Esto no es una subida de impuestos

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Esto no es una subida de
impuestos, solo es una “novedad
tributaria”
El Gobierno sortea las palabras incómodas para hablar de
impuestos o las revisiones económicas
Aquel "recargo temporal de solidaridad" que anunció el Gobierno
hace más de un año, una subida del IRPF que parecía impronunciable para el
Ejecutivo, tras una campaña electoral en la que se había prometido no subir los
impuestos, ha cambiado hoy de nombre. El ministro de Hacienda, Cristóbal
Montoro, se refirió a aquella modificación como un "gravamen
complementario" que, aunque tenía que aplicarse solo durante 2013, se
prolongará un año más. El anuncio vino tras recalcar que no se incrementarían
ni el IVA ni el IRPF.
Es un ejemplo de los giros lingüísticos que el viernes usó el Gobierno
para presentar su nuevo programa de reformas y plan de estabilidad hasta 2016.
Reformas para hablar de recortes o desaceleración por crisis son algunos de
recursos eufemísticos que la clase política tiende a utilizar para dar malas
noticias. Es similar a cuando el Banco Central Europeo (BCE) convertía la
rebaja de sueldos en una "devaluación competitiva de los salarios".
Hoy, por ejemplo, no es que el Gobierno haya empeorado las previsiones
económicas para este año (de una caída del 0,5% a una del 1,3%), sino que,
usando las palabras de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de
Santamaría, el Ejecutivo procedía a "reordenar las cifras" del cuadro
macroeconómico.
Pero dentro del catálogo de palabras ingratas para el político, la subida de
impuestos ocupa un lugar capital y por eso genera el mayor rosario de
eufemismos, perífrasis o rodeos. Montoro, insistiendo en que no se
incrementaría ningún tributo, sí advirtió de que se procedería a "ajustar
algunos impuestos" en el ámbito medioambiental y los impuestos especiales
"para converger en con Europa".
El ministro de Hacienda, que admitió que se crearía una nueva figura
impositiva indirecta de tipo medioambiental, no quiso concretar qué impuestos
se subirían al referirse a la "novedad tributaria".
El ministro de Economía, Luis de Guindos, también suele obstinarse en
diferenciar entre "crecimiento positivo" o "crecimiento negativo", para referirse
a la recesión. Esta vez, Guindos ha vaticinado "tasas de crecimiento
positivo" (como si hacerlo de forma negativa fuese crecer también) en 2014. El
exprimer ejecutivo de Lehman Brothers en España es muy propenso al
tecnicismo financiero, hasta el punto de que hoy, al hablar de los indicadores
económicos, no dejaba de utilizar la inquietante expresión de "envolventes".
"Son hipótesis que han dado lugar a unas envolventes muy
prudentes", se ha llegado a despachar al hablar de las previsiones.
Los tecnicismos -de forma voluntaria o fortuita- también acaban por
dificultad la comprensión de muchas medidas que se adoptan. Así, los
ciudadanos han descubierto hoy que se va a aprobar una "ley de
desindexación de la economía", que no significa otra que el coste de los
contratos públicos ya no se vinculará a la evolución de los precios.
La lengua castellana hace piruetas en manos de los políticos. En la nota
de prensa enviada por Moncloa hoy se usa "flexionar" para hablar del paro: "La
tasa de paro flexiona en 2014 (hasta el 26,7% de la población activa), para
situarse por debajo del 25% en 2015".
Amanda Mars, El País, 26/04/13
CUESTIONES
1. Enuncia el tema del texto (1 punto)
2. Explica las características lingüísticas y estilísticas del texto (3
puntos)
3. ¿Qué tipo de texto es? (0,5 puntos)
4. Resume el texto (2 puntos)
5. Elabora un texto argumentativo a favor o en contra de la rebaja de
los sueldos como medida para favorecer la “flexión positiva de la
economía” (el crecimiento económico de toda la vida) (3,5 puntos)
1. Tema (1 punto)


Los procedimientos lingüísticos de los políticos en busca de dificultar la
comprensión de los datos negativos.
La oscuridad del lenguaje del Gobierno por el oscurecimiento de su no poco
menos oscura política.
2. Características lingüísticas y estilísticas (3 puntos)
Se trata de un texto periodístico del género informativo, en concreto una
noticia que nos informa de cómo los políticos oscurecen su lenguaje para enmascarar
medidas impopulares como la subida de impuestos.
Es una noticia no sólo porque se nos informa, sino también porque observamos
la estructura típica de los textos periodísticos: aparece un titular con una frase que
llama la atención del lector (cumple, pues, una función apelativa) y los caracteres
más grandes; luego un subtitular donde se resume lo más destacado y aparece
resaltado tipográficamente en color azul (negrita en fotocopia); para a continuación
aparecer el cuerpo de la noticia.
