sin embargo, todas tienen pesos atómicos di

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sin embargo, todas tienen pesos atómicos diferentes. 1✓ stamos en el mismo sitio que hace
algún rato, pero ahora ya con armas suficientes para batallar. Como la diferencia está en
el peso atómico y éste lo determina el núcleo
con sus protones y neutrones (suma de ambos), tal vez se diferencien en la composición
del núcleo. En este caso, como el número de
cargas nucleares en las tres especies de plomo es el mismo, el plomo de peso atómico 207
debería tener un neutrón más que el núcleo
del plomo de peso atómico 206 y, en cambio,
un neutrón menos que el de peso atómico 208.
La carga nuclear no aumenta de este modo y,
no aumentando, tampoco varía nada en la
estructura de las esferas electrónicas. Y esto
significa que tampoco varían las propiedades
químicas, porque, según ya vimos, la armazón de electrones es la que las determina. Por
consiguiente, a pesar de ser diferentes los
pesos atómicos, las propiedades químicas son
iguales y el elemento es el mismo.
NUEVA DUDA SOBRE LA UNIDAD
DEL PLOMO
Todo lo que antecede está 7naravillosamente. A1 sabio, convencido de su verdad, nunca,
le faltan buenas razones y acertadas hipótesis. Pero queda por aclarar una nuevá duda
de bastante bulto, que veremos cómo la Ciencia acierta a explicar.
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Tenemos ya los tres plomos de pesos atómicos 2U6, 2U7 y 2U8, pi•ocedentes de la desintebraciún de sustancias radiactivas, convcrtidas, con justeza, en un solo y verdadero
plomo. ^, I'ero el plomo natur'al, que, según
ia tabla de pesos atómicos tiene uno, de
207,22 ?
Estamos ,ya en el mismo caso que el referido del cloro, que también teníamos pendiente de aclaración; podemos realízarla símultáneamente. En ambos el peso atómico
está exacta^mente determinado y en ninguno
podemos admitir la existencia de fracciones
de neut'rón.
También aquí Ytay •una salida, que, como
dice Flechner, a primera vista parece muy
atrevida. Nosotros no determinamos el peso
atómico de un elem^;nto en el átomo aislado,
sino siempre en un número enorme de átomos. Como ya sabemos que existcn tres especies de plomo de pesos atómicos diferentes,
fác^lmente podremos imaginarnos que en el
gramo de plomo que utilizamós para la determinación del peso atómico ^e contienen 1as
tres especies de plomo. De este modo presentimos sin dificultad lo que tiene que ocux•rir
y deducimos la consideracíón que nos deben
merecer los pesos atómicos que no son n ^meros enteros (otra enseñanza provechosa) : estas sustan^ias consisten en una mezcla de
diferentes especies de átomos.
Por ejemplo, para dar por completamente
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.
.,- 4.
`°;^
zanjada esta cuestión: el cloro ,tiene ^^ 'peslp "
atomico 35,5; consideremos que siemp^e ex^tan jui^tos un átomo de cloro de -peso atómiéo
37 y tres átomos de cloro de peso attímico'35;
en este caso la determinación del peso de cua^
tro átomos de claro daría 37 -}- 3 X 35 - 37
-{- lU5 - 142, y la cuarta parte sería 35,5.
EN EL TERRENO CIENTIFICO ES PRECISA LA PRUEBA
t Qué fácilmente y qué bien hemos explícado, en el apartado que antecede, la razón de
la presencia de pesos atóm:cos fx•accionarios
y qué admirablemente hemos d.spuesto el
cálculo referente al cloro ! L No será todo esto
un poco arbitrario? Evidentemente se necesitan pruebas y vamos a darlas mediante experimentos.
Z Hay camino para demostrar exp^erimentalmente que existen átomos de diferentas
especies, no sólo de plomo, sino también de
cloro7 El inglés Astón ,lo ha encontrado. Sabemos que si recorre el espacio una partícula
cargada eléctricamente, la podemos desviar
de su dirección recta mediante un campo
eléctrico o magnético. De este modo las partículas a, que se muev^en más lentamente, ,se
desviarán menos que las partículas rápidas /3.
Ya decíamos antes de este hecho qu^ las partículas « debían ser más pesadas que las par-.
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