UN MENSAJE PERFECTO UN MENSAJE PERFECTO

UN MENSAJE PERFECTO
Un mensaje es una comunicación verbal o escrita que
transmite una noticia, es un suceso, una novedad que se da a
conocer.
Ya no se reciben cartas como antes, nadie escribe y se perdió
el gusto por enviar comunicaciones por escrito, era un
verdadero arte que permitió conocer gran parte de la
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historia personal de muchos grandes hombres a través de los
tiempos y la historia misma se basa en testimonios escritos.
Las noticias se nos comunican ahora por medio del teléfono,
la T.V., la computadora, todos podemos saber lo que ocurre
en el último lugar del mundo en el preciso instante en que
sucede.
Se difunden falsamente noticias sobre el fin del mundo y no
podemos ignorar los terremotos, las guerras, los atentados,
crímenes, suicidios, accidentes. Hay programas enteros que
se dedican a investigar el lado oscuro del ser humano,
exhiben vicios y perversiones para despertar el morbo y
desgraciadamente lo consiguen pues se refleja en el alto
“raiting” que mantienen.
¿Por qué ese agrado por interesarnos en las cosas malas y
desagradables?
¿Por qué el desinterés por las cosas buenas?
¿Por qué los mensajes positivos no tienen aceptación?
Hay un mensaje que nos comunica la mejor noticia que
puede recibirse, la noticia de nuestra salvación de la
salvación del mundo. Es el mensaje perfecto. La Buena
Nueva; el Evangelio que nos enseña a vivir.
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¿Por qué oímos hablar del Evangelio y a veces, de los
Evangelios?
La palabra "Evangelio" es de origen griego, y era su
significado diferente al que le dio después el cristianismo,
"evangelio" significaba la recompensa que se daba a los
mensajeros portadores de una buena noticia, la que se le
llevaba al rey de algún triunfo en la batalla, de la rendición
del enemigo.
Con el tiempo la palabra evangelio se identificó con la
noticia misma.
Después en la traducción griega del Antiguo Testamento, se
utiliza en Isaías para anunciar la llegada del Reino de Dios.
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La palabra Evangelio primero anuncia la venida del
Mesías, y cuando El viene, se toma la palabra como la buena
noticia de Jesucristo enviada por Dios a los hombres.
En el siglo II la palabra adquiere una nueva connotación al
darse este nombre a los escritos de los cuatro Evangelios.
Notemos pues la diferencia: El Evangelio es el mensaje o
doctrina de Jesús Nuestro Señor y los "evangelios" los libros
que recogen este mensaje. Es decir, no hay más que un
Evangelio.
Todos los hechos de Jesús, su vida, sus milagros, su
predicación, su muerte y resurrección. Todo es Evangelio.
Los cuatro Evangelios, así en plural, son los libros
compuestos por autores inspirados por Dios en los que se
narra el gran acontecimiento: Jesucristo con su vida, sus
hechos, sus palabras.
Los Evangelios son solamente modos de interpretar el único
Evangelio. Por eso decimos Evangelio según San Mateo o
según San Lucas, etc. Es decir, es según la particular visión
o comprensión de los distintos evangelistas.
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Existe una íntima e indisoluble relación entre los Evangelios
y la vida de la Iglesia primitiva: Nacen en la Iglesia y para
la Iglesia.
Cada evangelista ha plasmado el mismo Evangelio, pero
cada uno tiene su forma personal de presentar el mensaje de
Jesús y un estilo literario característico. Son verdaderos
autores inspirados por Dios.
¿Cómo y para qué se escribieron los Evangelios?
Todo hace pensar que la vida, hechos y enseñanzas de Jesús
se transmitieron primero oralmente. Fue la tradición más o
menos fija de los recuerdos que la comunidad apostólica
conservaba.
Recordemos que Jesús enviaba a predicar a sus discípulos
antes de su muerte, seguramente repetían lo que habían
visto y escuchado recientemente "los tiempos se han
cumplido; el reino de Dios está cerca, convertíos y creed en el
Evangelio" (Mc. I - 15) transmitían fielmente las parábolas
sobre el Reino y sobre la urgencia de la conversión. Eran
discípulos del Maestro. Del único Maestro perfecto, por lo
tanto, seguro es que habían tomado fielmente cada palabra,
cada hecho de Jesús.
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