ASPECTOS ETICOS Y DERECHO DE AUTOR

Anuncio
ALGUNOS ASPECTOS ÉTICOS EN LA PUBLICACIÓN CIENTÍFICA Y DERECHO DE
AUTOR
La publicación científica en el ámbito sanitario, constituye un importante instrumento para la
superación de los profesionales de este sector, de ahí que se deba garantizar su validez,
oportunidad, así como el cumplimiento de otros atributos que dan cuenta de su calidad. Para
ello es muy importante que se cumplan las normas que dicta la ética de la publicación científica.
El análisis de la ética de la publicación deberá vertebrarse en dos sentidos: de una parte el autor,
quien deberá cumplir una serie de normas por conducto de las cuales se garantiza la óptima
calidad de su artículo, y de la otra el director y los asesores o árbitros quienes tendrán la
responsabilidad de publicar lo mejor dentro de los trabajos que a ellos llega. Para ello, deberán
actuar acorde con los principios éticos reglamentados para esta actividad.
A pesar de existir normas que regulan el comportamiento de los autores, es realmente alarmante
cómo han proliferado conductas tan reprobables como el fraude, la autoría inflada, y otros que
dan la medida de la problemática ante la que nos encontramos.
Otro tanto sucede con los directores, comités de redacción y árbitros. En ellos se han detectado
violaciones éticas, consideradas como “sesgos de la publicación”.
“ Importancia de la originalidad
Las principales esferas de interés, a menudo relacionadas entre sí, son la originalidad y la
propiedad intelectual (derechos de autor). Si se quiere publicar nuevamente el trabajo de otro y,
a veces, el propio, resulta necesario obtener algunos tipos de autorización, a fin de no ser
acusados de plagio o de violación de la propiedad intelectual.
En la publicación de trabajos científicos, el aspecto ético de la cuestión resulta todavía más
acusado, porque la originalidad en la ciencia tiene un significado más profundo que en otros
campos. Un relato literario, por ejemplo, puede reimprimirse muchas veces sin violar principios
éticos. Un trabajo de investigación primaria, sin embargo, solo puede publicarse una vez en una
revista primaria.
“ Publicación múltiple
La publicación múltiple sucede cuando se fragmenta un artículo para producir varios
manuscritos. Esta práctica no es una falta ética cuando hay razones válidas para subdividir el
trabajo; por ejemplo, algunas investigaciones tienen componentes independientes y puede ser
preferible publicarlos aparte. La falta ética sucede cuando el artículo se fragmenta para abultar
la lista de publicaciones del autor.
La publicación múltiple crea una impresión de productividad agradable para el novato y capaz
de engañar a colegas y supervisores incautos. Sin embargo, esta práctica no engaña a los
científicos que han aprendido a darle más peso al prestigio de la revista, a la importancia de la
contribución y al total de páginas impresas. Curiosamente, los adeptos a la publicación múltiple
tienen que publicar más artículos para alcanzar el mismo prestigio que otros investigadores
alcanzan con un número menor de contribuciones importantes. La publicación múltiple dispersa
la información científica a través de varias revistas, dificultando su adquisición y aumentando la
probabilidad de que no se considere posteriormente toda la información pertinente.
33
“ Autoría injustificada
El número de artículos en coautoría y el número de autores por artículo científico han
aumentado notablemente durante las últimas cuatro décadas. Sin lugar a dudas, esto se debe en
gran parte al aumento en la complejidad de la ciencia, al incremento significativo de estudios
interdisciplinarios, y a la comunicación rápida y efectiva entre los científicos. Sin embargo, a
veces el número de autores no guarda proporción con la naturaleza y la complejidad de la
investigación. Se incurre en la autoría injustificada cuando se incluyen como autores a personas
cuyas contribuciones fueron mínimas o nulas.
Todos los autores de un artículo científico deben contribuir significativamente al desarrollo de la
investigación. Como regla general, todos los autores deben participar en por lo menos dos de las
cuatro fases del proyecto: planificación, obtención de datos, interpretación de los resultados y
preparación del manuscrito. Todos los autores deben estar capacitados para explicar la
investigación realizada y todos deben aprobar la versión final del manuscrito.
