El Tribunal Constitucional alemán y la Unión Europea – una

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El Tribunal Constitucional alemán y la Unión Europea – una
relación entre soberanos y la solución de ambigüedades
Matthias Hartwig*
Barcelona, Universitat Pompeu Fabra, 27/28 de Noviembre de 2008
1.
La definición del tribunal constitucional como guardián de la Constitución
El tribunal constitucional alemán se define según una fórmula de Carl Schmitt como el guardián de la
constitución. Tiene la competencia de la interpretación auténtica del texto constitucional y vincula con
sus decisiones a los otros poderes estatales. Como guardián de la constitución se orienta
principalmente a la constitución. La constitución forma el criterio esencial – por no decir el único - de
sus decisiones. Utilizándose la constitución como criterio, todos los actos controlados por el tribunal
constitucional tienen que someterse a la constitución la cual nunca es objeto de un control
constitucional. Eso implica, desde el punto de vista de la jurisdicción constitucional, la primacía del
derecho constitucional por imposibilidad de aplicar otro criterio. Funcionalmente, el tribunal
constitucional no puede abandonar la constitución a la discrecionalidad de otro órgano.
2.
El derecho europeo y la primacía del derecho comunitario
El derecho comunitario reivindica la primacía sobre el derecho nacional de los Estados miembros.
Hasta ahora, esta tesis no se encuentra en el Tratado, pero está confirmada por la jurisprudencia de la
Corte de Justicia. A partir del caso Costa/ENEL, la Corte afirma, en una jurisprudencia constante, que
el derecho comunitario prevalece sobre el derecho nacional. La Corte basa su jurisprudencia en el
argumento de que el mercado común tiene como presupuesto una comunidad de derecho, porque de no
ser así, el tratamiento igual de las actividades económicas bajo el Tratado no estaría garantizado.
3.
El derecho nacional y el derecho comunitario bajo la perspectiva del tribunal constitucional
a. Aspectos procesales
En una primera decisión de 1966, el Tribunal decidió que los actos comunitarios se definen como
actos no nacionales. Por esto, no pueden ser atacados en amparo ante el Tribunal constitucional.
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Max Planck Institut für ausländisches öffentliches Recht und Völkerrecht, Heidelberg
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En 1974, el Tribunal cambió en un cierto sentido esa jurisprudencia subrayando que un reglamento
puede ser sometido al Tribunal como cuestión constitucional. Calificando un reglamento
implementado por la administración alemana como un acto alemán sobre el cual se extiende la
jurisdicción constitucional, el Tribunal decidió que el Tribunal Constitucional puede ejercer un control
judicial.
b. Aspecto material: Los derechos fundamentales como limites de la aplicabilidad del derecho
comunitario
En su fallo de 1974, el Tribunal explicó el mantenimiento de su poder en este campo con la falta de un
catálogo de derechos fundamentales a nivel del derecho comunitario. Por esa razón, los órganos
comunitarios no pueden garantizar la conformidad de los actos comunitarios con derechos
fundamentales que se encuentran a nivel de los derechos fundamentales alemanes. El Tribunal decidió
que ejercerá su poder judicial con respecto a los actos comunitarios mientras no haya un catálogo
comunitario de derechos fundamentales equivalente a los derechos fundamentales de la Ley
Fundamental aprobado por un parlamento y garantizado por un Tribunal en manera eficaz.
En 1986, el Tribunal cambió el rumbo de su jurisprudencia. A pesar de que en ese momento la
Comunidad Europea no hubiera integrado aún un catálogo de derechos humanos en su orden jurídico,
el Tribunal llegó a la conclusión de que los derechos fundamentales no deben establecer un obstáculo
permanente a la integración internacional. En general, los derechos humanos no pueden ser protegidos
por una organización internacional de la misma manera que en Alemania. El requisito de que la
organización, a los actos de la cual el orden jurídico alemán se abre, tenga que garantizar los derechos
humanos como la Ley Fundamental, conduciría a la consecuencia de que Alemania no puede nunca
dejar pasar actos de organizaciones internacionales en su espacio interno sin mantener un control
constitucional. El Tribunal Constitucional declaró que la Ley Fundamental protege los derechos
fundamentales, pero en el mismo tiempo establece un orden abierto a las influencias internacionales.
Los derechos fundamentales son un valor como la disposición a la integración internacional. Esos
objetivos tienen que ser harmonizados. En una ponderación, los derechos fundamentales no prevalecen
siempre en manera absoluta, porque la Constitución no establece una jerarquía entre los distintos
objetivos en favor de los derechos fundamentales. Los derechos fundamentales se interpretan también
bajo la perspectiva de la integración internacional. Tomando eso en consideración, el Tribunal llega a
la conclusión que los derechos fundamentales no impiden la delegación de poderes estatales a una
organización internacional, delegación necesaria para la integración internacional en la cual la
Republica federal quiere participar de acuerdo con la Ley Fundamental. La condición de una tal
delegación consiste en una protección suficiente de los derechos fundamentales por la organización
misma. Con respecto a la Comunidad Europea, el Tribunal Constitucional observó que en los últimos
años la Corte Europea de Justicia había desarrollado una jurisprudencia constante en la protección de
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los derechos fundamentales con referimiento a los principios generales del derecho comunitario
derivados de los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros. Mientras que la Corte europea
continúa con esa jurisprudencia, el Tribunal Constitucional suspende su poder de control judicial de
los actos comunitarios. Eso significa que una violación excepcional de un derecho fundamental por un
órgano comunitario no justifica la admisión del caso frente al Tribunal Constitucional. Desde 1986, el
Tribunal defiende en su jurisprudencia que solamente los defectos estructurales en la protección de los
derechos fundamentales conducen a la terminación de la suspensión del control judicial. En ese
sentido, una cuestión de inconstitucionalidad es solamente admisible si el juez a quo muestra en su
cuestión que los órganos comunitarios violan los derechos humanos sistemáticamente.