Por tanto, la forma de elocución empleada es la expositiva, puesto que el
objetivo es transmitir información. Eso quiere decir que la función del lenguaje
predominante en el texto es la representativa o referencial.
Objetividad, precisión y claridad son las características fundamentales de
este tipo de textos. De ahí que los rasgos lingüísticos más destacados van en relación
con esto: la objetividad se consigue por medio del empleo de la 3ª persona
(“anunció, ha cambiado, usó, convertía…”), el predominio del modo indicativo
(mezclando sobre todo el presente –“Es, ocupa, genera, suele…”- y el pretérito
perfecto simple –“anunció, vino, usó, advirtió…”), de las oraciones enunciativas
(todas lo son) y el léxico denotativo (léxico sin valoraciones, aunque a la periodista
se le escapan algunos adjetivos valorativos: “impronunciable, ingratas, muy propenso,
inquietante”, que, junto con el uso del entrecomillado para destacar las incongruencias
de los políticos y alguna expresión coloquial como “hace piruetas”, deja ver la
tendenciosidad inevitable ante determinados asuntos, y esa objetividad pasa a ser más
bien partidista), así como el empleo de oraciones con indeterminación del
agente, sobre todo a partir de las pasivas reflejas (“se prolongará, se incrementaría,
se crearía...”) y de las oraciones impersonales (“se usa "flexionar" para hablar del
paro”).
Para conseguir la precisión y la claridad, aparecen numerosos ejemplos
(relacionados con esas “piruetas” de la lengua castellana) e incisos (“El ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro; Banco Central Europeo (BCE); la vicepresidenta del
Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría...”), algunas repeticiones (“(...) su nuevo
programa de reformas (...). Reformas para...”), diversos tecnicismos políticofinancieros (“gravamen complementario, devaluación, cuadro macroeconómico, figura
impositiva indirecta...”) y conectores de implicación lógica para que las ideas
estén correctamente articuladas unas con otras: “aunque, por ejemplo, sino que, Pero,
esta vez, Así...”. En cuanto a la sintaxis, predominan los periodos oracionales amplios,
fundamentalmente empleando la subordinación sustantiva (“no es que el Gobierno
haya empeorado las previsiones, por ejemplo”) y adjetiva (tanto especificativas:
“Aquel "recargo temporal de solidaridad" que anunció el Gobierno hace más de un
año...” como explicativas: “Montoro, insistiendo en que no se incrementaría ningún
tributo...”).
Otros rasgos propios de los textos periodísticos son la tendencia a las
formulaciones largas por un afán de distinción (la primera frase del cuerpo de la
noticia, “catálogo de palabras ingratas”, “lugar capital”, “rosario de eufemismos,
perífrasis o rodeos”, “se ha llegado a despachar al hablar de”...), el constante empleo del
estilo directo para introducir las declaraciones de los políticos (muchas veces sacadas
fuera de contexto: “el Ejecutivo procedía a "reordenar las cifras", al referirse a la
"novedad tributaria"...” y otras veces mezclando el estilo directo y el indirecto:
“Montoro (...) sí advirtió de que se procedería a "ajustar algunos impuestos"”), la
tendencia a situar el sujeto al final de la oración (“Es un ejemplo de los giros
lingüísticos que el viernes usó el Gobierno”), la utilización del presente histórico en
los titulares (“Esto no es una subida de impuestos, solo es una “novedad tributaria””)
o el uso de siglas (“IVA, IRPF, BCE”).
Finalmente, la coherencia se consigue por medio de los mecanismos de
cohesión, sobre todo recurrencias léxicas (repetición de “Gobierno, impuestos,
tecnicismos…”)
y
semánticas
(sinónimos
como
“rebaja/devaluación,
sueldos/salarios, tributo/impuestos…”, antónimos como “positivo/negativo” y
asociaciones pragmáticas en torno a las expresiones lingüísticas de los políticos
(“palabras incómodas, giros lingüísticos, recursos eufemísticos, palabras ingratas,
rosario de eufemismos, perífrasis o rodeos, tecnicismo...”) aplicados a términos
económicos (“novedad tributaria , impuestos, revisiones económicas, subida del IRPF,
previsiones económicas, desindexación de la economía…”).
3. Tipo de texto (0,5 puntos)
Se trata de un texto periodístico, una noticia, cuya forma de elocución es la
exposición, porque el objetivo fundamental del emisor es transmitir unos
conocimientos de forma clara, precisa y objetiva.
4. Resumen (2 puntos)
El oscurecimiento de la expresión de los políticos es proporcional al número de
noticias negativas sobre la economía o el paro. Cada vez es más frecuente que los
dirigentes gubernamentales empleen eufemismos o tecnicismos indescifrables para
referirse a datos impopulares como la subida de los impuestos o la bajada de los
sueldos, como si de esa forma los ciudadanos no se fueran a enterar de lo que pasa.
5. Opinión argumentada (3,5 puntos)
Respuesta libre.
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