Las desamortizaciones

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Historia de 2º de Bachillerato
Las Desamortizaciones del siglo XIX
LAS DESAMORTIZACIONES
DEL SIGLO XIX.
ESQUEMA.
1.
2.
3.
4.
5.
INTRODUCCIÓN
DEFINICIÓN DEL CONCEPTO.
ALCANCE DE LAS DESAMORTIZACIONES.
FASES DEL PROCESO DESAMORTIZADOR.
CONSECUENCIAS DE LA DESAMORTIZACIÓN.
INTRODUCCIÓN.
Junto al cambio político que significó en España el triunfo del Liberalismo a
partir del 1833, hay que señalar todo el conjunto de medidas jurídicoeconómicas que tenían por objeto acabar con el dominio socio-económico
de la nobleza y del clero, con unas estructuras productivas feudalizantes, e
introducir al país por la senda del capitalismo modernizando para ello las
estructuras económicas.
La eliminación de los gremios, de los señoríos laicos, del diezmo, de la
Mesta, etc... son algunas de estas medidas, pero nada comparables con las
Desamortizaciones que acarreó la venta de muchas y muy importantes fincas
rústicas y urbanas, debilitando el papel económico y social que habían
desempeñado en el antiguo régimen algunas instituciones, sobretodo el clero
y los municipios.
DEFINICIÓN DEL CONCEPTO.
Se entiende por desamortización el conjunto de disposiciones tomadas por el
poder político con objeto de liberar la propiedad acumulada en determinadas
manos “manos muertas”, devolviendo estas propiedades a la ley del
mercado. El Estado se incautó de una serie de bienes amortizados que
pasaban a ser bienes nacionales. Los vencía a particulares, y al ser
adquiridos se convertían en bienes libres, lo que significaba que podían ser
vendidos por sus nuevos dueños, a conveniencia de los nuevos propietarios.
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Las Desamortizaciones del siglo XIX
ALCANCE DE LAS DESAMORTIZACIONES.
Las medidas desamortizadoras ocuparon más de la mitad de los años del
siglo XIX y afectaron a cientos de miles de fincas rústicas y urbanas
procedentes de instituciones civiles y eclesiásticas.
Se calcula que al final del proceso desamortizador se desamortizaron más de
10 millones hectáreas, sólo de fincas rústicas, lo que suponía
aproximadamente un 20% del territorio nacional.
Dicho volumen de ventas contribuyó de manera muy notable a la gran
transformación económica y social que sufrió España en el siglo XIX.
Los bienes desamortizados pertenecían a bienes y fincas tanto del clero
como de instituciones civiles: bienes raíces de hospitales, hospicios, casas de
misericordia, casas de reclusos, Ordenes Militares, cofradías, santuarios dl
clero regular y secular, bienes propios y comunes de los Ayuntamientos
FASES DEL PROCESO DESAMORTIZADOR.
Se peude hablar de cuatro fases de desamortización: la primera en 1798, la
segunda durante el Trienio Liberal y las dos siguientes, las más conocidas y
estudiadas y las que más trascendencia tuvieron: la de Mendizábal en 1836 y
la de Pascual Madoz en 1855.
ƒ La primera fase se inició en 1798 y afectó a bienes raíces
pertenecientes a casas de beneficencia, hermandades, obras pías y
patronato de legos. El impulsor fue el ministro de Economía de Carlos
IV Cayetano Soler y se hizo con el fin de sanear la caótica situación
de la Hacienda, aunque no consiguieron arreglarla. Afectó
fundamentalmente a las provincias de Sevilla, Córdoba, Jaén y sus
repercusiones sociales fueron importantes ya que privaron de su
patrimonio a las instituciones que prestaban asistencia social a los
enfermos. En el año 1808 la Junta Central Suprema ordenó suspender
las ventas.
ƒ La segunda fase tuvo lugar durante el Trienio Liberal ( 1820- 1823).