Las siguientes contribuciones merecen una mención en la sección de agradecimientos pero no
justifican la autoría de un artículo:
•
Proveer el material estudiado
•
Acompañar al investigador durante excursiones al campo
•
Sugerir el tema de la investigación
•
Facilitar separatas y fotocopias de artículos
•
Proveer espacio y equipo de laboratorio
•
Leer y criticar el manuscrito
•
Pertenecer al laboratorio o equipo de investigación
•
Ser empleado del laboratorio
•
Ser director del laboratorio
Un aspecto sobre el se quiere llamar la atención, por la frecuencia en que se presenta, y por la
gravedad del hecho es, la inclusión dentro del grupo de autores a “personajes”, bien porque
estos últimos ejercen su poder sobre los autores, o porque los autores desean congraciarse, en
pos de alguna ventaja ulterior.
Dependiendo de su severidad, las faltas éticas se castigan con sanciones que incluyen pérdida
del empleo, cancelación de la subvención, anulación de elegibilidad para solicitar subvenciones,
devolución de fondos usados incorrectamente, suspensión temporal como investigador,
investigar bajo la supervisión de un colega, recibir reprimendas oficiales, retractarse
públicamente por la ofensa cometida y asistir obligatoriamente a conferencias o cursos sobre
integridad científica.
El alza en el número de violaciones éticas ha generado medidas para prevenir, identificar y
penalizar este comportamiento. Estas medidas incluyen:
•
Concientizar al personal mediante conferencias, talleres y cursos sobre integridad
científica.
34
•
Establecer políticas institucionales que detallan el procedimiento para informar,
investigar y resolver las imputaciones éticas. Estas políticas también protegen al
acusador contra represalias por parte de colegas o funcionarios de la institución.
•
Establecer comités de ética compuestos por pares que investigan imputaciones y
recomiendan sanciones.
•
Orientar a los investigadores sobre los criterios de evaluación y el nivel de productividad
que deben alcanzar.
“ Responsabilidad con la Institución Patrocinadora
Como autor tienes dos obligaciones éticas importantes con la institución donde hiciste la
investigación:
1. Reconocer el apoyo recibido colocando la dirección de la institución debajo de tu
nombre, aunque ya no estudies o trabajes en la misma y posteriormente incluyes tu
dirección actual.
2. Determinar si la institución tiene como norma aprobar los manuscritos antes de que se
sometan para publicación. Algunas instituciones tienen esta regla para velar por la
calidad de las publicaciones o para evitar que se divulgue información confidencial o con
potencial económico. Por lo general, debemos enviar el trabajo al Consejo Científico del
centro (órgano asesor del director) para su aprobación. Luego, si procede, con el aval
recibido se envía editorial.
“ Responsabilidad con la Revista
Como autor tienes dos obligaciones éticas importantes con la revista que recibe el artículo:
1. Nunca sometas el manuscrito simultáneamente a más de una revista. Algunos autores violan
esta regla para ahorrar tiempo, pero no piensan que le hacen perder el tiempo a los
árbitros y a los editores de las demás revistas. Esta práctica se descubre, con
consecuencias graves para el autor, cuando los editores le envían el manuscrito a los
mismos árbitros.
2. Nunca sometas para publicación un artículo que ha sido publicado en otra revista,
aunque haya aparecido en una publicación de poca circulación o en otro idioma. Debes
obtener la aprobación previa de ambos editores si crees que la publicación dual se
justifica.
Consulta con el editor de la revista si tienes una página de Internet que contiene parte de la
información incluida en el artículo. Los editores de algunas revistas opinan que este material ha
sido publicado y no aceptan publicarlo nuevamente.
Para que un artículo sea sometido a revisión por el Comité Editorial, deberá presentarse con una
carta firmada por cada uno de los autores como requisito indispensable, para evitar el
desconocimiento de la publicación por parte de alguno de ellos y por lo tanto algún problema
posterior. Ya registrado el artículo se somete a revisión o proceso de arbitraje, a otro colega del
mismo campo, ya sea interno o externo. Al enviar un artículo a un revisor se le anexa una guía
de evaluación de artículos para facilitar la revisión de trabajos y garantizar un dictamen más
completo, asimismo se envía una hoja para emitir las sugerencias a los autores.
