204 LA. PALMA. Mas ¡ay! que luego rodando

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204
LA. PALMA.
reclinaba yo mi frente
me preparaste nna vida
de purísimo candor.
que había de ser vendida
Una nodriza piadosa
en su seno me arrullaba,
y si inocente lloraba
me adormecía en su amor.
á la agena caridad?
¿Por que inhumana la suerte
ha condenado á mí vida
á que ruede sumergida
en la angustia y soledad?
Mas ¡ay! que luego rodando
aquellos preciosos dias,
volaron las dichas mias
¿Por que mí Dios de la cuna
que saliera permitiste
y en la desdicha quedé.
y que en su seno ¡ay me triste!
Yo penetré en ese mundo
con alma pura, inocente;
mas al desplegar mi mente
sin padres, ¡ay! me encontré.
me acogiera la piedad?
Para que mí alma llorara
cuando su suerte entendiera,
y un dolor después sintiera
de indecible intensidad.
Entonces sentí un vacio
en mi corazón de niño:
y es que no había el cariño
ni el halago maternal,
Y si á mí madre llamaba
en mi angustioso delirio,
respondía un cruel,martirio
á mi voz angelical.
Si hubiera muerto en la cuna,
mis dulces sueños de oro
no hubieran tornado en lloro
ni en espantoso sufrir;
Pues yo gozara tranquilo
de aquella celeste esfera
sin que jamas me afligiera
un horrendo porvenir;
Como la flor del desierto
solo en el mundo me veo,
y en nada encuentro recreo
de la mundana ilusión.
Nada cn el mundo me admira;
solo mi fúnebre suerte,
hace que anhele la muerte
mi enlutado corazón.
Gozara una esencia pura
y de la gloria y la palma,
por que aun habria mi alma
su pureza celestial:
Y gozara todo aquello
que á tí mi Dios dá alabanza,
y á cuya altura no alcanza
nuestra miseria mortal.
La muerte sí, que es mas dulce
que la continua plegaria,
la triste urna cineraria
que me prepara el morir:
Por que es tan cruel mi estrella
que aun en mí amargo quebranto,
Mas ¡ay! si era mi deslino
que mis padres me engendraran
y en este mar me lanzaran
de amargura y de dolor.
Yo espiaré espósilo triste
solo al dolor, solo al llanto
un tan infaudo delito...
sabe mí pie dirigir.
pero tú, padre bendito,
dame acogida en lu amor.
¿Por que Dios santo en lu juicio
J. MOROTB.
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