobierno de Chile podia aceptar restrinjese el dominio que efecti territorio.» ejercia aquel Después de desecharse otra proposición en que se indicaba ya como límite la línea de Sapaleri i Lícancaur, se aceptó al fin la que se consigna en la cláusula 2.* del caso en que el pacto de tregua vamente en pacto de tregua i que fué propuesta por nuestra canci llería. Albano al dar El señor de este Vergara arreglo decía: cuenta al Congreso «De la duración indefinida de la tregua, nacía la ne cesidad ineludible de determinar espresamente a qué administración i Iejislacion quedarían torios por nuestras ocupados armas sometidos los terri Í de señalar con toda claridad el límite oriental de dicho territorio. La base número II fija efectivo de la jeográfica un límite que está conforme ocupación de Í que no con perturba territorio del réjimen político i el hecho la división Bolivia i declara la subsistencia en aquel administrativo chileno, que allí imperaba desde 1879. Estas dos medidas se li mitaban a dar sanción a dos hechos establecidos por la i guerra en una época mui anterior a la negociación, acaso por esta nieron al fin los negociadores aceptarlas.» causa en La lectura de estos bolivianos convi antecedentes demuestra con toda claridad: i." Que la negociación se refirió esclusivamente al — 25 — territorio boliviano que debía quedar durante la tregua ocupado por Chile; 2." Que no se mencionó siquiera el territorio reivin dicado por ser estraño a la negociación; 3.0 Que al rechazarse la proposición boliviana que escluia la Puna de la ocupación chilena se tuvo en cuenta no el dominio de Chile estar dominado por las 4." Que, nares en territorio, sino el hecho de a ese armas de la República; consecuencia, las negociaciones prelimi del pacto de tregua no Chile reivindicó la Puna, sino permiten mas establecer que bien que Chile trató concepto de que la Puna era boliviana i metida a la ocupación chilena. en quedaba so VI EL PACTO DE TREGUA DE DE LA Nuestro Atacama 1884.— VERDADERO ASPECTO CUESTIÓN para sostener su derecho a la Puna de tiene para qué rebuscar entre el polvo de viejos títulos coloniales, ni recurrir a pais no los archivos sus tratados que ya no rijen entre las partes contratantes, ni invocar el peligroso argumento de la reivindicación, ni dar al pacto de tregua con el testo dé sus una interpretación que pugna disposiciones i con la historia de su establecimiento. Le basta el hecho efectivo de la ocupación de ese te rritorio, confirmado por el pacto de tregua que lo deja, durante su vijencía, sujeto trativo que establecen las Es este al réjimen político i adminis leyes chilenas. el verdadero aspecto de la cuestión. 26 — — No necesitamos así comisiones demarcadoras ni i estudios del terreno. Sometidos costosos llevar al arbitro a largos arbitraje podemos internacional, que no habrá tribunal en el mundo pueda fallar en nuestra contra. No es dilícü precisar los términos de esta cuestión. El pacto de tregua no espresa que el paralelo 23 sea el deslinde sur del territorio que se deja en poder de una sencilla cuestión de dere cho que Chile durante la tregua. La única referencia que a este paralelo se hace en la cláusula 2.", es para fijar el punto de partida del deslinde occidental o de la costa, «La República de Chile, dice el pacto, continuará go bernando los territorios comprendidos desde el paralelo 23 hasta la desembocadura del rio Loa en el Pacifico* Esta designación de la desembocadura del rio está indi . cando que en la frase anterior solo la costa, fijándose los estremos del Jamas se se sur tomó la línea de i del norte. ha entendido que la referencia a la desem importaba fijar el curso de este rio bocadura del Loa por el límite norte i, dentro del mismo criterio, no pue de sostenerse que la simple mención del paralelo 23 como punto inicial de la línea por el occidente debe nificar la designación La referencia a de todo el límite los territorios sig sur, comprendidos entre los dos puntos de esta línea de que el pacto se vale, tampo co induce la fijación de un límite sur uniforme; tanto porque del resto de la cláusula to, cuanto porque el pacto se no aparece este propósi en el concepto celebró aceptado por ambas partes de que Chile reivindicaba una estension de territorio que tenia por límite norte el grado 23. De modo que en la parte reivindicada este paralelo sirve de límite, no por razón del pacto de tregua sino 27 — por el — de reivindicación hecho por Chile i tácita acto aceptado por Bolivia, reivindicación que, como hemos visto, solo alcanzaba por el oriente hasta la Cor dillera Occidental. mente El deslinde de los territorios entregados a Chile solo dos puntos, en la parte de costa í en su inter sección con Solivia. No se mencionó la línea de demar se fijó cación en Chile, el Perú i la República Arjentina, salvo con referencia una a este último pais, de que luego habla remos. De esta omisión las dudas que a este respecto han suscitado, se el límite de la costa, agrega el pac «teniendo dicho territorio por límite oriental una lí Después to: na, de fijar que parta de Sapalegui, desde la intersección el deslinde que los separa de la República Arjenti recta nea con rá nacen hasta el volcan de Lícancaur; desde una recta hasta el volcan apagado este punto segui de Cabana» , i si gue as! en línea recta al norte hasta el volcan Tua, Todas estas designaciones desde Sapaleri, o Sapale gui, como camente a tocaba i na en el en dice el pacto, hasta el Tua, corresponden úni la línea de separación con Bolivia, línea que uno de sus estremos el límite con la Arjenti otro el límite con el Perú. El deslinde fijado su estension por territorio lado la parte que se entrega boliviano para dejar ba a Chile i al otro el resto de aquel país. corría de este modo en toda a un El tratado llamó a esta línea limite oriental, porque la fijación jeográfica de había entonces un Sapaleri, de latitud i de Hoi se caur, i en que en error coloca a aquella doble error en Sapaleri fecha se lonjitud. de Lícan un poco al NE. le ubicaba al SE. Así se ve las bases propuestas por los señores Salinas i — Boeto en tal será: dirija 28 Marzo de 1884 se línea recta que «una de Este a — espresa que el limite orien partiendo llegar Noroeste hasta de a Sapalegui se la cumbre del volcan nevado de Licancaur.» espresion límite oriental empleada por el pacto de no significa, pues, una restricción del territorio porque la intención manifiesta de los negociadores de ese pacto fué fijar el deslinde con Bolivia, que era lo La tregua único que interesaba para determinar la zona de ocu pación. Debe recordarse tivos que a este respecto que Ministro de Relaciones nuestro uno de los mo Esteriores se Vergara Albano tuvo para no aceptar las primeras bases propuestas por los Plenipotenciarios de Bolivia, fué la de que la fijación de los límites debía hacerse en ñor condiciones de los dos «prevenir conflictos de jurisdicción» entre países, Podemos entonces afirmar que el pacto de tregua así fijó el deslinde sur, no fijó tampoco todo el des como no aquella parte que era necesaria para segregación del territorio boliviano en el pun to de contacto entre los paises signatarios. La designación de Sapaleri como punto de partida de esta línea no tuvo por objeto dividir lonjitu dina! mente linde oriental, sino marcar la la Puna, tomando corre de como sur a norte límite la cadena intermedia que la Cordillera Occidental i la entre Cordillera Real de Bolivia. En la no se rreno, negociación alcanzaron a que dio lugar el pacto de tregua los estudios previos del te a conocer encomendados al trand, para indicar con injeniero señor Alejandro Berprecisión la línea divisoria. toda Se tomó por base el mapa rural de Bolivia construido por los señores Ondarza i Mujia i que tenia carácter oficial 29 — — por haberse hecho de orden del Gobierno boliviano. En ese mapa Sapaleri aparece colocado en la Cordillera Real de Bolivia i al línea divisoria, partir No desde se esta como punto inicial de la indudablemente el ánimo de designarlo tuvo Cordillera. de suponer que era entrara en los de propósitos negociadores del pacto fijar como límite la Cordillera intermedia, donde, salvado el error del mapa de Ondarza los Mujia, resulta que está Sapaleri; no solo por la razón ya dada, sino porque este propósito habría requerido una estipulación especial, ya que esa Cordillera interme i dia carecía de mencionada designación jeográfica, en habia sido nunca las discusiones oficiales i no era en Bo livia límite territorial ni administrativo. Aun del prescindiendo error de ubicación de Sapaleri, decisivo, no puede razonablemente suponerse que sin declaraciones especiales del pacto fuera a consi derarse dividida la Puna, en dos secciones, una casi en que es desierta, para Chile i la teramente los caseríos de Rosario, cuentran otra en que Susques, Catua, se en Pastos Grandes i Antofagasta de la Sierra para Bolivia. Una división de esta naturaleza habría sido mencionada, no solo porque trinjia la era una zona novedad sino también porque dominada por las armas chilenas, reszona que Bolivia dejó íntegramente en poder de Chile, Pero el mismo pacto de tregua suministra una prueba mas, que aleja hasta en sus mas remotos estremos la ¡dea de la división de la Puna. En él se espresa que la línea parte de de la intersección con Sapaleri, <des- el deslinde que los separa de la ReEste deslinde era la Cordillera Real pública Arjentina.t de Bolivia; en esa fecha ni en ningún tiempo anterior se ha pretendido por la Arjentina que la Cordillera in- 30 — termedia sea su los caseríos antes nombrados i — límite internacional sean con Bolivia i que poblaciones arjentinas bolivianas. no Considerando a el deslinde de Sapaleri como punto de intersección í otro pais, todo error jeográfico desaparecía o perdia su importancia, puesto que de ese modo quedaba pactado que el territorio ocupado por con Chile se uno estendia hasta este deslinde, No ha habido, pues, división de Puna Oriental i Puna aquel territorio, Occidental, sino que toda esta ha sido jion Chile en objeto del pacto de tregua i conformidad a él. en re entregada a La misma frase anteriormente trascrita así lo establece al hablar de tel deslinde que los separa de la República Arjentina.