Durante este período fue suprimida la compañía de Jesús, se
incautaron los bienes de numerosos monasterios, se prohibió la
fundación de otros nuevos y se entregaron a la Hacienda Pública las
rentas sobrantes de los conventos que quedaban. Se calcula que a lo
largo del Trienio se habían abandonado 801 monasterios, casi la mitad
de los existentes. La incidencia de esta segunda fase del proceso
desamortizador se centró más en la pérdida de patrimonio artístico
que en las consecuencias económicas que fueron pequeñas.
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Las Desamortizaciones del siglo XIX
ƒ La tercera fase es la comúnmente conocida como desamortización de
Mendizábal, se inició en 1836 y se concluyó en 1844.
Mendizábal, financiero gaditamo, militaba en las filas del Liberalismo
Progresista, vivió exiliado en Londres por su participación en en
levantamiento de Riego en 1820, fue nombrado Ministro de Hacienda en
una situación especialmente delicada para la Regente María Cristina. La
guerra contra los carlistas no iba nada bien y además la situación del la
Hacienda era absolutamente caótica, en parte por los gastos que suponía
la guerra. La habilidad mostrada al frente del Ministerio de Hacienda le
sirvieron para ser nombrado primer ministro, su buena gestión salvó el
trono de la regente.
La desamortización de Mendizábal afectó a los bienes de la Iglesia,
primero del clero regular, y a partir del 1841 la medida también afectó al
clero secular.
Las ventas se iniciaron en Junio de 1836 y con ellas se pretendía un triple
objetivo: sanear la hacienda, recaudar fondos para financiar la guerra
carlista y además poner en manos de numerosas familias beneficiadas por
las subastas los bienes de la Iglesia, vinculándolas de alguna manera a la
causa liberal.
Durante la Desamortización de Mendizábal se vendieron 176. 499 fincas
rústicas y 21.281 urbanas. Las provincias más afectadas fueron: Madrid,
Sevilla, Toledo, Salamanca, Córdoba, Valencia, Jaén, Badajoz, Zamora,
Cáceres, Barcelona, Valladolid y Palencia. En estas once provincias se
vendió el 52% del total nacional de fincas rústicas y el 73% de fincas
urbanas.
Las consecuencias no fueron las deseadas, en parte porque se desarrolló
de forma atropellada y no lo suficientemente madurada.
Desde el punto de vista artístico la desamortización de Mendizábal causó
un enorme destrozo, dado que los mejores tesoros artístico se
encontraban en manos de los grandes monasterios.
Desde el punto de vista social los resultados tampoco fueron los
deseados, como afirmó el gran historiador Claudio Sánchez Albornoz “
La desamortización de Mendizábal fue genial en su concepción, pero
torpe en sus medios, pudo resolver el grave problema agrario español,
dando las tierras a los campesinos. Sin embargo a lo largo creó una
burguesía terrateniente nacional del siglo XIX.” Grandes posesiones y
extensas fincas que habían pertenecido a históricos conventos o cabildos
catedralicios pasaron a nuevas manos conservando su estructuras. Miles
de pequeñas fincas que pertenecían al clero secular y se hallaban
situadas alrededor de los cascos urbanos pasaron a manos de la
burguesía.
No se hicieron caso a las propuestas del diputado Fernández Estrada, que
consistían en que los bienes rústicos expropiados se dieran en
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Las Desamortizaciones del siglo XIX
arrendamientos a largo tiempo o a perpetuidad a los colonos del clero,
pagando un canon igual a la renta que pagaban al clero en concepto de
arriendos.
ƒ La Desamortización de Madoz se inició por la ley del 1 de Mayo
de 1855 por la que se declaraban en estado de venta todos los
predios rústicos y urbanos pertenecientes al Estado, al clero, a las
Ordenes Militares, a cofradías, obras pías y santuarios, a los
propios y comunes de los pueblos, a la beneficencia, a la
Instrucción Pública y a cualquiera de los otros pertenecientes a
“manos muertas”. La desamortización de Madoz cierra el círculo
del proceso desamortizador del siglo XIX en España.
