LA PUNA DE ATACAMA - Biblioteca del Congreso Nacional de Chile

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a^-^í^^fcr-a»-eV
BLIODORO
YÁfTjEZ
APUNTES
SOBRE
LA PUNA DE ATACAMA
RECOPILACIÓN
DE
ARTÍCULOS
PUBLICADOS EN
"EL FERROCARRIL" DE SANTIAGO
SANTIAGO DE CHILE
%)■■■
IMPRENTA, LITOGRAFÍA I ENCtfADERNACIÓN BARCELONA
Moneda,
entre
Estado
1 San Antonio
7>
/r'-.'s
YAIST-EZ
BLIODOEO
APUNTES
SOBRE
LA PUNA DE ATACAMA
RECOPILACIÓN
DE
ARTÍCULOS
"EL FERROCARRIL" DE
SANTIAGO
IMPRENTA, LITOGRAFÍA I
Moneda,
entre
PUBLICADOS EN
SANTIAGO
DE CHILE
EN CDADER NACIÓN BARCELONA
Estado
i
San Antonio
LA PUNA DE ATACAMA
OBJETO
La
publicación
DE
ESTA PUBLICACIÓN
de estos apuntes tiene por objeto con
nuestros derechos a la rejion cono
tribuir al estudio de
cida
con
el nombre de la Puna de Atacama.
cimos al efecto los artículos que hemos
Reprodu
publicado en El
Ferrocarril, revisándolos i completándolos
posteriormente conocidos.
El
ha
escaso
permitido
tiempo
hacer
con
datos
de que podemos disponer
nos
estudio mas estenso i meditado
no
un
de la materia, que es grave i compleja. Nuestro objeto
es llevar un modesto
continjente a la defensa que en
representación
cer
de los derechos de Chile habrán de ha
las personas
designadas
por nuestro Gobierno para
formar parte de las comisiones arbitrales,
Los representantes de Chile tendrán que
todos los antecedentes de esta cuestión i hacer
tallada
esposicion
de nuestros derechos,
Tribunal Arbitral que falla
en
a
acopiar
una
de
fin de que el
última instancia
pueda
pronunciarse
ha dado para
con acierto en
el brevísimo
plazo
que
se
funcionamiento.
su
Entretanto, la llamada cuestión de la Puna de Ataca
ma no
ha sido hasta ahora oficialmente
las cancillerías chilena i
Chile
tinas,
no conoce
república
como esa
discutida
entre
arjentina,
oficialmente las
no
pretensiones arjen
conoce
tampoco las
núes
tras.
Solo existen
en
entre nosotros
la prensa diaria
que
emiten
sus
o en
las
publicaciones
hechas
folletos por diversas personas
opiniones individuales, demostrando
prácticamente con ellas que existe al respecto
dadera anarquía sobre los títulos que justifican
chos de Chile a aquella rejion.
La mayoría de nuestros hombres públicos
una ver
los dere
no
tenia
hasta hace poco ni aun un conocimiento somero de los
antecedentes i fundamentos de esta cuestión, i de este
modo el criterio público se lia estraviado en medio de
publicaciones contradictorias, formándose una opinión
jeneral nacida de la falta de estudio i que juzga por im
presiones que nuestros títulos son a lo menos dudosos.
Esta opinión influye directa o indirectamente en los
consejos de Gobierno, i nuestra cancillería ve así debili
tada su acción para defender con habilidad i enerjía los
intereses del país.
Ha sido un error no haber precisado la cuestión antes
de someterla al fallo del Tribunal Arbitral i
es
tanto
chilenos
este error
lamentable cuanto que los comisionados
se sentirán
ligados por la necesidad de am
mas
no
parar las tendencias de nuestra cancillería i de sostener
las
pretensiones
finida i
un
que
se
concreta en una
debate
en estenso
hayan
manifestado
en
discusión anterior. SÍ
sobre
esta
forma de
no se
abre
materia, irán entrega-
—
dos
fl
-
opiniones personales, sintiendo la influencia
anarquía de ideas que reina en el estudio de
a sus
de esta
nuestros
títulos.
Esta discusión
previa
habría
podido
consistir
en
un
oca
que ningún retardo podia
sionar en la solución que ambos paises están empeñados
sobre ambos pesan los crecidos
como
en buscar,
cambio de
simple
notas
que
económicas inheren
gastos militares i las perturbaciones
tes
al estado de paz armada.
era tanto mas necesaria
Ella
Chile tienen diversos
tidos las
es
pretensiones
lo que
estos
orijenes
vamos
que los títulos de
en diversos sen
República Arjentina.
de la
tratar
a
cuanto
i afectan
de demostrar
apuntes, que fueron hechos hace ya
en
el
Esto
curso
de
algún tiempo.
con el actual,
para discurrir sobre un tema relacionado
la influencia de Bolivia en la solución de nuestras cues
tiones
con
la
República Arjentina.
II
TÍTULOS
Los títulos
de Atacama,
teras
ANTERIORES AL TRATADO DE
primitivos de
como
Chile
a
la
rejion
1866
del desierto
la mayor parte de los títulos de fron
corona de
España, son inciertos i
emanados de la
vagos.
El antecedente
mas
antiguo
en
favor de los derechos
proviene, sin duda, de la espedicion de los ma
rinos españoles Malaspina i Bustainante, practicada por
orden del Gobierno español el año 1789.
En la carta levantada por los espedicion arios, se asig
na como perteneciente a Chile el territorio que se estien
de Chile
de al
sur
del
2 1
°.
—
Poco antes de la
ordenó
en
6
—
et Rei
independencia,
la real cédula de
10
de
de
España
1803,
Octubre de
agregar el desierto de Atacama al territorio del Perú,
segregándolo del de Chile. Esta real cédula quedó sin
ejecución,
i así el uti possidetis de
del dominio territorial de las
asigna
a
1810,
que
es
la base
repúblicas sud-americanas,
Chile la soberanía del desierto.
antecedentes podrían talvez agregarse actos
posesión i jurisdicción colonial, tan frecuentes en los
territorios limítrofes de las colonias españolas.
Estos títulos fueron amparados después de la inde
pendencia por actos concretos de posesión material i
legal que acentúan el dominio efectivo del territorio.
A
estos
de
La leí de 31 de Octubre de 1842 establece
en su ar
tículo 1.°
«Se declaran de
existen
en
las
nacional las guaneras que
propiedad
de la provincia
costas
litoral del desierto de Atacama, i
de
en
Coquimbo,
las islas
e
en
el
islotes
adyacentes.»
Estalei,
de
ser de fuero interno, no afecta los derechos
vecinos; pero importa el ejercicio de juris
por
nuestros
dicción, lo que unido
a la posesión,
es el antecedente
respetable del dominio.
Bolivia no aceptó estos actos de soberanía, pero el
Gobierno de Chile envió buques de guerra en protección
de sus derechos, i desde 1847, la posesión del litoral
quedó establecida, reservándose la cuestión de dominio
constitutivo
a
mas
la discusión de las cancillerías.
Chile unía así
jeneralmente deficientes
España la posesión material i
lo
ejercicio
que le creaba una situa
jurisdicción,
ción preeminente en la determinación del dominio de
aquellos territorios.
emanados de la
el
de la
a
los títulos
corona
de
Esta discusión de cancillerías iniciada el año 1842 solo
a terminarse con la celebración del tratado de 1866.
vino
Entre los antecedentes
mas interesantes de este
largo
diplomático, es útil recordar la jestion iniciada
el
año
don
Casimiro
Olañeta,
1843 por
Santiago
Plenipotenciario de Bolivia, para reclamar de la jurisdic
ción que Chile se atribuyó por la lei de 1842.
Bolivia fundaba principalmente sus pretensiones al
desierto de Atacama en las opiniones de los jeógrafos,
que habían descrito aquellos lugares. Su Ministro se
espresaba en estos términos que tomamos de una publi
debate
en
cación reciente del señor Gonzalo Bulnes:
<Este
en
la
«está
(Bolivia)
latitud
(Letronne) señalando los límites de Boli
pajina 463:
comprendida entre 12 i 26 grados de
hablando de Chile en la pajina 473, dice:
autor
via, dice
i
sur»
estiende desde el desierto de Atacama hasta el
<se
Cabo de Hornos: está
latitud
Tomando al
resultaría que
a
comprendido
entre
de
pié de la letra esa opinión de Letronne,
quedaban dos grados sobrantes: del 24
26.
Olañeta
esplica así esta diferencia.
a primera vista hubiera aquí
«Parece que
dicción,
te
24 \ 50
sur.»
se
que
estiende
en
verdad
por
la
no
parte
24, mientras que Bolivia por la costa
desemboca el rio Salado.»
El atlas histórico de
límites, dice: «está
Lesage,
entre
una
contra
la hai, porque Chile realmen
de la cordillera hasta el grado
llega
al 26,
en
hablando de Chile i
que
sus
los 24o 21' i 43o 50/ de latitud
meridional i los 68° 50' i 74o 20' de lonjitud occidental.»
<No estrañe S. E. esa demarcación, porque en verdad
no es
el limite de Chile
en
la
parte alta de la cordillera,
8
-
ne,
—
el conde de las Casas, lo mismo que Letron
dicen: «sus límites al norte son el desierto de Ataca
i por
eso
ma», etc.
I Olañeta
agregaba:
«He demostrado, señor Ministro, que el rio Salado
separa el territorio de Chile del de Bolivia: que este rio
está situado
a
los 26o de latitud sud; que todo el desier
a S., ha
pertenecido a la inten
de Atacama de N.
to
dencia de
Potosí; i que no hai la menor duda en la inteclara que Letronne i Lesage, dan a la manera
deban
entenderse los límites designados entre
que
los 24o, 2 1", por la parte de la cordillera donde está si
lijencia
con
tuado el Chaco i
Puna
en
Paquil (cerro del, Chaco, situado en la
prolongación meridional de la cordillera de
i los de Bolivia por la costa hasta el rio Salado
Varas),
a
la
los 26o.
Bolivia
en
Igual observación hai
sus
limites
costa el territorio
tuado
La
que hacer con respecto a
Perú, que mientras por la
el
peruano
los 21", Bolivia
a
la otra
con
se
interna hasta el Loa, si
pasa de los
12a latitud sud
por
parte.*
Memoria de
Relaciones Esteriores de
Chile de
1845, contiene una interesante relación de este debate.
En 1859 se renovó la discusión. Nuestro Gobierno,
en una importantísima nota de fecha 9 de Julio de ese
año, contestó las
estenso
reclamaciones bolivianas i fundó
el derecho de Chile
a
en
aquellas rejiones.
III
PE|RÍODO
DE
A
LOS
LA
TRATADOS
GUERRA DE
Estos títulos de Chile, por
los
que
cualquiera
otra
ANTERIORES
¡Sjg
que sean mejores que
pudiera alegar al de
mas
nación
-
—
9
—
síerto de Atacama, adolecen del defecto de
nar con entera
al cual
se
precisión
determi
no
el límite oriental del territorio
refieren,
Es cierto que es un principio inconcuso en esta mate
ria, que la ocupación de un punto de un territorio im
porta la ocupación del territorio
naturalmente subordinado.
Pero
gráfica
es
que le está
adyacente
confesar que la
menester
configuración jeograndes cadenas de cor
norte a sur, su despoblación i
del desierto, la serie de
dillera que lo recorren de
la dificultad de comunicaciones hacían de todo punto
incierta la ocupación de Chile,
Esta situación vino
definirse
a
ternacional que puso término
iniciada en 1842.
El tratado de
10
de
a
de
Agosto
el
en
primer ajuste
in
la discusión de deslindes
1
866 firmado
en
San
por los señores don Alvaro Covarrúbias i don Juan
Ramón Muñoz Cabrera, Plenipotenciarios de las Repú
tiago
blicas de Chile i Bolivia,
con
sobre la
en
celebró,
entre otros objetos,
amigable i recíprocamente
antigua
pendiente entre ellas
fijación de sus respectivos límites territoriales
el de
se
«poner término
satisfactorio
a
la
cuestión
el desierto de Atacama»
;
i
en su
artículo
1
°
se
esta
bleció:
«La línea de demarcación de los límites
Bolivia
paralelo
en
el desierto de Atacama, será
24 de latitud
meridional,
desde
entre
en
Chile i
adelante el
el litoral del
Pacífico hasta los limites orientales de Chile; de
suerte
que Chile por el sur i Bolivia por el norte tendrán la
posesión i dominio de los territorios que se estienden
hasta el mencionado paralelo 24, pudiendo ejercer en
ellos todos los
pondientes al
actos
de
jurisdicción
señor del suelo.»
i soberanía
corres.
—
10
—
La frase hasta el limite oriental de Chile
no es
sufi
cientemente clara para determinar la estension territo
rial reconocida por ese tratado como del dominio de
Chile; pero ella asegúrala continuidad del deslinde orien
tal de la
República;
toda la estension de
sea, la cordillera de los Andes
o
en
territorio.
su
Ese artículo establece también que Bolivia
no
con
territorio alguno al sur del paralelo 24, ni Chile
puede pretenderlo al norte. Según esto, el límite orien
tal de Chile podría cuestionarse con la República Arjen
serva
tina pero no con Bolivia,
Una sola observación
tas
conclusiones, i
es
la
El tratado de 1S66
los límites
entre
podrá hacerse
siguiente:
fijó la línea de
Chile Í Bolivia
de
es
demarcación de
el desierto de Atacama,
en
la
podido
rejion de la Puna, que se
encuentra al oriente del desierto, formando con relación
i
no
referirse
en contra
ha
a
a él una altiplanicie separada e independiente de la re
jion disputada.
Esta observación puede adquirir mayor fuerza por la
falta de especificación de lo que debe entenderse por
desierto de Atacama quedando subordinada al estudio
jeográfico del territorio. ¡ mucho mas la adquiere con
los antecedentes diplomáticos de aquel pacto que vino a
poner término a las cuestiones a que dio lugar la ocupa
ción del litoral i la esplotacion de sus riquezas.
Sin embargo, es menester confesar que ella se en
cuentra en
cierto modo
del Ministro Olañeta,
se
referían
en
jeneral
en
con
pugna
las de
con
las declaraciones
nuestro
Gobierno que
al litoral i desierto de Atacama
i
el testo del tratado que
poseído desde 1842, con
atribuye a Chile, hasta su límite oriental,
como
todo el terri-
torio existente al
de la
alguna
sur del
paralelo
rejion limítrofe.
En el mismo artículo i.°
24, sin hacer salvedad
estableció:
se
fijación exacta de la línea de demarcación entre
paises se hará por una comisión de personas
idóneas i peritas, la mitad de cuyos miembros será
«La
los dos
nombrada por cada
tantes»
i
de las Altas Partes Contra
una
.
