EDITORIAL de Tierra-Mar-Aire de la Hermandad de Veteranos

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EDITORIAL de la revista “Tierra, Mar y Aire ”de la Hermandad de Veteranos
Acabamos de celebrar las Navidades y la entrada en el Nuevo Año 2010 que ya lleva recorrido un pequeño trecho. Gracias a los
Presidentes de muchas de nuestras Delegaciones que nos habéis felicitado, yo lo hice a toda la Real Hermandad en el editorial del
mes de Diciembre. Espero que hayáis celebrado estas fiestas tan entrañables, en familia y felizmente, y os deseo un magnífico Año
Jacobeo en el que la Real Hermandad peregrine a Santiago para postrarnos ante el Apóstol y pedirle por España.
La verdad que han ocurrido muchas cosas que merece la pena comentar un poco. Empezaré con la reunión del cambio climático
que congregó a todos los Jefes de Estado para hablar del asunto. Menos mal que se libraron de Al Gore, que, afortunadamente, no
compareció, lo que nos libró de pagarle una cantidad astronómica. Pues nada, mientras los máximos dignatarios discutían el cambio
climático y el calentamiento global, héteme aquí que la meteorología, siempre impredecible, se descuelga con una ola de frío, a
escala planetaria, que ha provocado nevadas hasta en Valencina de la Concepción, pueblo muy cercano a Sevilla donde mi mujer
veraneaba con su familia cuando era niña y jovencita. Creo que el calentamiento global y el cambio climático están en permanente
cambio desde que el mundo existe y se deben más a la “precesión de los equinoccios” que a los aerosoles.
a Señora Ministro anunció la Ley del
El 6 de Enero celebramos la Pascua Militar presidida por S.M. el Rey (q.D.g.). En su discurso lla
Asociacionismo Militar y, francamente, se me encendieron las alarmas. Llevo cincuenta y cuatro años de vida militar, estoy viviendo
viviendo
sentido
tido siempre legítimamente representado
el cincuenta y cinco, y jamás he sentido la necesidad de disponer de esa Ley. Me he sen
por mis Jefes y si alguna vez me sentía agraviado podía llegar hasta Nos con la representación de mi agravio a través del conducto
conducto
reglamentario. Ese camino, lo sabemos todos los que vestimos un uniforme, habíamos de recorrerlo solos, nunca amparados en un
colectivo que apoyara nuestras reivindicaciones. Una instancia firmada, sólo, por el que la presenta. Así ha sido y así debe de seguir
siendo. La Institución Militar está, fundamentalmente, para la Defensa de España y para cumplir los compromisos militares que
nuestro Gobierno contrae con nuestros aliados, eso exige estar disponibles las veinticuatro horas del día para acudir de inmediato
inmediato a
donde nos manden, sin excusa ni pretexto.
Por eso con todo respeto pero con toda
toda firmeza pido que esa Ley no exista.
El terremoto de Haití, devastador, nos ha impresionado y ha sacudido nuestra conciencia. Miles de personas muertas o
desaparecidas, hombres, mujeres y niños, sepultados en los escombros de una ciudad, Puerto Príncipe, que ha desaparecido. La
situación es mucho más dramática de lo que en sí mismo es este fenómeno natural, al tratarse de un país en el que las instituciones
del estado eran muy frágiles o incluso inexistentes. Es cierto que la solidaridad internacional ha funcionado y ha reaccionado de
inmediato, pero, esperemos que este esfuerzo solidario permanezca en el tiempo y sea capaz de reconstruir el país. El Cuerpo de
Bomberos de diversos lugares de España, así como ONGs de nuestro país están allí colaborando heroicamente con la población.
Admirable. También aplaudimos la decisión de Estados Unidos de enviar “marines” para mantener el orden y que los socorros
lleguen lo más pronto posible a la población. La Real Hermandad quiere colaborar para ayudar a la población, a tal efecto
publicamos en este número de nuestra revista las cuentas bancarias que ha abierto Cáritas para que hagáis vuestros donativos. No
obstante, a pesar de la tragedia, en la Real Hermandad damos gracias a Dios porque Bárbara Batista Rodríguez, hija del Coronel
Juan Batista González, nuestro amigo Juan, ha salvado la vida, probablemente gracias a Santa Bárbara, Patrona de ella y de su
padre. Ella y su marido Jean Max Léjand, ingeniero agrónomo francés, ambos funcionaros de Naciones Unidas en Haití, han
sobrevivido y siguen allí al pie del cañón viviendo, creo, que en su coche ya que su casa se vino abajo. Un abrazo en nombre de
todos los que formamos la Real Hermandad a Marita y Juan, padres de Bárbara, extensivo a los padres y familia de Jean Max.
EDUARDO GONZÁLEZ-GALLARZA MORALES
PRESIDENTE NACIONAL
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