Posibilidad de que empresas privadas realicen auditorías a los

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CONSULTA 1
POSIBILIDAD DE QUE EMPRESAS PRIVADAS REALICEN
AUDITORÍAS A LOS ENTES LOCALES.
REDACCIÓN DE EL CONSULTOR DE LOS AYUNTAMIENTOS
El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados, Nº 3, Sección
Consultas, Quincena del 15 al 27 Feb. 2004, Ref. 398/2004, pág. 398, tomo 1,
Editorial El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados
Antecedentes.-Una entidad privada ha presentado presupuesto para la realización de un estudio
y valoración de la situación económica, contable y fiscal del Ayuntamiento. Si la
fiscalización interna corresponde al interventor y la externa al Tribunal de
Cuentas, ¿pueden empresas privadas realizar auditorías a los Entes locales?
Contestación.-Mucho se ha escrito acerca de la posibilidad de realización de auditorías por
empresas
privadas
en
los
Entes
Locales,
habiéndose
vertido
múltiples
argumentos en favor y en contra de tal posibilidad. Argumentos doctrinales que,
en todo caso, han de ceder ante el pronunciamiento jurisprudencial realizado por
la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de
Castilla y León (Burgos), de 18 de febrero de 1997 (EC 1969/1997):
En recurso núm. 790/1996, interpuesto por la Administración General del Estado,
representada y defendida por el Abogado del Estado, se impugna una Resolución
Municipal acordando la realización de una auditoría por una empresa privada. En
el escrito de demanda se solicitaba que se anulase dicho acuerdo, mediante el
cual se contrataba una firma de auditoría, así como la declaración de que la
anulación de la adjudicación llevase consigo la del contrato, que entraría en fase
de liquidación.
En los Fundamentos jurídicos, concretamente en el segundo, recoge la sentencia
que «el art. 204 de la Ley 39/1988, de 28 de diciembre, Reguladora de las
Haciendas Locales se refiere a la fiscalización externa de las cuentas y de la
gestión económica de las Entidades locales y de todos los organismos y
Sociedades de ellas dependientes», para establecer que tal fiscalización es
función propia del Tribunal de Cuentas con el alcance y condiciones que establece
la Ley Orgánica Reguladora del mismo y su Ley de funcionamiento.
Continúa el mismo Fundamento segundo que, en lo que respecta al control y
fiscalización internos, el art. 194 de la misma Ley 39/1988, de 28 de diciembre
(EC 42/1989), reguladora de las Haciendas Locales (LRHL) «incluye dentro de
dicho control interno tres funciones: 1) La función interventora; 2) La función de
control financiero; y 3) La función de control de eficacia. En concreto, el control
financiero se define como el que tiene por objeto comprobar el funcionamiento en
el aspecto económico financiero de los Servicios de las Entidades Locales, de sus
Organismos Autónomos y de las Sociedades mercantiles de ellas dependientes,
puntualizándose que el control financiero se realizará por procedimientos de
auditoría de acuerdo con las Normas de Auditoría del sector Público (art. 201.1°
y 3°)», para, apoyándose en los arts. 203 de la propia Ley y 14 del Real Decreto
1174/1987, de 18 de septiembre, atribuir dicha función «al puesto de trabajo
denominado Intervención, en las Corporaciones Locales cuya Secretaría esté
clasificada en clases 1.ª o 2.ª, en tanto que en las de clase 3.ª estas funciones
propias de la Intervención formarán parte del contenido del puesto de trabajo de
Secretaría, salvo que se agrupen a efectos de Intervención».
En la sentencia a que estamos haciendo referencia, por tanto, se determinan
claramente los órganos que tienen las competencias fiscalizadoras, tanto
externas como internas. Y basándose en el art. 63.1 de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre (EC 380/1993), de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas
y del Procedimiento Administrativo Común (LRJPA), estima que el acuerdo
impugnado adolece de nulidad «por tratarse de un acuerdo contrario al
Ordenamiento Jurídico». Y, a la vista de los argumentos utilizados, estima el
recurso interpuesto por la Administración General del Estado contra la resolución
referenciada «que se anula y se deja sin efecto por no ser conforme a Derecho».