Esta comisión formada por los señores Amado Pissis
Mariano Mujia, desempeñó su cometido i levantó
Juan
el
de
acta
dente
mas
de 1866,
Chile
Es
jia
de
10
Febrero de
1870, que
serio que dentro de la
invocarse
puede
en
contra
el
es
antece
del tratado
aplicación
de los derechos de
la Puna de Atacama.
a
un
hecho
innegable
que los señores
Pissis i Mu
tomáronla Cordillera Occidental por la línea anticlinal
Andes; así lo dicen en el acta citada. En este con
de los
cepto
diatas
fijaron
a
los
como
alturas culminantes de los Andes inme
paralelos
23 i 24 los
Tonar, Pular i Llullaillaco que
dillera i
dejan
Es cierto que
ha sido
trabajo
jetado por erróneo i que está
comprobación científica de si
hasta
esta
picos
de
Licancaur,
se encuentran en esa
Cor
al oriente la Puna de Atacama.
este
en
el
Cordillera i comienza
posteriormente ob
caso
sujeto a la
todo
terreno
a
bajar
va
subiendo
por el
lado
oriente para firmar así la línea anticlinal; es cierto tam
bién que el tratado no fijaba el límite oriental de Chile i
que el acta de demarcación
modo
no
podia
determinarlo de
un
para las partes sin un acuerdo entre
puede desconocerse que ante un arbitro i
obligatorio
ellas; pero no
en
presencia solo del tratado de 1866,
ciones tendrían
un
estas
observa
carácter subalterno i que la opera-
cion de los señores Pissis i
Mujía seria un antecedente
interpretación para establecer que el dea
Chile
que
pretendía derecho solo
,':
hasta la Cordillera Occidental i que esta Cordíllera era la continuación aceptada del ramal andino que
\
respetable
de
sierto de Atacama
llegaba
sirve de límite oriental
a
la
El tratado de 1866, díó
1
J
República de Chile.
lugar a diversas cuestiones,
nacidas de la
participación que ambos Gobiernos tenían
repartición de los productos provenientes de la esplotacion de los depósitos de guano de Mejillones.
en
la
No hemos encontrado antecedentes para creer que él
lugar a observaciones respecto de la fija
diera también
ción de límites; por el contrarío,
de Diciembre de 1872 celebrado
el
en
el
entre
no
protocolo de 5
los señores San
\
el al
se
que al artículo
cance
en
i Casimiro Corral
contradijo
primero del tratado de 1866 se dio
Pissis-Mujia:
declara, dice ese protocolo, que los límites orien
tiago Lindsay
acta
«Se
tales de Chile de que
se
del tratado de límites de
en
el artículo i,"
mas
altas cumbres
hace mención
1
866
son
las
l
de la Cordillera de los Andes, i por tanto la línea divi
soria de Chile con Bolivia es el grado 24 de latitud sur,
partiendo
desde el
mar
Pacífico hasta la cumbre de la
Cordillera de los Andes.
En el artículo final
ciando para celebrar
de 1866
«bajo
se
establece que se seguirá nego
tratado en sustitución del
un nuevo
la base inamovible del
grado
24 i de las
altas cumbres de la gran Cordillera de los Andes.»
Este protocolo no fué ratificado por los Gobiernos contratantes, i
en
su
reemplazo
don Carlos Walker
se
celebró por los señores
Martínez, i don Mariano Baptistael
de Agosto de 1874 en que se
tratado de Sucre el 16
3
13
—
el de 1866 i
derogó
en
los términos
«Art.
El
1.°
—
el límite entre Chile i Bolivia
fijó
se
siguientes:
paralelo del grado
la cordillera de los Andes,
24, desde el
mar
hasta
el divortia aquarum, es el
límite entre las dos Repúblicas de Chile i de Bolivia.
en
Art. 2.0 Para los efectos de
ran
24
da
este
tratado
se
conside-
paralelos 23 i
fijadas por los comisionados Pissis i Mujia i de que
testimonio el acta levantada en Antofagasta el 10 de
Febrero de
1870.»
j
La leí boliviana de 6 de Noviembre de
este
tratado, aclaró el artículo
limite oriental de Chile
los Andes
en
sus
i."
la
es
i874queaprobó
estableciendo «que el
Cordillera Occidental de
altas cumbres conforme al
comisarios Pissis i
acta
de los
que señalaron los puntos de
Mujia,
Llullaillaco i del Pular.»
Cualquier espíritu desapasionado
reconocer
de
contra
que
estos
nuestro
antecedentes, si
derecho
a
no
podrá
no son
la Puna
menos de
decisivos
en
de Atacama, lo
atenúan
o debilitan,
porque manifiestan un propósito
acentuado de parte de Bolivia de desconocer el dominio
de Chile al oriente de la cordillera occidental, práctica
mente
considerada
nuestro
la
en
operación Pissis-Mujia
como
límite oriental.
La referencia
a
la linea divisoria
hace el tratado de 1874,
como
de las aguas que
la circunstancia de con
siderarse, según la interpretación del tratado de 1866,
que él se refirió a la linea anticlinal de los Andes, que
es nuestro
límite tradicional
permiten sin embargo
no
j
firmes i subsistentes las líneas de los
que
se
en
todo el oriente de Chile,
sostener que. si
bien
nuestro
pais
su derecho a la rejion
que
estiende al oriente de la Cordillera Occidental,
insistió
en
se
reconociera
li
—
formuló sin
no
embargo
declaración espresa
una
en
el
■sentido de abandonarlo.
Se ha mantenido
a este
situación vaga
en una
los tratados i de la falta de
aconsejara fijar
Así,
un
aprobar
esplícita
el tratado de
señor Walker Martínez
Gobierno entiende por
refieren
que
interés inmediato que
rejion
se
que
consignó
la
1874, contestó el
los términos
en
su
a
el límite oriental.
precisión
con
la declaración clara i
a
lei boliviana al
cancillería
nuestra
respecto
indecisa, nacida sin duda de la
e
falta de conocimiento cabal de la
límite oriental
siguientes:
en
«MÍ
la parte del
desierto de Atacama solo las altas cumbres de la cordi
llera i
otra cosa.
no
«La cordillera de los Andes, que de
el límite oriental,
esclaroque
hasta el
paralelo
24, i
artículo
1
.°
sobre
este
der el valor de las
bres
o
que la
es tan
ha
sur a norte
seguido
esplícito el
punto, que
se
siendo
su
tratado
necesita
forma
límite
en
su
no enten
palabras para suponer que altas cum
pueda tener otro alcance queel
divortia aquarum
lengua,
Pero ni
la ciencia í el sentido
ni
común
le dan.»
que nosotros
conozcamos se sostiene que la línea divisoria de las aguas
sea otra que la cordillera
Occidental, ni se habla deter
en
esta nota
minadamente de
La
aprobación
nuestro
en
ninguna
derecho
a
la
de las líneas de los
otra
rejion de la Puna,
paralelos fijadas
sal
por los comisionados Pissís-Mujia i la referencia sin
vedades al acta de 10 de Febrero que se consigna en
el artículo 2." del tratado de 1874, están manifestando
nuestra cancillería dejaba pasar en silen
oportunidades decisivas para establecer los derechos
de
que Chile pudiera tener a la altiplanicie del desierto
a
lo menos que
cio
Atacama.
En nuestro concepto,
si
nuestro
derecho
a
la Puna
16
—
hubiera de resolverse
con
—
arreglo
a estos
tratados, Chile
tendría que plantear la cuestión únicamente como cues
tión científica i práctica para fijar en el terreno la cordi
llera anticlinal de los Andes, que es la que determina la
línea divisoria de aguas. La mera apreciación de los
actos
de cancillería
no
le seria enteramente favorable,
IV
LA OCUPACIÓN
MILITAR I
LA REIVINDICACIÓN
La guerra de 1879, nacida de la infracción por parte
de Bolivia de la cláusula 4.a del tratado de 1874, produ
situación nueva. Aunque la declaración de gue
basta por s! sola para romper todos los pactos
internacionales que ligan a los paises belijerantes, es in
jo
una
rra no
dudable que ella pone término a los tratados políticos
que han resuelto las cuestiones que mas tarde vienen a
dar lugar a la declaración de guerra.
Nacido el conflicto de 1879 de la infracción del tra
1874 en la parte referente a los gravámenes
tado de
que debían pesar sobre los intereses chilenos, era natural
que se considerara caducada la fijación de las fronteras
hecha
en
privilejio
provenia
el mismo tratado, toda
en
que
se
vez
que la situación de
encontraban los industriales de Chile
del abandono que este pais- hizo de sus pretenciones señoriales al territorio comprendido entre los gra
dos 23 i 24.
Sin embargo, cuando
fronteras
con un
tercero,
pública Arjentina,
gada a un arbitro
se trata
como
i cuando
que falla
de la demarcación de
seria para el
esta
caso
demarcación
como
juez,
es
es
la Re
entre
natural que
los pactos caducados
aun
sean
tenidos
anteceden
como
respetables de apreciación, mucho mas si las preten
transíjidas en esos pactos no aparecen fundadas
documentos anteriores, claros i precisos.
tes
siones
en
Por
nuestra
parte
creemos
ferible invocar el tratado de
del
jion
fija
la
i estender así
a
la
re
la misma base de demarcación que duran
siglo ha sostenido en sus cuestiones
de medio
te mas
con
norte
que para Chile seria pre
1874
República Arjentina.
El
del tratado de
testo
1874
límite el divortia aqtiarum de los Andes; si la
encuentra al occidente de esta línea será chile
como
Puna
se
si está al oriente será boliviana,
na,
Los
jeógrafos que han
embargo, en
acuerdo, sin
estudiado
que hai
esa
en
rejion,
ella
una
están
de
complicada
ramificación del divortia aquarum, debido a que las
aguas no se vacian al océano, sino que se pierden en las
grandes salinas de la altiplanicie. La fijación del límite
arreglo a esta base ofrecería, pues, serias dificultades.
con
El título de la reivindicación
cado
entre
nosotros,
acuerdo
ocupación
taba
en
entre
los
de hecho de
frecuentemente invo
gobiernos interesados,
un
sino de la
territorio, que Bolivia
no
es
situación de defender.
Considerado aisladamente
se
tan
débil que puede presen
por cuanto él no emana de
mas
tribunal arbitral,
tarse a un
un
el
es
ha dado
equipararse
es,
pues,
sí mismo i que mirado
al derecho de conquista.
a
un
título que Chile
en
jeneral podria
precisado el alcance de la rei
proclamada en 1879 en el sentido de que
la
importa
readquisicion de «todos los derechos que
poseía tranquilamente antes de 1866»,
Nuestro Gobierno ha
vindicación
ella
Esta declaración
ción
en
no
haría sino colocarnos
que estábamos antes de celebrar el
en
la situa
primer
tra-
17
—
tado
Bolivia, haciendo
con
cuatro años a
i
de la reivindicación,
Después
reabrir
ese
debate i
debate de veinti
pacto puso término.
ese
que
—
renacer un
objetarnos
i las reales- cédulas
Bolivia
la
carta
podría,
pues,
esférica de Ma-
los mismos argumentos
con que lo hacia antes de 1866. Volvería de nuevo la
cuestión sobre si las pretensiones de Chile se referían al
laspína
litoral í desierto vecino
abarcaban
o
junto
con
éste la
de Atacama.
altiplanicie
Ante
con
arbitro
título
mas
podríamos presentar
impugnaciones que el de la reivindica
ción, si no fuera que, aparte de él, Chile puede invocar
la posesión tranquila i no cuestionada del territorio rei
un
no
un
de
susceptible
vindicado.
Esta
posesión
que trataremos
unida al pacto de tregua de 1884, de
adelante, nos da un título exento
mas
de toda tacha
a ese territorio. Bolivia ha aceptado que
ejerza en él todos los actos de jurisdicción i sobe
correspondientes al señor del suelo i ha reconocido
que su dominio quedaba circunscrito al territorio que
íiié objeto del pacto de tregua de 1884. Este es un tí
tulo que ninguna nación podría desconocer, toda vez que
Chile
ranía
el único
interesado que
es
Bolivia,
no
puede impug
narlo.
Menester
de Bolivia
al
del
sur
embargo, confesar que la aceptación
ha referido a todo el territorio situado
sin
es,
no se
grado
23 i que
en
observado el derecho de Chile
en sus
dido
relaciones
como
si
ese
con
la
mas
a
de
una
ocasión
ha
la Puna de Atacama, i
ha proce
República Arjentina
perteneciera. Bolivia se
a la
operación Pissis-Mu-
territorio le
ha mantenido desde
1870 fiel
jia aceptando como límite oriental de Chile la Cordi
llera Occidental, hasta el grado 24 según los tratados de
2
18
—
i866 i
—
1874 i hasta el grado
según el pacto de
23
tregua.
SÍ por
nuestra
habrá que
Punía
parte consideramos la
comprendida
cama como
reconocer
que
el territorio
en
ese
es
Ata-/ft
de
reivindicado, TJ
título contestado ¡
un
que esa rejion se encuentra en situación diversa a la del
territorio que se estiende al occidente de la Puna. Ante
arbitro
valdría, pues,
el título de la reivindicación,
un
no
1
1
1
antecedente decisivo
\
ya que éste si bien tendría
4
como
elementos constitutivos que es la ocupación,
le faltaría el acatamiento de Bolivia que es lo que da la
_uno
de
sus
posesión
Hai
no
una
cuestionada del
del
grado
23
esa
rejion.
apoyo de esta ac
estiende desde un poco al
hasta cerca del grado 27; como el
titud de Bolivia. La Puna
norte
de
resto
consideración de fuerza
en
se
j
dominio de Chile, según la interpretación que se da al
pacto de 1874, llegaba hasta el grado 24, las tres cuar
t
partes de la Puna habrían sido estrañas a la ocupacion bélica i a la reivindicación: esta última solo se ha-
1
tas
bria referido
a
la
faja comprendida
23 i 24, i entre tanto lo seguro
es
entre
los
que solo
paralelos
después de
la guerra, Chile ocupó
Pastos Grandes, que está al
del grado 24, i Antofagasta de la Sierra que está al
a
del
grado
24,
sur
26.
en
virtud de
sus
títulos coloniales
cion del límite oriental de los tratados,
tivamente
mantuvo
\
sur
No parece que antes de la guerra hubiera autoridades chilenas en la parte austral de la Puna, i por consiguíente si Chile tenia derecho a ese territorio hasta el
grado
.1
ese
derecho i toda la
hasta la
ocupación
rejion
bajo
militar
no
o
de la
ejerció
fija-
I
"
j
,
efec
de la Puna
se
la autoridad de
Bolivia.