-» Esta frase no se refiere solo a la línea que parte de Sapaleri hacia Licancaur, sino al deslinde dé los territorios i Arjentina, Según esto, lindan con mente citados; i en tal la a separación los territorios Bolivia sino caso en en Bolivia una no ha de separación entregados a podido i por llos territorios i la con la República Chile no des la serie de puntos anterior los demás deslindan parte de la Puna porque de de ellos la conservar esa consiguiente Arjentina; lo con Arjentina, el dominio parte habría servido de deslinde entre aque que seria contrario a estipulaciones del pacto. En cierto modo era escusable que este convenio cui dara de fijar con precisión los deslindes solo entre los las paises signatarios, linde entre uno jentina no de designación exacta del des paises i un tercero como la Ar ya que la estos hacerse de podia pais limítrofe. currencia del un modo definitivo sin con Es, pues, un hecho absolutamente fuera de cuestión que los territorios dominados por las armas chilenas no deslindan con la República Arjentina sino en la rejion de la Puna; en el resto deslindan solo con Bolivia. Al hablar el pacto del deslinde de separación de esos territorios con la Arjentina, se ha referido incuestionablemente a la Puna, que quedaba de este modo sometida a su jurisdicción. Para llegar a una entregada conclusión contraria seria alterar los términos usados a Chile i menester el pacto de tregua i des entenderse de que la referencia que en él se hace al cerro de Salaperi está íntimamente unida a la indicación del deslinde en la Arjentina. siempre la Cordillera Real de este país i así lo ha recono cido la Arjentina, que nunca ha pretendido m mucho menos ejercido dominio efectivo sobre parte alguna del con Este deslinde ha sido Bolivia; así lo ha entendido territorio que se encuentra al occidente de esa Cordillera. Ha sido éste el límite tradicional no alterado ni discutido desde los tiempos mas remotos; i en esta forma se ha señalado la línea divisoria por todos los jeógrafos tanto bolivianos como arjentinos que han descrito esos lu gares. El pacto sesión de tregua ampara por consiguiente la po chilena, i mientras él subsista, Chile tiene título absolutamente exento de toda impugnación. un No puede desconocerlo Bolivia sin romper el pacto i crear por el mismo hecho el estado de guerra existente antes de su celebración. No puede impugnarlo la República Arjentina sin renovar por su cuenta una finidamente suspendida así belli que nada un casus entre contienda inde Chile i Bolivia i suscitar podría justificar. — 82 — VII ACTOS I DECLARACIONES OFICIALES DE CHILE SOBRE LA PUNA En diversas ocasiones cillería no de título va en nuestro ha estado se lejos ha sostenido que de reconocer nuestra can que Chile Gobierno. Si el hecho fuera efectivo tendría sin duda fluencia considerable Hemos consultado, relación en con nes oficiales, i lejos de una in el fallo arbitral de la cuestión. cuanto en a este que tro carece la Puna de Atacama i que la pretensión dehoi pugna con actos i declaraciones reiteradas de a ha sido punto aparece encontrar un todo lo posible, las publicacio en abandono de nues título, hemos visto claramente sostenida la doctrina espuesta en el capítulo No aparece así acto anterior. alguno de nuestra cancillería que de Chile i, al contrario, pueda pueden acopiarse muchos que manifiestan que el título de la posesión amparada por el pacto de tregua ha sido sostenido sin contradicion por nuestro pais. Con posterioridad a la celebración de ese pacto, Chi ser invocado en contra le ha solido invocar su derecho de dominio Puna que se estiende al sur del casi totalidad de esa rejion. En grado a la parte de 23 i que forma la 1888, siendo Ministro de Relaciones Esteriores don Demetrio Lastarria, nuestro Gobierno declaró al de Bolivia, con motivo del debate a que dio lugar la crea Antofagasta, que «el territorio paralelo 23 fué en 1879 reincorparado República» ción de la Provincia de situado al al de la sur del . — Aunque 33 el señor Lastarria de la Puna de Atacama, la pleados en el párrafo — no hizo mención amplitud trascrito i en especial de los términos otros em de posteriores la misma nota hace suponer que, en su concepto, el do minio de Chile se estendia al territorio comprendido al sur del grado 23 aun en la El señor Ministro don negociación rejion de la Puna. Borgoño, en la procedió también Luis Barros chileno-boliviana de 1895 el mismo sentido que el señor Lastarria. Así aparece del contexto de los tratados; i sin contradicion del pleni en potenciario boliviano, el señor Barros Borgoño lo de claró en el protocolo de 28 de Diciembre de ese año ce lebrado precisamente para dejar a salvo el derecho de Chile ala Puna de Atacama de cualquier acto o decla ración de Bolivia que pudiera comprometerlo. Decia el Ministro de Relaciones Esteriores en ese do cumento: «Que, como no ignora el señor Ministro Plenipoten ciario de Bolivia, Chile posee i se considera esclusivo dueño del territorio que está al sur del paralelo 23 i que llega por el oriente hasta el deslinde con la República Arjentina, sobre el cual territorio no se ha hecho recla mación alguna por parte de Bolivia, demarcándose por esta causa el límite oriental Tratado de Paz solo del mencionado en la Esto manifiesta que Chile soluto entre rejion Chile i Bolivia que se en el halla al norte paralelo», no ha abandonado en ab pretensiones señoriales a ese territorio, por masque enjeneral nuestra cancillería haya preferido asilarse en la ocupación militar que le daba un título mas libre de controversias para impedir que se alterara sus la situación creada por el pacto de tregua, Por cierto que estas declaraciones de los señores Las3 34 — tarria i Barros contra las Borgoño — podrán no ser invocadas pretensiones de nuestro pais la en de Ataca rejion Los únicos argumentos que al respecto ma. hecho por los escritores bolivianos fuerza en Cnile, puesto que ellas reflejan el máximunde de o se han arjentinos no tienen alguna. Sobre la declaración del señor Lastarria ha dicho se que Bolivia no tenia medios eficaces para rechazar esta pretensión de dominio manifestada por nuestra cancille ría, i que, de ese en todo caso, ella no cuenta con la aceptación pais. pretensiones señoriales que se apoyadas en buenos títulos, según la espreel tratado de 1866, no es indispensa en empleada ble la aceptación de Bolivia, pues su negativa solo im portaría dar a esos títulos el carácter de contenciosos, Pero tratándose de consideran sion pero nó el declararlos nulos. Sobre el protocolo de 28 de Diciembre de lebrado entre los señores Barros ha solido manifestarse que él no Borgoño 1895, ce i Gutiérrez, ha sido ratificado por boliviano; pero se olvida que actos solem nes de esta clase, ejecutados por un Ministro Plenipo debidamente tenciario acreditado, constituyen un prece el Gobierno dente valiosísimo de obligatoria si no han biernos signatarios. Xo tenemos interpretación i llegan a tener fuerza sido objetados por uno de los Go noticias de que el Gobierno de Bolivia representaciones con motivo del protocolo de 28 de Diciembre; i si después de celebrado por su Chile representante ha guardado silencio dejando que considere asegurado el mantenimiento de la situación haya hecho reconocida es en las declaraciones que incuestionable que ese protocolo en él se contienen, cuenta con la acep- — tacíon de a su aquel 35 Gobierno i — puede el nuestro invocarlo favor. Fuera de estos casos, los actos oficiales de nuestro país se ajustan, como decíamos al principio, a la inter pretación que hemos dado al pacto de tregua, i que nos confiere un título claro e inatacable a la posesión de aquellos