Los autores considerados en el presente volumen

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PRESENTACION
Los autores considerados en el presente volumen examinan las nuevas dimensiones
de la seguridad regional, derivadas de los camhios en el escenario internacional. Aunque
algunos textos fueron escritos antes de la implositín de la URSS, se ha estimado incluirlos
en sus versiones originales, dehido a que conservan un valor indiscutihle en la temática de
la transil:ión estratégica de Améril:a Latina.
El fin de la guerra fría. la expansión de la democracia y de las economías de
mercado en América Latina han camhiado algunas, pero no todas, las condiciones de la
seguridad regional. Por ello, dehemos precavernos de creer que estos camhios son condición
suficiente para estahlecer nuevas relaciones de seguridad en el hemisferio.
No existe, y es necesario tener. una definil:itín común cuando hahlamos de temas
estratégicos y de seguridad. Siguiendo a Huntington, "la estrategia implica un oponente, un
conflicto, una competencia, una situacÍl'ín en la cual un individuo o un grupo está tratando
de alcanzar un ohjetivo en contra de otro grupo o individuo. Una estrategia nacional implica
el desarroll1o del uso de una amplia gama de recursos ... por un gohierno para alcanzar sus
ohjetivos a pesar de la oposición de otro gohierno o grupo" l. AsL los intereses de seguridad
son parte de los intereses nacionales y, a su vez. ohjeto de una estrategia nacional específica
para protegerlos.
Dada la creciente amplitud de las vulnerahilidades nacionales en un mundo
crecientemente glohalizado, se corre el peligro de exceder el concepto de seguridad a
prácticamente todas y cada una de las dimensiones nacionales e internacionales. En los
últimos años, se ha ohservado una extensión ahusiva del concepto de "interés de seguridad"
llevándolo a aharcar prácticamente todos los principales temas de la vida nacional e
internacional. Esta tendencia se ha visto pronunciada junto al incremento de la
internacional ización y glohal ización. Diversos autores tienden a extra-l imitarla. Así, se
identifican las nuevas tareas militares en América Latina con prohlemas relativos a la
contaminación, derechos de aguas. drogas. comercio. medio amhiente, inmigración,
democracia. derechos humanos. resolución pacítica de controversias. ecología, alimentación,
y atencitín de salud. Y se exhorta a una mayor extensi6n aún del concepto, hacia los
llamados "nuevos temas".' Desde otro ángulo. se definen las nuevas tareas militares como
de apoyo a las democracias, de proveer simhologías de nacionalidad y soheranía. el control
de insurgencias, la lucha contra narcotraficantes. la construcción de la nación, y la
1 Samuel P. Huntington, "The Evolution of U. S. National Strategy". en Daniel 1. Kaufman,
David S. Clark, and Kevin S. Sheehan. U.S. Narioll(/I Securir)' S{ra{egy Jor {he 1990s (The Johns
Hopkins University Press: Baltimore. 199\), pp. 11-12.
~ Howard J. Wiarda, "U.S. Strategic Policy in Latín America in the Post-Cold War Era", en L.
Erik Kionnerod (Editor), El'v/l'illg U.S. S{ra{('gy ji'" L(/{ill Alllcric(/ (//1(/ {he C(/rihhe(/II (National
University Press PuhlicatlOns: Washington, D.e .. 1992). p. 34 .. pp. 28 Y 35.
rrot~ccií5n
de las fronteras. ~ O hien, se definen pel ¡gros a la seguridad de los EE. UU. en
torno al tráfico de drogas. el servicio de la deuda, la degradaci6n amhiental, la inmigraci6n
y la existencia de fuerzas anti-democráticas. 4 Esta ampl itud tamhién se observa en trabajos
colectivos, en los cuales se afirma que "la nueva constelación de desafíos y oportunidades
hemisféricas exigirá prestar una atención concertada a una amplia agenda de cuestiones
superpuestas relacionadas con la seguridad. Cualquier listado de este tipo ciertamente deherá
incluir: las defensa de la democracia en la región: manejo de problemas residuales de la
Guerra Fría; insurrecciones y terrorismo local: comhate al narcotráfico; cuestiones de
migración y refugiados; defensa hemisférica y cooperación militar; limitación de la
producción de armas y control de exportaci6n de las mismas; relaciones cfvico-militares;
seguridad energética; cuestiones sociales; disputas y resoluci6n de conflictos; el papel de los
organismos interamericanos y mundiales en la seguridad; y la posibilidad de ampliar la
cooperación hemisférica en el plano polftico y de seguridad en un escenario global".5 Asf,
el concepto de seguridad se vuelve cada vez más inútil.