E¡ mismo año de la declaración de guerra fué mili-
\
*
19
—
tarmente
—
San Pedro de Atacama, i según pa-
ocupado
rece, aunque no hemos
des militares recorrieron
,
W~
JET* nombrando
podido comprobarlo, autoridaalgunos caseríos de la Puna,
funcionarios administrativos dependientes
F de las autoridades chilenas. El
í
en
mación de
de
«Mapa
su
las
Cordilleras
el
en
encontró autoridades chilenas
sierto de Atacama»
.
señor Bertrand dice que
1884 cuando esploró aquellos lugares para la for
Antofagasta de la Sierra, caserío de la Puna que
cuentra al sur del grado 26.
En 1886 fué
r.
ocupado
con un
deen
se en
cuerpo de tropas regues el
punto ha
lares el caserío de Pastos Grandes, que
bitable mas importante de la Puna,
i.
Esta ocupación tuvo no solo un carácter militar sino
principalmente un objeto administrativo, como que en
"
gran parte fué motivada por el Ínteres de evitar el desarrollo de la epidemia del cólera. Este motivo de la
[
que ha sido invocado como un antecedente
para desvirtuar la importancia de esa medida, daría a
nuestro juicio mayor acentuación al ejercicio de la sobe
ocupación
ir
ranía de Chile.
Estos
actos
el alcance de
"
■
podrán
una
ser
discutidos
en
cuanto
se
les dé
reivindicación; pero importan sin la
duda el sometimiento de
la
autolugares
podrían exijirse actos mas esplícitos
o de mayor
apariencia i continuidad tratándose de territoríos despoblados, incultos i de difícil acceso. Lo que
puede cuestionarse no es que esa rejion esté poseída por
menor
esos
a
ridad de Chile. No
Chile sino el título
en
virtud del cual la posee.
Como hemos dicho, la ocupación considerada por sí
sola con prescindencia del pacto de tregua, no seria su
ficiente para amparar nuestro derecho, porque ella se ha
\
ejercido
en
esos
territorios
en
la misma forma que
en
—
los situados al norte del
20
—
23 que son real i posi
tivamente del dominio de Bolivia, aunque estén
ocupa
dos i administrados por Chile.
Nadie
podrá
i el Toco
podrá
sostener
paralelo
Cobija
que
i
Calama
Tocopilla,
territorios chilenos; i sin embargo, nadie
tampoco negar que antes i después del pacto de
son
tregua han sido ocupados i administrados sin limitación
alguna
por las fuerzas i las autoridades de nuestro pais,
no
existiera ese pacto, que
hasta el punto de que si
la soberanía de Bolivia, Chile habria
reconoce
el dominio de
adquirido
territorios por el ejercicio amplio i
cuestionado de los derechos señoriales,
La
esos
de la Puna
ocupación
no
dejar
pié la
posesión da/acto
el jus possidendi: pero éste podrá ser
puede
en
pues
cuestión de saber si Chile tiene solo la
o
puede
un
invocar
punto cuestionable
tratado de paz;
en
con
ningún
Bolivia para los efectos de un
caso con la
República Arjen
podrá considerar i sin duda considera pen
diente la espectativa de la recuperación de su dominio i
tina; Bolivia
una vez
que terminen en todas sus consecuen
cias los actos emanados del estado de guerra; pero en
posesión
tretanto
ella ha cesado de hecho
autoridad soberana que ha
pasado
en
a
el
las
ejercicio
manos
de la
del
ocu
pante.
Las naciones
nosotros
esta
en
posesión
teriores, i
estranjeras,
estado de paz,
aunque
mientras
no sea
se
mantengan
con
el deber de respetar
amparada por títulos an
están
en
aunque tenga solo el carácter
de
ocupación
de hecho estraña al dominio señorial.
Dentro del estado de paz, la República Arjentina no
puede constituirse en juez de nuestros títulos, buenos o
malos, ni
podemos
tor, sin abdicar por
considerarla
nuestra
como
parte de
lejitimo contradic
nuestra
soberanía
—
i sin desconocer
21
—
elementales de derecho inter
reglas
nacional.
El Gobierno del Plata así lo ha reconocido
tamente, pues,
para
disputarnos
nuestro
implíci
derecho
a
la
Puna de Atacama, ha tenido que recurrir a un acto de
cesión de esos territorios, hecho a su favor por Bolivia '
cuya
importancia examinaremos
mas
adelante.
V
EL PACTO DE
TREGUA DE 1884.
—
NEGOCIACIONES
PRELIMINARES
Es
una
tregua de
opinión
mui
jeneralizada
la de que el pacto de
de Diciembre de 1884 serefiere únicamente
2
al territorio que se estiende al norte del paralelo 23 i
que él dio a Chile el dominio absoluto de la rejion com
prendida
entre ese
paralelo
i el 24,
incluyendo
la Puna
de Atacama.
interpretación
aparece sin embargo de la
letra del pacto en los términos absolutos en que es jeEsta
no
neralmente
presentada.
Antes de la guerra de 1879 el límite norte de Chile
era el
paralelo 24, en conformidad al tratado de 1874;
era dudoso que por el oriente
allá de la Cordillera Occidental, i que
pero ya hemos visto que
se
estendiera
en
el hecho
sur
de dicho
mas
ocupó
paralelo.
no se
la parte de la Puna situada al
Con la declaratoria de guerra, Chile llevó
norte
al
grado
23, i al tratar
con
abstuvo de hacer mención del territorio
entre su
antiguo
límite i el
fijado
su
límite
Bolivía el año 1884 se
comprendido
por la reivindicación,
—
estableciendo que
reincorporada
se
esa
este
grado
el
país
22
—
de terreno debía considerar
al territorio de la
En este concepto
así
faja
se
trató
avance
con
República.
Bolivia, reconociendo
de la frontera chilena hasta el
23. En las
negociaciones preliminares del pacto,
propusieron fijar como pun
to de partida el grado 24 i siendo rechazada esta
pre
tensión aceptaron el grado 23.
No puede, pues, ponerse en duda el derecho de señor
i dueño con que Chile ocupa la rejion en que se encuen
tran, por ejemplo, la ciudad de Antofagasta o la bahía
de Mejillones. Pero no sucede lo mismo respecto de la
rejion del interior, porque para considerarla comprendi
da en la reivindicación seria menester justificar previa
mente que antes del tratado de 1866 o bajo el imperio
de ese tratado o del de 1874 esa rejion era poseída en
los comisionados bolivianos
todo
o en
Lejos
parte por Chile.
de
los tratados
tes para
eso,
hemos visto que antes del período de
títulos a la Puna no eran suficien
nuestros
dar
este
hecho por establecido sin contradicción
de esos pactos, si bien la con
¡ que durante el
ejercicio
dición
de la demarcación oriental
jeográfica
Chile el dominio de
confirmó por
una
podia
parte de la Puna, ello
actos concretos
dar
no
a
se
de soberanía ni por decla
precisas i claras de los Gobiernos contratantes.
interpretación que se da al pacto de tregua no
puede, pues, fundarse de un modo seguro en anteceden
tes anteriores a la guerra de 1879: ella mas bien se la
raciones
La
hace derivar de declaraciones hechas durante las nego
ciaciones preliminares de ese pacto.
Con fecha 13 de Febrero de
1884 los Plenipotencia
rios bolivianos señores Belisario Salinas i Belisario Boeto
presentaron
a nuestra
cancillería las
primeras
bases
28
—
para la celebración de
sula 2.a decían:
República de
«La
—
pacto de tregua, i
un
Chile continuará
en
ocupando
la cláu
los
te
rritorios que hoi dominan sus armas, fijándose de común
acuerdo el límite dentro del cual ejercerá su jurisdicción
mientras dure la
vijencia del presente pacto.»
Nuestro Ministro de Relaciones Esteriores, señor don
Aniceto
Vergara Albano, objetó esta cláusula porque
fijaba el limite oriental de la rejion dominada por
las armas chilenas que debia continuar bajo el imperio de
éslas, ni contenia tampoco disposición alguna encamina
da a regularizar el réjimen político i administrativo que
se estableciese en ella durante la
ocupación.-»
A fin de salvar estas dificultades, los negociadores
bolivianos formularon la siguiente proposición «para la
fijación del limite de ocupación militar en el departa
mento de Cobija:
«Este límite será el que partiendo del volcan Pular o
Socompos, en el paralelo 24, siguiese una recta de
uno
SE.
a
NO. hasta encontrar la cumbre
Quimal;
de
aquí seguiría
Teca, luego
con
montaña La
el cráter central del volcan
rumbo
seguiría
Siltillíca que
se
la
recta
de la montaña
el mismo rumbo hasta la
continuaría de S.
San Pedro;
a
con
N. hasta
el mismo
hasta el nudo del Pabellón
o
halla sobre la frontera del Perú i Bo
livia.»
Para
apreciar
que el Pular
se
que la montana
bien
esta
proposición
encuentra en
Quimal pertenece
Domeyko
que está
quedaban
en
poder
mas
conviene
a
la Cordillera de
al occidente de
de Bolivia
¡recordar
la Cordillera Occidental;
no
aquélla,
i que
solo toda la Puna sino
San Pedro de Atacama i Ascotan i todo el territorio que
entre estos puntos se estiende.
24
—
—
Nuestro Ministro de Relaciones Esteriores rechazó
esta fórmula porque ella *no se conformaba al verdadero
limite de la
zona
que dominaban las
de la
armas
Repú
blica ni señalaba tampoco demarcaciones naturales bas
tante visibles para prevenir conflictos de jurisdicción,
único
que el Gobierno de Chile
podia aceptar
restrinjese el dominio que efecti
territorio.»
ejercia
aquel
Después de desecharse otra proposición en que se
indicaba ya como límite la línea de Sapaleri i Lícancaur,
se
aceptó al fin la que se consigna en la cláusula 2.* del
caso en
que el pacto de tregua
vamente
en
pacto de tregua i que fué propuesta por
nuestra
canci
llería.
Albano al dar
El señor
de
este
Vergara
arreglo decía:
cuenta
al
Congreso
«De la duración indefinida de la tregua, nacía la ne
cesidad ineludible de determinar espresamente a qué
administración i
Iejislacion quedarían
torios
por nuestras
ocupados
armas
sometidos los terri
Í de señalar
con
toda
claridad el límite oriental de dicho territorio. La base
número II
fija
efectivo de la
jeográfica
un
límite que está conforme
ocupación
de
Í que
no
con
perturba
territorio del
réjimen político
i
el hecho
la división
Bolivia i declara la subsistencia
en
aquel
administrativo chileno,
que allí imperaba desde 1879. Estas dos medidas se li
mitaban a dar sanción a dos hechos establecidos por la
i
guerra en una época mui anterior a la negociación,
acaso
por esta
nieron al fin
los negociadores
aceptarlas.»
causa
en
La lectura de
estos
bolivianos convi
antecedentes demuestra
con
toda
claridad:
i."
Que
la
negociación
se
refirió esclusivamente al
—
25
—
territorio boliviano que debía
quedar durante la tregua
ocupado por Chile;
2." Que no se mencionó siquiera el territorio reivin
dicado por ser estraño a la negociación;
3.0 Que al rechazarse la proposición boliviana que escluia la Puna de la ocupación chilena se tuvo en cuenta
no
el dominio de Chile
estar
dominado por las
4." Que,
nares
en
territorio, sino el hecho de
a ese
armas
de la
República;
consecuencia, las negociaciones prelimi
del pacto de tregua
no
Chile reivindicó la Puna, sino
permiten
mas
establecer que
bien que Chile trató
concepto de que la Puna era boliviana i
metida a la ocupación chilena.
en
quedaba
so
VI
EL PACTO DE TREGUA DE
DE LA
Nuestro
Atacama
1884.— VERDADERO ASPECTO
CUESTIÓN
para sostener su derecho a la Puna de
tiene para qué rebuscar entre el polvo de
viejos títulos coloniales, ni recurrir a
pais
no
los archivos
sus
tratados que ya no rijen entre las partes contratantes,
ni invocar el peligroso argumento de la reivindicación,
ni dar al pacto de tregua
con
el
testo
dé
sus
una interpretación que pugna
disposiciones i con la historia de su
establecimiento.
Le basta el hecho efectivo de la
ocupación
de
ese te
rritorio, confirmado por el pacto de tregua que lo deja,
durante
su
vijencía, sujeto
trativo que establecen las
Es
este
al
réjimen político
i adminis
leyes chilenas.
el verdadero aspecto de la cuestión.
26
—
—
No necesitamos así comisiones demarcadoras ni
i
estudios del terreno. Sometidos
costosos
llevar al arbitro
a
largos
arbitraje
podemos
internacional, que no habrá tribunal en el mundo
pueda fallar en nuestra contra.
No es dilícü precisar los términos de esta cuestión.
El pacto de tregua no espresa que el paralelo 23 sea
el deslinde sur del territorio que se deja en poder de
una
sencilla cuestión de dere
cho
que
Chile durante la tregua. La única referencia que
a este
paralelo se hace en la cláusula 2.", es para fijar el punto
de partida del deslinde occidental o de la costa,
«La República de Chile, dice el pacto, continuará go
bernando los territorios comprendidos desde el paralelo
23 hasta la desembocadura del rio Loa en el Pacifico*
Esta designación de la desembocadura del rio está indi
.
cando que en la frase anterior solo
la costa, fijándose los estremos del
Jamas
se
se
sur
tomó la línea de
i del
norte.
ha entendido que la referencia a la desem
importaba fijar el curso de este rio
bocadura del Loa
por el límite norte i, dentro del mismo criterio, no pue
de sostenerse que la simple mención del paralelo 23
como
punto inicial de la línea por el occidente debe
nificar la
designación
La referencia
a
de todo el límite
los territorios
sig
sur,
comprendidos
entre
los
dos puntos de esta línea de que el pacto se vale, tampo
co induce la
fijación de un límite sur uniforme; tanto
porque del
resto
de la cláusula
to, cuanto porque el pacto
se
no
aparece este propósi
en el concepto
celebró
aceptado por ambas partes de que Chile reivindicaba
una estension de territorio
que tenia por límite norte el
grado
23.
De modo que en la parte reivindicada este paralelo
sirve de límite, no por razón del pacto de tregua sino
27
—
por el
—
de reivindicación hecho por Chile i tácita
acto
aceptado por Bolivia, reivindicación que, como
hemos visto, solo alcanzaba por el oriente hasta la Cor
dillera Occidental.
mente
El deslinde de los territorios
entregados
a
Chile solo
dos puntos, en la parte de costa í en su inter
sección con Solivia. No se mencionó la línea de demar
se
fijó
cación
en
Chile, el Perú i la República Arjentina, salvo
con
referencia
una
a este
último
pais,
de que
luego
habla
remos.