35
Deontología del estilo
Este aspecto se refiere a la actitud que debe asumir el autor que decide publicar un trabajo
científico en una determinada editorial. Así, aunque en el contexto internacional se han
propuesto varias normas, (entre ellas, la más utilizada en el ámbito de las ciencias médicas y de
la salud es la adoptada en reunión efectuada en Vancouver, conocida como “Requisitos de
uniformidad para los manuscritos presentados a las revistas biomédicas”), cada editorial es
autónoma y, consecuentemente, podrá proponer otras regulaciones o hacer adaptaciones a
normas existentes, las que los autores deberán cumplir estrictamente. Ello está dentro de los
deberes de los autores para con la casa editora donde pretende insertar su trabajo.
Es una violación de la ética por parte del autor, no ceñirse a las regulaciones exigidas por la casa
editora; de hecho si esta última se respeta lo suficiente, deberá hacer valer ese derecho,
denegando a priori todo ejemplar que le haya sido enviado sin cumplir los requisitos exigidos.
En los últimos años se han generado, para las revistas médicas, las llamadas Instrucciones para
los autores o Información a los autores, ello permite de un lado marcar la identidad y estilo de
ésta, y del otro hacer más fácil la publicación de artículos de mejor calidad de presentación.
El autor no debe considerar estas normas como una camisa de fuerza que le restringe su libertad
de acción y creatividad, sino una guía que le ayuda a mejorar su artículo al obligarlo a eliminar
de él ideas oscuras o superfluas, los excesos de datos y todas las informaciones estériles,
logrando así un documento de calidad superior.
Esto, aunque pudiera parecer un formalismo, tiene un significado ético, en tanto garantiza una
mejor revisión por los árbitros.
La deontología del estilo permite, “no sólo uniformar el estilo de redacción sino proteger a los
propios autores, al tener que ver con la manera en que se trasmite el mensaje del artículo”. Así,
un autor que actúe en consonancia con esta modalidad de la ética, publicará un documento que
cumpla con los rasgos de claridad, concisión, orden, precisión, fundamentación, razonabilidad y
sucesión lógica de oraciones, párrafos y secciones hacia los que, precisamente, está orientada la
información de referencia; lo que posibilita la comunicación de un trabajo cualitativamente
superior.
Ética de la rectitud
Los que han abordado esta modalidad de la ética señalan que para un científico la decisión de
publicar, debe estar mediada por el noble anhelo de dar a conocer los resultados de su trabajo,
aportando así un grano de arena a la comunicad científica. Sin embargo, muchas veces múltiples
factores determinan que esto no sea así y que la publicación se convierta para algunos en un
modo de vida, pues engrosando la lista de éstas se puede ascender de categoría académica o
científica, a la vez que se puede aspirar a un mejor puesto de trabajo, con su respectiva ventaja
económica.
Múltiples son las trampas que un falso científico puede hacer, con la finalidad de ascender
vertiginosamente, a cualquier costo. Ellas se mueven desde jugar con los datos, falseándolos,
fraccionar trabajos, hasta el repudiable plagio, tan de moda en los últimos tiempos, pasando por
la autoría de conveniencia, que facilita (a modo de trueque), la falsa ayuda de colegas o amigos,
que son premiados al incluírseles en trabajos que jamás realizaron.
36
Ética de la veracidad
Si la publicación científica tiene como principal propósito poner al alcance de todos, los
resultados de las últimas investigaciones sobre distintas problemáticas, en ella no cabe la
trampa, la falsificación, el fraude y otras conductas tendenciosas y manipuladoras de esa
realidad. Ello impone al investigador que deba comunicar con sinceridad los resultados
obtenidos, y evitar todo lo que se aleje de una conducta ética en este sentido, es decir, el
científico tiene que exponer a toda costa la verdad encontrada, aunque ello le represente un
“aparente retroceso”, al arribar a resultados que contradigan toda una práctica anterior.
