La increíble e inexacta historia del cactus solitario del desierto Quién iba a contradecir que el Cactus solitario no poseía todo aquello que un cactus puede desear. En el pueblo y en las cercanías se lo respetaba y hasta en algunos lugares se lo aclamaba. Nadie, que tenga dos dedos de frente y un poco de cordura insultaría al gran y solitario Cactus del desierto. Aunque desde cierto punto, se podía encontrar un detalle bochornoso que quebrantaría la lúgubre imagen del Cactus. Un detalle oscuro, casi olvidado pero aun así conocido por pocos. Esos pocos no lo dirían a nadie, ya que eran fieles seguidores del Cactus, y si sabían el secreto, es porque el Cactus les tenía respeto. En el pueblo Espinas, todos conocían una historia del pasado de aquel pendenciero e inamovible Cactus. De ahí, procede ese poderoso fervor que cada vez se extendia mas y mas, a tal punto que se creía que esa pasión había llegado a la ciudad de Clorofila. A esa historia se le suman sus poderosas hazañas, en realidad, su única hazaña. En Espinas, existía una leyenda del desierto: Cascabeles Joe, un problemático borracho que tendía a aplastar al que lo cuestionara, y además, a robarse los adornos del pueblo, de los cuales los turistas alimentaban sus deseos de compra. Joe arruinó el comercio del pueblo por años, hasta que llegó Cactus solitario. Nadie sabe cómo, pero un día Joe recibió la noticia a través de su patiño, que el Cactus solitario había difamado su talento para aplastar enemigos. Lleno de ira, Cascabeles Joe corrió hacia el medio del desierto para ponerle fin a los comentarios de aquel inútil Cactus. Su encuentro fue épico, Joe lo miró directamente y apretó la mandíbula, pero el Cactus se quedó paralizado, sin mover absolutamente nada, como de costumbre, Joe se abalanzó sobre él para demostrarle su talento para aplastar, y en cuanto estuvo arriba de él salió corriendo y gritando, ya que el inteligente Cactus había utilizado sus espinas para provocarle un dolor legendario. Y así fue, como el Cactus solitario se deshizo de una espina en el pie para el pueblo, y a partir de ese momento su fama comenzó a crecer. Cactus también era un individuo con mucha suerte para atraer mujeres, siempre llegaban al pueblo señoras que querían conocerlo y por qué no, pasar un tiempo a solas con él. Pero lamentablemente cada vez que una mujer emprendía el caluroso camino hacia donde se encontraba Cactus, a la media hora volvía corriendo y llorando, advirtiéndoles a todos en su camino que el Cactus era un salvaje, mientras se quitaban las espinas del cuerpo. El misterio, la adulación, los valores que rodeaban al Cactus era un acto digno de admirar, pero como les confesé antes, detrás de una historia tan increíble se escondía otra que todo el mundo ignoraba. Era ese secreto que sus más fieles seguidores ocultaban, y tal secreto cuenta la historia de como Cactus llegó al desierto. En el pueblo se ignoraba este secreto ya que existía una historia similar, pero ficticia. El problema era que por más que lo intentasen, todos los que le preguntaban al Cactus de dónde provenía, si tenía familia y otros detalles íntimos no conseguían el triunfo ya que él era un ser de pocas palabras. Yo tengo una historia, no sé si es la verídica o la adulterada pero creo que es la correcta. Voy a contarla, con el único propósito de que se extienda la increíble e inexacta historia del Cactus solitario del desierto. A finales de 2001, en el medio de la gran crisis económica y social que se enfrentaba, se encontraba el antecesor del Cactus. Era un alma tóxica, malviviente y egoísta. Con tentativa de muerte, el antecesor fue obligado a escapar ya que había defraudado a muchas personas. Es así como se instaló en el ancho desierto con la intención de pasar un tiempo hasta que las cosas se tranquilizaran. Pero las cosas no se calmaron hasta un lapso de tiempo después de lo pensado, y para entonces el antecesor había pasado tanto tiempo en el desierto que se mimetizo con él y se convirtió en lo que es hoy, un cactus solitario y peligroso como lo fue antes. Aunque algunos podrían pensar que el destino le jugó en contra, como consecuencia del karma, el Cactus solitario del desierto ahora tiene lo que siempre quiso, tranquilidad, fama y poder. Y allí se encuentra, tan quieto y tan callado como siempre, pero con tanta vida y tanto movimiento como creen que tienen las personas del pueblo Espinas y sus cercanías, y algunos dirían que la ciudad Clorofila también. Su fama aumenta a pasos agigantados. Si alguna vez oyen que en su ciudad se comienza a rumorear sobre un cactus, ya saben de quién están hablando. Autores: Pediconi Francisco y Sánchez Julián.