El proceso de venta se realizó a través de numerosas Ordenes
Ministeriales a gobernadores y administradores para que las llevasen
a cabo.
La Desamortización de Madoz tuvo mayor importancia que la de
Mendizábal, tanto por el número de años ya que estuvo vigente hasta
el 1900, como el volumen que alcanzaron las ventas. Las diferencias
de la desamortización de Madoz con la Mendizábal consisten: en que
mientras en la desamortización de Mendizábal la casi totalidad de los
bienes vendidos procedían del clero regular o secular, en la
desamortización de Madoz los bienes más afectados fueron los de los
municipios, tanto los bienes de propios cuyo usufructo era arrendado
al mejor postor, como los bienes comunales(dehesas, montes pastos )
Cuyo usufructo era disfrutado gratuitamente por vecinos del pueblo.
En consecuencia la desamortización de Madoz tuvo un carácter mas
rústico que urbano, aunque las fincas rústicas desamortizadas por
Mendizábal eran de mejor calidad, la extensión de lo vendido fue
mucho menor.
La desamortización de 1855 fue muy importante ya que afectó a todo
el territorio nacional. Desaparecieron las inmensas posesiones de los
pueblos y municipios, que pasaron a manos de particulares, gentes
que pasaron a desempeñar un papel importante dentro de las historia
política y económica de España.
Las consecuencias sociales fueron, si cabe, aún más perniciosas para
el campesinado, ya que con la desamortización de los bienes
comunales, muchos campesinos se vieron privados del único medio
de subsistencia que tenían, además perjudicó sobremanera a los
Ayuntamientos ya que el alquiler de los Propios constituían el único
ingreso de muchos Ayuntamientos.
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Las Desamortizaciones del siglo XIX
CONSECUENCIAS DEL PROCESO DESAMORTIZADOR.
1. POLÍTICAS
El descomunal reparto de “riqueza” que supuso la desamortización y la
manera en que se desarrolló, contribuyó a configurar una sociedad
desigual, donde las manifestaciones, afiliaciones masivas a partidos de
izquierda, sublevaciones campesinas e incluso la guerra civil del 36-39,
probablemente no se hubieran producido si las desamortizaciones se
hubieran hecho de otra manera.
Posiblemente la vida política y social de muchos municipios en los que se
vendieron considerables extensiones de terrenos a unos pocos
compradores quedaron condicionados a los deseos de estos- caciquismo.
2. SOCIALES.
Mantenimiento de la concentración de la propiedad en manos de grandes
terratenientes, ya que fueron numerosas familias de la burguesía las que se
hicieron con las propiedades pertenecientes a los bienes del clero y a las
entidades municipales, al mismo tiempo que se producía la proletarización
del proletariado.
3. ECONOMICAS.
Falta de Espíritu de empresa y descapitalización de la agricultura.
Los nuevos terratenientes, si bien intentaron obtener los máximos
beneficios de sus explotaciones, lo hicieron presionando sobretodo a la
mano de obra y no intentaron intensificar la capitalización del campo con
objeto de incrementar la productividad y los rendimientos.
La mayor parte de los terratenientes originados por la venta de bienes
nacionales estuvo constituida por familias que algunas se fueron vivir a la
ciudad y junto con las familias poseedoras de fincas rústicas- antigua
aristocracia- se erigieron en la elite económica de la sociedad. Estas
familias de terratenientes vivieron un tanto apoltronadas sin que les
moviese ningún ideal para mejorar los rendimientos y productividad.
Obstaculizó y ralentizó el desarrollo industrial.
La desamortización probablemente retrasó el desarrollo de la industria, en
tanto que canalizó un volumen cuantioso de dinero a la compra de fincas.
Además con la desamortización se produjo la vinculación del poder
económico al político, en cuanto fueron los terratenientes, los que dueños
de gran parte del poder político guardaron celosamente las prerrogativas
económicas y tuvieron buen cuidado de que la estructura económica del
campo permaneciera intacta.
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