Lo anteriormente expuesto, sirve para censurar la actitud de algunos investigadores que ante
situaciones como las descritas, o bien no publican los resultados, o por el contrario, los alteran
para poder adherirse a lo encontrado por otros autores, o por ellos mismos un momento
anterior. Así, hemos oído a determinado autor expresar que no publicará los resultados de cierto
ensayo clínico, pues éstos no coinciden con los encontrados por los autores precedentes. Claro
está, que en ocasiones la actitud de los investigadores no es mal intencionada, sino ingenua, en
la que ha tenido mucho que ver la tendencia, que durante años han asumido determinadas casas
editoras, al no publicar los llamados ensayos negativos, lo que se incluye dentro de los sesgos de
publicación.
En Cuba, no se ha reportado esta problemática en magnitud tan alta como la encontrada en
otros contextos. Quizás sea porque aquí no existe una elevada competencia para aspirar a
determinado puesto de trabajo, por lo que, generalmente, no hay que recurrir a la lista de
publicaciones para decidir la ubicación de los candidatos. En segundo lugar, porque no se ha
desarrollado entre nuestros profesionales una cultura de publicación. Así, si bien no se han
viciado por malas “mañas” de algunos foráneos, sí se han visto privados de comunicar,
oportunamente, los resultados de importantes estudios. A la vez que se han convertido en
blanco perfecto, o individuos frágiles, listos para ser utilizados de forma malintencionada por
delincuentes que tras el ropaje de la ciencia, pueden robarnos lo que no fuimos capaces de
comunicar oportunamente.
“ Responsabilidad del Director de la editorial
El director de una editorial es una pieza clave dentro del proceso de la publicación científica de
las distintas revistas que están bajo su mando. De hecho, él es el principal responsable de que
éste transcurra de manera transparente. Por tal razón, usualmente, se acostumbra poner en
semejantes cargos a personas de prestigio, que previamente, han desempeñado cargos donde
han probado su honestidad, y en general, su ética profesional. Sin embargo, ello no elimina que
en torno a su funcionamiento, se establezcan normas que organizan su trabajo, acorde con la
responsabilidad que su cargo entraña. Entre ellas se han señalado el deber de libertad editorial,
de justicia, de eficiencia, de agradecimiento, de rectificar y de mantener la prioridad de la prensa
científica, a las que agregaría el deber de confidencialidad del cuerpo arbitral.
El director, principal responsable de la casa editora, debe ante todo impartir justicia. Por ello es
necesario que éste, ante la toma de una decisión trate de ser profundo, de suerte que la
probabilidad de cometer una injusticia sea lo más baja posible. Recordemos que un fallo emitido
por el director es generalmente, irrevocable. Él debe, ante la duda, consultar a un grupo de
expertos, para asegurarse que el fallo es correcto. También debe desempeñar un papel imparcial
ante la falta de consenso entre los árbitros o asesores.
37
“ El deber de confidencialidad del cuerpo arbitral
Si bien los árbitros desarrollan un trabajo altruista, ellos deben ser protegidos por la editorial, en
la persona del director. Esto garantiza la integridad de estas personas, evitando que sean
agredidos por autores despechados tras la devolución de su original.
Los expertos realizan su trabajo de forma voluntaria, siendo su principal estímulo el sentirse
reconocidos por la comunidad científica. Sin embargo, ello no los elude de determinadas
responsabilidades que norman su comportamiento ético. Entre estas responsabilidades han sido
señaladas las siguientes:
•
Obligación de competencia
El experto deberá revisar profundamente el artículo que se le ha enviado, lo más pronto
posible, con vistas a determinar si se considera competente o no para su evaluación. En caso
de que crea que no está apto para emitir un juicio al respecto, está en la obligación de
devolverlo a la editorial. Desde luego, que un árbitro honesto no vacilará en denegar una
propuesta para la cual se considere incapaz.
•
Obligación de secreto
El experto está en la obligación de no divulgar un artículo que aún no ha sido publicado, y
que se le ha confiado a él. La violación de este requerimiento ético puede ser fuente de
plagios de consecuencias imprevisibles, en las que por un descuido el experto se puede ver
involucrado.