territorios, VIII ACTOS I DECLARACIONES OFICIALES Aun SOBRE LA PUNA habían trascurrido dos años de la no cion del pacto de tregua cuando nidad de fijar su alcance. se presentó promulga la oportu En 13 de Noviembre de 1886, el Gobierno de Boli promulgó una lei, en virtud de la cual se agregaban via a la provincia de Sud-Lipez varios caseríos del territorio de la Puna de Atacama. El Ministro de pais, buía al Gobierno de ocupados en ese objetó esta lei, por cuanto atri Bolivia jurisdicción sobre territorios por Chile. La cancillería boliviana para Chile don Darío Zañartu, dejar aceptó constancia de ellas se estas firmó observaciones, i en Sucre el pro Agosto de 1887, en que nuestro Ministro consigna lo siguiente: «Que aquella disposición lejíslativa, según lo ha hecho presente en algunas conferencias de carácter privado tocolo de habidas sujeta 2 de con el señor Ministro de Relaciones Esteriores, al dominio de Bolivia varias torio de de 4 de Abril de del Gobierno de poblaciones del terri al pacto de tregua encuentran bajo la jurisdicción Antofagasta, las cuales, atento 1884, se Chile, por hallarse situadas dentro de 36 — la entregada zona neas como que, a — última i demarcada esta con las li deslinde, aquél establece. Este hecho está comprobado con las indicaciones de las cartas jeográficas de aquella rejion, aceptadas como oficiales en ambos paises. «Que, en consecuencia, juzga que aquella lei no es susceptible de aplicación dentro del derecho que fundan los datos jeográficos adquiridos, i del espíritu manifiesto de la estipulación contenida en el último inciso del ar tículo 2.0 del pacto de tregua, i espera que el señor Ministro de Relaciones raciones de plausible «El de obviar aquella señor Ministro de observaciones del se Esteriores, siguiendo las inspi ilustrado Gobierno, encontrará su basan contenida en en el señor Relaciones, defiriendo Ministro de Chile, espíritu un medio dificultad. las a en cuanto manifiesto de la ellas estipulación el último inciso del artículo 2° del pacto de tregua, declara que su Gobierno mantendrá el statu quo anterior a la lei de 13 de Noviembre de 1886, suspendiendo para este fin, los efectos de ella, i dará cuenta inmediata de esta medida a las Cámaras lejisla- tivas.» En este importante documento ambos gobiernos re i declaran del modo mas esplícíto que la pose sión de Chile sobre la Puna de Atacama está amparada conocen por el pacto de tregua i que dentro de la zona entregada No obstante este ese territorio a nuestro se encuentra pais. acuerdo, las autoridades inferiores Sud-Lipez trataron de ejercer jurisdicción sobre los lugarejos de Quetena, que está en territorio boliviano al norte de la línea de Sapaleri, Rosario, situado al sur de la línea i al norte del paralelo 23 i Susques al norte del 24; pretendiendo el Gobierno boliviano que la ocude — pación de Chile este paralelo. solo se 87 — había hecho efectiva al sur de jeográficas entonces co fijar los puntos de diverjencia; pero el Encargado de Negocios de Chile, don Darío RisoPatron, hizo presente, cumpliendo las instrucciones de nuestra cancillería, que al gobierno de Bolivia «le co rrespondía espresar ante todo cuáles son los lugares cuya ubicación ie inspira dudas i las razones que las motivan, pues que Chile mantiene en aquellos lugares la posesión existente desde el principio de la ocupación \ es quien reclama de avances a su jurisdicción ejercidos por El desacuerdo de las cartas nocidas hacía difícil autoridades bolivianas». Por segunda vez nuestro Gobierno daba as! al pacto de tregua, acentuando manteniendo a su recta amparo el derecho de su aplicación intelijencia i ocupación de la Puna de Atacama. La creación de la provincia de Antofagasta dio lugar a un largo debate diplomático. La lei dictada al efecto importaba una nueva aplica ción del pacto de tregua en cuanto comprendía en los deslindes provinciales el territorio entregado a Chile por dicho pacto; i lo comprendía en términos tan claros que no podia haber duda de que la Puna de Atacama for en los años 1887 i 1888 maba parte de él. El límite norte i rio Loa hasta este de la Quillagua provincia era i de allí al volcan la línea del Tua; «desde punto, la que fija la cláusula 2.a del tratado de tregua celebrado con la República de Bolivia hasta la intersección este de la recta que con seguida del une las cumbres de Licancaur i el limite occidental de la Sapaleri República Arjentina., i en la linea de este limite hasta la cumbre cerro San Francisco-» . mas alta — 88 — El deslinde entre el departamento de Antofagasta i el de Taltal se designaba en la misma lei por una «línea imajinaria que pasando por el volcan de Lullaillaco lle gue a la frontera de la República Arjentina en direc ción a la cumbre mas alta de los nevados de Cachi» . Se recordará que el Lullaülaico está en la Cordillera Occidental, i Cachi en la Cordillera Oriental o Cor dillera Real de Bolivia, i que es lagran meseta compren dida entre estas dos cordilleras la conocida entre nos. otros con el nombre de Puna de Atacama. Esta lei venia, pues, a ligar a nuestro Gobierno, por declaración de la autoridad soberana del pais, a la in que hemos dado al pacto de tregua, esta bleciendo de un modo efectivo, público i solemne que terpretación Chile tiene la ese posesión de aquel territorio en virtud de pacto. No hace a nuestro objeto discurrir sobre si esta lei puede ser invocada a lo menos como la consagración pública de un hecho, en contra de las pretensiones de una nación estranjera; pero aun considerándola como un acto de efectos i fuero internos, ella impone a nues tra cancillería la obligación de respetar i hacer respetar la ocupación chilena sancionada por el pacto de tregua, i de la cual no puede desprenderse sino en virtud de un tratado de paz. interpretación que la lei daba al pacto de tregua, mereció observaciones a la cancillería boliviana a pe Esta no sar Es del empeño este un con procuró impedir su aprobación. importancia no ha sido apreciado. que antecedente cuya hasta hoi debidamente Aprobado el proyecto de lei por el Senado, el Pleni potenciario de Bolivia señor Melchor Terrazas, formuló al una representación fundada en que en conformidad pacto de tregua «No obstante, proyecto el boliviano, el diplomático sancionado, ofrece, si ser i celebración. su no me de que han sido traspasadas virtud de ciertas disposiciones cuya naturaleza i alcan equivoco, positivas a réjimen político la fecha de a agregaba vía de en alterarse el podia no administrativo existente ces solo es podrían muestras derivar de dable reconocer, en el una caso soberanía de que lejítima, me que ocupo.» En concepto del Plenipotenciario de Bolivia, el pacto de tregua, sancionó el réjimen administrativo existente a la fecha de su Chile innovar celebración, i ese réjimen, no podia, dictando por consiguiente, leyes, que nuevas el pacto no habia previsto. La reclamación se referia así a la intelijencia que debia darse a las facultades ju risdiccionales de Chile; pero no asignada a la nueva provincia. I terminaba diciendo: a la estencíon territorial «Azarosa seria ciertamente, para Bolivia, la sanción de una lei imprevista, cuyo ob jeto es su territorio, i sobre et cual aparece Chile lejis- lando como potitico £ arreglo soberano a sus allá de la esfera del orden provisionalmente i con leyes preexistentes, le acuerda el pacto de mas i administrativo, que, tregua.» Con relación a los límites, el señor Terrazas solo ha cia presente que el proyecto alteraba la denominación í el orden de los puntos fijados en el pacto de tregua, para la limitación de los territorios mía que correspondieran con ocupados, exactitud a i si bien presu la línea diviso ria, ello importaba adelantar la operación los injenieros, definitivamente esta a de operación. Mas tarde el Ministro refiriéndolo jeodésica de que habla el pacto, dando por realizada la sétima boliviano precisó este subdelegacion de Calama punto cuyos — 40 — límites setentrionales creia situados en los grados 21 i 22 «fuera del litoral boliviano, único asiento déla ocupación bélica, i estraños a la línea de demarcación determinada por el artículo 2.