4. El control del respeto de los límites competenciales
En derecho comunitario, la Corte Europea reivindica el poder exclusivo no solamente de la
interpretación auténtica del derecho comunitario, sino también del control del respeto de los límites
competenciales. Eso deriva del art. 234 del Tratado según el cual, el juez nacional tiene que plantear la
cuestión prejudicial cuando considera que una norma comunitaria secundaria ha sido aprobada ultra
vires. En su famosa decisión sobre el Tratado de Maastricht, el Tribunal Constitucional alemán
mantenía el poder del control del respeto de los límites de competencia. Se refiere al hecho que en el
caso alemán, el derecho comunitario se aplica solamente gracias a la ley de ratificación del tratado.
Esa ley nacional determina la extensión de la delegación de los poderes estatales a la Comunidad
Europea. En ese sentido, la delimitación de las competencias no deriva solamente del tratado, sino
también de la voluntad de los Estados miembros que se exprime en la ley de ratificación. La
interpretación de esa ley es competencia de los tribunales nacionales.
5. La cooperación entre el tribunal constitucional y la Corte europea de justicia
El Tribunal Constitucional califica su relación con la Corte Europea de Justicia como de cooperación.
Eso significa que cada tribunal ejerce sus competencias respetando las competencias del otro tribunal.
En este sentido, el Tribunal Constitucional decidió en 1986 que la Corte Europea es juez natural en el
procedimiento de la cuestión prejudicial. De esa cualificación se deriva que si un juez no planea la
cuestión prejudicial frente a la Corte Europea a pesar de ser requerido por el art. 234 del Tratado de la
Comunidad Europea, este hecho constituye una violación del art. 101 de la Ley Fundamental –
garantizando el juez natural como derecho fundamental –. Así, el individuo puede acudir al Tribunal
Constitucional alegando la violación de su derecho y el Tribunal Constitucional anula la decisión
impugnada obligando al juez ordinario a plantear la cuestión prejudicial frente a la Corte Europea de
Justicia. De esa manera, la protección de los derechos fundamentales contribuye a la implementación
del derecho comunitario. Pero es preciso añadir que el Tribunal Constitucional hasta ahora nunca ha
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planteado tal cuestión prejudicial. Mantiene su poder de control también respecto a los actos
comunitarios. Si hay dudas sobre la compatibilidad de un acto comunitario con los derechos
fundamentales, el Tribunal constitucional no plantearía la cuestión prejudicial, sino que implementaría
el acto en cuestión con los criterios de la Ley Fundamental. La cooperación se acaba cuando la
relación se convierte en un conflicto. En tal situación, el Tribunal Constitucional defiende su posición.
6. Limites de la delegación de las competencias estatales a la Unión Europea
En el fallo sobre el Tratado de Maastricht, el Tribunal Constitucional no determinaba solamente la
relación entre el derecho nacional y el derecho comunitario, sino que además, establecía los límites de
la delegación de las competencias estatales a la Unión Europea que corresponden a la disposición del
art. 23 de la Ley Fundamental, que permite la delegación de los poderes estatales a una organización
que respete los principios de un Estado democrático, social y de Derecho y la subsidiariedad y que
garantice una protección equivalente de los derechos fundamentales. Si el desarrollo de la Unión
Europea entra en contradicción con las disposiciones de la Ley Fundamental, el legislador tiene que
enmendar la Constitución, siempre respetando los límites de una reforma constitucional establecidos
por el art. 79 apartado 3 de la Ley Fundamental. Conforme a esta disposición, una reforma
constitucional no puede abolir los principios de Estado federal, democrático, social y de derecho y la
garantía de la dignidad humana. Una delegación de poderes que viola esos principios puede ser
declarada incompatible con la Constitución. De esa manera un núcleo de la identidad estatal se
preserva. El desarrollo de la Unión Europea no puede conducir al abandono del carácter propio del
Estado.
7. Conclusión
La relación entre el derecho nacional y el derecho comunitario es siempre delicada. Por parte de la
Comunidad Europea, se reivindica la primacía del derecho comunitario. El desarrollo de la
organización se interpreta como una transición definitiva de los Estados miembros versus la
Comunidad Europea. Por parte del Tribunal Constitucional, los Estados siguen siendo los señores de
los tratados (Herren der Verträge) y, por lo tanto, pueden disponer del contenido del Tratado siempre y
cuando se mantenga su carácter propio como entes políticos independientes. En la interpretación del
Tribunal Constitucional el derecho comunitario no se aplica en el orden interno gracias a las
disposiciones mismas del tratado comunitario, sino como consecuencia de la legislación nacional que
permite la aplicación por los órganos nacionales. Así, el orden jurídico nacional siempre mantiene el
control, ejercido en primer lugar por el Tribunal Constitucional. El Tribunal Constitucional, como
guardián de la Constitución no es el órgano más apropiado para declarar el abandono de la autonomía
constitucional.
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Por esa razón, también en el caso sobre el Tratado de Lisboa, aún pendiente ante el Tribunal
Constitucional, no debe esperarse una revolución en el sentido de que en el futuro el Estado se
disuelva en la Unión Europea. A pesar de la disposición sobre la primacía del derecho comunitario, el
tribunal se referirá a los principios constitucionales no superables por el derecho comunitario. En fin,
el conflicto entre el derecho comunitario y el derecho nacional no puede ser solucionado por un
razonamiento judicial – porque es una aporía lógica – sino solamente por la voluntad política.
Compete a los gobiernos y a los parlamentos, no a los tribunales constitucionales y comunitarios.
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