De esta omisión
las dudas que
a
este
respecto
han suscitado,
se
el límite de la costa, agrega el pac
«teniendo dicho territorio por límite oriental una lí
Después
to:
na,
de
fijar
que parta de Sapalegui, desde la intersección
el deslinde que los separa de la República Arjenti
recta
nea
con
rá
nacen
hasta el volcan de Lícancaur; desde
una recta
hasta el volcan
apagado
este
punto
segui
de Cabana»
,
i si
gue as! en línea recta al norte hasta el volcan Tua,
Todas estas designaciones desde Sapaleri, o Sapale
gui,
como
camente a
tocaba
i
na
en
el
en
dice el pacto, hasta el Tua, corresponden úni
la línea de separación con Bolivia, línea que
uno de sus estremos el límite con la Arjenti
otro
el límite
con
el
Perú. El deslinde
fijado
su estension
por territorio
lado la parte que se entrega
boliviano para dejar
ba a Chile i al otro el resto de aquel país.
corría de este modo
en
toda
a un
El tratado llamó
a esta
línea limite oriental, porque
la fijación jeográfica de
había entonces
un
Sapaleri,
de latitud i de
Hoi
se
caur, i
en
que
en
error
coloca
a
aquella
doble
error en
Sapaleri
fecha
se
lonjitud.
de Lícan
un poco al NE.
le ubicaba al SE. Así se ve
las bases propuestas por los señores Salinas i
—
Boeto
en
tal será:
dirija
28
Marzo de
1884
se
línea
recta
que
«una
de Este
a
—
espresa que el limite orien
partiendo
llegar
Noroeste hasta
de
a
Sapalegui
se
la cumbre del
volcan nevado de Licancaur.»
espresion límite oriental empleada por el pacto de
no
significa, pues, una restricción del territorio
porque la intención manifiesta de los negociadores de
ese
pacto fué fijar el deslinde con Bolivia, que era lo
La
tregua
único que interesaba para determinar la
zona
de
ocu
pación.
Debe recordarse
tivos que
a
este
respecto que
Ministro de Relaciones
nuestro
uno
de los
mo
Esteriores
se
Vergara Albano tuvo para no aceptar las primeras
bases propuestas por los Plenipotenciarios de Bolivia,
fué la de que la fijación de los límites debía hacerse en
ñor
condiciones de
los dos
«prevenir conflictos
de jurisdicción» entre
países,
Podemos entonces afirmar que el pacto de tregua así
fijó el deslinde sur, no fijó tampoco todo el des
como no
aquella parte que era necesaria para
segregación del territorio boliviano en el pun
to de contacto entre los paises signatarios.
La designación de Sapaleri como punto de partida de
esta línea no tuvo por objeto dividir lonjitu dina! mente
linde oriental, sino
marcar
la
la Puna, tomando
corre
de
como
sur a norte
límite la cadena intermedia que
la Cordillera Occidental i la
entre
Cordillera Real de Bolivia.
En la
no se
rreno,
negociación
alcanzaron
a
que dio lugar el pacto de tregua
los estudios previos del te
a conocer
encomendados al
trand, para indicar
con
injeniero señor Alejandro Berprecisión la línea divisoria.
toda
Se tomó por base el mapa rural de Bolivia construido por
los señores Ondarza i Mujia i que tenia carácter oficial
29
—
—
por haberse hecho de orden del Gobierno boliviano. En
ese mapa Sapaleri aparece colocado en la Cordillera
Real de Bolivia i al
línea divisoria,
partir
No
desde
se
esta
como punto inicial de la
indudablemente el ánimo de
designarlo
tuvo
Cordillera.
de suponer que
era
entrara en
los
de
propósitos
negociadores del pacto fijar como límite la Cordillera
intermedia, donde, salvado el error del mapa de Ondarza
los
Mujia, resulta que está Sapaleri; no solo por la razón
ya dada, sino porque este propósito habría requerido
una
estipulación especial, ya que esa Cordillera interme
i
dia carecía de
mencionada
designación jeográfica,
en
habia sido
nunca
las discusiones oficiales i
no
era en
Bo
livia límite territorial ni administrativo.
Aun
del
prescindiendo
error
de ubicación de
Sapaleri,
decisivo, no puede razonablemente suponerse
que sin declaraciones especiales del pacto fuera a consi
derarse dividida la Puna, en dos secciones, una casi en
que
es
desierta, para Chile i la
teramente
los caseríos de Rosario,
cuentran
otra
en
que
Susques, Catua,
se en
Pastos
Grandes i
Antofagasta de la Sierra para Bolivia. Una
división de esta naturaleza habría sido mencionada, no
solo porque
trinjia
la
era una
zona
novedad sino también porque
dominada por las
armas
chilenas,
reszona
que Bolivia dejó íntegramente en poder de Chile,
Pero el mismo pacto de tregua suministra una prueba
mas, que
aleja
hasta
en sus
mas
remotos
estremos
la
¡dea de la división de la Puna.
En él
se
espresa que la línea parte de
de la intersección
con
Sapaleri,
<des-
el deslinde que los separa de la ReEste deslinde era la Cordillera Real
pública Arjentina.t
de Bolivia; en esa fecha ni en ningún tiempo anterior
se ha
pretendido por la Arjentina que la Cordillera in-
30
—
termedia
sea su
los caseríos antes nombrados
i
—
límite internacional
sean
con
Bolivia i que
poblaciones arjentinas
bolivianas.
no
Considerando
a
el deslinde de
Sapaleri
como
punto de intersección
í otro
pais, todo error jeográfico
desaparecía o perdia su importancia, puesto que de ese
modo quedaba pactado que el territorio ocupado por
con
Chile
se
uno
estendia hasta
este
deslinde,
No ha habido, pues, división de
Puna Oriental i Puna
aquel territorio,
Occidental, sino que toda esta
ha sido
jion
Chile
en
objeto del pacto de tregua i
conformidad a él.
en
re
entregada
a
La misma frase anteriormente trascrita así lo establece
al hablar de tel deslinde que los separa de la República
Arjentina.-» Esta frase no se refiere solo a la línea que
parte de Sapaleri hacia Licancaur, sino al deslinde dé
los territorios i
Arjentina,
Según esto,
lindan
con
mente
citados;
i
en
tal
la
a
separación
los territorios
Bolivia sino
caso
en
en
Bolivia
una
no
ha
de
separación
entregados a
podido
i por
llos territorios i la
con
la
República
Chile
no
des
la serie de puntos anterior
los demás deslindan
parte de la Puna porque
de
de ellos
la
conservar
esa
consiguiente
Arjentina; lo
con
Arjentina,
el dominio
parte habría servido
de deslinde
entre aque
que seria contrario a
estipulaciones del pacto.
En cierto modo era escusable que este convenio cui
dara de fijar con precisión los deslindes solo entre los
las
paises signatarios,
linde
entre uno
jentina
no
de
designación exacta del des
paises i un tercero como la Ar
ya que la
estos
hacerse de
podia
pais limítrofe.
currencia del
un
modo definitivo sin
con
Es, pues, un hecho absolutamente fuera de cuestión
que los territorios dominados por las armas chilenas no
deslindan con la República Arjentina sino en la rejion de
la Puna;
en
el
resto
deslindan solo
con
Bolivia. Al hablar
el pacto del deslinde de separación de esos territorios
con la Arjentina, se ha referido incuestionablemente a
la Puna, que quedaba de este modo
sometida a su jurisdicción.
Para
llegar
a una
entregada
conclusión contraria seria
alterar los términos usados
a
Chile i
menester
el pacto de tregua i des
entenderse de que la referencia que en él se hace al
cerro de Salaperi está íntimamente unida a la indicación
del deslinde
en
la
Arjentina.
siempre la Cordillera Real de
este país i así lo ha recono
cido la Arjentina, que nunca ha pretendido m mucho
menos ejercido dominio efectivo sobre parte alguna del
con
Este deslinde ha sido
Bolivia; así lo ha entendido
territorio que se encuentra al occidente de esa Cordillera.
Ha sido éste el límite tradicional no alterado ni discutido
desde los
tiempos
mas
remotos; i
en
esta
forma
se
ha
señalado la línea divisoria por todos los jeógrafos tanto
bolivianos como arjentinos que han descrito esos lu
gares.
El pacto
sesión
de tregua ampara por
consiguiente
la po
chilena, i mientras él subsista, Chile tiene
título absolutamente
exento
de toda
impugnación.
un
No
puede desconocerlo Bolivia
sin romper el pacto i crear
por el mismo hecho el estado de guerra existente antes
de su celebración. No puede impugnarlo la República
Arjentina
sin
renovar
por
su cuenta una
finidamente
suspendida
así
belli que nada
un casus
entre
contienda inde
Chile i Bolivia i suscitar
podría justificar.
—
82
—
VII
ACTOS I DECLARACIONES OFICIALES DE CHILE
SOBRE LA PUNA
En diversas ocasiones
cillería
no
de título
va
en
nuestro
ha estado
se
lejos
ha sostenido que
de
reconocer
nuestra can
que Chile
Gobierno.
Si el hecho fuera efectivo tendría sin duda
fluencia considerable
Hemos consultado,
relación
en
con
nes
oficiales, i lejos de
una
in
el fallo arbitral de la cuestión.
cuanto
en
a este
que
tro
carece
la Puna de Atacama i que la pretensión dehoi
pugna con actos i declaraciones reiteradas de
a
ha sido
punto aparece
encontrar un
todo lo
posible,
las publicacio
en
abandono de
nues
título, hemos visto claramente sostenida la doctrina
espuesta
en
el
capítulo
No aparece así acto
anterior.
alguno de
nuestra
cancillería que
de Chile i, al contrario,
pueda
pueden acopiarse muchos que manifiestan que el título
de la posesión amparada por el pacto de tregua ha sido
sostenido sin contradicion por nuestro pais.
Con posterioridad a la celebración de ese pacto, Chi
ser
invocado
en contra
le ha solido invocar
su
derecho de dominio
Puna que se estiende al sur del
casi totalidad de esa rejion.
En
grado
a
la parte de
23 i que forma la
1888, siendo Ministro de Relaciones Esteriores
don Demetrio Lastarria, nuestro Gobierno declaró al de
Bolivia, con motivo del debate a que dio lugar la crea
Antofagasta, que «el territorio
paralelo 23 fué en 1879 reincorparado
República»
ción de la Provincia de
situado al
al de la
sur
del
.
—
Aunque
33
el señor Lastarria
de la Puna de Atacama, la
pleados
en
el
párrafo
—
no
hizo mención
amplitud
trascrito i
en
especial
de los términos
otros
em
de
posteriores
la misma nota hace suponer que, en su concepto, el do
minio de Chile se estendia al territorio comprendido al
sur
del
grado
23
aun en
la
El señor Ministro don
negociación
rejion
de la Puna.
Borgoño, en la
procedió también
Luis Barros
chileno-boliviana de 1895
el mismo sentido que el señor Lastarria. Así aparece
del contexto de los tratados; i sin contradicion del pleni
en
potenciario boliviano, el señor Barros Borgoño lo de
claró en el protocolo de 28 de Diciembre de ese año ce
lebrado precisamente para dejar a salvo el derecho de
Chile ala Puna de Atacama de cualquier acto o decla
ración de Bolivia que pudiera comprometerlo.
Decia el Ministro de Relaciones Esteriores
en ese
do
cumento:
«Que,
como no
ignora el
señor Ministro
Plenipoten
ciario de Bolivia, Chile posee i se considera esclusivo
dueño del territorio que está al sur del paralelo 23 i que
llega por el oriente hasta el deslinde con la República
Arjentina, sobre el cual territorio no se ha hecho recla
mación alguna por parte de Bolivia, demarcándose por
esta causa
el límite oriental
Tratado de Paz solo
del mencionado
en
la
Esto manifiesta que Chile
soluto
entre
rejion
Chile i Bolivia
que
se
en
el
halla al norte
paralelo»,
no
ha
abandonado
en
ab
pretensiones señoriales a ese territorio, por
masque enjeneral nuestra cancillería haya preferido
asilarse en la ocupación militar que le daba un título
mas libre de controversias
para impedir que se alterara
sus
la situación creada por el pacto de tregua,
Por cierto que estas declaraciones de los señores Las3
34
—
tarria i Barros
contra
las
Borgoño
—
podrán
no
ser
invocadas
pretensiones
de
nuestro
pais
la
en
de Ataca
rejion
Los únicos argumentos que al respecto
ma.
hecho por los escritores bolivianos
fuerza
en
Cnile, puesto que ellas reflejan el máximunde
de
o
se
han
arjentinos no tienen
alguna.
Sobre la declaración del
señor
Lastarria
ha dicho
se
que Bolivia no tenia medios eficaces para rechazar esta
pretensión de dominio manifestada por nuestra cancille
ría, i que,
de
ese
en
todo caso, ella
no cuenta con
la
aceptación
pais.
pretensiones señoriales que se
apoyadas en buenos títulos, según la espreel
tratado
de 1866, no es indispensa
en
empleada
ble la aceptación de Bolivia, pues su negativa solo im
portaría dar a esos títulos el carácter de contenciosos,
Pero tratándose de
consideran
sion
pero nó el declararlos nulos.
Sobre el protocolo de 28 de Diciembre de
lebrado
entre
los señores Barros
ha solido manifestarse que él
no
Borgoño
1895,
ce
i Gutiérrez,
ha sido ratificado por
boliviano; pero se olvida que actos solem
nes de esta clase,
ejecutados por un Ministro Plenipo
debidamente
tenciario
acreditado, constituyen un prece
el Gobierno
dente valiosísimo de
obligatoria si no han
biernos signatarios.
Xo
tenemos
interpretación i llegan a tener fuerza
sido objetados por uno de los Go
noticias de que el
Gobierno de Bolivia
representaciones con motivo del protocolo
de 28 de Diciembre; i si después de celebrado por su
Chile
representante ha guardado silencio dejando que
considere asegurado el mantenimiento de la situación
haya
hecho
reconocida
es
en
las declaraciones que
incuestionable que
ese
protocolo
en
él
se
contienen,
cuenta con
la acep-
—
tacíon de
a su
aquel
35
Gobierno i
—
puede
el nuestro invocarlo
favor.
Fuera de estos casos,
los
actos
oficiales de
nuestro
país se ajustan, como decíamos al principio, a la inter
pretación que hemos dado al pacto de tregua, i que nos
confiere un título claro e inatacable a la posesión de
aquellos territorios,
VIII
ACTOS I DECLARACIONES OFICIALES
Aun
SOBRE LA PUNA
habían trascurrido dos años de la
no
cion del pacto de tregua cuando
nidad de fijar su alcance.
se
presentó
promulga
la oportu
En 13 de Noviembre de 1886, el Gobierno de Boli
promulgó una lei, en virtud de la cual se agregaban
via
a
la
provincia
de
Sud-Lipez
varios caseríos del territorio
de la Puna de Atacama. El Ministro de
pais,
buía al Gobierno de
ocupados
en
ese
objetó esta lei, por cuanto atri
Bolivia jurisdicción sobre territorios
por Chile.