° del pacto de tregua.» Nuestra cancillería salvó esta última festando que se trataba solo de i que los los tre designados paralelos 2 2 i Pero ción en todo alguna deslinde con como 2 3 en largo este una Arjentina mani «en la Cordillera de los Andes.» debate no de la cancillería boliviana la objeción similitud de nombres límites estaban situados en aparece observa a la fijación del la Cordillera Real de Boli via, reconociendo así que la Puna de Atacama, en toda su estension, estaba comprendida en el territorio reglado por el pacto de jimen político tregua i sujeto, por consiguiente, al ré i administrativo establecido por la lei chilena. Estas observaciones del dieron fijar a nuestra cancillería Plenipotenciario de Bolivia, una nueva oportunidad de el alcance del pacto de tregua sion territorial ocupada en cuanto a la esten por Chile. Nuestro Ministro de Relaciones Esteriores, señor don Francisco Freiré, nota en de 7 de Febrero de 1887, manifestó al señor Terrazas que el proyecto de lei «no solo está correctamente encuadrado dentro de las facul tades que el pacto de tregua confiere a la República, sino que importa la ejecución necesaria de los deberes que ese mismo pacto impone.» disposiciones de interpretación co terminaba repitiendo que Consideraba el señor Freiré «que las ese proyecto de lei, rrecta del pacto de responden tregua» \ a una «la soberanía de Bolívia sobre el territorio en cuestión no afectada porun acto interno de Chile como lo puede es el proyecto que crea la provincia de Antofagasta. estar 41 — Esa soberanía — halla reconocida por el pacto de tregua al cual rinde mi gobierno debido acatamiento.» se En concepto del señor Freiré el gobierno de Bolivia ver én esa lei, «lejos de un motivo de alarma o debia inquietud, el propósito de Chile de ejercer los dere confiere el pacto de tregua en la forma mas ventajosa para los intereses de las poblaciones bolivianas continúa que gobernando.» de chos que le Estas declaraciones de no solo a cancillería nuestra referían se la Puna de Atacama sino también a toda la rejion de la costa situada al norte del paralelo 23. Se equiparaba de este modo el título de Chile a la Puna con el que tiene sobre Cobija, el Toco o cualquiera otra parte del territorio comprendido en el pacto de tregua. Esta nota justo es decirlo, ya que alguna vez ha sido — estimada derecho, como — un planteó antecedente la cuestión contra en en los de nuestro términos claros i en que, a nuestro juicio, debe ser mantenida. Los territorios entregados a Chile en virtud del pacto de precisos tregua, si son i administra del dominio de Bolivia, con sujeción vado de ellos sino livia o No virtud de por la fuerza de las importa reivindicación, ré se en a sus refirió en esa nota porque, jeneral un i Chile los ocupa no puede tratado de paz ser pri con Bo armas. abandono un como a leyes, hemos del dicho, el todos los territorios título de la señor Frei entregados Chile por el pacto de tregua; i los que sostienen la adquisición por reivindicación de una gran parte de la a Puna se fundan en que ella no fué comprendida en dicho pacto. En las jestiones diplomáticas seguidas desde 1886 posesión de Chile sobre la Puna de Ata- hasta 1889 la cama i el respeto al pacto de tregua que la consagra — fueron patrocinados Amunátegui, 42 — por los señores don Miguel Luis don Francisco Freiré i don Demetrio Las tarria que tomaron parte en la discusión i por el señor don Eduardo Matte que le cupo dar cuenta al Congreso de su terminación. La demarcación de límites entre Chile i la Arjentina dio señor don oportunidad al Barros Arana para manifestar su los derechos de Chile a la Puna de Ata- Diego sobre opinión también República perito chileno cama. Es frecuente oír que si la demarcación se hubiera es a la rejion de Antofagasta, ya Chile no estaría tendido posesión en tado su de las Arana de la Puna, pues entrega a la publicaciones no nuestro perito habría acep República Arjentina. Entretanto, oficiales aparece que el señor Barros ha hecho sino reproducir la interpretación al pacto de tregua ha dado sos anteriormente citados. nuestra En la conferencia celebrada en cancillería 29 en que los ca de Abril de 1890 por los señores Barros Arana i Octavio Pico se dejó constancia por ambos peritos «que al fijar en el paso de principio de los trabajos de deslinde, quieren significar que sea ese lugar el estremo norte de la frontera que separa a Chile de la República Ar jentina, sino que él es un punto de dicha frontera; que si el trabajo de demarcación no se prolonga por ahora mas al norte de ese lugar, es con el objeto de no tocar San Francisco el no el territorio de soberanía boliviana, sometido a lei chilena por el pacto de tregua de 4 de Abril de ¡SSj.» En nota de 18 de Enero de 1892, esplicaba el señor Barros Arana a su colega el señor Pico el alcance que el señor Walker Martínez habia dado al tratado de límites con Bolivia de 1874 al aceptar como límite las altas 43 - — cumbres de la Cordillera, i decía que esa interpretación del desierto de Atacama donde se refirió «a la parte existe real i efectivamente separaba Estas * Chile de la a Atacama» una línea de altas cimas que altiplanicie Puna boliviana de o . demuestran que el señor Barros trascripciones considera que la Puna forma parte integrante del a Chile en virtud del pacto de tre ina .territorio entregado gua i que tible a su En i tenemos consiguiente por un título indiscu posesión. ." de Setiembre del presente año, el perito ar- entino señor Moreno propuso que se fijara la línea di visoria en la rejion de la Puna tomando como límite la Cordillera Occidental i la Cordillera de Gay hasta Tres Cruces. El señor Barros Arana ñon aceptó hacer la demarca- por creer que era estraña a su comefin de que este punto pudiera elevarse rejion en esa ido; pero i no a conocimiento de los respectivos gobiernos, indicó como imite la serie de alturas de la Cordillera Real .de Bolivia lesde el cerro de Incahuasi hasta el Portezuelo de San Francisco, de acuerdo ie con la lei que crea la provincia Antofagasta. Con este motivo hizo el guientes declaraciones: «i.° Que la espresion nota »1 antiguo límite entre Barros Arana las si límite tradicional contenida de 18 de'Enero de a señor en refiere espresamente Chile y Bolivia antes de la ocu 1892 se pación bélica del territorio de la Puna de Atacama por Chile, a consecuencia de la guerra iniciada en 1879, lo mal habia sido reconocido anteriormente por el perito ¡eñor Pico en la conferencia de 29 de Abril de 1 890. 2° Que reconoce desde luego que si se tratara de fi- — el límite que antes de jar Puna boliviana, esa 44 — época, separaba el límite occidental o sea a Chile de la del territorio que llevaba este último nombre, la línea indicada por el señor perito arjentino, no se apartaría sensiblemente de la que él señalaría en la mayor parte de su estension.» De este modo el señor Barros Arana si bien aceptaba la Cordillera Occidental de Chile, sin que de que esta va a Tres Cruces, derecho de como límite del territorio propio diferencia tal vez que seguir el ramal Cordillera va a San Francisco en lugar del mas ocupación dejaba claramente salvo el en de la Puna de Atacama, sancio nado por el pacto de tregua. Declaraciones de esta clase no pueden sernos desfa ningún arbitro, porque, al contrario, ellas una cuestión plantear previa que dentro las prescripciones del derecho internacional hace inadmisi ble los títulos arjentinos. vorables ante sirven para El último argumento que se ha invocado en contra se funda en la cláusula i." del protocolo de 17 de Chile de Abril de 1896 celebrado entre los señores don Adolfo Quirno Costa, Guerrero y don Nolberto Dice esta cláusula: «Las operaciones República Arjentina cíe 1893, hasta el de demarcación del límite i la República se estenderán en la entre de Chile que conformidad al tratado de 1881 i al cutan en la eje protocolo se Cordillera de los Andes 23 de latitud austral, debiendo trazarse la línea divisoria entre este paralelo i el 26o 52' i 45" paralelo concurriendo no a la operación ambos Gobiernos i el Gobier de Bolivia que será solicitado al efecto.» interpretación que aparece de los diver oficiales que hemos citado, era natural que se diera intervención a este pais en la fijación de la línea Aceptada sos actos la — divisoria que separa rritorios de Bolivia 45 — la República Arjentina de los te ocupados i administrados por Chile a virtud del pacto de tregua. creerse por nuestra cancillería que no era regu lar que el ocupante del territorio fijara de un modo de en Podia finitivo la línea divisoria concurrir al acto con una de él, aunque hubiera sión. perdido sin potencia estranjera la nación que conservaba el dominio indefinidamente la pose esplica el llamamiento que se hizo a Bolivia protocolo de 1896, sin que ello importe otra cosa la interpretación que tan reiteradamente Esto en el acentuar que se ha dado al pacto de tregua. Las objeciones que con motivo de esta citación de Bolivia han hecho se concepto, hijas de relaciones tras con a una dicho protocolo, son, en nuestro apreciación superficial de nues Bolivia i de los antecedentes de la negociación diplomática ■895Apreciada en conjunto esa fecha, efectuada la situación teniendo conocimiento no de los tratados secretos de la ese con país en internacional de nuestra Arjentina i cancillería Bolivia, era natural que se buscara la aproximación a este pais como medio de dar una solución mas fácil a las pretensiones arjentinas sobre la Puna de Atacama, En cambio, ha sido nunca objetado juicio, contiene: la res la República Arjenti pactado na en el tratado de 188 1 i la fijación del paralelo 23 como límite norte de la zona sujeta a la demarcación. ese protocolo por dos errores que, tricción del arbitraje No