58 VIVIR TOROS EN LA MALAGUETA FESTEJO DE DOMINGO DE PASCUA José Tomas revoluciona la plaza, corta tres orejas y entra herido en la enfermería. Manolo Sánchez y Cayetano decepcionan en una fría y ventosa tarde con los tendidos llenos a rebosar de gente Un vendaval en La Malagueta TEXTO: ANTONIO ROCHE / FOTOS: CARLOS MORET / MÁLAGA LUNES 24 DE MARZO DE 2008 SUR OSÉ Tomás, es decir, ‘El Mesías’, eligió Málaga para hacer un nuevo milagro de la resurrección de la fiesta nacional en sus manos. Y ese milagro lo hizo ante más de diez mil personas, que llenaron por completo el coso del paseo de Reding. Tomás está tocado con la varita de la divinidad. Predica atornillando los pies en el suelo y vuelve locos a sus devotos seguidores, que peregrinan desde todos los puntos de España atraídos por un torero mágico. Ocurre que con él en el ruedo hay, a veces, más tragedia que toreo, y la gente empieza a acudir a la plaza con el miedo metido en el cuerpo. Al poco tiempo de salir por chiqueros el primero de la tarde, que le cayó en suerte a Manolo Sánchez, no desaprovechó José Tomás el quite que le correspondía: se echó el capote a la espalda y, retando al viento, lanceó para que el publico entrara en calor, en una gélida tarde. Fue el primer aviso de lo que se avecinaba. A su primero lo sacó hasta el centro del platillo toreando por verónicas y chicuelinas, y rematándolas con una media y un lance a una mano que puso al público de pie. Después del primer puyacito, dejó unos lances a pies juntos. Tras el segundo envite al caballo, Cayetano quiso hacer un quite, pero desistió de ello ante la ventolera que había. Mejor. Mitin de los tres subalternos de José Tomás. Ni el lidiador ni los banderilleros estuvieron inspira- J Los toros de Jandilla no fueron aptos para el lucimiento de los diestros El valor de Tomás, que llega a la tragedia, mete miedo a la gente dos y el tercio lo resolvieron con capotazos de más y pasadas semi en falso con los rehiletes. Pero el diestro ordenó aquel desaguisado con cuatro estatuarios sin moverse que puso la plaza boca abajo. Brindó al enloquecido público malagueño la muerte de este toro, de nombre ‘Cuentaperras’. Instrumentó una serie de ajustados naturales sin inmutarse, a pesar de la embestida incierta del burel. Concluyó la faena con arriesgadas manoletinas. No se arrugó en ningún momento y el toro tuvo que variar su recorrido para no llevárselo prendido en el pitón. Petición de la segunda JOSÉ TOMÁS. Artístico recorte del torero al que sus seguidores llaman ‘El Mesías’. Toreo vertical y con los pies muy bien asentados. La rúbrica la puso con una gran estocada algo tendida y un descabello. La plaza se llenó de pañuelos. «Esto es de dos orejas en Madrid», decía un vecino de localidad. Pero la presidenta, Ana María Romero, lo dejó en una. Luego, cuando el torero paseó el trofeo y se retiró al callejón, tuvo que soportar una bronca por no conceder la segunda oreja. El quinto, un jabonero de Jandilla de nombre ‘Tacaño’, fue el peor del encierro. El toro, nada más sentir la puya, salió rebrincando del caballo. En la muleta, SUR LUNES 24 DE MARZO DE 2008 TOROS EN LA MALAGUETA FESTEJO DE DOMINGO DE PASCUA L A FICHA DEL FESTE JO Traumatismo en el muslo y rotura de fibras F Plaza: La Malagueta. Lleno de ‘No hay billetes’. Muchas caras conocidas en los tendidos F Ganadería: Cuatro toros de Vegahermosa –los cuatro primeros– y dos de Jandilla. Dieron un juego desigual. Les faltó clase y les sobró brusquedad. El quinto fue pitado en el arrastre. F Cartel: Manolo Sánchez (verde oscuro y oro): Silencio y silencio. José Tomás (nazareno y oro): Una oreja y fuerte petición de la segunda, y un aviso y dos orejas. Cayetano (catafalco y oro): Un aviso con silencio y división de opiniones. F Incidencias: Tarde muy fría. Presidió Ana María Romero. José Tomás pasó a la enfermería tras matar el quinto de la tarde y pasear las dos orejas con una herida en el muslo. A partir del quinto se toreó con luz eléctrica. embistió de forma descompuesta. En los primeros compases de la faena desarmó al torero y lo siguió. Por poco lo alcanza porque José Tomás tiene un defecto que para un torero es una gran virtud: no sabe correr. Le fallaron las piernas y cayó en la cara del animal. El castoreño lanzado por un picador a modo de quite y la rápida intervención de sus subalternos evitaron que el toro hiciera por él. Lejos de amilanarse, José Tomás volvió a las andadas y a pisar terrenos comprometidos. Este ‘Tacaño’ de mala sangre le lanzó una puñalada con su pitón derecho al pecho. La gente gritó. La tragedia se estaba masticando. Al final se imponía el valor al toreo porque enfrente no tenía a ningún colaborador. A. M. R. MÁLAGA COGIDA. El pitón izquierdo se lleva por delante el muslo de Tomás. Fue cogido por el muslo El toro entraba cabeceando, echando la cabeza arriba, y el torero sin arrugarse lo más