La cancillería boliviana
para
Chile
don Darío Zañartu,
dejar
aceptó
constancia de ellas
se
estas
firmó
observaciones, i
en
Sucre el pro
Agosto de 1887, en que nuestro Ministro
consigna lo siguiente:
«Que aquella disposición lejíslativa, según lo ha hecho
presente en algunas conferencias de carácter privado
tocolo de
habidas
sujeta
2
de
con
el señor Ministro de Relaciones Esteriores,
al dominio de Bolivia varias
torio de
de 4 de Abril de
del Gobierno de
poblaciones
del terri
al pacto de tregua
encuentran bajo la jurisdicción
Antofagasta, las cuales,
atento
1884, se
Chile, por hallarse situadas dentro de
36
—
la
entregada
zona
neas
como
que,
a
—
última i demarcada
esta
con
las li
deslinde, aquél establece. Este hecho está
comprobado con las indicaciones de las cartas jeográficas de aquella rejion,
aceptadas como oficiales en ambos
paises.
«Que, en consecuencia, juzga que aquella lei no es
susceptible de aplicación dentro del derecho que fundan
los datos jeográficos adquiridos, i del espíritu manifiesto
de la estipulación contenida en el último inciso del ar
tículo
2.0
del pacto de tregua, i espera que el señor
Ministro de Relaciones
raciones de
plausible
«El
de obviar
aquella
señor Ministro de
observaciones del
se
Esteriores, siguiendo las inspi
ilustrado Gobierno, encontrará
su
basan
contenida
en
en
el
señor
Relaciones, defiriendo
Ministro de Chile,
espíritu
un
medio
dificultad.
las
a
en cuanto
manifiesto de la
ellas
estipulación
el último inciso del artículo 2° del pacto
de tregua, declara que su Gobierno mantendrá el statu
quo anterior a la lei de 13 de Noviembre de 1886,
suspendiendo para este fin, los efectos de ella, i dará
cuenta
inmediata de
esta
medida
a
las Cámaras
lejisla-
tivas.»
En
este
importante
documento
ambos
gobiernos
re
i declaran del modo mas esplícíto que la pose
sión de Chile sobre la Puna de Atacama está amparada
conocen
por el pacto de tregua i que
dentro de la zona entregada
No obstante
este
ese
territorio
a nuestro
se encuentra
pais.
acuerdo, las autoridades inferiores
Sud-Lipez trataron de ejercer jurisdicción sobre los
lugarejos de Quetena, que está en territorio boliviano
al norte de la línea de Sapaleri, Rosario, situado al sur
de la línea i al norte del paralelo 23 i Susques al norte
del 24; pretendiendo el Gobierno boliviano que la ocude
—
pación de Chile
este paralelo.
solo
se
87
—
había hecho efectiva al
sur
de
jeográficas entonces co
fijar los puntos de diverjencia; pero
el Encargado de Negocios de Chile, don Darío RisoPatron, hizo presente, cumpliendo las instrucciones de
nuestra cancillería, que al gobierno de Bolivia «le co
rrespondía espresar ante todo cuáles son los lugares
cuya ubicación ie inspira dudas i las razones que las
motivan, pues que Chile mantiene en aquellos lugares la
posesión existente desde el principio de la ocupación \ es
quien reclama de avances a su jurisdicción ejercidos por
El desacuerdo de las cartas
nocidas hacía difícil
autoridades bolivianas».
Por
segunda
vez nuestro
Gobierno daba as!
al pacto de
tregua, acentuando
manteniendo
a
su
recta
amparo el derecho de
su
aplicación
intelijencia i
ocupación de
la Puna de Atacama.
La creación de la
provincia de Antofagasta dio lugar
a un largo debate diplomático.
La lei dictada al efecto importaba una nueva aplica
ción del pacto de tregua en cuanto comprendía en los
deslindes provinciales el territorio entregado a Chile por
dicho pacto; i lo comprendía en términos tan claros que
no
podia haber duda de que la Puna de Atacama for
en
los años
1887
i 1888
maba parte de él.
El límite norte i
rio Loa hasta
este
de la
Quillagua
provincia
era
i de allí al volcan
la línea del
Tua; «desde
punto, la que fija la cláusula 2.a del tratado de tregua
celebrado con la República de Bolivia hasta la intersección
este
de la recta que
con
seguida
del
une
las cumbres de Licancaur i
el limite occidental de la
Sapaleri
República Arjentina., i en
la linea de este limite hasta la cumbre
cerro
San Francisco-»
.
mas
alta
—
88
—
El deslinde entre el
departamento de Antofagasta i el
de Taltal se designaba en la misma lei por una «línea
imajinaria que pasando por el volcan de Lullaillaco lle
gue a la frontera de la República Arjentina en direc
ción
a
la cumbre
mas
alta de los nevados de Cachi»
.
Se recordará que el Lullaülaico está en la Cordillera
Occidental, i Cachi en la Cordillera Oriental o Cor
dillera Real de Bolivia, i que es lagran meseta compren
dida entre estas dos cordilleras la conocida entre nos.
otros con
el nombre de Puna de Atacama.
Esta lei venia, pues,
a
ligar
a
nuestro
Gobierno, por
declaración de la autoridad soberana del
pais,
a
la in
que hemos dado al pacto de tregua, esta
bleciendo de un modo efectivo, público i solemne que
terpretación
Chile tiene la
ese
posesión
de
aquel
territorio
en
virtud de
pacto.
No hace a nuestro objeto discurrir sobre si esta lei
puede ser invocada a lo menos como la consagración
pública de un hecho, en contra de las pretensiones de
una nación estranjera; pero aun considerándola como
un acto de efectos i fuero internos, ella impone a nues
tra cancillería la obligación de respetar i hacer respetar
la ocupación chilena sancionada por el pacto de tregua,
i de la cual no puede desprenderse sino en virtud de un
tratado de paz.
interpretación que la lei daba al pacto de tregua,
mereció observaciones a la cancillería boliviana a pe
Esta
no
sar
Es
del
empeño
este un
con
procuró impedir su aprobación.
importancia no ha sido
apreciado.
que
antecedente cuya
hasta hoi debidamente
Aprobado el proyecto de lei por el Senado, el Pleni
potenciario de Bolivia señor Melchor Terrazas, formuló
al
una
representación fundada en que en conformidad
pacto de tregua
«No obstante,
proyecto
el
boliviano, el
diplomático
sancionado, ofrece, si
ser
i
celebración.
su
no me
de que han sido traspasadas
virtud de ciertas disposiciones cuya naturaleza i alcan
equivoco, positivas
a
réjimen político
la fecha de
a
agregaba
vía de
en
alterarse el
podia
no
administrativo existente
ces
solo
es
podrían
muestras
derivar de
dable reconocer,
en
el
una
caso
soberanía
de que
lejítima,
me
que
ocupo.»
En concepto del Plenipotenciario de Bolivia, el pacto
de tregua, sancionó el réjimen administrativo existente
a
la fecha de
su
Chile innovar
celebración, i
ese
réjimen,
no
podia,
dictando
por
consiguiente,
leyes, que
nuevas
el pacto no habia previsto. La reclamación se referia
así a la intelijencia que debia darse a las facultades ju
risdiccionales de Chile; pero no
asignada a la nueva provincia.
I terminaba
diciendo:
a
la estencíon territorial
«Azarosa seria
ciertamente,
para Bolivia, la sanción de una lei imprevista, cuyo ob
jeto es su territorio, i sobre et cual aparece Chile lejis-
lando
como
potitico
£ arreglo
soberano
a sus
allá de la
esfera del orden
provisionalmente i con
leyes preexistentes, le acuerda el pacto de
mas
i administrativo,
que,
tregua.»
Con relación
a
los límites, el señor Terrazas solo ha
cia presente que el proyecto alteraba la denominación í
el orden de los puntos fijados en el pacto de tregua, para
la limitación de los territorios
mía que
correspondieran
con
ocupados,
exactitud
a
i si bien presu
la línea diviso
ria, ello importaba adelantar la operación
los
injenieros,
definitivamente
esta
a
de
operación.
Mas tarde el Ministro
refiriéndolo
jeodésica
de que habla el pacto, dando por realizada
la sétima
boliviano precisó este
subdelegacion de Calama
punto
cuyos
—
40
—
límites setentrionales creia situados
en
los
grados
21
i
22
«fuera del litoral boliviano, único asiento déla ocupación
bélica, i estraños a la línea de demarcación determinada
por el artículo 2.° del pacto de tregua.»
Nuestra cancillería salvó esta última
festando que
se
trataba solo de
i que los
los
tre
designados
paralelos 2 2 i
Pero
ción
en
todo
alguna
deslinde
con
como
2
3
en
largo
este
una
Arjentina
mani
«en
la Cordillera de los Andes.»
debate
no
de la cancillería boliviana
la
objeción
similitud de nombres
límites estaban situados
en
aparece observa
a
la
fijación
del
la Cordillera Real de Boli
via, reconociendo así que la Puna de Atacama, en toda
su estension, estaba
comprendida en el territorio reglado
por el pacto de
jimen político
tregua i sujeto, por consiguiente, al ré
i administrativo establecido por la lei
chilena.
Estas observaciones del
dieron
fijar
a nuestra
cancillería
Plenipotenciario de Bolivia,
una
nueva oportunidad de
el alcance del pacto de tregua
sion territorial
ocupada
en
cuanto
a
la esten
por Chile.
Nuestro Ministro de Relaciones Esteriores, señor don
Francisco Freiré,
nota
en
de 7 de Febrero de 1887,
manifestó al señor Terrazas que el proyecto de lei «no
solo está correctamente encuadrado dentro de las facul
tades que el pacto de tregua confiere a la República,
sino que importa la ejecución necesaria de los deberes
que
ese
mismo pacto
impone.»
disposiciones de
interpretación co
terminaba repitiendo que
Consideraba el señor Freiré «que las
ese
proyecto de lei,
rrecta
del
pacto
de
responden
tregua» \
a una
«la soberanía de Bolívia sobre el territorio
en
cuestión
no
afectada porun acto interno de Chile como lo
puede
es el
proyecto que crea la provincia de Antofagasta.
estar
41
—
Esa soberanía
—
halla reconocida por el pacto de tregua
al cual rinde mi gobierno debido acatamiento.»
se
En concepto del señor Freiré el gobierno de Bolivia
ver én esa lei,
«lejos de un motivo de alarma o
debia
inquietud, el propósito de Chile de ejercer los dere
confiere el pacto de tregua en la forma mas
ventajosa para los intereses de las poblaciones bolivianas
continúa
que
gobernando.»
de
chos que le
Estas declaraciones de
no
solo
a
cancillería
nuestra
referían
se
la Puna de Atacama sino también
a
toda la
rejion de la costa situada al norte del paralelo 23. Se
equiparaba de este modo el título de Chile a la Puna
con el
que tiene sobre Cobija, el Toco o cualquiera otra
parte del territorio comprendido en el pacto de tregua.
Esta nota justo es decirlo, ya que alguna vez ha sido
—
estimada
derecho,
como
—
un
planteó
antecedente
la cuestión
contra
en
en
los
de
nuestro
términos claros i
en
que, a nuestro juicio, debe ser mantenida.
Los territorios entregados a Chile en virtud del pacto de
precisos
tregua, si
son
i administra
del dominio de Bolivia,
con
sujeción
vado de ellos sino
livia
o
No
virtud de
por la fuerza de las
importa
reivindicación,
ré se
en
a sus
refirió
en
esa nota
porque,
jeneral
un
i
Chile los ocupa
no
puede
tratado de paz
ser
pri
con
Bo
armas.
abandono
un
como
a
leyes,
hemos
del
dicho, el
todos los territorios
título de la
señor Frei
entregados
Chile por el pacto de tregua; i los que sostienen la
adquisición por reivindicación de una gran parte de la
a
Puna
se
fundan
en
que ella
no
fué
comprendida
en
dicho
pacto.
En las
jestiones diplomáticas seguidas desde 1886
posesión de Chile sobre la Puna de Ata-
hasta 1889 la
cama
i el respeto al pacto de tregua
que la
consagra
—
fueron
patrocinados
Amunátegui,
42
—
por los señores don
Miguel Luis
don Francisco Freiré i don Demetrio Las
tarria que tomaron parte en la discusión i por el señor
don Eduardo Matte que le cupo dar cuenta al
Congreso
de
su
terminación.
La demarcación de límites entre Chile i la
Arjentina
dio
señor don
oportunidad
al
Barros Arana para manifestar su
los derechos de Chile a la Puna de Ata-
Diego
sobre
opinión
también
República
perito chileno
cama.
Es frecuente oír que si la demarcación se hubiera es
a la
rejion de Antofagasta, ya Chile no estaría
tendido
posesión
en
tado
su
de las
Arana
de la Puna, pues
entrega
a
la
publicaciones
no
nuestro perito habría acep
República Arjentina. Entretanto,
oficiales aparece que el señor Barros
ha hecho sino
reproducir la interpretación
al pacto de tregua ha dado
sos anteriormente citados.
nuestra
En la conferencia celebrada
en
cancillería
29
en
que
los
ca
de Abril de 1890
por los señores Barros Arana i Octavio Pico se dejó
constancia por ambos peritos «que al fijar en el paso de
principio de los trabajos de deslinde,
quieren significar que sea ese lugar el estremo norte
de la frontera que separa a Chile de la República Ar
jentina, sino que él es un punto de dicha frontera; que
si el trabajo de demarcación no se prolonga por ahora
mas al norte de ese
lugar, es con el objeto de no tocar
San Francisco el
no
el territorio de soberanía boliviana, sometido a lei chilena
por el pacto de tregua de 4 de Abril de ¡SSj.»
En nota de 18 de Enero de 1892, esplicaba el señor
Barros Arana
a su
colega
el señor Pico el alcance que el
señor Walker Martínez habia dado al tratado de límites
con
Bolivia de 1874 al aceptar
como
límite las altas
43
-
—
cumbres de la Cordillera, i decía que esa interpretación
del desierto de Atacama donde
se refirió «a la parte
existe real i efectivamente
separaba
Estas
*
Chile de la
a
Atacama»
una
línea de altas cimas que
altiplanicie
Puna boliviana de
o
.
demuestran que el señor Barros
trascripciones
considera que la Puna forma parte integrante del
a Chile en virtud
del pacto de tre
ina
.territorio entregado
gua i que
tible a su
En
i
tenemos
consiguiente
por
un
título indiscu
posesión.
." de Setiembre del
presente año, el
perito
ar-
entino señor Moreno propuso que se fijara la línea di
visoria en la rejion de la Puna tomando como límite la
Cordillera Occidental i la Cordillera de
Gay
hasta Tres
Cruces.