para es no a nuestro con oportuno discurrir sobre nuestro objeto estos puntos; pues con dejar establecido que contemplada en el protocolo basta intervención de Bolivia la de 46 — 1S96, afecta — derecho de ocupantes de aquel territorio ni el alcance que hemos atribuido al pacto de no nuestro tregua. Por el contrario, puede con justicia decirse que esta posesión es el título que Chile ha invocado de preferen cia después de la guerra de 1879, siempre que ha teni do que referirse directa Atacama. o indirectamente a la Puna de IX TÍTULOS PRIMITIVOS DE LA REPÚBLICA ARJENTINA AL DOMINIO DE LA PUNA DE ATACAMA pretensiones del Gobierno arjentino a antiguo territorio de Atacama de Bolivia, Las del tremo inciertas i vagas. Parece que nunca sadas ni dieron lugar a un debate concreto arjentina i boliviana, cillerías Solo con una parte son en es fueron entre preci las can motivo de la celebración del pacto de tregua en Buenos Aires, manifestaron al Ministro de Chile se señor don Ambrosio Gobierno Montt, el cual dio cuenta a nues de 28 de Mayo de 1884. Estas arjentina se limitaban «a un pequeño espacio que ha sido objeto de disputa entre ambas Repúblicas», Bolívia i Arjentina; pero sin indicar la ubicación de este pequeño espacio, ni mucho menos tro en nota observaciones de la cancillería estenderlo a rían sin duda de una se refe pequeñas variaciones de detalle dentro línea comunmente aceptada. Tales en todo el territorio de la Puna. Ellas a pretensiones arjentinas no aparecen fundadas títulos emanados de la división territorial de las lonias co españolas, jamas acompañadas de la posesión de hecho de aquellos lugares. ni fueron Por el contrario, los antecedentes históricos guos indican que i fué agregado al ese territorio pertenecía anti mas al Alto Perú departamento de Potosí. Ya hemos era objeto de discusión con Chile, pero no con la República Arjentina. Este país no ejerció jamas jurisdicción en esos luga res; i al revés, los jeógrafos de todas las nacionalidades, incluso los arjentinos i bolivianos, han marcado el des visto que linde las la Cordillera Real de Bolivia; i en forma 1842 en esta en misma consideraba establecido el límite occidental de se provincias arjentinas limítrofes con la Puna de Ata- cama. De hecho i de quedado, ra altiplanicie boliviana ha de la independencia fue de la Arjentina. derecho la pues, antes i después de los límites territoriales Esta circunstancia, unida a la no existencia de una reclamación por parte de esta República manifiestan que Bolivia ocupaba i administraba esos territorios con esclusion del presunto derecho de ese pais i que tal pose sión no tenia siquiera el carácter de discutida. Esto im porta por parte de la en caso que Arjentina alguno tuviera; i para el estado que tiene la cho lejítimo de dominio, curso de tiempo. el no en su sancionado El abandono de la cancillería puestos derechos mas a significativo mantenido con la no uso este cosa altiplanicie en curso de jeneral de nacer dere tras estos de Atacama 1825. ese abarcaba todos los puntos de cación hace se su hace examinando el debate sobre límites Bolivia desde el derecho, su poder, un por un largo arjentina existían dudas sobre el dominio de manifestaran de uso Era natural que si esta rejion, ellas se debate, puesto que él la demar ambigüedad países. Lejos del territorio de los dos en de — 48 — el litijio en sus puntos principales se referia a lo siguiente, que "reproducimos de una publicación hecha sobre el particular. eso, Bolivia, considerándose la Audiencia de Charcas vincias del Alto jurisdicción había gaba sucesora poseía de los derechos que sobre las Perú, sostenía que territorial el Partido de antiguas pro bajo su Tarija, como que se hallaba formado parte de la Intendencia de Potosí. Ale en su abono que al constituirse la nacio ademas nalidad boliviana, después del movimiento revoluciona independencia, Tarija habia manifestado su voluntad de ingresar a esa entidad política que venía a reunir las antiguas provincias del Alto Perú. En apoyo del dominio que invocaba al mismo tiempo rio de la sobre el Chaco central i boreal, aducía Bolivia títulos i antecedentes encaminados torios no se habían hallado a establecer que esos terri la jurisdicción de jamas bajo la Audiencia de Buenos Aires i que como parte integran te de la Audiencia de Charcas, habían ingresado a la República Por su de Bolivia. parte, sostenía la al Partido de brero de República Arjentina en orden que por real cédula de 17 de Fe habia sido desm embrado de la Intenden Tarija, 1807 cia de Potosí i anexado al Obispado de Salta, i que esa de lo que sostenía Bolivia, habia sido válidamente cumplida el ano 1 808 por las autori real cédula, al revés dades de Potosí, por el virrei Liniers i por la respectiva autoridad eclesiástica. En cuanto a los territorios del Chaco, citaba para fundar su mejor derecho, las rea les cédulas que dividieron la antigua gobernación del Paraguai i las que en años posteriores erijieron la Au diencia i el Virreinato de Buenos Aires. El debate diplomático sobre los límites entre estas dos — naciones 49 — tuvo, pues, relación no sobre la cual con la zona de Ataca pretendía la República Arjentina aquella fecha. alguno Así lo han reconocido los publicistas bolivianos, i es pecialmente el ex-Presidente don Mariano Baptista en ma, derecho conocida una no en dirijida a La Nación de Buenos Aires, publicada en Santiago, ¡ el carta ¡ que ha sido varias veces actual Ministro de Bolivia en Chile, señor don Emeterio la Memoria de Relaciones Esteriores presen tada al Congreso de su pais en 1895. Cano, ;' - Y en Así también lo República Arpretensiones contra alguno propio, sino un acto de reconoce en %■ jentina, puesto que en Chile no invoca título sus realidad la actuales cesión emanado del Gobierno de remos mas ; adelante. Si título de trasferencia torios cedidos no le consiguiente ha quier antecedente de por es nación porque reconoce pertenecían ': !.'. f^ incertidumbre en ju tíguas colonias españolas. ; i-.; vos '' en un Es útil señor |^ asila que los terri antes de la cesión i abandonado definitivamente cual- ¥■ .. se dominio que pudiera rastrear de la la delimitación de fronteras de las an- ■¿ { Bolivia, que analiza- aquella reproducir algunos párrafos de la carta del Baptista a fin de apreciar desde luego los objeti negociación arj entino-boliviana, que dio oríjen de la a ese título: «He pensado siempre, dice, cional seria efímera, si no que nuestra buscáramos apoyo vida interna en alguno de nuestros vecinos. ■ «Cuando nos Campero espidió mis credenciales para Bue Aires, pedí una sola instrucción: ofrecer al Gobierno del Plata la reconstitución, guo virreinato hasta el ■■ «Teníamos, bajo forma federal, Desaguadero. entretanto, la cuestión de del anti límites pen- — diente rable con nosotros para en «La real cédula de Salta, fué distrito 24 de en 50 — Buenos Aires. Su solución debía ser desfavo derecho colonial. 1807 que incorporaba Tarija a 1808 por el Gobierno de ese 6 de Abril; por el Gobernador de Potosí el ejecutada en por el virrei Liniers el 31 de Mayo; la autoridad eclesiástica el i.° de Mayo; i por Julio. «El fundamento boliviano que invoqué fué el derecho histórico de formación i constitución de nacionalidades, bajo el título de las revoluciones por dependencia, que crearon a Chile, al Uruguai i raguai. al amparo i «Esta consideración preciso un mover linde bastante para el éxito. Fué Propusimos al arjentino importancia en las altas cimas de las conveniencias. arcifinio los Andes» no era la in al Pa- i de . Bolivia cedió, pues, territorios que poseia, no movida solo por la conveniencia de buscar el apoyo de un pais vecino. La República Arjentina, a su vez, renunciaba a territorios que en definitiva habrían sido suyos i acepta un título viciado sobre lugares que nunca habia re ba clamado. X LA NEGOCIACIÓN El largo i no Chile, impuso a la necesidad de entre de un La ARJENTINO-BOLIVIANA DE 188S A 1S9S siempre tranquilo litijio mantenido con las previsiones del Gobierno del Plata, buscar, si no aliados, a lo menos amigos las naciones Sud- Americanas para el conflicto armado. política de la República Arjentina, por caso su posible situación jeográfica ¡ por las tendencias de su desenvolvimiento no la llevaba a crearse fuertes '"industrial i comercial, ¡vínculos de intereses Sin embargo, simpatías entre con las repúblicas del Pacífico. era natural que la Arjentina encontrara las naciones vencidas de 1879, ya que las odiosidades que enjendra una guerra desgraciada difícilmente dejan de hacer sentir su influencia aun en s | I los estadistas Sí trados a aras en mas distinguidos, que se ven casi arras- sacrificar los intereses permanentes de su pais de una mal entendida enemistad a los vence- dores. . Nuestra ?. política internacional, lenta i vacilante en la problemas que dejó pendiente la guerra nuestra tradicional neglijencia para robuste solución de los * de 1879, i cer los vínculos que por el ínteres bien entendido de Bolívía debían unír la suerte de este pais a Chile, habían de facilitar la acción de la cancillería l~ el gobierno car boliviano estaba arjentina, a su vez por cuanto interesado en bus el apoyo moral o material de aquella nación para sus cuestiones pendientes con Chile. 