•
Obligación de juego limpio
El asesor evidentemente, está en una posición ventajosa respecto a los autores, pues para su
protección se garantiza el anonimato de éste ante los mismos, sin embargo él tiene la
posibilidad de conocer quién es el autor de cada trabajo que dictamina. Es por ello que se
exige la honradez de éste. El asesor deberá ser justo en todo momento, deberá despojarse de
toda subjetividad, es decir, ha de ser objetivo, “recordando que su obligación es juzgar el
trabajo, no al autor, o su carácter, fama o ideología política. El anonimato no puede ser
tapadera para el ajuste de cuentas entre científicos rivales”.
38
“ Obras científicas y derecho de autor
Las leyes nacionales y los tratados internacionales sobre derechos de autor (copyright) protegen
a los autores contra el uso, duplicación y distribución desautorizada de sus obras. Sin embargo,
por lo general el derecho sobre el artículo científico se le transfiere a la revista cuando ésta
acepta el trabajo. Los autores no objetan esta práctica porque desconocen las posibles
consecuencias, porque es un requisito de la revista o porque la gran mayoría de los artículos
científicos no tienen valor comercial. Aunque parezca insólito, el autor que transfiere sus
derechos debe pedirle permiso a los directores de la revista para reproducir sus propias tablas o
ilustraciones en otra publicación y sobretodo para poner una copia del artículo en su página de
Internet. Algunas revistas deniegan estas solicitudes.
Los editores se reservan la propiedad intelectual, de forma que cuentan con la base legal
necesaria, actuando en su propio interés y en el de todos los autores cuyo trabajo figura en sus
revistas, para impedir la utilización no autorizada de esos trabajos publicados. De esta forma, la
sociedad editora y sus autores se encuentran protegidos contra el plagio, la mala utilización de
los datos publicados, su reimpresión no autorizada con fines de publicidad o de otra índole y
otros posibles usos indebidos.
La ley de derechos de autor de los Estados Unidos de América incluye el principio de uso
justo. Este principio permite la reproducción sin permiso (aunque otorgando el crédito
correspondiente) de parte de una obra cuando se hace con propósitos específicos; entre los
que figuran el uso en la enseñanza y la investigación.
derecho de autor en Cuba∗
El Derecho de Autor es la otra rama de la Propiedad Intelectual, encargada de regular los
derechos de los autores sobre las creaciones que presentan individualidad resultante de su
actividad intelectual, que habitualmente son enunciadas como obras literarias, musicales,
teatrales, artísticas, científicas y audiovisuales; como un intento de agruparlas según su
naturaleza, pero en realidad es tan amplio el objeto de protección del Derecho de Autor, que la
mayoría de las leyes lo regulan de manera enunciativa, utilizando términos como: tales como,
entre ellas, para no cerrar el espacio a nuevos tipos de obras que puedan surgir con el avance de
la tecnología.
Generalmente se especifican: obras escritas, orales, musicales, escénicas, audiovisuales, obras de
arte, de arte aplicado, fotográficas, referentes a la geografía y topografía, obras folklóricas,
programas de computación, bases de datos.
Como vemos, ambas ramas tienen objetos específicos de protección y diferencias sustanciales en
cuanto a los criterios de protección, así como en cuanto a la configuración y el alcance de estos
derechos.
1- El Derecho de Autor, otorga protección a la forma de expresión formal de una creación
artística, literaria o científica, no a las ideas, mientras que la protección por Propiedad
Industrial va al contenido mismo de esa creación (aunque la idea también debe tener una
exteriorización concreta).
∗
Esta información fue tomada de un documento elaborado por el Centro Nacional del Derecho de Autor (CENDA).
39
2- Para el Derecho de Autor, es un requisito esencial que la obra tenga originalidad, sin que
se requiera que sea definitivamente novedosa, sino que presente individualidad, que en
ella se imprima el sello particular de su autor, que tenga elementos suficientes que la
distingan de otra del mismo género; mientras que en el Derecho de Invenciones la
originalidad es sinónimo de novedad, condición objetiva de patentabilidad, de manera que
la invención no puede haber sido conocida públicamente con antelación.