El señor Barros Arana
ñon
aceptó
hacer la demarca-
por creer que era estraña a su comefin de que este punto pudiera elevarse
rejion
en esa
ido; pero
i
no
a
conocimiento de los
respectivos gobiernos, indicó
como
imite la serie de alturas de la Cordillera Real .de Bolivia
lesde el
cerro
de Incahuasi hasta el Portezuelo de San
Francisco, de acuerdo
ie
con
la lei que
crea
la
provincia
Antofagasta.
Con
este
motivo hizo el
guientes declaraciones:
«i.° Que la espresion
nota
»1
antiguo
límite
entre
Barros Arana las si
límite tradicional contenida
de 18 de'Enero de
a
señor
en
refiere espresamente
Chile y Bolivia antes de la ocu
1892
se
pación bélica del territorio de la Puna de Atacama por
Chile, a consecuencia de la guerra iniciada en 1879, lo
mal habia sido reconocido anteriormente por el perito
¡eñor Pico en la conferencia de 29 de Abril de 1 890.
2°
Que
reconoce
desde
luego
que si
se tratara
de fi-
—
el límite que antes de
jar
Puna boliviana,
esa
44
—
época, separaba
el límite occidental
o sea
a
Chile de la
del territorio
que llevaba este último nombre, la línea indicada por el
señor perito arjentino, no se apartaría sensiblemente de
la que él señalaría en la mayor parte de su estension.»
De este modo el señor Barros Arana si bien aceptaba
la Cordillera Occidental
de Chile, sin
que de
que
esta
va a
Tres Cruces,
derecho de
como
límite del territorio
propio
diferencia tal vez que seguir el ramal
Cordillera va a San Francisco en lugar del
mas
ocupación
dejaba
claramente
salvo el
en
de la Puna de Atacama,
sancio
nado por el pacto de tregua.
Declaraciones de esta clase
no
pueden sernos desfa
ningún arbitro, porque, al contrario, ellas
una cuestión
plantear
previa que dentro las
prescripciones del derecho internacional hace inadmisi
ble los títulos arjentinos.
vorables
ante
sirven para
El último argumento que se ha invocado en contra
se funda en la cláusula i." del protocolo de 17
de Chile
de Abril de
1896 celebrado entre los señores don Adolfo
Quirno Costa,
Guerrero y don Nolberto
Dice
esta
cláusula:
«Las
operaciones
República Arjentina
cíe
1893,
hasta el
de demarcación del límite
i la
República
se
estenderán
en
la
entre
de Chile que
conformidad al tratado de 1881 i al
cutan en
la
eje
protocolo
se
Cordillera de los Andes
23 de latitud austral, debiendo trazarse
la línea divisoria entre este paralelo i el 26o 52' i 45"
paralelo
concurriendo
no
a
la
operación ambos
Gobiernos i el Gobier
de Bolivia que será solicitado al
efecto.»
interpretación que aparece de los diver
oficiales que hemos citado, era natural que se
diera intervención a este pais en la fijación de la línea
Aceptada
sos actos
la
—
divisoria que separa
rritorios de Bolivia
45
—
la
República Arjentina de los te
ocupados i administrados por Chile
a
virtud del pacto de tregua.
creerse por nuestra cancillería
que no era regu
lar que el ocupante del territorio fijara de un modo de
en
Podia
finitivo la línea divisoria
concurrir al
acto
con una
de él, aunque hubiera
sión.
perdido
sin
potencia estranjera
la nación que conservaba el
dominio
indefinidamente la pose
esplica el llamamiento que se hizo a Bolivia
protocolo de 1896, sin que ello importe otra cosa
la interpretación que tan reiteradamente
Esto
en
el
acentuar
que
se ha dado al
pacto de tregua.
Las objeciones que con motivo de esta citación de
Bolivia
han hecho
se
concepto, hijas de
relaciones
tras
con
a
una
dicho protocolo, son, en nuestro
apreciación superficial de nues
Bolivia i de los antecedentes de la
negociación diplomática
■895Apreciada en conjunto
esa
fecha,
efectuada
la situación
teniendo conocimiento
no
de los tratados secretos de la
ese
con
país
en
internacional de
nuestra
Arjentina
i
cancillería
Bolivia,
era
natural que se buscara la aproximación a este pais como
medio de dar una solución mas fácil a las pretensiones
arjentinas
sobre la Puna de Atacama,
En cambio,
ha sido nunca objetado
juicio, contiene: la res
la República Arjenti
pactado
na en el tratado de 188 1 i la
fijación del paralelo 23
como límite norte de la zona
sujeta a la demarcación.
ese
protocolo
por dos errores que,
tricción del arbitraje
No
para
es
no
a nuestro
con
oportuno discurrir sobre
nuestro
objeto
estos
puntos; pues
con
dejar establecido que
contemplada en el protocolo
basta
intervención de Bolivia
la
de
46
—
1S96,
afecta
—
derecho de ocupantes de aquel
territorio ni el alcance que hemos atribuido al pacto de
no
nuestro
tregua.
Por el contrario, puede con justicia decirse que esta
posesión es el título que Chile ha invocado de preferen
cia después de la guerra de 1879, siempre que ha teni
do que referirse directa
Atacama.
o
indirectamente
a
la Puna de
IX
TÍTULOS
PRIMITIVOS DE
LA
REPÚBLICA ARJENTINA
AL DOMINIO DE LA PUNA DE ATACAMA
pretensiones del Gobierno arjentino a
antiguo territorio de Atacama de Bolivia,
Las
del
tremo
inciertas i vagas. Parece que
nunca
sadas ni dieron
lugar a un debate concreto
arjentina i boliviana,
cillerías
Solo
con
una
parte
son en es
fueron
entre
preci
las can
motivo de la celebración del pacto de tregua
en
Buenos Aires,
manifestaron al Ministro de Chile
se
señor don Ambrosio
Gobierno
Montt, el cual dio
cuenta
a
nues
de 28 de
Mayo de 1884. Estas
arjentina se limitaban «a
un
pequeño espacio que ha sido objeto de disputa entre
ambas Repúblicas», Bolívia i Arjentina; pero sin indicar
la ubicación de este pequeño espacio, ni mucho menos
tro
en
nota
observaciones de la cancillería
estenderlo
a
rían sin duda
de
una
se
refe
pequeñas variaciones de detalle dentro
línea comunmente aceptada.
Tales
en
todo el territorio de la Puna. Ellas
a
pretensiones arjentinas
no
aparecen fundadas
títulos emanados de la división territorial de las
lonias
co
españolas,
jamas acompañadas de la
posesión de hecho de aquellos lugares.
ni fueron
Por el contrario, los antecedentes históricos
guos indican que
i fué agregado al
ese
territorio
pertenecía
anti
mas
al Alto Perú
departamento de Potosí. Ya hemos
era objeto de discusión con Chile,
pero no con la República Arjentina.
Este país no ejerció jamas jurisdicción en esos luga
res; i al revés, los jeógrafos de todas las nacionalidades,
incluso los arjentinos i bolivianos, han marcado el des
visto que
linde
las
la Cordillera Real de Bolivia; i
en
forma
1842
en
esta
en
misma
consideraba establecido el límite occidental de
se
provincias arjentinas
limítrofes
con
la Puna de Ata-
cama.
De hecho i de
quedado,
ra
altiplanicie boliviana ha
de la independencia fue
de la Arjentina.
derecho la
pues, antes i
después
de los límites territoriales
Esta circunstancia, unida
a
la
no
existencia de
una
reclamación por parte de esta República manifiestan que
Bolivia ocupaba i administraba esos territorios con esclusion del presunto derecho de ese pais i que tal pose
sión no tenia siquiera el carácter de discutida. Esto im
porta por parte de la
en caso
que
Arjentina
alguno tuviera; i
para el estado que tiene la
cho
lejítimo de dominio,
curso de tiempo.
el
no
en
su
sancionado
El abandono de la cancillería
puestos derechos
mas
a
significativo
mantenido
con
la
no uso
este
cosa
altiplanicie
en
curso
de
jeneral
de
nacer
dere
tras
estos
de Atacama
1825.
ese
abarcaba todos los puntos de
cación
hace
se
su
hace
examinando el debate sobre límites
Bolivia desde
el
derecho,
su
poder, un
por un largo
arjentina
existían dudas sobre el dominio de
manifestaran
de
uso
Era natural que si
esta
rejion,
ellas
se
debate, puesto que él
la demar
ambigüedad
países. Lejos
del territorio de los dos
en
de
—
48
—
el
litijio en sus puntos principales se referia a lo
siguiente, que "reproducimos de una publicación hecha
sobre el particular.
eso,
Bolivia, considerándose
la Audiencia de Charcas
vincias del Alto
jurisdicción
había
gaba
sucesora
poseía
de los derechos que
sobre las
Perú, sostenía que
territorial el Partido de
antiguas pro
bajo su
Tarija, como que
se
hallaba
formado parte de la Intendencia de Potosí. Ale
en su abono que al constituirse la nacio
ademas
nalidad boliviana,
después del movimiento revoluciona
independencia, Tarija habia manifestado su
voluntad de ingresar a esa entidad política que venía a
reunir las antiguas provincias del Alto Perú.
En apoyo del dominio que invocaba al mismo tiempo
rio de la
sobre el Chaco central i
boreal, aducía Bolivia títulos i
antecedentes encaminados
torios
no se
habían hallado
a
establecer que esos terri
la jurisdicción de
jamas bajo
la Audiencia de Buenos Aires i que como parte integran
te de la Audiencia de Charcas, habían ingresado a la
República
Por
su
de Bolivia.
parte, sostenía la
al Partido de
brero de
República Arjentina
en
orden
que por real cédula de 17 de Fe
habia sido desm embrado de la Intenden
Tarija,
1807
cia de Potosí i anexado al
Obispado de Salta, i que esa
de lo que sostenía Bolivia, habia
sido válidamente cumplida el ano 1 808 por las autori
real cédula, al
revés
dades de
Potosí, por el virrei Liniers i por la respectiva
autoridad eclesiástica. En cuanto a los territorios del
Chaco, citaba para fundar su mejor derecho, las rea
les cédulas que dividieron la antigua gobernación del
Paraguai i las que en años posteriores erijieron la Au
diencia i el Virreinato de Buenos Aires.
El debate
diplomático sobre los
límites
entre estas
dos
—
naciones
49
—
tuvo, pues, relación
no
sobre la cual
con
la
zona
de Ataca
pretendía la República Arjentina
aquella fecha.
alguno
Así lo han reconocido los publicistas bolivianos, i es
pecialmente el ex-Presidente don Mariano Baptista en
ma,
derecho
conocida
una
no
en
dirijida a La Nación de Buenos Aires,
publicada en Santiago, ¡ el
carta
¡ que ha sido varias veces
actual Ministro de Bolivia
en
Chile,
señor don Emeterio
la Memoria de Relaciones Esteriores presen
tada al Congreso de su pais en 1895.
Cano,
;'
-
Y
en
Así también lo
República Arpretensiones contra
alguno propio, sino un acto de
reconoce en
%■ jentina,
puesto que en
Chile no invoca título
sus
realidad la
actuales
cesión emanado del Gobierno de
remos mas
;
adelante. Si
título de trasferencia
torios cedidos
no
le
consiguiente ha
quier antecedente de
por
es
nación
porque
reconoce
pertenecían
':
!.'.
f^ incertidumbre en
ju tíguas colonias españolas.
;
i-.;
vos
''
en
un
Es útil
señor
|^
asila
que los terri
antes de la cesión i
abandonado definitivamente cual-
¥■
..
se
dominio que pudiera rastrear de la
la delimitación de fronteras de las an-
■¿
{
Bolivia, que analiza-
aquella
reproducir algunos párrafos de la carta del
Baptista a fin de apreciar desde luego los objeti
negociación arj entino-boliviana, que dio oríjen
de la
a ese
título:
«He
pensado siempre, dice,
cional seria efímera, si
no
que
nuestra
buscáramos apoyo
vida interna
en
alguno
de
nuestros vecinos.
■
«Cuando
nos
Campero espidió mis credenciales para Bue
Aires, pedí una sola instrucción: ofrecer al Gobierno
del Plata la reconstitución,
guo virreinato hasta el
■■
«Teníamos,
bajo forma federal,
Desaguadero.
entretanto,
la cuestión
de
del anti
límites pen-
—
diente
rable
con
nosotros
para
en
«La real cédula de
Salta, fué
distrito
24 de
en
50
—
Buenos Aires. Su solución debía
ser
desfavo
derecho colonial.
1807
que
incorporaba Tarija
a
1808 por el Gobierno de ese
6 de Abril; por el Gobernador de Potosí el
ejecutada
en
por el virrei Liniers el 31 de
Mayo;
la autoridad eclesiástica el i.° de
Mayo;
i por
Julio.
«El fundamento boliviano que invoqué fué el derecho
histórico de formación i constitución de nacionalidades,
bajo el título de las revoluciones por
dependencia, que crearon a Chile, al Uruguai i
raguai.
al amparo i
«Esta consideración
preciso
un
mover
linde
bastante
para el éxito. Fué
Propusimos al arjentino
importancia en las altas cimas de
las conveniencias.
arcifinio
los Andes»
no era
la in
al Pa-
i de
.
Bolivia cedió, pues, territorios que
poseia,
no
movida
solo por la conveniencia de buscar el apoyo de un pais
vecino. La República Arjentina, a su vez, renunciaba a
territorios que en definitiva habrían sido suyos i acepta
un título viciado sobre lugares que nunca habia re
ba
clamado.
X
LA NEGOCIACIÓN
El
largo
i
no
Chile, impuso
a
la necesidad de
entre
de
un
La
ARJENTINO-BOLIVIANA
DE 188S A 1S9S
siempre tranquilo litijio mantenido con
las previsiones del Gobierno del Plata,
buscar, si no aliados, a lo menos amigos
las naciones Sud- Americanas para el
conflicto armado.
política
de la
República Arjentina,
por
caso
su
posible
situación
jeográfica
¡ por las tendencias de su desenvolvimiento
no la llevaba a crearse
fuertes
'"industrial i comercial,
¡vínculos de intereses
Sin
embargo,
simpatías
entre
con
las
repúblicas
del Pacífico.
era natural
que la Arjentina encontrara
las naciones vencidas de 1879, ya que
las odiosidades que enjendra una guerra desgraciada
difícilmente dejan de hacer sentir su influencia aun en
s
|
I
los estadistas
Sí trados
a
aras
en
mas
distinguidos,
que
se
ven
casi
arras-
sacrificar los intereses permanentes de su pais
de una mal entendida enemistad a los vence-
dores.
.
