PRIMER CLASIFICADO EL HOTEL FENIX Carlos Sosa Marrero (Islas Canarias) No había nada sobre el mostrador. Tan sólo una campanilla que se encontraba en avanzado estado de deterioro. La agitó levemente, el sonido fue tan suave pero a la vez tan elegante que por un momento pensó en esos artistas de circo que había visto en su niñez ejecutando volteretas y demás filigranas. Sin embargo, nadie acudió a su llamada. Así que la agitó otra vez, pero con mayor vehemencia que antes. De detrás de una roída y vieja cortina que daba paso a una habitación posterior a la recepción, apareció sigilosamente un hombre alto y delgado, de piel blanca y con unas inmensas ojeras. - Buena noches, siento molestarle a estas horas pero mi familia y yo buscábamos una habitación. - La seis está libre – dijo con voz ronca - la última a mano derecha por este pasillo. Tome la llave. La cogió, le llamó mucho la atención, no tenía ni una traza de óxido, era completamente dorada, muy bella, una belleza sobrenatural, de otro planeta. Salió de la recepción y se dirigió a su automóvil. Le extrañó que todavía no hubieran recogido los cubos de basura. - Rosa, vamos, hay habitaciones libres, toma la llave, vete entrando con Jorge mientras cojo las maletas. Es la número seis. 1 PRIMER CLASIFICADO EL HOTEL FÉNIX Rosa despertó al pequeño Jorge que se había quedado dormido durante el viaje y le cogió en brazos. Entró en el hotel, avanzó a lo largo del enmoquetado pasillo y se situó delante de la última puerta. Mientras tanto, Marcos bajó los bolsos de la baca a la que habían sido atados a conciencia. Todas las puertas tenían pegada una placa que indicaba el número de habitación, pero la que se encontraba delante de Rosa no tenía, parecía haberse caído. Introdujo la llave, creyó ver un pequeño resplandor pero pensó que el sueño la estaba traicionando. La puerta chirrió al abrirse. Parecía que nadie había entrado allí desde hacía mucho tiempo. No había ventanas, ni ningún mueble, excepto dos camas cubiertas con unas colchas color carmín llenas de polvo y una mesilla de noche de madera con un teléfono. Jorge se bajó de los brazos de su madre y corrió a acostarse en la cama que se encontraba más lejos de la puerta. Marcos entró en la recepción con una maleta en cada mano. - Por cierto, se me olvidaba decirle, si necesitan algo, mi nombre es Basilio - Vale, gracias. Marcos se dio la vuelta y se dirigió a su habitación. A sus espaldas, alguien esbozó una sonrisa con la felicidad de un cazador cuando sabe que su presa ha caído en la trampa. Lo primero que noto Jorge al despertarse fue que la colcha con la que se había tapado había quedado reducida a un montón de cenizas. También las paredes y el techo se habían teñido de negro. Se asustó mucho. - Mamá, papá, despertaos – dijo zarandeando ansiosamente a sus padres. 2 PRIMER CLASIFICADO EL HOTEL FÉNIX - ¿Pero qué quieres? Todavía es muy temprano. ¿No estabas cansado anoche? – dijo Rosa mientras se le escapaba un bostezo aún con los ojos cerrados. - Es que, la colcha, las paredes… es como, como si hubiese habido fuego. - ¿Fuego?, ¿qué dices? Vuélvete a dormir. - No, abre los ojos. - ¡Es cierto Marcos! ¡Despierta! ¿Estás bien Jorge? - Sí… - Marcos, todo esto es muy raro, no tengo ni una quemadura. ¿Y tú? - Tampoco… será mejor que salgamos de la habitación, a lo mejor tan solo ha sido… no se puede abrir puerta, no se puede - dijo Marcos girando el pomo bruscamente -. Tal vez, con el incendio la llave se ha quedado atascada, la llave… parece no haberse quemado, sigue emitiendo ese brillo tan carismático. - Bueno, no sé Marcos, estoy muy asustada, podríamos llamar por el teléfono, pero no sé si habrá línea. Deslizó su mano sudorosa por la ruedecilla hasta marcar el número de la policía. Se oyó una serie de largos pitidos hasta que por fin pudo distinguir una entrecortada voz. - Comisaría de Guadamonte ¿dígame? - Verá estoy en el Hotel Fénix… - Perdón, no le oigo ¿me decía? 3 PRIMER CLASIFICADO EL HOTEL FÉNIX - Sí, estoy en el Hotel Fénix y… - ¿En el Hotel Fénix? ¿Pero qué hace usted en un lugar como ese? ¿No ve que está todo quemado? - Sí, precisamente ése era el motivo de mi llamada, al parecer ha habido un incendio esta noche y… - ¿Esta noche dice? - Sí. - El Hotel Fénix se quemó hace trece años, tal día como hoy, por cierto. - Pero si ayer estaba todo sin quemar. Incluso había un recepcionista, Basilio se llamaba, él me dio la llave. - Ahora que lo dice, creo recordar que el recepcionista del hotel por aquel entonces también se llamaba Basilio. El problema es que murió en el incendio. Fue una muerte trágica la verdad. Había terminado su turno y estaba durmiendo en la habitación número seis si no recuerdo mal. No pudo escapara del fuego ya que se quedó encerrado al no poder abrir la puerta. Nadie fue a rescatarlo. Se oyó un estruendo se había cortado la línea. 4