Dicha sentencia aplica el principio fundamental del art. 12 de la LRJPA, que
delimita la esfera de atribuciones de los distintos órganos administrativos, o sea,
su competencia, entendida como el conjunto de facultades y funciones, que el
órgano puede ejercer. Así lo reconoce, también, la Jurisprudencia del Tribunal
Supremo, y en tal sentido puede citarse la sentencia de 22 de noviembre de
1954, según la cual la competencia administrativa «es el llamamiento que hace
la Ley a determinada Autoridad o Corporación para atender preferentemente a
toda otra, en un asunto que a la Administración incumbe». Constituye, pues, la
facultad irrenunciable de emanar actos jurídicos atribuidos por la norma jurídica
a un órgano administrativo. Principio de Irrenunciabilidad sancionado por el
citado art. 12 LRJPA cuando, en su núm. 1, dispone que la competencia es
irrenunciable y se ejercerá precisamente por los órganos administrativos que la
tengan atribuida como propia, salvo los casos de delegación o avocación, cuando
se efectúen en los términos previstos en esta u otras leyes.
Conforme a ello, siendo órganos competentes para la fiscalización interna y
externa la Intervención de la Entidad y el Tribunal de Cuentas, respectivamente,
sólo tales órganos podrán realizar auditorías de las Corporaciones Locales. Sin
que con ello quiera significarse que la realización material haya de efectuarse por
tales órganos: el art. 7.4 de la Ley Orgánica 2/1982, de 12 de mayo (EC
1031/1982), del Tribunal de Cuentas (LOTCU), permite comisionar a expertos
para la realización de la fiscalización; al igual que el art. 203 LRHL permite a los
funcionarios que tengan a su cargo la función interventora, así como los que se
designen para llevar a efecto los controles financieros y de eficacia, recabar
cuantos auxilios técnicos y asesoramientos consideren conveniente. Esto es,
puede encomendarse la realización de auditorías a otras entidades o personas,
pero siempre bajo la dirección del órgano fiscalizador, y nunca obviándolo. Entre
otras razones, porque el propio Texto Refundido de la Ley de Contratos de las
Administraciones Públicas (TRLCAP), aprobado por Real Decreto Legislativo
2/2000, de 16 de junio (EC 2287/2000), en su art. 202, refiriéndose a los
contratos de consultoría y asistencia y de servicios, exige justificar debidamente
en el expediente de contratación «mediante informe del servicio interesado» la
insuficiencia, la falta de adecuación o la conveniencia de no ampliación de los
medios personales y materiales con que cuenta la Administración.
En
consecuencia,
podemos
concluir
diciendo
que
la
competencia
de
la
fiscalización interna se atribuye al órgano Interventor, en tanto que la
competencia de la fiscalización externa se atribuye al Tribunal de Cuentas.
Competencia que es irrenunciable y debe ser ejercida por el órgano que la tiene
atribuida. Lo cual no impide pueda ser realizada por persona distinta de la del
titular de órgano, pero siempre habrá de llevarse a cabo con sujeción a sus
prescripciones y bajo su dirección, y previa justificación de insuficiencia de
medios para realizarla directamente.
CONSULTA 2
HOY POR HOY NO CABE SOMETER A LAS ENTIDADES LOCALES A
AUDITORÍAS EXTERNAS.
REDACCIÓN DE EL CONSULTOR DE LOS AYUNTAMIENTOS
El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados, Nº 9, Sección
Consultas, Quincena del 15 al 29 May. 2001, Ref. 1459/2001, pág. 1459, tomo
2, Editorial El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados
ANTECEDENTES
Desearíamos saber su acreditada opinión sobre qué valor se puede dar a una
auditoría privada relativa a la contabilidad de varios ejercicios.
En lo relativo a la adjudicación de los trabajos a la Empresa que realizó la
auditoría, el expediente es correcto.
Si es posible desearíamos conocer, asimismo, si hay jurisprudencia al respecto y
monografías o artículos sobre este tema, además de otras posibles consultas
realizadas sobre el mismo asunto.
CONTESTACION
A la consulta que formula respecto al valor que ha de darse a una auditoría
privada realizada respecto de la contabilidad de determinados ejercicios, hemos
de contestar que ningún valor tienen tales auditorías. El Capítulo Cuarto del
Título VI de la Ley 39/1988, de 28 de diciembre (EC 42/89), reguladora de las
Haciendas Locales (LRHL), dicta las normas sobre control y fiscalización de las
Entidades Locales, sometiéndolas al control interno, ejercido por el órgano
interventor, y al control externo, encomendado al Tribunal de Cuentas. Así lo ha
declarado la Jurisprudencia, que atribuye al control interno tanto la función
interventora como el control financiero y el control de eficacia, tanto de las
propias Entidades Locales como de sus Organismos Autónomos y Sociedades
Mercantiles.