Por estas razones, para los efectos de desarrollar políticas especfficas, es necesario
focalizar el sentido en el que se usarán los términos estratégicos y de seguridad. El concepto
de "estrategia de seguridad", en materias que se refieren a su componente militar, dehe
referirse a todas y cada una de aquellas materias que impl ican directa o indirectamente el uso
de la fuerza militar o de las instituciones armadas en las relaciones internacionales de los
países. Así, "estrategia militar es el uso de los recursos militares por parte de un gobierno
para alcanzar sus objetivos a pesar de la oposición de otros grupos de personas".6 El objeto
de reflexión de los estudios estratégicos, centrado en las relaciones de seguridad intra­
latinoamericanas, así como las existentes entre EE. UU. y América Latina, tendrá a las
fuerzas armadas latinoamericanas y las poI íticas de defensa nacional como su objeto
primord ial. Esta opción surge, además, de las propias nociones de profesional ismo castrense
y relaciones civil-militares en EE.UU. y los países industrializados, especifica y circunscrihe
tales roles a la defensa nacional, destacándose el papel positivo del profesionalismo
castrense. 7 Igualmente, el común interés hemisférico por la democracia exige que los
3 Gabriel Marcella and Fred Womer, "Mutual Imperatives for Change in Hemispheric Strategic
Policies: Issues for the 1990s", en L. Erik K.ionnerod (Editor), Evolving U.S. Strategy for Latin
America and the Caribbean, op. cil., p. 56.
4 Gregory D. Foster, "Latín American Contlict: A Paradigm for U.S. Strategic Reorientation",
en ¡hid., p. 83.
5 Universidad Nacional de Defensa, "Refinando los intereses de Estados Unidos en América
Latina. Un estudio estratégico para el Subsecretario de Defensa para Asuntos Interamericanos" (Fort
Lesley J. McNair, Washington, D.C.: Febrero de 1992), p. 5.
6
¡hid.
7 Howard J. Wiarda, "U.S. Strategic Policy in Latín America in the Post-Cold War Era", en L.
Erik Kjonnerod (Editor), Evolving U.S. Strategy f()r Latin America ami the Carihbean, Op.cil., p.
34.
2
estahlecimientos militares latinoamericanos reduzcan su difusividad de roles --que conspira
contra una estahil ¡dad democrática-- y la concentren precisamente en torno a aquellas tareas
profesionales y militares requeridas por la defensa nacional. Una política legítima. creíble
y estahle, en estas materias, exige evitar dohles estándares, uno para las FF.AA. de los
EE. UU. y otro para las latinoamericanas.
En esta perspectiva, David Mares ahorda la postura de los EE. UU., su política de
seguridad en la región y muestra cómo está determinada por factores internacionales. que
en la actualidad dicen relación con el carácter unipolar del mundo. Ello significa que
EE. UU. no necesita preocuparse de rivales mil itares en América Latina. En el contexto de
postguerra fría, el foco político-militar de EE. UU. es reemplazado por cuatro temas: el
narcotráfico, la democracia, los derechos humanos y el control de armamento. Afirma que,
como consecuencia de la nueva política de seguridad hemisférica, América Latina perderá
para EE.UU. su coherencia geográfica y, en lugar de una política hemisférica, habrán
políticas suhregionales según el tema. El Carihe, Perú y Bol ivia tendrán pocas posibilidades
de contrarrestar la presión estadounidense, mientras que en el Cono Sur exitirá espacio para
el desarrollo de acuerdos de seguridad propios.
Circunscrihiendo algo más el campo, Alejandro Wolff señala que los camhios
internacionales han posibilitado un aumento de la cooperación en materia de seguridad entre
EE. UU. y América Latina. Sin emhargo, a pesar de que se han resuelto las disputas
fronterizas, ha desaparecido la amenaza comunista, y las fuerzas armadas han estado
sometidas a un proceso de reestructuraci6n. persisten como graves amenazas a la seguridad
regional el terrorismo, el narcotráfico, la degradación ecológica, los intentos de golpes de
estado. La cooperación militar entre EE. UU. y América Latina debe entenderse en este
nuevo contexto y debe considerar, además de los programas de entrenamiento militar y los
intercambios militares periódicos, el papel de la ONU y la OEA en la resolución de
conflictos. y los esfuerzos de control de armamentos convencionales y no convencionales.