Nuestra
?.
política internacional, lenta i vacilante en la
problemas que dejó pendiente la guerra
nuestra tradicional neglijencia para robuste
solución de los
*
de 1879, i
cer los vínculos que por el ínteres bien entendido de
Bolívía debían unír la suerte de este pais a Chile, habían
de facilitar la acción de la cancillería
l~
el
gobierno
car
boliviano estaba
arjentina,
a su vez
por cuanto
interesado
en
bus
el apoyo moral o material de aquella nación para
sus cuestiones
pendientes con Chile.
1 solucionar
■
¡
Estas consideraciones jenerales esplican, a nuestro
juicio, el alcance de la negociación arjentino-boliviana
empezada en 1888 i terminada en 1895 i sirven para
apreciar el mérito de los títulos que hoi alega la República Arjentina sobre la Puna de Atacama.
La cuestión de límites pendiente entre aquellas dos
naciones fué hábilmente zanjada por la Arjentina en el
tratado celebrado en Buenos Aires el 11 de Junio de
1888 entre don Santiago Vaca Guzman, Ministro Pleni
potenciario de Bolivia i don Norberto Quirno Costa,
Ministro de Relaciones Esteriores de la República Ar
jentina, aceptando este pais en todas sus partes, aunque
con carácter
provisorio, el límite reclamado por Bolivia.
—
De este modo
52
—
apartaba toda dificultad para la intelijencia de ambos paises.
Ese año no aparecía todavía, de un modo ostensible
a lo menos, pretensión
alguna de la cancillería arjentina
a la rejion de Atacama; pero en el tratado celebrado
entre los mismos Plenipotenciarios en 10 de Mayo de
se
1889, que estableció los límites definitivos
paises, se fijó
guientes:
el límite occidental
«En el territorio de Atacama
se
en
entre
los dos
los términos si
seguirá
del mismo nombre desde la cabecera de la
la cordillera
quebrada
del
Diablo hacia el noroeste, por la vertiente oriental de la
misma cordillera, hasta donde principia la serranía de
Sapalegui.»
Este pacto fué oportunamente aprobado por el Con
greso de Bolivia, pero el de la Arjentina no vino a pro
nunciarse sobre él sino por la lei de 12 de Noviembre
aprobó dándole al artículo i." en la parte
siguiente redacción:
«Los límites definitivos entre la República Arjentina
la República de Bolivia quedan fijados así: Por el occi
de
1891,
que lo
antes trascrita la
i
dente la línea que une las cumbres mas elevadas de la
Cordillera de los Andes, desde el estremo norte del límite
de la
República Arjentina con la de Chile hasta la
con el grado 23; desde aquí se seguirá
sección
grado
hasta
serranía de
su
intersección
con
el punto
mas
inter
dicho
alto de la
Sapalegui.»
Los términos anteriores
son
suficientemente vagos
pudieran significar un avance de la frontera
arjentina sobre territorios ocupados por Chile. Sin em
bargo, un estudio átenlo de su redacción, manifiesta que
ellos podrían tener ese alcance.
La quebrada del Diablo, punto inicial del límite en el
para que
—
tratado de 1889,
dia,
—
la Cordillera interme.
en
el mismo encadenamiento
en
i El Rincón i que
tofaya
de Sapaleri.
Si
clara ni talvez
de
propósito
esto
va a
fuera así,
exactamente
a
que pertenecen Anen las serranías
rematar
ese
pacto
no
habría
fijado
línea, pero revelaría el
esa
arjentino toda la puna
antiguas poblacio
aquel territorio, respetando la ocupa
dejar
oriental donde
nes
53
encuentra
se
en
territorio
se encuentran
bolivianas de
las
mas
ción de Chile solo sobre la parte occidental.
Esta fórmula fué, sin embargo, abandonada, í la que
hoi rije entre dos paises es la que consigna la leí arjen
tina antes citada, i que Bolívia
por lei de
aceptó
1
5 de
Setiembre de 1892,
La fórmula del
Congreso arjentino
es mas
indetermi
nada que la del pacto de 1889, puesto que en ella se
abandonan los puntos de referencia a la quebrada del
Diablo i
la dirección de la cordillera hasta
a
para sustituirlos por la
mas
fijación
Sapaleri,
de la línea de las cumbres
elevadas de la cordillera de los Andes.
¿Cuáles
eran,
en
pacto, las cumbres
en el ánimo de los
concepto de los
mas
de
signatarios
elevadas de los Andes?
contratantes
referirse
a una
ese
¿Entró
cadena
determinada de la cordillera, o solo fijar la base de la
demarcación dejándola entregada a las operaciones pe
riciales que el
lo 2."?
mismo tratado establece
Dentro de la buena fé que,
como
ción,
él
en
de terceros,
ción
en
su
artícu
los pactos civiles
presidir
su
interpreta
debiera entenderse que habia en
que
intención oculta, encaminada a afectar derechos
creemos
una
tanto
los internacionales debe
en
a
no
los cuales
no
solo
el tratado sino que ni
conocimiento de su existencia,
en
no se
aun se
les daba interven
les
permitía
tomar
1
-
Un tratado secreto
ficar
correcto
rijen
en estas
obstante,
faltan antecedentes para creer
que
se atribuia
por las partes contra
no
el alcance que
ese era
tantes
podrá signi
profundamente in
principios reguladores que
paises civilizados.
i violatorio de los
las relaciones de los
No
condiciones
pacto de alianza, pero seria
un
a
la cláusula antes trascrita.
El abandono de la línea de la
quebrada del Diablo a
Sapaleri fué hecho por el Congreso arjentino, sin duda
alguna, con el propósito de ampliar, no de restrinjir su
estension territorial. As! parece desprenderse del resto
de la cláusula, pues una vez llegada la línea a Sapaleri
continúa hacia el oriente fijando el deslinde norte de la $
República Arjentina con Bolivia.
En el pacto de tregua, la línea divisoria viene del
oriente hacia el occidente,
pasando por Sapaleri; en el
arjentino-boliviano va del occidente hacia el orien
el
mismo
te, pasando por
punto, lo que índica que el
deslinde arjentino se hacia empezar en la cadena de
.\
al occidente de las serranías de
t
pacto
montaña que está
Sapaleri.
Sin embargo,
mas
no
clusión contraria, si
seria aventurado
se
aprecia
.
llegar a una con
arjentino-bolí-
el tratado
de que adoleció el
sujeto
pacto de tregua, porque entonces pierde toda importan
cia la referencia al deslinde norte de la República Arviano
al mismo
como
jentina
con
línea de
Bolivia
como
error
j
continuación al oriente déla
"■
Sapaleri.
Son interesantes
;
a este
respecto los notables informes
publicados, que presentó al Gobierno el
injeníero don Alejandro Bertrand, en Junio de 1884 í
Noviembre de 1893, como asimismo la Memoria sobre
recientemente
.-
el desierto de Atacama del mismo autor. Estos traba-
i
t ¥
señor Bertrand
jos del
fc
con
'
t
constituyen
los
primeros
i los
mas
estudios de todas las cuestiones que se rozan
la Puna de Atacama i con los deslindes de ese terri-
Eimportantes
torio
con
la
Arjentina.
Es sabido que
1884 hubo en la
fe
i^ff
¡^■heográfico.
!
a
1
al
en la
negociación chileno-boliviana de
designación de Sapaleri un doble error
entonces
creyó
que este cerro pertenecía
la cordillera real de Bolivia i
paralelo
errores
H
Se
23. Difícil
han influido
la
en
se
encontraba inmediato
saber hasta
es
fijación
qué
punto
estos
de los límites del
tra
tado
arjentino-boliviano.
Que hubo error es indudable, pues en todos los mamodernos,
Sapaleri se fija al norte del grado 23 i
pas
'r el tratado habla de la intersección de dicho grado con
í
el punto mas alto de la serranía de Sapaleri. Esto seria
■
<■
.
fe- Abastante para establecer que la fórmula introducida por
r
el
í
nido ni
'
f
■
»
territorios que antes i después de
necido estraños a su jurisdicción.
fe."
t
Congreso Arjentino
podia servir a
no
daba'un límite claramente defi-
pais
este
de título cierto sobre
ese
pacto han perma-
La
intelijencía que claramente le han dado en estos
tiempos las cancillerías arjentina í boliviana solo
a establecerse
(fuera naturalmente de notas
privadas), en el protocolo celebrado en Sucre el 12 de
Kfc. últimos
ha venido
i_
fe»
kk.
'
Diciembre de 1895
Emeterío Cano.
En
,
tro
ese protocolo
arjentino de que
los señores Dardo Rocha'
entre
se
«la
deja ya constancia por el MínisRepública de Bolivia debe salvar
espresamente los derechos
a
la Puna de Atacama,
reco
nocidos por ella a la Arjentina» en el tratado de 1893;
i se exíje al Gobierno boliviano que declare que «por
\.
I pacto
v-
alguno
sentido
en
la
ha sometido
ocupación
a
jurisdicción
del territorio al
estraña, ni
sur
del
con-
paralelo
—
56
—
23 ni al oriente de la línea anticlinal
o
de las altas
cum
bres de la cordillera de los Andes.»
A estas declaraciones tan
esplícitas del
tino, el representante de Bolivia
enviada por el señor
año de 1892.
En
ese
deraba
Baptista
el
protocolo
a
se
Ministro
remite
arjen
a una nota
la cancillería
arjentina
el
Plenipotenciario arjentino consi
a la República Arjentina «to
reconocidas
como
das las sierras situadas al oriente de la línea anticlinal i
al
del paralelo
Sapalegui.»
Esto importaba
sur
desde
23,
su
intersección
con
ella
hasta
pactar de
un
trasferencia de los territorios
modo ya
ocupados
mas
por
espreso la
Chile, desen
tendiéndose de los títulos que por nuestra parte pudie
ran invocarse í dándole a los tratados de la negociación
arjen t¡no-boliviana un alcance manifiestamente hostil a
nuestro pais.
Bolivia prescindía de la ocupación militar chilena i
derogaba de su propia autoridad el pacto de tregua en
la parte referente
a
momentos en
entregaba
paz de
rejion
Mayo
que
a
que
de
la Puna de Atacama,
1895 sin
en
los mismos
Chile por los tratados de
limitación alguna, toda la
a
consecuencia de la guerra de
1879 fué domi
nada por nuestras armas.
La República Arjentina, por su parte, aceptaba esta
cesión de territorios que el cedente no poseía, se inte
resaba directamente
a
colocarse
con
la contienda del Pacífico, i venia
en
respecto
a
Chile
en
la situación de guerra
pero existente en que hasta hoi se encuentra
Bolivia por el pacto de tregua.
[ todo esto secretamente, mediante tratados en que
aplazada
se
empleaban fórmulas
vagas, aclaradas por notas
vadas de cancillería, que
no
podían llegar
a
reser
conocimien-
—
del
to
rés en
57
—
que como ocupante del territorio, tenia inte
el mantenimiento del estado de cosas creado por
pais,
la guerra de 1879.
Estos actos estaban, pues, destinados a unir los inte
reses de Bolivia i la Arjentina i a provocar un casus belli
momento que ambas naciones
quisieran llevar
práctica los tratados celebrados.
Sin embargo, forzoso es confesar que aunque este era
el objeto i el significado de esa negociación, aun en el
protocolo de 1 895 se emplearon fórmulas indeterminadas
el
en
a
la
nacidas de la referencia
la ubicación de
a
la línea anticlinal de los Andes
que podían hacer contes
aplicación de estos tratados.
Para fijar en el terreno estas referencias i determi
nar su ubicación
precisa, seria necesario emprender lar
gas i costosas investigaciones i talvez un trabajo de
nivelación que ningún pais tendría por ahora interés en
i
a
Sapaleri,
table la
costear.
Es de
creer
que la cancillería
boliviana, que sin duda
alguna tenia un conocimiento cabal de aquellos lugares,
empleaba deliberadamente fórmulas vagas en la fijación
de los deslindes
varse
de los territorios cedidos, para
el derecho de
restrinjir
esa
cesión i evitar
clamación del Gobierno de Chile. Así
a
reser
una re
lo menos
se
esplican los términos ambiguos usados por el Ministro
de Bolivia en el protocolo Rocha-Cano, i por su pleni
potenciario en Chile en el protocolo Barros BorgoñoGutiérrez.
Bolivia
diendo
a
esperaba el curso de los acontecimientos, ce
República Arjentina los mismos territorios
la
de que se desprendió por el pacto de tregua i que traspa
só a Chile en dominio i propiedad por el tratado de paz
de
1895-
53
-
—
XI
TÍTULOS ARJENTINOS
IMPORTANCIA DE LOS
DE
Si los
ajustes diplomáticos
portaban
vor
una
de 1889, 1893 i
ella
miento, voluntario
Por
pactos
hacia
República Arjentina,
no
podrían llevarse a la práctica
eran en
LA PUNA
1895 im
trasferencia de territorio de Bolivia
de la
de que
A
ATACAMA
realidad
o
forzado, de Chile,
i
a
a
fa
sabiendas
sin el consenti
contra
el
cual
dírijidos.
esta razón esos
secretos
se
no
tratados tuvieron el carácter de
procuraron las partes contratan
ponerlos en ejecución, contentándose con darles el
alcance de compromisos reservados de cancillería, que
no tendrían efecto sino cuando la
República Arjentina
quisiera hacerlos valer.
El hecho de la posesión chilena en los territorios ce
didos no podia ser ignorado por las naciones signatarias.
Lejos de eso, ambas procedían tomando en cuenta esta
tes
circunstancia, que habían reconocido en pactos solemnes,
Así, para no reproducir todas las negociaciones diplo
máticas mantenidas en Bolivia, desde antes del pacto de
tregua, nos bastará recordar que en el protocolo de
2 de
Agosto de 1887 celebrado entre los señores Darío
Juan C. Carrillo, se dejó constancia de que las
poblaciones de la Puna de Atacama tuse encuentran bajo
la jurisdicción del Gobierno de Chile, por hallarse si
tuadas dentro de la zona entregada a esta nación i demar
cada con las lineas que como deslinde, establece el pacto
Zañartu i
de tregua»
Así también
.
se
declaraba
en
el
protocolo
Cano- Rocha,
59
—
en
pera que Bolivia
de
—
que este último manifiesta «que
esa zona»
en
eficazmente
concurra
consecuencia
a
la
es
desocupación
.
Esto mismo lo
distinguidos escritores ar
publicado don Luis V. Vá
justicia de la ve
cina República, un estudio histórico-jurídico sobre la
cuestión de límites, en que dedica un capítulo a la Puna
gentinos.
reconocen
Recientemente ha
rela, miembro del
mas
alto tribunal de
de Atacama.
«Nosotros
somos
dueños de
esos
Várela, por cesión espresa que
señor
livia; pero si bien
territorios, dice el
nos
ha hecho Bo
cierto que tenemos un titulo que nos
da derecho a poseer la Puna de Atacama, también lo es
qne no la poseemos, que nuestro cedente no puede darnos
es
la posesión de ella i que Chile la ocupa invocando derechos
que hasta ahora no han sido discutidos definitivamente.