Control financiero que se realizará por procedimientos de auditoría, de acuerdo
con las Normas de Auditoría del Sector Público. Funciones todas ellas
encomendadas al Interventor o al Secretario-Interventor.
Atribución de competencia que, en virtud de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre
(EC 380/93), de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común (LRJPA), en su art. 12, dispone que la
competencia -como conjunto de facultades y funciones que un órgano puede
ejercer-
es
irrenunciable
y
se
ejercerá
precisamente
por
los
órganos
administrativos que la tengan atribuida como propia. Conforme a ello, siendo
órganos
competentes
para
ejercer
la
fiscalización
interna
y
externa
la
Intervención de la Entidad y el Tribunal de Cuentas, respectivamente, sólo tales
órganos podrán realizar Auditorías de las Corporaciones locales.
Respecto de la Jurisprudencia existente, nuestra Revista ha recogido la sentencia
de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de
Castilla y León, de 18 de febrero de 1997 (EC 1969/97), que, en recurso núm.
790/1996, interpuesto por la Administración General del Estado, representada y
defendida por el Abogado del Estado, se impugna una Resolución Municipal
aceptando la propuesta de realización de una Auditoría por una empresa privada.
En el escrito de demanda se terminaba suplicando se dicte sentencia por la que:
... se anule el acuerdo adoptado por el Pleno... por el que se resuelve aceptar la
propuesta de auditoría, y se declare que la anulación de la adjudicación lleve
consigo la del contrato, que entrará en fase de liquidación.
En los Fundamentos Jurídicos, concretamente en el Segundo, recoge la sentencia
que «el art. 204 de la Ley 39/88 de 28 de diciembre, Reguladora de las
Haciendas Locales se refiere a la fiscalización externa de las cuentas y de la
gestión económica de las Entidades locales y de todos los Organismos y
Sociedades de ellas dependientes», para establecer que tal fiscalización «es
función propia del Tribunal de Cuentas con el alcance y condiciones que establece
la Ley Orgánica Reguladora del mismo y su Ley de funcionamiento, aunque ello
se entiende sin menoscabo de las facultades que, en materia de fiscalización
externa de las Entidades locales, tengan atribuidos por sus Estatutos las
Comunidades Autónomas» (art. 204.41).
Continúa el mismo Fundamento Segundo que, en lo que respecta al control y
fiscalización internos, el art. 194 de la misma Ley de Haciendas Locales «incluye
dentro de dicho control interno tres funciones: 1. La función interventora; 2. la
función de control financiero; y 3. la función de control de eficacia. En concreto,
el control financiero se define como el que tiene por objeto comprobar el
funcionamiento en el aspecto económico financiero de los Servicios de las
Entidades Locales, de sus Organismos Autónomos y de las Sociedades
mercantiles de ellas dependientes, puntualizándose que el control financiero se
realizará por procedimientos de auditoría de acuerdo con las Normas de Auditoría
del sector Público (art. 201. 1 y 3)», para, apoyándose en los arts. 203 de la
propia Ley y 14 del Real Decreto 1174/1987, de 18 de septiembre, atribuir dicha
función «al puesto de trabajo denominado Intervención, en las Corporaciones
Locales cuya secretaría esté clasificada en clases 1.ª o 2.ª, en tanto que en las
de clase 3.ª estas funciones propias de la Intervención formarán parte del
contenido del puesto de trabajo de Secretaría, salvo que se agrupen a efectos de
Intervención».
En la sentencia, por tanto, se determinan claramente los órganos que tienen las
competencias fiscalizadoras, tantos externas como internas.
Y basándose en el art. 63.1 de la LRJPA, estima que el acuerdo impugnado
adolece de nulidad, «por tratarse de un acuerdo contrario al Ordenamiento
Jurídico».
Como no podía ser menos, a la vista de los argumentos utilizados, estima el
recurso interpuesto por la Administración General del Estado contra la resolución
referenciada «que se anula y se deja sin efecto por no ser conforme a Derecho».
Desde el punto de vista doctrinal, también nuestra Revista ha recogido las
diversas posturas existentes en la materia (EC 1469/96, 1170/96 y 1967/97).
Igualmente, en la revista Cunal, núms. 26 y 31, Bosch Ferré y Larrainzar
González han publicado artículos en los que defienden la postura que, en nuestra
opinión, es la correcta, negando la posibilidad de su realización.
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