Desde un ángulo latinoamericano. la contrihuci6n del general Edgardo Mercado
Jarrín. se inscrihe en la categoría amplia del concepto de seguridad. Este distingue como
principales camhios del sistema internacional la creciente importancia de la Cuenca del
Pacífico, la constitución de grandes hloques geoeconómicos (Comunidad Europea, Canadá­
EE. UU., Sudeste asiático), y la crisis de los países del "socialismo real". A partir de estas
transformaciones. define un nuevo discurso de seguridad que. a nivel global, está sustentado
en la "Declaración de Londres", que enfatiza el carácter defensivo de la OTAN. En el nuevo
contexto. los temas principales de la agenda internacional de seguridad se refieren a su
dimensión no exclusivamente militar. a la resolución de amenazas provenientes del
narcotráfico y la degradación del medio amhiente: su carácter glohal y compartido. lo que
significa considerar los intereses de los adversarios: el énfasis en la cooperación y
negociación más que en la confrontación. En el caso de América Latina, sostiene que el
sistema de seguridad colectiva se elahoró en hase a la posihilidad de una intervenci6n
soviética y una expansión de la ideología comunista promovida desde Moscú, dos premisas
que han perdido sustento. Los actuales desafíos de seguridad en Sudamérica surgen. no de
aspectos militares. sino de "las limitaciones al desarrollo económico y social. la pohreza
3
crítica. la marginalidad, la subversión y guerras civiles. el narcotrático, el terrorismo, los
movimientos migratorios interestatales".
Una visión diferente aportan Gustavo Druetta y Luis Tibiletti. quienes subrayan que
la rápida transformación del escenario internacional se ha traducido en la necesidad de
reformular los sistemas de seguridad. Destacando la dimensión militar de la seguridad
hemisférica, postulan el concepto de "Seguridad Estratégica Regional", el que no abarca
todos los aspectos de "seguridad", sino s610 los exclusivamente militares. El nuevo modelo
de seguridad debe estar basado en la prevenci6n de la escalada de conflictos, eliminaci6n de
las tensiones fronterizas, utilización de las experiencias internacionales sobre medidas de
confianza mutua y cooperaci6n militar, y modo en que la defensa nacional de cada país se
articula con la seguridad regional y global. La viabilidad de su aplicaci6n en el Cono Sur
dependerá de la incorporaci6n de los elementos anteriores; su carácter complementario y no
confrontativo; y el resultado de un trabajo mancomunado de cancillerías, ministerios de
defensa, fuerzas armadas y parlamentos.
Se ha asumido incorrectamente que el fin de la guerra fría tendría los mismos efectos
en los países latinoamericanos que en los EE. UU. Es preciso destacar, que el efecto del fin
de la guerra fría en los países latinoamericanos es distinto al observado en los países de la
OTAN. En la medida que los países latinoamericanos no estuvieron realmente involucrados
en la mantención de la seguridad internacional de guerra fría --como veremos más adelante--,
salvo en el período 1952-1960, el término de ella no ha afectado de la misma y determinante
manera sus intereses de seguridad y sus poi íticas de defensa. No obstante, la necesaria
reducción presupuestaria y de personal en curso en los EE. UU. se tiende a extender
mecánicamente a los países latinoamericanos. Sin embargo, esta extensión simple de una
parte de la política estadounidense no alcanza otros campos en los cuales continúa un
desarrollo militar importante. Tal es el caso del desarrollo de tecnologías militares y nuevos
sistemas de armas. De esta forma, no es aceptahle por la parte latinoamericana que, al
desarrollo tecnológico de las fuerzas mil itares de EE. UU. y de la OTAN, le corresponda un
subdesarrollo tecnológico regional. Así, se estarían apl icando --una vez más-- estándares
dobles en la relaciones hemisféricas.
Para los estados latinoamericanos. los nuevos intereses de seguridad y las nuevas
percepciones de amenaza no son tan distintas a las del pasado. Otras son las condiciones que
indudablemente han moditicado la inserci{)n estratégica de estos países. Tales son los
camhios en las formas de relación económica internacional. Estas no han tenido el mismo
dramatismo en los EE. UU. como en la región latinoamericana.
No es fácil establecer nuevas relaciones de seguridad. aun cuando el medio
estratégico-militar haya camhiado. Existen las llamadas "lagunas culturales"s, las que, como
veremos más adelante, se ohservan actualmente tanto en los EE.UU. como en América
Latina. Estas muestran que, a pesar del camhio de las condiciones materiales, ciertos
complejos cognitivos continúan teniendo vigencia para los formuladores e implementadores
8
4
William F. Oghum, Social Challge (Viking Press: New York, 1932), p. 200.
d~
políticas.') Estas lat~ncias y r~siduos en matérias de seguridad hemisférica hac~n que
cambios estructurales sean más hien cond iciones necesarias. mas no suficientes, para
el diseño de una nueva relaci(ín. Así. en el futuro. estos vínculos estarán más determinados
por las percepciones de am~naza y los marcos conceptuales para detinirlas --las condiciones
suticientes--. que por los camhios mundiales últimamente ohservados, los que sólo serían sus
cond iciones necesarias.