3- La protección que otorga el Derecho de Autor es ajena a la exigencia de cualquier
formalidad, la protección se otorga por el solo hecho de la creación, de manera que el goce
y el ejercicio de los derechos no están subordinados al cumplimiento de formalidad alguna,
mientras que en la esfera del Derecho de Invenciones es requisito formal patentar la
invención y obtener una patente como documento constitutivo del derecho exclusivo de
sus titulares. No obstante, el Registro de Derecho de Autor ha tomado hoy en día una
importancia extraordinaria, debido a la necesidad de autores y titulares de hacer constar la
adquisición de este derecho.
4- Para el Derecho de Autor es intrascendente la calidad y el mérito de la obra, así como su
destino; mientras que la invención tiene una finalidad práctica o utilitaria, a los efectos de
satisfacer necesidades humanas, razón por la cual solo son patentables aquellas
invenciones que reúnan el requisito de la industriabilidad.
Estas son algunas diferencias que, para ejemplificar, establecimos tomando como referencia el
Derecho de Invenciones, pero podrían establecerse con el Derecho Marcario y los Modelos
Industriales, aunque, sin lugar a dudas, la zona con más puntos de contacto entre ambas
disciplinas, la ofrecen la protección de las obras artísticas y literarias y la protección de las
invenciones:
1. En ambas disciplinas, el objeto de protección está constituido por una aportación creadora, es
decir, un producto del ingenio humano.
2. Tanto a los autores como a los inventores se les otorgan derechos exclusivos de explotación,
que les permiten mantener estrechos vínculos de carácter patrimonial con los resultados
económicos de su obra.
3. Desde le punto de vista moral, existe la similitud en ambas disciplinas en cuanto al derecho
del creador de ser reconocido como tal en la invención o en la obra.
4. En ambos existe un plazo de protección para los derechos:
• Las obras se protegen un número determinado de años a partir de la muerte del autor.
• Las patentes se protegen un número determinados de años a partir del otorgamiento de la
misma por la autoridad facultada.
• En el caso de las invenciones este plazo es mucho más corto, al estimarse conveniente que
el término no exceda del necesario para estimular las inversiones que demandan el
desarrollo de nuevas inventivas, mientras que las facultades exclusivas de los autores no
afectan el desarrollo cultural , ni inciden significativamente en el costo de los bienes
intelectuales. En nuestro país se protegen por 50 años, pero la tendencia mundial es a
extender este plazo de protección.
Hemos visto al autor y al inventor como titulares de derechos diferentes, pero ninguno de los
elementos que hasta ahora hemos aportado impiden que una creación, aunque destinada a la
40
industria, pueda invocar también por su forma de expresión artística o literaria, la protección
por el derecho de autor.
Por ejemplo: la memoria descriptiva o el manual de aplicaciones de una invención, o en el
campo de los modelos industriales, una obra artística utilizada como dibujo o modelo industrial;
razón por la cual el derecho de autor es independiente, pero perfectamente compatible con los
derechos de propiedad industrial que pueden existir sobre una obra.
¿Para el Derecho de Autor, quienes se consideran autores?
La calificación de autor corresponde a la persona que crea la obra. Las personas físicas son las
únicas que tienen aptitud para realizar actos de creación intelectual. El autor es el sujeto
originario del derecho de autor. Las personas jurídicas no crean obras, las mismas pueden ser
titulares derivados de algunos derechos de autor. Los autores son las personas físicas que la
integran.
¿Cuál es el contenido del Derecho de Autor?
Está integrado por facultades exclusivas que conforman el contenido de esta materia: las
personales, que componen el derecho moral, permiten la tutela de la personalidad del autor en
relación con su obra y las pecuniarias, que integran el derecho patrimonial, posibilitan que el
autor efectúe la explotación económica de su obra o autorice a otros a realizarla y participe de
ella.
La mayoría de las legislaciones de derecho de autor contiene un conjunto de limitaciones o
excepciones a este derecho exclusivo de los autores y titulares de autorizar o prohibir el uso de
su obra, es decir casos en que las obras pueden ser utilizadas sin pedir autorización a los autores
y sin tener que remunerarlos, las cuales han sido motivadas por razones de política social y por
las necesidades sociales en materia de asegurar el acceso a las obras y su difusión a fin de
satisfacer el interés del público en general. Entre estas limitaciones se encuentra la reproducción
de obras para la utilización privada, la utilización de una obra a título de ilustración para la
enseñanza, la reproducción de una obra por una biblioteca u otra institución similar para
sustituir ejemplares, entre otras.