1 solucionar ■ ¡ Estas consideraciones jenerales esplican, a nuestro juicio, el alcance de la negociación arjentino-boliviana empezada en 1888 i terminada en 1895 i sirven para apreciar el mérito de los títulos que hoi alega la República Arjentina sobre la Puna de Atacama. La cuestión de límites pendiente entre aquellas dos naciones fué hábilmente zanjada por la Arjentina en el tratado celebrado en Buenos Aires el 11 de Junio de 1888 entre don Santiago Vaca Guzman, Ministro Pleni potenciario de Bolivia i don Norberto Quirno Costa, Ministro de Relaciones Esteriores de la República Ar jentina, aceptando este pais en todas sus partes, aunque con carácter provisorio, el límite reclamado por Bolivia. — De este modo 52 — apartaba toda dificultad para la intelijencia de ambos paises. Ese año no aparecía todavía, de un modo ostensible a lo menos, pretensión alguna de la cancillería arjentina a la rejion de Atacama; pero en el tratado celebrado entre los mismos Plenipotenciarios en 10 de Mayo de se 1889, que estableció los límites definitivos paises, se fijó guientes: el límite occidental «En el territorio de Atacama se en entre los dos los términos si seguirá del mismo nombre desde la cabecera de la la cordillera quebrada del Diablo hacia el noroeste, por la vertiente oriental de la misma cordillera, hasta donde principia la serranía de Sapalegui.» Este pacto fué oportunamente aprobado por el Con greso de Bolivia, pero el de la Arjentina no vino a pro nunciarse sobre él sino por la lei de 12 de Noviembre aprobó dándole al artículo i." en la parte siguiente redacción: «Los límites definitivos entre la República Arjentina la República de Bolivia quedan fijados así: Por el occi de 1891, que lo antes trascrita la i dente la línea que une las cumbres mas elevadas de la Cordillera de los Andes, desde el estremo norte del límite de la República Arjentina con la de Chile hasta la con el grado 23; desde aquí se seguirá sección grado hasta serranía de su intersección con el punto mas inter dicho alto de la Sapalegui.» Los términos anteriores son suficientemente vagos pudieran significar un avance de la frontera arjentina sobre territorios ocupados por Chile. Sin em bargo, un estudio átenlo de su redacción, manifiesta que ellos podrían tener ese alcance. La quebrada del Diablo, punto inicial del límite en el para que — tratado de 1889, dia, — la Cordillera interme. en el mismo encadenamiento en i El Rincón i que tofaya de Sapaleri. Si clara ni talvez de propósito esto va a fuera así, exactamente a que pertenecen Anen las serranías rematar ese pacto no habría fijado línea, pero revelaría el esa arjentino toda la puna antiguas poblacio aquel territorio, respetando la ocupa dejar oriental donde nes 53 encuentra se en territorio se encuentran bolivianas de las mas ción de Chile solo sobre la parte occidental. Esta fórmula fué, sin embargo, abandonada, í la que hoi rije entre dos paises es la que consigna la leí arjen tina antes citada, i que Bolívia por lei de aceptó 1 5 de Setiembre de 1892, La fórmula del Congreso arjentino es mas indetermi nada que la del pacto de 1889, puesto que en ella se abandonan los puntos de referencia a la quebrada del Diablo i la dirección de la cordillera hasta a para sustituirlos por la mas fijación Sapaleri, de la línea de las cumbres elevadas de la cordillera de los Andes. ¿Cuáles eran, en pacto, las cumbres en el ánimo de los concepto de los mas de signatarios elevadas de los Andes? contratantes referirse a una ese ¿Entró cadena determinada de la cordillera, o solo fijar la base de la demarcación dejándola entregada a las operaciones pe riciales que el lo 2."? mismo tratado establece Dentro de la buena fé que, como ción, él en de terceros, ción en su artícu los pactos civiles presidir su interpreta debiera entenderse que habia en que intención oculta, encaminada a afectar derechos creemos una tanto los internacionales debe en a no los cuales no solo el tratado sino que ni conocimiento de su existencia, en no se aun se les daba interven les permitía tomar 1 - Un tratado secreto ficar correcto rijen en estas obstante, faltan antecedentes para creer que se atribuia por las partes contra no el alcance que ese era tantes podrá signi profundamente in principios reguladores que paises civilizados. i violatorio de los las relaciones de los No condiciones pacto de alianza, pero seria un a la cláusula antes trascrita. El abandono de la línea de la quebrada del Diablo a Sapaleri fué hecho por el Congreso arjentino, sin duda alguna, con el propósito de ampliar, no de restrinjir su estension territorial. As! parece desprenderse del resto de la cláusula, pues una vez llegada la línea a Sapaleri continúa hacia el oriente fijando el deslinde norte de la $ República Arjentina con Bolivia. En el pacto de tregua, la línea divisoria viene del oriente hacia el occidente, pasando por Sapaleri; en el arjentino-boliviano va del occidente hacia el orien el mismo te, pasando por punto, lo que índica que el deslinde arjentino se hacia empezar en la cadena de .\ al occidente de las serranías de t pacto montaña que está Sapaleri. Sin embargo, mas no clusión contraria, si seria aventurado se aprecia . llegar a una con arjentino-bolí- el tratado de que adoleció el sujeto pacto de tregua, porque entonces pierde toda importan cia la referencia al deslinde norte de la República Arviano al mismo como jentina con línea de Bolivia como error j continuación al oriente déla "■ Sapaleri. Son interesantes ; a este respecto los notables informes publicados, que presentó al Gobierno el injeníero don Alejandro Bertrand, en Junio de 1884 í Noviembre de 1893, como asimismo la Memoria sobre recientemente .- el desierto de Atacama del mismo autor. Estos traba- i t ¥ señor Bertrand jos del fc con ' t constituyen los primeros i los mas estudios de todas las cuestiones que se rozan la Puna de Atacama i con los deslindes de ese terri- Eimportantes torio con la Arjentina. Es sabido que 1884 hubo en la fe i^ff ¡^■heográfico. ! a 1 al en la negociación chileno-boliviana de designación de Sapaleri un doble error entonces creyó que este cerro pertenecía la cordillera real de Bolivia i paralelo errores H Se 23. Difícil han influido la en se encontraba inmediato saber hasta es fijación qué punto estos de los límites del tra tado arjentino-boliviano. Que hubo error es indudable, pues en todos los mamodernos, Sapaleri se fija al norte del grado 23 i pas 'r el tratado habla de la intersección de dicho grado con í el punto mas alto de la serranía de Sapaleri. Esto seria ■ <■ . fe- Abastante para establecer que la fórmula introducida por r el í nido ni ' f ■ » territorios que antes i después de necido estraños a su jurisdicción. fe." t Congreso Arjentino podia servir a no daba'un límite claramente defi- pais este de título cierto sobre ese pacto han perma- La intelijencía que claramente le han dado en estos tiempos las cancillerías arjentina í boliviana solo a establecerse (fuera naturalmente de notas privadas), en el protocolo celebrado en Sucre el 12 de Kfc. últimos ha venido i_ fe» kk. ' Diciembre de 1895 Emeterío Cano. En , tro ese protocolo arjentino de que los señores Dardo Rocha' entre se «la deja ya constancia por el MínisRepública de Bolivia debe salvar espresamente los derechos a la Puna de Atacama, reco nocidos por ella a la Arjentina» en el tratado de 1893; i se exíje al Gobierno boliviano que declare que «por \. I pacto v- alguno sentido en la ha sometido ocupación a jurisdicción del territorio al estraña, ni sur del con- paralelo — 56 — 23 ni al oriente de la línea anticlinal o de las altas cum bres de la cordillera de los Andes.» A estas declaraciones tan esplícitas del tino, el representante de Bolivia enviada por el señor año de 1892. En ese deraba Baptista el protocolo a se Ministro remite arjen a una nota la cancillería arjentina el Plenipotenciario arjentino consi a la República Arjentina «to reconocidas como das las sierras situadas al oriente de la línea anticlinal i al del paralelo Sapalegui.» Esto importaba sur desde 23, su intersección con ella hasta pactar de un trasferencia de los territorios modo ya ocupados mas por espreso la Chile, desen tendiéndose de los títulos que por nuestra parte pudie ran invocarse í dándole a los tratados de la negociación arjen t¡no-boliviana un alcance manifiestamente hostil a nuestro pais. Bolivia prescindía de la ocupación militar chilena i derogaba de su propia autoridad el pacto de tregua en la parte referente a momentos en entregaba paz de rejion Mayo que a que de la Puna de Atacama, 1895 sin en los mismos Chile por los tratados de limitación