mínimo. Y en una de esas lo prendió por el muslo, lo cogió de malas formas, y el diestro de Galapagar quedó tendido en el suelo. Todos recordamos su cogida de la feria pasada. Los toreros y empresarios de La Malagueta Francisco Rivera Ordóñez y Javier Conde saltaron prestos al ruedo para hacerle el quite. Parecido también a lo que ocurrió en agosto en este mismo coso. José Tomás se levantó maltrecho. El cuello lo tenía ensangrentado; no se sabía muy bien si era por la sangre del toro o del torero. Parecía el Nazareno cuando iba camino del Calvario. Su traje de luces, precisamente, era de ese color, nazareno y oro. Sin mirarse cogió la muleta y volvió a la cara del toro para torear con la izquierda. Cada muletazo era una subida de adrenalina por las aviesas intenciones del burel. Esa serie, con pases arrancados uno a uno, la selló con un desplante que levantó nuevamente a la gente de sus asientos. Era el delirio, la locura. «¡Torero, torero, torero!», coreaban unos emocionados espectadores. Sonó un aviso. ¡Qué más da! Un estoconazo hizo rodar al de Jandilla sin puntillas y la plaza coloreó de blanco pidiendo los máximos trofeos que, ahora sí, le fueron concedidos. Hubo pitos al toro en el arrastre y la banda de música de Miraflores y Gibraljaire, empezó a tocar el pasodoble ‘Puerta grande’. Pero José Tomás no José Tomás fue operado en la enfermería de la plaza tras la lidia del quinto toro. El parte facultativo firmado por el doctor Juan Pedro de Luna recoge que el diestro sufrió «traumatismo cerrado en la cara anterior del tercio superior del muslo izquierdo con fuerte hematoma y rotura de fibras del músculo sartorio con trayectoria de 5 centímetros hacia arriba y hacia adentro, y rotura de fibras superficiales del músculo abductor mayor». Los médicos extirparon los tejidos golpeados, evacuaron el hematoma y practicaron un drenaje. Asimismo, le atendieron de una herida en la región retro auricular de medio centímetro, que fue supurada. En el quirófano estuvo el ministro de Sanidad, el médico Bernat Soria. Fuentes sanitarias explicaron que a Tomás se le practicó anestesia local, que no se quejó en ningún momento y que preguntó por la faena de Cayetano. La noche la pasó en la clínica El Ángel. VIVIR 59 Un Cayetano desdibujado vio silenciadas sus dos faenas Manolo Sánchez: poca cosa para ser el telonero de José Tomás pudo salir por ella. Tras pasear las dos orejas por el ruedo, entró al callejón y se dirigió por su propio pie a la enfermería. Como ocurrió en la feria de agosto. La historia se repetía. Manolo Sánchez Es difícil torear antes y después de José Tomás. Esa tarea recayó en Manolo Sánchez y Cayetano, dos teloneros que no estuvieron a la altura exigible en Málaga. El diestro vallisoletano, que abrió la tarde, sólo consiguió un natural decente después de mucho empeño. Sánchez acabó dejándole la muleta para que el toro se estrellara en ella, ante la dificultad de pasarlo con cierto aseo. El educado público de Málaga guardó silencio tras matar de pinchazo sin soltar y estocada. En el cuarto, nada más de salida, le quitó el capote y el torero saltó al callejón para huir del peligro. Incomprensiblemente brindó al público. Dejó algunos naturales con regusto. Poca cosa. El toro terminó rajándose precisamente cuando al torero se le veía más predispuesto. Mató de tres pinchazos, otro hondo y un descabello. Cayetano CAYETANO. Pase de pecho al tercero de la tarde, de pitón a rabo. MANOLO SÁNCHEZ. Pase por bajo del diestro vallisoletano. Cayetano estuvo desdibujado. El tercer toro de la tarde se lo brindó a su tío Pepe Ordóñez. Empezó doblándose con ‘Ditero’, pero el viento deslució ese esperanzador inicio de faena. Ni el torero se acopló al toro ni éste se entregó al diestro. Precisó de pinchazo, estocada tendida y ocho descabellos para acabar con el animal, lo que dio pie a que sonara un aviso. Se escucharon algunos pititos, aunque la mayoría de la plaza guardó silencio. En el último, nada con el capote y menos con la muleta. Ni siquiera llevó el toro al caballo. Después de brindar al público empezó la faena por alto. Pero el toro, bronco en las embestidas, se revolvía con rapidez y provocaba algún sobresalto al diestro, que optó por lo más lógico: abreviar y matar de estocada. Hubo división de opiniones. Los toros de Jandilla –los cuatro primeros llevaban el otro hierro de la casa, Vegahermosa– no fueron aptos para el lucimiento. La empresa de La Malagueta consiguió que ayer fuera Málaga el foco de atención taurina de España. Por eso, al término de la corrida, varios aficionados felicitaron a Fernando Puche por programar ese cartel. Lástima que Manolo Sánchez y Cayetano no estuvieran a la altura que de ellos se esperaban. Sin duda, se vieron afectados por el vendaval, pero no el que sopló ayer tarde en la plaza, sino el que ofreció José Tomás con su valentía y vergüenza torera.