«El tratado de límites arjen tino-boliviano de 10 de
Marzo de
piedad
a
1893, que consagra
la Puna de Atacama
ha intervenido
aquel pacto
«A
mos,
cosa,
estos
Chile
i
en sus
es res
con su
derecho de pro
obliga a Chile
estipulaciones. Para esta
que no
nación
inter altos acta.
títulos de
nos
nuestro
no
propiedad que nosotros invoca
con su
posesión efectiva de la
contesta
propósito
de
no
abandonarla
en tanto
que,
parte, no haya terminado definitivamente
cuestiones con Bolivia».
por
su
sus
Los títulos que invoca la República Arjentina adole
cen en consecuencia no solo del defecto de no contenerse
en
ellos
una
estipulación
clara i determinada de la
es
tensión territorial que se considera trasferída, sino que
en caso de contenerla,
ella se refiere a territorios ocu
pados por un
en
poder del
tercero i que no estaban por
Estado cedente,
consiguiente
—
60
—
Sí la
ocupación era un hecho cuya subsistencia no
dependía de la voluntad de Bolivia, i si esta ocupación
se hallaba ademas amparada por el pacto de tregua, no
podia esta nación disponer de territorios, que aunque
fueran de su dominio, no se encontraban en su poder.
Para que hubiera podido trasferirla era menester hacer
cesar previamente la ocupación, cancelando el
pacto de
tregua i recuperando los territorios de que se habia des
prendido.
importa, pues, por parte de Bolivia el des
un hecho, la infracción de un tratado i
la enajenación de una cosa que estaba sujeta a una so
beranía ajena. Ante las prescripciones del derecho inter
nacional, Bolivia ha ejecutado un acto nulo, que no
puede ser sancionado sin constituir un precedente de
La cesión
conocimiento de
las
mas
La
funestas i trascendentales consecuencias.
República Arjentina
no
ha
lejítimamente esa cesión.
Si ella creia adquirir de este
podido tampoco
acep
tar
territorios,
se
modo el dominio de
esos
imponía por el mismo hecho la obligación
recuperarlos, o sea, se comprometía a
de defenderlos i
a Chile de
aquellos lugares, lo que no podía
hacerse sino por la intervención armada o por el some
timiento voluntario de este pais a la presión de una po
desalojar
tencia
estranjera.
No conocemos caso alguno en que, dentro de una
situación de paz, se hayan celebrado pactos de esta es
pecie, i nos parece mui difícil que él pudiera presentar
se en
lo futuro,
Atendido el progreso alcanzado por el derecho inter
no es de
esperar que una nación se crea auto
rizada para sacudirse de las consecuencias de una gue
rra, cediendo a una potencia estraña territorios que ha
nacional,
rr
V
perdido,
ni
es
de suponer tampoco que ninguna nación
esta clase, sin desviarse de los debe
acepte cesiones de
que la neutralidad le impone i sin atacar los dere
chos que se derivan de la independencia i la soberanía
res
de las naciones.
En apoyo de
opiniones
podrían citarse numerosas
distinguidos de todos los tiem
La
erudición en materia de
paises.
estas
ideas
de tratadistas
pos i de todos los
derecho internacional
es
sumamente
Bastará
sencilla.
para el caso reproducir una opinión que debe tener para
la Arjentina la autoridad que entre nosotros tiene don
Andrés Bello.
El tratadista
:
«■
...
k
da
obra
arjentino
El derecho
don Carlos Calvo
internacional
en
la conocí-
teórico i
práctico
contempla precisamente el caso de la negociación
arjentino-boliviana, i lo resuelve en los términos si
guientes:
r
«Según la jurisprudencia internacional, para conferir
un título
v.completo, son indispensables la posesión i el deIr. recho a la cosa enajenada, el jus-ad re \ éljus in rem.
Mientras dure el período de simple ocupación militar,
esos dos principios no residen íntegramente ni en el ocu
pante ni en el poseedor orijinario, puesto que ni et pri
mero es todavía propietario ni el segundo ha perdido la
posibilidad de llegar a ejercer los derechos de tal; por
consiguiente, toda trasferencia hecha por ellos no puede
ser sino
imperfecta.
«Para que este vicio radical desaparezca, cuando es
*
el vencido
quien enajena enbenejicio de un tercero, es me
nester que aquel haya recuperado a la sazón la cosa ocu
pada; si es el vencedor quien enajena, es necesario
que su ocupación se haya convertido en conquista for
mal i definitiva, en virtud de un tratado o por cualquier
*
otro
medio que el derecho internacional admita
como
capaz de trasferir lej ¡tunamente la soberanía.»
Con el mismo derecho con que Bolivia ha cedido
la
Arjentina todo
mas
parte de la Puna de Atacama.
o
tarde ceder el territorio del Toco
mantos
salitrales; i jeneralizando
paña llegaría
a encontrar un
consecuencias de
su
potencia europea,
Filipinas.
El
de
caso
estos
arbitrio
con
Es
precedentes,
colonias de Cuba,
una nueva
ricos
fácil de eludir las
reciente desastre, cediendo
sus
a
podría
sus
a
alguna
Puerto Rico
cesión de Bolivia
es
posible,
o
ya
que parece que las repúblicas de Sud-América no han al
canzado todavía el grado de cultura necesaria para mi
rar estos
actos
como
naciones i rechazarlos
violación del derecho de las
una
con
enerjía
encaso
de presentarse.
habría nación que cediera territorios
Europa
que no posee i, lo que es sin duda mas honroso, no ha
bría talvez nación que aceptara. Allí la opinión pública
En
de
no
i estraños condenaría
propios
Entre nosotros,
probablemente
se
actos
de esta clase.
sancionan.
El carácter secreto que han tenido esos tratados,
un antecedente
importante para apreciar que ellos
tenían sino
un
babilidades de
fin transitorio,
un
conflicto
relacionado
entre
Chile i
con
es
no
las pro
República
Ar
conservan en
gran parte ese carácter
han sido puestos oficialmente en cono
secreto, pues
cimiento del Gobierno de Chile i aun no se ha dado pu
jentina.
Hasta hoi
no
blicidad
a
la
nota
que al parecer los
En el momento
nuestra
fondo,
Baptista,
de 1892,
complementa.
que ellos se exhiban, puede, pues,
oponerles sus defectos de forma i de
orijinarios, que las prescripciones del
de jentes condenan perentoriamente, en obse-
cancillería
sus
derecho
reservada del señor
vicios
en
63
—
quio
la rectitud
a
en
la
—
política
internacional de las
na
ciones civilizadas.
pacíficamente la cuestión de límites con
República Arjentina, no puede invocarse en contra
de Chile aquel casus belli secretamente preparado, por
que seríadejaren las relaciones de ambos paises un punto
negro que la historia se encargaría de mostrar a las jeneraciones venideras i que seria desde luego un obstá
culo al restablecimiento de la cordialidad de los dospai"
de la América
ses mas homoj éneamente constituidos
Solucionada
la
del Sur.
XII
CONCLUSIONES
El resumen de estos apuntes, hechos sin tiempo para
se puede precisar en
breves palabras, que
revisarlos,
manifiesten cuál
es
la situación de
nuestra
cancillería
en
presencia de las pretensiones del Gobierno arjentino,
Estas pretensiones no se han hecho valer en forma
oficial, i hoi mismo se presentan, al parecer, no como
una
reclamación al dominio
de la Puna de Atacama,
de
acompañada de la consiguiente exijencia
ción de
como una
una
línea divisoria
De
desocupa
territorios por las autoridades chilenas, sino
cuestión de deslindes, relativa solo a trazar
esos
este
modo
dos
entre
nuestra
paises
limítrofes.
cancillería ha sido hábilmente
amordazada por la diplomacia
grado colocar la cuestión en el
arjentina,
terreno
la cual ha lo
que le
era mas
favorable.
Buscando la solución
en
demarcación de fronteras,
el trazado de
se
una
ha atenuado, si
línea de
es
que
no
64
—
se
ha
logrado evitar,
internacional
—
la cuestión
gravísima de derecho
ocupación, amparada
nacida de nuestra
por un tratado vijente como es el pacto de tregua,
A la República Arjentina le convenía evadir un de
bate de cancillerías sobre
razonablemente
podido
sus
títulos, porque
sostener
no
habría
la validez de la cesión
que Bolivia le hizo de territorios sujetos a la jurisdicción
de Chile. Plantear la cuestión en este terrenoera per
derla,
cualquier arbitro que tuviera que fallar con
las doctrinas de los tratadistas de derecho in
ante
arreglo
a
ternacional i
los precedentes autorizados de las nacio
análogos.
terreno de simple demarcación de fronteras, esa
a lo menos
queda como de carácter secunda
a
nes en casos
En el
cuestión
rio, ya que
de
nuestro
Antofagasta
pare
Chile de la
a
Este
es un
Gobierno acepta que
existe i debe
trazarse
en
una
el territorio
línea que
se
República Arjentina.
consecuencias
error, cuyas
no
esplayamos
artículos por estar sometida al Congreso la
forma de solución aceptada por nuestro Gobierno i ha
estos
en
ber acordado la Cámara que
sea
ella tratada
en
sesión
secreta.
Prescindiendo, pues,
llegamos
t.°
de
por nuestra parte
este
aspecto de la cuestión,
las
siguientes conclusiones:
a
Los títulos de Chile al
Atacama
son
vagos i discutibles
dominio de la Puna de
como
lo
son
la mayor
parte de los que, derivándose del uti possideiis de 1810,
se
refieren
que la
a comarcas
posesión
despobladas, de difícil acceso i en
lugares no es necesaria
efectiva de los
para efectos administrativos.
En cambio, la República Arjentina
invocar título
esa
rejion,
alguno
de
no
invoca ni
oríjen colonial,
podría
al dominio de
ww
2." Los títulos de Chile
él i Bolivia, i
debate
diplomático
sin
ma,
ser
discutibles
un
entre
largo
sobre derecho al desierto de Ataca
nunca
que
podrán
efecto, ambos han mantenido
en
haya
se
determinado de
preciso la estension territorial de este
La República Arjentina jamas ha
Chile ni
un
modo
desierto.
formulado
una re
clamación, ni
contra
cho al todo
parte del desierto, considerándolo así en
el derecho como territorio ajeno a su do
el hecho i
o
en
contra
Bolivia, sobre dere
minio,
3.° Los tratados celebrados
poner término
entre
Chile i Bolivia para
la cuestión de 'dominio al desierto de
a
fijan el limite oriental de Chile valiéndose de
espresiones que dejan subordinada la demarcación a ope
periciales delicadas i complejas.
La operación al efecto practicada en 1870, si bien
Atacama,
raciones
acepta
como
establecido sin contradicción
tal,
se presta a observaciones que
ahora discutidas formalmente.
En
caso
que
estos
tratados
dejaran
rio de Chile la Puna de Atacama,
se
un
límíteorien-
han sido hasta
no
fuera del territo
habría reconocido
por el mismo hecho el dominio de Bolivia sobre
en
ningún caso el de la República Arjentina.
esa re
jion;
4.0 Con motivo de la guerra
entre
Chile i Bolivia,
ambos contendientes consideraron la Puna de Atacama
como
comprendida
en
la
zona
dominada por las
chilenas; i Chile efectivamente la ocupó
con sus
armas
fuerzas
militares.
Esta ocupación no fué observada por la República
Arjentina, reconociendo así que ella se refería a territo
rios que
no eran
de
su
dominio.
5.0 Por el pacto de tregua de
Bolivia convino
en
4 de Abril de
que la Puna de Atacama
1884,
quedara
en
—
poder
de Chile i
trativo,
como
tras armas.
modo
en
el
sujeta
66
a su
—
réjimen político
posesión legalizada
por
pacto de duración
un
indefinida, que obliga solemnemente
i que
no
jeras
sin
puede
ser
a
los contratantes
desconocido por las naciones estran-
atentar a nuestra
Chile tiene,
i adminis
del territorio dominado por nues
ocupación militar se convirtió de este
resto
La
soberanía,
consecuencia, respecto de terceros una
posesión análoga al dominio, i ha ejercido pública i so
lemnemente este derecho, incorporando a su réjimen ad
en
ministrativo
de la
6."
esa
rejion sin protesta ni reclamación alguna
República Arjentina.
Ni Chile ni Bolivia pueden alterar por su solo ar
bitrio los efectos del pacto de tregua, sin crear el estado
de guerra que en virtud de sus estipulaciones se sus
pendió.
rio
La cesión hecha por Bolivia de una parte del territo
a
que él se refiere, es una violación manifiesta i deli
aceptación por parte de la
República Arjentina significa un amparo de esta viola
ción i una pretensión de conquista de territorios que se
encuentran bajo la autoridad de Chile.
berada de dicho pacto. La
7.0 Chile ha debido
apresurarse
a
rechazar
esta
cesión
que se ha hecho i el objeto que
persigue, sino mui principalmente por el gra
vísimo precedente que se establece. Un acto de esta
solo por la forma
no
con
ella
en
se
aceptado sin protesta puede importar mas tarde un
precedente para la pérdida del resto de la rejion entre
gada a Chile por el pacto de tregua, rompiendo así la
clase
continuidad de
8." En
nuestro
sión de dominio
voca
la
territorio.
de aceptar
un
arbitraje sobre una preten
amparada con títulos como los que in
República Arjentina, Chile debe alegar la invalicaso
dez de
sea
esos
títulos
como
resuelta conforme
a
cuestión
los
prévía
precedentes
i
exijir que ella
autorizados del
derecho internacional.
La
ocupación
aquellas rej iones i el res
guardan a los tratados,
territorial de
peto que las naciones civilizadas
constituyen la Drincípal
tra
cancillería
ha
no
fuerza de nuestro derecho. Nues
podido
desentenderse de
esta
faz
de la cuestión, porque en tal caso faltaría la materia del
.arbitraje, el objeto útil del sometimiento al fallo de un
arbitro.
Chile
no
torios sino
puede ser obligado
en
virtud de
un
a
desalojar aquellos terri
sea
obligado a
título que él
respetar. Actos de cesión clandestina de bienes embar
gados
cional i
sido
en
son
no
nulos
en
derecho civil i
afectan por
consiguiente
en
derecho interna
a terceros
que han
celebración.
estranos a su
Es de esperar que el alto jurado internacional que va
definitiva a resolver esta cuestión, corresponda a la
confianza que Chile i la Arjentina depositan en él i satisfaga
las
aspiraciones de estos países que no podrán cimentar
bajo el imperio de la razón i la justicia,
la paz sino
•
-•»-M>-*-»-*»"CH-«'*-
—
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