~stos
En este contéxto de temas propiamenté de s~guridad. Thomaz Guedes da Costa
la postura estratégica de los países sudamericanos. sus percepciones. señalando
como nuevos elementos una menor interacción con EE. UU. y mayores nexos con potencias
extra-continentales (Gran Bretaña, Francia. Italia. Alemania, China. Japón), la resolución
pacífica de controversias, la contención del desarrollo de armas nucleares. Tratando de
proyectar comportamientos hacia el futuro, menciona que temas como el narcotrático,
soheranía de la Antártida, destino de las florestas nacionales, podrán abrir un campo de
cooperación y negociación, pero tamhién. por estar relacionados con cuestiones de soheranía
nacionaL podrán ser origen de controversias entre estados. Centrándose en el caso de Brasil,
destaca que hay una revisión de la concepción estratégica. la que está determinada por los
esfuerzos por integrarse en la estructura económica del mundo industrializado, la
reestructuración de las fuerzas armadas. la revisi(ín de proy~ctos nacionales vinculados a la
seguridad nacional -particularm~nt~. el programa nuclear-. Otros temas que se incluyen en
la agenda brasiJera de seguridad son las actividades de narcotraticantes y terroristas en zonas
fronterizas de Colomhia, Perú y Bolivia con Brasil: y la situación ecológica de la Amazonía.
~xamina
En la misma dirección. Alcides Costa Vaz estudia la posición hrasilera frente a la
seguridad regional, examinando la política nuclear. el programa aeroespacial y el desarrollo
de la industria hélica nacional, y colocando énfasis en las iniciativas de desarme y control
de armamentos. Destaca los planes conjuntos desarrollados con Argentina y la importancia
de alcanzar nuevas formas de cooperación a nivel regional. en temas como situación de la
Amazonía. narcotrático. zonas fronterizas. detinición de una política de defensa.
Finalmente. el trahajo de Gladys Lechini de Alvarez tiene la particularidad de
considerar a un actor extracontinental en las cuestiones de seguridad de América Latina.
Analiza la política exterior de Sudáfrica y su incidencia en el escenario de seguridad de
Sudamérica. teniendo como principales factores la propuesta de crear una Organización del
Tratado del Atlántico Sur -la que no prosperó- y la declaración que estahlece el Atlántico
Sur como zona de paz y cooperación -aprohada por la ONU en 1986-. Destaca que, con el
ahandono del esquema Est~-Oeste y los camhios ohservados en Sudáfrica -tras el término del
"apartheid" -. cohran importancia nuevas formas de seguridad comrartida. que enfatizan el
9 Al respecto. ver: Lars Schoultz. "Uniteu States Values anu Approaches to Hemispheric Security
Isslles". Papa presenteu al lhe Conference on Sccuriry, Del/IO(,/"I/cy l/lid DC\'eloplllellt ill the We.l'tern
Helllisphere. North-Sollth Center. Universily of Miami. Fehruary 25-27.1993: FreJrick B. Pike, 771e
Ullited St{lte.l' {1m! Lmill AllleriCII. Myths {1m! S{ereurype,\' (!l CiI'iliz,arioll l/m! Culture (AlIstin:
University of Texas Press, 1992): y Michad H. Hunl. Ideulugy I//I(! U.S. Foreigll Polil)' (New
Haven: Yak Universily Press. 1987).
5
aumento de la contianza mutua más que la amenaza. En el nuevo escenario, Sudáfrica deja
de ser una amenaza externa, y comparte realidades similares con el Cono Sur de América
(transici6n democrática. distensión con los países vecinos. predominio de instancias de
cooperación, redefinici6n del rol de las fuerzas armadas, disminución del presupuesto
militar).
Considerando la complejidad de la transicilín estratégica mundial y de seguridad
regional. pensamos que, antes de formular políticas que comprometan recursos humanos y
económicos a nivel hemisférico, es útil revisar las continuidades y cambios que se observan
actualmente en materia de seguridad. así como examinar exhaustivamente la base conceptual
de los mismos.
Augusto Varas
Editor
Isaac Caro
Editor Asociado
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