alguna, toda la a consecuencia de la guerra de 1879 fué domi nada por nuestras armas. La República Arjentina, por su parte, aceptaba esta cesión de territorios que el cedente no poseía, se inte resaba directamente a colocarse con la contienda del Pacífico, i venia en respecto a Chile en la situación de guerra pero existente en que hasta hoi se encuentra Bolivia por el pacto de tregua. [ todo esto secretamente, mediante tratados en que aplazada se empleaban fórmulas vagas, aclaradas por notas vadas de cancillería, que no podían llegar a reser conocimien- — del to rés en 57 — que como ocupante del territorio, tenia inte el mantenimiento del estado de cosas creado por pais, la guerra de 1879. Estos actos estaban, pues, destinados a unir los inte reses de Bolivia i la Arjentina i a provocar un casus belli momento que ambas naciones quisieran llevar práctica los tratados celebrados. Sin embargo, forzoso es confesar que aunque este era el objeto i el significado de esa negociación, aun en el protocolo de 1 895 se emplearon fórmulas indeterminadas el en a la nacidas de la referencia la ubicación de a la línea anticlinal de los Andes que podían hacer contes aplicación de estos tratados. Para fijar en el terreno estas referencias i determi nar su ubicación precisa, seria necesario emprender lar gas i costosas investigaciones i talvez un trabajo de nivelación que ningún pais tendría por ahora interés en i a Sapaleri, table la costear. Es de creer que la cancillería boliviana, que sin duda alguna tenia un conocimiento cabal de aquellos lugares, empleaba deliberadamente fórmulas vagas en la fijación de los deslindes varse de los territorios cedidos, para el derecho de restrinjir esa cesión i evitar clamación del Gobierno de Chile. Así a reser una re lo menos se esplican los términos ambiguos usados por el Ministro de Bolivia en el protocolo Rocha-Cano, i por su pleni potenciario en Chile en el protocolo Barros BorgoñoGutiérrez. Bolivia diendo a esperaba el curso de los acontecimientos, ce República Arjentina los mismos territorios la de que se desprendió por el pacto de tregua i que traspa só a Chile en dominio i propiedad por el tratado de paz de 1895- 53 - — XI TÍTULOS ARJENTINOS IMPORTANCIA DE LOS DE Si los ajustes diplomáticos portaban vor una de 1889, 1893 i ella miento, voluntario Por pactos hacia República Arjentina, no podrían llevarse a la práctica eran en LA PUNA 1895 im trasferencia de territorio de Bolivia de la de que A ATACAMA realidad o forzado, de Chile, i a a fa sabiendas sin el consenti contra el cual dírijidos. esta razón esos secretos se no tratados tuvieron el carácter de procuraron las partes contratan ponerlos en ejecución, contentándose con darles el alcance de compromisos reservados de cancillería, que no tendrían efecto sino cuando la República Arjentina quisiera hacerlos valer. El hecho de la posesión chilena en los territorios ce didos no podia ser ignorado por las naciones signatarias. Lejos de eso, ambas procedían tomando en cuenta esta tes circunstancia, que habían reconocido en pactos solemnes, Así, para no reproducir todas las negociaciones diplo máticas mantenidas en Bolivia, desde antes del pacto de tregua, nos bastará recordar que en el protocolo de 2 de Agosto de 1887 celebrado entre los señores Darío Juan C. Carrillo, se dejó constancia de que las poblaciones de la Puna de Atacama tuse encuentran bajo la jurisdicción del Gobierno de Chile, por hallarse si tuadas dentro de la zona entregada a esta nación i demar cada con las lineas que como deslinde, establece el pacto Zañartu i de tregua» Así también . se declaraba en el protocolo Cano- Rocha, 59 — en pera que Bolivia de — que este último manifiesta «que esa zona» en eficazmente concurra consecuencia a la es desocupación . Esto mismo lo distinguidos escritores ar publicado don Luis V. Vá justicia de la ve cina República, un estudio histórico-jurídico sobre la cuestión de límites, en que dedica un capítulo a la Puna gentinos. reconocen Recientemente ha rela, miembro del mas alto tribunal de de Atacama. «Nosotros somos dueños de esos Várela, por cesión espresa que señor livia; pero si bien territorios, dice el nos ha hecho Bo cierto que tenemos un titulo que nos da derecho a poseer la Puna de Atacama, también lo es qne no la poseemos, que nuestro cedente no puede darnos es la posesión de ella i que Chile la ocupa invocando derechos que hasta ahora no han sido discutidos definitivamente. «El tratado de límites arjen tino-boliviano de 10 de Marzo de piedad a 1893, que consagra la Puna de Atacama ha intervenido aquel pacto «A mos, cosa, estos Chile i en sus es res con su derecho de pro obliga a Chile estipulaciones. Para esta que no nación inter altos acta. títulos de nos nuestro no propiedad que nosotros invoca con su posesión efectiva de la contesta propósito de no abandonarla en tanto que, parte, no haya terminado definitivamente cuestiones con Bolivia». por su sus Los títulos que invoca la República Arjentina adole cen en consecuencia no solo del defecto de no contenerse en ellos una estipulación clara i determinada de la es tensión territorial que se considera trasferída, sino que en caso de contenerla, ella se refiere a territorios ocu pados por un en poder del tercero i que no estaban por Estado cedente, consiguiente — 60 — Sí la ocupación era un hecho cuya subsistencia no dependía de la voluntad de Bolivia, i si esta ocupación se hallaba ademas amparada por el pacto de tregua, no podia esta nación disponer de territorios, que aunque fueran de su dominio, no se encontraban en su poder. Para que hubiera podido trasferirla era menester hacer cesar previamente la ocupación, cancelando el pacto de tregua i recuperando los territorios de que se habia des prendido. importa, pues, por parte de Bolivia el des un hecho, la infracción de un tratado i la enajenación de una cosa que estaba sujeta a una so beranía ajena. Ante las prescripciones del derecho inter nacional, Bolivia ha ejecutado un acto nulo, que no puede ser sancionado sin constituir un precedente de La cesión conocimiento de las mas La funestas i trascendentales consecuencias. República Arjentina no ha lejítimamente esa cesión. Si ella creia adquirir de este podido tampoco acep tar territorios, se modo el dominio de esos imponía por el mismo hecho la obligación recuperarlos, o sea, se comprometía a de defenderlos i a Chile de aquellos lugares, lo que no podía hacerse sino por la intervención armada o por el some timiento voluntario de este pais a la presión de una po desalojar tencia estranjera. No conocemos caso alguno en que, dentro de una situación de paz, se hayan celebrado pactos de esta es pecie, i nos parece mui difícil que él pudiera presentar se en lo futuro, Atendido el progreso alcanzado por el derecho inter no es de esperar que una nación se crea auto rizada para sacudirse de las consecuencias de una gue rra, cediendo a una potencia estraña territorios que ha nacional, rr V perdido, ni es de suponer tampoco que ninguna nación esta clase, sin desviarse de los debe acepte cesiones de que la neutralidad le impone i sin atacar los dere chos que se derivan de la independencia i la soberanía res de las naciones. En apoyo de opiniones podrían citarse numerosas distinguidos de todos los tiem La erudición en materia de paises. estas ideas de tratadistas pos i de todos los derecho internacional es sumamente Bastará sencilla. para el caso reproducir una opinión que debe tener para la Arjentina la autoridad que entre nosotros tiene don Andrés Bello. El tratadista : «■ ... k da obra arjentino El derecho don Carlos Calvo internacional en la conocí- teórico i práctico contempla precisamente el caso de la negociación arjentino-boliviana, i lo resuelve en los términos si guientes: r «Según la jurisprudencia internacional, para conferir un título v.completo, son indispensables la posesión i el deIr. recho a la cosa enajenada, el jus-ad re \ éljus in rem. Mientras dure el período de simple ocupación militar, esos dos principios no residen íntegramente ni en el ocu pante ni en el poseedor orijinario, puesto que ni et pri mero es todavía propietario ni el segundo ha perdido la posibilidad de llegar a ejercer los derechos de tal; por consiguiente, toda trasferencia hecha por ellos no puede ser sino imperfecta. «Para que este vicio radical desaparezca, cuando es * el vencido quien enajena enbenejicio de un tercero, es me nester que aquel haya recuperado a la sazón la cosa ocu pada; si es el vencedor quien enajena, es necesario que su ocupación se haya convertido en conquista for mal i definitiva, en virtud de un tratado o por cualquier * otro medio que el derecho internacional admita como capaz de trasferir lej ¡tunamente la soberanía.» Con el mismo derecho con que Bolivia ha cedido la Arjentina todo mas parte de la Puna de Atacama. o tarde ceder el territorio del Toco mantos salitrales; i jeneralizando paña llegaría a encontrar un