Asimismo encontramos regulada la figura de las obras creadas en el desempeño de un empleo,
la cual es muy frecuente en la actividad científico tecnológica, donde generalmente los autores
de investigaciones científicas hacen sus creaciones como parte de su contenido de trabajo,
estando la remuneración por su labor implícita en el salario que los mismos devengan. En estos
casos el derecho de autorizar o prohibir el uso de las obras y a obtener una remuneración está en
cabeza de las entidades estatales a las que los autores pertenezcan, lo que redunda en un
indiscutible beneficio económico.
En nuestro país, desde 1977 está vigente la Ley No. 14, Ley de Derecho de Autor, cuyo objeto de
protección regulado en su artículo 2, está referido a las obras científicas, artísticas y literarias de
carácter original que sea hayan hecho o puedan hacerse de conocimiento público por cualquier
medio lícito, cualesquiera que sean su forma de expresión, su contenido, valor o destino. Este
cuerpo legal se complementa con un conjunto de Resoluciones de Ministro de Cultura que
establecen las normas y tarifas con arreglo a las cuales se deben remunerar a los autores de las
distintas manifestaciones.
Dentro del conjunto de obras protegidas por el derecho de autor, tiene particular importancia
aquellas que se generan en el contexto de las actividades científicas y tecnológicas, en las cuales
41
los temas son desarrollados de manera adaptada a los requisitos del método científico,
comprendiendo entre ellas, tanto las obras de las ciencias exactas, naturales, médicas, etc, como
las obras literarias de carácter científico, obras didácticas, escritos de carácter técnico, de
divulgación científica, guías prácticas, mapas, gráficos, diseños, obras plásticas relativas a la
geografía, a la topografía, y en general, aquellas relativas a la ciencia.
De hecho, la labor de protección en Cuba se inició con los autores literarios y científicos, cuyas
obras eran utilizadas por nuestro sistema editorial, repitiendo involuntariamente el proceso
evolutivo histórico del derecho de autor que fue una consecuencia lógica de la introducción de
la imprenta.
Vinculadas a la actividad científico-técnica encontramos:
• Resoluciones 119 y 120 de 1980 que regulan de manera detallada las normas para la
concertación de contratos de edición de obras literarias y científicas en forma de libro o
folleto, así como las tarifas de pago.
• Resolución 157 de 1980 que establece las normas y tarifas para la remuneración a los
autores de colaboraciones periodísticas, en cuya clasificación están incluidas las revistas
semanarios de ciencia y técnica.
• Resoluciones 39 y 40 de 1981 que norman el sistema de contratación y remuneración a los
autores de obras científicas y literarias que son incluidas en los planes de docencia
superior.
• Resoluciones 2 y 3 de 1986, que norman el sistema de contratación para la edición de
traducciones de obras literarias y científicas en forma de libro y folleto.
• Resoluciones 10 y 11 de 1986 que norman el sistema de contratación de las obras de
literatura docente de carácter científico-técnico para la educación técnica profesional.
Como puede apreciarse, en nuestro país existe una tradición legislativa en cuanto a la protección
de obra literaria de contenido científico, manifestando el interés del Estado de garantizar
jurídicamente los derechos de autor, como estímulo al desarrollo y ampliación de la creación
artística, literaria y científica, a lo que ahora se suma la obligación de nuestro país de proteger a
los nacionales de todos los países miembros del Convenio de Berna y de la Organización
Mundial del Comercio (OMC) en la misma medida que protegemos a nuestros nacionales, como
consecuencia de la incorporación de Cuba al mencionado Convenio y al Acuerdo sobre los
Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC),
anexo a la OMC.
El CENTRO NACIONAL DE DERECHO DE AUTOR (CENDA) es el organismo que, en virtud
del Decreto No. 20 de 1978 del Consejo de Ministros, está encargado de regir la política nacional
e internacional en materia de Derecho de Autor., así como para dictar los instrumentos jurídicos
necesarios para complementar la Ley No. 14.
42
Descargar