consecuencias de su potencia europea, Filipinas. El de caso estos arbitrio con Es precedentes, colonias de Cuba, una nueva ricos fácil de eludir las reciente desastre, cediendo sus a podría sus a alguna Puerto Rico cesión de Bolivia es posible, o ya que parece que las repúblicas de Sud-América no han al canzado todavía el grado de cultura necesaria para mi rar estos actos como naciones i rechazarlos violación del derecho de las una con enerjía encaso de presentarse. habría nación que cediera territorios Europa que no posee i, lo que es sin duda mas honroso, no ha bría talvez nación que aceptara. Allí la opinión pública En de no i estraños condenaría propios Entre nosotros, probablemente se actos de esta clase. sancionan. El carácter secreto que han tenido esos tratados, un antecedente importante para apreciar que ellos tenían sino un babilidades de fin transitorio, un conflicto relacionado entre Chile i con es no las pro República Ar conservan en gran parte ese carácter han sido puestos oficialmente en cono secreto, pues cimiento del Gobierno de Chile i aun no se ha dado pu jentina. Hasta hoi no blicidad a la nota que al parecer los En el momento nuestra fondo, Baptista, de 1892, complementa. que ellos se exhiban, puede, pues, oponerles sus defectos de forma i de orijinarios, que las prescripciones del de jentes condenan perentoriamente, en obse- cancillería sus derecho reservada del señor vicios en 63 — quio la rectitud a en la — política internacional de las na ciones civilizadas. pacíficamente la cuestión de límites con República Arjentina, no puede invocarse en contra de Chile aquel casus belli secretamente preparado, por que seríadejaren las relaciones de ambos paises un punto negro que la historia se encargaría de mostrar a las jeneraciones venideras i que seria desde luego un obstá culo al restablecimiento de la cordialidad de los dospai" de la América ses mas homoj éneamente constituidos Solucionada la del Sur. XII CONCLUSIONES El resumen de estos apuntes, hechos sin tiempo para se puede precisar en breves palabras, que revisarlos, manifiesten cuál es la situación de nuestra cancillería en presencia de las pretensiones del Gobierno arjentino, Estas pretensiones no se han hecho valer en forma oficial, i hoi mismo se presentan, al parecer, no como una reclamación al dominio de la Puna de Atacama, de acompañada de la consiguiente exijencia ción de como una una línea divisoria De desocupa territorios por las autoridades chilenas, sino cuestión de deslindes, relativa solo a trazar esos este modo dos entre nuestra paises limítrofes. cancillería ha sido hábilmente amordazada por la diplomacia grado colocar la cuestión en el arjentina, terreno la cual ha lo que le era mas favorable. Buscando la solución en demarcación de fronteras, el trazado de se una ha atenuado, si línea de es que no 64 — se ha logrado evitar, internacional — la cuestión gravísima de derecho ocupación, amparada nacida de nuestra por un tratado vijente como es el pacto de tregua, A la República Arjentina le convenía evadir un de bate de cancillerías sobre razonablemente podido sus títulos, porque sostener no habría la validez de la cesión que Bolivia le hizo de territorios sujetos a la jurisdicción de Chile. Plantear la cuestión en este terrenoera per derla, cualquier arbitro que tuviera que fallar con las doctrinas de los tratadistas de derecho in ante arreglo a ternacional i los precedentes autorizados de las nacio análogos. terreno de simple demarcación de fronteras, esa a lo menos queda como de carácter secunda a nes en casos En el cuestión rio, ya que de nuestro Antofagasta pare Chile de la a Este es un Gobierno acepta que existe i debe trazarse en una el territorio línea que se República Arjentina. consecuencias error, cuyas no esplayamos artículos por estar sometida al Congreso la forma de solución aceptada por nuestro Gobierno i ha estos en ber acordado la Cámara que sea ella tratada en sesión secreta. Prescindiendo, pues, llegamos t.° de por nuestra parte este aspecto de la cuestión, las siguientes conclusiones: a Los títulos de Chile al Atacama son vagos i discutibles dominio de la Puna de como lo son la mayor parte de los que, derivándose del uti possideiis de 1810, se refieren que la a comarcas posesión despobladas, de difícil acceso i en lugares no es necesaria efectiva de los para efectos administrativos. En cambio, la República Arjentina invocar título esa rejion, alguno de no invoca ni oríjen colonial, podría al dominio de ww 2." Los títulos de Chile él i Bolivia, i debate diplomático sin ma, ser discutibles un entre largo sobre derecho al desierto de Ataca nunca que podrán efecto, ambos han mantenido en haya se determinado de preciso la estension territorial de este La República Arjentina jamas ha Chile ni un modo desierto. formulado una re clamación, ni contra cho al todo parte del desierto, considerándolo así en el derecho como territorio ajeno a su do el hecho i o en contra Bolivia, sobre dere minio, 3.° Los tratados celebrados poner término entre Chile i Bolivia para la cuestión de 'dominio al desierto de a fijan el limite oriental de Chile valiéndose de espresiones que dejan subordinada la demarcación a ope periciales delicadas i complejas. La operación al efecto practicada en 1870, si bien Atacama, raciones acepta como establecido sin contradicción tal, se presta a observaciones que ahora discutidas formalmente. En caso que estos tratados dejaran rio de Chile la Puna de Atacama, se un límíteorien- han sido hasta no fuera del territo habría reconocido por el mismo hecho el dominio de Bolivia sobre en ningún caso el de la República Arjentina. esa re jion; 4.0 Con motivo de la guerra entre Chile i Bolivia, ambos contendientes consideraron la Puna de Atacama como comprendida en la zona dominada por las chilenas; i Chile efectivamente la ocupó con sus armas fuerzas militares. Esta ocupación no fué observada por la República Arjentina, reconociendo así que ella se refería a territo rios que no eran de su dominio. 5.0 Por el pacto de tregua de Bolivia convino en 4 de Abril de que la Puna de Atacama 1884, quedara en — poder de Chile i trativo, como tras armas. modo en el sujeta 66 a su — réjimen político posesión legalizada por pacto de duración un indefinida, que obliga solemnemente i que no jeras sin puede ser a los contratantes desconocido por las naciones estran- atentar a nuestra Chile tiene, i adminis del territorio dominado por nues ocupación militar se convirtió de este resto La soberanía, consecuencia, respecto de terceros una posesión análoga al dominio, i ha ejercido pública i so lemnemente este derecho, incorporando a su réjimen ad en ministrativo de la 6." esa rejion sin protesta ni reclamación alguna República Arjentina. Ni Chile ni Bolivia pueden alterar por su solo ar bitrio los efectos del pacto de tregua, sin crear el estado de guerra que en virtud de sus estipulaciones se sus pendió. rio La cesión hecha por Bolivia de una parte del territo a que él se refiere, es una violación manifiesta i deli aceptación por parte de la República Arjentina significa un amparo de esta viola ción i una pretensión de conquista de territorios que se encuentran bajo la autoridad de Chile. berada de dicho pacto. La 7.0 Chile ha debido apresurarse a rechazar esta cesión que se ha hecho i el objeto que persigue, sino mui principalmente por el gra vísimo precedente que se establece. Un acto de esta solo por la forma no con ella en se aceptado sin protesta puede importar mas tarde un precedente para la pérdida del resto de la rejion entre gada a Chile por el pacto de tregua, rompiendo así la clase continuidad de 8." En nuestro sión de dominio voca la territorio. de aceptar un arbitraje sobre una preten amparada con títulos como los que in República Arjentina, Chile debe alegar la invalicaso dez de sea esos títulos como resuelta conforme a cuestión los prévía precedentes i exijir que ella autorizados del derecho internacional. La ocupación aquellas rej iones i el res guardan a los tratados, territorial de peto que las naciones civilizadas constituyen la Drincípal tra cancillería ha no fuerza de nuestro derecho. Nues podido desentenderse de esta faz de la cuestión, porque en tal caso faltaría la materia del .arbitraje, el objeto útil del sometimiento al fallo de un arbitro. Chile no torios sino puede ser obligado en virtud de un a desalojar aquellos terri sea obligado a título que él respetar. Actos de cesión clandestina de bienes embar gados cional i sido en son no nulos en derecho civil i afectan por consiguiente en derecho interna a terceros que han celebración. estranos a su Es de esperar que el alto jurado internacional que va definitiva a resolver esta cuestión, corresponda a la confianza que Chile i la Arjentina depositan en él i satisfaga las aspiraciones de estos países que no podrán cimentar bajo el imperio de la razón i la justicia, la paz sino • -•»-M>-*-»-*»"CH-«'*- —